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El Chavo del Ocho es una comedia de situación que aborda las interacciones de un
grupo de personas que habitan una vecindad. El protagonista, el Chavo, es un niño
huérfano que suele meterse en problemas con los demás habitantes, entre ellos Don
Ramón, Doña Clotilde y Doña Florinda, debido a malentendidos, a distracciones o a
sus travesuras. Ahí convive también con sus amigos Quico y la Chilindrina. Con
frecuencia se lo encuentra en un barril de madera que se ubica en el patio de la
vecindad (al que se acostumbra meter, casi siempre, después de que Don Ramón lo
golpea en la cabeza). Cada capítulo hace uso de bromas, slapstick, ironía, cómicos
de repetición y situaciones graciosas en las que el elenco se involucra. También se
incluye el uso de risas grabadas para dar énfasis en las escenas cómicas. La trama
transcurre en su gran mayoría en el patio de una vecindad, donde se aprecia un
barril y un lavadero. En dicha vecindad habitan la mayoría de los personajes
principales, excepto el señor Barriga, su hijo Ñoño, Godínez, el profesor Jirafales
y Popis. Se observa también, a primera instancia, el departamento 14 donde residen
Quico y Doña Florinda, y justo a su derecha se encuentra la habitación 71, hogar de
Doña Clotilde, y el departamento 72, donde viven Don Ramón y su hija la
Chilindrina. Si bien existen unas escaleras que conducen al departamento 23, el
interior de este pocas veces se ha visto. Hay también en la vecindad una fuente, a
la cual se llega al atravesar un pasillo ubicado entre los apartamentos 71 y 72.
Hay segmentos que ocurren en otros lugares ajenos a la vecindad, tal es el caso de
un reducido predio donde, en uno de los episodios, los personajes aprenden a jugar
fútbol americano con Jirafales y Don Ramón, y en Acapulco, al cual acuden a pasar
unas vacaciones. Existe igualmente una escuela, a la que asisten los niños de la
vecindad y donde imparte clases Jirafales. No obstante, en la serie sólo se ve un
aula y no todo el edificio como tal. En otros capítulos aparecen el restaurante de
Doña Florinda, una peluquería en donde en una ocasión trabaja Don Ramón y la
banqueta donde se ubica la entrada a la vecindad (donde los niños deciden
establecer un puesto de aguas frescas en alguna ocasión, o donde Don Ramón instala
un puesto provisional para vender churros en algún instante).
Reparto
Protagonistas
Carlos Villagrán como Quico: es un niño de nueve años de edad,18 cuyo nombre
verdadero es Federico. En uno de los capítulos se menciona que su padre era
marinero, por lo que él acostumbra vestir siempre una indumentaria reminiscente a
él. Vive en el departamento 14 junto con su madre Doña Florinda. Es generalmente
presumido y envidioso al mismo tiempo, por lo que suele tener conflictos con los
demás niños de la vecindad.
María Antonieta de las Nieves como la Chilindrina: es la hija de Don Ramón, una
niña «traviesa, pecosa e inteligente» de 8 años, y amiga del Chavo y de Quico. Está
enamorada del primero, por lo que rivaliza con Paty, interés romántico del Chavo en
uno de los episodios.19
Angelines Fernández como Doña Clotilde: es una señora soltera que habita en el
departamento 71, a la que los niños de la vecindad le suelen decir «la bruja del
71», debido a su excéntrico comportamiento (por ejemplo, tener un perro llamado
Satanás, o realizar una sesión espiritista en uno de los capítulos).19 Está
enamorada de Don Ramón.
Otros personajes
Véase también: Anexo:Personajes de El Chavo
En este lapso, el productor Sergio Peña, también del mismo canal, invitó a Gómez
Bolaños al programa Sábados de la fortuna, que duraba ocho horas y que contenía
segmentos de diversas temáticas, tales como actos de magia, concursos y bailes. Su
labor ahí consistió en escribir nuevos sketches cómicos, de media hora de duración.
Gran parte de estos segmentos eran conocidos por el propio creador como
«chespirotadas», en alusión a su apodo.3 Uno de estos se tituló La mesa cuadrada,
que más tarde adoptaría el nombre Los supergenios de la mesa cuadrada. Ahí actuaban
Ramón Valdés como el Ingeniebrio Ramón Valdés Tirado Alanís,233 Aguirre como el
profesor Jirafales, Gómez Bolaños como el doctor Chapatín y María Antonieta de las
Nieves como la presentadora. Gómez Bolaños había observado la actuación de Valdés
en el filme El cuerpazo del delito (1968), donde ambos compartían créditos como
parte del reparto,24 mientras que De las Nieves había ingresado a Los supergenios
tras sustituir a Bárbara Ramson. Previamente, había prestado su voz para el doblaje
en español de algunos personajes como Eddie Munster, de The Munsters, y Wednesday
Addams, de The Addams Family.3
Mientras que El ciudadano Gómez funcionaba como parodia a la política mexicana, Los
supergenios consistía en una parodia de los programas informativos, en el que tres
personajes respondían a preguntas leídas por De las Nieves, mismas que eran
enviadas por el público (en realidad, eran parte del libreto) y que abordaban temas
populares de ese entonces. Dado el éxito de Los supergenios, los productores de la
cadena aceptaron extenderlo como programa independiente, que se transmitió por dos
meses en 1970.233
Los supergenios dio origen a Chespirito, un nuevo programa conformado por varios
segmentos cómicos entre ellos El Chapulín Colorado, Los Caquitos y Los chifladitos.
En este último, Gómez Bolaños participaba en el rol estelar junto con Aguirre.
Debido a que Aguirre firmó un contrato temporal con el canal 2, el primero tuvo que
idear un nuevo sketch que fungiera como reemplazo de Los chifladitos. Este pasaría
a denominarse El Chavo.26
Guion y personajes
Yo nunca pretendí que la gente creyera que éramos niños, sino que aceptaran que
éramos adultos interpretando a los niños.
—Roberto Gómez Bolaños.3
Sobre la base de otro sketch previo, Gómez Bolaños elaboró el esbozo de El Chavo
con una trama atemporal (es decir, sin seguir una cronología con alguna otra
historia) en donde un niño pobre, de 8 años de edad, discutía con un vendedor de
globos en un parque. Él interpretaría al niño, y el otro personaje recaería en
Valdés.2 «Cuando [Gómez Bolaños] ve la aceptación y descubre que tiene elementos de
comedia muy atractivos, vuelve a escribirlo, pero ya con más forma [...] la clave
fue meterlos [a los personajes] en una vecindad donde hubo un potencial más grande
y poco a poco lo armó [el concepto central del programa]», según recordó su hijo
Roberto Gómez Fernández.5
Los siguientes capítulos surgieron de manera similar, mientras usaba historias que
no habían sido consideradas anteriormente. No obstante, quiso apartarse de los
personajes de niños interpretados hasta ese entonces: «El reto no era sencillo
[...] Porque todos (o al menos casi todos) han sido variantes diversas del clásico
Pepito, cuya gracia radica precisamente en que es un niño, pero que actúa con la
picardía propia del adulto», de acuerdo al propio escritor en su libro biográfico.
En su percepción, el personaje del Chavo debía ser uno «inocente e ingenuo».2 El
contenido de El Chavo estaría dirigido «al público adulto, no al infantil».3 Su
hija Marcela Gómez Fernández reveló que varios de los gestos y ademanes del
protagonista provenían de ella y de sus hermanos cuando eran pequeños. En opinión
de Roberto Gómez Fernández: «mi padre trató de encontrar valores universales
infantiles, con personajes que pudieran tener grandes contradicciones, elementos
opuestos, así surge la comedia [...] y eso lo sabía perfectamente». Cabe añadirse
que el personaje es también conocido como el Chavo del 8 debido a que la serie era
transmitida en sus inicios por el canal 8; Gómez Bolaños reveló luego que era
conocido así porque vivía en el departamento 8 de la vecindad, y no en el barril
donde solía meterse comúnmente.5
Hay que recordar que el personaje del profesor Jirafales, junto con el irregular
doctor Chapatín, ya aparecía con la mayoría de sus rasgos en Los supergenios, y no
se modificó mucho al respecto. Si acaso una diferencia era que en Los supergenios,
Jirafales no era un profesor de escuela, sino «un sujeto intelectual y educado que
resolvía las dudas de sus compañeros». Para El Chavo, adoptó el rol de maestro de
primaria y enamorado de Doña Florinda.3 Aguirre sugirió utilizar la expresión «¡Ta,
ta, ta, taaaaa, tá!», al recordar que uno de sus profesores, Celayo Rodríguez,
solía decir una frase similar al enojarse.28 Se planteó adicionalmente que el señor
Barriga fuera el dueño de la vecindad, al que molestan los niños cada vez que llega
a cobrar la renta de los inquilinos, y su versión infantil recayó en su hijo Ñoño.
Al principio no tenía apellido; este se usó en referencia a la apariencia física
del actor.3 La bruja del 71, o Doña Clotilde, se había concebido como una
«quisquillosa solterona», y finalmente el rol de Godínez era «el que menos
estudiaba» de todos los niños.22
Primeras emisiones y popularidad
En 1972, era el programa más exitoso del canal 8,3 por lo que, al año siguiente, el
empresario Emilio Azcárraga Milmo invitó a Gómez Bolaños para que El Chavo y sus
demás programas, transmitidos en el canal 8, se incorporaran al canal 2. Asimismo,
le garantizó un mejor salario del que ganaba en ese entonces. El comediante no
aceptó la propuesta, aduciendo que tenía un contrato firmado en canal 8 que debía
cumplir.332 En 1973 Telesistema Mexicano (canal 2) y Televisión Independiente de
México (canal 8) se fusionaron para dar lugar a Televisa, entonces el programa
comenzó a transmitirse en el canal 2.3
De acuerdo al periódico Excélsior, en 1975 la serie era vista por más de 350
millones de televidentes cada semana, y obtuvo hasta 55 y 60 puntos de cuota de
pantalla.5 El reparto principal comenzó a realizar giras por otros países a partir
de 1977, en las que actuaban y bailaban frente a una audiencia.6 Visitaron varios
sitios como el Estadio Nacional de Chile en doble función en un solo día, en las
que llenaron el recinto con capacidad para 80 000 personas, y en el Anfiteatro de
la Quinta Vergara,335 el Poliedro de Caracas, en Venezuela,35 el auditorio Luna
Park, en Buenos Aires, Argentina (donde estuvieron por una semana), y otros
escenarios del mismo país como los estadios Malvinas Argentinas, Jorge Luis Hirschi
y Mario Alberto Kempes,36 el Coliseo Amauta, en Perú, en el estadio Ramon Tahuichi
Aguilera en Santa Cruz, Bolivia, en Panamá (en un evento al que asistieron también
varios políticos, entre ellos el entonces presidente Demetrio Lacas), así como San
Juan,37 Ponce y Mayagüez en Puerto Rico, el Madison Square Garden en Estados
Unidos, San Pedro Sula, Honduras, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica,
Ecuador, Uruguay, Paraguay y la Casa de Gobierno de Colombia.3538
Conflicto con Villagrán y muerte de Valdés
En 1978, Villagrán dejó el elenco del programa para comenzar su propio espectáculo
con el personaje de Quico, para lo cual le solicitó autorización a Gómez Bolaños,
quien accedió.39 Sin embargo, tiempo después el primero consideró que el personaje
era de su autoría y demandó a Gómez Bolaños. El resultado fue favorecedor para
Chespirito.40 Más tarde, Villagrán dijo que su salida del elenco se debió a
problemas de «celos y envidia» entre su personaje y el del Chavo. De acuerdo a
Vivar, este último solía escribir los mejores chistes de la serie para Quico, pues
sabía de su popularidad en la audiencia. A pesar del conflicto con el creador de la
serie, Villagrán grabó sus últimos capítulos con sus compañeros en 1978, con una
aparente normalidad. Una vez que abandonó El Chavo del 8, Villagrán quiso usar el
personaje para otro programa de Televisa, a lo cual se rehusó Gómez Bolaños ya que
aquel no quería reconocer su autoría. Debido a esto, Azcárraga Milmo optó por
cancelar el proyecto independiente de Quico.3 No obstante, el actor siguió usando
el personaje en Venezuela en 1981.41
En esa época, los productores Valentín Pimstein y Fabián Arnaud le pidieron a Gómez
Bolaños escribir el guion para una adaptación cinematográfica de El Chapulín
Colorado o de El Chavo del 8. Este no quiso pues consideró que, en el caso de El
Chavo, su historia se desarrollaba únicamente en la vecindad, y le resultaría
además difícil redactar una trama inédita que no fuera redundante con lo mostrado
en la serie hasta entonces. En su lugar, se involucraron en la producción de El
Chanfle, que contó con el mismo reparto de El Chavo del 8.42 En esta película
participó también Villagrán, a pesar de su distanciamiento con sus otros
compañeros.
Debido a las salidas de Villagrán y Valdés, Gómez Bolaños optó por regrabar varios
de los capítulos pasados pero con ligeros cambios en la historia y en los diálogos,
primordialmente sustituyendo a Quico y Don Ramón con nuevas escenas.4647 El último
capítulo de media hora de El Chavo del 8 como serie se emitió el 7 de enero de 1980
(algunas fuentes como Chespirito.org, entre otras, consideran a «La lavadora» el
episodio final)31 mientras que el sketch final apareció más de una década después,
el 12 de junio de 1992, como parte nuevamente de Chespirito (que se volvió a
producir inmediatamente después del término de El Chavo del Ocho).5 En total se
transmitieron 290 capítulos.1 Gómez Bolaños declaró en una entrevista:
Dejé de hacerlo, precisamente por eso, porque el peor error que uno puede
cometer es dejar de evolucionar. El ser humano es un producto de la evolución y
tiene que ir cambiando.3
Lo anterior aunado a su edad avanzada (63 años). Cabe añadirse que Vivar dejó la
serie en 1992, debido a problemas cardiovasculares.48 Gómez Bolaños confesó, en
2008, que en algún momento concibió el final del programa con un capítulo donde el
Chavo moría atropellado por un automóvil. Una de sus hijas le advirtió que esa idea
impactaría, de forma negativa, en la audiencia infantil pues alentaría sentimientos
depresivos y de suicidio. Ante esto, el comediante desechó su concepto.49
Entre 2002 y 2005 se llevó a cabo un proceso legal por parte de Gómez Bolaños para
prohibir a De las Nieves utilizar el nombre de la Chilindrina; el proceso finalizó
en buenos términos,50 pero en 2006 la Chilindrina fue excluida de la serie animada.
En 2010 el escritor volvió a demandar a De las Nieves por supuesto uso indebido del
personaje.51 Asimismo y respecto a posibles reencuentros de los protagonistas a
manera de conmemoración de la serie, el comediante rechazó la idea. En sus
palabras: «los personajes existen y viven en la imaginación y en lo que vieron y
ahí quedó».52
Producción
Varias escenas eran realizadas de manera sincronizada; por ejemplo, para grabar las
bofetadas de Doña Florinda a Don Ramón, la cámara asumía un rol importante en la
toma, pues hacía creíble tal interacción entre los personajes. Por ejemplo, para el
sonido de una bofetada, se recurría a una palmada.27 Este tipo de efectos de audio
eran realizados bajo la supervisión de Carlos Inzunza, Javier Torres y José Guzmán
en los episodios de 1976.53 Por otra parte, las labores de edición se realizaban en
el centro de postproducción de Televisa, por parte de Manuel Hong y Martín
Santillana,5355 y los efectos especiales eran producidos por Raúl Gutiérrez,60
Víctor G. Ávila y René Tirado en las primeras temporadas emitidas en los años
1970.5354
Secuencia de apertura y de cierre
Cabe añadirse que varias de estas canciones poseen letras que se refieren a un tema
en específico, acorde al capítulo para el cual se destinaron. Por ejemplo, el tema
«Gracias Cri-Cri» está dedicado a Francisco Gabilondo Soler, cantautor mexicano
conocido por el apodo de cri-cri, catalogado como «el más importante creador de
música infantil en México»,72 o la canción «Eso, eso, eso» que, además de guardar
relación con una frase reiterada por el Chavo en el programa, habla del amor y la
alegría. De manera similar, «Óyelo, escúchalo» posee un mensaje religioso al hacer
mención de Jesucristo.