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Saluda de la Alcaldesa
…Y llegó de nuevo La Cuevita! Es el comentario que al comien-
zo de la época estival más se escucha entre los artenarenses. Unos
que llegan, otros que nos dejan, otros que regresan tras algunos
años fuera, y así se va creando el ambiente en torno a las fiestas
más populares de nuestro municipio: las fiestas en honor a la Vir-
gen de la Cuevita. Es un punto de encuentro que hace de un agos-
to caluroso, momentos únicos e inolvidables, donde el recuerdo,
la añoranza y la ilusión por compartir unas semanas de descanso
y de relax, se mezclan fruto del trabajo colectivo de nuestros ante-
pasados que tuvo como resultado un mayor grado de bienestar
para todos.
Los tiempos de María de Nazaret no fueron ni mejores ni peores que los nuestros. Ella, joven
y virgen, decidida, se arriesgó pronunciando aquel “SÍ” histórico, que le comprometió personal,
familiar, social, religiosa y políticamente. “SÍ”, que, además de dar sentido y contenido a la exis-
tencia del ser humano desde su concepción hasta su ocaso, calificó y califica la historia de la
humanidad en un antes y en un después.
María de Nazaret con dificultades y embarazada, acompañada de su esposo San José, pere-
grinó desde Nazaret hasta Belén para empadronarse en la ciudad de sus antepasados. Allí, en
Belén, dio a luz a su único hijo en un establo en la más extrema pobreza: sin matrona, sin médi-
co, sin asistencia sanitaria, sin condiciones higiénicas, … Recién nacido el niño tuvo que emigrar
a tierra extraña –Egipto–, huyendo de los políticos del momento que buscaban a Jesús para matar-
lo. Dura tuvo que ser su vida como madre, al oír de su hijo que estaba loco, endemoniado; que
se “juntaba” con gente de mala fama: pecadores, prostitutas, ladrones… Desconsolada e impo-
tente vio “el fruto de su vientre” detenido, maltratado, vejado, crucificado. Descorazonada con-
templó en sus brazos el cadáver de aquel a quien ella transmitió la vida.
En el camino de nuestra historia personal encontramos –y, tal vez, tengamos que incluirnos–,
entre tantos hombres y tantas mujeres que viven y sufren la realidad actual asustados, preocu-
pados, desilusionados, frustrados, derrotados, rotos, por un sin fin de planteamientos y circuns-
tancias; deambulando por doquier con su pensamiento en busca del sentido y contenido a sus
vidas; luchan en la encrucijada entre seguir a Jesucristo en la Iglesia o caminar tras los que nie-
gan la trascendencia y deifican la existencia. Y también, cómo no, encontramos agentes, cual
orquesta pluriforme y multicolor, emulando a los antiguos profetas pagados “a sueldo”; aupa-
dos en los nuevos púlpitos del progreso; utilizando la “ingeniería social” como predicadores de
una nueva era; creando nuevas corrientes de opinión pro una urgente reeducación ciudadana;
erradicando los principios y valores de Ley Natural y de la Ley de Dios del corazón del hombre
y la mujer; catequizando a las gentes con doctrinas religiosas, éticas, y morales, que inducen al
seguimiento de dioses terrenales; prometiendo e imponiendo cómodos paraísos actualizados en
su disfraz; … Los inicios del Tercer Milenio del Cristianismo, nuestros días, no son ni mejores
ni peores que los de María de Nazaret.
NOTA: La organización se reserva el derecho de efectuar los cambios que crea necesarios.
— Pedro Jaén (se le otorgan tierras en la zona de Guardaya);Hernán García (antes de 1537) (tierras en el entor-
no de Artenara); Pedro Malena (1537), (tierras en Huerta Chica- Debajo del Risco-Artenara); Simón Gil, (1531)
(Tierras en Artevirgo, actual Vega de Coruña); García de la Coruña (1531) (Tierras en Artervirgo, actual Vega
de Coruña); Gaspar Hernández (Tierras en Acusa); Constanza de Orduña (1549), hija de Pedro Jaén (tierras
en Guardaya);Juan y Antonio Báez (portugueses asentados en Artenara);Jerónimo González, casado con María
Rodriguez(1589), (tierras en el Caiderillo y Los Lavaderos); Martín Xuárez (1589), cuevas en Artenara.
LOS DOCUMENTOS.- La solicitud de tierras se hace ante el Cabildo de la Isla y la demanda se recoge
en el Libro de Repartimientos de Gran Canaria. Ofrecemos cuatro extractos en los que aparecen referencia-
dos nombres de personas y de lugar.
Referidos a Artenara:
“En la noble ciudad Real de Las Palmas que es en esta isla de la Gran Canaria, en lunes diecinueve días del
mes (…) de mil quinientos treinta y siete años, en estado ayuntados a Cabildo (…) se presentó esta petición:
‘Magníficos señores: Pedro Malena, vecino de esta isla, en Artenara, beso las manos de vuestra señoría e
digo que vivo con mi ganado en Artenara y tengo necesidad de tierras para sembrar, y porque en aquella comar-
ca donde yo vivo hay unas tierras debajo de Risco mas debajo de las laderas las cuales dichas tierras van el
lomo abajo a dar a (…) y está entre las tierras de Hernán García y las tierras que pido van a dar a una maja-
da que está debajo de los riscos de Artenara (…) y en todo pido hasta quinientas y cincuenta fanegadas de
APUNTES HISTÓRICOS tierras y en eso entra las dichas diez fanegas debajo del Andén que asimismo pido y mandádmela dar me harán
merced’…”
Referidos a Artevirgo:
Pobladores de Artenara en el siglo XVI “En la noble ciudad Real de Las Palmas (…), primer día del mes de marzo de mil quinientos treinta y un años
(…) se leyó esta petición: ‘Muy magníficos señores: García de la Coruña, vecino de la villa de Gáldar (…) supli-
co y pido me hagan merced de un pedazo de tierra de sequero que es en Artevirgua, término de Gáldar, la cual
dicha tierra es el barranco que viene para las tierras de Simón Gil, del camino de Alcusa (sic) para abajo hasta la
En la época prehispánica, la cumbre isleña tuvo un significativo poblamiento aborigen que en el caso de punta de los barrancos de los Roques aguas vertientes de las laderas de Tamadaba al barranco de Artevirgua, en
nuestro actual municipio, integrado entonces en el guanartemato de Agaldar, estuvo centrado en los lugares que podrá haber hasta treinta fanegadas de sembradura las cuales están montuosas y por aprovechar…”
de Acusa, Artenara y Artevirgo. Además hubo poblamiento no estable en Cuevas de Caballero y en Tirma,
cuya dedicación era el aprovechamiento pastoril. Referido a Acusa:
“En la noble ciudad Real de Las Palmas (…) a veinte y nueve días del mes de agosto, año de mil quinientos
Es difícil conocer los nombres propios de la primitiva población. No obstante, a fines del siglo XV y a raíz cuarenta y tres (…) se presentó esta petición: ‘Magníficos señores: Gaspar Hernández vecino de la villa de Agál-
de la Conquista de la Isla, nos encontramos con el nombre de un guaire residente en Artevirgo denominado dar, (…) suplico me hagan merced de un pedazo de tierra montuosa de sequero que está en el término de Acu-
Artenteifac, y en fechas posteriores con el ya castellanizado Juan Martín de Artevirgo. sa que tiene por linderos de la parte de abajo el barranco de Aytata y de la otra parte la cordillera del Risco de
Guadamesteme que va a dar al barranco de las Eneas y toda la cumbre hasta la montaña de Azaenegue y
ARTENTEIFAC (siglo XV). Este personaje, vecino de Artevirgo, era miembro de la nobleza aborigen de por la otra parte el barranquillo que dicen de las Vinagreras que entra en el barranco de Aytata en las cuales
Gran Canaria, cuyo significado en tuareg podría ser “El vigilante”. Según el cronista e historiador Abreu y podrá haber cuarenta fanegadas y están en dos pedazos debajo de los dichos linderos los cuales quiero para
Galindo, Artenteifac acudió en 1476 a Lanzarote para firmar junto con otros guaires de la isla un pacto de sembrar’…”
alianza con Diego García de Herrera, señor de las islas sometidas al dominio castellano. Este pacto se cono-
Referido a Guardaya:
ce por Acta de Zumeta. Este hecho, que implica la representación de la comunidad de pastores cumbreros,
“1549/ En la noble ciudad Real de Las Palmas (…), en dieciocho días del mes de septiembre año de mil qui-
junto a otras valoraciones de nuestra cultura ganadera, consta en el expediente que en 1996 contribuimos a nientos cuarenta y nueve años, (…) fue presentada esta petición: ‘Muy magníficos señores: Constanza de Ordu-
elaborar para justificar la simbolización de las cabras rampantes en el Escudo heráldico de Artenara. ña, vecina de Gáldar (…) digo que mi padre Pedro de Jaén, vecino y conquistador que fue de esta isla, le fue
dado en repartimiento un figueral y tierras junto con él en el valle que dicen de Guardaya que es en el térmi-
Los términos prehispánicos Artenara y Acusa son citados en 1513 por Andrés Bernáldez, “El Cura de
no de dicha villa de Gáldar, del cual dicho higueral el dicho de mi padre se aprovechó todo el tiempo que vivió
los Palacios” y cronista de la Conquista. Estos nombres coinciden con el ámbito que designa el actual casco
(…) y porque yo no hallo el título de dichas tierras e higueras pido a vuestras señorías me manden asentar el
de Artenara y Acusa con la actual zona de su nombre. Artevirgo era la denominación de los actuales barrios
título de dicho higueral’…”
de Coruña, Las Hoyas, Lugarejos y Risco Caído. De ello existe constancia documental desde el siglo XVI y
las referencias escritas llegan hasta fines del XIX.
José A. Luján Henríquez
LOS PERSONAJES.- Tras la Conquista de la Isla de Gran Canaria, comienza el proceso de repartimien- Cronista Oficial de Artenara
to de tierras. Inicialmente y en función del rango, los conquistadores se asientan en las zonas costeras, donde
les otorgan propiedades y fértiles valles. Las tierras del interior se ocupan de manera progresiva a lo largo
del siglo XVI; sus demandantes se dedican especialmente al pastoreo. Partiendo de los documentos que hemos REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS: Libro de los Repartimientos de Gran Canaria. Aznar Vallejo y Manuela Ronquillo. El Museo
manejado podemos determinar algunos nombres de colonizadores que ocupan tierras en Artenara a lo largo Canario y Cabildo de Gran Canaria, 1998. // Aspectos Históricos de Artenara. José A. Luján. 1994. Cabildo de Gran
del siglo XVI: Canaria y Ayuntamiento de Artenara. // Gran Enciclopedia Canaria, Tomo II 1994. Aportación de J. C. Cabrera Pérez.
PATRIMONIO CULTURAL
La toponimia de Artenara
Un libro de 536 páginas recoge 2.650 nombres del término municipal
Características de la obra
• El libro consta de 536 páginas, editado en tapas duras, y en el mismo se recogen 2.650 nombres relati-
vos a la toponimia del término municipal de Artenara.
• Los nombres han sido aportados en gran medida por 38 informantes, personas conocedoras del territo-
rio, con las que hemos recorrido las diversas zonas del municipio y contrastado los términos localizados.
• Se han consultado los 41 libros del Registro de la Propiedad de Santa María de Guía donde están inscri-
tas unas 2.357 fincas del municipio de Artenara y que abarcan los años comprendidos entre 1866 y 2007.
• Se ha consultado documentación del Archivo Histórico Provincial de Las Palmas; El Museo Canario;
Archivo del Registro de la Propiedad del Partido Judicial de Guía; Archivo Municipal de Artenara; Archi-
vo Municipal de Santa María de Guía (Fondo Pedro Bautista Hernández); Archivo de Patrimonio del
Empresas colaboradoras:
Cabildo de Gran Canaria; Archivo del Catastro de Canarias; Archivo de la FEDAC (Carta Etnográfica
de Artenara); Fondo cartográfico de la Jefatura de Comarca 2 – Artenara (Consejería de Medio Ambien-
te del Cabildo de Gran Canaria); varios archivos particulares; ilustraciones de Victorio Rodríguez y algu-
nas fotografías de José L. Viéitez, Linca y de los autores.
• Gran parte de los topónimos están documentados, con indicación de su situación, linderos, propietarios
y año de inscripción.
• Asimismo, se recoge un plano general y un plano de cada una de las seis zonas en que hemos dividido el
municipio, elaborados por la sección de Cartografía de la Consejería de Medio Ambiente del Cabildo.
• Además de algunas ilustraciones a plumilla, se recogen fotografías panorámicas y las de cada uno de los
38 informantes.
• El corpus toponímico está precedido de un detallado estudio lingüístico y de un capítulo que recoge un
breve comentario histórico, cultural y etnográfico de los topónimos más significativos.