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lo que los padres necesitan de la iglesia

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LO QUE LOS PADRES NECESITAN DE LA IGLESIA
e625 - 2020
Dallas, Texas
e625 ©2020 por Esteban Obando

Todas las citas Bíblicas son de la Nueva Biblia Viva (NBV) a


menos que se indique lo contrario.

Editado por: Carina Valerga


Diseñado por: JuanShimabukuroDesign @juanshima
RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS.
CONTENIDO
INTRODUCCIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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Necesito que la iglesia me recuerde


la importancia de la paternidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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Necesito que la iglesia me enseñe


cómo aconsejar a mi hijo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
17

Necesito que la iglesia me dé pautas de


cómo ejercer autoridad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
27

Necesito que la iglesia me enseñe a


hablarle de sexo a mi hijo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
37

Necesito que la iglesia adapte sus programas


para que faciliten la comunidad familiar 46 . . . . . . . . .

Necesito que la iglesia me ayude en


el evangelismo de mis hijos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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Necesito que la iglesia me ayude en


el desarrollo del liderazgo de mis hijos . . . . . . . . . . .
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Necesito que la iglesia implemente


una escuela para padres . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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INTRODUCCIÓN
Aún no he conocido a un líder o un padre que, ante la encruci-
jada de crecer o no crecer, escogiera la segunda. Instintivamente
sabemos que el crecimiento y la madurez son elementos buenos;
sin embargo, sabemos además, que requieren esfuerzo, sacrificio
y renuncia.

Allí es entonces donde encontramos a muchos adultos enlodados


en sus malos vicios en cuanto a temas como el que nos atañe
hoy: la paternidad. Este libro fue escrito para la Iglesia, con ideas
de padres de todo el continente.

Ningún padre traza un plan para fracasar como tal, pero la gran
mayoría nunca se detuvo a planear, y es entonces donde vemos
decenas y decenas de estadísticas desfavorables para nuestros
hijos.

La Iglesia juega en ese momento un rol decisivo como un cóm-


plice para ayudar a los padres que lo deseen, a desarrollar tan
importante tarea.

Aclaración teológica
Si practicamos el cristianismo bíblico, nos daremos cuenta de
que el llamado supremo de un cristiano es al servicio. Así como
nuestro maestro hace, sus discípulos hacen.

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lo que los padres necesitan de la iglesia

“Jesús dijo: no vine para que me sirvan,


sino para servir y dar mi vida en rescate de muchos”.
Mateo 20:28

Entonces, es natural pensar que la actitud de la Iglesia como un


cuerpo de creyentes se fundamente en este principio.

Pero…

Me encuentro a menudo con padres que levantan un reclamo


contra esta iglesia que “debería de servirlos” y educar a sus hijos.
Por eso les propongo que parte del servicio que le damos a los
padres debería ser a ayudarles a cambiar el pensamiento de
“cómo la iglesia me sirve”, a “cómo sirvo a mis hijos”.

Esto implica un cambio de paradigma. La fuente del servicio ya


no es el pastor y la iglesia, sino que los padres mismos se nutren
de una fuente (la Biblia enseñada en la iglesia), para luego ellos
mismos convertirse en fuentes para sus hijos. Los padres no solo
son servidos, sino además son servidores. La tarea ministerial les
afecta a ellos también.

Elementos prácticos
Entonces, si queremos ser consistentes en esto que creemos, los
padres necesitan que les enseñemos que no todo se lo hace la
Iglesia, y que ellos tienen una cuota mayoritaria en esta aventura
de educar a sus hijos y presentarlos maduros ante Dios, una vez
que se vayan de sus manos.

La vida de la Iglesia debe cambiar. La Iglesia no es una plataforma


que educa a los hijos, sino una que educa a los padres, para que
los padres eduquen a sus hijos. Este principio del liderazgo fue
escrito por el apóstol Pablo siglos atrás, y no ha cambiado:

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lo que los padres necesitan de la iglesia

“Por eso, tú, Timoteo, hijo mío,


aprópiate de la fuerza que Jesucristo da por su amor. 
Lo que me has oído decir en presencia de muchos,
enséñalo a creyentes de confianza que, a su vez,
lo puedan enseñar a otros”.
2 Timoteo 2:1-2

Si puedo parafrasear este versículo, podríamos decir que lo que


entendemos como líderes y pastores ha de ser trasmitido a los
padres, para que ellos se lo enseñen a sus hijos, quienes eventual-
mente lo trasmitirán a otras personas.

Esta secuencia es la que Dios ha usado durante 2000 años de


historia para hacer que su Iglesia crezca, y que haya millones y
millones de hijos que han sido enseñados, no por la iglesia (al
menos no como fuente primaria), sino por sus padres.

Al final de la carrera de un pastor o líder, las palabras que un


adulto formado debería decir y que tendrían que llenarnos de
satisfacción son: “agradezco a mis padres por todo lo que me
enseñaron”. Tengo esta “espina” en mi vida mientras batallo con
el orgullo. Por un lado, quisiera que se me reconociera como el
provocador de un carácter íntegro en la vida de las personas
que visitan la iglesia donde sirvo; por el otro lado, sé que eso es
vanidad y que la función de educar a las nuevas generaciones es
patrimonio (en su mayoría) de los padres. Entonces recuerdo que
mi función es secundaria, tras bambalinas, y muchas veces sin un
reconocimiento público… ¡Bienvenidos al liderazgo eclesial!

la función de educar a las nuevas generaciones


es patrimonio (en su mayoría) de los padres.

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lo que los padres necesitan de la iglesia

La labor ministerial es la que más se ve, pero la labor de entrena-


miento es mucho más importante. Pablo lo decía de esta manera:

“Y a algunos les dio el don de…


pastorear y educar al pueblo de Dios. 
Su propósito es que su pueblo esté perfectamente
capacitado para servir a los demás,
y para ayudar al cuerpo de Cristo a crecer”. 
Efesios 4:11-12

Este pasaje es revelador, porque lo que está diciendo el apóstol es


que los líderes de la iglesia NO fuimos llamados a hacer ministe-
rio… (al menos no como lo conocemos), sino a preparar a otros
para que sean ellos los que hagan la labor ministerial. El líder
es un entrenador, no un jugador. El líder, de cuándo en cuándo,
ayudará a las nuevas generaciones, pero su centralidad será desde
el banco; acompañando a aquellos que están dentro del campo.

¿Qué vamos a hacer?


Entonces, intentaré desde acá ayudar a los líderes que leen este
libro en la importante tarea de capacitar a los padres en cosas
que no siempre hemos contemplado. He sacado ideas prácticas
que han venido como una llamada de auxilio de varios cientos de
padres de toda Latinoamérica. A través de entrevistas y encuestas,
muchísimos padres han alzado su voz pidiéndole a la iglesia que
les ayude a ser más relevantes en la vida de sus hijos.

¡Empezamos!

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Necesito que la iglesia me
recuerde la importancia
de la paternidad
Este primer capítulo pretende ser una observación ante los cien-
tos de ejemplos que vemos que transitan afuera y aun adentro de
nuestras iglesias.

La paternidad se entiende como el resultado de un deseo de dos


adultos por ser padres, pero se olvida de la contraparte infan-
til. No es solo un proyecto para tener hijos, sino es además una
tarea en la cual le brindamos a un pequeño desconocido todo el
ambiente necesario para que se desarrolle adecuadamente hasta
su adultez.

Vi a muchos padres ser felicitados por el nuevo hijo, pero a muy


pocos o ningún hijo ser felicitado por los nuevos padres que aho-
ra tiene. El enfoque está en el “regalo” que el padre recibió y no
tanto en lo que ha recibido el hijo.

Este pensamiento me genera incomodidad, porque cambia un


aspecto importante de la paternidad: la responsabilidad. El hijo
no es un juguete que viene a alegrarnos la vida, sino una gran
responsabilidad del resultado de una unión sexual. Y esta respon-
sabilidad ha de ser asumida de la mejor forma posible, porque las
implicaciones son muchas y muy profundas. Cuando hablamos
de paternidad, estamos hablando de la guía de un hijo en cuerpo,

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lo que los padres necesitan de la iglesia

alma y espíritu; no solo para su presente terrenal, sino también


para su eternidad.

Cuando hablamos de paternidad, estamos


hablando de la guía de un hijo en cuerpo, alma y
espíritu; no solo para su presente terrenal, sino
también para su eternidad.

Pablo y el pequeño Timoteo


Uno de los ejemplos más clásicos de una relación entre un adulto
y un joven es el de Pablo y Timoteo; este joven nacido gentil, de
una madre judía creyente y de un papá griego. La Biblia no nos
habla mucho de su padre, pero sí nos deja ver cosas interesan-
tes de su madre. Fue el discípulo más cercano de Pablo y quien
tomó, por así decirlo, “la estafeta del apóstol”. Más adelante será
un líder y un pastor influyente. Y gran parte de su legado tiene
que ver con su ministerio desde que era joven, pasando por su
adultez, y hasta su muerte.

Es interesante pensar que Pablo tuvo una gran contribución en


la formación de este muchacho, a pesar de no ser su padre. Pero
tenemos que detenernos en el detalle de que cuando Pablo lo
conoció en la región de Derbe y Listra, este joven ya era conocido
como una persona destacada positivamente en el lugar donde
vivía. Lucas me da ese detalle cuando escribe en el libro de los
Hechos:

“Pablo y Silas fueron primero a Derbe y luego a Listra, donde cono-


cieron a un creyente llamado Timoteo, hijo de una judía creyente,

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lo que los padres necesitan de la iglesia

pero de padre griego. Como Timoteo tenía buen testimonio de los


hermanos de Listra e Iconio, Pablo le pidió que fuera con él”.
Hechos 16:1-2

Pablo viene a “usar un producto” que ya estaba formado. Es decir,


Timoteo tendrá una gran influencia de Pablo y definitivamente
será pulido por el apóstol; pero el material humano ya venía muy
trabajado cuando Pablo lo conoció. La pregunta obligada enton-
ces es: ¿A quién le adjudicamos el trabajo de lo que Pablo encon-
tró ese día en esa región?

Recordemos que la palabra que usó Lucas para describirlo cuando


escribió fue “de buen testimonio”. Así que tenemos que entender
que este estándar fue dado desde la cosmovisión de Lucas, un
cristiano verdadero. Así que cuando leemos “buen testimonio”,
no está hablando de un hombre con una moral de acuerdo con el
Imperio romano, ni desde un punto de vista humanista o mora-
lista. Estamos frente a un joven que sigue los principios judíos
de la ley. De allí parte su ética y moralidad, y de allí se deriva su
conducta. Es por eso que la gente puede mirarlo y concluir que
hay un buen testimonio.

Esto es importante porque cuando nos vamos a conocer a sus


padres, solo uno de ellos tenía como norma la ley judía: su madre.
De su padre se nos decía que era griego y, por consiguiente, no
era una persona que había crecido con los principios judeocris-
tianos que ahora conocemos. Podemos concluir que gran parte
del trabajo de la educación de este muchacho recayó sobre los
hombros de su madre.

Y decimos “gran parte” porque Pablo mismo lo va a reconocer


más adelante, e inclusive va a incluir un elemento extra en este
proceso educativo: su abuela (la señora que había criado bien a

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lo que los padres necesitan de la iglesia

su hija, y la cual ahora estaba criando bien a Timoteo. ¿recuerdas


2 Timoteo 2:1-2?).

Toda la escritura es inspirada por Dios…


Uno de los pasajes más usados cuando hablamos de la Biblia es
sin lugar a duda 2 Timoteo 3:16-17

“La Escritura entera es inspirada por Dios y es útil para ense-


ñarnos, para reprendernos, para corregirnos y para indicarnos
cómo llevar una vida justa. De esa manera, los servidores de Dios
estarán plenamente capacitados para hacer el bien”.

Este es una extraordinaria expresión que Pablo tiene de la Palabra


de Dios. Lo hemos usado como un banderín para defender y
describir el texto que consideramos sagrado y fiel. Pero te has
preguntado ¿cuál es el contexto en el que fue escrito?

Los grandes estudiosos de la Biblia nos advierten categórica-


mente que, a la hora de estudiar la Biblia, debemos considerar
muchos aspectos, entre ellos los contextos. Es decir, ¿de qué esta-
ba hablando el autor cuando escribió lo que escribió? Esto tiene
todo el sentido del mundo ya que Pablo, en este caso, tenía algo
en mente mientras escribía las cosas que escribió. Y este pasaje
no es la excepción.

Entonces tenemos que irnos un poco hacia atrás para saber el


tema general de estas palabras. Desde el verso 10 hasta el 13
establece la línea de pensamiento que tiene. Pablo escribe:

“Pero tú conoces muy bien mis enseñanzas y sabes cómo me com-


porto; sabes cuáles han sido siempre mis creencias y mis propósitos.
Conoces mi fe en Cristo y cuánto he sufrido por él. Sabes del amor que

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lo que los padres necesitan de la iglesia

te profeso y de mi paciencia. También sabes cuántas persecuciones


y sufrimientos he tenido que afrontar especialmente en Antioquía,
Iconio y Listra; pero el Señor me ha librado de todo ello. ¡Quien quiera
vivir piadosamente para Cristo Jesús sufrirá persecuciones! Pero las
personas perversas y engañadoras irán de mal en peor, seguirán enga-
ñando a muchos, y ellas mismas serán engañadas”.
2 Timoteo 3:10-13

Pablo no está hablando de ministerio ni de trabajo. Estas cosas se


darán en el tiempo como producto de algo más profundo. Su én-
fasis era “el ser”, lo interno del creyente. Por eso utiliza palabras
como “conducta” a manera de resultado. Mi conducta es resul-
tado de algo. Y luego expresa cosas como: enseñanzas, creencias,
propósitos, fe, amor, paciencia. Estas son las cosas que le han
ayudado a mantenerse firme cuando ha afrontado dificultades en
la vida. Pablo confiesa que ha sufrido por causa de Cristo y que
estas cosas internas en su vida lo mantienen en pie.

La expresión de Pablo es absoluta cuando dice: ¡Quien quiera vivir


piadosamente para Cristo Jesús sufrirá persecuciones!

No creo encontrar algún padre que no esté de acuerdo con la pri-


mera parte de esta declaración. ¿Quién no quiere que su hijo viva
piadosamente para Cristo? Está en el ADN de cualquier cristiano.
Le recuerdo estas cosas a los líderes de la iglesia cuando algún
padre se pone difícil: “Este padre también quiere lo mejor para su
hijo, y desea una vida piadosa para él”.

El problema lo encontramos en la última parte del texto: “Sufrirá


persecuciones”. Parece ser que una cosa siempre viene con la otra.
Pero Pablo ya había dado la respuesta a estas persecuciones: en-
señanzas, creencias, propósitos, fe, amor, paciencia. Las cosas que

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lo que los padres necesitan de la iglesia

ayudan para sobrepasar estas luchas y seguir viviendo piadosa-


mente para Cristo Jesús.

Por eso después de dar el panorama de la realidad de la vida,


Pablo le insta a Timoteo:

“Pero tú sigue firme en lo que has aprendido, de lo que estás


convencido. Ya sabes de quiénes lo aprendiste”.
2 Timoteo 3:14

Pablo hace un especial énfasis en la educación de Timoteo. En lo


que éste había aprendido. El famoso activista sudafricano Nelson
Mandela decía que “la educación era el arma más poderosa que
puedes usar para cambiar el mundo”. Pablo podría parafrasear
esto y decir que la educación cristiana es el arma más poderosa
que puedes usar para cambiar tu mundo, con el cual podrás estar
firme en los momentos de dificultad. Las consecuencias y resulta-
dos de esto vendrán después.

Pablo explica que la educación te da firmeza, y la firmeza no te


deja tropezar. Y todo esto podemos leerlo como teología básica
de los cristianos, hasta que llegamos a la parte donde él dice: “Ya
sabes de quiénes lo aprendiste”. Esta oración es clave para entender
el punto que quiero ilustrar. Pablo lo sabe, Timoteo lo sabe. Alguien
te enseñó y no hace falta decir quien, pues es sabido por todos.

Además, hacía unos capítulos que Pablo le había mencionado a


Timoteo la fuente de su educación. Nota lo que dijo:

“Porque tengo presente la fe sincera que hay en ti, la cual habitó


primero en tu abuela Loida y en tu madre Eunice, y estoy seguro
que en ti también”.
2 Timoteo 1:5 (LBLA)

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lo que los padres necesitan de la iglesia

La educación primaria de los hijos es patrimonio


de los padres.

Para Pablo, la razón del porqué Timoteo es como es, es porque su


madre y su abuela son como son. La frase “ya sabes de quiénes lo
aprendiste”, es una mención muy obvia a su madre y a su abuela.
La paternidad brinca una vez más en el texto bíblico para pedir
protagonismo. La educación primaria de los hijos es patrimonio
de los padres.

Finalmente, Pablo pone la cereza en el pastel en este proceso de


educación de los padres diciendo:

“Desde tu niñez conoces las Sagradas Escrituras, y estas te pueden


dar la sabiduría que se necesita para la salvación mediante la fe
en Cristo Jesús”.
2 Timoteo 3:15

Ya no hay dudas de esta idea: “Desde que eras niño fuiste educa-
do”. La educación que Pablo resalta acá no es en las matemáticas,
o las ciencias, sino en la educación cristiana. Él dice que desde
que es niño, Timoteo conoce el consejo de Dios, la Biblia. Y este
conocimiento le ha dado convencimiento de las cosas. A través de
esta educación, Timoteo no solo ha adquirido herramientas para
su firmeza en la vida y para soportar las cosas que debe mientras
vive piadosamente en Cristo; sino que además le da una espe-
ranza más allá de su vida terrenal. Pablo ya menciona elementos
eternos como la salvación mediante la fe en Cristo.

El pasaje es claro y sencillo de entender. La fe en Cristo se adquie-


re cuando se sumerge en las Escrituras, cuando se educa al niño.
Y esta fe es la que es necesaria para alcanzar salvación.

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lo que los padres necesitan de la iglesia

La fe en Cristo se adquiere cuando se sumerge en


las Escrituras, cuando se educa al niño. Y esta fe
es la que es necesaria para alcanzar salvación.

Entonces el título de este capítulo al fin toma un sentido crítico y


urgente: “Necesito que la iglesia me recuerde la importancia de la
paternidad”. No es un tema de enseñarle al niño mandarín, com-
putación o a tocar el piano. Estamos hablando de la salvación de
una persona. Su eternidad está definida por lo que decida en esta
vida, y esa decisión se toma cuando una madre o un padre toman
tiempo para educarlo en lo que es realmente importante. Y como
lo he mencionado ya varias veces, esto es patrimonio mayoritario
de los padres y no de la iglesia.

Después de todo este preámbulo es que al fin Pablo menciona las


famosas palabras:

“La Escritura entera es inspirada por Dios y es útil para ense-


ñarnos, para reprendernos, para corregirnos y para indicarnos
cómo llevar una vida justa. De esa manera, los servidores de Dios
estarán plenamente capacitados para hacer el bien”.
2 Timoteo 3:16-17

Si la volvemos a leer con el contexto claro, entonces adquiere


un gusto y una interpretación diferente. Ahora pienso en mis
hijos mientras lo leo. Para que ellos también, adquiriendo la fe
en Cristo Jesús y asegurando su eternidad en Dios, puedan estar
plenamente capacitados para hacer el bien.

Líderes eclesiales, pastores colegas… ¡Tenemos que recordarles a


los padres la importancia de ser padres! De cualquier forma y al
máximo de volumen. El tiempo no perdona y sigue corriendo. El

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lo que los padres necesitan de la iglesia

momento de influenciar a los padres para que influencien a sus


hijos es hoy.

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Necesito que la iglesia
me enseñe cómo aconsejar
a mi hijo
La consejería es un mundo en sí mismo. Es uno de los elementos
fundamentales en cualquier tipo de pastoral cristiana. El ser hu-
mano se ve envuelto todo el tiempo en situaciones que le obligan
a tomar decisiones. Algunas serán de carácter sencillo e inofensi-
vo, pero otras serán trascendentales.

Es irónico pensar que las decisiones más importantes en la vida


de una persona deben de tomarse a una tierna edad cuando aún
no se está preparado. Y no hablamos de temas solo de experiencia
o madurez. ¡Es que ni siquiera anatómicamente el cerebro está
listo para muchas cosas!

Sin embargo, nuestros hijos deben de seguir tomando estas


decisiones. Me parece triste ver un mundo que predica tanto el
individualismo y el “hago como yo pienso”. Y vemos constante-
mente a miles de jóvenes tomando decisiones drásticas y nefastas
que les traerán consecuencias el resto su vida. La sociedad se
hace ciega a realidades que en las generaciones pasadas de algu-
na manera han funcionado mejor que la nuestra, cuando se nos
enseñó que los viejos sabían algo que los jóvenes no. No en balde
Dios diseña desde el día uno de la creación una separación intere-
sante de tiempo entre un padre y un hijo. Se le da al progenitor

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lo que los padres necesitan de la iglesia

el tiempo necesario para madurar, para poder eventualmente


ayudar con sus consejos a sus hijos.

Y luego llegamos al siglo XXI. Un momento complicado para dar


consejos, y un tiempo aún más complejo para tomar decisiones.
Cualquier persona que haya nacido en el siglo XX sabrá que los
problemas y preguntas sobre las que navegamos hoy no son ni
de cerca parecidas con las que nosotros pasamos. Parece ser que
nuestros hijos viven en otro mundo. Y si esto no es verdad, al me-
nos sí podemos decir que viven en otro siglo. La experiencia nos
dice algunas cosas, pero las problemáticas son tan distintas que
nos vemos obligados a buscar respuestas que nunca en nuestra
vida nos imaginamos que tendríamos que encontrar.

Y ahí estamos los padres; en un mundo desesperado por no poder


dar respuestas a nuestros hijos de cosas que simplemente desco-
nocemos.

Hay 3 ideas para que, como liderazgo en las iglesias locales, pode-
mos ayudar a los padres. (Debo de recordarte lo obvio: el concep-
to de consejería es una rama muy amplia y requiere muchos años
tanto de estudio como de experiencia. Así que estos son elemen-
tos muy fundamentales y básicos para empezar).

El padre más sabio del mundo


El gran rey Salomón es conocido como el hombre más sabio que
habitó la tierra. Lo que tal vez no tengas tan presente es que
también fue un papá. Así que pensaríamos que, siendo tan sabio,
tuvo una extraordinaria paternidad. Lamentablemente la histo-
ria bíblica me dice lo contrario. A falta de más información no
mancharemos el nombre de Salomón. Solo diré que en este caso

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lo que los padres necesitan de la iglesia

particular y para este hijo particular, la paternidad del gran rey


quedó en evidencia. Este hijo se llamó Roboam.

Cuando Salomón murió, dejó un reino con una tensión palpable.


No hablaremos de esto, pero sí es relevante para Roboam, quien
heredaría este problema. Esta sería una perfecta oportunidad
para que el hijo del más sabio demostrara lo que había aprendido
de su padre. Sin embargo, esto no fue así.

Da un poco de rabia contemplar que al menos en algún aspecto


Salomón fue luz en la calle y oscuridad en su hogar.

De este episodio con su hijo rescato las 3 ideas que quiero com-
partirte:

I. Aconseja a tu hijo a que pida consejo


Ser niño es sencillo en muchos niveles; uno es el de la conse-
jería. A pesar de que hay niños con una voluntad férrea, más
tarde o más temprano son abiertos a lo que un padre pueda
decir. A fin de cuentas, no les quedan muchas más opciones
que obedecer.

Es en esa etapa donde con amor debemos enseñarles a ser


flexibles y a doblegar su orgullo en búsqueda de algo más va-
lioso: la verdad. Es a través de esta verdad que pueden tomar
mejores decisiones.

Entiendo que pensar en un niño que le pregunta a su madre


si debería o no de comer todas las golosinas que le han rega-
lado antes de la cena, pueda sonar utópico; pero es allí donde
empieza el entrenamiento. Es cuando los padres dan consejos
no pedidos a sus niños, y luego les muestran el buen resul-
tado de seguir el consejo del mayor. Tal vez después de haber

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lo que los padres necesitan de la iglesia

aconsejado de NO comer todos los dulces, y cuando al niño le


duela el estómago, será un buen momento para que un padre
le recuerde que su consejo en primera instancia fue el de no
hacerlo, y que la intención siempre procura su bienestar.

El niño inconscientemente empieza a entender que el padre


tiene cosas buenas para decirle. Más adelante, entonces sí
puedo pensar en un escenario donde una chica de 15 años le
pregunta a su madre si el chico de 18 que le gusta le convie-
ne o no. Esto es muy raro en un adolescente a quien nunca
se le enseñó a pedir consejo. Por eso el trabajo empieza desde
que son niños, y cuando aún su espíritu orgulloso puede ser
doblegado en busca de la anhelada humildad necesaria para
pedir ayuda.

Conforme van creciendo la iglesia debería convertirse en una


fuente de consejeros que un adolescente y joven puedan
utilizar. Esto se enseña desde casa.

Es Salomón, el padre de este joven Roboam, el que escribió:

“El necio cree que lo que hace está bien,


pero el sabio escucha consejos”.
Proverbios 12:15

Roboam empezó su primer día como rey con el pie derecho.


En medio de un problema, pide tiempo para pensar y para
pedir consejo. Esto seguro es un punto positivo en la ense-
ñanza de su padre. Para ese entonces, los habitantes del reino
del norte le habían pedido que bajara la carga que su padre
Salomón les había impuesto. ¿Cuál fue su respuesta?

Roboán les contestó: —Denme tres días para pensarlo. Al


cabo de ese tiempo regresen, y les daré mi respuesta.

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lo que los padres necesitan de la iglesia

Y el pueblo se fue. Roboán habló del asunto con los ancianos


que habían aconsejado a Salomón, su padre.
—¿Qué me aconsejan ustedes que le responda a esta gente?
—les preguntó.
1 Reyes 12:5-6

Este es el pasaje que me da esperanza. ¡Que inteligente


Roboam! Pedir consejo a viejos experimentados. Sin embar-
go, su padre estaría decepcionado, porque según su criterio,
el sabio escucha el consejo. Creo que todo padre quiere que
sus hijos crezcan como niños y jóvenes sabios. Y para eso
Salomón lo enfatiza categóricamente: “ESCUCHEN CONSEJO”.

Roboam entonces solo hace la mitad del trabajo. Porque des-


pués de escuchar el consejo de los ancianos experimentados,
decidió hacer otra cosa distinta.

“Pero Roboán rechazó el consejo de los ancianos y llamó a


los jóvenes con los que se había criado”.
1 Reyes 12:8

Lo que me hace pensar que escuchar no es solo una tarea


de oír, sino de considerar, para luego decidir sobre lo que la
gente más sabia apunta. Pienso que un adulto no necesita
detenerse a pensar si el mejor consejo es el de un experto con
muchos años o el de un joven impetuoso.

Mientras escribo este capítulo, gozo de 42 años a cuestas y


me es sencillo entender esto. Pero mis hijos de 14 y 11 años
aún no han vivido la escuela que yo he tenido en estas cuatro
décadas. Ahí es donde el trabajo en casa se vuelve tan impor-
tante, y como padre necesito que la iglesia me lo enseñe, me
lo recuerde y me lo enfatice. ¡Busquen consejos!

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lo que los padres necesitan de la iglesia

II. Aconseja a tu hijo a que se enfoque en la Biblia


Criterios para tomar decisiones hay muchos, pero la expe-
riencia nos enseñó que no todos son buenos. He escuchado
a muchos padres decir que “es bueno que los hijos se lleven
golpes en la vida por sus malas decisiones. A fin de cuentas,
eso los forma y los hace madurar”.

Sí… pero no. Hay cosas que estoy consciente que mis hijos
deberán aprender de sus propias experiencias. Eso es inevita-
ble. Pero hay otros golpes mucho más duros que les pueden
marcar para toda la vida, que no quiero que experimenten.
Quiero pensar que mis hijos serán lo suficientemente entre-
nados para escarmentar en cabeza ajena, y no en la propia.

Un embarazo adolescente, incursión en las drogas, identidad


definida; son cosas demasiado profundas como para dejarlas
al azar. En ese plano no puedo dejar que los golpes formen a
mis hijos.

Entonces necesito una fuente objetiva que les ayude a enfo-


car sus decisiones. Dentro del mundo cristiano esta fuente es
una sola: la Biblia.

Pienso en Roboam y su búsqueda de la verdad en la Palabra


de Dios, y encuentro una absoluta ausencia de esa búsqueda.
Roboam ni siquiera contempló la posibilidad de preguntar-
le a Dios lo que Él pensaba. Hay un fuerte contraste entre
Roboam, la vida de su abuelo David y la primera parte de la
vida de su padre.

Salomón había escrito:

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lo que los padres necesitan de la iglesia

 “Porque el Señor concede sabiduría; de su boca fluyen


conocimiento y ciencia”.
Proverbios 2:6

¡Cuánto le hubiera ayudado a Roboam recordar estas pala-


bras de su padre! Al menos leerlas en algún lugar. La fuente
de la sabiduría está en Dios. Esto es lo que había dicho el
rey sabio. Y ahora el joven rey no se detiene a beber de esa
fuente. Sino que utiliza sus parámetros personales para tomar
decisiones.

Los padres necesitan que la Iglesia les


recuerde su responsabilidad. Tanto en darle
la Biblia a sus hijos como una medicina
preventiva, como también conocerla para
cuando ellos vengan con preguntas.

Salomón había reconocido que, a pesar de su gran sabidu-


ría, esta provenía de Dios. Que el conocimiento y la ciencia
encontraban su origen en los labios de Dios.

Los padres necesitan que la Iglesia les recuerde su respon-


sabilidad. Tanto en darle la Biblia a sus hijos como una
medicina preventiva, como también conocerla para cuando
ellos vengan con preguntas. Un padre que se toma en serio
su paternidad cristiana, bebe todo el tiempo de la fuente de
sabiduría (que es la palabra de Dios), para poder estar saciado
el día que sus hijos busquen de esa sabiduría en sus padres.

(Hago un importante paréntesis para recordarles a la Iglesia


y a los padres, que la Biblia no es solo “un manual para vivir

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lo que los padres necesitan de la iglesia

la vida”, sino que principalmente es la voz de Dios que da a


conocer a Cristo Jesús, para que todo aquel que en Él crea
no se pierda, sino que tenga vida eterna. Esto de la “medi-
cina preventiva” es un elemento extra que tiene la Biblia en
nuestras vidas).

Los padres necesitan que los retes de cuándo en cuándo.


¿Cómo está tu conocimiento de la Biblia? ¿Qué tanto cono-
cen tus hijos de la palabra de Dios? Una iglesia sólida ayuda
a los padres con programas y exhortaciones para que ten-
gan las herramientas necesarias para que sus hijos también
crezcan en ese conocimiento. Cuando los hijos estén sin la
supervisión de sus pares, necesitarán criterios para tomar
decisiones. ¿Tienen esos criterios? ¿Tienen la Biblia en sus
mentes para poder sacarla en momentos de necesidad?

Una iglesia sólida ayuda a los padres con


programas y exhortaciones para que tengan
las herramientas necesarias para que sus
hijos también crezcan en ese conocimiento

La iglesia debe pensar en cómo ayudarles.

III. Aconseja a tu hijo a que se enfoque en


principios
Esta tercera idea, realmente es una derivación de la segunda.
Hay demasiadas cosas puntuales que los niños y jóvenes de
hoy en día están viviendo, de lo que la Biblia no se pro-
nuncia. Escribo este libro en el 2020 y hoy escucho temas

24
lo que los padres necesitan de la iglesia

relacionados al género, feminismo, aborto; de los cuales la


Biblia no es tan explícita como quisiera.

Sin embargo, los principios esta allí. Todos ellos. Claros como
el agua si aprendo a leerlos. Los padres juegan un papel de-
terminante acá como maestros que le muestran a los hijos lo
que hay debajo de cualquier precepto de la Biblia.

Por ejemplo, Moisés escribió:

“No le pondrás bozal al buey que trilla”.


Deuteronomio 25:4

Esta era información que Roboam tenía. ¿Pero qué tiene que
ver esto con el problema social que estaba viviendo? ¡Mucho!

Cuando Moisés lo escribió tenía una aplicación muy práctica


para todos aquellos que tenían bueyes. La idea era conside-
rar al animal que trabajaba tan duro, y que de pronto quería
detenerse en su trabajo para comer algo de lo que él mismo
estaba trillando. La avaricia de algunos hacía que le pusieran
un bozal al buey para que no comiera nada de lo que había
ahí. Que no se desperdiciara nada porque cada grano agrega-
ba gramos que más adelante iban a ser vendidos.

Dios mira esa actitud y les manda a que dejen comer en paz
a los bueyes, ya que el trabajo duro lo hacían ellos. Dios ha-
blaba entonces de justicia para el buey. Pero había otro tema
oculto detrás de eso: la justicia social en el pueblo.

Más adelante el apóstol Pablo lo escribió y le dio una inter-


pretación más general. Pero Roboam sabía estas cosas. Sabía
de aflojar la cuerda a un pueblo que clamaba por menos
peso. Un pueblo que era quien hacía que toda la estructura

25
lo que los padres necesitan de la iglesia

de Israel se moviera. Roboam está discutiendo con las perso-


nas que le dan de comer a él, y los está tratando con rudeza.

Si pienso que “no poner bozal al buey” es solo para quienes


tienen bueyes, me pierdo una enorme parte del consejo de
Dios. Tengo que aprender los principios de cada precepto
para poder llevarlos a la práctica.

Si Roboam hubiera entendido esto, hubiera decidido diferen-


te y al terminar ese día, aun tendría una nación unida.

La Biblia no menciona nada del noviazgo, pero sí del control


y del respeto. No dice nada del cigarro, pero hay principios de
mayordomía del cuerpo. No habla del género, pero sí mencio-
na el orden de la creación. Estas cosas deben hablarse en la
casa; y la iglesia debe empujar a los padres con herramientas,
a mirar más allá que solo el precepto.

Una buena idea sería tomar todos esos temas que hoy viven
las nuevas generaciones, y resumirlos. Buscar el punto de
vista bíblico, con sus principios. Luego imprimirlo en un
documento y dárselo a los padres de tus jóvenes y niños. Les
estarías ayudando a dar pasos en terrenos que muchos de los
padres temen entrar.

26
Necesito que la iglesia me
dé pautas de cómo ejercer
autoridad
Nadie quiere ser mandado. Es un instinto natural a causa del
pecado. La rebeldía habita en cada persona del planeta, hasta en
nuestros hijos. Desde que ellos son muy pequeños sus autoridades
son impuestas y no escogidas. Hay una etapa en la vida en donde
el joven o adulto maduro escogerá a quién seguir y, a pesar de
esa naturaleza rebelde, se pondrá voluntariamente bajo la auto-
ridad de alguien. Pero la niñez no es esta etapa. Por eso la iglesia
juega un rol importante en recordarle a los hijos y a los padres
estas verdades.

¿Por qué será relevante este tema? Para empezar los padres lidian
con esta tensión toda su vida: un padre que quiere ser autoridad,
y un hijo que se resiste a ella. Una vez que ya han dominado el
arte de manejar esta tensión, los hijos se van de casa, se casan
y perdemos la oportunidad de ejercer una buena autoridad. No
podemos permitir que este proceso de aprender a liderar se dé
de forma natural, sino que debe de afrontarse con intención y
estrategia.

Los hijos tienen la fuerza que los padres no tienen, y si no hay


una estrategia pensada, la batalla casi siempre la ganan los
hijos. Los padres no se detienen a pensar en las consecuencias
nocivas que esto produce en la mente y el corazón de un niño o

27
lo que los padres necesitan de la iglesia

adolescente. Si alguna vez has estado presente en una batalla por


autoridad entre un hijo y un padre, podrás ser testigo de lo feroz
que un chico puede ser. Y es triste ver la cara de satisfacción
que un adolescente tiene con su padre cuando le ha “ganado la
batalla”. Un rostro como el de quien acaba de tragarse un vene-
no y está feliz de haberlo conseguido. No podemos permitir que
nuestros hijos tomen ese veneno.

A eso debemos sumarle tantos casos de padres que se cansaron


de intentarlo y entonces simplemente abandonan la tarea de
convertirse en autoridad. Ya no es solo que sus hijos no aceptan
la autoridad, sino que además hay padres que ni siquiera quieren
serlo.

Cuando un padre abandona la tarea de ser


autoridad le está restando a sus hijos un
elemento importante en el desarrollo
hacia la madurez.

Cualquier estudio serio cristiano o no cristiano, te va a decir


que las nuevas generaciones tienen una necesidad intrínseca de
autoridad. Cuando un padre abandona la tarea de ser autoridad,
o simplemente pierde batalla tras batalla, le está restando a sus
hijos un elemento importante en el desarrollo hacia la madurez.
La iglesia debe de recordarle estas cosas constantemente.

Entrenándolos para obedecer a Dios


Uno de los aspectos más relevantes de la autoridad, es que la
dinámica universal con Dios está basada en autoridad. Es decir,
no podemos pretender que nos relacionaremos con Dios de la

28
lo que los padres necesitan de la iglesia

manera en que cada uno escoja hacerlo. Si entendemos quién es


Dios, entonces debemos concluir que Él es la autoridad máxima,
suprema y absoluta. Esto no va a cambiar porque seamos muy
modernos o progresistas. Esta realidad divina está escrita desde
que Moisés documentó las palabras de Dios allá en el desierto:

“Yo soy el que soy”


Éxodo 3:14

Nadie más puede darse el lujo de pronunciar esto con algo de


veracidad. Es solo Dios el que puede decirle al ser humano que la
autoridad absoluta es suya. Que la preexistencia y la eternidad
están en sus manos. Y que entones la forma correcta de relacio-
narse con este Dios infinito y absoluto, es con base a una reve-
rencia y autoridad del ser humano hacia la deidad. Esto debe ser
aprendido, y los seres humanos lo aprenden desde que están en la
cuna, mediante la relación que tienen con sus padres.

Entonces esto de la autoridad paternal se empieza a mirar como


un tiempo de entrenamiento para cuando ellos empiecen su rela-
ción independiente con Dios. Un buen trabajo de entrenamiento
les ayudará a trabajar bien cuando las cosas sean más en serio. Es
responsabilidad del padre equipar a sus hijos para una dinámica
sana con Dios. La iglesia debe apoyar en este sentido.

¿Quién manda en casa?


A los padres nos gusta pensar que las autoridades somos noso-
tros. Por mucho que lo deseemos o por mucho que lo digamos, la
autoridad no se dice, sino que se ejerce. Todos los padres sabemos
que debemos ser sus autoridades, pero hay algunos que, ante la
triste realidad de no serlo, al menos dicen que lo son. Entonces,
¿cómo me doy cuenta si realmente soy la autoridad en casa?

29
lo que los padres necesitan de la iglesia

Esto requiere un simple ejercicio de hacernos algunas preguntas


sencillas:

 ¿Obedecen los hijos a la primera instrucción de sus pa-


dres? ¿O deben de repetirles la orden dos, tres o hasta cinco
veces?
 ¿Duermen los hijos a la hora y en el lugar que sus padres
establecen? (he oído a padres decir que sus hijos duermen
con ellos y hasta las 11 de la noche porque así lo han decidi-
do. Mientras escribo esto sonrío porque recuerdo esos tiem-
pos en mi casa. Ningún padre cuerdo te dirá eso después de
haber dormido en una cama con espacio y a horas decentes.
La verdad es que la mayoría de los padres que duermen con
sus hijos en sus camas y hasta tarde en la noche, lo hacen
exhaustos y rendidos ante la insistencia de sus hijos).
 ¿Comen los hijos lo que sus padres les preparan? ¿O
mamá tiene que hacer un menú especial para cada uno de
ellos de acuerdo a sus gustos?
 Si alguna vez los padres establecieron reglas básicas en el
hogar tales como: “cada hijo arregla su cama”; ¿se cumplen
esas reglas, o ya han sido olvidadas?
Detalles como estos podrían ayudar a los padres a saber si ellos
son la autoridad en casa, o si la autoridad es “la reina del hogar”
(expresión que escuché un millón de veces para con una niñita de
3 años).

Hay edades en las que pensar de esta manera es gracioso y hasta


tierno. Ver a una niñita de 3 años haciendo un berrinche puede
ser simpático. Pero esta misma chica 15 años más tarde le estará
haciendo la vida imposible a sus padres si esto no se arregla a
tiempo. ¿Cuántos padres en la actualidad están impotentes ante

30
lo que los padres necesitan de la iglesia

la rebeldía de sus hijos porque un día en su niñez no tomaron la


autoridad que debieron haber tomado?

(Esta idea no pretende ser una fórmula que encierre a todos los hijos.
Hay hijos de todo tipo y hay situaciones diversas. Hay chicos con una
inclinación natural más agresiva hacia la autoridad. Cada caso debe
de ser tratado individualmente y contemplar en qué momento un
profesional tiene que venir a tratar de ayudar. Estas cosas que escri-
bo las digo desde la generalidad o desde el promedio).

Empoderando a los padres


En nuestros tiempos los padres se la pasan improvisando, porque
no tienen un marco de referencia para tratar estos temas. Aun
padres cristianos que entienden que la verdad de Dios se encierra
en la Biblia; no toman la disciplina de buscar las verdades en el
texto. Esto significa que no han entendido el mandamiento bí-
blico de liderar en amor a sus hijos. Esta expresión va de la mano
con el pastoreo que los chicos necesitan. La iglesia debe recordar-
les que todas las facilidades que les brindemos y las herramientas
académicas, no son suficientes si no les inculcamos un reverencial
temor a Dios a través de nuestra autoridad. Los hijos deben ser
enseñados en la verdad de que la obediencia a los padres y even-
tualmente a Dios es una virtud de una vida madura y sabia.

Moisés narra las aventuras de Abraham en Génesis 18, y nos deja


ver una verdad importantísima: “la autoridad es una idea de
Dios, no de los padres”.

(Dios dijo) “Estoy seguro de que (Abraham) enseñará a sus


descendientes a obedecerme, de modo que cuando él muera ellos
continúen practicando la justicia y la honestidad”
Génesis 18:19 (énfasis agregado).

31
lo que los padres necesitan de la iglesia

Los hijos deben ser enseñados en la verdad de


que la obediencia a los padres y eventualmente a
Dios es una virtud de una vida madura y sabia.

La autoridad es parte de la agenda de Dios. Él ha escogido a los


padres para que den pautas a sus hijos de cómo comportarse y
andar en integridad. Para Abraham la tarea no era solo personal,
sino que abarcaba más allá y permeaba en sus hijos. Abraham
tenía la misión de poner la mirada de sus pequeños en Dios, a
través de la autoridad ejercida. La obediencia a Dios es algo que
se aprende, y se aprende desde la plataforma de la autoridad. De
esta forma los hijos tienen un futuro garantizado, un futuro don-
de practican la justicia y la honestidad; a pesar de que sus padres
ya no estén presentes.

La obediencia a Dios es algo que se aprende, y se


aprende desde la plataforma de la autoridad.

Pablo va a tomar esta idea y la va a sintetizar siglos después a la


iglesia que estaba en Éfeso:

“Hijos, obedezcan a sus padres, pues esto es lo que deben hacer


los que pertenecen al Señor.  «Honra a tu padre y a tu madre» es
el primer mandamiento que contiene una promesa: «para que te
vaya bien y disfrutes una vida larga»”.
Efesios 6:1-3

Para Pablo, la conducta de sujeción a la autoridad es sinónimo


de aquellos que pertenecen a Dios. Pablo hace en este pasaje lo
que este capítulo quiere plantear. La iglesia, desde su trinchera, le

32
lo que los padres necesitan de la iglesia

“grita” a voz en cuello a los hijos: ¡obedezcan! Y por el otro lado


les dice a los padres cómo ejercer esta autoridad. El versículo 4 de
Efesios 6 da una fuerte advertencia a los padres:

“Y en cuanto a ustedes, padres, no hagan enojar a sus hijos. Más


bien edúquenlos como quiere el Señor, con disciplina y consejos”.
Efesios 6:4

¡Papás, contrólense! No usen la autoridad que es divinamente dada


para exasperar a sus hijos. Dios quiere que los eduquemos y menciona
dos elementos importantes: la disciplina (autoridad) y los consejos. Dios
quiere hablarles a los hijos de una manera puntual, y Él ha escogido,
desde el inicio de los tiempos, hacerlo a través de sus padres. ¡Qué
verdad tan reveladora! ¡Dios quiere hablar con mi hijo, y quiere hacerlo
a través mío! La Iglesia no puede quedarse callada ante esta verdad,
debe de ser comunicada y empoderar a los padres a tomar su papel en
esta dinámica tan relevante.

Dios quiere hablarles a los hijos de una manera


puntual, y Él ha escogido, desde el inicio de los
tiempos, hacerlo a través de sus padres.

La Iglesia debe recordarles a los padres y a los hijos lo que Dios


piensa con respecto a la rebeldía. No hay un solo verso que la
alabe, sino más bien se la desprecia y se la condena. Lo decimos
simple: la obediencia trae bendición a la vida de los hijos; la
desobediencia… calamidad.
Mientras escribo esto estoy leyendo Ezequiel. Es un libro algo
denso de la Biblia, pero me resulta curioso ver cómo fue el lla-
mamiento de Ezequiel por parte de Dios. Antes de encomendarle

33
lo que los padres necesitan de la iglesia

las cosas que tenía que hacer, Ezequiel es llamado por Dios,
quien utiliza todo el capítulo 2 para darle una instrucción. Pudo
haberlo hecho con 2 versículos y 20 palabras, pero utilizó todo
el capítulo para esa breve advertencia. Nota cuántas veces Dios
hablará de conceptos como la rebeldía.

“Y me dijo: ¡Ponte de pie, hombre mortal, que hablaré contigo!


Y el Espíritu entró en mí mientras me hablaba, y me puso de pie.
«Hombre mortal, me dijo, yo te envío a los israelitas, una nación
terca, nación que está siempre rebelándose contra mí. Ellos y
sus antepasados han vivido siempre desoyendo mis consejos y
sin aceptar mi dirección. Ellos son un pueblo terco, de corazón
duro. Pero yo te envío para comunicarles a ellos mis mensajes, los
mensajes del Señor Dios. Y si ellos escuchan o no (pues acuér-
date que son rebeldes), por lo menos sabrán que han tenido un
profeta entre ellos. Hombre mortal, no tengas temor de ellos, no
te asustes, aun cuando te amenacen con arrojarte a un pozo lleno
de escorpiones. No desmayes ante sus semblantes airados, pues
acuérdate que son rebeldes. Tú debes entregarles mis mensajes,
escuchen ellos o no (pero no lo harán, porque son muy rebeldes). 
Escucha, hombre mortal, lo que yo te diré. ¡No seas tú también
rebelde! ¡Abre la boca y come lo que te daré!»”.  
Ezequiel 2

Yo conté al menos 5 veces en las que explícitamente Dios habla


de la rebeldía. Dios establece su intención de mandarles a alguien
para que no se extravíen, pero también da en el clavo de por
qué es tan difícil ponerlos en un camino de paz. Y esto es por su
rebeldía. Inclusive hacia lo último del capítulo da la advertencia
final: “no seas rebelde”. Y me gusta cómo termina, porque bien
podría ser una aplicación práctica en la vida de nuestros hijos:
“¡Abre la boca y come lo que te daré!”

34
lo que los padres necesitan de la iglesia

Esta es la actitud de un hijo obediente que dice: “Sí papá, me


como lo que me des, porque reconozco tu autoridad, y sé que lo
que me mandes honra a Dios y, por lo tanto, me hará bien”.

A menos que seas padre, no tendrás esto dentro de tus priori-


dades. Constantemente hablo con líderes de iglesias que por su
condición de “no padres”, olvidan estos temas tan relevantes.
La Biblia lo tiene muy presente; le recuerda esto tanto a padres
como a hijos:

“Disciplina a tu hijo mientras hay esperanza; si no lo haces, le


arruinarás la vida”.
Proverbios 19:18

Este pasaje me pone “la piel de gallina”. La expresión “mien-


tras hay esperanza”, me asusta. Parece ser que el proverbista
insinúa que hay un tiempo cuando tenemos que decir: “Ya no,
el tiempo pasó, la ventana de oportunidad se cerró”. Este día
negro puede llegar. Lo único que quedará es lo que inculcamos
en la vida de los chicos. Por eso, Salomón lo dice de forma clara:
¡Disciplínalos!... ahora que puedes.

“Hijo mío, escucha las correcciones de tu padre y no rechaces las


enseñanzas de tu madre”. 
Proverbios 1:8

Al hijo también se le dice acerca de las correcciones. ¡Escúchalas,


no las rechaces! La expresión en todo el consejo bíblico para
esto es: “Te darán vida”. No hay instrucción divina que no traiga
beneficio para quien la obedece. La iglesia debe enseñar, tanto
a padres como a hijos, que esta relación de autoridad no solo es
buena porque obedece y honra a Dios, sino que además es inteli-
gente porque trae beneficios para el hijo.

35
lo que los padres necesitan de la iglesia

Hay un último pasaje que es bueno que le recordemos a los


padres. A pesar de que hay padres buenos y otros no tan buenos,
cualquier padre te dirá que ama a sus hijos y que desea lo mejor
para ellos. ¿Por qué no analizar este deseo desde la óptica de
Proverbios 20:20?

“Al que maldice a su padre o a su madre, la lámpara de su vida se


le apagará en la más terrible oscuridad”.
Proverbios 20:20

La iglesia debe enseñar, tanto a padres como a


hijos, que esta relación de autoridad no solo es
buena porque obedece y honra a Dios, sino que
además es inteligente porque trae beneficios
para el hijo.

Si quiero evitarle a mis hijos este panorama tan oscuro, debo


enseñarles a sujetarse a la autoridad. De lo contrario, el respeto
no existe y el destino es desalentador: “la vida se le apagará en la
más terrible oscuridad”.

Escuché a padres hablar del “espíritu libre” de sus hijos, en un


intento por no verse mal con los demás. En lugar de eso debería-
mos de haber dicho “espíritu rebelde y pecaminoso” (lo cual sería
una observación más acertada). Pero lo más preocupante no es
cómo el hijo puede deshonrar al padre, sino que a la postre, este
hijo cosechará lo que ha sembrado: una terrible oscuridad. Y este
final es responsabilidad no solo del hijo, sino también del padre
que no le enseñó a sujetarse desde que era pequeño.

Iglesia… enseña estas cosas ahora que hay tiempo.

36
Necesito que la iglesia me
enseñe a hablarle de sexo
a mi hijo
Sexo. ¡Shhhhh! Esta tarea obligada para los padres, pero a la vez
incómoda. Día a día veo a más padres hablar con naturalidad de
estos temas con sus hijos, pero aun con una deuda de un plan de-
finido. Es decir, cada padre habla desde su trinchera, su vivencia y
su cosmovisión particular. A pesar de que los padres de hoy en día
tienen más anuencia y conciencia al hablar, aun nos falta afinar
un poco más el enfoque. A fin de cuentas, ¿dónde aprende de se-
xualidad la comunidad cristiana? ¿Quién inventó el sexo? Es más,
¿quién es el sexólogo más reconocido del Universo? Todas son
preguntas que tienen su fundamento en Dios. Entonces, ¿cuál es
el plan basado en el consejo de Dios que tenemos para hablar de
sexualidad con nuestros hijos? Ahí es donde los padres se diferen-
cian entre los “regulares” y los “extraordinarios e intencionados”.

Mientras escribo esto, mi hija de 14 años hace preguntas difíciles,


y mi hijo de 11 toma nota y luego me las replantea de una mane-
ra distinta. Soy sujeto de esos temores en cuanto a las decisiones
que mis hijos tomarán dentro de muy poco tiempo, y también
esclavo de la tranquilidad de pensar que aún son muy chicos para
estos temas. El tiempo de hablarles sobre sexo es ahora, porque
hay un mundo entero allá afuera que quiere discutir estos temas
con ellos.

37
lo que los padres necesitan de la iglesia

El tiempo de hablarles sobre sexo es ahora,


porque hay un mundo entero allá afuera que
quiere discutir estos temas con ellos.

La iglesia debe empezar con esta premisa: “La mayoría de los


padres quieren que sus hijos tomen buenas decisiones referentes
al sexo, pero no tienen idea de dónde empezar”. Una vez más, allí
entramos los líderes y la iglesia, como una herramienta para la
familia.

Entonces, acá te dejo algunas ideas de cómo ayudarles.

Cualquier experto en estos temas te dirá que el mejor ambiente


para enseñar sexualidad a nuestros hijos se da en una familia
tradicional. Papá y mamá. Y aun me permito hacer una observa-
ción personal. A pesar de que la labor de enseñar sexualidad es de
ambos padres, he visto que funciona mucho mejor si la carga de
las hijas es llevada por las madres y la de los hijos por los padres.
Hay un asunto simplemente de empatía que yo no puedo tener
con mi hija de 14 y mi esposa sí puede. Y hay un sinfín de cosas
que mi hijo siente y pensamientos que tiene, que mi esposa nun-
ca experimentó, así que me es más sencillo a mí hacerlo.

Cualquier experto en estos temas te dirá que


el mejor ambiente para enseñar sexualidad a
nuestros hijos se da en una familia tradicional.
Papá y mamá.

Evidentemente estoy consciente de que la familia tradicio-


nal dejó de ser la norma hace mucho tiempo. Pero parte de la

38
lo que los padres necesitan de la iglesia

recomendación que deberíamos de hacer a los padres, es la de


buscar referentes para nuestros hijos, tanto masculinos como
femeninos. Esto, en el caso de que el hijo esté siendo guiado solo
por uno de los padres. No estoy sugiriendo que una mamá le
consiga un “papá” a su hijo para que le enseñe estas cosas, sino
que busque a un varón maduro, cristiano, de buen testimonio y
confiable; que pueda afirmar las cosas que mamá le está ense-
ñando al hijo.

Otra cosa que los expertos enseñan es que la dinámica con los
hijos se da en un ambiente de conversación. Es decir, logramos
mejores resultados cuando hablamos CON ellos en lugar de sen-
tarnos y sermonearlos. (No me malentiendas, el sermón puede ser
bueno, pero la dinámica no es la mejor). Los padres deben hacer
un esfuerzo por recordar que Dios también ha honrado a nuestros
hijos con un cerebro, así que es posible razonar con ellos, y hablar
en el campo de lo intelectual, no solo desde la óptica de la orden
de un padre. Los hijos pueden ser llevados a la verdad de Dios a
través de la instrucción. Pablo lo dijo así:

“Así que la ley fue nuestra maestra que nos condujo a Cristo, para
que fuésemos justificados por medio de la fe”.
Gálatas 3:24

La idea que brinda Pablo es la de una gentileza con la cual la ley


se presenta, me convence y me guía. Buscando lo mejor me toma
de la mano y me lleva a la verdad. Estos pueden ser perfectamen-
te nuestros hijos. Así que hablemos “con” ellos y no solo “a” ellos.

Por eso abordamos el tema desde una óptica cristiana; no solo


desde el plano restrictivo. Muchos padres limitan su educación
sexual a decirle a sus hijos: “No sexo hasta que se casen”. Y si
bien la declaración puede tener matices de verdad, la educación

39
lo que los padres necesitan de la iglesia

sexual en la casa es mucho más amplia que eso. Como padre no


puedo esperar que el estándar final para mis hijos sea que se “ca-
sen vírgenes”. Desde luego que deseo eso, pero además deseo que
consideren la sexualidad como fue creada por Dios. Que aprendan
a verla como algo bueno, disfrutable y como un regalo de Dios.
La virginidad hasta la noche de bodas es solo una manifestación
de haber entendido todas estas cosas. Virginidad hasta el matri-
monio no significa una vida sexual plena y gratificante.

Sexualidad Distorsionada
El gran maestro Jesucristo dijo en cierta ocasión:

“También les contó esta parábola: «¿Acaso puede un ciego guiar


a otro ciego? ¿No caerán los dos en un hoyo? El discípulo no sabe
más que su maestro, pero todo discípulo que ha completado sus
estudios puede llegar a igualar a su maestro”.
Lucas 6:39-40

Me resulta perturbador pensar en esta parábola e identificar a


muchos padres que siendo, por decisión divina, los maestros;
sean tan ciegos como sus hijos. La naturaleza del maestro es la
de alguien maduro, más grande, más experimentado. Y sí, puede
que el padre haya tenido muchas más experiencias sexuales que
su hijo, pero esto no lo hace maestro; hasta que esta experiencia
esté validada por el consejo de Dios.

La fuente de la sexualidad sana no es mi limitada


cosmovisión o mi historia, sino la historia del
sexo escrita por Dios.

40
lo que los padres necesitan de la iglesia

Nuestro mundo exalta la experiencia por sobre el conocimiento.


La Biblia me habla de un conocimiento que es llevado a la expe-
riencia. La fuente de la sexualidad sana no es mi limitada cosmo-
visión o mi historia, sino la historia del sexo escrita por Dios.

Por eso la pregunta que la iglesia debe hacer de manera obligada


a los padres es: ¿Qué dice la Biblia con respecto a la sexualidad?
El anhelo de un padre en materia de sexualidad es que sus hijos
puedan un día entender y disfrutar la sexualidad como Dios lo
pensó desde el inicio; pero que además un día ellos mismos se
conviertan en maestros, de sus propios hijos, y de muchos más.

Por eso debemos levantar muy alto el estándar del maestro. Si mi


conocimiento de la sexualidad como padre está basado solo en la
anatomía, sin lugar a dudas mis hijos me alcanzarán muy rápido
(con tan solo una búsqueda en Google). La sexualidad abarca es-
pacios como la anatomía, pero también la espiritualidad, la parte
emocional, la intimidad, la confianza, la vulnerabilidad y la cone-
xión. Estas cosas no se aprenden en un buscador en la Internet.

Sería muy triste ver al padre junto con su hijo cayendo al hoyo
porque ambos eran ciegos. Es responsabilidad del padre ver la se-
xualidad con ojos bíblicos. Esto es lo que llamamos pensamiento
bíblico. Que todas las cosas, aun el sexo, se miran desde la óptica
de Dios. Solo comunicamos lo que sabemos. Y el padre cristia-
no debe tener claro de dónde viene lo que él sabe. No podemos
esperar que nuestros hijos adquieran información correcta si no
la tenemos nosotros. Si los padres miran el sexo con morbo, ver-
güenza, egoísmo o como una herramienta de manipulación que
maquilla los problemas de una pareja, entonces nunca lo verán
desde la perspectiva maravillosa que tiene. La enseñanza del sexo
en los hijos empieza en la cosmovisión del padre.

41
lo que los padres necesitan de la iglesia

La iglesia debe apoyar a estos padres, antes que a sus hijos. Hay
padres que sufrieron abusos en su juventud, o vivían en hoga-
res donde su madre era violada frecuentemente por su padre.
Algunos de ellos nunca hablaron de sexo en sus hogares y por
consiguiente lo miraban como algo sucio o malo. Otros de ellos
cayeron en fornicación siendo jóvenes. Algunos tuvieron a sus
hijos como resultado de una relación nociva y hay muchas
madres que han aprendido a ser solo objetos sexuales para un
esposo egoísta. ¿Crees que esto afecte la forma en la cual miran
la sexualidad; visión que luego transmitirán a sus hijos? La iglesia
no puede quedarse callada al respecto.

Muchas de las encuestas que los padres llenaron antes de escribir


este libro, hablaban de “sexualidad” y de “escuela para padres”.
Los padres están deseosos de crecer, y creo que es un buen mo-
mento para escucharos y ayudarles.

Ideas para fomentar en el hogar


Nada de lo que se diga tiene algún impacto, si no se lleva a la
práctica. Esta enseñanza la escuchamos de Dios una y otra vez.

“Todos los mandamientos que yo os ordeno hoy, tendréis cuidado


de ponerlos por obra, a fin de que viváis”.
Deuteronomio 8:1 (LBLA)

“Pongan en práctica la palabra y no se limiten a sólo escucharla


pues de otra manera se engañan ustedes mismos”.
Santiago 1:22

Dios es cuidadoso en decirnos: “Practiquen lo que les digo”, así


que permíteme darte dos consejos desde la óptica de padre de
dos adolescentes y pastor de una iglesia.

42
lo que los padres necesitan de la iglesia

I. Habla, habla y habla:


En estos días es sumamente sencillo encontrar oportunidades
para platicar con nuestros hijos de sexo. Vivimos en un mun-
do súper erotizado donde a cada instante nuestros hijos se
ven bombardeados con mensaje que motivan al desenfreno y
el morbo. La cantidad de cosas que nuestros hijos miran hoy
en día es incontrolable.

No me considero viejo, pero en mis tiempos de adolescencia


era mucho más sencillo para mis padres controlar las cosas a
las que yo me veía expuesto. Hoy no es así. Los tiempos cam-
biaron y deberíamos aprovechar aun las cosas incorrectas,
vulgares o malintencionadas que nuestros hijos miran, para
poder platicar del tema.

Mi hijo de 11 años está en ese proceso espantoso donde, poco


a poco, abandona la inocencia. Puedo mirarlo en sus ojos
cuando me hace preguntas. Y debo de estar listo para res-
ponder con pláticas y no con rubor a sus inquietudes.

Para esto se necesita algo llamado INTENCIÓN. Recién estuve


de viaje con él, y en la habitación donde nos hospedábamos
tuvimos pláticas muy profundas y cortas de la sexualidad
(sí, dije “cortas” porque un chico de 11 años no mantiene
demasiado tiempo su atención en lo que un papá le diga).
Sin embargo, puedo darte fe que eso no solo nos une como
padre e hijo, sino que además a él le da la sensación de que
tiene la puerta abierta con papá. Una puerta donde siempre
va a encontrar respuestas a sus preguntas.

Muchísimos padres tienen el deseo de que sus hijos aprendan,


pero no el tiempo para sentarse a platicar con ellos.

43
lo que los padres necesitan de la iglesia

II. Estudia del tema:


¡Se el mejor sexólogo del mundo! La Biblia como primera
fuente. Aprende qué dice Dios de cada detalle. No vas a en-
contrar temas de sexualidad ni de pornografía, pero defi-
nitivamente encontrarás los principios una y otra vez. Hay
decenas de historias que apuntan a esto.

Recuerdo la vez cuando mi papá me habló de la mujer adúl-


tera en Proverbios 5. Fue dibujándome el pasaje en mi mente
versículo a versículo. No solamente me dijo: «Sé virgen», sino
que me mostró el texto bíblico y las advertencias de un padre
amoroso.

Recientemente con mi hijo leímos la historia de Tamar y su


hermano Ammón (2 Samuel 13), y fue una buena oportu-
nidad para platicar con Diego referente al descontrol que
produce en la mente de un hombre desordenado la parte
sexual. Y cómo esto puede llevarte a escenarios tan bajos y
humillantes como desear a tu hermana. Es muy gratificante
ver los ojos de tu hijo cuando está aprendiendo cosas que
enfrentará en el futuro.

Hay tanto para estudiar con nuestros hijos. La Biblia mira el


sexo como algo bueno. Lo habla de manera sana y descarada
en libros como Proverbios, Cantares, y un sin fin de historias
más.

Hace 3 años mi esposa empezó a leer, con mi hija, un libro


escrito por mis amigos Lucas Leys y Jim Burns. Fue un pro-
ceso de varios capítulos y muchas referencias bíblicas donde
ellas pudieron pasar tiempo platicando y evacuando dudas.

44
lo que los padres necesitan de la iglesia

Gran parte de la sanidad mental sexual que tiene mi hija, es


producto de ese tiempo con mi esposa.

Empiezo a leer el libro con mi hijo en 2 semanas…

¡Iglesia!, como lo he escrito varias veces en este libro, debemos de


proveer espacios para que los padres hagan mejor su trabajo con
sus hijos. Haz tu propia encuesta local en cuanto a cómo ayudar-
les a ser mejores en la comunicación de la sexualidad a las nuevas
generaciones.

45
Necesito que la iglesia
adapte sus programas para
que faciliten la comunidad
familiar
Uno de los pecados que la iglesia podría cometer, es caer en
un activismo sin dirección. Hago esta aclaración porque mu-
chas veces he escuchado la palabra “activismo” en un marco de
condena, cuando no he encontrado nada que le quite el valor a
las actividades. Todos vivimos cada segundo de nuestra vida en
una actividad tras otra. Desde esa definición podríamos decir que
nuestra vida es un activismo constante. Dormir, comer, pensar,
trabajar, disfrutar, orar, reír, etc.

La iglesia no es la excepción. Así que me daré brevemente a la ta-


rea de definir por qué es que el activismo es mal visto en muchos
círculos.

Como pastor he de confesarte la carga de responsabilidad con la


que los líderes nos vemos tentados a diario. Aunque entendemos
que el ministerio está para honrar a Dios y servir a los demás, es
muy común querer sacarnos buenas notas con los hombres y de
segundo plano con Dios. La tentación radica en querer que la
iglesia misma esté contenta con mi trabajo, y - como este mundo
se rige por la producción - una iglesia que hace mucho, es una
iglesia que se ve bien.

46
lo que los padres necesitan de la iglesia

Todos sabemos que esto no es necesariamente cierto. Podríamos


tener en ambos ejemplos, casos buenos y malos. Podemos encon-
trarnos con iglesias que no hacen nada de nada y se mantienen
por inercia, pero no contribuyen a la expansión de reino de Dios.
Así como podríamos tener iglesias que hacen mil y una actividad,
y tampoco estar contribuyendo al reino de Dios. Por el otro lado,
podríamos ver iglesias que hacen muy poco, pero son tan efi-
cientes y tan enfocadas en lo que hacen, que esto tiene un gran
impacto a los ojos de Dios. Finalmente podemos ver iglesias que
hacen muchísimo, y que además tienen una misión clara, bíblica,
Cristo céntrica; y entonces crecen, ayudan, bendicen, y cumplen
el propósito de Dios en sus vidas.

Así que la cantidad de actividades que hagan no es la clave. El


punto está en el enfoque. Por eso me atrevo con mucho cuidado
a entrar en el área del ¿para qué existe la iglesia?

Estoy consciente de que cada iglesia tiene una declaración de


propósito única y particular, pero creo que la “macro visión” no
deberían definirla los pastores, sino el dueño y fundador de la
iglesia.

Jesucristo habló de este concepto de comunidad cuando nos


mandó a ser uno, así como el padre y Él eran uno (Juan 17), y una
vez que ascendió a los cielos dejó la instrucción muy clara:

“…él se les acercó y les dijo: —He recibido toda autoridad en


el cielo y en la tierra. Por lo tanto, vayan y hagan discípulos en
todas las naciones. Bautícenlos en el nombre del Padre, del Hijo y
del Espíritu Santo, y enséñenles a obedecer los mandamientos que
les he dado. De una cosa podrán estar seguros: Estaré con ustedes
siempre, hasta el fin del mundo”.
Mateo 28:18-20

47
lo que los padres necesitan de la iglesia

¿Quién no ha escuchado la famosa “Gran Comisión”? Pues acá


está Jesús definiendo qué es lo que tenemos que hacer. Punto. No
hay espacio para inventar propósitos. Puedo darle mis sinónimos
o enfoques principales, pero Jesús nos mandó a hacer discípu-
los, bautizarlos y enseñarles a guardar sus mandamientos; con
la gloriosa promesa que Él mismo estaría con nosotros cuando
realizáramos esta tarea.

Si una iglesia entiende esto, las actividades que hagan empie-


zan a tener una dirección sana y bíblica. Lo que sucede muy a
menudo es que estamos tan atiborrados de actividades que no
le apuntan a la Gran Comisión, que cuando alguien quiere hacer
una propuesta sana, no tenemos el espacio para hacerlo.

Es responsabilidad de la iglesia evaluar si las cosas que estamos


haciendo apuntan a este propósito.

En la iglesia que dirijo tenemos una premisa: “Si la actividad que


quieres proponer cumple nuestro propósito, entonces podemos
sentarnos a discutirla. Si no lo hace, ni siquiera la traemos a la
mesa”. He de contarte que esto al inicio me trajo problemas con
la tradición local. Cuando empecé el pastorado, había varias cosas
buenas que se desarrollaban desde hacía muchísimos años, pero
que no cumplían con el propósito que habíamos establecido. Tal
vez porque tenía 27 años en ese momento, me fue muy sencillo
simplemente quitarlas del calendario, pero ahora entiendo cómo
a las personas de 40, 50 o 60 años, les resultó más complicado.
Aun sostengo que fue una buena decisión, porque le da un “nor-
te” más claro a la iglesia sobre adónde vamos.

Muy bien, ¿adónde voy con todo esto? La familia debe ser un
punto importante dentro de las agendas de las iglesias. ¿Por qué?

48
lo que los padres necesitan de la iglesia

Porque las familias son un punto importante dentro de la agenda


de Dios.

Si recuerdas una de las primeras intervenciones que tuvo Dios


con el padre de la fe, Abraham, recordarás adónde apuntó Dios
cuando anunció al Mesías.

“Y el Señor dijo a Abram: Vete de tu tierra, de entre tus parientes


y de la casa de tu padre, a la tierra que yo te mostraré. Haré de
ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre,
y serás bendición. Bendeciré a los que te bendigan, y al que te
maldiga, maldeciré. Y en ti serán benditas todas las familias de la
tierra”.
Génesis 12:1-3

La familia debe ser un punto importante dentro


de las agendas de las iglesias. ¿Por qué? Porque
las familias son un punto importante dentro de
la agenda de Dios.

Cuando Dios interviene en la vida de Abraham, lo hace pensan-


do en la bendición de las familias de la tierra. ¿Te has puesto a
pensar en eso? En un mundo que quiere destruir el concepto
de familia y matrimonio, Dios nos recuerda que, desde el origen
mismo del tiempo, Él pensaba en las familias.

Así empieza todo, con una familia; y luego escoge a un hombre


de familia para que desde ahí restaure a las familias de la tierra.
Esto quiere decir que el propósito de la iglesia en Mateo 28, tiene
de alguna forma que apuntar a las familias. Piénsalo así:

49
lo que los padres necesitan de la iglesia

“Por lo tanto, PADRES vayan y hagan discípulos DE SUS HIJOS.


Bautícenlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo, y enséñenles a obedecer los mandamientos que les he dado.
De una cosa podrán estar seguros: Estaré con ustedes siempre,
hasta el fin del mundo”.
*(Énfasis añadido).

En un mundo que quiere destruir el concepto de


familia y matrimonio, Dios nos recuerda que,
desde el origen mismo del tiempo, Él pensaba en
las familias.

¿Tiene sentido? No estoy rompiendo ninguna regla de


Hermenéutica, solo le doy un sentido aplicativo al pasaje. La
educación de los hijos está puesta en primera instancia en la fa-
milia. Por eso la iglesia que entiende esto, prepara y modifica sus
programas para que los padres tengas ideas, opciones y tiempo
para llevar esto a cabo.

Activismo Incompleto
Imagina esta iglesia. Los martes se reúnen los adultos a orar.
Los miércoles las mujeres adultas a aprender de Dios. Los jueves
tienen un estudio bíblico para adultos. Los sábados los jóvenes
se reúnen con otros jóvenes a estudiar la Biblia. Los domingos se
reúnen las familias, pero son separadas en cultos de niños y cul-
tos de adultos. Cada segmento aprende cosas diferentes y luego
todos se van a casa, para volver a empezar todo de nuevo como
iglesia.

50
lo que los padres necesitan de la iglesia

¿Te suena conocido? Esta es la imagen de muchísimas iglesias en


todo el mundo. Tenemos un alto valor por la familia y la relación
entre padres e hijos, pero no le dedicamos nuestros programas,
recursos ni tiempo a esta interacción.

Muchos padres me han escrito pidiéndome que le diga a la igle-


sia que les ayude con esto, ya que sus dinámicas familiares son
complicadas. Viven entre el trabajo, las actividades y los hijos; y lo
que usualmente comprometen es a sus hijos; nunca su trabajo. Esta
disfuncionalidad tiene que ser atacada desde la iglesia. Esto se da
no solo con sermones, sino con ejemplos de una interacción sana.

Tenemos un alto valor por la familia y la


relación entre padres e hijos, pero no le
dedicamos nuestros programas, recursos ni
tiempo a esta interacción.

¿Y cómo se ve esa interacción sana en una familia?

Uno de los pasajes bíblicos más recitados en la tierra es el


SHEMA. Esta es una oración que los judíos han hecho durante
miles de años. Es el credo donde declaran lo más sagrado, y está
escrito en Deuteronomio 6. Mira lo que Dios le escribió a su pue-
blo hace 3000 años.

“El Señor su Dios me ha pedido que les dé estos mandamientos,


para que los obedezcan en la tierra a la que pronto entrarán y
en la cual vivirán. El propósito es que ustedes, sus hijos y nietos,
obedezcan al Señor su Dios en todo. ¡Esa es la manera en que
ustedes lo honrarán! Como resultado, vivirán muchos años llenos
de prosperidad. Por tanto, oh Israel, escucha atentamente cada

51
lo que los padres necesitan de la iglesia

mandato y ponlo por obra para que te vaya bien a ti y a tus hijos.
Si obedeces estos mandamientos llegarás a ser una gran nación
en la tierra gloriosa de la que fluye leche y miel, según la promesa
de Dios a tus padres. »Oye Israel: el Señor nuestro Dios es nuestro
único Señor. Ámalo con toda tu capacidad mental, con todo lo que
eres y con todo lo que vales. Debes pensar constantemente en estos
mandamientos que te doy en este día. Debes enseñarlos a tus hijos
y hablar de ellos cuando estás en casa o cuando caminas con ellos;
al acostarte y al levantarte. Átalos en tu mano y llévalos en la fren-
te, escríbelos en la puerta de tu casa y en los portones de tu ciudad”.
Deuteronomio 6:1-9 (énfasis añadido)

¿Notas cómo Dios establece una relación muy cercana entre la


asamblea y la familia? Parece que empieza a hablar con el pue-
blo, pero inmediatamente mira a los padres, luego sigue con la
asamblea y de regreso a las familias. Dios no hace una separación
entre “tiempo de iglesia” y “tiempo de familia”. Es una unidad que
trabaja en conjunto para educar a las nuevas generaciones.

Dios no hace una separación entre “tiempo de


iglesia” y “tiempo de familia”. Es una unidad que
trabaja en conjunto para educar a las nuevas
generaciones.

Como yo lo entiendo, la Iglesia debe apoyar a las familias con la


educación de sus hijos, y para esto tiene que modificar sus pro-
gramas a fin de que faciliten a los padres esta tarea.

52
lo que los padres necesitan de la iglesia

¿Cómo se implementa?
Los ejemplos que puedo darte son miles, pero el punto no es im-
plementar los ejemplos, sino el concepto. Hacernos la pregunta:

¿Cómo podemos ayudar a través de nuestros


programas, a los padres para que pasen más
tiempo en el discipulado con sus hijos?

Si logramos interiorizar esta premisa en el ADN de la iglesia, en-


tonces las posibilidades son infinitas. Utiliza estos ejemplos para
que te den una idea de lo que podríamos hacer para ayudarles.

I. Oración en familia en las reuniones de


iglesia:
Orar no es extraño para ninguna iglesia. Pero muchas veces lo
hemos convertido en una disciplina individual. “Orar es algo
personal”. Pero ¿lo es? ¿Habrá evidencia de que la oración es
más colectiva que individual?

“Estén siempre contentos. Oren en todo momento. Den gracias a


Dios en cualquier situación, porque esto es lo que Dios quiere de
ustedes como creyentes en Cristo Jesús”.
1 Tesalonicenses 5:16-18

“Y estamos seguros de que Él nos escuchará cuando le pidamos


algo que esté de acuerdo con su voluntad”.
1 Juan 5:14

“Nunca se cansen de orar. Oren siempre con gratitud”.


Colosenses 4:2

53
lo que los padres necesitan de la iglesia

“Entonces ustedes me invocarán, y vendrán a suplicarme,


y yo los escucharé”.
Jeremías 29:12

Estos son 4 de decenas de versículos en los que la Biblia


menciona la oración. Es interesante que muchísimos de ellos
apuntan a la pluralidad de la acción. Oren, ustedes, nos escu-
cha, pidamos, me invocarán, los escucharé.

Indiscutiblemente en la mente de Dios la oración se hace no


solo a nivel personal, pero también a nivel congregacional. Y
la primera y más íntima congregación creada por Dios, es la
familia.

¿Por qué no pensar en tiempos de oración en la iglesia, donde


los padres puedan sumar a sus hijos, e interceder juntos?
Imagina este tiempo cuando el director de un programa invi-
ta a quienes vienen con sus hijos a tener un tiempo familiar
de 5 minutos. Aquellos que vienen solos o no tienen hijos
pueden juntarse también, pero quienes vienen en familia se
unen e interceden juntos. Puede ser que los adolescentes
tengan que dejar un momento sus asientos con sus amigos
para ir con sus padres, ¡pero está bien!

Esto le da un mensaje tanto a los padres como a los hijos:


“¡La oración se hace en familia!”

II. Santa Cena en familia en la iglesia y luego


en casa:
Siguiendo la línea de lo que hacemos en las reuniones gene-
rales, podemos pensar en ese momento sagrado cuando re-
cordamos la muerte y resurrección de Jesucristo. La mayoría

54
lo que los padres necesitan de la iglesia

de las iglesias toman la Cena del Señor regularmente, al


menos una vez al mes. ¿Por qué no hacerlo desde la familia?
¿Quién nos dijo que dar la Cena del Señor era un trabajo
exclusivo para los pastores? (Estoy consciente que algunas
iglesias tienen como sacramento no solo el dar la Cena del
Señor, sino además que está designado exclusivamente para
los ministros el dar la cena a los demás. Así que esto es un
buen punto para no meternos en líos con nuestras autorida-
des eclesiales).

Personalmente no pienso así…

Por eso les propongo que en el tiempo de la Cena del Señor


pueda ser compartida por los líderes naturales de las nuevas
generaciones: sus padres. El mandato bíblico es claro:

“Entonces tomó el pan, dio gracias por él, lo partió, se lo dio a


ellos y les dijo: —Este pan es mi cuerpo, que es entregado por
ustedes. Hagan esto para que se acuerden de mí”.
Lucas 22:19

Más adelante Pablo va a corroborar esto en 1 Corintios 11.


Pero tanto el evangelista Lucas como el apóstol Pablo coin-
ciden en que llevar a cabo este instrumento pedagógico y de
recuerdo es un mandato: ¡Háganlo!

¿Por qué no ayudar a los padres a hacerlo? ¿Por qué no hacer


un espacio en la reunión donde un padre pueda dar los ele-
mentos del jugo de la uva y del pan a sus hijos? ¿Por qué no
enseñarle en el templo a una madre a reproducir esto en su
casa con sus hijos?

Yo entiendo que esto puede duplicar o triplicar el tiempo de


la cena, pero como dije al inicio, una iglesia enfocada, hace lo

55
lo que los padres necesitan de la iglesia

que sea por cumplir sus propósitos bíblicos. Entiendo, ade-


más, que muchas iglesias tienen requisitos para que las per-
sonas participen de este recordatorio, por eso esta idea debe
ser pensada para que sume, y no para crear controversia.

En la iglesia donde pastoreo, los niños reciben una uva cuan-


do estamos en la Cena del Señor, y les recordamos de dónde
viene el vino, y qué simboliza. Llegará un momento donde
ellos se bauticen y ejerzan este mandamiento de una manera
más consciente, pero por lo pronto, queremos poner en sus
cabecitas la idea de que la Cena se hace en comunidad.

Animo constantemente a los varones casados de mi congre-


gación a que tomen tiempos durante el año e inviten a sus
familias a sus casas, que hagan el pan juntos, y que disfruten
de la provisión de Dios que tenemos en Cristo Jesús a través
de la Cena del Señor.

III. Dirección de las reuniones por familias


¿Por qué no poner a la familia Martínez a que dirija la reu-
nión del domingo por la mañana? ¿Tenemos miedo a echar a
perder la reunión? ¿Dónde están las prioridades como iglesia?
¿Estamos por los programas o por la misión?

Son preguntas que nos pueden ayudar – un domingo a la vez


– a enfocar a la familia Martínez a servir juntos. En 8 días lo
podrán hacer los Ramírez.

IV. Resumen de enseñanzas de los niños


¿Qué pasaría si los padres estuvieran enterados de lo que
sus hijos aprenden cada fin de semana? Si la maestra me

56
lo que los padres necesitan de la iglesia

entregara un resumen de lo que vieron hoy, yo podría ser más


intencionado en preguntarles a ellos camino a casa las cosas
que estudiaron.

Muchos padres no tienen idea de lo que sus hijos aprenden


en la escuela de domingo. Solamente confían en que algo
bueno les están dando. Cuando la Biblia habla de la educa-
ción de los hijos, pone todo el peso en los padres. La iglesia es
solo una ayuda.

Y si eres líder de niños y quieres implementar un documento


para cada fin de semana con resúmenes de lo aprendido y
una serie de preguntas que se puedan trabajar con los hijos,
te adelanto algo: No todos los padres te van a agradecer.
Muchos de ellos van a recibirte la información por educación,
pero no la van a usar. ¡No te desalientes! Habrá algunos que
sí lo van a agradecer y estarás cumpliendo tu cometido de
discipular indirectamente a los niños a los que sirves cada
semana.

V. Días de padres e hijos en los grupos juveniles


La premisa es que los grupos juveniles son espacios donde
los jóvenes comparten. Pero como escribí anteriormente, una
iglesia enfocada no piensa así. Una iglesia tiene claro que los
grupos de jóvenes (como en este ejemplo) están para ayu-
darlos a conocer a Jesús y a que aprendan la vida que Dios
quiere que vivan. Por eso usamos cualquier herramienta.

Hay chicos en tu grupo juvenil que vienen de familias sóli-


das y funcionales. Sé que no son todos, ¡pero existen! ¿Por
qué no invitar a estos padres y madres a que vengan a una
reunión de jóvenes cada 4 meses donde jóvenes sin esta

57
lo que los padres necesitan de la iglesia

estabilidad puedan ver las relaciones funcionales de una


familia sólida?

¿Quién se beneficia de esto? ¡TODOS! La familia sólida que


viene comparte un ambiente diferente, sirve, es testimonio; y
los jóvenes que reciben a esta familia prueban lo que pueden
tener si tan solo le piden a Dios por sabiduría para tomar
buenas decisiones.

VI. Reuniones de jóvenes en casas con


anfitriones
Sigo con la idea anterior. ¿Por qué no cambiar el lugar de
reunión a una casa donde una familia pueda recibirlos? ¿Son
muchos? ¡Consigue muchas casas y divide al grupo! O une un
par de familias para que sean los anfitriones de tus jóvenes.
Expone a tus jóvenes al concepto de familia, una y otra vez.

Muchos de ellos no saben qué es una familia funcional. La


han escuchado ser predicada desde un púlpito, pero no hay
nada mejor como verla en acción en el campo, en vivo, cerca
de los protagonistas.

Puede que los cambios más sustanciales no se vean ahora,


pero te garantizo que será de mucho impacto para algunos
en 10 o 15 años cuando ellos mismos tengan que desarrollar
sus propias familias.

Hay mil cosas más por pensar… pero ya entendiste la idea.

Estas cosas deben ser programadas y oficializadas por la igle-


sia. Empezando por el pastor y luego con todos los líderes. Aun
deberían ser presupuestadas para que se cumpla con el propósito
macro de la iglesia.

58
lo que los padres necesitan de la iglesia

Hay muchas iglesias que hacen estas cosas intencionadamente y


las hacen muy bien. ¿Por qué no vas un día a una de sus reunio-
nes y espías lo que hacen? Asegúrate de hablar con los encar-
gados para que te den los detalles internos de cómo y por qué
hacen esas cosas.

59
Necesito que la iglesia
me ayude en el evangelismo
de mis hijos
Si hay algún tema importante dentro de la paternidad es el
evangelismo. Los padres fuimos llamados a muchas cosas, pero lo
número uno es a presentarle a nuestros hijos lo que consideramos
como el mayor tesoro que tenemos: nuestra relación con Cristo
Jesús.

Fue Jesucristo mismo el que dijo:

“Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios ver-


dadero, y a Jesucristo, a quien tú enviaste”.
Juan 17:3

Los padres fuimos llamados a muchas cosas,


pero lo número uno es a presentarle a nuestros
hijos lo que consideramos como el mayor tesoro
que tenemos: nuestra relación con Cristo Jesús.

Los padres cristianos sabemos que la vida es más allá que solo
estudiar, trabajar, hacer dinero y morir. Tenemos un sentido
dado por Dios de trascendencia que queremos de alguna mane-
ra pasarle a nuestros hijos. Gran cantidad de padres llenan esas

60
lo que los padres necesitan de la iglesia

inquietudes con actividades eclesiales, pensando que, si logran


que sus hijos participen de campamentos, vayan una vez a la
semana a los grupos de la iglesia y tengan una biblia propia,
entonces tendrán su eternidad asegurada.

Empecemos definiendo esto claramente: La responsabilidad nú-


mero uno de evangelismo en los niños o jóvenes es de los padres.
Pero la iglesia debe ayudar a los padres a apuntar bien para que
la labor evangelística se dé efectivamente.

Hay demasiados jóvenes que hoy abandonan la iglesia y luego la


fe, porque desde niños no se les enseñó bien qué era el cristia-
nismo y las implicaciones de ser cristiano. Por eso la Iglesia antes
de enseñar sobre Goliat, el arca de Noé o la creación, debe poner
claro en la mente de las nuevas generaciones la historia de la
salvación del mundo.

La responsabilidad número uno de evangelismo


en los niños o jóvenes es de los padres. Pero
la iglesia debe ayudar a los padres a apuntar
bien para que la labor evangelística se dé
efectivamente.

La Iglesia debe aprovechar cada enseñanza para compartir-


les bíblicamente el mensaje de salvación. Esto significa que la
Iglesia debe de revisar en materia de doctrina, lo que entiende
como evangelización. Hago una crítica sobre un aspecto con el
que crecí, viendo a muchas iglesias resumir la obra evangelística
diciéndole a los niños: “Acepte a Jesús en su corazón”.

61
lo que los padres necesitan de la iglesia

Esta frase tiene tantos agujeros teológicos y es tan incompleta,


pero no apunta ni de lejos al verdadero evangelismo.

Yo entiendo que es una forma sencilla de intentar explicarle a


un niño las cosas espirituales. Pero hay formas sencillas y más
bíblicas para que ellos aprendan la verdad de Dios.

Permíteme darte un panorama de los elementos esenciales en


la evangelización de cualquier persona, poniéndolo en un plano
muy simple para que todos entiendan. (Por cierto, el nivel de
dificultad no tiene por qué cambiar de acuerdo a si la persona se
hace más grande. Evangelicemos igual a todos, simple, al grano).

El mensaje del evangelio bíblico


La antesala de todo el mensaje del evangelio es que todos hemos
pecado. Debemos explicarle a cada persona con ejemplos de su
vida. A un niño en la desobediencia a sus padres, y a un joven
cuando hace trampa en un examen. Pero es importante que ellos
entiendan la verdad, que el pecado es real también en sus vidas.
La Biblia dice:

“Todos hemos pecado”.


Romanos 3:23

Todos. Los niños, los adolescentes, los jóvenes, el pastor, tú y yo.


Todos. Hemos roto la ley que Dios nos dio para cuidarnos. Me
gusta preguntarle a las personas que evangelizo lo siguiente:
¿Qué merece una persona que ha roto la ley? ¿Qué pasaría si
alguien entrara a tu casa y robara todas tus cosas, las vendiera y
se gastara el dinero en drogas? ¿Quisieras justicia? ¿Qué pasaría
si atrapan a esta persona y un juez reconoce su culpabilidad, pero

62
lo que los padres necesitan de la iglesia

lo dejara en libertad porque es muy “buena gente”? ¿Qué pensa-


rías de ese juez?

La respuesta que recibo a menudo es: “Juez corrupto”. Y están en


lo correcto. La justicia es un valor que la sociedad estima como
bueno. Y Dios es justo. Por eso cuando alguien rompe su ley, Él
demanda justicia. ¿Y cuál es esta justicia?

“La paga del pecado es muerte”.


Romanos 6:23

¿Es un poco drástico? Sí, porque se trata sobre romper la ley san-
ta y perfecta de Dios. ¿Pero no es que Dios va a omitir todos mis
pecados porque es amor, y me va a perdonar de todas las cosas?
Efectivamente Dios es amor, pero también es justicia. Y el peca-
do no va a quedar impune. El pecado recibirá castigo. Me gusta
ilustrárselos a mis hijos así:

¿Lo ven? La paga del pecado es muerte. Tus hijos han pecado,
y eso es un problema ENORME, porque la justicia sobre ellos
también es la muerte. Por eso es tan importante esta doctrina
evangelística.

Una vez que los hijos entiendan esto, el siguiente paso es lo que
llamamos el EVANGELIO (que significa buenas noticias). Y acá

63
lo que los padres necesitan de la iglesia

interviene una palabra hermosa y es la GRACIA de Dios. Es este


regalo inmerecido que hemos recibido.

Les he preguntado a los más pequeños: ¿Sabes por qué Jesús vino
a la tierra hace muchísimos años? Y eso me abre el espacio para
hablar no solamente de un Dios que es justicia, sino también que
es amor y está lleno de gracia. “Jesús vino a pagar la deuda que
yo no podía pagar. Jesús vino a morir para que yo no muriera”.

De esta forma Él muere en una cruz, paga mis pecados, y se sa-


tisface tanto la justicia de Dios, como el amor de Dios en un solo
acto. Y después de eso, se levantó de entre los muertos y venció a
la muerte.

El diagrama me ayuda a entender que el destino que tenía de


muerte, fue cambiado drásticamente. Pasamos de muerte a vida.
Eso es profundo y glorioso. Tus hijos y los míos pueden cambiar
su destino en Jesús, y eso es responsabilidad de los padres. Por
eso debemos ayudarles.

¿Se hace Dios de “la vista gorda” con el pecado y me lo deja pa-
sar? ¡NO! Cristo en una cruz pagó por esos pecados. No cambió su
condición de “justo”, pero demostró su amor por nosotros.

64
lo que los padres necesitan de la iglesia

Y entonces Dios me pide dos cosas que son fundamentales:

 Arrepentimiento de Pecado: Esto significa identificar las


cosas en mi vida que han roto la ley de Dios y llamarlas por
su nombre: pecado. Entonces podemos hacer un cambio en
nuestra mente, podemos enfocar nuestra vida en el tipo de
vida que Dios quiere.
Después de que Pedro predicó a Cristo, la gente le preguntó:
“¿Qué debemos hacer?” Y él simplemente respondió:

“Arrepiéntanse”
Hechos 2:38

¿Es posible vivir ahora una vida en santidad? No sin Jesús,


por eso la segunda cosa es poner toda nuestra confianza
en Jesucristo. Es Él quien nos capacita por su Espíritu para
hacer lo que nos ha pedido. Esto significa que, en ese cam-
bio de mente, el norte de una persona perdonada ahora es
Jesucristo.

 Confianza absoluta en la persona de Jesús:


Juan escribió:

“Dios amó tanto al mundo, que dio a su único Hijo, para que
todo el que cree en él no se pierda, sino tenga vida eterna”.
Juan 3:16

La palabra que entendemos como “creer” es más profunda


que solo “saber que existe”. Tiene que ver en su origen con un
desprenderse de toda duda y caminar sin reparo hacia Jesús.
Habla de un desborde de confianza tal, que hasta la propia
vida la entrego a Él.

65
lo que los padres necesitan de la iglesia

Por eso creemos todo lo que Él dice y obedecemos todo lo


que Él dice. Este es el acto donde voluntariamente nos pone-
mos bajo su autoridad y lo hacemos nuestro Señor.

Esa esperanza de que cuando muramos estaremos con Cristo


eternamente es lo que el apóstol Pablo llama: Herencia que
nos salvará al final (Efesios 1:14).

Y esta perspectiva es mucho más bíblica y clara que solo:


“Aceptar a Jesús en el corazón”. Y esto es lo que la Iglesia debe
decir una y otra vez, repetir e inculcar en la mente de los padres y
de los hijos. Deberíamos escribirlo en las paredes, hacer boletines,
predicarlo y memorizarlo; de tal forma que todos tengamos claro
de qué se trata el cristianismo.

66
Necesito que la iglesia me
ayude en el desarrollo del
liderazgo de mis hijos
El ambiente de la iglesia tiene un objetivo tácito en la mente
de todos los líderes: El crecimiento espiritual. Créeme que estoy
completamente de acuerdo con esa declaración. El ambiente de
la iglesia debería fomentar que juntos crezcamos en nuestra fe.
Pero no es solamente eso. Creo que es más amplio e integral que
eso.

El autor de Hebreos declaraba lo siguiente:

“Tratemos de ayudarnos unos a otros para animarnos al amor y


a hacer el bien. No dejemos de reunirnos”.
Hebreos 10:24-25

Al decir: “no dejen de congregarse” (o reunirse); lo dice en el con-


texto de: “Ayudémonos, animémonos al amor y a hacer el bien”.

Esta declaración es muy amplia. Parece ser que la reunión de la


iglesia abarca la madurez espiritual, pero también cualquier cosa
que estimule a las cosas buenas. Y acá entra la petición que mu-
chos padres le hacen a la iglesia: “Quiero que la iglesia me ayude
a desarrollar el liderazgo de mis hijos”.

Es interesante ver cómo muchos hijos de personas fieles a la fe


cristiana tienen dotes de liderazgo en sus escuelas. ¿Por qué?

67
lo que los padres necesitan de la iglesia

Creo que en muchos casos hay un trabajo de las iglesias en el


desarrollo de estas cualidades. En su mayoría será un trabajo “por
rebote”, sin intención. Pero es que la Iglesia brinda ese espacio.
¿Imagina lo que podríamos lograr con programas intencionales
de liderazgo? Podríamos pensar en los líderes de las secundarias,
universidades, municipios y por qué no del país.

Pero estoy hablando de un liderazgo bíblico, un liderazgo más


allá que solo micrófonos y audiencia. Y ahora sí puedo hablar de
vida espiritual, liderazgo e iglesia. Cuando definimos ¿qué es lide-
razgo? nos daremos cuenta de que es muy pero muy espiritual. Y
entonces la iglesia misma tiene una responsabilidad: desarrollar
líderes para la iglesia y para la sociedad.

¿Cuáles son las responsabilidades de un líder, que la iglesia debe-


ría enseñar? ¿Tendremos una estructura que pueda apuntar a ese
desarrollo? Te respondo de una: ¡SI! Tenemos un centro especial
para enseñar de liderazgo, porque el fundador de nuestra fe es el
mejor líder de la historia.

Programas de Liderazgo
Déjame darte unas 3 características de un líder bíblico. Desde allí
la iglesia puede partir con muchas más, y pensar en cómo de-
sarrollar el liderazgo de las nuevas generaciones; desde que son
chicos, hasta que tengan una influencia mayor en su adultez.

 Determinación:
Los mejores líderes son personas con una determinación in-
quebrantable por las cosas que consideran importantes. Para
el cristiano no hay nada más importante que una relación
personal con su Salvador y con su misión.

68
lo que los padres necesitan de la iglesia

Los mejores líderes son personas con una


determinación inquebrantable por las cosas
que consideran importantes.

Enseñar estas cosas, desarrolla en las nuevas generaciones


el sentido por el deber. Tener programas que apuntan a la
misión de una iglesia y no soltarlos hasta lograrlo, le da a los
jóvenes y niños un sentido de dirección.

Jesús decía:

“El que pone la mano en el arado y vuelve la vista atrás no es útil


para el reino de Dios”.
Lucas 9:62

Jesús tenía claro que la determinación desarrolla el carácter.


En el liderazgo cristiano, la fuerte convicción y la determi-
nación son características indispensables. Lo que hace que
la vida cristiana avance son las convicciones, aquellas que se
logran con determinación.

“Mi justo vivirá por la fe; pero si se vuelve atrás,


no estaré contento con él”.
Hebreos 10:38

Sé que conocemos pasajes como estos y que de cuándo en


cuándo enseñamos principios de ellos. Te propongo que pon-
gas en tu lista de enseñanzas no solo principios, sino un plan
mayor: “Crear programas que desarrollen líderes a la imagen
de Cristo; quienes a su vez puedan reproducirse en la vida
de los demás con una fuerte determinación a cumplir los
propósitos de Dios”.

69
lo que los padres necesitan de la iglesia

 Ejemplo:
Los mejores líderes son referentes de los demás. La gente
los mira para ver por dónde ir y cómo actuar. Parece ser
que pensamos que esto se da en un tiempo más adelante
de nuestra vida, cuando somos gente grande, adultos que
pueden mostrar un camino recorrido. Pero el ejemplo es más
que dejar ver nuestra experiencia. Ser ejemplo es ver la teoría
vivida en una persona. Es que los principios que la Biblia da
a los niños, puedan ser expuestos en un niño; y aquellos para
los jóvenes en los jóvenes.

Los mejores líderes son referentes de los


demás. La gente los mira para ver por dónde
ir y cómo actuar.

La única manera de ver cómo se comporta un joven ejemplar


con sus padres, es justamente observando la vida de un joven.
Un adulto no puede darte ejemplo de eso. Por eso el famoso
pasaje que Pablo le dio a su joven discípulo fue:

“Que nadie te menosprecie por ser joven.


Pero sé ejemplo de los fieles en la forma en que hablas y vives,
en el amor, en la fe y en la pureza”.
1 Timoteo 4:12

Pablo le escribió esto a un líder en desarrollo, como lo pue-


den ser los hijos que son niños o jóvenes. El ejemplo es un
recurso invaluable. El dicho dice que “las palabras se las lleva
el viento”, pero el ejemplo conquista, arrasa, influye.

70
lo que los padres necesitan de la iglesia

La Iglesia provee un lugar donde podemos cultivar estas co-


sas. Recordarles a los chicos la potencia del ejemplo, y cómo
la vida cristiana no se vive en un templo, sino en cualquier
lugar donde vayamos.

Creo que podemos ilusionar y hacer pensar en grande a las


nuevas generaciones pintándoles cuadros en su futuro donde
son personas de influencia, que dirigen a otros y donde son
referentes de conducta, de amor, de pureza, de fe.

Pedro también creía estas cosas. Cuando les habló a los líde-
res de la iglesia les dijo:

“…como pastores (líderes), cuiden ustedes a las ovejas de Dios


que están a su cargo. No lo hagan porque es su obligación ni por
ambición de dinero, sino porque tienen el deseo de servir, como
Dios quiere. No traten a los que están bajo su cuidado como si
ustedes fueran dueños de ellos, sino sírvanles de ejemplo”.
1 Pedro 5:2-3

¡Qué iglesia sería aquella que desarrolla las habilidades de


servicio y el ejemplo a las nuevas generaciones! Habilidades
que se parecen a las de Cristo, que a sus 12 años ya daba
ejemplo y era determinado. Y aun a sus 30 (siendo muy joven
desde mi perspectiva) empezó el ministerio cristiano más
grande que la historia ha tenido.

Y al final saber que todo esto es reproducible en la vida de


nuestros hijos, si hay una intención de por medio. Que se
puede enseñar el buen testimonio para con todos. Que se
puede enseñar la responsabilidad tanto en casa, como en la
iglesia, así como en la escuela. Y que todo esto obedece al
principio de “SER EJEMPLO”.

71
lo que los padres necesitan de la iglesia

 Disciplina:
Los mejores líderes son disciplinados. Así nomás. La frase es
interesante: “La disciplina siempre alcanza al talento”. Esta
va muy de la mano con la determinación que hablábamos al
inicio, pero le da un matiz ligeramente diferente cuando se
refiere a la auto negación. Pablo lo dijo así:

“Y todo el que compite en los juegos se abstiene de todo.


Ellos lo hacen para recibir una corona corruptible,
pero nosotros, una incorruptible”.
1 Corintios 9:25 (LBLA)

¿Se abstiene de todo? ¿Habrá un mensaje más contracultural


que este en nuestro tiempo? Esto es lo que llamamos discipli-
na.

La Iglesia tiene una deuda con las nuevas generaciones de


enseñarles que no todos los deseos de su corazón deben
llevarse a cabo. Sino que por amor al Señor hay muchas cosas
de las que nos negamos, con tal de ganar el premio.

La Iglesia tiene una deuda con las nuevas


generaciones de enseñarles que no todos los
deseos de su corazón deben llevarse a cabo.

Y estas enseñanzas no se dan a la luz de lo casual o coinci-


dente. Deben de preparase y estudiarse con el propósito de
que ellos puedan conocer que la auto negación trae benefi-
cios hermosos a sus vidas. Que no hay atajos, y que se debe
trabajar legítimamente y sin hacer trampa.

72
lo que los padres necesitan de la iglesia

“De la misma manera, el atleta obedece las reglas del deporte si


no quiere ser descalificado y perder el premio”.
2 Timoteo 2:5

El atleta es un buen ejemplo de disciplina. Juega limpio, se


niega a ciertos placeres, está enfocado en la meta, y logra el
premio. El buen líder está preparado y sabe usar bien la Biblia
porque es disciplinado, ora constantemente porque es dis-
ciplinado, busca su santidad a diario porque es disciplinado.
¿Saben qué tipo de persona produce esto? Un líder cristiano
extraordinario. La clase de líderes que los padres anhelan de
sus hijos, y en los que la iglesia puede contribuir.

¿Y todo lo demás?
¿Qué pasa con todas las demás cosas que la sociedad llama “lide-
razgo”?

Hablar bien en público, usar un micrófono, inteligencia emocio-


nal, manejo de conflictos, interacción sabia con personas difíciles,
mente administrativa. ¿Es posible desarrollar estas demás cosas?

Hace casi 30 años que trabajo en el ministerio, y si has trabajado


solo un porcentaje de ese tiempo, sabrás que hay un millón de
oportunidades para desarrollar todo eso. Pero lo esencial debe ser
pensado, planificado y enseñado. Sin querer abaratar las palabras
de Jesucristo, “estas otras cosas vendrán por añadidura”.

73
Necesito que la iglesia
implemente una escuela
para padres
Termino este libro con el capítulo más pequeño, pero con el tema
más pedido por los padres: una escuela para ellos.

Es interesante leer cientos y cientos de peticiones de padres que


demandan una escuela dentro de la iglesia. Muchísimos de ellos
no saben bien qué es lo que necesitan, pero saben que lo necesi-
tan. Se ven agobiados con miles de preguntas e inquietudes, y le
están pidiendo a la iglesia que los ayude.

Este último capítulo no apunta a una idea en general, sino al


concepto de la enseñanza continua.

En este capítulo solo quiero proponerte que como líderes debié-


semos implementar “algo” que le ayude a los padres de manera
oficial en su labor. Sé que lo he repetido mucho, pero es bueno
recordar que la labor sigue siendo de ellos. Nosotros como líderes
de la iglesia solo les ofrecemos herramientas. Y una escuela para
padres es una buena idea.

Es responsabilidad de los líderes de nuevas generaciones analizar


las cosas que suceden en el mundo de sus hijos y buscar respues-
tas bíblicas. Este es el ejemplo que veíamos en los famosos hijos
de Isacar.

74
lo que los padres necesitan de la iglesia

“De Isacar había doscientos dirigentes de la tribu con sus pa-


rientes; todos ellos eran hombres que entendían el desarrollo de
la historia y podían discernir respecto al mejor rumbo que Israel
debía tomar”.
1 Crónicas 12:32

Me encanta cómo el autor escribe acerca de los líderes del pue-


blo. Gente conocedora, y a través de su conocimiento, entonces
podían indicar de una manera consciente y racional por dónde el
pueblo debía caminar.

Esto me parece muy aplicable a la relación entre los líderes de


una iglesia con aquellos que necesitan dirección. Los líderes de
la iglesia deberían dar respuestas porque son como los hijos de
Isacar: “que entendían el desarrollo de la historia y podían dis-
cernir”.

No es tan complicado
Lo más difícil en una escuela para padres es empezar. Si un cuer-
po de líderes tiene clara su responsabilidad de servir a los padres
tanto como a sus hijos, entonces lo demás no es tan complicado.

Se empieza con una reunión entre todos los que desean ayudar
a los padres. Te recomendaría que haya padres en esa reunión,
al igual como el pastor de la iglesia. De allí las ideas, los temas,
el presupuesto, los expositores, el material, y todas las decenas
de detalles son obra de un poco de trabajo. Te vas a sorprender
de los padres que, con una buena comunicación con la iglesia,
querrán sumarse a esta estrategia. Los padres inclusive podrían
ayudar a levantar una biblioteca especializada para que otros
padres puedan acceder a ella.

75
lo que los padres necesitan de la iglesia

En e625 tenemos un Seminario para Padres. Puedes ser anfitrión


de este seminario y de allí partir para construir una escuela cons-
tante de padres en tu propia iglesia. Llámanos con confianza.

La Iglesia de Cristo no es solo tu iglesia local. Hay muchísimos


recursos que puedes buscar y trabajar con los miembros a los que
Dios puso a tu cuidado.

Quiero animarte a que seas un líder enfocado, y que parte de tus


prioridades sean las nuevas generaciones. Recordando que los
líderes naturales que Dios puso en la vida de ellos son sus padres.

¡Adelante en la tarea de preparar un ejército de padres bien for-


mados para que eduquen a una generación mejor que la nuestra!

76
PADRES NECESITAN
lo que
los

la IGLESIA
de

Esteban Obando
Esteban Obando es pastor general de la Iglesia Cristo Viene en la
cuidad de Cartago, Costa Rica. Allí brinda enseñanza, liderazgo y
orientación para la iglesia en general, desde el año 2005. “Cristo
Viene” es una iglesia creciente que fundamenta su dinámica en el
discipulado a las Nuevas Generaciones y a las familias.
Es autor de la serie de libros Manual de consejería para el trabajo
con niños y adolescentes.
Está casado desde el 2002 con Andrea, y tiene 2 hijos adolescen-
tes: Daniela y Diego.

Sigue ya a
mensaje importante
Especialidades 625 es un equipo de pastores y siervos de distintos
países, distintas denominaciones, distintos tamaños y estilos de iglesia
que amamos a Cristo y a las nuevas generaciones.

Lo que entendimos como encargo de Dios fue a ayudar a las familias


cristianas en Iberoamérica a siempre encontrar buenos materiales y
recursos para el discipulado de las nuevas generaciones y para facilitar
la tarea es que abrimos un SERVICIO PREMIUM de SUSCRIPCIÓN
por iglesias que funciona con una cuota o costo mensual por
congregación que le permite a todos sus líderes descargar materiales
como este libro para compartirlos en su congregación y también hacer
la copias necesarias de las partes que encuentren pertinentes para las
distintas actividades de la congregación o sus familias.

Además de libros, esta membresía a nuestro servicio Premium brinda


acceso a materiales visuales, audios, clases, hojas de actividades,
encuestas y materiales en serie.

El esfuerzo detrás de este servicio es muy grande y hay familias cuyos


ingresos dependen de que sus padres o madres tengan el tiempo
suficiente para dedicarse a esta tarea y por eso es que hay un costo
que entenderás que es bueno compartir entre todos los que creemos
que vale la pena tener un servicio así.

Por favor, usa estos materiales con sabiduría sin postearlos online y
asegúrate que tu iglesia es responsable con su suscripción mensual
para poder seguir invirtiendo tiempo, dinero y esfuerzo en seguir
proveyendo cada vez mejores materiales.

Te amamos.

e625

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