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El desplazamiento afro

incluya su diversidad étnica y cultural. Este tipo de


atención debe conjugarse con una política pública de
protección del territorio, retorno y restablecimiento,
que asegure a la población afrocolombiana desplaza-
da una verdadera estabilización socioeconómica en
pleno cumplimiento de sus derechos. Igualmente, la
política debe incluir la reparación integral, de acuer-
do con los impactos particulares que sufren los gru-
pos étnicos como consecuencia del conflicto armado
y el desplazamiento forzado.

EL DESPLAZAMIENTO
Y LA VIOLACIÓN DEL DERECHO
AL TERRITORIO
El desplazamiento forzado y los fenómenos de
confinamiento y resistencia constituyen violaciones
directas y automáticas del derecho al territorio. Las
personas desplazadas se ven privadas de forma
arbitraria e ilegal de sus anteriores hogares, tierras,
bienes o lugares de residencia habitual. La expulsión
de los territorios de la que son víctimas las comuni-
dades desplazadas implica la pérdida de sus medios
de subsistencia y la ruptura de sus redes sociales y
comunitarias, además de un profundo impacto físi-
co, moral y psicológico negativo.
Como se muestra a lo largo de este libro, para
la población afrocolombiana, el territorio es un
elemento central de su cultura y su identidad étni-
ca (Rodríguez Garavito, Alfonso Sierra y Cavelier
Adarve 2009). Las prácticas culturales y las formas
tradicionales de producción y subsistencia de las
comunidades negras están ancladas en la posesión y
propiedad de sus territorios. Por esa razón, el despla-
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De las normas a la realidad: la situación de los afrocolombianos

zamiento forzado del que son víctimas atenta contra


su subsistencia como grupo étnico.
El derecho al territorio colectivo de las comuni-
dades negras impone al Estado colombiano la obli-
gación de otorgar títulos de propiedad colectiva de
los territorios de las riberas de los ríos del Pacífico,
habitados ancestralmente por el conjunto de fami-
lias de ascendencia afrocolombiana que posean una
cultura propia, compartan una historia, conserven
conciencia de identidad que las diferencie de otros
grupos étnicos y tengan prácticas tradicionales de
producción.22 Sin embargo, esta garantía legal no ha
sido suficiente para el goce efectivo del derecho por
parte de las comunidades afrocolombianas. Estas
comunidades han sido despojadas de sus territorios
o confinadas en ellos a través de formas violentas e
ilegales que no han garantizado sus derechos de par-
ticipación en las decisiones que les afectan.
Este aparte se centra en el impacto del desplaza-
miento forzado sobre los territorios colectivos y las
obligaciones del Estado colombiano en esta materia.
Para esto se exponen brevemente los compromisos
nacionales e internacionales que el Estado colom-
biano ha asumido para dar cumplimiento a este
derecho. En segundo lugar, se documenta y analiza
la estrecha relación entre la titulación de los territo-
rios afrocolombianos, el conflicto armado, las inter-
venciones en dichos territorios y el desplazamiento
forzado de las comunidades negras. En tercer lugar,
se expone el derecho de retorno de la población afro-
colombiana desplazada y las obligaciones del Estado

[22] Ley 70 de 1993, arts. 1 y 2.


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El desplazamiento afro

colombiano en esta materia. Finalmente, se explica el


derecho a la reparación integral de las personas afro-
colombianas víctimas del desplazamiento forzado en
relación con sus pérdidas y afectaciones territoriales.

El derecho al territorio
de las comunidades negras en el papel
El Estado colombiano, al ratificar el Convenio 169 de
la OIT, reconoció a los pueblos indígenas y tribales23
el derecho de propiedad y de posesión sobre los te-
rritorios habitados ancestralmente.24 Igualmente asu-
mió la obligación de respetar la relación especial que
tengan dichos pueblos con sus territorios, garantizar
la posesión y el uso de dichos territorios, impedir
que terceros se apropien de ellos y establecer sancio-
nes para las intrusiones y usos no autorizados de las
tierras de los pueblos interesados.25 Posteriormente,
mediante la declaración de Durban,26 ratificó estos
derechos de la población afrocolombiana en lo rela-
cionado con su cultura, identidad, formas de organi-
zación, protección de sus conocimientos tradiciona-
les, y el uso, disfrute y conservación de los recursos
naturales renovables de los territorios.
A nivel nacional, el derecho al territorio de las co-
munidades negras fue reconocido en el artículo tran-

[23] El Convenio 169 de la OIT protege a la población afrocolombiana,


a la que incluye bajo la categoría de grupo tribal. Igualmente, la
legislación colombiana reconoce a las comunidades negras, expre-
samente, los derechos reconocidos en el Convenio, tales como el
derecho a la consulta previa y el derecho al territorio. Véanse, por
ejemplo, la Ley 70 de 1993 y la Ley 99 de 1993.
[24] Convenio No. 169 de la OIT, art. 14, num. 1.
[25] Convenio No. 169 de la OIT, art. 17, num. 1.
[26] Pars. 34, 52, 54 y 65.
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De las normas a la realidad: la situación de los afrocolombianos

sitorio 55 de la Constitución Política de 1991 y, pos-


teriormente, fue desarrollado en la Ley 70 de 1993.
Esta última fue reglamentada por el Decreto 1745 de
1995, en lo relativo a los requisitos y procedimientos
para la titulación colectiva de los territorios ances-
trales en la cuenca del Pacífico y en otras regiones
del país con condiciones similares de ocupación. Las
comunidades negras deben constituir una autoridad
administrativa denominada consejo comunitario.
Una vez organizadas y con las respectivas actas de
constitución del consejo, documentos censales de la
población, descripciones y mapas de los territorios,
pueden solicitar el título colectivo.
La Ley 70 de 1993 se ha constituido en una de
las herramientas jurídicas más importantes para la
defensa de los derechos de la población afrocolom-
biana, en general, y del derecho al territorio, en par-
ticular. A pesar de ello, estos derechos se han queda-
do en el papel, mientras que, en la práctica, factores
como la aplicación parcial de la ley, el conflicto arma-
do, la expansión de monocultivos, la realización de
megaproyectos y las fumigaciones de cultivos ilícitos
afectan considerablemente la permanencia de la po-
blación afrocolombiana en sus territorios y generan
altas tasas de desplazamiento forzado en dicha po-
blación (véase Corte Constitucional 2009). Además,
los procesos de retorno y reparación de las comuni-
dades negras desplazadas son escasos e insatisfacto-
rios, lo que implica una pérdida territorial que hace
más grande la brecha entre la ley y la práctica.
Después de 15 años de la expedición de la Ley 70,
en Colombia se han titulado 132 territorios colectivos
en seis departamentos (Antioquia, Chocó, Risaralda,
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El desplazamiento afro

Cauca, Nariño y Valle del Cauca) (Procuraduría Ge-


neral de la Nación 2007). Sin embargo, la titulación
colectiva no ha sido posible en la región de la Costa
Caribe, ni en los valles interandinos en donde habitan
poblaciones afrocolombianas. Las comunidades de
estas zonas se han constituido en consejos comunita-
rios y han solicitado la titulación colectiva al Estado
colombiano. El Estado ha sostenido que la titulación
colectiva no es posible porque no son tierras ribereñas
de la Costa Pacífica,27 ignorando que la ley establece
la posibilidad de titular territorios a las comunidades
que tengan características culturales similares.
Por otra parte, el Estado colombiano aún no ha
reglamentado los capítulos de la Ley 70 relativos al
uso de la tierra y protección de los recursos naturales
(cap. IV), recursos mineros (cap. V) y la planeación y
fomento del desarrollo económico y social (cap. VII).
Este vacío de la reglamentación se ha convertido en
un obstáculo para el pleno uso del territorio colecti-
vo por parte de la población afrocolombiana.
Además de estas dificultades, el ejercicio del
derecho al territorio por parte de las comunidades
afrocolombianas se ha visto seriamente afectado por
el conflicto armado, así como por los proyectos de
explotación y uso de recursos naturales y la fumiga-
ción de los cultivos ilícitos en zonas de comunidades
negras. Estos tres fenómenos son las principales cau-
sas de los desplazamientos de la población afrocolom-
biana de las zonas rurales (Corte Constitucional 2009).

[27] Entrevista Líder Comunitario, Proyecto “Derecho al territorio:


hacia una política de reparación y restitución de tierras”. Cijus,
Cartagena, noviembre de 2008.

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