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ORACIONAL

de la
ESPIRITUALIDAD
de los
SAGRADOS CORAZONES
de Jesús y de María
CONTENIDO

CONTENIDO_______________________________________________________________2

CORAZÓN DE JESÚS_______________________________________________________3

CORAZÓN DE MARÍA_______________________________________________________8

DIOS NOS AMA: PRINCIPIO DINÁMICO_____________________________________13

DIOS NOS CONVOCA: COMUNIDAD________________________________________18

DIOS ES AMOR___________________________________________________________22

CON UN SOLO CORAZÓN__________________________________________________27

OS LLEVARÉ AL DESIERTO________________________________________________33

...QUE SEAMOS UN FUEGO________________________________________________39

HIEDRA EN LA IGLESIA___________________________________________________45

LA SEMILLA Y EL FRUTO__________________________________________________51

PEQUEÑOS OASIS________________________________________________________56

DIOS NOS CONSAGRA: BAUTISMO_________________________________________62

DIOS NOS HABLA: ORACIÓN_______________________________________________66

DIOS NOS ENVÍA: MISIÓN_________________________________________________72

DIOS NOS ESPERA: VIVIMOS EN LA ESPERANZA____________________________77

JOAQUÍN_________________________________________________________________83

CÁNTICOS EVANGÉLICOS_________________________________________________88
BENEDICTUS.................................................................................................................88
MAGNÍFICAT.................................................................................................................89
NOTA BIOGRÁFICA SOBRE EL P. JOAQUÍN ROSSELLÓ_______________________90
CORAZÓN DE JESÚS

HIMNO

EN TU CORAZÓN DE HOMBRE
HEMOS CONOCIDO,
CÓMO ES DE GRANDE,
CÓMO ES DE ANCHO,
CÓMO ES DE PROFUNDO,
EL AMOR DE DIOS (BIS).

Cuando nos tratabas como amigos,


cuando Padre llamabas a Dios.
Cuando con tus manos has curado
a los que la vida maltrató.
Cuando te acercabas a los niños,
cuando nos hablabas de un pastor
que busca sus ovejas lejos,
que se alegra siempre en el perdón.

Cuando alumbrabas nuestros ojos,


cuando aliviabas el dolor,
cuando abriste nuestros oídos
sordos y ansiosos de tu voz.
Cuando te sentías conmovido,
cuando se turbó tu corazón
por tantos que caminan tristes,
solos como ovejas sin pastor.

Cuando sanabas nuestras heridas,


cuando nuestro peso te pesó.
Cuando soportabas nuestros males,
sin quejarte ni alzar la voz.
Cuando te miramos traspasado,
como puerta abierta el corazón,
pudimos ver a donde llega
la ternura y el amor de Dios.

EN TU CORAZÓN ABIERTO
TÚ NOS HAS MOSTRADO,
CÓMO ES DE GRANDE,
CÓMO ES DE ANCHO,
CÓMO ES DE PROFUNDO,
EL AMOR DE DIOS (BIS).
SALMODIA

Ant. 1. La misericordia del Señor dura por siempre.

Salmo 102

Bendice, alma mía, al Señor,


y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios.

Él perdona todas tus culpas


y cura tus enfermedades;
Él rescata tu vida de la fosa
y te colma de gracia y de ternura;
Él sacia de bienes tus anhelos,
y como un águila se renueva tu juventud.

El Señor hace justicia


y defiende a todos los oprimidos;
enseñó sus caminos a Moisés
y sus hazañas a los hijos de Israel.

Ant. La misericordia del Señor dura por siempre.

Ant. 2. Dios nos ha revelado su amor en Cristo Jesús, derramándolo en nuestros


corazones por el Espíritu Santo.

II

El Señor es compasivo y misericordioso,


lento a la ira y rico en clemencia;
no está siempre acusando
ni guarda rencor perpetuo;
no nos trata como merecen nuestros pecados
ni nos paga según nuestras culpas.

Como se levanta el cielo sobre la tierra,


se levanta su bondad sobre sus fieles;
como dista el oriente del ocaso,
así aleja de nosotros nuestros delitos.

Como un padre siente ternura por sus hijos,


siente el Señor ternura por sus fieles;
porque Él conoce nuestra masa,
se acuerda de que somos barro.
Los días del hombre duran lo que la hierba,
florecen como flor del campo,
que el viento la roza y ya no existe,
su terreno no volverá a verla.

Ant. Dios nos ha revelado su amor en Cristo Jesús, derramándolo en nuestros


corazones por el Espíritu Santo.

Ant. 3. Este es mi mandamiento, que os améis unos a otros como yo os he amado.

III

Pero la misericordia del Señor dura por siempre,


su justicia pasa de hijos a nietos:
para los que guardan su alianza
y recitan y cumplen sus mandatos.

El Señor puso en el cielo su trono,


su soberanía gobierna el universo.
Bendecid al Señor, ángeles suyos,
poderosos ejecutores de sus órdenes,
prontos a la voz de su palabra.

Bendecid al Señor, ejércitos suyos,


servidores que cumplís sus deseos.
Bendecid al Señor, todas sus obras,
en todo lugar de su imperio.

¡Bendice, alma mía, al Señor!

Ant. Este es mi mandamiento, que os améis unos a otros como yo os he amado.

LECTURA BREVE Os 11, 1-5. 8-9

Cuando Israel era niño, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo. Cuanto más los
llamaba, más se apartaban de mí. Ofrecían sacrificios a los baales y quemaban ofrendas a los
ídolos. Con todo, yo enseñé a andar a Efraín, y lo llevé en mis brazos, pero no han
comprendido que era yo quien los cuidaba. Con cuerdas de ternura, con lazos de amor, los
atraía; fui para ellos como quien alza un niño hasta sus mejillas y se inclina hasta él para darle
de comer. Tendrán que volver a Egipto y Asiria será su rey, por haberse negado a volver a
mí. ¿Cómo te trataré, Efraín? ¿Acaso puedo abandonarte, Israel? ¿Te trataré como a Adamá,
y te dejaré igual que a Seboin? El corazón me da un vuelco, todas mis entrañas se
estremecen. No dejaré correr el ardor de mi ira, no volveré a destruir a Efraín, porque yo soy
Dios, no un hombre; en medio de ti yo soy el Santo y no me complazco en destruir.

RESPONSORIO
V./ Venid a mí los que estáis cansados y agobiados que yo os aliviaré.
R./ Venid a mí los que estáis cansados y agobiados que yo os aliviaré.

V./ Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón.


R./ Yo os aliviaré.

V./ Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.


R./ Venid a mí los que estáis cansados y agobiados que yo os aliviaré.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Llagado tiene Jesucristo su Corazón para que conozcan todos hasta dónde
puede llegar su amor.

PRECES

A Dios Padre, que en su bondad nos ha reunido en una comunidad apostólica,


roguémosle, diciendo:

Señor, mantennos unidos en el amor.

* Señor, Tú que nos has llamado y nos has unido no con los lazos de la carne ni de la
sangre, sino con los del Espíritu,

danos un corazón puro y transparente para poderte contemplar en los


hermanos de la comunidad.

* Señor, Tú que nos alimentas en la Eucaristía con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo,

danos un corazón orante para que te demos un culto en espíritu y verdad, cual
víctimas vivas.

* Señor, ya que tu hijo curó a los enfermos, devolvió la vista a los ciegos e hizo andar
a los paralíticos,

concédenos un corazón bondadoso como el suyo, para que cuidemos con


ternura a nuestros hermanos enfermos e impedidos.

* Señor, Tú que enviaste a tu Hijo para traer la buena nueva a los pobres, para
anunciar a los cautivos su libertad y para proclamar el año de tu gracia,

danos un corazón ardiente para que anunciemos por todo el mundo la única
salvación que viene de Ti.

PADRENUESTRO

Sabiendo que Dios es Amor, unámonos ahora todos diciendo la plegaria con que Jesús
nos enseñó a llamarle Padre:

ORACIÓN

Padre de bondad, que en tus inescrutables designios de amor nos has congregado
junto al Corazón de tu Hijo, para que formáramos en este mundo un grupo de verdaderos
discípulos y amigos suyos, derrama con abundancia tu gracia sobre todos y cada uno de
nosotros y no permitas que ninguno se aparte jamás de Ti. Danos a todos hambre y sed de
una vida profundamente evangélica para que, inflamados en el fuego de tu amor, seamos
capaces de extenderlo por todas partes. Por nuestro Señor Jesucristo.
CORAZÓN DE MARÍA

HIMNO

¡MARÍA!
EN TU CORAZÓN HAS ACOGIDO LA PALABRA.
ERES LA QUE HACE DEL SILENCIO
MEMORIA DE JESÚS.

Palabra que es anuncio


que viene a hacerse carne;
Palabra que ha acampado
en tu corazón de madre.
Dará fruto tu seno,
alumbrará tu vientre
al que es el Hombre Nuevo.

Palabra que no entiendes,


Palabra que es espada,
penetra en lo más íntimo,
abre en surcos tu entraña,
para enterrarse en ella
como hace la semilla
que cae en tierra buena.

Palabra como lluvia


que ha empapado tu tierra,
tu corazón de pobre
que el agua viva anhela.
Florece ya tu seno,
eres fuente que salta
alegrando el desierto.

Palabra que contigo Palabra como fuego


está al pie de la cruz, que en lenguas encendidas
y traspasa tu alma tu corazón abrasa
en esta Hora sin luz. y lo hace zarza viva.
Hoy vuelves a ser madre Tú eres la memoria
que engendras nuevos hijos de un pueblo que camina
con dolor y sangre. en medio de la historia.

SALMODIA

Ant. 1. Que tu corazón se alegre, María, porque Dios se ha fijado en tu pequeñez.


Salmo 44, 11-18

Escucha, hija, mira: inclina el oído,


olvida tu pueblo y la casa paterna;
prendado está el rey de tu belleza:
póstrate ante él que él es tu señor.
La ciudad de Tiro viene con regalos,
los pueblos más ricos buscan tu favor.

Ya entra la princesa, bellísima,


vestida de perlas y brocados;
la llevan ante el rey, con séquito de vírgenes,
la siguen sus compañeras:
las traen entre alegría y algazara,
van entrando en el palacio real.

"A cambio de tus padres, tendrás hijos,


que nombrarás príncipes por toda la tierra".

Quiero hacer memorable tu nombre


por generaciones y generaciones,
y los pueblos te alabarán
por los siglos de los siglos.

Ant. Que tu corazón se alegre, María, porque Dios se ha fijado en tu pequeñez.

Ant. 2. El Corazón de María se llena de gozo porque Dios salva a los humildes.

Cántico (1Sam 2,1-10)

Mi corazón se regocija por el Señor,


mi poder se exalta por Dios;
mi boca se ríe de mis enemigos,
porque gozo con tu salvación.
No hay santo como el Señor,
no hay roca como nuestro Dios.

No multipliquéis discursos altivos,


no echéis por la boca arrogancias,
porque el Señor es un Dios que sabe;
Él es quien pesa las acciones.

Se rompen los arcos de los valientes,


mientras los cobardes se ciñen de valor;
los hartos se contratan por el pan,
mientras los hambrientos engordan;
la mujer estéril da a luz siete hijos,
mientras la madre de muchos queda baldía.

El Señor da la muerte y la vida,


hunde en el abismo y levanta;
da la pobreza y la riqueza,
humilla y enaltece.

Él levanta del polvo al desvalido,


alza de la basura al pobre,
para hacer que se siente entre príncipes
y que herede un trono de gloria;
pues del Señor son los pilares de la tierra,
y sobre ellos afianzó el orbe.

Él guarda los pasos de sus amigos,


mientras los malvados perecen en las tinieblas,
porque el hombre no triunfa por su fuerza.

El Señor desbarata a sus contrarios,


el Altísimo truena desde el cielo,
el Señor juzga desde el cielo,
el Señor juzga hasta el confín de la tierra.
Él da fuerza a su Rey,
exalta el poder de su Ungido.

Ant. El Corazón de María se llena de gozo porque Dios salva a los humildes.

Ant. 3. María guardaba la Palabra meditándola en su corazón.

Salmo 118, 1-16

Dichoso el que, con vida intachable,


camina en la voluntad del Señor;
dichoso el que, guardando sus preceptos,
lo busca de todo corazón;
el que, sin cometer iniquidad,
anda por sus senderos.

Tú promulgas tus decretos


para que se observen exactamente.
Ojalá esté firme mi camino,
para cumplir tus consignas;
entonces no sentiré vergüenza
al mirar tus mandatos.

Te alabaré con sincero corazón


cuando aprenda tus justos mandamientos.
Quiero guardar tus leyes exactamente,
Tú, no me abandones.

¿Cómo podrá un joven andar honestamente?


Cumpliendo tus palabras.
Te busco de todo corazón,
no consientas que me desvíe de tus mandamientos.
En mi corazón escondo tus consignas,
así no pecaré contra Ti.

Bendito eres, Señor,


enséñame tus leyes.
Mis labios van enumerando
los mandamientos de tu boca;
mi alegría es el camino de tus preceptos,
más que todas las riquezas.

Medito tus decretos,


y me fijo en tus sendas;
tu voluntad es mi delicia,
no olvidaré tus palabras.

Ant. María guardaba la Palabra meditándola en su corazón.

LECTURA BREVE Heb 4,12-13

La Palabra de Dios es viva, es eficaz y más cortante que una espada de dos filos:
penetra hasta la división del alma y del espíritu, hasta las coyunturas y tuétanos, y discierne
los pensamientos y las intenciones del corazón. Así que no hay creatura que esté oculta a
Dios. Todo está al desnudo y al descubierto a los ojos de Aquel a quien hemos de rendir
cuentas.

RESPONSORIO

V./ Y a ti, María, una espada te traspasará el corazón.


R./ Y a ti, María, una espada te traspasará el corazón.

V./ Es la Palabra de Dios que has guardado y meditado en tu interior y te ha hecho


permanecer derecha en la hora del mayor amor.
R./ Una espada te traspasará el corazón.

V./ Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.


R./ Y a ti, María, una espada te traspasará el corazón.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Ben. Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha fecundado con su Espíritu
el seno de María y nos ha enviado al Salvador.

Ant. Mag. Mi corazón se alegra en Dios, mi Salvador.


PRECES

Elevemos nuestra oración al Padre del cielo que en el Corazón maternal de María nos
ha ofrecido un refugio seguro y un ejemplo de discipulado y digámosle:

Danos, Señor, un corazón nuevo.

* Para que aprendamos a escuchar tu Palabra y a ponerla en práctica:

* Para que sigamos con fidelidad los pasos de tu Hijo:

* Para que nos dejemos guiar dócilmente por tu Espíritu:

* Para que seamos disponibles y solidarios:

* Para que sepamos estar al pie de las cruces de nuestros hermanos que sufren:

PADRENUESTRO

Unidos al Corazón de María, hija predilecta del Padre, elevamos nuestra oración al
cielo diciendo todos juntos:

ORACIÓN

Padre lleno de bondad, que al anunciar a María la encarnación de tu Hijo en sus


entrañas virginales, hiciste brotar en su Corazón la esperanza de que los poderosos serán
destronados y los humildes enaltecidos. Concede a quienes deseamos tener un corazón de
discípulos como el suyo su delicadeza maternal, su caridad solícita, su pobreza serena y su
fecunda contemplación, para que, fieles como ella al evangelio de la liberación, merezcamos
ser llamados bienaventurados por todas las generaciones. Por nuestro Señor Jesucristo.
DIOS NOS AMA: PRINCIPIO DINÁMICO
HIMNO

DONDE REINA LA VERDAD,


DONDE EXISTE LIBERTAD,
DONDE HAY PAZ
ESTÁ PRESENTE EL SEÑOR.
PORQUE DIOS ES LA VERDAD,
PORQUE DIOS ES LIBERTAD,
PORQUE DIOS ES JUSTICIA Y AMOR.

Siempre primero EN EL AMOR.


Dios nos elige EN EL AMOR.
Porque Dios es amor, ES AMOR.

Fue traspasado EN EL AMOR.


Al pie su madre EN EL AMOR
Porque Dios es amor, ES AMOR.

Ellos se unen EN EL AMOR.


Forman un lazo EN EL AMOR.
Porque Dios es amor, ES AMOR.

Dios nos congrega EN EL AMOR.


Nuestro principio EN EL AMOR.
Porque Dios es amor, ES AMOR.

Son como un fuego EN EL AMOR,


que enciende el mundo EN EL AMOR.
Porque Dios es amor, ES AMOR.

SALMODIA

Ant. 1. Dios es amor y por ello desea atraer a todos hacia sí para comunicarles su
felicidad eterna.
Salmo 30, 20-25

Qué bondad tan grande, Señor,


reservas para tus fieles,
y concedes a los que a Ti se acogen
a la vista de todos.

En el asilo de tu presencia los escondes


de las conjuras humanas;
los ocultas en tu tabernáculo,
frente a las lenguas pendencieras.
Bendito el Señor, que ha hecho por mí
prodigios de misericordia
en la ciudad amurallada.

Yo decía en mi ansiedad:
“Me has arrojado de tu vista”;
pero Tú escuchaste mi voz suplicante
cuando yo te gritaba.

Amad al Señor, fieles suyos;


el Señor guarda a sus leales,
y a los soberbios les paga con creces.

Sed fuertes y valientes de corazón


los que esperáis en el Señor.

Ant. Dios es amor y por ello desea atraer a todos hacia sí para comunicarles su
felicidad eterna.

Ant. 2. El principio dinámico de nuestra comunidad es el amor del Padre revelado


en Cristo Jesús, que el Espíritu derrama continuamente en nuestros corazones.

Cántico (Ef 1,3-10)

Bendito sea Dios,


Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

Él nos eligió en la persona de Cristo,


antes de crear el mundo,
para que fuésemos santos
e irreprochables ante Él por el amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo,


por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre,


hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
recapitular en Cristo todas las cosas
del cielo y de la tierra.

Ant. El principio dinámico de nuestra comunidad es el amor del Padre revelado en


Cristo Jesús, que el Espíritu derrama continuamente en nuestros corazones.

Ant. 3. El amor de Dios actúa especialmente en los humildes y sencillos.

Salmo 24, 1-11

A Ti, Señor, levanto mi alma;


Dios mío, en Ti confío
no quede yo defraudado,
que no triunfen de mí mis enemigos;
pues los que esperan en Ti no quedan defraudados,
mientras que el fracaso malogra a los traidores.

Señor, enséñame tus caminos,


instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque Tú eres mi Dios y Salvador,
y todo el día te estoy esperando.

Recuerda, Señor, que tu ternura


y tu misericordia son eternas;
no te acuerdes de los pecados
ni de las maldades de mi juventud;
acuérdate de mí con misericordia,
por tu bondad, Señor.
El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes.

Las sendas del Señor son misericordia y lealtad


para los que guardan su alianza y sus mandatos.
Por el honor de tu nombre, Señor,
perdona mis culpas que son muchas.

Ant. El amor de Dios actúa especialmente en los humildes y sencillos.

LECTURA BREVE I Jn 4, 7-10

Queridos míos, amémonos los unos a los otros, porque el amor procede de Dios, y el
que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama no ha conocido a Dios, porque
Dios es amor. Así Dios nos manifestó su amor: envió a su Hijo único al mundo, para que
tuviéramos vida por medio de Él. Y este amor no consiste en que nosotros hayamos amado a
Dios, sino en que Él nos amó primero, y envió a su Hijo como víctima propiciatoria por
nuestros pecados.
RESPONSORIO

V./ El amor que Dios nos tiene es la buena noticia del Evangelio.
R./ El amor que Dios nos tiene es la buena noticia del Evangelio.

V./ Al mismo tiempo nos llena de gozo.


R./ Es la buena noticia del Evangelio.

V./ Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.


R./ El amor que Dios nos tiene es la buena noticia del Evangelio.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Llagado tiene Jesucristo su Corazón para que conocieran todos hasta dónde
puede llegar su amor.

PRECES

Acudamos, hermanos, a Cristo, que en su Corazón traspasado nos reveló el amor


trinitario de Dios, y digámosle:

Señor, aumenta nuestro amor.

Jesús, que no nos envías a condenar a nadie,


haz que mostremos tu rostro misericordioso a todos los hombres.

Jesús, cuyo amor es poderoso porque sirve hasta la muerte,


haz que tengamos fe en la misteriosa eficacia de la caridad crucificada.

Jesús, que nos salvaste en la cruz y fuiste glorificado,


concédenos morir y resucitar contigo.

Jesús, que nos escondes en tus llagas, protegiéndonos de los enemigos,


sálvanos por la comunión de tu Cuerpo y tu Sangre gloriosos.

Jesús, que llamaste a los discípulos para que estuvieran contigo,


mira a nuestra comunidad, protégela y concédele que dé siempre testimonio
vivo del amor tierno de Dios.

PADRENUESTRO

Dirijámonos a Dios, rico en misericordia, invocando confiadamente su paternidad


sobre nosotros: Padre nuestro...
ORACIÓN

Te pedimos, Dios Padre bueno, que tu amor misericordioso sea siempre el principio
dinámico de nuestra comunidad, para que fieles a nuestra vocación, vivamos como personas
nuevas en una comunidad evangélica, convertidas en iconos de la Trinidad-Amor. Por
nuestro Señor Jesucristo.
DIOS NOS CONVOCA: COMUNIDAD
HIMNO

EN EL NOMBRE DEL SEÑOR


NOS HEMOS REUNIDO (BIS).

Ved qué gozo


que los hermanos se quieran (bis).

¡Qué hermoso es vivir


unidos los hermanos! (bis).

Con un corazón
y una sola alma (bis).

Cristo siempre está


en medio de nosotros (bis).

SALMODIA

Ant. 1. Llamados por el amor del Padre en Cristo, nos reunimos gozosos en nombre
del Señor.

Salmo 99

Aclama al Señor, tierra entera,


servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con vítores.

Sabed que el Señor es Dios:


que Él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño.

Entrad por sus puertas con acción de gracias,


por sus atrios con himnos,
dándoles gracias y bendiciendo su nombre:

“El Señor es bueno,


su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades”.

Ant. Llamados por el amor del Padre en Cristo, nos reunimos gozosos en nombre del
Señor.

Ant. 2. Debemos distinguirnos por el amor fraternal, que nos dará a conocer en
todas partes como verdaderos discípulos de Cristo.
Salmo 132

Ved qué dulzura, qué delicia,


convivir los hermanos unidos.

Es ungüento precioso en la cabeza,


que va bajando por la barba,
que baja por la barba de Aarón,
hasta la franja de su ornamento.

Es rocío del Hermón, que va bajando


sobre el Monte Sión.

Porque allí manda el Señor la bendición:


la vida para siempre.

Ant. Debemos distinguirnos por el amor fraternal, que nos dará a conocer en todas
partes como verdaderos discípulos de Cristo.

Ant. 3. El Espíritu hace de todos un solo cuerpo y nos estimula insistentemente a


vivir el mandamiento nuevo

Salmo 18 B

La ley del Señor es perfecta


y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante.

Los mandatos del Señor son rectos


y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos.

La voluntad del Señor es pura


y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos.

Más preciosos que el oro,


más que el oro fino;
más dulces que la miel
de un panal que destila.

Aunque tu siervo vigila


para guardarlos con cuidado,
¿quién conoce sus faltas?
Absuélveme de lo que se me oculta.
Preserva a tu siervo de la arrogancia,
para que no me domine:
así quedaré libre e inocente
del gran pecado.

Que te agraden las palabras de mi boca,


y llegue a tu presencia el meditar de mi corazón,
Señor, roca mía, redentor mío.

Ant. El Espíritu hace de todos un solo cuerpo y nos estimula insistentemente a vivir
el mandamiento nuevo.

LECTURA BREVE Ef 4, 1-6

Yo, que estoy preso por el Señor, os ruego que os comportéis como corresponde a la
vocación con que habéis sido llamados. Sed humildes, amables y pacientes. Soportaos los
unos a los otros con amor. Mostraos solícitos en conservar, mediante el vínculo de la paz, la
unidad que es fruto del Espíritu. Uno sólo es el cuerpo y uno solo es el Espíritu, como
también es una la esperanza que encierra la vocación a la que habéis sido llamados; un solo
Señor, una fe, un bautismo; un Dios que es Padre de todos, que está sobre todos, actúa en
todos y habita en todos.

RESPONSORIO

V./ Sufrid mutuamente vuestros defectos y amaos los unos a los otros.
R./ Sufrid mutuamente vuestros defectos y amaos los unos a los otros.

V./ Este es el mandamiento del amor.


R./ Amaos los unos a los otros.

V./ Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.


R./ Sufrid mutuamente vuestros defectos y amaos los unos a los otros.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Como en los primitivos cristianos, sea tan estrecho el lazo de caridad que os
una que, como de ellos, puedan decir también de vosotros: en esta comunidad no hay
sino un solo corazón y una sola alma.
21

PRECES

A Dios Padre, que en su bondad nos ha reunido en una comunidad apostólica,


roguémosle diciendo:

Señor, mantennos unidos en el amor.

Señor, Tú que nos has llamado y nos has unido no con los lazos de la carne ni de la
sangre, sino con los del Espíritu,
danos un corazón puro y transparente para poderte contemplar en los
hermanos de la comunidad.

Señor, Tú que nos alimentas en la Eucaristía con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo,


danos un corazón orante para que te demos culto en espíritu y en verdad, cual
víctimas vivas.

Señor, ya que tu Hijo curó a los enfermos, devolvió la vista a los ciegos e hizo andar a
los paralíticos,
concédenos un corazón bondadoso como el suyo, para que cuidemos con
ternura a nuestros hermanos enfermos e impedidos.

Señor, Tú que enviaste a tu Hijo para traer la buena noticia a los pobres, para anunciar
a los cautivos su libertad y para proclamar el año de tu gracia,
danos un corazón ardiente para que anunciemos por todo el mundo la única
salvación que viene de Ti.

Señor, que suscitaste en la Iglesia la espiritualidad de los Sagrados Corazones para


que fueran hallados en varios pueblos ciertos oasis,
concédenos que nos mantengamos en la ruta del carisma que nos revelaste y
en el amor a los hermanos que nos precedieron en la fe.

PADRENUESTRO

Hermanados en una misma esperanza, fruto de una misma fe y caridad, invoquemos


al Padre diciendo:

ORACIÓN

Señor, Tú que nos llamaste personalmente, desde el seno materno, a vivir una vida
cristiana y fraterna, haz que nuestras comunidades sean oasis de oración, solidaridad y
servicio, amándonos como los Sagrados Corazones de Jesús y de María nos aman. Por
nuestro Señor Jesucristo.
22

DIOS ES AMOR

HIMNO

HEMOS CONOCIDO EL AMOR,


HEMOS PUESTO EN ÉL NUESTRO IDEAL
Y SABEMOS QUE AL UNIRNOS
EN EL NOMBRE DEL SEÑOR
DANDO FUERZA A NUESTRA VIDA, DIOS ESTÁ.

Cristo nos convoca para ir con Él


hasta el desierto y la soledad
donde brota el agua de un manantial,
sopla el viento recio y ruge el león.

Un oasis fresco lleno de verdor,


en torno del fuego, la comunidad...
"Ved cómo se aman, son un corazón,
y los une el lazo de la caridad".

Saltan unas chispas, la llama prendió


en la hierba seca del cañaveral...
¡De palabra y vida, vamos, predicad!
Cuando Cristo vuelva que encuentre la fe.

Se una hiedra viva en la Iglesia local,


pon dos corazones donde no hay amor,
ten el pecho abierto por la compasión
junto a los que sufren sin desesperar.

SALMODIA

Ant. 1. Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida.

Dios es amor y por ello desea atraer a todos hacia sí para


comunicarles su felicidad eterna. Jesús vino a prender fuego en la
tierra. Nuestra comunidad se siente convocada por el Padre en la
dinámica de esta tradición espiritual.

Salmo 22

El Señor es mi pastor, nada me falta:


en verdes praderas me hace recostar;

me conduce hacia fuentes tranquilas


23

y repara mis fuerzas;


me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.

Aunque camine por cañadas oscuras,


nada temo porque Tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan.

Preparas una mesa ante mí


enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa.

Tu bondad y tu misericordia me acompañan


todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término.

Ant. Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida.

Ant. 2. Como a un niño a quien su madre consuela, así nos ama el Señor.

El amor que Dios nos tiene es la buena noticia


del Evangelio. Al mismo tiempo que nos llena de gozo,
nos llama a vivir como personas nuevas en una
comunidad evangélica. Nos lleva a dar la vida por los
hermanos y a proclamar la esperanza del Reino, que
engendra fraternidad entre los hombres.

Cántico (Is 66, 10-14a)

Festejad a Jerusalén, gozad con ella,


todos los que la amáis,
alegraos de su alegría,
los que por ella llevasteis luto;
mamaréis a sus pechos
y os saciaréis de sus consuelos,
y apuraréis las delicias
de sus ubres abundantes.

Porque así dice el Señor:


Yo haré derivar hacia ella
como un río, la paz,
como un torrente en crecida,
las riquezas de las naciones.

Llevarán en brazos a sus criaturas


y sobre las rodillas las acariciarán;
24

como a un niño a quien su madre consuela,


así os consolaré yo
y en Jerusalén seréis consolados.

Al verlo se alegrará vuestro corazón


y vuestros huesos florecerán como un prado.

Ant. Como a un niño a quien su madre consuela, así nos ama el Señor.

Ant. 3. Ahora ha aparecido la bondad de Dios, nuestro Salvador, y su amor a los


hombres.

El principio dinámico de nuestra Comunidad es el amor


del Padre revelado en Cristo Jesús, que el Espíritu
derrama continuamente en nosotros.

Salmo 35, 6-13

Señor, tu misericordia llega al cielo,


tu fidelidad hasta las nubes;
tu justicia, hasta las altas cordilleras,
tus sentencias son como el océano inmenso.

Tú socorres a hombres y animales;


¡qué inapreciable es tu misericordia, oh Dios!
los humanos se acogen a la sombra de tus alas;

se nutren de lo sabroso de tu casa,


les das a beber del torrente de tus delicias,
porque en Ti está la fuente viva
y tu luz nos hace ver la luz.

Prolonga tu misericordia con los que te reconocen,


tu justicia con los rectos de corazón;
que no me pisotee el pie del soberbio,
que no me eche fuera la mano del malvado.

Han fracasado los malhechores;


derribados, no se pueden levantar.

Ant. Ahora ha aparecido la bondad de Dios, nuestro Salvador, y su amor a los


hombres.
25

LECTURA BREVE

1Jn 4,7-11
Queridos, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios, y todo el que ama ha
nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es Amor.
En esto se manifestó en nosotros el amor de Dios; en que Dios envió al mundo a su Hijo
único para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor: no en que nosotros
hayamos amado
a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como víctima de expiación por nuestros
pecados. Queridos, si Dios nos ha amado de esta manera, también nosotros debemos amarnos
unos a unos.

RESPONSORIO

V./ Cantaré eternamente las misericordias del Señor.


R./ Cantaré eternamente las misericordias del Señor.

V./ Y anunciaré su fidelidad por todas las edades.


R./ Las misericordias del Señor.

V./ Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.


R./ Cantaré eternamente las misericordias del Señor.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. El Señor es un Dios clemente y compasivo, paciente, lleno de amor y fiel.

PRECES

P. Nuestra comunidad centra su espiritualidad en que Dios es amor.

T. Y desea atraer a todos hacia sí para comunicarles su felicidad eterna.

P. Este amor de Dios es para nosotros la buena noticia del Evangelio, el tesoro
escondido que todos buscan con ansiedad.

T. Descubrirlo nos llena de gozo y nos lleva a vivir como personas nuevas en una
comunidad evangélica; a dar la vida por los hermanos y a proclamar la esperanza del
Reino que engendra fraternidad entre los hombres.

P. El signo más expresivo de este amor es Jesucristo, a quien contemplamos con el


Corazón traspasado.

T. Llagado lo tiene para que conociéramos todos hasta dónde pudo llegar su amor.

P. Ponemos también nuestros ojos en María, la madre de Jesús y nuestra.


26

T. Porque ella es la mujer elegida que entregó desde su seno este amor encarnado a la
humanidad, asociándose entrañablemente al misterio de Jesús, meditando la Palabra
constantemente en su Corazón, predicando con su vida siempre disponible. Por eso
aguantó de pie, en el Calvario, en la hora más fuerte del amor.

P. Hacemos un acto de fe en los Sagrados Corazones de Jesús y de María:

T. Creemos que Dios no nos envía a condenar a nadie.


Creemos en el poder del amor que sirve hasta la muerte.
Creemos que la salvación nos llega por la cruz y la glorificación del Señor.
Esta fe es el principio dinámico que penetra, orienta y da sentido a nuestra vida.

PADRENUESTRO

Sabiendo que Dios es amor, unámonos ahora todos repitiendo la plegaria con la que
Jesús nos enseñó a llamarle Padre:

ORACIÓN

Señor, que nos convocas al desierto para hablarnos al corazón, para revelarnos tu
proyecto misionero de prender el fuego de tu amor, manda tu Espíritu para que nos atraiga y
convierta a tu Hijo Jesucristo, en cuyo Corazón abierto contemplamos el gesto más expresivo
de su total entrega por los hombres.

Haz que contemplemos también a María, Madre de Dios y nuestra, con el Corazón
traspasado, la que nos enseña a meditar y guardar el misterio de su Hijo en nuestro interior, la
mujer profeta que predicó con su vida siempre disponible, la mujer fuerte que aguantó de pie
en la hora del mayor amor.

Iluminen siempre estos focos de ardentísima caridad nuestro caminar para que así
continuemos extendiendo tu Reino en la tierra, fieles al estilo de vida de tu Hijo Jesús, que
vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, por todos los siglos. Amén.
27

CON UN SOLO CORAZÓN

HIMNO

¡QUÉ ALEGRÍA VER AMARSE A LOS HERMANOS


VIVIENDO EN COMUNIÓN;
QUÉ HERMOSO ACERCARSE Y VER EN ELLOS
UN SOLO CORAZÓN! (BIS).

Amaos como Jesús


que en cruz nos dio la vida.
Mira su costado herido,
para un amigo
no hay prueba mayor (bis).

Mira el amor de María


que es llama siempre viva.
En su corazón de madre,
Dios, nuestro Padre,
su ternura mostró (bis).

Como pequeños oasis


que alegran el desierto
para que vengan y beban
los que desean
dejar de andar con sed (bis).

Alrededor de la mesa
Jesús nos ha sentado.
Su corazón es la hoguera
que nos congrega
para partir el pan (bis).

SALMODIA

Ant. 1. El grupo de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma.

El amor de Dios se impregna nuestras


comunidades, pues la intensa caridad fraterna es
distintivo muy conforme al estilo del Corazón de Cristo.

Salmo 132
28

Ved qué dulzura, qué delicia,


convivir los hermanos unidos.

Es ungüento precioso en la cabeza,


que va bajando por la barba,
que baja por la barba de Aarón,
hasta la franja de su ornamento.

Es rocío del Hermón, que va bajando


sobre el monte Sión.

Porque allí manda el Señor la bendición:


la vida para siempre.

Ant. El grupo de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma.

Ant. 2. Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros como yo os he


amado.

Como resultado de nuestra experiencia del amor


de Dios, de nuestra comunión con Cristo, y a ejemplo de
María, debemos distinguirnos por el amor fraternal, que
nos dará a conocer en todas partes por verdaderos
discípulos de Cristo.

Salmo 118, 33-40; 105-112

Muéstrame, Señor, el camino de tus leyes,


y lo seguiré puntualmente;
enséñame a cumplir tu voluntad
y a guardarla de todo corazón;
guíame por la senda de tus mandatos,
porque ella es mi gozo.

Inclina mi corazón a tus preceptos,


y no al interés;
aparta mis ojos de las vanidades,
dame vida con tu palabra;
cumple a tu siervo la promesa
que hiciste a tus fieles.

Aparta de mí la afrenta que temo


porque tus mandamientos son amables;
mira cómo ansío tus decretos:
dame vida con tu justicia.
Lámpara es tu palabra para mis pasos,
luz en mi sendero;
29

lo juro y lo cumpliré:
guardaré tus justos mandamientos:
¡estoy tan afligido!
Señor, dame vida según tu promesa.

Acepta, Señor, los votos que pronuncio,


enséñame tus mandatos;
mi vida está siempre en peligro,
pero no olvido tu voluntad;
los malvados me tendieron un lazo,
pero no me desvié de tus decretos.

Tus preceptos son mi herencia perpetua,


la alegría de mi corazón;
inclino mi corazón a cumplir tus leyes,
siempre y cabalmente.

Ant. Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros como yo os he


amado.

Ant. 3. Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos.

Dios es amor. En este amor nos


mantiene unidos. Y nosotros nos fiamos de Él.

Salmo 111

Dichoso quien teme al Señor


y ama de corazón sus mandatos.
Su linaje será poderoso en la tierra,
la descendencia del justo será bendita.

En su casa habrá riquezas y abundancia,


su caridad es constante, sin falta.
En las tinieblas brilla como una luz
el que es justo, clemente y compasivo.

Dichoso el que se apiada y presta,


y administra rectamente sus asuntos.
El justo jamás vacilará,
su recuerdo será perpetuo.

No temerá las malas noticias,


su corazón está firme en el Señor.
Su corazón está seguro, sin temor,
hasta que vea derrotados a sus enemigos.

Reparte limosna a los pobres;


30

su caridad es constante, sin falta,


y alzará la frente con dignidad.

El malvado, al verlo, se irritará,


rechinará los dientes hasta consumirse.
La ambición del malvado fracasará.

Ant. Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos.

LECTURA BREVE Hch 2,42.44-47

Se mantenían constantes en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en la


fracción del pan y en las oraciones. Todos los creyentes estaban de acuerdo y tenían todo en
común; vendían sus posesiones y sus bienes y lo repartían entre todos, según la necesidad de
cada uno. Acudían diariamente al Templo con perseverancia y con un mismo espíritu partían
el pan en las casas y tomaban el alimento con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios
y gozando de la simpatía de todo el pueblo. Por lo demás, el Señor agregaba al grupo a los
que cada día se iban salvando.

RESPONSORIO

V./ Queridos míos, amémonos los unos a los otros, porque el amor procede de Dios.
R./ Queridos míos, amémonos los unos a los otros, porque el amor procede de Dios.

V./ Todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios.


R./ Porque el amor procede de Dios.

V./ Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.


R./ Queridos míos, amémonos los unos a los otros, porque el amor procede de Dios.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Si Dios nos ha amado así, también nosotros debemos amarnos unos a otros.

PRECES

P. Conscientes de que cada uno de nosotros ha sido llamado por el amor del Padre en
Cristo, nos reunimos gozosos en el nombre del Señor. Queremos hacer un proyecto de
vida en comunión de bienes espirituales y materiales con los hermanos.

T. Queremos distinguirnos por el amor fraternal, según el mandato del Señor, que
nos dará a conocer en todas partes por verdaderos discípulos de Cristo.

P. El Espíritu hace de todos un solo cuerpo y nos estimula constantemente a vivir el


31

mandamiento nuevo.

T. Nuestra comunión de vida nace, se alimenta y desarrolla sobre todo en la


Eucaristía.

P. Esta comunión eucarística se prolonga en la familia, en trabajo y en la comunidad a


lo largo del día.

T. En las comidas, en el compartir las cargas de la casa, en las mutuas atenciones, en


las diversas formas de diálogo fraterno y de revisión de vida.

P. También en el cumplimiento responsable de nuestras tareas, en el trabajo


apostólico y en los momentos de fiesta.

T. La caridad fraterna exige que nos ayudemos a llevar los unos las cargas de los
otros, que suframos los defectos mutuos y extingamos cualquier antipatía contra el
que nos ofendió.

P. Intentamos evitar las porfías y nos esforzamos para que la pluralidad de


temperamentos e ideologías no sea obstáculo para la caridad.

T. Deseamos que quienes vean reducidas sus fuerzas se sientan de verdad queridos
entre nosotros. Sabemos que tener enfermos o ancianos en casa es un privilegio para
la caridad.

P. Nos mantenemos unidos al Papa y extendemos nuestra comunión a los obispos, a


los sacerdotes, a los religiosos y a otros grupos eclesiales.

T. Les ofrecemos nuestra amistad, hospitalidad generosa y fraternal acogida.

P. También se prolonga nuestra fraternidad en nuestros familiares, a quienes


acogemos con gran afecto.

T. También en los amigos y enemigos, en los marginados y en los que sufren.

P. Vivir así es dejar que el amor de Dios impregne nuestras comunidades, porque la
caridad fraterna es distintivo muy conforme al estilo del Corazón de Cristo.

T. Amémonos mutuamente como los Sagrados Corazones de Jesús y María nos aman.
Como en los primitivos cristianos, sea tan estrecho el lazo de caridad que nos una que,
como en ellos, puedan descubrir en nosotros quienes nos traten, un solo corazón y un
mismo espíritu.

PADRENUESTRO

Como hermanos que tienen un Padre común y desean vivir unidos en una misma
familia, digamos juntos la oración que Jesús nos enseñó: Padre nuestro...
32

ORACIÓN

Te damos gracias, Padre, porque por nuestro bautismo nos has consagrado en tu
familia, en la Iglesia, en un clima de confianza recíproca y de sana amistad. Un clima de
libertad, sencillez, franqueza y alegría sinceras. Un clima de servicio y a adelantarnos a las
necesidades de los otros con muestras de fraterna deferencia. Un clima de respeto que nos
lleva a extinguir en nuestro corazón toda reminiscencia de antipatía contra quien nos ofendió.

Te damos gracias y te pedimos que en nuestras comunidades sepamos dar más


importancia al clima de caridad fraterna que a su propia estructura, pues viviendo en el amor
daremos testimonio de que somos hijos tuyos. Por nuestro señor Jesucristo.
OS LLEVARÉ AL DESIERTO

HIMNO

VAMOS AL DESIERTO
PARA OÍR SU VOZ;
ES DIOS QUIEN NOS LLAMA,
NOS HABLA AL CORAZÓN (BIS).

Es hora de buscar primero su Reino:


el desierto esconde la verdad;
un tesoro oculto, un oasis limpio,
fuente en que apagamos la sed de felicidad.

Tabor donde se goza de paz y consuelo,


deliciosa y dulce intimidad;
un cielo estrellado grita en el silencio,
su regazo traspasado invita a descansar.

Es un tiempo de gracia y bienaventuranza:


Dios se comunica al alma en soledad;
lejos del bullicio, cerquita del cielo
contemplamos con ternura a la humanidad.

Un pequeño lugar encima de un monte,


tierra buena en que el trigo germinó;
brota una espiga, maduran los frutos,
se prepara la cosecha de la salvación.

Retiro en que escuchamos juntos su Palabra


y aprendemos a dejar hacer a Dios.
Si el Señor nos habla, ¿quién no profetiza?
fuerte y suavemente nos empuja a la misión.

Abajo en la llanura hay mies abundante


que espera obreros del amor;
déjemos la altura, vamos a los valles,
que seamos fuego que abrase el corazón.
SALMODIA

Ant. 1. Os llevaré al desierto y os hablaré al corazón.

Entendemos por espiritualidad del desierto la


experiencia de un encuentro personal con Dios que nos
santifica, pasándonos de la esclavitud a la libertad, y nos
constituye Comunidad en favor de todos los pueblos.

Cántico (Dt 32, 1-12)

Escuchad, cielos, y hablaré;


oye, tierra, los dichos de mi boca;
descienda como lluvia mi doctrina,
destile como rocío mi palabra;
como llovizna sobre la hierba,
como orvallo sobre el césped;
voy a proclamar el nombre del Señor:
dad gloria a nuestro Dios.

Él es la Roca, sus obras son perfectas,


sus caminos son justos,
es un Dios fiel, sin maldad;
es justo y es recto.

Hijos degenerados, se portaron mal con Él,


generación malvada y pervertida.
¿Así le pagas al Señor,
pueblo necio e insensato?
¿No es Él tu Padre y tu Creador,
el que te hizo y te constituyó?

Acuérdate de los días remotos,


considera las edades pretéritas,
pregunta a tu padre, y te lo contará;
a tus ancianos, y te lo dirán:

Cuando el Altísimo daba a cada pueblo su heredad


y distribuía a los hijos de Adán,
trazando las fronteras de las naciones,
según el número de los hijos de Dios,
la porción del Señor fue su pueblo,
Jacob fue el lote de su heredad.

Lo encontró en una tierra desierta,


en una soledad poblada de aullidos:
lo rodeó cuidando de él,
lo guardó como a las niñas de sus ojos.
Como el águila incita a su nidada,
revoloteando sobre los polluelos,
así extendió sus alas, los tomó
y los llevó sobre sus plumas.

El Señor solo los condujo,


no hubo dioses extraños con Él.

Ant. Os llevaré al desierto y os hablaré al corazón.

Ant. 2. Mi corazón y mi carne retozan por el Dios vivo.

Salmo 62, 2-9

Oh Dios, Tú eres mi Dios, por Ti madrugo,


mi alma está sedienta de Ti;
mi carne tiene ansia de Ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.

¡Cómo te contemplaba en el santuario


viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.

Toda mi vida te bendeciré


y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos.

En el lecho me acuerdo de Ti
y velando medito en Ti,
porque fuiste mi auxilio
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a Ti
y tu diestra me sostiene.

Ant. Mi corazón y mi carne retozan por el Dios vivo.

Ant. 3. El hombre de puro corazón subirá al monte del Señor.

Salmo 23, 1-6

Del Señor es la tierra y cuanto la llena,


el orbe y todos sus habitantes:
Él la fundó sobre los mares,
Él la afianzó sobre los ríos.
¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿quién puede estar en el recinto sacro?

El hombre de manos inocentes


y puro corazón,
que no confía en los ídolos
ni jura contra el prójimo en falso.
Ese recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.

Este es el grupo que busca al Señor,


que viene a tu presencia, Dios de Jacob.

Ant. El hombre de puro corazón subirá al monte del Señor.

LECTURA BREVE Os 2,16.18.20-22

Voy a seducirla; voy a llevarla al desierto y le hablaré al corazón. Y sucederá


aquel día –oráculo de Yahvé- que ella me llamará “Marido mío”, y no me llamará más “Baal
mío”. Sellaré un pacto en su favor aquel día con la bestia del campo, con el ave del cielo, con
el reptil del suelo; arco, espada y guerra los quebraré lejos de esta tierra, y los haré reposar en
seguro. Yo te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en justicia y en
derecho, en amor y en compasión, te desposaré conmigo en fidelidad, y tú conocerás a
Yahvé.

RESPONSORIO

V./ Alabad al Señor todas las naciones, aclamadlo todos los pueblos.
R./ Alabad al Señor todas las naciones, aclamadlo todos los pueblos.

V./ Firme es su misericordia con nosotros, su fidelidad dura por siempre.


R./ Aclamadlo todos los pueblos.

V./ Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.


R./ Alabad al Señor todas las naciones, aclamadlo todos los pueblos.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Buscad en primer lugar el Reino de Dios.

PRECES
P. Porque Dios nos ama, nos atrae, nos lleva al desierto y nos habla al corazón.

T. Todos nos sentimos convocados por el Espíritu del Señor que se nos comunica en
la desinstalación y en el silencio.

P. En el desierto, Dios se nos hace presente, nos santifica y nos libera,


constituyéndonos comunidad en favor de todos los pueblos.

T. Gustamos de la oración en soledad, donde Dios se hace cercano a cada uno de


nosotros y nos revela su amor.

P. El amor a los corazones de Jesús y de María nos conduce a un espíritu


contemplativo que nos anima a orar siempre, sin desfallecer.

T. Nuestra vida, a pesar de la intensidad de nuestras tareas, está marcada por


momentos personales y comunitarios de oración. Sólo así rehacemos nuestras
fuerzas y nos preparamos para emprender nuevos trabajos apostólicos.

P. La Palabra de Dios, leída y meditada frecuentemente nos acompaña en nuestro


camino.

T. Buscamos en primer lugar el Reino de Dios, fomentando sobre todo la íntima


unión con Dios por la oración y la contemplación. Si no conocemos la Palabra de
Dios, ¿qué predicamos?

P. Queremos que nuestras casas estén abiertas a nuestros hermanos en la fe para


compartir la plegaria.

T. Con nuestro ministerio queremos cultivar la dimensión contemplativa del pueblo,


participando de su oración, porque sabemos que Dios se comunica a los sencillos.

P. Aunque la verdad está en el desierto, cerca de Dios, estamos convencidos de que es


preciso moverse para trabajar en la llanura.

T. Por eso, nuestro espíritu de contemplación tiene un carácter eminentemente


misionero. Queremos reconocer la acción de Dios en la historia para que nuestra vida
sea solidaria con todos los hermanos, especialmente con los pobres y los que sufren.

PADRENUESTRO

Digamos ahora todos juntos la oración que nos enseñó Jesús y que es la fuente de
donde mana toda contemplación: Padre nuestro...

ORACIÓN
Señor, tú llevas a tu pueblo al desierto para hablarle al corazón. Condúcenos a la
intimidad de tu encuentro, a la soledad fecunda donde nacimos como familia misionera, para
ser poseídos por tu Espíritu antes de proclamar la Palabra de Salvación. Por nuestro Señor
Jesucristo.
...QUE SEAMOS UN FUEGO

HIMNO

QUE TODOS SEAMOS UN FUEGO


Y QUE DESDE ESTE MONTE
LO VAYAMOS EXTENDIENDO
HASTA LOS CONFINES DE LA TIERRA.

He venido a traer fuego a la tierra


y qué más quisiera
que estuviera toda ya encendida...

Fuegos santos, quemad, fuegos hermosos,


¡Id al mundo entero
para iluminar a todas las gentes!

Que seamos ardiente fuego vivo


que vaya prendiendo
en el corazón de cada hombre.

SALMODIA

Ant. 1. Delante de Él avanza fuego. El Señor reina y la tierra goza.

Divina Caridad, fuego sagrado, que ardes


incesantemente en los Sagrados Corazones sin
consumirte jamás. Ven, ven y abrasa mi helado pecho y
consume en él toda la escoria de los vicios y
desarreglados afectos que son lo que impide el acercarse
y unirse a Tí.

Salmo 96

El Señor reina, la tierra goza,


se alegran las islas innumerables.
Tiniebla y Nube lo rodean,
Justicia y Derecho sostienen su trono.

Delante de Él avanza fuego


abrasando en torno a los enemigos;
sus relámpagos deslumbran el orbe,
y, viéndolos, la tierra se estremece.
Los montes se derriten como cera
ante el dueño de toda la tierra;
los cielos pregonan su justicia,
y todos los pueblos contemplan su gloria.
Los que adoran estatuas se sonrojan,
los que ponen su orgullo en los ídolos;
ante Él se postran todos los dioses.

Lo oye Sión, y se alegra,


se regocijan las ciudades de Judá
por tus sentencias, Señor;

porque Tú eres, Señor,


altísimo sobre toda la tierra,
encumbrado sobre todos los dioses.

El Señor ama al que aborrece el mal,


protege la vida de sus fieles
y los libra de los malvados.

Amanece la luz para el justo,


y la alegría para los rectos de corazón.
Alegraos, justos, con el Señor,
celebrad su santo nombre.

Ant. Delante de Él avanza fuego. El Señor reina y la tierra goza.

Ant. 2. Tu Palabra, Señor, es un fuego devorador que no puedo contener.

Preferimos los ministerios propios de la vida


apostólica, sobre todo la predicación de la divina
Palabra. Los alimentamos con la espiritualidad de los SS.
Corazones, medio eficacísimo para la conversión de los
pecadores y para encender en los corazones las llamas de
la caridad.

Salmo 118, 89-96; 137-144

Tu palabra, Señor, es eterna,


más estable que el cielo;
tu fidelidad de generación en generación,
igual que fundaste la tierra y permanece;
por tu mandamiento subsisten hasta hoy,
porque todo está a tu servicio.
Si tu voluntad no fuera mi delicia,
ya habría perecido en mi desgracia;
jamás olvidaré tus decretos,
pues con ellos me diste vida;
soy tuyo, sálvame,
que yo consulto tus leyes.

Señor, Tú eres justo,


tus mandamientos son rectos;
has prescrito leyes justas
sumamente estables;
me consume el celo,
porque mis enemigos olvidan tus palabras.

Tu promesa es acrisolada,
y tu siervo la ama;
soy pequeño y despreciable,
pero no olvido tus decretos;
tu justicia es justicia eterna,
dame inteligencia y tendré vida.

Ant. Tu Palabra, Señor, es un fuego devorador que no puedo contener.

Ant. 3. ¡Ay de mí si no evangelizara!

Salmo 39, 2-4; 17-18

Yo esperaba con ansia al Señor;


Él se inclinó y escuchó mi grito:

Me puso en la boca un cántico nuevo,


un himno a nuestro Dios.
Muchos, al verlo, quedaron sobrecogidos
y confiaron en el Señor.

Dichoso el hombre que ha puesto


su confianza en el Señor,
y no acude a los idólatras,
que se extravían con engaños.

Cuántas maravillas has hecho,


Señor, Dios mío,
cuántos planes en favor nuestro;
nadie se te puede comparar.
Intento proclamarlas, decirlas,
pero superan todo número.

Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,


y, en cambio, me abriste el oído;
no pides sacrificio expiatorio,
entonces yo digo: “aquí estoy”
- como está escrito en mi libro -
“para hacer tu voluntad”.

Dios mío, lo quiero


y llevo tu ley en las entrañas.
He proclamado tu salvación
ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios:
Señor, Tú lo sabes.

No me he guardado en el pecho tu defensa,


he contado tu fidelidad y tu salvación,
no he negado tu misericordia y tu lealtad
ante la gran asamblea.

Tú, Señor, no me cierres tus entrañas,


que tu misericordia y tu lealtad
me guarden siempre.

Ant. ¡Ay de mí si no evangelizara!

LECTURA BREVE Jr 20,7-10

Me has seducido, Yahvé, y me dejé seducir; me has agarrado y me has podido. He


sido la irrisión cotidiana: todos me remedaban. Cada vez que abro la boca es para clamar:
“¡Atropello!”, y para gritar: “¡Me roban!”. La palabra de Yahvé ha sido para mí oprobio y
befa cotidiana. Yo decía: “No volveré a recordarlo, ni hablaré más en su Nombre”. Pero había
en mi corazón algo así como fuego ardiente, prendido en mis huesos, y aunque yo trabajaba
para ahogarlo, no podía.

RESPONSORIO

V./ Ruge el Señor, ¿quién no teme? Habla el Señor, ¿quién no profetiza?


R./ Ruge el Señor, ¿quién no teme? Habla el Señor, ¿quién no profetiza?

V./ Si no conocemos las Palabras de Dios, ¿qué predicamos?


R./ Habla el Señor, ¿quién no profetiza?

V./ Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.


R./ Ruge el león, ¿quién no teme? Habla el Señor, ¿quién no profetiza?

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Id por todo el mundo y proclamad la Buena Noticia a toda criatura.

PRECES

P. Convocados por el Señor, nos alimentamos de la espiritualidad de los Sagrados


Corazones y nos sentimos continuadores del estilo de vida y misión de los primeros
apóstoles.

T. Inflamados por el amor de Dios queremos continuar la misión que Jesucristo


encargó a sus discípulos valiéndose de aquellas palabras: “Fuego he venido a
encender en la tierra y, ¿qué quiero sino que se encienda?”.

P. En este caminar misionero tenemos como focos de ardentísima caridad a Jesús, con
el Corazón abierto y, a su lado, a María con el Corazón atravesado.

T. Que nuestra vida arda en ese fuego, para que luego lo vayamos extendiendo por
todas partes, encendiendo llamas en los corazones.

P. Somos conscientes de que nuestra elección bautismal nos precisa a ser ejemplares,
viéndonos todos descollar en la práctica de las virtudes que predicamos.

T. Y ya sea en el templo, en nuestro hogar, en casa del enfermo o al ir por la calle, en


cada uno de nosotros no debe verse sino la persona misma de Cristo.

P. La misión profética es un elemento fundamental de nuestra vocación bautismal. Es


un don del Espíritu que nos anima a trabajar siempre más por el Reino.

T. Nos otorga la fuerza de predicar con total libertad y valentía, interpretando


constantemente los signos de los tiempos y juzgando los problemas actuales a la luz
de Cristo.

P. El carácter profético de nuestro carisma exige que nos encontremos de forma


especial en la vanguardia de la misión.

T. Tenemos un oído atento y gran disponibilidad para correr a los lugares más
necesitados, dejando en segundo término aquellas iglesias que pueden desenvolverse
por sí mismas.

P. Para que nuestra misión y nuestro testimonio en favor de la justicia sean auténticos,
debemos revisarnos constantemente en nuestras opciones.

T. Sabemos que esta misión es superior a nuestras fuerzas, pero nos fortalecen las
palabras de Jesús: “Os he elegido para que vayáis y deis fruto”. Por eso nos fiamos de
Él y con esa seguridad seguimos adelante proclamando del amor de Dios hasta el
último rincón de la tierra.

PADRENUESTRO

Junto a todos nuestros hermanos que extienden por el mundo el Fuego que arde en los
Sagrados Corazones, nos unimos en oración pidiendo al Padre del Cielo que venga a nosotros
su Reino: Padre nuestro...
ORACIÓN

Padre de amor, tú encendiste a los Apóstoles en aquel Fuego que Jesús vino a traer
sobre la tierra. Te suplicamos que cuides paternalmente de nosotros, purifiques nuestros
labios y enciendas nuestro corazón el aquel mismo Fuego para que, amando tu mensaje,
seamos siempre servidores atentos de tu Palabra. Por nuestro Señor Jesucristo.
HIEDRA EN LA IGLESIA

HIMNO

DÉBILES COMO LA HIEDRA,


SEREMOS SERVIDORES DE LA IGLESIA.
DÉBILES COMO LA HIEDRA,
AUXILIO PARA LA IGLESIA LOCAL.

Vivamos siempre arrimados


al báculo del obispo,
para ser con él pastores
de las mismas ovejas
que el Espíritu Santo
le puso a apacentar.

Animamos y ayudamos
a todos los sacerdotes;
son amados compañeros
en la hermosa tarea
de encender en la tierra
el fuego del amor.

Buscamos primero el Reino


reunidos en el desierto
pues sabemos que el Señor
en el silencio se acerca:
nos llama y nos atrae,
nos habla al corazón.

No somos muy numerosos


y pocas son nuestras fuerzas,
pero estamos convencidos
de que Dios nos destina
a dar fruto abundante
para la salvación.

Dispuestos a ser oasis El buen Padre de familia


en este mundo sediento no deja sola a su Esposa;
donde todos beban gratis bondadoso, nos envía
las aguas cristalinas para ser en la Iglesia
que apaguen en el alma socorro competente,
su sed de plenitud. ayuda siempre fiel.
SALMODIA

Ant. 1. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente.

Salmo 117, 19-29

Abridme las puertas del triunfo,


y entraré para dar gracias al Señor.
Esta es la puerta del Señor:
los vencedores entrarán por ella.
Te doy gracias porque me escuchaste
y fuiste mi salvación.

La piedra que desecharon los arquitectos


es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente.

Este es el día en que actuó el Señor:


sea nuestra alegría y nuestro gozo.
Señor, danos la salvación;
Señor, danos prosperidad.

Bendito el que viene en nombre del señor,


os bendecimos desde la casa del Señor;
el Señor es Dios, Él nos ilumina.

Ordenad una procesión con ramos


hasta los ángulos del altar.

Tú eres mi Dios, te doy gracias;


Dios mío, yo te ensalzo.

Dad gracias al Señor porque es bueno,


porque es eterna su misericordia.

Ant. 1. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente.

Ant. 2. Vi bajar del cielo a la ciudad santa, la nueva Jerusalén, ataviada como una
novia que se adorna para su esposo.

Cántico (Ap 19,1-7)

Aleluya.
La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios,
porque sus juicios son verdaderos y justos.
Aleluya.

Aleluya.
Alabad al Señor, sus siervos todos,
los que le teméis, pequeños y grandes.
Aleluya.

Aleluya.
Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo,
alegrémonos y gocemos y démosle gracias.
Aleluya.

Aleluya.
Llegó la boda del Cordero,
su esposa se ha embellecido.
Aleluya.

Ant. Vi bajar del cielo a la ciudad santa, la nueva Jerusalén, ataviada como una
novia que se adorna para su esposo.

Ant. 3. ¡Ven, Señor, en auxilio de tu pueblo!

Nuestro grupo, débil como la hiedra, desea vivir


arrimada al báculo de su obispo; no con ánimo de
gravarle, sino deseosa, en la corta medida de sus fuerzas,
de prestarle auxilio y refrigerio en la asistencia de las
ovejas que el Espíritu Santo le señaló para apacentar.

Salmo 79

Pastor de Israel, escucha,


Tú que guías a José como a un rebaño;
Tú que te sientas sobre querubines, resplandece
ante Efraín, Benjamín y Manasés;
despierta tu poder y ven a salvarnos.

Oh Dios, restáuranos,
que brille tu rostro y nos salve.

Señor Dios de los ejércitos,


¿hasta cuándo estarás airado
mientras tu pueblo te suplica?

Les diste a comer llanto,


a beber lágrimas a tragos;
nos entregaste a las contiendas de nuestros vecinos,
nuestros enemigos se burlan de nosotros.

Dios de los ejércitos, restáuranos,


que brille tu rostro y nos salve.

Sacaste una vid de Egipto,


expulsaste a los gentiles y la trasplantaste;
le preparaste el terreno y echó raíces
hasta llenar el país;

Su sombra cubría las montañas,


y sus pámpanos los cedros altísimos;
extendió sus sarmientos hasta el mar,
y sus brotes hasta el Gran Río.

¿Por qué has derribado su cerca


para que la saqueen los viandantes,
la pisoteen los jabalíes
y se la coman las alimañas?

Dios de los ejércitos, vuélvete:


mira desde el cielo, fíjate,
ven a visitar tu viña,
la cepa que tu diestra plantó,
y que Tú hiciste vigorosa.

La han talado y le han prendido fuego;


con un bramido hazlos perecer.
Que tu mano proteja a tu escogido,
al hombre que Tú fortaleciste.
No nos alejaremos de Ti:
danos vida, para que invoquemos tu nombre.

Señor, Dios de los ejércitos, restáuranos,


que brille tu rostro y nos salve.

Ant. ¡Ven, Señor, en auxilio de tu pueblo!

LECTURA BREVE Ef 4,1-6

Os exhorto, pues, yo, prisionero por el Señor, a que viváis de una manera digna de la
vocación con que habéis sido llamados, con toda humildad, mansedumbre y paciencia,
soportándoos unos a otros por amor, poniendo empeño en conservar la unidad del Espíritu
con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una es la esperanza a que
habéis sido llamados. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de
todos, que está sobre todos, actúa por todos y está en todos.

RESPONSORIO
V./ Cuidad de vosotros mismos y de todo el rebaño de la Iglesia de Dios.
R./ Cuidad de vosotros mismos y de todo el rebaño de la Iglesia de Dios.

V./ Él la adquirió con la sangre de su Hijo.


R./ El Espíritu Santo os ha constituido Iglesia de Dios.

V./ Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.


R./ Cuidad de vosotros mismos y de todo el rebaño de la Iglesia de Dios.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Apacentad el rebaño que Dios os ha confiado, de buena gana y con ánimo
generoso.

PRECES

P. Imbuidos de la espiritualidad de los Sagrados Corazones, vivimos en medio del


mundo como una comunidad de fe; no buscamos privilegios, exenciones ni nos
desentendemos de las diócesis.

T. Hemos sido llamados para formar una comunidad que se encarne plenamente en
las iglesias locales.

P. Pertenecemos a una sola Iglesia junto a nuestros pastores, que tienen la misión
constituir, santificar y regir el Pueblo de Cristo.

T. Por eso nuestra comunidad, débil como la hiedra, desea auxiliar a los obispos en la
medida de lo posible, ayudando y animando también a nuestros amados hermanos
sacerdotes.

P. Nuestra inserción en la Iglesia Local reclama que asumamos muy en serio los
valores humanos, culturales y religiosos del pueblo en que vivimos.

T. Así expresamos la verdadera catolicidad de la Iglesia, que significa "Universal".

P. Nuestro servicio diocesano se enriquece, en fin, con la dimensión misionera.

T. No nos conformamos con una pastoral de mera conservación. Es necesario trabajar


muchísimo más por el Reino. Por eso tenemos un oído atento y gran disponibilidad
para correr a los lugares más necesitados, dejando en segundo término aquellos
lugares que puedan desenvolverse por sí mismos.

PADRENUESTRO

Unidos a toda la Iglesia a la que queremos servir con sencillez y fidelidad, digamos
ahora la oración que Jesús nos enseñó: Padre nuestro...
ORACIÓN

Padre de amor, tú nos has puesto en esta Iglesia Local para que seamos una ayuda
eficaz y un competente socorro para nuestro obispo y demás pastores en la misión
evangelizadora de la Iglesia. Conserva en nosotros este ideal de servicio diocesano como
verdadero carácter de nuestra comunidad y haz que podamos acudir siempre a los lugares
más necesitados en bien de tu Santa Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo.
LA SEMILLA Y EL FRUTO

HIMNO

OS ELEGÍ
PARA QUE VAYÁIS Y DEIS FRUTO:
FRUTO DURADERO,
FRUTO QUE ES AMOR (BIS).

Fruto de Reino y de profecía,


fruto de anuncio y de misión.
No apaguéis la llama
ni enfriéis el fuego.
Id por todo el mundo,
siempre estaré yo.

Fruto de bondad y de caridad,


fruto de unión y de comunión.
Y mi mandamiento
no lo olvidéis,
pues debéis amaros
como yo os amé.

Fruto de paz y contemplación, Fruto de Evangelio y liberación,


fruto de oración y de compasión; fruto de servicio y fidelidad.
que seáis oasis Sed como semilla
que calman la sed; que sabe crecer;
pues yo soy el agua: hiedra en la Iglesia
¡venid y bebed! que sabe arraigar.

SALMODIA

Ant. 1. El Reino de Dios es como la más pequeña de todas las semillas; pero cuando
crece llega a hacerse un gran árbol.

Salmo 125

Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,


nos parecía soñar;
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares.
Hasta los gentiles decían:
“El Señor ha estado grande con ellos”.
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres.

Que el Señor cambie nuestra suerte


como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas,
cosechan entre cantares.

Al ir, iba llorando,


llevando la semilla;
al volver, vuelve cantando,
trayendo sus gavillas.

Ant. El Reino de Dios es como la más pequeña de todas las semillas; pero cuando
crece llega a hacerse un gran árbol.

Ant. 2. El Señor ha hecho brotar sus semillas y nosotros estamos alegres.

Si Yahvé se ha ligado con vosotros y os ha


elegido no es por ser vosotros los más grandes en
número, pues sois el pueblo más pequeño de todos. Si os
ha elegido es porque os ama y porque ha querido cumplir
el juramento que hizo a vuestros padres. Dt 7, 7-8a

Cántico (Is 61,10-62,5)

Desbordo de gozo con el Señor,


y me alegro con mi Dios:
porque me ha vestido un traje de gala
y me ha envuelto en un manto de triunfo,
como novio que se pone la corona,
o novia que se adorna con sus joyas.

Como el suelo echa sus brotes,


como un jardín hace brotar sus semillas,
así el Señor hará brotar la justicia
y los himnos, ante todos los pueblos.
Por amor de Sión no callaré,
por amor de Jerusalén no descansaré,
hasta que rompa la aurora de su justicia
y su salvación llamee como antorcha.

Los pueblos verán tu justicia,


y los reyes, tu gloria;
te pondrán un nombre nuevo
pronunciado por la boca del Señor.

Serás corona fúlgida en la mano del Señor


y diadema real en la palma de tu Dios.

Ya no te llamarán “Abandonada”;
ni a tu tierra, “Devastada”;
a ti te llamarán “Mi favorita”,
y a tu tierra, “Desposada”,
porque el Señor te prefiere a ti,
y tu tierra tendrá marido.

Como un joven se casa con su novia,


así te desposa el que te construyó;
la alegría que encuentra el marido con su esposa
la encontrará tu Dios contigo.

Ant. El Señor ha hecho brotar sus semillas y nosotros estamos alegres.

Ant. 3. La herencia que da el Señor son los hijos; su salario, el fruto del vientre.

Sucede con el Reino de Dios lo que con el grano


que un hombre echa en la tierra. Duerma o vele, de noche
o de día, el grano germina y crece, sin que él sepa cómo.
La tierra da fruto por sí misma: primero hierba, luego
espiga, después trigo abundante en la espiga. Y cuando el
fruto está a punto, enseguida se mete la hoz, porque ha
llegado la siega. Mc 4, 26-29

Salmo 126

Si el Señor no construye la casa,


en vano se cansan los albañiles;
si el Señor no guarda la ciudad,
en vano vigilan los centinelas.

Es inútil que madruguéis,


que veléis hasta muy tarde,
que comáis el pan de vuestros sudores:
¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!

La herencia que da el Señor son los hijos;


su salario, el fruto del vientre:
son saetas en manos de un guerrero
los hijos de la juventud.

Dichoso el hombre que llena


con ellas su aljaba:
no quedará derrotado cuando litigue
con su adversario en la plaza.

Ant. La herencia que da el Señor son los hijos; su salario, el fruto del vientre.
LECTURA BREVE Ef 5,8-11

En otro tiempo, fuisteis tinieblas; mas ahora sois luz en el Señor. Vivid como hijos de
la luz; pues el fruto de la luz consiste en toda bondad, justicia y verdad. Examinad qué es lo
que agrada al Señor, y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, antes bien,
denunciadlas.

RESPONSORIO

V./ No me elegisteis vosotros a mí; fui yo quien os elegí a vosotros.


R./ No me elegisteis vosotros a mí; fui yo quien os elegí a vosotros.

V./ Y os he destinado para que vayáis y deis fruto abundante y duradero.


R./ Fui yo quien os elegí a vosotros.

V./ Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.


R./ No me elegisteis vosotros a mí; fui yo quien os elegí a vosotros.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. El que permanece unido a mí, como yo estoy unido a él, produce mucho fruto;
porque sin mí no podéis hacer nada.

PRECES

P. Señor Jesús:

A Ti que nos plantaste como una pequeña semilla y cuidas de nuestro crecimiento,
a Ti que nos mandas elevar nuestras voces suplicantes al Dueño de la inmensa mies
para que envíe obreros a sus campos, te pedimos:

Para que los hombres escuchen la Buena Noticia de que Dios es Padre, y
construyan la fraternidad que contiene el Evangelio:

T. Suscita discípulos y misioneros de los Sagrados Corazones.

P. Para que prenda por todas partes el Fuego que Jesús trajo sobre la tierra y se sienta
el mundo abrasado en la caridad:

T. Suscita discípulos y misioneros de los Sagrados Corazones.

P. Para que no falten apóstoles dispuestos a dar la vida por los hermanos y a
proclamar con valentía la esperanza de tu Reino:

T. Envía discípulos y misioneros de los Sagrados Corazones.


P. Para que conozcan los hombres el Corazón maternal de María, que se manifiesta
como esclava del Señor y servidora de los hermanos:

T. Envía discípulos y misioneros de los Sagrados Corazones.

P. Para que el amor del Padre revelado en tu Corazón traspasado y que el Espíritu
Santo derrama continuamente en nosotros, sea el principio dinámico de toda
comunidad humana:

T. Envía discípulos y misioneros de los Sagrados Corazones.

P. Para que se multipliquen las comunidades impregnadas del amor de Dios, cuya
predicación y distintivo de vida sea, primeramente, la caridad fraterna:

T. Suscita discípulos y misioneros de los Sagrados Corazones.

PADRENUESTRO

Unidos a todos nuestros hermanos extendidos por tres continentes, dirijamos nuestras
voces al Padre con la oración que nos enseñó Jesús:

ORACIÓN

Señor de la mies, manda el competente socorro a los campos necesitados de


misioneros. Ven en auxilio de tu Iglesia y de nuestra humilde comunidad. Reaviva en
nosotros el deseo de servirte y el oído atento para escuchar el clamor de los pobres que piden
Evangelio. Da generosidad a nuestra entrega.

Concédenos la alegría de ser testigos de que el ideal del discipulado misionero de los
Sagrados Corazones fascina a jóvenes de nuestros días. Así al mundo lo guiará el foco del
amor más puro hacia el centro de la más ardiente caridad. Por nuestro Señor Jesucristo.
PEQUEÑOS OASIS

HIMNO

DANOS, SEÑOR, EL AGUA VIVA


QUE DE TU PECHO MANA.
ESA FUENTE ABIERTA EN TU COSTADO
LA SED DEL HOMBRE APAGA.

Venid todos los sedientos a esta fuente,


bebed gratis del agua de la vida,
a su lado encontraréis vuestro reposo,
medicina que nos cura las heridas.

Que se acerque confiado el caminante,


que no pase de largo el peregrino,
que se siente a descansar junto a este pozo
que es oasis refrescante en el camino.

Fatigado, a sacar agua llega el pobre


con la boca reseca y polvoriento,
y le llenas Tú su cántaro hasta el borde,
rebosando está su alma de contento.

El que tenga sed que venga aquí y beba:


de su seno fluirán ríos de vida,
saltarán de su interior como cascadas
brincarán en armoniosa melodía.

SALMODIA

Ant. 1. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo.

El que beba del agua que yo quiero darle nunca


más volverá a tener sed. Porque el agua que yo quiero
darle se convertirá en su interior en un manantial del que
surge la vida eterna. Jn 4, 14

Salmo 41

Como busca la cierva


corrientes de agua,
así mi alma te busca
a Ti, Dios mío,
tiene sed de Dios,
del Dios vivo:
¿cuándo entraré a ver
el rostro de Dios?

Las lágrimas son mi pan


noche y día,
mientras todo el día me repiten:
“¿Dónde está tu Dios?”

Recuerdo otros tiempos,


y desahogo mi alma conmigo:
cómo marchaba a la cabeza del grupo,
hacia la casa de Dios,
entre cantos de júbilo y alabanzas,
en el bullicio de la fiesta.

¿Por qué te acongojas, alma mía,


por qué te me turbas?
Espera en Dios, que volverás a alabarlo:
“Salud de mi rostro, Dios mío”.

Cuando mi alma se acongoja,


te recuerdo
desde el Jordán y el Hermón
y el Monte Menor.

Una sima grita a otra sima


con voz de cascadas:
tus torrentes y tus olas
me han arrollado.

De día el Señor
me hará misericordia,
de noche cantaré la alabanza
del Dios de mi vida.

Diré a Dios: Roca mía,


¿por qué me olvidas?
¿Por qué voy andando, sombrío,
hostigado por mi enemigo?

Se me rompen los huesos


por las burlas del adversario;
todo el día me preguntan:
“¿Dónde está tu Dios?”

¿Por qué te acongojas, alma mía,


por qué te me turbas?
Espera en Dios, que volverás a alabarlo:
“Salud de mi rostro, Dios mío”.

Ant. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo.

Ant. 2. Sacaréis aguas con gozo de las fuentes del Salvador.

Me mostró entonces el ángel un río de agua viva,


transparente como el cristal, que salía del trono de Dios y
del Cordero. Ap 22,1

Cántico (Is 12, 1-6)

Te doy gracias, Señor,


porque estabas airado contra mí,
pero ha cesado tu ira
y me has consolado.

Él es mi Dios y salvador:
confiaré y no temeré,
porque mi fuerza y mi poder es el Señor,
Él fue mi salvación.
Y sacaréis aguas con gozo
de las fuentes de la salvación.

Aquel día diréis:


dad gracias al Señor,
invocad su nombre,
contad a los pueblos sus hazañas,
proclamad que su nombre es excelso.

Tañed para el Señor, que hizo proezas;


anunciadlas a toda la tierra;
gritad jubilosos, habitantes de Sión:
“Qué grande es en medio de ti
el Santo de Israel”.

Ant. Sacaréis aguas con gozo de las fuentes del Salvador.

Ant. 3. Que el Señor convierta en oasis los áridos valles de la vida.

No oigo otra cosa que la voz de Dios, que en el


fondo del alma me dice: “Ámame, que yo mucho te he
amado y te amo. Ámame, que tengo sed de amor, y no sé
ya en donde acudir para que se me la apague”.

Salmo 83

¡Qué deseables son tus moradas,


Señor de los ejércitos!
Mi alma se consume y anhela
los atrios del Señor,
mi corazón y mi carne
retozan por el Dios vivo.

Hasta el gorrión ha encontrado una casa;


la golondrina, un nido
donde colocar sus polluelos:
tus altares, Señor de los ejércitos,
Rey mío y Dios mío.

Dichosos los que viven en tu casa


alabándote siempre.
Dichosos los que encuentran en Ti su fuerza
al preparar su peregrinación:

cuando atraviesan áridos valles,


los convierten en oasis,
como si la lluvia temprana
los cubriera de bendiciones;
caminan de baluarte en baluarte
hasta ver a Dios en Sión.

Señor de los ejércitos, escucha mi súplica;


atiéndeme Dios de Jacob.
Fíjate, oh Dios, en nuestro Escudo,
mira el rostro de tu Ungido.

Vale más un día en tus atrios


que mil en mi casa,
y prefiero el umbral de la casa de Dios
a vivir con los malvados.

Porque el Señor es sol y escudo,


Él da la gracia y la gloria,
el Señor no niega sus bienes
a los de conducta intachable.

¡Señor de los ejércitos, dichoso el hombre


que confía en Ti!

Ant. Que el Señor convierta en oasis los áridos valles de la vida.

LECTURA BREVE 1Pe 3,8-9.15b

Tened todos unos mismos sentimientos, sed compasivos, amaos como hermanos, sed
misericordiosos y humildes. No devolváis mal por mal, ni insulto por insulto; por el
contrario, bendecid, pues habéis sido llamados a heredar la bendición. Dad culto al Señor,
Cristo, en vuestros corazones, siempre dispuestos a dar respuesta a todo el que os pida razón
de vuestra esperanza.

RESPONSORIO

V./ Si alguien tiene sed, que venga a mí y beba el que crea en mí.
R./ Si alguien tiene sed, que venga a mí y beba el que crea en mí.

V./ Como dice la Escritura: “ Ríos de agua viva brotarán de su seno”.


R./ Que venga a mí y beba el que crea en mí.

V./ Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.


R./ Si alguien tiene sed, que venga a mí y beba el que crea en mí.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Uno de los soldados le abrió el costado con una lanza y, al punto, brotó sangre
y agua.

PRECES

Al Señor que nos ha convocado con su amor para que fuéramos pequeños oasis en
medio de la aridez de este mundo nuestro, pidámosle ahora el Agua que sacia para siempre la
sed diciendo:

Danos, Señor, el Agua Viva.

* Para saciar nuestra sed:

* Para calmar la sed de todos los hombres:

* Para poder ser espacios de acogida y contemplación en un mundo sediento de


plenitud:

* Para que tu Espíritu dinamice constantemente nuestras comunidades:

* Para ser capaces de ofrecer tu Palabra a las gentes que piden Evangelio:

* Para vivir siempre en el amor y ser testigos tuyos en medio de los pueblos:

PADRENUESTRO

El Espíritu Santo, que ha sido derramado en nuestros corazones nos enseña a llamar a
Dios Abba, Padre. Por eso elevamos nuestra oración al cielo con las palabras que Jesús, el
Hijo, nos ha enseñado: Padre nuestro...
ORACIÓN

Padre, Tú que apagas la sed de los hombres con el agua que brota del costado abierto
de tu Hijo en la cruz, concédenos a nosotros ser, en medio de la aridez del mundo, oasis de
frondosidad y verdor que alegren y calmen a los que se acercan a nosotros con sed de
perfección. Por nuestro Señor Jesucristo.
DIOS NOS CONSAGRA: BAUTISMO
HIMNO

DANOS UN CORAZÓN
GRANDE PARA AMAR.
DANOS UN CORAZÓN
FUERTE PARA LUCHAR.

Hombres nuevos, creadores de la historia,


constructores de nueva humanidad.
Hombres nuevos que viven la existencia
como riesgo de un largo caminar.

Hombres nuevos, luchando en esperanza,


caminantes sedientos de verdad.
Hombres nuevos, sin frenos ni cadenas,
hombres libres que exigen libertad.

Hombre nuevos, amando sin fronteras,


por encima de razas y lugar.
Hombres nuevos, al lado de los pobres,
compartiendo con ellos techo y pan.

SALMODIA

Ant. 1. Deseamos de todo corazón agradar y servir al Señor, que tanto nos ha
amado.
A vosotros que, consagrados por Cristo
Jesús, habéis sido llamados a ser
pueblo de Dios. 1Cor 1,2
Salmo 115

Tenía fe, aun cuando dije:


“¡Qué desgraciado soy!”
Yo decía en mi apuro:
“Los hombres son unos mentirosos”.

¿Cómo pagaré al Señor


todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.
Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.

Te ofreceré un sacrificio de alabanza,


invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de ti, Jerusalén.

Ant. Deseamos de todo corazón agradar y servir al Señor que tanto nos ha amado.

Ant. 2. Confesamos que nuestra llamada y nuestra elección han sido obra de Dios y
no iniciativa nuestra.
El mismo Señor nuestro Jesucristo, y
Dios, nuestro Padre que nos ha amado nos ha
dado gratuitamente un consuelo eterno y una
esperanza espléndida os consuelen en lo más
profundo. 2Tes 2,16-17

Salmo 138

Señor, Tú me sondeas y me conoces;


me conoces cuando me siento o me levanto,
de lejos penetras mis pensamientos;
distingues mi camino y mi descanso,
todas mis sendas te son familiares.

No ha llegado la palabra a mi lengua,


y ya, Señor, te la sabes toda.
Me estrechas detrás y delante,
me cubres con tu palma.
Tanto saber me sobrepasa,
es sublime, y no lo abarco.

¿Adónde iré lejos de tu aliento,


adónde escaparé de tu mirada?
Si escalo el cielo, allí estás Tú;
si me acuesto en el abismo, allí te encuentro;

si vuelo hasta el margen de la aurora,


si emigro hasta el confín del mar,
allí me alcanzará tu izquierda,
me agarrará tu derecha.
Si digo: “Que al menos la tiniebla me encubra,
que la luz se haga noche en torno a mí”,
ni la tiniebla es oscura para Ti,
la noche es clara como el día.

Ant. Confesamos que nuestra llamada y nuestra elección han sido obra de Dios y no
iniciativa nuestra.

Ant. 3. Injertados en Cristo por el bautismo, queremos seguirlo cada vez más de
cerca y vivir más intensamente nuestra vocación cristiana.

II

Tú has creado mis entrañas,


me has tejido en el seno materno.
Te doy gracias,
porque me has escogido portentosamente,
porque son admirables tus obras;
conocías hasta el fondo de mi alma,
no desconocías mis huesos.

Cuando, en lo oculto me iba formando,


y entretejiendo en lo profundo de la tierra,
tus ojos veían mis acciones,
se escribían todas en tu libro;
calculados estaban mis días
antes que llegase el primero.

¡Qué incomparables encuentro tus designios


Dios mío, qué inmenso es su conjunto!
Si me pongo a contarlos, son más que la arena;
si los doy por terminados, aún me quedas Tú.

Señor, sondéame y conoce mi corazón,


ponme a prueba y conoce mis sentimientos,
mira si mi camino se desvía,
guíame por el camino eterno.

Ant. Injertados en Cristo por el bautismo, queremos seguirlo cada vez más de cerca
y vivir más intensamente nuestra vocación cristiana.

LECTURA BREVE Gal 3,26-29

Todos vosotros sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús, pues todos los que habéis
sido bautizados en Cristo, de Cristo habéis sido revestidos. Ya no hay distinción entre judío o
no judío, entre esclavo o libre, entre varón o mujer, porque todos vosotros sois uno en Cristo
Jesús. Y sois de Cristo, sois también descendencia de Abrahán, herederos según la promesa.

RESPONSORIO BREVE

V./ Esto tiene mi pueblo: un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo.
R./ Esto tiene mi pueblo: un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo.

V./ Pueblo de sacerdotes, reyes y profetas.


R./ Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo.

V./ Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.


R./ Esto tiene mi pueblo: un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Dice el Señor: «Id también vosotros a mi viña”.

PRECES

Hermanos, oremos a Cristo, cabeza de su único pueblo, y alabémosle diciendo:

Te glorificamos por el bautismo con que nos redimiste.

Señor, Tú nos has convocado en multitud innumerable en tu Iglesia, adornándonos


con diversos carismas por el Espíritu,

- haz que cada uno de los bautizados pongamos el don recibido al servicio de la
edificación de la comunidad.

Señor, Tú que ordenaste la Iglesia terrenal con el ministerio de obispos, presbíteros y


diáconos, según el modelo de la Iglesia celeste,

- haz que los ministros ordenados confirmen y estimulen, de palabra y obra, a quienes
por el bautismo ejercen el sacerdocio real en medio del mundo.

Dios benditísimo, que nos quieres ejemplares, viéndonos todos descollar en la práctica de las
virtudes que predicamos,

-haz de nosotros báculo en el que puedan apoyarse nuestros obispos, animadores y


apoyo de nuestros amados hermanos sacerdotes y hiedra viva en nuestra Iglesia Local.

PADRENUESTRO
Fieles a la recomendación del Salvador y siguiendo su divina enseñanza
nos atrevemos a decir: Padre nuestro...

ORACIÓN

Dios, Padre bueno, mira a tus hijos laicos, sacerdotes y religiosos, empeñados en
anunciar a todas las gentes el amor que derramaste en los Sagrados Corazones de Jesús y
María; concédeles que, ejerciendo cada uno el carisma recibido en el bautismo o en la
ordenación, den testimonio transparente de Ti, que los congregaste en un solo pueblo, con
una misma dignidad y una llamada común a la santidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

DIOS NOS HABLA: ORACIÓN

HIMNO
TE SEDUCIRÉ DE NUEVO,
VOLVERÉ A LLEVARTE AL DESIERTO,
PARA HABLARTE AL CORAZÓN,
PARA HABLARTE AL CORAZÓN.

Volveré a hablarte de amores,


no te voy a abandonar;
pasearemos entre flores,
el invierno va a acabar (bis).
No serás "La Desolada",
"Preferida" te dirán;
pues serás mujer casada:
el Señor es tu galán (bis).

Te desposaré conmigo
con las arras del amor;
te daré el mosto y el trigo,
tu marido seré yo (bis).
Quién podrá apagar el fuego,
las llamas de esta pasión
si tu nombre es como un sello
grabado en mi corazón (bis).

Me serás fiel como antes,


en tu edad de juventud;
libre al fin de tus amantes,
de tu antigua esclavitud (bis).
No lo vencerá la muerte,
ni lo agostará el calor,
es mi amor mucho más fuerte:
me has robado el corazón (bis).

Fuentes de aguas saltarinas ¡Ay que hermosa que es mi amada:


yo te enseñaré a buscar, ven, Paloma mía, ven!
agua limpias, cristalinas Te tengo bien abrazada
para tu sed apagar (bis). y ya no te soltaré (bis).
Te regalaré un vestido, Te conduciré al desierto
manto de liberación; y hablaré a tu corazón;
tú te alegrarás conmigo, te susurraré en silencio
brotará la salvación (bis). las notas de mi canción (bis).

SALMODIA

Ant. 1. Porque Dios nos ama, nos atrae, nos lleva al desierto y nos habla al corazón.

Salmo 106, 1. 35-43


Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.

Él transforma el desierto en estanques,


el erial en manantiales de agua.
Coloca allí a los hambrientos,
y fundan una ciudad para habitar.

Siembran campos, plantan huertos,


recogen cosechas.
Los bendice y se multiplican,
y no les escatima el ganado.

Si menguan, abatidos por el peso


de infortunios y desgracias,
el mismo que arroja el desprecio sobre los príncipes
y los descarría por una soledad sin caminos
levanta a los pobres de la miseria
y multiplica sus familias como rebaños.

Los rectos lo ven y se alegran,


a la maldad se le tapa la boca.
El que sea sabio, que recoja estos hechos
y comprenda la misericordia del Señor.

Ant. Porque Dios nos ama, nos atrae, nos lleva al desierto y nos habla al corazón.

Ant. 2. Nos comprometemos a buscar en primer lugar el Reino de Dios, fomentando,


sobre todo, la íntima unión con Dios por la oración y la contemplación.

Salmo 33

Bendigo al Señor en todo momento,


su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren.

Proclamad conmigo la grandeza del Señor,


ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias.

Contempladlo, y quedaréis radiantes,


vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor, Él lo escucha
y lo salva de sus angustias.

El ángel del Señor acampa


en torno a sus fieles y los protege.
Gustad y ved qué bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a Él.

Todos sus santos, temed al Señor,


porque nada les falta a los que le temen;
los ricos empobrecen y pasan hambre,
los que buscan al Señor no carecen de nada.

Ant. Nos comprometemos a buscar en primer lugar el Reino de Dios, fomentando,


sobre todo, la íntima unión con Dios por la oración y la contemplación.

Ant. 3. En el monte santo, nuestra vida se inflama en el fuego de los Sagrados


Corazones para que luego lo vayamos extendiendo por todas partes.

Cántico (Is 33, 13-16)

Los lejanos, escuchad lo que he hecho;


los cercanos, reconoced mi fuerza.

Temen en Sión los pecadores,


y un temblor agarra a los perversos:
“¿Quién de nosotros habitará un fuego devorador,
quién de nosotros habitará una hoguera perpetua?”

El que procede con justicia y habla con rectitud,


y rehúsa el lucro de la opresión,
el que sacude la mano rechazando el soborno
y tapa su oído a propuestas sanguinarias,
el que cierra los ojos para no ver la maldad.

Ese habitará en lo alto,


tendrá su alcázar en un picacho rocoso,
con abasto de pan y provisión de agua.

Ant. En el monte santo, nuestra vida se inflama en el fuego de los Sagrados


Corazones para que luego lo vayamos extendiendo por todas partes.

LECTURA BREVE Os 2, 16-19; 21-22

Pero yo voy a seducirla, la llevaré al desierto y hablaré a su corazón. Le devolveré sus


viñedos, haré del valle de Acor una puerta de esperanza; y ella me responderá allí como en
los días de su juventud, como el día en que salió de Egipto. Aquel día, oráculo del Señor, me
llamarás “Mi marido”, y no me llamarás “Mi baal”. Yo quitaré de su boca los nombres de los
baales, y no los volverá a recordar. Te desposaré conmigo para siempre, te desposaré en
justicia y en derecho, en amor y en ternura; te desposaré en fidelidad y tú conocerás al Señor
RESPONSORIO

V./ El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad, pues nosotros no sabemos orar
como es debido.
R./ El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad, pues nosotros no sabemos orar
como es debido.

V./ Es el mismo Espíritu el que intercede por nosotros con gemidos inefables.
R./ Pues nosotros no sabemos orar como es debido.

V./ Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.


R./ El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad, pues nosotros no sabemos orar
como es debido.

CÁNTICO EVANGÉLICO:

Ant. Tened los sentimientos que corresponden a quienes están unidos a Cristo Jesús.

PRECES:

Elevemos nuestra oración al Señor que, lleno de ternura y misericordia, nos conduce
al desierto para hablarnos al corazón y digámosle:

Señor, enséñanos a orar.

Tú que nos convocas al desierto por medio de tu Espíritu, para comunicarte con
nosotros en la desinstalación y en el silencio,
haz que santificados y liberados, seamos constituidos como comunidad en
favor de todos los pueblos.

Tú que en la soledad te haces cercano a cada uno de nosotros y nos revelas tu amor,
haz que nuestra vida arda en el fuego de los Sagrados Corazones para poder
luego extenderlo por el mundo, pegando y encendiendo llamas en todos los
corazones.

Tú que con tu Palabra iluminas nuestro camino y nos muestras tu voluntad,


haz que no deje de animar nuestro apostolado misionero y nos ayude a
penetrarnos de los sentimientos de Jesús.

Tú que nos envías tu Espíritu para que fortalezca nuestra flaqueza y nos enseñe a orar
como es debido,
haz que nuestra contemplación nos ayude a reconocer tu paso por la historia y
a solidarizarnos con los más pobres y sufrientes de nuestros hermanos.

Tú que te comunicas a los sencillos y a los limpios de corazón,


haz que todos los creyentes puedan unirse a la oración de nuestra comunidad.

Tú que, en la soledad de un monte dejaste sentir tu presencia a Moisés, al profeta


Elías, y a los Apóstoles,
haz que, a pesar de la intensidad de nuestras ocupaciones, nuestra vida esté
siempre marcada por momentos diarios, mensuales y anuales de oración.

PADRENUESTRO

Unidos en oración, nos dirigimos a nuestro Padre del cielo como Jesús nos enseñó:

ORACIÓN

Oh Dios, que nos convocas en el desierto y nos hablas al corazón, libéranos de las
ataduras que nos esclavizan, purifícanos con tu Palabra y envíanos a extender por todas partes
el fuego de tu amor, para que siendo nuestras comunidades eclesiales oasis en medio de la
aridez del mundo, puedan encontrar los que se acerquen a nosotros el agua viva que sacia la
sed para siempre. Por nuestro Señor Jesucristo.
DIOS NOS ENVÍA: MISIÓN
HIMNO

POR TI, MI DIOS,


CANTANDO VOY.
LA ALEGRÍA DE SER
TU TESTIGO, SEÑOR.

Me mandas que cante con toda mi voz;


no sé cómo cantar tu mensaje de amor.
Los hombres me preguntan cuál es mi misión
les digo: "Testigo soy".

Es fuego tu palabra que mi boca quemó,


mis labios ya son llamas y ceniza mi voz.
Da miedo proclamarla, pero Tú me dices:
No temas, contigo estoy.

Tu Palabra es una carga que mi espalda dobló;


es brasa tu mensaje que mi lengua secó.
Déjate quemar si quieres alumbrar:
No temas, contigo estoy.

SALMODIA

Ant. 1. Que el fuego del amor ilumine a todos los pueblos de la tierra.

Salmo 66

El Señor tenga piedad y nos bendiga,


ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación.

Oh Dios, que te alaben los pueblos,


que todos los pueblos te alaben.

Que canten de alegría las naciones,


porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra.

Oh Dios, que te alaben los pueblos,


que todos los pueblos te alaben.

La tierra ha dado su fruto,


nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga;
que le teman hasta los confines del orbe.

Ant. Que el fuego del amor ilumine a todos los pueblos de la tierra.

Ant. 2. La devoción a los Sagrados Corazones es un medio eficacísimo para la


conversión de los pecadores y para encender en los corazones las llamas de la
caridad.

Salmo 50

Misericordia, Dios mío, por tu bondad,


por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.

Pues yo reconozco mi culpa,


tengo siempre presente mi pecado:
contra Ti, contra Ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces.

En la sentencia tendrás razón,


en el juicio resultarás inocente.
Mira, en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.

Te gusta un corazón sincero,


y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo:
quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.

Hazme oír el gozo y la alegría,


que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.

Oh Dios, crea en mí un corazón puro,


renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.

Devuélveme la alegría de tu salvación,


afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a Ti.
Líbrame de la sangre, oh Dios,
Dios, Salvador mío,
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios,
Y mi boca proclamará tu alabanza.

Los sacrificios no te satisfacen:


si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
Tú no lo desprecias.

Señor, por tu bondad, favorece a Sión,


reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos,
sobre tu altar se inmolarán novillos.

Ant. La devoción a los Sagrados Corazones es un medio eficacísimo para la


conversión de los pecadores y para encender en los corazones las llamas de la
caridad.

Ant. 3. Preferimos los ministerios propios de la vida apostólica, sobre todo la


predicación de la divina Palabra.

Salmo 147

Glorifica al Señor, Jerusalén;


alaba a tu Dios, Sión:
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti;
ha puesto paz en tus fronteras,
te sacia con flor de harina.

Él envía su mensaje a la tierra,


y su palabra corre veloz;
manda la nieve como lana,
esparce la escarcha como ceniza;

hace caer el hielo como migajas


y con el frío congela las aguas;
envía una orden, y se derriten;
sopla su aliento y corren.

Anuncia su palabra a Jacob,


sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así
ni les dio a conocer sus mandatos.
Ant. Preferimos los ministerios propios de la vida apostólica, sobre todo la
predicación de la divina Palabra.
LECTURA BREVE : Is 6, 6-8

Uno de los serafines voló hacia mí, trayendo un ascua que había tomado del altar con
las tenazas; me lo aplicó en la boca, y me dijo: “Al tocar esto tus labios, desaparece tu culpa y
se perdona tu pecado”. Entonces oí la voz del Señor, que decía: “¿A quién enviaré?, ¿quién
irá por nosotros?”. Respondí: “Aquí estoy yo, envíame”.

RESPONSORIO

V./ Como el Padre me ha enviado, así os envío yo.


R./ Como el Padre me ha enviado, así os envío yo.

V./ Poneos en camino y haced discípulos a todos los pueblos.


R./ Así os envío yo.

V./ Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.


R./ Como el Padre me ha enviado, así os envío yo.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Se requiere trabajar muchísimo más por el Reino, por eso buscamos por todos
los medios posibles la salvación de los hombres.

PRECES

A Jesús, que nos envía a continuar su misión de liberar a todas las gentes,
inflamándolas con el fuego de su amor, invoquémosle diciendo:

Luz verdadera y esperanza de las naciones, asístenos.

Señor Jesús, que nos llamas a la mesa de la comunión,


no permitas que nadie excluya de ella a los comensales más desprotegidos, a
los desplazados, a los emigrantes, a los perseguidos.

Señor Jesús, Tú que eres el Dios de los pobres, el Dios humano y sencillo, el Cristo
trabajador, el Dios que suda en la calle,
ven con nosotros, Enmanuel, a anunciar la buena nueva a los pobres, la
redención a los cautivos, la alegría a los tristes de corazón.

Señor Jesús, Tú que eres el Crucificado,


identifícate y solidarízate con los que cargan la pesada cruz de la opresión y la
injusticia en nuestra tierra, viviendo continuamente en un valle de lágrimas.

Señor Jesús, Tú que eres Creador e hiciste florecer la belleza de tu mano de artista,
no permitas que los campesinos sean despojados de sus tierras, que les dan la
vida, reflejo de tu misma Vida.

Señor Jesús, que con tu sangre hiciste de dos pueblos uno solo y derrumbaste el muro
del odio que separaba a la humanidad,
por el anuncio del evangelio, destruye las barreras que dividen a los hombres y
a los pueblos: la discriminación, el racismo y la intolerancia .

Señor Jesús, Tú que para salvar al mundo te encarnaste en el vientre humilde y puro
de María,
danos una esperanza firme y un gozo sin límites mientras aguardamos tu
retorno como juez de nuestro amor y de nuestro compromiso comunitario con
los más pobres.

PADRENUESTRO

Confiados en el Dios que nos envía a anunciar el Evangelio a todos los hombres, nos
atrevemos a decir:

ORACIÓN

Concédenos, Padre bueno, que nos encarnemos de tal manera en nuestra Iglesia Local
que el rostro de nuestras comunidades parroquiales sea espejo de las esperanzas y las tristezas
de nuestro pueblo, y que inspirados por tu Palabra y por tu Espíritu, sepamos dar una
respuesta de fe. Por nuestro Señor Jesucristo.
DIOS NOS ESPERA: VIVIMOS EN LA ESPERANZA
HIMNO

DE SU CORAZÓN ABIERTO
HOY HA NACIDO COMO UN RÍO, LA PAZ.
DE SU CORAZÓN ABIERTO
PARA LA SED DEL PUEBLO SACIAR.

Yo vi una Tierra Nueva


y un Cielo Nuevo;
tierra de promesa
que da leche y miel.
Sube desde el desierto
el Pueblo que anda disperso;
ya vienen cantando
para beber gratis
los que tienen sed.

Y vi la Ciudad Santa
bajando del cielo,
cual radiante esposa
para nuestro Dios.
La ilumina el Cordero
con fulgor tan verdadero
que ya no hay tinieblas,
la noche ha pasado
en "Nueva Sión".

Pues del lado derecho


del altar del Templo
un torrente alegra
la Ciudad de Dios.
A ella afluyen los pueblos
a beber el Vino Nuevo
y sacar con gozo
aguas de las fuentes
de la salvación.

SALMODIA

Ant. 1. Vivimos en la esperanza de llegar definitivamente a los brazos del Padre, por
obra de su gracia.

Salmo 26
I

El Señor es mi luz y mi salvación,


¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar?

Cuando me asaltan los malvados


para devorar mi carne,
ellos, enemigos y adversarios,
tropiezan y caen.

Si un ejército acampa contra mí,


mi corazón no tiembla;
si me declaran la guerra,
me siento tranquilo.

Una cosa pido al Señor,


eso buscaré:
habitar en la casa del Señor
por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor,
contemplando su templo.

Él me protegerá en su tienda
el día del peligro;
me esconderá en lo escondido de su morada,
me alzará sobre la roca;

y así levantaré la cabeza


sobre el enemigo que me cerca;
en su tienda sacrificaré
sacrificios de aclamación:
cantaré y tocaré para el Señor.

Ant. Vivimos en la esperanza de llegar definitivamente a los brazos del Padre, por
obra de su gracia.

Ant. 2. En la vida y en la muerte nos consuela la confianza de que nuestra familia


eclesial se prolonga en la patria del cielo.

II

Escúchame, Señor, que te llamo;


ten piedad, respóndeme.
Oigo en mi corazón: “Buscad mi rostro”.
Tu rostro buscaré, Señor,
no me escondas tu rostro.
No rechaces con ira a tu siervo,
que Tú eres mi auxilio;
no me deseches, no me abandones,
Dios de mi salvación.

Si mi padre y mi madre me abandonan,


el Señor me recogerá.

Señor, enséñame el camino,


guíame por la senda llama,
porque tengo enemigos.

No me entregues a la saña de mi adversario,


porque se levantan contra mí testigos falsos,
que respiran violencia.

Espero gozar de la dicha del Señor


en el país de la vida.

Espera en el Señor, sé valiente,


ten ánimo, espera en el Señor.

Ant. En la vida y en la muerte nos consuela la confianza de que nuestra familia


eclesial se prolonga en la patria del cielo.

Ant. 3. Junto con toda la Iglesia de los santos, seremos en Cristo alabanza eterna
para la gloria de Dios.

Cántico (Col 1, 12-20)

Damos gracias a Dios Padre,


que nos ha hecho capaces de compartir
la herencia del pueblo santo en la luz.

Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,


y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,
por cuya sangre hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.

Él es imagen de Dios invisible,


primogénito de toda criatura;
porque por medio de Él
fueron creadas todas las cosas:
celestes y terrestres, visibles e invisibles,
Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;
todo fue creado por Él y para Él.

Él es anterior a todo, y todo se mantiene en Él.


Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo.

Porque en Él quiso Dios que residiera toda la plenitud.


Y por Él quiso reconciliar consigo todos los seres:
los del cielo y los de la tierra,
haciendo la paz por la sangre de su cruz.

Ant. Junto con toda la Iglesia de los santos, seremos en Cristo alabanza eterna para
gloria de Dios.

LECTURA BREVE Ap 22, 1-5

Después, el Ángel me mostró un río de agua de vida, claro como el cristal, que
brotaba del trono de Dios y del Cordero, en medio de la plaza de la ciudad. A ambos lados
del río, había árboles de vida que fructificaban doce veces al año, una vez por mes, y sus
hojas servían de medicina a las naciones. Ya no había allí ninguna maldición. El trono de
Dios y del Cordero estará en su ciudad y sus servidores lo adorarán. Ellos contemplarán su
rostro y llevarán su Nombre en la frente. Tampoco existirá la noche, ni les hará falta la luz de
las lámparas ni la luz del sol, porque el Señor Dios los iluminará y ellos reinarán por los
siglos de los siglos.

RESPONSORIO

V./ Enjugaré las lágrimas de sus ojos y no habrá ya muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor,
porque todo lo viejo se ha desvanecido.
R./ Enjugaré las lágrimas de sus ojos y no habrás ya muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor,
porque todo lo viejo se ha desvanecido.

V./ He aquí que hago nuevas todas las cosas.


R./ Porque todo lo viejo se ha desvanecido.

V./ Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.


R./ Enjugaré las lágrimas de sus ojos y no habrá ya muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor,
porque todo lo viejo se ha desvanecido.
CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Los sufrimientos del tiempo presente no son nada comparados con la gloria
futura que se nos ha de revelar.

PRECES

Dirijámonos al Dios de la Vida, que seca nuestras lágrimas y actúa en la historia


dándonos esperanza, diciendo:

Señor, fortalece nuestra esperanza y aumenta nuestra fe.

Señor, que nos mandas buscar, en primer lugar, tu Reino,


haz que no andemos agobiados, seguros de que el resto se nos dará por
añadidura.

Señor, que nos llamas al desierto para hablarnos al corazón y para que volvamos a
serte fieles,
infunde en nuestro corazón una espiritualidad recia, que beba en tu Palabra
como de la fuente de agua viva que mana del costado abierto del Redentor.

Señor, que nos animas a que estemos siempre dispuestos a dar razón de nuestra
esperanza,
danos el don del discernimiento para que asumamos la formación continua
como una necesidad para cumplir nuestra misión en el momento histórico en
que vivimos, a la vez que interpretamos los signos de los tiempos.

Señor, ya que nos has llamado a formar parte de tu Pueblo Nuevo para vivir
fraternalmente unidos,
haz que las Sagradas Escrituras proyecten luz nueva sobre los aspectos de
nuestra espiritualidad que debemos resaltar en cada época.

Señor, que en nuestro caminar esperanzado nos has puesto como focos de ardentísima
caridad a Jesús con el corazón abierto y a María con el corazón traspasado,
concédenos que nuestra vida arda en ese fuego y que luego lo vayamos
extendiendo por todas partes, encendiendo llamas en los corazones.

Señor, puesto que vivimos en la esperanza de llegar definitivamente a tus brazos por
obra de tu gracia,
consuélanos con el pensamiento y la confianza de que nuestra familia se
prolonga en la patria del cielo, en donde, por estar muy lejos de allí, muy lejos,
la muerte, ya no habrá jamás separación y se enjugará toda lágrima.

PADRENUESTRO

Invoquemos sin temor al Padre de Jesús, que como Buen Pastor, nos lleva a sus
espaldas y digámosle: Padre nuestro...
ORACIÓN

Escucha, Señor, nuestra oración, y concédenos que nuestra esperanza y confianza en


Ti sean tan firmes que no pongamos nunca obstáculos a tu Providencia. Por nuestro Señor
Jesucristo.
JOAQUÍN

HIMNO

JOAQUÍN, FUEGO DE DIOS,


JOAQUÍN, TESTIGO DE AMOR (BIS).

Tú que nos decías


que fuéramos un fuego
que encienda el mundo,
que caliente el frío:
dinos, dinos, dinos dónde encontrar
la llama que quema,
que arde sin parar.

Tú que nos querías


como un gran corazón
en una tierra
sin misericordia:
dinos, dinos, dinos dónde encontrar
un corazón que ame,
que lata de verdad.

Tú que deseabas
que fuéramos oasis
en el desierto
árido del mundo:
dinos, dinos, dinos dónde encontrar
el agua que mana
de un hondo manantial.

Tú que repetías:
¡Creced como una hiedra
siempre arrimada
a la Madre Iglesia!:
dinos, dinos, dinos dónde encontrar
la buena semilla
de la fidelidad.
SALMODIA

Ant. 1. Señor, ¿quién puede habitar en tu monte santo?

Siento en esta mi amada soledad del monte de


Randa, mucho, muchísimo más a Dios, que no en esa
baraúnda de la Capital de Palma, en donde ya tanto se le
ofende y tan poco se le ama.
(P. Joaquín Rosselló, fundador de los
Misioneros de los Sagrados Corazones)

Salmo 14

Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda


y habitar en tu monte santo?

El que procede honradamente


y practica la justicia,
el que tiene intenciones leales
y no calumnia con su lengua,

el que no hace mal a su prójimo


ni difama al vecino,
el que considera despreciable al impío
y honra a los que temen al Señor,

el que no retracta lo que juró


aun en daño propio,
el que no presta dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente.

El que así obra, nunca fallará.

Ant. Señor, ¿quién puede habitar en tu monte santo?

Ant. 2. Os daré un corazón nuevo y os infundiré un espíritu nuevo.

De la devoción a los Sagrados Corazones nada


tengo que advertiros: ya sabéis que estamos obligados a darla a
conocer, a extenderla por todas partes, a hacer, si posible fuese,
que el mundo todo se consagrase a ellos. Son el centro de la más
ardiente caridad, el foco del amor más puro, al cual deben acudir,
y acudirán, sin duda, a no tardar muchos años, aquellos cristianos
flojos en el servicio de Dios, fríos, más diré, helados en cuanto
atañe a la caridad con Dios y con el prójimo.
(P. Joaquí Rosselló, fundador de los Misioneros
de los Sagrados Corazones)

Cántico: Ez 36, 24-28


Os recogeré de entre las naciones,
os reuniré de todos los países,
y os llevaré a vuestra tierra.

Derramaré sobre vosotros un agua pura


que os purificará:
de todas vuestras inmundicias e idolatrías
os he de purificar;
y os daré un corazón nuevo,
y os infundiré un espíritu nuevo;
arrancaré de vuestra carne el corazón de piedra,
y os daré un corazón de carne.

Os infundiré mi espíritu,
y haré que caminéis según mis preceptos,
y que guardéis y cumpláis mis mandatos.

Y habitaréis en la tierra que di a vuestros padres.


Vosotros seréis mi pueblo,
y yo seré vuestro Dios.

Ant. Os daré un corazón nuevo y os infundiré un espíritu nuevo.

Ant. 3. El grupo de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma.

Amaos como los Sagrados Corazones de Jesús y


de María os aman. (P. Joaquín Rosselló)

Salmo 132

Ved qué dulzura, qué delicia,


convivir los hermanos unidos.

Es ungüento precioso en la cabeza,


que va bajando por la barba,
que baja por la barba de Aarón,
hasta la franja de su ornamento.

Es rocío del Hermón, que va bajando


sobre el monte Sión.

Porque allí manda el Señor la bendición:


la vida para siempre.

Ant. El grupo de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma.

LECTURA BREVE De una carta a la Abadesa de las Capuchinas, 15-VIII-


1890
Pidan al Señor que todos seamos un fuego y que desde este monte lo vayamos
extendiendo por toda la isla, y más allá de ella, pegando y encendiendo llamas en todos los
corazones.

RESPONSORIO

V./ Pidan al Señor que todos seamos un fuego.


R./ Pidan al Señor que todos seamos un fuego.
V./ Y que desde este monte lo vayamos extendiendo por toda la isla y más allá de ella,
pegando y encendiendo llamas en todos los corazones.
R./ Que todos seamos un fuego.
V./ Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
R./ Pidan al Señor que todos seamos un fuego.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Bendito sea el Señor que viene a visitar a su pueblo.

Es posible en Dios tanta bondad que ha querido


hacerse hombre para salvar al hombre.
(P. Joaquín Rosselló)

PRECES

(Inspiradas en las palabras dirigidas por D. Teodoro Úbeda, Obispo de


Mallorca, al XV Capítulo General).

Unidos a todos nuestros hermanos, que quieren vivir según el estilo de vida
que nos marcó el P. Joaquín Rosselló, nuestro Fundador, pidamos al Padre que nos
conceda un corazón manso y humilde como el de Jesús; un corazón contemplativo y
disponible como el de María diciendo:

Danos, Señor, un corazón nuevo.

* Para que no dejemos de mirar a los ojos de la gente que hambrea, sin saber, el pan
del Evangelio:

* Para que estemos siempre al servicio de los traspasados:

* Para que sepamos dar el propio corazón antes que las ideas:

* Para que busquemos en primer lugar tu Reino, aunque nos cueste la cruz y las
espadas:

* Para que sepamos ser corazón dentro de la Iglesia, mostrando su lado más tierno,
más cordial, más humano:
* Para que, como el P. Joaquín, sepamos decir siempre "Sí", sin jubilar nunca el
corazón, sin renunciar a "hacer más" por los hombres:

PADRENUESTRO

Pidiendo al Señor que sepamos buscar en primer lugar su Reino, unámonos en


familia elevando al Padre la oración que Jesús nos enseñó:

ORACIÓN

Oh, Señor, que siempre estás velando por la humanidad y no dejas piedra sin mover
con tal de encaminarla según tus designios de amor: acuérdate del P. Joaquín Rosselló, a
quien elegiste como apóstol de los Sagrados Corazones en esta época difícil.

Bendice la Congregación que fundó para prender fuego a la tierra. Enciende los
corazones en estos dos focos centro de caridad. Concédenos la gracia que te pedimos por su
intercesión, a fin de que todos reconozcan sus virtudes y reciba su obra la confirmación de la
Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo.
CÁNTICOS EVANGÉLICOS

BENEDICTUS

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,


porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por la boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos


y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.

Para concedernos que, libres de temor,


arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,


porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,


nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
MAGNÍFICAT

Proclama mi alma la grandeza del Señor,


se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,


porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:


dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,


acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
NOTA BIOGRÁFICA SOBRE EL P. JOAQUÍN ROSSELLÓ

El Padre Joaquín Rosselló y Ferrá fue un sacerdote ejemplar con gran espíritu
misionero. Nació en Mallorca (una isla mediterránea de España) en 1833 y murió en 1909.
Fue ordenado sacerdote en 1858 y sirvió como sacerdote diocesano hasta que en el 1864
entró en la Congregación del Oratorio de San Felipe Neri. Allí se destacó como predicador
itinerante y como Maestro de Novicios, entre otros ministerios. En el 1890 decide dejarlo
todo para dedicarse exclusivamente a la oración y se retira al santuario de San Honorato, una
ermita bastante desolada en el monte de Randa. Se dice que en aquel monte había vivido
también el famoso místico y sabio medieval Raimundo Lulio.
En su juventud Joaquín había sido muy amigo de un jesuita, el Hermano Gregorio
Trigueros. Éste le había inculcado la devoción a los Sagrados Corazones de Jesús y de María.
Estando en San Honorato, el Obispo Jacinto María Cervera acude al P. Joaquín para pedirle
que funde allí en Randa una congregación religiosa que le ayudase a llevar acabo su
programa de renovación diocesana.
El 17 de agosto de 1890 el p. Joaquín Rosselló fundó la Congregación de Misioneros
de los Sagrados Corazones. Desde entonces dicha Congregación se dedicó a predicar
misiones populares y ejercicios espirituales por los pueblos de Mallorca. También se
convirtió en la mano derecha tanto del Obispo Cervera como de su sucesor, el Obispo
Campins.
El espíritu que el P. Joaquín imprimió a su Congregación fue la de una intensa
experiencia del amor de Dios, simbolizado en los Corazones de Jesús y de María, que le llevó
consagrarse al servicio misionero encarnado plenamente en su Iglesia Local. Pidió a sus hijos
que fuesen todos un fuego que extendiera el amor de Dios desde el monte de Randa a todas
partes. Les pidió que se dedicasen a buscar en primer lugar el Reino de Dios y su justicia,
sabiendo que lo demás vendría por añadidura, y que tuviesen siempre presente que Cristo les
había elegido para ir a dar fruto. Les pidió que formasen comunidades que sirviesen como de
pequeños oasis a los sedientos del agua viva de Cristo. Su Congregación estaba llamada a
encarnarse en la diócesis, como hiedra en el báculo del Obispo, no para gravarle sino para
apoyarle y auxiliarle en su tarea pastoral.
El P. Joaquín Rosselló contribuyó de una forma específica a la espiritualidad de los
Sagrados Corazones. Tradicionalmente el culto al Corazón de Jesús y al Corazón de María
invitaba a dar una respuesta basada en la consagración personal y en la reparación de los
males, interpretando la reparación en como un ofrecimiento de los sufrimientos propios junto
a los de Cristo. El P. Joaquín interpetó la reparación que pide el Corazón de Cristo
principalmente como un llamado misionero y la predicación de la Palabra como respuesta
adecuada a los males personales y sociales. Siguiendo a Santa Gertrudis de Helfta, consideró
que los Sagrados Corazones de Jesús y de María son la respuesta de Dios para la vejez del
mundo.

En la actualidad la causa del Siervo de Dios Joaquín Rosselló espera un milagro


realizado por su intercesión para proceder a su beatificación.
PREPARARON ESTE ORACIONAL: Emilio Velasco, m.SS.CC.
Gabriel Seguí. m.SS.CC.
Revisado por: James Gil de Lamadrid, m.SS.CC.

EDITA:
Casa Central
C/ Francisco Silvela, 50, 4º A

Parroquia San Antonio de Padua


Dorado, Puerto Rico

JULIO 1998
Revisado ENERO 2011

EDICIÓN DE ESTUDIO. PARA USO PRIVADO.

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