Grandes hitos en el desarrollo de la ciencia política
Losada R. y Casas A. (2008) Enfoques para el análisis político, Bogotá, Pontificia Universidad Javeriana. Lo político, la ciencia y la ciencia política
La política surge de la escasez, los conflictos y el deseo de habitar dentro
de un entorno social predecible. En la medida en que no alcancen los recursos, habrá necesidad de repartirlos, atendiendo las preferencias de unos y dejando insatisfechas las de otros. Tomando selectivamente algunos planteamientos de Thomas Hobbes se propone que lo político, o el mundo de la política, y por ende la ciencia política, versa sobre las interacciones relativas a repartos terminantes de valores a nivel de toda la sociedad". Se entiende repartos en el sentido de repartir cargas y beneficios, materiales e inmateriales. Por ejemplo, quienes tienen que pagar impuestos (una carga) y quienes no, quienes tienen acceso a la escuela (un beneficio) y quienes no. Se asume, entonces, que, en toda sociedad, sus miembros, además de numerosos bienes particulares, desean también algunos bienes colectivos, tales como la defensa contra los agresores externos, la preservación de un cierto orden interno y la solución mediada por jueces imparciales, de algunos conflictos entre los miembros de la sociedad. Los bienes, servicios, oportunidades y honores deseados por las personas se denominan de manera genérica valores. Un valor es cualquier cosa que alguien desea; al menos, es un valor para quien la desea. Como los bienes y servicios aludidos se suministran, ya sea solo a unos miembros de la sociedad o a todos, se habla de reparto de valores, aunque generalmente no alcanzan sino para una parte de la colectividad. Ha implicado la necesidad de una capacidad coercitiva por parte de la autoridad que efectúa los repartos de valores. Sin esta capacidad, al menos en grado mínimo, no existe fenómeno político propiamente tal. La ciencia política pretende describir, interpretar, explicar -en el sentido de establecer relaciones causa-efecto- y predecir, en lo posible, los repartos terminantes de valores que tienen lugar en todas las sociedades humanas, desde la más remota antigüedad hasta el presente. La ciencia política así entendida no se reduce a ocuparse simplemente de los organismos políticos y gubernamentales y de sus repartos de valores. Al definir lo político como un conjunto de interacciones en torno a dichos repartos, se abre el mundo político a la participación de todos los miembros de la sociedad, sean autoridades propiamente, miembros rasos de la sociedad que en un momento dado se interesan por alguno de los repartos establecidos desde el mundo político o por establecerse. El paro campesino constituye parte del mundo político porque busca que las autoridades públicas modifiquen unas normas impositivas. La ONG que publican un libro censurando al gobierno por violar los derechos humanos están inmersas en ese mundo porque están buscando que las autoridades públicas respeten unos acuerdos internacionales que han pactado. La autorización otorgada por la Corona Española en los siglos XVI y XVII para que las compañías negreras compraran, vendieran y transportaran esclavos desde África hasta América hace parte de la política porque se refiere a la política real española de tolerar la esclavitud. Cuando el presentador de noticias de televisión informa sobre una actuación del gobierno está metido en el mundo político porque esa presentación de noticias nunca es neutra, sino inevitablemente a favor o en contra del gobierno o de sus políticas. La concepción aquí propuesta de ciencia política abre el interrogante de si abraza o no en su seno el área de estudios Hamada "relaciones internacionales", área que tradicionalmente ha sido considerada parte de los programas académicos de ciencia política. Dentro del "reparto terminante de valores" bien cabe todo lo relativo a la asignación de costos y beneficios derivados de la política exterior de un Estado. La ciencia política busca describir, interpretar, explicar y predecir. Describir, con sensibilidad sobre los distintos contextos y trasfondos históricos en que un hecho, proceso o relación tiene lugar, es una actividad por si misma interesante y enriquecedora, tanto para quien la hace, como para quien conoce el resultado de la misma. Una de las actividades es de tipo axiológico y, la otra, de orden factico, esta última relacionada con hechos y con la conjetura sobre causas y efectos. En cuanto la interpretación de los fenómenos políticos implique juicios de valor, se estaría en el campo de la ética o de la moral, no en el de la ciencia política. Aristóteles escribió un texto acerca de la naturaleza de la ciencia política y cuál debe de ser la misión del politólogo: [... ] Resulta claro que politeia" es objeto de una ciencia. Esta considera [... ] [primero] cual sería la mejor [politeia] de acuerdo con [nuestras] aspiraciones, si ningún factor externo la estorba, [... ] [segundo] cual se acopla a cada caso, (pues para muchos [lograr lo mejor es con frecuencia imposible; de manera que el buen legislador y el buen estudiante de la política, debe captar no solo lo más perfecto en abstracto, sino lo que es mejor de acuerdo con las circunstancias), [... Tercero, [debe considerar] una tercera [forma de politiea] basada en una situación [existente](ya que debe examinarse [por completo], a propósito de una [politeiaJ dada, como fue posible, cuál fue su origen, y una vez formada, como pueda sobrevivir el mayor tiempo [que se pueda]. [...J. [Cuarto], deben conocerse las [politeias] que mejor se adaptan a todas las polis, [... ] [Quinto], se ha de considerar [... ]la viabilidad de [lapoliteia], y también si es fácil y asequible para todos. [... ] [Sexto] [... ] además de 10 dicho, el estudioso de la política debe poder ayudar [a corregir] las politeias existentes, según dijimos antes. [... ] La concepción aludida de ciencia, y en particular de la ciencia política, no pretende ignorar el papel de la creatividad humana en el mundo político. La ciencia política, en cuanto ciencia, se caracteriza porque sus planteamientos siempre son provisionales y públicos, provisionales porque 10 que desde el punto de vista de los científicos es aceptable hoy, puede, en virtud de nuevos hechos o de nuevas teorías, no serlo mañana; y públicos, porque lo que cree haber descubierto un estudioso de los fenómenos políticos, no es reconocido como tal en tanto no sea sometido al escrutinio de sus colegas en las tareas científicas y legitimado por estos. Se entiende aquí por ciencia en la expresión ciencia político. Siguiendo su sentido etimológico, ciencia denota un saber o conocimiento, del vocablo latino scientia. Se entiende aquí por ciencia un conjunto de proposiciones generales, probabilísticas o de tendencia, comprobables empíricamente, interrelacionadas, referidas a una misma clase de fenómenos. Goodin y Klingemann (1996) entienden dicho objeto como "el estudio de la naturaleza y de las restricciones" Otros toman como punto nodal de la ciencia política el Estado, considerado como el fenómeno político más desarrollado y protuberante de toda la historia política.
Los grandes hitos de la ciencia política
Esta organizado en cuatro grandes secciones:
1. El periodo formativo de la ciencia política 2. la revolución conductista 3. los cuestionamientos al conductismo 4. una mirada hacia el futuro. Los aportes de América Latina, Asia, Australia y África al desarrollo de la ciencia política, tanto como ciencia como disciplina, han sido escasos, pero no despreciables. Se examina, con particular interés, pero en forma muy concisa, el desarrollo de la ciencia política en términos ya de ciencia, ya de disciplina académica.
El período formativo
La ciencia política se desarrolla ante todo en Occidente y su auge reciente
se encuentra en estrecha relación con el desarrollo de la democracia política. La revolución conductista: permitió reconocer con claridad la existencia de un nuevo saber con la pretensión de producir proposiciones generales: la ciencia política. La consolidación de la ciencia política, ya no como ciencia sino como disciplina académica y como profesión, abarca desde la segunda mitad del siglo XIX hasta mediados del siglo XX. El politólogo cumple una función exclusiva, fundamentada en un saber o habilidad, la cual para ser ejercida requiere un entrenamiento previo prolongado. La ciencia política tanto ciencia como en su doble calidad de disciplina y de profesión, evoluciona incesantemente porque, por un lado, la temática de los conocimientos que abarcan la ciencia y la disciplina se transforma con el correr del tiempo. El ejercicio de la profesión se adapta a nuevos contextos tecnológicos, socio-económicos, culturales y políticos.
El período formativo en Europa
Muchos europeos tendieron a considerar los estudios políticos como una
parte del derecho, de la sociología o la filosofía o como un estudio interdisciplinario, y no como una disciplina autónoma. La ciencia política en Europa, en especial durante la primera mitad del siglo XX, no encontró un suelo apto para su desarrollo. Hitler, Mussolini, Franco y los regímenes comunistas, los cuales negaban la libertad de catedra en áreas políticamente sensibles. En Europa Occidental existen aportes notables al desarrollo de la ciencia política. Max Weber (1922, 1944) sobre el poder, los partidos políticos, el liderazgo y la burocracia. Robert Michels (1915,1969), con su teoría sobre la llamada ley de hierro de la oligarquía. Los franceses dan inicio a los estudios electorales con Andre Siegfried y con su técnica de geografía electoral, publicada en 1913. Inglaterra, en los mismos comienzos de siglo, vía la publicación de dos de las primeras obras de política comparada: la de Ostrogorski (1902), sobre los partidos políticos en Estados Unidos y Gran Bretafia, y la de James Bryce (1921), sobre las formas democráticas de gobierno de la época Paris conoció el análisis comparativo de diez sistemas parlamentarios, realizado por Redslob (1924) En Francia, la ciencia política como disciplina tiene un desarrollo todavía más tardío, alimentado ante todo por los intereses sociológicos de algunos profesores de derecho constitucional, entre los cuales sobresalen George Burdeau, con su Traite de science politique (1949), y Maurice Duverger, con Lespartis politiques(1951) El progreso de la ciencia política en cuanto ciencia alcanza en Europa un notable nivel, pero lo logra en virtud de los aportes individuales de algunas mentes lúcidas.
El período formativo en Estados Unidos
Nueva ciencia del Estado (Staatswissenschafti) centrada en los conceptos
de Estado y soberanía y en su "real" fundamento filosófico, jurídico e histórico. Estos privilegiados estudiantes fundaron las primeras unidades académicas distinguidas con el nombre de ciencia política. Inicio formal de la ciencia política como disciplina académica, varios autores estadounidenses consideraban que, en torno al fenómeno político, se estaba constituyendo una ciencia. En 1903, se crea la Asociación Americana de Ciencia Política. Legalismo y Formalismo: caracterizaban los programas académicos de ciencia política. La obra de Catlin fue rechazada por muchos jóvenes politólogos, en donde hablar de recuento de hechos históricos que eran predominantes en la ciencia política, la reorientación de esta disciplina hacia una visión más científica y preocupada con realidades políticas contemporáneas. La rebelión contra la visión jurídica y simplemente descriptiva y taxonómica del mundo político cobra particular fuerza en la Universidad de Chicago. Charles E. Rerriam impulsa un programa de investigaciones con enfoque interdisciplinario y métodos cuantitativos. Consolidación de la revolución conductista: Harold Gosnell, Harold D. Lasswell, Vladimir O. Key, Herman Pritchett, David Truman, Avery Leiserson, y Gabriel A. Almond. La organización en 1949 en París, Unesco, Asociación Internacional de Ciencia Política (AICP). Sugieren no sólo que la Ciencia política ha echado raíces en varios países, sino que ya cuenta con suficiente identidad y peso académico como para que un organismo multilateral como el mencionado se ocupe de apoyarla.
La revolución conductista
En 1950 tiene crecimiento la ciencia política en cuanto ciencia.
Un grupo de estadounidenses empezó a estudiar a fondo el mundo político en las fronteras de su país. Se intensificó la investigación en particular: 1. Comportamiento electoral 2. Comunicación política 3. Opinión pública 4. Funcionamiento de las estructuras burocráticas y partidistas 5. Forma de trabajo de los cuerpos legislativos y judiciales y grupos de interés. En esta época aparecen novedosos enfoques para el análisis político. Surge el enfoque sistémico con David Easton. Enfoque estructural-funcionalista con Gabriel A. Almond. Enfoque de procesos decisorios con Harold D. Laswell y Richard C. Snyder Enfoque psicosocial o de psicología política con Bernard Berelson y Angus Campbell Enfoque de actor racional o de economía política, de opción pública o de teoría forma con Anthony Downs. En el movimiento conductista sus líderes desarrollaron un consenso sobre el objeto y el método de la ciencia política. Objeto: conducta política de los individuos. (de aquí surge el adjetivo conductista o behaviorista) se tenía la esperanza de descubrir sus leyes o tendencias observables. Se entiende a la ciencia política como una ciencia “pura” El énfasis se baso en explicar el porqué de los fenómenos antes que en la aplicación de los conocimientos ya acumulados. El Estado, como objeto especifico de la ciencia política, ha sido característico de las facultades de derecho. Método: Pretendieron adoptar como patrón el método científico de las ciencias exactas. Para saber que era aceptable o no en la ciencia política fue la verificación empírica. Se busca acumular y organizar los conocimientos en la forma de teorías, se exige una continua interacción y mutuo enriquecimiento entre la teoría y la investigación y se propone estar atento a los hallazgos empíricos de otras ciencias que puedan enriquecer la comprensión de lo político. Los cuestionamientos al conductismo
En el caso europeo, cabe observar que muchos centros universitarios
permanecieron casi inmunes a la revolución conductista, dedicados más a la filosofía política que a la ciencia política, aun cuando se auto-definian con esta última etiqueta.
Los desafíos frontales
Son tres las posiciones irreconciliables con la revolución conductista: la de
quienes, ante todo por razones filosóficas, epistemológicas o éticas, no creen sensato pretender un estudio del mundo político con carácter propiamente científico. Leo Strauss (1959) se constituyó en un abanderado de la corriente que niega la posibilidad y la conveniencia de que el estudio de la política adquiera un estatus científico. Para Strauss, se trata de una meta que deshumaniza al politólogo y lo vuelve moralmente irresponsable, porque le induce a abstenerse de juicios de valor sobre lo que analiza. Desconoce que el ser humano es libre y, por ende, impredecible. El carácter dogmático del marxismo puro lo hace, pues, antagónico de una ciencia empírica. Inducen de modo sistemático al investigador a interpretar la realidad política a la luz de sus propios valores. Varios politólogos alegan que, en la actualidad, no es razonable defender como deseable una concepción predominante de la ciencia política. Politólogos como Catherine y Michael Zuckert (1997) creen imposible construir una ciencia social que ambicione llegar a proposiciones universales porque los conceptos de los seres humanos sobre la realidad que conocen se encuentran culturalmente condicionados. Las críticas matizadas
Primera critica: en la medida en que los autores conductistas enfatizan
como meta la ciencia pura a costa de la ciencia aplicada, se les ha acusado de despreciar la responsabilidad especial que incumbe al politólogo frente al mundo político que le rodea. Un interés por identificar regularidades o patrones de conducta asociados a dichas políticas; una preocupación por incorporar criterios y métodos de la ciencia empírica al estudio de las políticas públicas y una actividad profesional de asesoría y de compromiso con el cambio político. Segunda critica: La concepción conductista del método científico. Tercera critica: algunas versiones de la propuesta conductista suenan ingenuas al pretender que la ciencia política pudiera aislarse de las presuposiciones ideológicas y valorativas de quienes la cultivan, 0 de los factores que condicionan el desarrollo de la propia identidad y la construcción de la visión del entorno que rodea a cada persona. Cuarta critica: la irrupción del enfoque de elección racional en la ciencia política a mitad del siglo XX y su vigoroso desarrollo posterior han dado lugar, por parte de buena parte de sus practicantes, a un cuestionamiento del resto de la ciencia política que no sigue este enfoque.
Una mirada hacia el futuro
El predominio de aquella y la presencia de otras corrientes de pensamiento
pueden apreciarse, en medio de un amplio pluralismo. Easton (1997) cree ver en e1 horizonte un nuevo consenso sobre el método y el objeto de la ciencia política, que se atreve a denominar neoconductismo. Los planteamientos centrales de la revolución conductista, depurados de sus excesos y enriquecidos con nuevas estrategias y métodos para acercarse a la realidad, con un énfasis en teorías deductivas.
Introducción al derecho internacional privado: Tomo III: Conflictos de jurisdicciones, arbitraje internacional y sujetos de las relaciones privadas internacionales