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Haremos un análisis del Derecho Administrativo como componente del Derecho Público,
la administración y los órganos de la administración pública.
Recordemos que a las personas de la administración pública las podemos clasificar como
personas públicas de derecho público y personas privadas de derecho privado regidas por
el derecho privado.
El derecho es un objeto cultural o de la cultura, con todo lo que ello significa, es pasible
tanto de un conocimiento filosófico, como de un conocimiento científico.
Filosófico porque da lugar a la llamada filosofía del Derecho que busca establecer
una doctrina de todo lo que puede pensarse del derecho con validez universal, actitud que
si en períodos ya pasados pudo parecer innecesaria y aún sospechosa, ha adquirido un
rol preeminente a partir del siglo XX, que ha reivindicado los estudios filosófico-jurídicos a
través de nombres como los de Stammler, Del Vecchio, Croce, Radbruch, Kelsen y
Cossio.
De conocimiento científico por la consideración del derecho que da nacimiento a
una “ciencia del derecho” conocida como dogmática jurídica, y a la que en los países
sajones se le ha adjudicado la denominación, un tanto equívoca de “jurisprudencia”. La
ciencia del derecho ha sido definida como simplicidad y exactitud, como aquella ciencia
cuyo objeto de estudio es el derecho.
“Bastan tres palabras de un legislador para que toda una biblioteca de derecho deba
tirarse a la basura” afirmación del derecho como ciencia según Kirchmann en su obra La
desvalorización de la jurisprudencia como ciencia, divulgada inicialmente en 1847 como
conferencia. Actualmente, la existencia de la ciencia del derecho es una cuestión fuera
de toda discusión reconociéndose que el saber jurídico puede ser también un saber
científico, que aparece como un complejo de conocimientos conceptuales, fundados
metódicamente, orgánicamente sistematizados, y con pretensión de certeza constructiva.
En este sentido, todo el derecho administrativo gira en torno a este concepto fundamental,
según el profesor Brewer-Carías.
Sin embargo, podemos afirmar, que, en todo caso, siempre ha habido una
interaplicación del derecho administrativo y del derecho privado a la Administración
Pública; pero, el problema ha sido el determinar las fronteras y la intensidad de su
respectiva aplicación.
Por ello, el recurso al derecho privado ha sido constante en la historia del derecho
administrativo. La mayor parte de las categorías administrativas -la personalidad jurídico-
pública, el contrato administrativo, el acto administrativo, la competencia, etc.-, son
conceptos que tienen su origen en el derecho civil y que al pasar al derecho administrativo
han sufrido una cierta transformación, que continúa en el tiempo acorde con el dinamismo
constante de la Administración, lo que confiere al derecho administrativo y a sus
instituciones su característica de contingencia y mutabilidad.
Posteriormente, por la propia realidad de las cosas, así como, la influencia del
derecho anglosajón, fue abandonándose la concepción publicista a ultranza y surgen las
actividades de los poderes públicos, organizados bajo la forma de empresas, primero,
para la prestación de servicios públicos esenciales, como los transportes y las
comunicaciones postales, telegráficas, telefónicas y radiotelegráficas, y más tarde, la
producción de bienes económicos.
La aceptación del derecho privado para este tipo de empresas es una exigencia
del propio tráfico mercantil, en el que van a desarrollar su actividad. En este sentido,
afirma el autor italiano Vittorio Ottaviano, que es necesario despojarse de los obstáculos
que retardan el desarrollo de la común actividad administrativa, principalmente del pesado
ritmo de la contabilidad pública, incluso el uso de un derecho exorbitante estaría en buena
parte fuera de lugar, dado que aquél encuentra su justificación en la posición de la
Administración como titular de poderes públicos, que en el caso de la empresa, por
naturaleza neutra, no existe. Asimismo, considera el autor Vittorio Bachelet, que las reglas
que rigen la actividad administrativa no se corresponden con las que deben presidir una
eficaz actividad empresarial.
De manera que, podemos afirmar, por una parte, que la sumisión al derecho
privado no es total ni absoluta, como tampoco lo es la de la Administración Pública
cuando actúa sometida al referido derecho; y, por otra, que la totalidad de la actividad
administrativa no está sometida de manera absoluta al derecho administrativo.
Época de la Monarquía
Puede decirse que el derecho público existe como tal desde que existe la civilización, ya
que por muy simples que fueran los sistemas políticos siempre han necesitado de normas
que rijan las relaciones entre el poder y los súbditos. Pero a pesar de ello y de que las
garantías judiciales alcanzaron ya en el Antiguo Régimen un notable estado de desarrollo,
no puede hablarse todavía en esta época de derecho administrativo porque no existe aún
la Administración Pública. Además, es muy difícil hablar en esta época de una justicia
administrativa, aunque, ya entonces, existían órganos contenciosos y recursos en materia
administrativa; la realidad de los hechos exige rechazar su carácter jurisdiccional puesto
que lo que se trataba era de crear una especie de tribunal dependiente del Rey que
presentara los súbditos la apariencia de la justicia sin aplicarla en realidad.
Es decir, estos tribunales más que juzgar a la Administración, lo que hacían era
defender los intereses de ésta, los cuales, a su vez, eran los del Rey. Además, eran
organismos dependientes del Rey, hasta el punto que éste podía en cualquier momento
asumir la competencia en relación con algún litigio, para ser fallado directamente por él.
En definitiva, estos tribunales, en los asuntos muy limitados que conocían juzgaban en
nombre del Rey, no en nombre de la comunidad.
En este sentido, autores franceses tales como Hauriou, Duguit y Weil, alemanes
como Mayer y Merkl e, italianos como Santi Romano, Zanobini y Giannini, comparten la
opinión de que el derecho administrativo nace de la Revolución Francesa. Asimismo, el
tratadista español García de Enterría ha formulado y defendido esta tesis, afirmando que
no sólo el derecho administrativo sino todo el derecho público contemporáneo ha surgido
de ahí.
Así, "las funciones judiciales son y continuarán siendo separadas de las funciones
administrativas. Los jueces no podrán, bajo pena de prevaricato, inmiscuirse de ninguna
manera en las operaciones de los cuerpos administrativos, ni citar ante ellos los
funcionarios de la administración por razón de sus funciones".
Asimismo, el Código Penal de 1791 da al principio una garantía penal, al tipificar como
delito la inmisión de los jueces en la acción administrativa.
Sin embargo, esta prohibición tenía graves secuelas desde el punto de vista de la
ideología política propia de la Revolución, ya que implicaba que la Administración no
tendría un juez que juzgara su conducta, lo cual podría traer como fácil consecuencia la
arbitrariedad, quedando así fundamentalmente desvirtuado el principio de legalidad, uno
de los pilares de la nueva ideología política, según el cual la Administración debía someter
su actividad al ordenamiento jurídico. Al no existir un juez o autoridad ante quien pudieran
dirigirse los gobernados en caso de considerar que la Administración estaba actuando
ilegalmente, este principio quedaban como un simple enunciado teórico.
Ante esta situación negativa, se pensó que la manera de remediar la referida irregularidad
podría consistir en que los particulares presentaran sus reclamaciones ante la misma
Administración. Es decir, se estableció la institución de la administración-juez, según la
cual, las reclamaciones contra la Administración eran resueltas por ella misma. Fue así
como, mediante la Constitución de 1799, fundamentalmente obra de Napoleón, se creó el
Consejo de Estado como una imitación, en algunos aspectos, del antiguo Consejo del
Rey.
Existe casi unanimidad en la doctrina administrativa, al señalar que los aportes
filosóficos y políticos de la Revolución Francesa son fundamentales en la estructura y
orientación del Consejo de Estado y de los Tribunales Administrativos de Francia y del
mundo. Sin embargo, si bien el Consejo de Estado es a menudo presentado, como obra
napoleónica, es necesario decir que el nombre y sus funciones vienen del antiguo
régimen, pero fue Napoleón quien supo dar a esta institución un espíritu nuevo y
renovado.
Por otra parte, en la misma época, se crearon en los departamentos los Consejos
de Prefectura con la función de asesorar al prefecto (gobernador) en la misma forma que
el Consejo de Estado lo hacía respecto del Jefe de Estado.
Ese auge del Consejo de Estado trajo como consecuencia el que mediante Ley del 24 de
mayo de 1872, se le reconociera carácter jurisdiccional y se instalara el sistema de justicia
delegada.
Ahora bien, como hemos señalado ut supra, el derecho administrativo nace con la
Revolución Francesa. Sin embargo, debemos destacar, que frente a esta concepción
clásica y hasta ahora dominante, no han faltado autores -Alexis de Tocqueville, Gallego
Anabitarte, Jean-Louis Mestre, Cannada Bartoli-, que han defendido la tesis contraria,
afirmando que los límites al poder y la división del mismo son anteriores a la Revolución
liberal de 1789; que el derecho administrativo existió en tiempos anteriores a esta fecha;
y, que, por tanto, la instauración del denominado Estado de Derecho no es más que la
continuidad de algo que ya existía.
De modo, pues, que la tesis en comento postula como premisa fundamental que el
derecho administrativo surgió en el "Antiguo Régimen", en razón de que los principios
como la división del poder así como los límites del mismo, ya estaban presentes en el
referido régimen, por consiguiente, su aplicación es anterior a la fecha de inicio de la
Revolución Francesa.
En este sentido, uno de los autores que es partidario de esta tesis es el español
Gallego Anabitarte, quien siguiendo a Alexis de Tocqueville (L’Ancien Régime et la
Révolution), afirma que en la Monarquía Francesa ya existía una jurisdicción de
autoridades reales para asuntos públicos administrativos, semejante a la que será
instaurada después de la Revolución.
Por tanto, siempre ha habido una interaplicación del derecho administrativo y del
derecho privado a la Administración Pública, sin embargo, el problema ha sido establecer
cuáles son los campos de regulación que sólo pertenecen al derecho administrativo, si es
que los hay y, hasta qué punto la aplicación del derecho privado a la Administración
constituye realmente una fuga de ésta del derecho administrativo.
De hecho, hoy en día preocupa cada vez más a los estudiosos del derecho
administrativo el fenómeno denominado "huida del derecho público o privatización del
derecho público" o, incluso "huida al derecho privado. En efecto, desde hace algún
tiempo, la doctrina administrativa viene denunciando el referido fenómeno, debido a la
tendencia, de forma cada vez más acentuada, por parte de un número creciente de
organizaciones administrativas de someterse a las normas del derecho privado,
desligándose de esta manera de las leyes administrativas, con la finalidad encubierta de
burlar los procedimientos administrativos y el control de la jurisdicción contencioso-
administrativo.
Por otra parte, la doctrina administrativa ha señalado que la crisis del derecho
administrativo ha sido influenciada por el neoliberalismo económico o, quizás por la
ineficacia demostrada en la gestión de algunos servicios públicos y, por ende, la
Administración se ha visto obligada a retirarse de algunos ámbitos que le habían estado
siempre reservados. De hecho, nos estamos refiriendo al proceso de privatización, que,
en todo caso, es una decisión política adoptada para el fortalecimiento del Estado, con la
finalidad de redefinir el papel del aparato estatal, que sea más eficiente, más eficaz y que
esté concentrado en las tareas que le son inherentes, por ello, el proceso de privatización
se orienta en devolver a la comunidad sus propios cometidos, es decir, que el referido
proceso supone una delimitación de los campos propios del Estado y de la sociedad,
devolviendo a cada uno sus responsabilidades y descargando al Estado de la pesada
carga de ser empresario y autoridad a la vez.
Por tanto, si bien, en principio, desde el siglo pasado en el que justamente está
naciendo en Francia el moderno derecho administrativo, la sujeción de las
Administraciones Públicas al derecho privado y a la jurisdicción civil se ve como una
excepción al fuero de la jurisdicción administrativa, ya en este siglo, la aplicación del
derecho privado se ve como una posibilidad para la realización de actividades industriales
y comerciales.
Es el conjunto de funciones que posee el Estado para el cumplimiento de sus fines (Bien
Común), organizadas de una manera específicamente prescripta por las normas
constitucionales y administrativas.-
Es importante tener en cuenta que el Poder, como elemento del Estado, es uno solo y
siempre reside en él. Cuando hablamos de “funciones del Estado” no estamos hablando
de “Poder”, ya que el Estado goza de ésta es la característica que le permite enfocarse al
bienestar general de su población aplicando el Derecho vigente.-
Entonces, cuando nos referimos a las funciones del Estado, debemos ir en busca de la
Constitución Política Nacional para verificar cuales son.-
La Carta Magna, en su parte orgánica nos especifica tres funciones. El estudio de este
aspecto es investigado por “las funciones del Estado y la Teoría de la Separación de
Poderes”.-
Por todo lo anterior podemos decir que es la acción del gobierno al dictar y aplicar las
disposiciones necesarias para:
De acuerdo a Dromi los elementos que conforman el órgano son dos elementos:
SERVIDORES PÚBLICOS.
Por ser un instrumento que lleva a cabo, los objetivos del ente, del cual forma parte, sea
el Estado o ente menor, el órgano no es sujeto de derecho y carece de personalidad
jurídica.
“La administración será responsable por los actos lícitos y por su funcionamiento normal
cuando los mismos causen daño a los derechos del administrado en forma especial, por
la pequeña proporción de afectados o por la intensidad excepcional de la lesión”.
“En este caso, la indemnización deberá cubrir el valor de los daños al momento de su
pago, pero no el lucro cesante”.
El estado será responsable por los daños causados directamente por una ley, que sean
especiales de conformidad con el presente artículo”. LGAP, Art. 194: Inc. 1°, 2°,3°:
La administración será solidariamente responsable con su servidor ante terceros por los
daños que este cause en las condiciones señaladas por esta ley”. LGAP, Art. 201.
3. Órgano colegiado: se haya compuesto por varias personas, sus actos se denominan
deliberativos y se llevan a cabo mediante procedimientos estipulados a través de una
ley, o de reglamento interno cuyas etapas básicas son: convocatoria, debate y
votación.
Tenemos:
Poder Ejecutivo: se aplica al gobierno y sus ministros.
Poder Legislativo: corresponde al parlamento con sus diputados y son los que hacen
las leyes.
Poder Judicial: el que vigila que se aplique y se administre la justicia.
Además de estos tres poderes tenemos el Tribunal Supremo elecciones que no puede
considerarse como cuarto poder ya que solamente ejerce la función electoral.
PODER LEGISLATIVO
El fuero que se otorga a los diputados es única y exclusivamente para proteger los en el
ejercicio de sus cargos. Durante las sesiones no puede ser arrestado por causa civil,
salvo autorización de la asamblea o que él mismo lo consienta, no puede ser privado por
motivo penal sino cuando previamente haya sido suspendido por la asamblea.
Ningún diputado puede aceptar cargo empleo de los otros poderes del estado o en otras
instituciones.
Los diputados no pueden celebrar directa ni indirectamente o por representación, contrato
alguno con el estado, pidió tener concesiones de bienes públicos que implique privilegio,
intervenir como directores, administradores o gerentes en empresas que contraten con el
estado, obras, suministros o explotación de servicios públicos.
La violación a cualquiera de las previsiones antes señaladas produce la pérdida de la
credencial de diputado y le corresponde al Tribunal Supremo de elecciones la ejecución.
o órganos parlamentarios
o y reuniones de fracciones con el presidente.
FUNCIONAMIENTO
Para funcionar la asamblea necesita un quórum de las dos terceras partes de su cuerpo
colegiado.
Cada período legislativo se divide en cuatro legislaturas y cada una comprende las
sesiones ordinarias que se celebran entre el primero de mayo y el 30 de abril de cada
período.
Los períodos se dividen en ordinarias y extraordinarias. El ordinario comprende
entre primero de mayo y el 31 de julio y del primero de septiembre al 30 de noviembre,
fuera de estas fechas son sesiones extraordinarias. Sólo el poder ejecutivo puede
convocar a sesiones extraordinarias.
PODER JUDICIAL
Funciones:
La más importante es la que le otorga la potestad de administrar justicia en un
estado.
Ejecutar y aplicar imparcialmente las normas que expresa la voluntad popular.
Someter a todos los poderes públicos al cumplimiento de la ley.
Controlar la legalidad de la actuación administrativa.
Ofrecer a todas las persona la tutela efectiva en ejercicio de sus derechos e intereses
legítimos.
Exclusividad y unidad de la jurisdicción: esto es que los poderes mantienen una íntima
conexión a través de su cuerpo de jueces y magistrados.
RÉGIMEN ELECTORAL
La institución del sufragio existe como tal desde la constitución de Cádiz en 1812. Luego
en 1821 por el pacto de concordia se empezó a perfilar el sufragio como una institución
por medio de las juntas de parroquia. El voto era indirecto de tal forma que el ciudadano
es y no votaba sino que delegaba esa función en otros sectores, pues ellos dedicaban en
sus electores parroquiales y éstos a los partidos el voto. Esto se reunía en junta de
provincia y nombraron en su seno presidente, escrutadores secretario. En 1946 se
promulgó una ley que introdujo reformas sustanciales en materia electoral. En 1949 se
creó el Tribunal Supremo de elecciones cuyos miembros son de nombramiento de la
Corte Suprema de Justicia.
El registro de los hechos civiles: Esto es la obligatoriedad que tiene el registro civil de
forma realista de lectores. El departamento civil recibe la información referente a los
nacimientos, defunciones, matrimonios y cualquier otra que modifiquen institución original
(legitimaciones, reconocimientos, divorcios, separaciones judiciales, cambios de
nombres). Para ello cuenta con registradores auxiliares ubicados en los principales
hospitales del país el registro civil constituye el banco más importante y la base
fundamental el registro electoral.
Características y funciones:
Expedir las cédulas de identidad.
Empadronar a todos los electores.
Formar la lista general de electores o Padrón Nacional Electoral.
Confeccionar el Padrón Registro y el Padrón Fotográfico para cada Junta Receptora
de Votos
Dar cumplimiento a las sentencias judiciales en cuanto afecten los derechos políticos
y resolver las gestiones para recobrar.
Preparar el material para toda la elección o plesbicito
Mantener libre de deficiencias del Padrón Nacional Electoral.
Llevar un registro de la presentación de solicitudes de cédula o modificaciones en la
lista de electores.
LAS PAPELETAS: existen unas papeletas diferentes para cada tipo de elección
presidente vicepresidentes, diputados y regidores y síndicos municipales o sea cada
ciudadano recibe tres papeletas y marca con una equis sin embargo puede hacerlo de
otra forma siempre cuando exista la intención de voto esto lo hace en un recinto secreto
que la junta condiciones.
MODO DE ELECCIÓN: las elecciones son cada cuatro años primer domingo de febrero
para el presidente vicepresidente de destacar el 40% del número total de votos válidos en
caso de no darse realiza una segunda elección el primer domingo de abril del mismo año
entre los dos partidos que recibieron más votos.
Cambios importantes:
Un cambio sufrido muy importante fue en 1998 y fue el código municipal que impactó
en la legislación electoral.
La elección directa los alcaldes.
El cambio en la concurrencia electoral para las votaciones municipales.
La elección de síndicos y la conformación de consejos de distritos.
El fallo de la sala constitucional que ponía todo lo la conformación de ocho consejos
municipales de distrito y la elección de intendentes y concejales de este puerto.
Los cambios en las papeletas electorales y los estatutos de un partido.
CONCLUSIÓN
ESCOLA, Jorge Héctor. El Interés Público como fundamento del Derecho Administrativo.
Ediciones Depalma, Buenos Aires, 1989.
SOTO GAMBOA, María de los Ángeles. Nociones Básicas de Derecho. 14. Reimpr. De
la 2da ed. Editorial Universidad Estatal a Distancia, San José, Costa Rica, 2008.
BOQUERA OLIVER, José María. Criterio conceptual del Derecho Administrativo. Revista
de Administración Pública Nº 42, septiembre-diciembre. Año 1963. Instituto de Estudios
Políticos, Madrid, 1963.