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En nuestra empresa, tendremos que tomar muchas decisiones; éstas se necesitan para
funcionar, adaptarnos, protegernos, aprovechar oportunidades y superar situaciones de
crisis. Una decisión es la respuesta adecuada de un ser inteligente ante una situación
que requiere acción. Cada decisión es el resultado de un proceso dinámico que recibe
influencias de muchas fuerzas por lo que la toma de decisiones es el proceso de
pensamiento y deliberación.2 Existen decisiones que haremos varias veces durante un
día ante la respuesta a un problema recurrente o las que surgen esporádicamente;
éstas se pueden tomar de dos maneras:3
• No racional: al tomar decisiones no racionales, estamos basando nuestro
criterio en intuición y la experiencia por lo que pueden integrar opiniones
inadecuadas llevando a la empresa a tener una desventaja competitiva.
Existe un gran margen de error si tomamos decisiones de manera no
racional ya que no estamos pensando en el gran cuadro sino en nuestros
propios intereses; hay mucha gente que resulta afectada o influenciada
por nuestras decisiones por lo que la subjetividad no es la mejor manera
de llevar las cosas.
• Racionalmente: cuando racionalizamos las decisiones, estamos pasando
por un proceso que tiene claramente definido un objetivo que se quiere
alcanzar tomando en cuenta una serie de pasos y actividades
intermediarios previamente establecidos. Aquí, eliminamos el factor de
subjetividad y actuamos objetivamente.
Teniendo claro que las decisiones tomadas de forma racional son las que nos impulsan
al crecimiento, debemos antes definir los dos tipos de decisiones que nos podemos
encontrar:
1. Programadas son las que se presentan de manera repetitiva y rutinarias o que
ya existe un procedimiento definido solucionar ese problema en específico. Ya
1
Jennings, David. Wattam, Stuart. Toma de decisiones: un enfoque integrado. CECSA. 2000.
2
Gómez, Elivis S. Ríos, Rosario G. Sánchez, Caridad G. Toma de decisiones empresariales: un enfoque multicriterio y
multiexperto. Revista: Ingeniería Industrial. Vol.38. p29‐36. 2007.
3
Folino, Juan C. La decisión. Temas Grupo Editorial Buenos Aires. 2002.
que su característica principal es la rutina y su recurrencia, permite que
desarrollemos y apliquemos reglas en el futuro.
2. No programadas implican decisiones nuevas, no estructuradas y efectivas. Se
toma en respuesta a una situación única y está mal definida pero tiene
consecuencias importantes para la realización.
4
Argyris, C. Drucker, P. Etzioni, A. Hammond, J. Hayashi, A. Keeney, R. Raiffa, H. Stryker, P. La toma de decisiones.
Harvard Business School Press. 2002.
problema de raíz y aunque implique un costo más elevado, será una inversión
única.
5. Incluir dentro de la decisión las acciones que hay que llevar a cabo: debemos
convertir la decisión en acción. Al contestar ¿Quién tiene que conocer esta
decisión?, ¿qué acción hay que emprender?, ¿quién la llevará a cabo? o ¿en
qué consiste la acción de forma que la gente encargada de llevarla a cabo la
pueda hacer?, estaremos convirtiendo una decisión en acción.5
6. Establecer el control que comprueba la validez y la eficacia de la decisión en
relación con el estado actual de los hechos: finalmente, esta etapa nos habla de
las medidas de control y retroalimentación para ver si nuestra decisión realmente
nos está funcionando.
Ya que el proceso de toma de decisiones resulta ser una tarea difícil, requiere de
soluciones creativas ante los problemas. Para lograr esto, es muy importante contar
con un clima organizacional que propicie el trabajo en equipo. Resulta ser muy difícil
solucionar problemas empresariales por una persona y generalmente, no son las
mejores alternativas que surgen de una sola persona. Se necesita un grupo de gente
que aporte visiones diferentes y puedan perfeccionar o unir alternativas para no sólo
encontrar la mejor solución, sino también la más creativa y que logre diferenciar a la
empresa. Poder cumplir con un buen trabajo de equipo implica, a su vez, que se
fomente la comunicación abierta dentro de la empresa; si los trabajadores se sienten
limitados al momento de hablar o creen que sus ideas no son apreciadas, el nivel de
integración y de ideas creativas serán reducidas.
El costo de una mala decisión dentro de una empresa resulta ser muy alto; esto
implica, que independientemente del tiempo que haya que dedicarle a la toma de
decisiones, se realice de manera adecuada. No podemos darnos el lujo de cometer
errores por un problema mal analizado y una decisión errónea. Esto, nos puede costar
desde dinero hasta nuestro negocio entero.
Bibliografía