Cartagena, agosto 16 de 2001.

El Zodíaco, los planetas y los Rayos X

Aníbal J. Morillo, M.D.

Por esta época, el cielo nocturno es indicando la dirección Norte - Sur. De

visitado por la constelación zodiacal del
Escorpión, mitológico animal que fue
premiado con un lugar en la esfera
celeste, por haber sido capaz de vencer al
gran cazador Orión (a propósito, Orión
ocupa también un lugar privilegiado de la
noche, sólo que por benevolencia de los
dioses con el héroe, Orión nunca se
encuentra en el mismo cielo nocturno con
su verdugo).
La constelación del Escorpión es un
asterismo que tiene gran similitud con el
animal que representa. Esto hace que su
identificación sea relativamente sencilla.
Basta con mirar hacia el cenit, alrededor
de las 21:00 horas, para encontrar la
forma característica de su cola y su
ponzoña, dirigidas ligeramente al oriente.
La estrella brillante de la punta de la cola
-la ponzoña- se llama Shaula (λ).
El resto del escorpión se proyecta hacia el
occidente, en donde se encuentran sus
tenazas, representadas por tres estrellas
que están casi alineadas, en forma
perpendicular al cuerpo del escorpión,
estas tres, la estrella de la mitad es
Dschubba, a 590 años luz de nosotros,
con una luminosidad igual a 3300 soles.
La estrella más al norte de las tres es
Graffias (β). Muy cerca de ella, se
encuentra Scorpius X-1, descubierta en
1962 como la primera fuente galáctica de
rayos X.
Escorpión está formado por un grupo de
estrellas muy distantes entre sí, que sólo
al ser visualizadas desde nuestro planeta
tienen la forma que lo caracterizan. Por
supuesto, el mito detrás del Escorpión no
es universal. Para los maoríes, la forma
que corresponde a la cola representa el
anzuelo mágico utilizado por el dios
Maui. En una de sus sesiones de pesca, lo
que obtuvo fue un gran pedazo de tierra
que logró sacar parcialmente del océano y
que constituye la tierra de los maoríes: la
isla de Nueva Zelanda. A pesar de ello,
no faltan los charlatanes -ni los
necesitados que les creen- que asocian a
estas agrupaciones artificiales de estrellas
con características de personalidad, o con
augurios de buena o mala fortuna.
El Escorpión tiene forma de S ; en su
tercio medio se puede identificar su más
importante estrella (α), de característico
color rojizo, a sólo 520 años luz de
distancia, conocida como Antares. Su
nombre (Anti-Ares) significa Rival de
Marte, no sólo por su color, sino porque
el recorrido aparente del planeta rojo se
aproxima a dicha estrella. De hecho, en
estas noches caribeñas, Marte es
claramente visible, como un gran cuerpo
luminoso rojizo en la vecindad del
Escorpión, en perfecta línea recta en
dirección hacia el oriente, a unos diez
grados desde Antares. (Estire su brazo
hacia el cielo con el puño apretado. El
espacio ocupado por su puño corresponde
a unos diez grados. Marte y Antares
deben estar a cada lado de su puño, aún si
su mano es muy grande.)
Aunque Marte se observa de mucho
mayor tamaño y luminosidad por su
cercanía con nosotros, Antares tiene un
diámetro que la hace un rival difícil de
vencer: unos 900 millones de kilómetros,
¡casi novecientos mil veces más grande
que el planeta Rojo! (La Tierra es como el
doble de grande que Marte, así que si
Antares se aproximara a nuestro sistema
solar, fácilmente absorbería al sol y a los
primeros cinco planetas.)
A Plutón se le ha incriminado de ser
responsable de malas influencias sobre
algunas personas; aunque no lo vemos a
simple vista, también se encuentra muy
cerca del Escorpión por estos días. Marte,
el dios de la guerra y Antares, su rival:
¿augurio de tiempos violentos? No lo
creo. En vez de preocuparnos por cuerpos
celestes inanimados y sus influencias
sobre nuestras vidas, pensemos más bien
que en estos días estaremos siendo
iluminados por una poderosa fuente de
rayos X. Deleitémonos en su
magnificencia y en la asombrosa
magnitud de las dimensiones del universo
por el que viajamos en nuestro planeta
azul, a la increíble velocidad de 100,000
kilómetros por hora.