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El ciberpunk o la melancólica

muerte del replicante


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S
E

de una novela de Philip K. Dick, fue precur-


El ciberpunk es uno de los sora de una corriente que se desarrollaría
subgéneros de la ciencia durante las dos décadas posteriores: ciuda-
des oscuras, caóticas, sobrecargadas de lumi-
ŹFFL³QP¡VKHUP©WLFRV\ nosos publicitarios bajo una eterna llovizna,
N

complicados y, al mismo tiempo, reflejo del ánimo de sus protagonistas. Anti-


héroes vestidos de cuero, que sobreviven en
es difícil encontrar a alguien el seno de una sociedad hostil dominada por
que no esté familiarizado con las mafias y las grandes corporaciones, don-
su característica estética. de la tecnología está tan presente que el ser
O

humano se encuentra a punto de perder su


identidad.

La generación de mis padres contempló en


directo la llegada del hombre a la Luna. En CON EL CIBERPUNK, EL
ese día histórico niños de todo el planeta so-
PROTAGONISTA YA NO
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ñarían con ser astronautas y, cuando Arms-


trong daba su gran paso hacia la posteridad,
muchos adultos dejaron volar su imagina-
TIENE QUE SER EL VALIENTE
ción hacia el siguiente. CAPITÁN DE UNA NAVE, SINO EL
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Sin embargo, el suceso memorable al que


asistimos sus hijos fue la caída del muro de MARGINADO QUE SE CONECTA
Berlín, el fin de la Guerra Fría y el adiós de- DESDE UNA BUHARDILLA
finitivo a la Carrera Espacial. El mundo dejó
claro que las naves, los transbordadores y las
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estaciones espaciales eran demasiado caros, Además de este planteamiento, las his-
si no tenían como fin atemorizar a un rival. torias ciberpunk se caracterizan por tener
El futuro en las estrellas se esfumó para no- como escenario alternativo el ciberespacio,
sotros, los niños de los ochenta. Y sin em- la red de redes: un entorno libre y salvaje, al
bargo, lo teníamos mucho más cerca que que cualquiera puede huir para evadirse de la
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nuestros padres, en nuestra propia sala de realidad. El protagonista ya no tiene que ser
estar, en aquellas pantallas negras surcadas el valiente capitán de una nave, sino el mar-
de letras blancas o de un verde hiriente que ginado que se conecta desde una buhardilla.
parpadeaban reclamando atención. El hom- Neuromante de William Gibson es la no-
bre y la pantalla; nuestros cuerpos varados vela-emblema del movimiento en la que to-
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frente a una terminal, en un viaje infinito dos sus elementos típicos brillan de esa for-
a través de las “superautopistas de la infor- ma metálica y sucia propia del ciberpunk. Si
mación”. Ése era el futuro que auguraba para uno toma la edición española, ha de demos-
nosotros el ciberpunk. trar también la pericia de un hacker cogniti-
En una película de 1982 un replicante de vo y abrirse camino a través de la tortuosa
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ojos pintados, se lamenta de su suerte bajo sucesión de términos que, gracias a una defi-
la lluvia nocturna y las luces de neón. Puro ciente traducción, la convierten casi en obra
ciberpunk. Blade Runner, la adaptación libre surrealista.
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R E F L E X I O N E S

FOTOGRAMA DE LA PELÍCULA BLADE RUNNER DIRIGIDA POR RIDLEY SCOTT, EE. UU., 1982.

Mucho más divertida y amena de leer o marginal para convertirse en un medio de


es Snow Crash de Neal Steaphenson. Escri- comunicación tan corriente y vulgar como
ta en 1992 por otro de los padres del ciber- la televisión. La reciente explosión de las re-
punk, popularizó el término “avatar” en su des sociales donde la gente usa su nombre
moderna acepción e imaginó el entorno vir- real y sube las fotos de sus vacaciones en la
tual llamado “metaverso”, que se haría rea- playa es la antítesis del espíritu ciberpunk.
lidad una década después con el nombre de Me pregunto —con insana malicia, lo reco-
Second Life. nozco—, qué reacción hubiera tenido el jo-
Pero si el ciberpunk tuvo un hogar, ése ven William Gibson, el joven Bruce Sterling,
fue Japón. No sólo en la plaza de Shibuya de haber vislumbrado el éxito multitudina-
en Tokio, auténtico escenario nocturno de rio de aplicaciones tan “ciber” y tan “punk”
Blade Runner, sino en gran parte de su pro- como Farmville.
ducción de anime en los noventa. De entre Es cierto que el ciberpunk se procuró una
todos los títulos, Ghost in the shell destaca vida muy corta al proyectarse en un futuro
como obra maestra del género. Con una es- cercano que ya está aquí para desmentirlo.
tética impecable y una banda sonora estre- Su atormentada y romántica visión murió
mecedora, plantea interesantísimas reflexio- con el viejo siglo XX, pero a pesar de ello, to-
nes tecnológicas y filosóficas que siguen hoy davía algunos nostálgicos incurables, cuan-
vigentes. do nos tropezamos con esa maraña infernal
¿Pero entonces en qué se equivocó el ci- de cables que se ha formado tras el televisor,
berpunk? ¿Qué podemos los adolescentes no dejamos de encontrarle cierto encanto
de los noventa echarle en cara? Predijo con irresistible.
acierto la importancia creciente de lo que
hoy llamamos Internet, pero fue excesiva-
mente romántico al imaginarnos ahogados Carmen Pacheco (www.carmenpacheco.es) es licencia-
da en Publicidad y RR. PP. y actualmente compagina su
en implantes y cables en un futuro hipertec-
trabajo como redactora en una agencia de publicidad 71
nificado. La tecnología ha seguido un cami- con la escritura. Ha publicado las novelas Misterioso
no mucho más prosaico y en poco tiempo In- asesinato en Oz (Everest, 2008) y Tres veces la mujer de
ternet ha dejado de verse como algo extraño gris (SM, 2009), para el público juvenil e infantil.

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