CONDICIONES HISTORICAS Y SOCIALES DE LAS CIENCIAS
LA EPISTEMOLOGIA POST-POSITIVISTA DE
THOMAS S. KUHN (*)
LA EPISTEMOLOGÍA HISTÓRICO SOCIOLÓGICA DE
THOMAS S. KUHN ( 1996).
Se trata de la alternativa epistemológica, opuesta
conjuntamente al legado positivista y al criticismo popperiano,
que mayor resonancia ha conseguido en las dos últimas
décadas, a partir de la publicación en 1962 de su La estructura
de las revoluciones científicas . El Coloquio Internacional de
Filosofía de la Ciencia celebrado en Londres en 1965 le dedicó
casi por entero una de sus cuatro secciones, en la que recibió
la crítica de los popperianos. Pero la discusión fue fecunda; a
partir de entonces se observa una convergencia creciente
entre los interlocutores: Lakatos se ocupa de reelaborar el
programa de Kuhn; Feyerabend radicaliza su anarquismo
epistemológico; Kuhn modera notablemente sus tesis en sus
escritos a partir de 1969; y Popper pierde cada vez más
adeptos.
Dada la amplia difusión del pensamiento kuhniano nos
limitaremos a presentar un guión de sus principales
aportaciones, clarificando su evolución. Para ello
distinguiremos tres momentos en el desarrollo de su obra: 1º)
la presentación radical de su teoría de las revoluciones
científicas y del enfoque consensual; 2º) la revisión y
moderación de sus tesis a partir de 1969; y 3º) el nuevo apoyo
que recibe su epistemología por parte del formalismo de Sneed
y de Stegmüller.
1. Los paradigmas y la comunidad científica.
El problema fundamental que aborda Kuhn en su obra de 1962
es el de las condiciones teóricas y sociológicas en las que se
realizan los cambios de teorías científicas a la luz de la
investigación histórica (frente a la filosofía de la ciencia del
legado positivista y del falsacionismo popperiano). Su
conclusión es que el cambio científico se produce como
consecuencia de un proceso revolucionario que se despliega
en las siguientes fases: paradigma o "ciencia normal" -crisis en
el paradigma revolución científica o cambio de paradigma-
nuevo paradigma o progreso científico. En el proceso
intervienen factores teóricos y, sobre todo, sociales e
ideológicos.
a)el paradigma o ciencia normal: la ciencia madura se
caracteriza por estar dominada por un solo paradigma (noción
ambigua que incluye los supuestos teóricos generales, las
leyes que se consideran establecidas, las soluciones
"ejemplares" dada a los problemas, los métodos de
investigación y de docencia, y el mismo instrumental científico).
Los fracasos en la resolución de un problema no se achacan al
paradigma, sino al investigador, dado que los científicos han
introyectado el paradigma juntamente con la reglas y
directrices metodológicas.
*
Extractado de José Rubio Carracedo, Positivismo, hermenéutica y teoría crítica en las ciencias
sociales, Barcelona, Humanitas, 1984.
b)crisis en el paradigma: la mera presencia de problemas sin
resolver no basta para desatar la crisis; su solución se remite
siempre al futuro. Sólo cuando se descubre una anomalía que
afecta a los supuestos mismos del paradigma, y sobre todo si
viene asociada a alguna necesidad social apremiante, puede
desencadenarse la crisis que se comienza a manifestar como
"inseguridad profesional", lo que provoca discusiones
metodológicas y epistemológicas que debilitan la confianza en
el paradigma. Sin embargo, es preciso que aparezca un
paradigma nuevo, incompatible con el anterior, que resuelva
los problemas planteados, para conducir la crisis a la
revolución.
c)revolución científica o cambio de paradigma: tras un periodo
de fuertes discusiones y críticas mutuas se produce una
escisión en el paradigma por parte de una minoría muy activa
en la promoción del nuevo paradigma. Los nuevos adeptos no
se consiguen tanto por argumentos lógicos (dado que la lógica
cambia con el paradigma) como por una especie de
"conversión religiosa", en la que intervienen múltiples factores.
La revolución científica es semejante a la revolución política:
hay que optar entre modos de vida incompatibles entre sí.
Sólo la investigación psicosociológica puede aclarar el proceso
de cambio, pues los paradigmas son también
"inconmensurables". El triunfo del nuevo paradigma depende,
pues, de la adhesión mayoritaria de la comunidad científica; la
minoría que permanece fiel al anterior termina pronto por
desaparecer.
d)el nuevo paradigma o el progreso científico: el progreso
científico equivale a la adopción del nuevo paradigma, lo que
conlleva el establecimiento de la nueva "ciencia normal". Se
trata, pues, de un progreso discontinuo, no acumulativo. Pues
no puede asegurarse que se trate de un progreso objetivo,
pues los paradigmas son "incomparables". El único criterio
decisivo es la superioridad para resolver los problemas
planteados pero no puede afirmarse que la ciencia progrese
hacia la verdad en sentido popperiano.
La importancia de la aportación de Kuhn no radica tanto en su
valor de investigación histórica como en que la proponga como
alternativa teórica, esto es, como una teoría de la ciencia
enfrentada a las teorías neopositivistas y falsacionistas, con el
rechazo expreso de las generalizaciones inductivistas (que no
permitirían salir de la "ciencia normal") y de los procedimientos
falsacionistas (pues los paradigmas son "incomparables"). Los
factores psicosociológicos cumplen un papel esencial en la
génesis y desarrollo de las teorías científicas.
2. Relativización de las revoluciones científicas.-
Las críticas recibidas movieron a Kuhn a revisar sus tesis y
moderarlas significativamente en tres trabajos escritos en
1969-1970: "Reflexiones sobre mis críticos"; "Postscriptum", y
"Segundos pensamientos sobre paradigmas", escritos que se
solapan entre sí, por lo que conviene atenerse al segundo, que
es el que parece preferir Kuhn.
El mismo Kuhn plantea su reconsideración como una
necesidad de introducir algunas modificaciones, disipar
malentendidos persistentes, rechazar algunas críticas y seguir
el desarrollo de su propio pensamiento, manteniéndose fiel a
su punto de vista. La tarea más urgente es la de precisar el
concepto de paradigma, justamente denunciado como
ambiguo. Igualmente importante estima aclarar el
"subjetivismo" y hasta "irracionalismo" achacado a su
concepción consensual de la ciencia y a sus afirmaciones
sobre la incompatibilidad e inconmensurabilidad de los
paradigmas, conexa con estos dos temas está la cuestión del
relativismo y la supuesta confusión que comete entre
descriptividad y normatividad.
a) paradigmas y estructura comunitaria de la ciencia: un
paradigma se constituye por las creencias compartidas de la
comunidad científica y la comunidad científica se constituye al
compartir un paradigma. Es razonamiento circular, pero no
vicioso. Kuhn describe extensamente la génesis y estructura
de las comunidades científicas: sus funciones teóricas y
profesionales son inteligibles sólo en el paradigma compartido;
de ahí la acritud de las disputas en las fases de cambio. No se
trata, sin embargo, de una identificación biunívoca entre
paradigma y comunidad científica, sino de subrayar que tanto
las revoluciones como la ciencia normal son "actividades
basadas-en-comunidad'. Las grandes revoluciones científicas
operadas por Copémico, Newton, Darwin o Einstein han sido
posibles no sólo por los descubrimientos teóricos sino también
por la reestructuración de los acuerdos de grupo. Kuhn matiza,
no obstante, que había exagerado el papel de la crisis -que no
siempre es preciso que exista- y la significación revolucionaria,
ya que el cambio final de paradigma va precedido por un
proceso evolutivo.
Respecto del concepto de paradigma Kuhn comienza por
abandonar esta denominación y sustituirla por la de "matriz
disciplinar", que integra los siguientes componentes:
generalizaciones simbólicas o postulados, los "modelos"
aceptados (tanto heurísticos (1) como ontológicos), los
"valores" compartidos y, por último, los "ejemplares" o
problemas-soluciones concretos que se aprenden en la
enseñanza universitaria. Este cuarto componente es el más
notorio (de hecho suele ser tomado como sinónimo de
paradigma), ya que el conocimiento científico se localiza, no en
teorías y reglas (popperianos), sino en la destreza para
resolver los problemas propuestos, al modo como se resuelve
un "puzzle". De hecho así se realiza la educación científica: el
investigador es preparado para resolver rompecabezas "sobre
soluciones previas de rompecabezas". Esto no es subjetivismo
ni irracionalismo: el error consiste en reconstruir el
conocimiento científico en términos de reglas, que se abstraen
de los ejemplares y luego se pretende que funcionen en su
lugar.
1 teóricas deben enfocarse como problemas de traducción, que
Heurístico alude a la capacidad de invención,
conjeturación o descubrimiento.
b) Inconmensurabilidad como traducción: Kuhn había
sostenido en los capítulos X y XII de su obra que las disputas
teóricas interparadigmáticas son imposibles o inútiles, pues
cada interlocutor interpretará de modo diferente las
observaciones y experimentos; en el mejor de los casos no se
puede probar que una teoría es superior a la otra. En realidad,
las discusiones buscan más bien persuadir al otro. Ahora Kuhn
modera el alcance de la inconmensurabilidad: la elección de la
mejor teoría no puede realizarse como si se tratara de una
prueba lógica o matemática, que permitiera detectar el error
cometido en un punto concreto. La discusión
interparadigmática se asienta sobre una comunicación
deficiente y ambigua, en la que incluso las "buenas razones"
(alusión a Toulmin) funcionan como valoraciones. El problema
ha de resolverse, pues, en términos de "traducción" de
diferentes lenguajes; los interlocutores han de actuar como
traductores de la teoría opuesta. Pero la "traducción" es una
herramienta de doble filo: es transformadora y persuasiva, de
modo que facilita la "conversión".
c) Relativismo y naturaleza de la ciencia: por último
Kuhn rechaza la calificación de relativismo que le habían
hecho Popper y Shapere: el problema de la traducción es la
columna vertebral del desarrollo científico. No puede afirmarse
que una teoría es superior a otra más por referencia a ventajas
concretas. Por lo demás Kuhn es consciente de que el fondo
de la cuestión radica en el diferente concepto que mantiene
(frente a positivistas y popperianos) sobre la naturaleza de la
ciencia: sólo una epistemología histórica puede dar cuenta del
desarrollo efectivo de la ciencia. De ningún modo confunde
descriptividad con normatividad.
3. Versión formalista de la epistemología de Kuhn.
La epistemología histórica de Kuhn ha recibido un apoyo
importante e inesperado por parte del estructuralismo de
Sneed y Stegmüller. El mismo Kuhn ha aceptado complacido
tal intento de axiomatizar su pensamiento. Stegmüller insiste
frente a Feyerabend en que el enfoque estructuralista debe
entenderse "como el esfuerzo por extender a la ciencia el
programa de Bourbaki más que como un intento de reconstruir
las ideas de T. S. Kuhn. El hecho de que con este enfoque
pueda darse cuenta de algunos aspectos de la filosofia de la
ciencia de Kuhn o, al menos, hacerlos más plausibles, debe
considerarse solamente como un efecto colateral'. Es
igualmente extensible al programa de Lakatos.
En efecto, el concepto de "ciencia normal" (como el de
"programa de investigación") puede expresarse diciendo que
una comunidad científica "mantiene una teoría". Si se añade el
concepto de "redes teóricas pragmáticamente enriquecidas"
(que, a su vez, depende del concepto de "elemento teórico") se
hace posible estudiar "distintas clases de desarrollos de
teorías, llamadas evoluciones teóricas".
La versión formal corrige en aspectos puntuales el concepto
kuhniano de "progreso científico", pero confirma su
planteamiento de que es preciso apelar a los juicios de valor y
a las decisiones individuales y colectivas para explicar los
cambios de paradigmas a partir de su "concepción no-
enunciativa", al igual que su tesis de que las discusiones
es formalizado como "relaciones interteóricas adecuadas de
reducción".

Ello presta nueva luz al problema de la inconmensurabilidad

teórica y empírica: carece de sentido el enfoque de la
unidireccionalidad del progreso (lo que desautoriza de paso la
teoría de la convergencia hacia la verdad) y se hace preciso
admitir un progreso ramificado en dos tipos principales de
cambio teórico (por bifurcación en dos direcciones, una de las
cuales se agota pronto, mientras la otra continúa), lo que
confirma la incompatibilidad parcial entre ambos ( 2).

Esta perspectiva es importante, aunque tal vez no plenamente

convincente, porque el mayor problema de Kuhn era
precisamente la justificación de los problemas epistemológicos
y lógicos que conlleva su concepción del cambio científico. El
capítulo octavo es un intento concreto de reinterpretación de
Kuhn en términos formales no-enunciativos que se propone
eliminar las objeciones presentadas a Kuhn como
"infundadas", ya que utilizan procedimientos de falsación. Sin
embargo corrige la noción kuhniana de "progreso científico" por
basarse únicamente en la historia y la psicología de la ciencia,
disciplinas que ciertamente no pueden "explicarla".

2
Más adelante Stegmüller define dos tipos de
"cambios teóricos": "Ocurre una 'gran
revolución científica' cuando se cambia el
núcleo básico del vértice a la red. Tienen
lugar 'minirrevoluciones' de distintos grados,
tomadas en consideración por Kuhn en su postdata
de 1969, si permanece invariable el núcleo
básico, pero en un nivel relativamente alto se
reemplaza un núcleo de elemento teórico por
otro" (CET, 69).