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Narrar

M.D. Abascal y otros 1

Narrar es una actividad que resulta familiar a los hablantes desde muy
temprana edad. Por eso parece adecuado iniciar la reflexión sobre la lengua con la
observación y producción de textos narrativos. De acuerdo con esto, proponemos
comenzar nuestro trabajo de producción oral con la realización de este tipo de textos.
La experiencia nos muestra que es oportuno contemplar actividades de
elaboración de textos narrativos que supongan grados diferentes de dificultad, y que
es necesario aclarar previamente qué tipo de texto narrativo estamos solicitando del
alumno.
Respecto a lo primero, la dificultad puede ir desde los escasos problemas que
debemos resolver para contar una historia ya elaborada por otros (un cuento
tradicional, por ejemplo), hasta la complejidad del proceso de creación personal de
un relato. La necesidad de recorrer o no todo el camino vendrá determinada por la
capacidad de los alumnos y el nivel escolar en que estemos trabajando.
En cuanto a la segunda cuestión, hemos observado que a menudo se instala
en las clases, cuando se habla de producir textos narrativos, una cierta ambigüedad
respecto a si entendemos por narración lo que en literatura se adscribiría al género
del relato (con sus situaciones iniciales y finales, conflictos, fuerzas temáticas, etc.), o
si con este término nos referimos también a la narración de una anécdota, un viaje, o
al texto que se produce cuando alguien cuenta lo que hizo el último fin de semana. 2
Parece que la producción de relatos literarios o pseudo literarios (orales o
escritos) es interesante en cuanto que lleva al alumno a comprender y disfrutar el
fenómeno de la literatura, y a hacer de él un lector (u oyente) más avezado; pero las
narraciones orales elaboradas que un hablante culto suele producir para cubrir sus
necesidades comunicativas tienen que ver más con los otros textos que
señalábamos. Por eso proponemos actividades que vayan encaminadas en las dos
direcciones: las relaciones con el relato como género literario conviene realizarlas
paralelamente al análisis de textos literarios y a las actividades de taller de escritura,
las otras pueden vincularse a cuestiones de reflexión lingüística, como la selección
de información, organización del texto, conectores temporales, etc., además de tener
validez en sí mismas para el desarrollo de la competencia oral.

1
En Abascal, M. D. Hablar y Escuchar, España, Octaedro.
2
Aunque no es éste el lugar de tratar cuestiones relativas a la tipología textual, no podemos dejar de
mostrar los problemas de clasificaciones, y, en estos casos, hay una cierta indefinición que suele
confundir a los alumnos.
Sugerencias para producir relatos orales

• Contar historias hechas, relatos que el emisor conozca muy bien y pueda
transmitir sin problemas (cuentos tradicionales, por ejemplo). Esta actividad
obliga a fijarse sobre todo en la realización fónica y la expresividad, sin
plantear todavía la construcción de textos, puesto que hay que realizar pocas
elecciones.
• Resumir oralmente el argumento de una película. Alumnos y profesor deben
conocer la fuente (por ejemplo, la programación televisiva). Preferimos una
película frente a una novela porque de esta forma se realiza todo el proceso
en el dominio oral (la comprensión y la expresión). Los alumnos se enfrentan
aquí a problemas de selección de información y a la organización del texto,
pero no tienen que inventar nada.
• Los alumnos que no hayan visto la película pueden realizar un ejercicio de
ampliación, también oral, a partir del resumen de sus compañeros. La
orientación que tome la ampliación puede dar cuenta de los puntos oscuros
del resumen.
• Construir relatos a partir de algún elemento dado: terna, conflicto y personajes,
estructura, un final y un principio, etc. La realización oral de estos ejercicios
puede servir también para reflexionar sobre las peculiaridades del género.
• Pasar de la realidad a la historia, partiendo de un acontecimiento conocido por
todos, esta actividad puede iniciarse con la revisión y comentario en clase de
acontecimientos o conflictos de actualidad que hayan tenido resonancia
pública, local o más amplia. Se puede encargar a tres o cuatro alumnos que
preparen un relato oral en el que se narren estos hechos. Al día siguiente,
interviene uno mientras los otros esperan fuera de la ciase. Luego entra otro y
así sucesivamente (se trata de que ninguna narración esté influida por las
precedentes). Después se observarán las diferencias entre los distintos relatos
(datos de la realidad que se han seleccionado, organización, narrador elegido,
etc.). Puede interesar para recopilar actividades parciales en torno al relato.
• Elaborar un relato colectivo. El profesor inicia el texto con un párrafo
introductorio sugerente y abierto. Los alumnos hacen progresar la historia
incorporando nuevos párrafos. El profesor intervendrá cuando lo considere
necesario para salvar posibles bloqueos o el distanciamiento del género, Es
una actividad compleja que puede tener resultados muy desiguales; es
importante crear un ambiente adecuado e insistir, antes de iniciarla, en la
necesidad de estar atentos a la alternancia de secuencias narrativas y
descriptivas, desarrollo del conflicto, etc. La grabación de este proceso
permitirá al profesor retomar en cualquier momento la parte de la historia ya
confeccionada y, posteriormente, analizar el resultado final y tos problemas
que han ido surgiendo.
• Inventar y contar, individualmente, un relato oral que se ajuste a las
características del género.

Sugerencias para producir otros textos narrativos

• Narrar un acontecimiento histórico. (El alumno puede documentarse


previamente, por lo que esta actividad no le enfrenta a problemas importantes
de construcción de textos y le proporciona modelos).
• Contar un viaje que el emisor haya realizado.
• Contar lo que se ha hecho en el último fin de semana.

En la propuesta del viaje se tiende a narrar acontecimientos siguiendo un eje


temporal, de lo más lejano a lo más cercano. En la del fin de semana, cabe seguir
esa estructura o agrupar acontecimientos como las salidas que se han realizado, el
tiempo dedicado al estudio, etc. Esta actividad podría dar pie a establecer diferencias
entre textos narrativos y expositivos, ya sea porque los textos construidos por los
alumnos se deslicen hacia la exposición, o porque el profesor plantee realizar
paralelamente una exposición sobre lo que se hace los fines de semana.

• Construir narraciones orales a partir de relatos periodísticos escritos.


(Observar las modificaciones producidas por el cambio en el soporte de la
información).
• Narrar la biografía de un personaje público o del entorno del alumno.
Proponemos que la actividad se prepare en el aula para que no recurran a
biografías escritas. El interés reside en que ellos mismos seleccionen datos y
los ordenen en un eje temporal.
• Dado que este tipo de textos tiende a construirse con esquemas sintácticos
muy repetitivos (nació en..., vivió en..., hizo..., etc.), después de escuchar
varias intervenciones se podrá realizar algún ejercicio tendente a descubrir
recursos que eviten esta monotonía. También se podrán comentar tos
diferentes procedimientos utilizados para referirse al protagonista.

Describir

Las descripciones no se producen al margen de otros textos, sino como


secuencias integradas en textos narrativos, formando parte de exposiciones, dentro
de un poema, etc. No consideramos por tanto las descripciones como un acto
comunicativo aislado. Esto ocurre porque los emisores no tienen como finalidad
principal describir (sólo en un texto literario tiene esto sentido), y sólo lo hacen al
servicio de lo que quieren narrar o exponer. Por eso las descripciones que se
producen en situaciones cotidianas suelen ser breves. Y por eso también, estas
secuencias se construyen estrechamente ligadas a las necesidades del texto en que
se insertan.
La descripción es objeto de reflexión frecuente en nuestras clases: es normal
que desde etapas tempranas se incite a los alumnos a captar los matices de la
realidad, y a dar cuenta del mundo que percibimos por los sentidos en redacciones
ricas en adjetivos, comparaciones y otras técnicas.
Estas actividades suelen ser muy valiosas porque, entre otras cosas, sirven en
muchas ocasiones para hacer reflexiones gramaticales ligadas al proceso de
observación y producción de textos, desarrollan la capacidad de observación de
textos, enfrentan a los alumnos con la transformación de sensaciones en palabras y
les acercan a la literatura.
Pero, antes de plantear la realización de textos orales descriptivos, es
importante reflexionar sobre un problema que se plantea a menudo en las
realizaciones escritas: cuando se pide una descripción sin concretar el acto
comunicativo del que es parte, los alumnos tienen dificultades para realizar el
ejercicio, y con frecuencia el resultado es pobre, salvo que se resuelva el texto
literariamente.
Como no es nuestro objetivo crear una especie de literatura oral, sino que
intentamos un adiestramiento para dar respuesta a diferentes necesidades
comunicativas, es evidente la necesidad de dar instrucciones muy claras antes de
pedir una descripción oral, instrucciones que incluirán siempre la concreción de la
situación comunicativa en la que aparece la descripción.
Pero con esta concreción no se acaban los problemas. Cuando el profesor
solicita al alumno que describa algo, hay muchos aspectos de la situación
comunicativa que son siempre invariables: el emisor es un alumno, los receptores
son el profesor y otros alumnos, la comunicación se produce en el aula, etc. Este
hecho limita considerablemente los ejercicios que pueden llevarse a cabo sin entrar
en la simulación (la simulación supone que nos olvidemos de la situación real para
proponer cosas como que el alumno es la Directora del Instituto que está hablando
por teléfono con una empresa de limpieza, y hace una descripción del centro para
que le digan cuánto tardarán en limpiarlo).
Simular exige dotes teatrales que no todos los alumnos tienen (ni tienen por
qué tener) y, por otra parte, el falseamiento de la realidad no nos facilita el trabajo de
lengua oral. Por estos motivos, sólo proponemos realizar descripciones orales
adaptadas al contexto de la clase. (La escritura no plantea tantas restricciones a la
simulación, porque hay más distanciamiento en todo el proceso, por lo que esas
otras situaciones se abordan bien como ejercicios escritos.)
Algunas sugerencias

• Describir un pueblo o una ciudad bien conocidos por el alumno, con la


intención de convencer a sus compañeros de que es el mejor sitio para pasar
las vacaciones.
• Describir el paraje que el alumno considere más idóneo para ir de acampada.
• Describir a un compañero de clase para que el resto de los compañeros
averigüe de quién se trata.
• Describir a un personaje conocido por todos a quien el alumno admire y otro
con el que no simpatice.
• Tras la visita de una exposición de pintura o un museo, describir la obra que
más haya impresionado o decepcionado.
• Todas estas descripciones pueden emplearse en clase, en mayor medida que
otro tipo de textos, para observar la necesidad de una adecuada selección de
información en función de unos objetivos comunicativos concretos.
• Otro aspecto que cabe comentar después de las intervenciones orales es si el
alumno ha tenido en cuenta al elaborar su texto que la descripción requiere
una organización específica de los contenidos y unos procedimientos
lingüísticos característicos.

Exponer

Así como narrar es una actividad familiar a los hablantes, independientemente


de la edad, sexo o nivel cultural de éstos, una mayor capacidad para comprender y
producir textos expositivos (orales o escritos) sin duda se corresponde con un mayor
desarrollo intelectual del individuo.
Por eso no podemos pretender que los alumnos produzcan "buenos textos
expositivos" en edades tempranas, Y por eso, además, no parece lógico seguir
dejando que cada alumno realice ese aprendizaje a partir de su propia intuición, al
tiempo que les evaluamos y calificamos en gran medida por su capacidad para
producir textos expositivos adecuados. (En general, el éxito en exámenes de
secundaria tiene mucho que ver con la capacidad para construir textos coherentes de
respuesta. Y con frecuencia los alumnos recurren a la memorización de textos ajenos
porque no se les enseña a construir sus propias explicaciones y a desentrañar las de
los demás.)
Algunos profesores de diferentes áreas exigen a sus alumnos hacer
exposiciones orales sobre textos relacionados con su asignatura. Pero, como
comentábamos en otro apartado, a pesar de la indudable validez del ejercicio,
muchos estudiantes fracasan en él, por lo que los profesores dudan sobre su utilidad
y en algunas ocasiones llegan a suprimirlo.
Este fracaso se debe normalmente a la falta de control sobre la actividad. En
muchos casos no se cuenta con las dificultades que el alumno tendrá que superar, y
por eso no se dan instrucciones ni ayudas suficientes. Otras veces el profesor, no
asesora convenientemente a los alumnos porque no tiene tiempo de revisar con cada
uno de ellos todas las fases del proceso (la búsqueda de la información, la
elaboración del guión, etc.).
Vencer estos obstáculos pasa por integrar efectivamente en nuestras
programaciones los aprendizajes diversos que el alumno debe llevar a cabo para
desarrollar su competencia de emisor y receptor de explicaciones. Y entre estos
aprendizajes se encuentra un buen número de destrezas y de técnicas de trabajo.
Por eso, las tareas de producción de textos orales expositivos se desarrollarán
a partir de la observación simultánea de textos orales y escritos, y al mismo tiempo
que se aprende, en la práctica, la forma de buscar información en una biblioteca o
(directamente en el entorno real, y las técnicas de recogida y registro de
informaciones (fichas, esquemas, guiones...).
Organizamos a continuación las actividades de este apartado teniendo en
cuenta los diferentes grados de complejidad que pueden darse en la preparación de
estos textos, e intentando mostrar en todo momento la manera en que las
actividades de lengua oral pueden integrarse con otros bloques de contenido de esta
asignatura en la producción de textos expositivos.

Algunas sugerencias

• Realizar una exposición oral a partir de un único texto escrito como fuente de
información.
El primer problema que habrá que resolver es la elección del tema. El profesor
dará la instrucción de que no se elija en función de los intereses del alumno
solamente, o de los que podemos suponerle al auditorio, sino considerando de una
manera especial la documentación de que se dispone. Interesa dejar claro desde el
primer momento que sólo se puede explicar algo a los demás si se tienen datos.
Si, tal como proponemos, se ha elegido el tema junto al documento del que
extraeremos la información (un artículo de revista especializada, un libro de
divulgación, etc.), la siguiente fase será la lectura comprensiva del texto y a partir de
ella la elaboración de un guión para la intervención.
En el periodo de tiempo en que los alumnos van haciendo este tipo de
exposiciones conviene trabajar con toda la clase la técnica del esquema.
Seguramente en las primeras intervenciones la servidumbre de los ponentes
al texto escrito permitirá comentar el grado de objetividad y la autoridad del autor del
documento que ha servido de base.
• Realizar una exposición oral a partir de varios textos como fuente de
información.
En este segundo paso ya se puede elegir el tema sin dar restricciones y
plantear la preparación de estos textos al tiempo que se aprende el funcionamiento
de una biblioteca (cómo usar los ficheros, procedimientos para elegir entre toda la
documentación posible la que es adecuada y suficiente para un trabajo concreto), y
las técnicas de manipulación y registro de la información (fichas, resúmenes,
esquemas...).
Un momento especialmente delicado en la preparación de estas exposiciones
se da cuando se tiene que redactar el guión, para lo cual el alumno tiene que
seleccionar y ordenar los datos que ha recogido. Para ello deberá aprender a
delimitar el tema con precisión y a rechazar lo que no se ajuste a éste (es frecuente
que por querer decir todo lo que uno tiene, no se diga nada bien).
En los comentarios posteriores a estas intervenciones se puede llamar la
atención sobre la estructura de la exposiciones (al tiempo que se hace la misma
observación en textos escritos) explicitando algunas peculiaridades frecuentes en
este tiempo de discurso (configuración de sistemas y procesos, funcionalidad de la
conclusión...).
• Una variante del ejercicio anterior consiste en preparar la exposición a partir de
informaciones no extraídas sólo de libros, sino directa o indirectamente de la
realidad.
Se puede proponer como tema el análisis de algún aspecto, más o menos
complejo, del medio en que se desenvuelven los alumnos (problemas de tráfico,
escasez de instalaciones hospitalarias...). Este tipo de cuestiones permite elaborar la
intervención utilizando tanto la información escrita (por ejemplo, folletos informativos
del Ayuntamiento o de una Consejería), como otras fuentes (entrevista con algún
especialista, pequeñas encuestas de opinión, etc.).
Habría que delimitar bien el tema de la exposición y los procedimientos de
aproximación a la realidad que se pretende estudiar para que las actividades
preparatorias no distraigan del propósito inicial. (Por ejemplo: si se pregunta a
alguien si las camas del Hospital Comarcal son insuficientes, no interesará el dato de
si la comida es buena o mala en ese centro, aunque nuestro informante lo exponga).
Naturalmente, si proponemos algo así, deberíamos brindar en nuestra clase,
al menos un asesoramiento elemental sobre algunas técnicas de trabajo.

• Realizar una exposición oral en la que, además de explicar una realidad, se


defienda un punto de vista.
Para esta actividad vale la pena elegir temas que atraigan al auditorio, y aquí
pueden dar más juego los que suscitan posturas encontradas. Conviene que haya un
motivo para que el alumno que interviene busque razones convincentes que avalen
una tesis, y el mejor motivo es la situación real de que algunos oyentes mantienen
otra opinión.
Al desplazarnos claramente hacia el discurso apreciativo y apelativo, entramos
en el terreno de la argumentación, por lo que será necesario realizar previamente
observaciones en textos argumentativos orales y escritos, y reflexionar sobre las
exigencias de este tipo de discurso.
Dada la especial importancia de las fases preparatorias de estos textos, no
hemos aludido en ninguna actividad a aspectos específicos de la exposición. No
obstante, en la intervención aparecerán problemas como la forma en que debe
manejarse el guión y los posibles materiales gráficos o audiovisuales de apoyo, o la
necesidad de poner en práctica estrategias que aseguren la comprensión de algunos
aspectos. Obviamente, estas cuestiones deben ser también objeto de atención y
deben ocupar un espacio importante en la evaluación que el grupo realiza después
de cada exposición.

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