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Maracay, Sábado 5

de febrero de 2011

Crónicas del Olvido

Agua por todas partes


-ALBERTO HERNÁNDEZ-

Interesa aquí señalar la doble


tragedia que implica la existencia
misma de las preguntas; por un
lado, la de los escritores cubanos
que mueren lejos de su tierra sin
haber siquiera publicado en ella;
por otro, la de los lectores y
críticos de la isla a quienes les son
escamoteados sus autores.

Jesús Díaz

1.-

E
stas son páginas de muchos
exilios. Hojas de muchas
huidas hacia adentro y
hacia afuera. Es un libro de
muchas islas y de muchos ma-
res. De sueños y pesadillas. Es un
libro de cuentos, que es también
una novela, que Julio Miranda
tituló Agua por todas partes (Lite-
ratura Mondadori, Caracas,
2006). Es un libro de textos des-
gajados, sueltos, húmedos de sal
marina, de balsas al garete, a la
deriva, llenas de gritos, de bús-
quedas de costas imposibles, de
playas clausuradas.
Me agarro del salvavidas del
texto que le da nombre al libro,
como una insistencia prove-
niente de otras lecturas en las
que siempre aparece el título
que le da nombre al libro, por-
que creo que por ahí comienza
la angustia, el ahogo, la asfixia
de quien intenta huir de un país
que es una isla. En efecto, ese
cuento es una huida, pero más
allá de esa terrible decisión, con de tierra rodeada de "agua por dad del mismo chisporroteante 3.- tumbre. De allí se desprende una
tiburones, matones y sicarios de todas partes". y poético estilo. "Agua por todas par- Pero además de un libro de discusión que arriba a esta otra
la política detrás del miedo, está tes" es también un verso del poe- cuentos, este libro es una nove- afirmación: "-No lo había pensa-
el concepto de los que escapan. 2.- ma La isla en peso de Virgilio Pi- la, una "paranovela", porque va do, la verdad, pero quizás es la
No son metáforas, pero sí reve- ¿Quién es este escritor que se ñera". Esta síntesis recoge tam- más allá de ella, de la novela, la verdadera ironía de esta histo-
laciones verbales, susurros, atreve a escribir sobre estas co- bién los aires de búsqueda de quie- reinventa, la recrea, la hace y ria…" ¿Cuál resultó ser esa iro-
versos sueltos, animadas can- sas? Otra "vaca". Una vaca que nes son prisioneros. Entonces, la deshace. Son capítulos autó- nía? De si uno de ellos era revo-
ciones que quieren alcanzar la logró salir hace muchísimos años una balsa es un símbolo, una nomos que no dejan de tener re- lucionario en Cuba o se hizo una
libertad. Es un cuento de una y se instaló en Mérida, Venezue- suerte de agarradero, de salida lación con la idea central: El exi- vez fuera de ella.
balsa llena de bestias letradas. la, donde vivió y murió, a escri- angustiosa, eterna sobre las olas, lio, la nostalgia, el dolor, la crí-
Así lo relata Miranda: "Balsa lle- bir libros, a hablar de su patria, sobre un mar que sigue rodean- tica a una realidad de medio si- 4.-
na de vacas. Son vacas, no me- de sus sabores y sinsabores, de su do por todas partes un pedazo de glo que sigue montada sobre la Agua por todas partes se lee con
táforas: La prueba es que mu- lengua y sus silencios. De sus an- tierra en medio del Caribe. joroba de una cultura. De allí, las vísceras. No es un libro para
gen mirando el horizonte. Las gustias y felicidades. Es el crea- En este libro de Miranda se pue- entonces, desde aquel barroquis- racionalizar. Es un libro para
vacas más cultas del mundo, dor de tantos títulos y modelos a den leer textos cortos, deliciosos mo tan isleño, Julio Miranda nos sentir las tripas, el corazón y
como dijo el Máximo Vaquero, imitar, como aquel que dieron en textos breves que llegan a doler, presenta esta "cosa", esta estruc- la vejiga. Quiero dejarlo hasta
pero con la lengua afuera". Así, llamar la "paranovela", como nos que son tan ácidos que pelan la tura, esta mofa que le sale muy aquí para que el lector corra a
un día, Fidel Castro afirmó que lo recuerda Oscar Rodríguez Or- lengua y la deshacen en la pro- bien y que se hace lectura inteli- buscarlo. Pero eso sí, vaya pre-
en Cuba estaban las prostitutas tíz en el prólogo de este libro lle- nunciación del mismo relato. Es gente, desmenuzada, granula- parado para entrarle con ga-
más cultas del mundo porque no de espinas y vidrios rotos. So- como querer acallar a quien lee da. Son cuentos que se empatan nas. Este es un libro de desga-
habían asistido a la universi- bre estas páginas húmedas de para convertirlo en protagonista en una y se hacen "paranovela". rramientos, de mucha soledad.
dad. Y así, mucho pueblo que Miranda, Ortiz afirma: "En Agua de las historias que cuenta el au- Entre ellos, los cuentos capí- Es el libro de un hombre que es-
aprendió a leer y a escribir li- por todas partes, se trata de unos tor. Julio Miranda es quien nos tulos, leemos: "-Fíjate que esa tuvo aislado y acompañado en
bros, pero tuvo que huir porque prisioneros políticos (…) En Agua hace un cuento, un relato, una idea me gusta mucho: El comu- un país donde su país de origen
eso no le sirvió de nada frente por todas partes es una cárcel y crónica, una joda o una maldi- nismo sólo se puede vivir en una navegaba en un barco fantas-
al despotismo, frente a la falta bastan las palabras. Pero algo, ción. Nos atrapa en su isla narra- celda…", dice un personaje que ma, lleno de gritos, de comisa-
de oxígeno democrático. Enton- rodeado de agua por todas par- tiva. Nos hace, nos obliga a ser se desliza sobre la hoja en blan- rios políticos, culturales. Es un
ces, se arriesgaron, se convir- tes, como definen los diccionarios cubanos. Nos empuja hacia la cos- co, en el sorbo/ relato "Reptando libro donde la estupidez de una
tieron en vacas, en vacas ilus- una isla, es también un sitio en- ta, hacia un acantilado donde sobre la página", porque supon- voz sigue vigente. Lleve el li-
tradas. Esa es la historia de esta cerrado. Unidad de espacio y uni- hay muchísimas balsas. Nos arri- go un trago en medio de la mesa, bro a casa como si se tratara
isla hecha libro, de ese terrón dad temática fundida en la uni- ma al escape. Nos hace exiliados. un mojito, para no perder la cos- una herida.
10 Contenido Maracay, Sábado 5 de febrero de 2011

Cadáver Exquisito: La novela


histórica como (re) invención del ser
-MAIKEL A. RAMÍREZ- la sustancia de la novela histó-
rica que compone: "…adverti-
mos, con cierto estupor, que al-
El único deber que tenemos gunos hechos han sido removi-
con la historia es reescribirla dos de sus cronologías, algunos
(Oscar Wilde) personajes de sus biografías,
pero tal conmutación ilumina,
créanme, las escurridizas y

S
e cuenta que luego de haber fragmentarias propiedades de
leído Cumbres Borrascosas la verdad histórica"
el poeta Dante Gabriel Ros- Esta fe en las facultades revi-
setti le escribió a un amigo di- talizantes de la ficción le per-
ciéndole que en la novela las ac- mite al personaje central no sólo
ciones transcurrían en el infier- exponer la (re) invención de
no, pero que no entendía por qué una novela histórica, sino rein-
los lugares tenían nombres in- ventarse a sí mismo, un juego
gleses. Si sustituyéramos los pai- de espejos que le sirve para lle-
sajes de Inglaterra por la geogra- nar los lóbregos datos de la vida
fía de Maracaibo, me parece que del poeta biografiado con sus
algo similar podría decirse con propios motivos y desaciertos:
relación a Cadáver Exquisito, la "!Quién iba a decir¡ tengo que
nueva pieza literaria del histo- disfrazarme de Hesnor para
riador y novelista Norberto José mirar, con honestidad, en mi
Olivar (Un vampiro en Maracai- particular abismo, pero hacién-
bo, 2008), novela histórica con dolo, descubro sus entrañas
la que el escritor persigue biogra- también. ¡Qué misterio! He lle-
fiar la vida del poeta surrealista gado a Hesnor no por casuali-
maracucho Hesnor Rivera. dad, sino porque es mi propia
Cadáver Exquisito se inicia búsqueda, mi propia biografía,
con uno de varios guiños a Los porque soy Hesnor Rivera des-
Detectives Salvajes, que nos sir- de antes de aquella vez que fui a
ve para descubrir y conocer al dejar en su casa de Tierra Ne-
personaje-narrador de la obra: gra un ejemplar de Balada para
"Era una especie de Juan Gar- una ciudad maldita".
cía Madero maracucho, pero da a otro tipo de personajes. Quizá ha sido Mario Vargas
claro, aún no sabía quién era Por otra parte, a la luz de las Llosa quien mejor ha encarado
Juan García Madero ni de su ideas de Bajtín, Luis Britto Gar- las diferencias entre ficción y
militancia fanática en el rea- cía considera que la nueva no- realidad. Recordemos algunas
lismo visceral". Transcurrido vela histórica se encuentra in- de sus apreciaciones en El arte
algún tiempo, ya abandonada tegrada por: "…la multiplicidad de mentir: "En esos sutiles o gro-
la poesía por la narrativa, el de discursos, la intertextualidad seros agregados a la vida -en los
personaje central emprende la y una suerte de dominio de la que el novelista materializa sus
aventura de novelar sobre la meta-acción, gracias a lo cual obsesiones- reside la originalidad
vida de Hesnor Rivera, a quien con frecuencia el autor o sus per- de una ficción. Ella es más pro-
culpa por su fracaso como poe- sonajes comentan sobre el pro- funda cuánto más ampliamen-
ta y quien, además, parece des- pio texto, lo analizan o se anali- te exprese una necesidad gene-
tinado a atormentarlo per se- zan". Britto García nos ofrece ral y cuánto más sean, a lo lar-
cula seculorum: "Y, por ese azar una perspectiva desde la cual la go del espacio y del tiempo, los
diabólico que tanto evocó mi novela histórica de nuestra épo- lectores que identifiquen, en
personaje, el día de su muerte ca es un dominio de la metafic- esos contrabandos filtrados a la
salió a la calle mi primer libro ción, literatura autorreferen- vida, los oscuros demonios que los
de relatos". cial, predio de una escritura desosiegan". Posteriormente,
Antes de continuar, creo con- consciente que estrecha lazos con Vargas Llosa agrega: "La nove-
veniente señalar algunas consi- el plano del lenguaje que resalta la es, pues, un género amoral,
deraciones sobre la novela his- Madrid. o, más bien, de una estética sui
tórica latinoamericana. Anto- Como se sabe, Cadáver Exqui- generis, para la cual verdad o
nieta Madrid, por ejemplo, sos- sito denota la técnica de com- mentira son conceptos exclusi-
tiene que: "Heredera en línea posición poética empleada por vamente estéticos"
directa, según Lukacs, de la no- los poetas surrealistas, carac- Como hemos podido observar,
vela realista del siglo XVIII y de terizada por ser un ensamblaje es la naturaleza del género no-
la novela romántica del siglo de imágenes derivadas de múl- vela lo que condiciona la histo-
XIX, con rasgos épicos innega- tiples personas; en cambio, en ria, no al contrario. Por consi-
bles, la novela histórica latinoa- la novela de Olivar representa guiente, no nos podría ser ve-
mericana entra al siglo actual, la articulación de fuentes va- dado el disfrute de la ficción en
un tanto despojada de su epici- riopintas y puntos de vistas he- nombre de términos tan extem-
dad y mucho más intelectual e terogéneos o, como apunta poráneos como la verdad y la
individualista, al resaltar los Britto García, discursos sobre la mentira. ¡Dejad que Herodoto,
planos biográficos y del lengua- vida del escurridizo poeta Hes- Plutarco o Churchill sean acu-
je en desmedro del plano propia- nor Rivera, que provoca la re- sados de farsantes si el caso fue-
mente histórico, núcleo por ex- flexión del personaje-narrador: re, no el novelista! En este sen-
celencia de la novela histórica "¿Cuántas de las entrevistas tido, el personaje-narrador de
scottiana". Fijémonos, pues, en realizadas no padecerán de re- Cadáver Exquisito, a quién iden-
que nuestra variante de novela cuerdos alterados?¿Y los textos tificamos con Olivar (él mismo
histórica, según Madrid, despun- examinados?" también lo hace, con lo que ex-
ta por su interés en la intimidad No obstante, ya desde los pri- pone el juego de una doble más-
de los personajes y su atención meros momentos del desarrollo cara) sabe que la ficción nos per-
al lenguaje, y que en su abando- de la novela nuestro personaje- mite transmutarnos, ser otros,
no a la epicidad del héroe, pro- narrador ha admitido y hecho y así lo asume. Al fin de cuen-
pio de la novela histórica culti- palpable sus alteraciones a la tas, leer y escribir son actos de
vada por Walter Scott durante vida de Rivera, las cuales justi- liberación ante la incolora y
el romanticismo inglés, da cabi- fica por la salud de la forma y atroz realidad.
Maracay, Sábado 5 de febrero de 2011
Contenido 31

El cuaderno de Blas Coll: El Paraíso


perdido en las fronteras de la lengua
-ADALBER SALAS HERNÁNDEZ- que para el hombre el pasado sólo Edén -mas ya no el Jardín con-
puede ser conservado, fijado, a creto, sino lo que éste represen-
través del idioma. Éste es el de- ta para el hombre: Un estado de
positario de sus recuerdos, y por enraizamiento en el mundo, de
Un lenguaje vivo es la más ello mismo, el que dicta su no- comunión perpetua con el entor-
elevada aventura
ción del tiempo: no y consigo mismo.
de qué es capaz el cerebro humano.
"Nuestro sentido del pasado, No debe extrañarnos que,
George Steiner no como reflejo condicionado e ante la incomprensión que sus
innato sino como selección mo- congéneres demostraron por su
dulada de recuerdos, es también empresa, Blas Coll se identifica-

E
n su prefacio al libro de radicalmente lingüístico. La his- ra con la figura del alquimista:
Maurice Olender, Las len- toria, en su sentido humano, es "Nada puede detenerme. Como
guas del Paraíso, Jean-Pie- una red de lenguaje arrojada los viejos alquimistas, persegui-
rre Vernant se hace una serie de hacia atrás". dos y solitarios, me he habitua-
preguntas que, con toda certeza, Blas Coll no ignora este hecho, como do a repetir: Lentamente y con
no sólo conciernen al texto de revela el siguiente fragmento: gran industria, separando lo
Olender, sino que lo trascienden "La estructura lineal presen- sutil de lo espeso". La verdad pro-
y van a dar a uno de los proble- te-pasado-futuro a que cada dis- funda de esta analogía no podía
mas fundamentales de la huma- curso se halla forzosamente cons- pasar desapercibida al erudito
nidad: El origen de la lengua. treñido, es una pervivencia de tipógrafo, pues en muchos sen-
"¿Dónde estaba el Paraíso? ¿En la mente arcaica que traba el tidos lo que realiza es una alqui-
qué región bendita del mundo verdadero conocimiento de la mia del lenguaje.
puso Dios el Edén? ¿Qué lengua realidad. De allí se origina el fal- A pesar de partir de la len-
hablaban Adán y Eva cuando so espejismo de la fragmentación gua, el proyecto de Blas Coll
vivían en él? En la aurora hu- de sus características, sino más 'pecador', se le castiga con ella; espacio-temporal que gobierna, para hallar el Paraíso encalla
mana, ¿la primera pareja se ex- bien se revelaría como el Paraí- carece de declinaciones porque como las leyes de la perspectiva en una extraña afasia. Como lo
presaba en hebreo, como lo su- so mismo. desdeña el politeísmo…" en la pintura, la forma de todo refiere Montejo en su prólogo al
pone con toda naturalidad San De los muchos hombres que Un lenguaje concebido para discurso. Es hora de mentar lo Cuaderno, en los últimos años de
Agustín, o hay que conjeturar, agotaron los caminos de la ima- la penitencia demanda un tra- pasado en lo futuro, tal como la su vida nuestro tipógrafo se su-
con Leibniz, sobre un idioma ginación y de la Tierra -dos for- bajo de absolución. Pero, ¿cómo vida a diario nos lo impone y mergió en el mutismo. Pero es
más primitivo aún, el de un con- mas de un mismo deseo- buscan- llevar a cabo este proceso?, como ya tratan de hacerlo cier- lícito ver en ello, más que una
tinente escita de que se habrían do esta región prometida, aquel ¿cómo salvar al hombre del la- tos aventajados novelistas." muestra de sufrimiento ante la
diseminado como enjambres las lugar tembloroso de origen, el berinto verbal al que se le ha Este afán por unificar la grie- falta de comprensión de la que
diferentes lenguas de los pueblos tipógrafo del pueblo costero condenado? Pues derrumbando ta que divide al espacio del era víctima, la manifestación
llamados indoeuropeos y que Puerto Malo, llamado Blas Coll sus paredes, pasajes secretos, tiempo -algo que por cierto ya de su búsqueda llevada a sus
constituiría, en opinión de los por aquellos que lo conocieron, callejones sin salida, giros y cru- hacía Einstein en la época en últimas consecuencias. Dicho
doctos, la forma original de lo- nos regala una de las más excep- ces en falso, y utilizando esos que Blas Coll arribó a Puerto mutismo, salpicado cada tantos
cución propia de la humanidad? cionales empresas edénicas lle- mismos materiales en bruto, Malo- no es sino uno de los múl- días -o meses- por un fugaz rayo
Lengua del Paraíso, entonces, vadas a cabo. producto de la demolición, para tiples aspectos del proyecto lin- verbal, estaría en consonancia
estado primigenio del lenguaje, Este singular tipógrafo, ha- construir un camino recto, di- güístico de nuestro tipógrafo, con sus pensamientos, como se
punto de anclaje en que el habla bitante de un pueblo mínimo, recto, que permita al hombre que persigue una coincidentia hace evidente en el siguiente
humana se arraiga en la Pala- fatigó sus años poniendo en acceder a su realidad inmedia- oppositorum, una reunión de fragmento:
bra en estado puro, la de Dios y práctica una reforma de la ta a través de la palabra, en vez los contrarios, esa especie de "Alguna vez saldremos del al-
también la del mundo, de la na- Lengua Castellana que la ha- de hacerlo a pesar de ella. estado de gracia. fabeto para emplear algo más
turaleza que Dios creó en todas ría más concisa, desplazando "Estoy hablando ante el mar, Pero esta lenta tarea de puri- sencillo, más simple y casi ob-
sus partes, sacándolas de la nada las ingentes cantidades de sig- tan vasto y dilatado, y reparo ficación no intenta producir una vio que nos ha acompañado des-
gracias a la fuerza de su Verbo." nificados que contiene el idio- en que lo nombro con una sola lengua más efectiva -no posee un de hace mucho tiempo -es un
En comparación con la locali- ma a un sistema lingüístico sílaba. Pasa, perdida, una ma- fin utilitario, sino edénico: Blas modo de decir- y que no hemos
zación geográfica del Paraíso básicamente bisílabo, que otor- riposa, tan efímera que a poco Coll busca el Paraíso perdido en descubierto todavía".
Terrenal, preguntarse por la garía de esta manera a cada de pasar no se sabe si vive, y las regiones del verbo. Ese algo es el lenguaje que ha
lengua que en él se hablaba pue- vocablo la riqueza deslumbran- necesito en cambio cuatro síla- "Deja que en tu voz se dibuje violado sus límites y ha entrado
de parecer un acto ocioso. Pues, te de un relámpago. Considera- bas para mentar su brevedad." la luz del paraíso", nos dice. Y es en la áspera averbalidad, inten-
¿qué importancia es capaz de ba Blas Coll que la facilidad de Ajustar la lengua a la natu- que sólo en la voz es que puede tando incorporarla a sí mismo.
tener la lengua que hablaran la lengua para la perífrasis, así raleza, a la ronca inocencia de la manifestarse dicha luz. Blas Coll Es decir, Blas Coll en sus años
Adán y Eva en el Edén, cuando como para la construcción de materia, incluso cuando esto sabe bien que la lengua es el úni- postreros pretende ampliar los
lo que se desea es encontrar al expresiones oblicuas, formaba implica otorgar al entorno la po- co recurso del que dispone el in- límites del lenguaje -y por con-
Jardín en sí mismo, ya sea en el parte de un castigo. testad de modificar el lenguaje, dividuo para fijar el reflejo pre- siguiente los límites del mundo-
Extremo Oriente -como se creyó Conocemos sus curiosas re- de dictarle nuevas coordenadas. cario de su identidad, para in- a cualquier precio, pues en aque-
en la Edad Media- o en el Nuevo flexiones gracias a la prolonga- Así acontece con la primera vo- tentar la unidad del cúmulo de lla dirección lo conduce su bús-
Mundo, pleno de regiones igno- da labor de Eugenio Montejo, cal que Blas Coll concibió, la O: miedos, deseos e imágenes que lo queda del Edén, del estado pri-
tas? Sin embargo, sería ingenuo quien dedicó sus insomnios a lle- "…muchos soles soporté oyen- conforman. Ya Steiner, en el tex- migenio apenas pronunciable.
ceder ante un punto de vista tan var a cabo una paciente y fiel do el viento entre las piedras, el to mencionado, nos ofrece sus Desapareció sin dejar rastro
unidimensional. Como se tras- transcripción de las notas de este chasquido del agua en los acan- palabras para iluminar este as- este excepcional tipógrafo, lin-
luce en las palabras de Vernant, lingüista incógnito. Es por ello tilados. […]. Fue en el crujido de pecto del lenguaje: güista, cultor del idioma, y na-
esa lengua, todavía húmeda del que hoy podemos leer lo siguien- una palma desolada donde por "El habla constituye el movi- die sabe qué fue de él. Tal vez se
primer amanecer de la Tierra, te en el así llamado Cuaderno de primera vez la advertí. Me hizo miento de sístole y diástole del haya internado en las selvas del
se vestiría con los signos de la Blas Coll: el efecto de la cuerda de un vio- ser; ofrece pruebas externas e sur, como lo hicieron sus mayo-
pureza, poseería una inmediata "Nuestra Lengua, como todas lín sumergido que se rompe. La internas. Establezco y conservo res en siglos pasados, viniendo de
vecindad con Dios. Su búsqueda las de origen románico, ha con- anoté al instante con gran con- la experiencia del ser mediante Europa en busca del Paraíso Te-
no sería inútil entonces, pues solidado su estructura durante tento de mi hallazgo y la repetí una corriente de habla interio- rrenal en el Nuevo Mundo, pero
sólo ella, por sus propios atribu- el ascenso del cristianismo; ha durante varios años hasta ha- rizada. […]. De modo que recono- esta vez participando de otra
tos, haría posible el Edén; su cua- sido creada no sólo sobre las rui- cerla mía del todo…" cemos la existencia del otro y aventura, no aquella de la con-
lidad virginal eliminaría la grie- nas de la cultura greco-latina, Sin embargo, este ajuste no nuestra propia existencia me- quista, sino otra, mayor: La del
ta dolorosa entre la palabra y el de la que se aprovecha, sino que se refiere solamente a nuevos diante un intercambio lingüís- lenguaje. Quizá conservó para sí,
objeto, borraría esa suerte de su movimiento parece estable- sonidos cuya necesidad se impo- tico. Todo diálogo es un recono- íntima, la intuición de aquella
condena -de caída, más bien- que cerse para impedir en ella todo ne, sino también al cambio de cimiento mutuo y una redefini- palabra definitiva, original.
hace del lenguaje el doble per- cuanto hizo posible el idioma de percepción que el hablante ex- ción estratégica del ser". Quizá permaneció fiel a su con-
verso, la sombra de quien lo pro- Ovidio, de Catulo, de Horacio. No perimenta, ya que su mundo va Y si el hombre establece los vicción permanente: "Quien no
nuncia. Así, esta palabra en es- es, por tanto, una lengua de modificándose al ritmo de su bordes de su ser a través de la pueda nombrar el paraíso con
tado puro no sería apenas un goce, sino de penitencia: Le falta lengua. George Steiner señala palabra, de ello se sigue que sólo una sola sílaba puede estar segu-
camino hacia el Paraíso, o una concisión porque al hablante, al en su ensayo El lenguaje animal por ésta se pueda alcanzar el ro de que no lo merece".
32 Contenido Maracay, Sábado 5 de febrero de 2011

Alrededor, Poemas de Lubio Cardozo

Si algo soy El mar Las noches


Si algo soy Origina el verdadero mar sus olas arenosas, No obscurece su regular perennidad la noche.
es brisa, viento. mueve sus masas verdeazules, Encubre su transparencia la ofrenda de emerger.
Aire transfigurado en palabras, desde el océano de las reminiscencias. Flor vívida en el silencio esencial,
en versos, Sólo allí su pureza hallamos, Imperfecta belleza transfigurada en tangibilidad,
en cantos. su certeza, Testimonio del frágil optimismo de la presencia.
Cuerpo, no significas sino azar, la invitación al encanto. Devienen así las noches cual opacas cortinas
Tránsfuga, A sus litorales no arribarán vapuleadas por el soplo estelar,
Fugitivo de la nada. ni las violentas ni las perversas naves. estancias sorprendidas por la centella recóndita.
Cruzan sus costas las nubes de la infancia,
Los árboles rutas de ámbar de las remembranzas.
De los árboles todo sabemos Amurallan obrizos acantilados el desolvido. Las piedras
menos ¿qué son los árboles? Los otros mares no existen. Respetar hondamente las piedras
Parecieran incapaces de moverse cual restos sagrados.
fijados a la tierra Huesos de todo cuanto la vida significa.
viajan sin embargo por el paisaje de la vida. Permanecen ellas, ellas quedarán.
Junto a nosotros en alianzas amorosas Si algún día el verdor,
(o en incomprensibles odios torvos). el amor, el pensamiento retornaren
Presentes ellos allí en su locuaz silencio emprenderán sólo desde las rocas
a la vera de la existencia siempre, la larga andadura hasta la poesía
en medio de una realidad sin respuestas. otra vez.
Perennes huesos originarios de las voces.

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