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Sheila Fitzpatrick:
En febrero de 1917 la autocracia zarista fue derrotada por las manifestaciones populares y el
retiro del respaldo de la elite ante el régimen. La futura forma de gobierno seria democrática
en donde la actividad central en la política rusa seria administrado por una asamblea
constituyente siendo esta elegida por el pueblo ruso, estas revoluciones de elite y populares
coexistirían como en los días de la solidaridad nacional revolucionaria en 1905. Un nuevo
gobierno provisional representaría la revolución de Elite, mientras que el nacido soviet de
petrogrado será la voz del pueblo, su relación se definiría como mas complementaria que
competitiva y daría origen al “poder dual” y así a su núcleo de fortaleza. A fin de cuentas los
liberales habían adoptado a los socialistas como sus aliados con el interés especial de la
democratización política. Este poder dual resulto ser una ilusión la cual escondía una
semejanza al vacío de poder. La revolución popular se tránsito hacia un objetivo de carácter
radical mientras que la revolución de Elite opto por una meta mas de carácter conservadora en
la defensa de la propiedad, la ley y el orden. El gobierno provisional apenas sobrevivió al
intento de golpe derechista del general Kornilov lo suficiente para desmoronarse frente al
golpe de izquierda bolchevique. En la periferia Rusa, oficiales del antiguo ejercito zarista
convocaban sus fuerzas para combatir a los Bolcheviques. La revolución no llevo a la
democracia liberal a Rusia, por otro lado fue el escenario de la anarquía y la guerra civil.
La Guerra Civil:
La toma de poder en los sucesos de octubre fue el inicio de la revolución bolchevique, estos
debían adaptar sus actitudes a los soviets locales conformados durante la toma de control en
Petrogrado enfocados en el derrocamiento de la burguesía. La Rusia rural había descartado la
autoridad que provenia de los centros urbanos, las áreas fronterizas y no rusas del viejo
imperio mostraban falta de organización, siendo estos los cimientos de unas futuras
dificultades y fuertes enfrentamientos que afectarían a la toma de posesión lograda en
Octubre
La futura forma de gobierno en Rusia seguía siendo una pregunta sin Respuesta. Los
bolcheviques apegaban a su propio lema “todo el poder a los soviets”, haciendo referencia a
una alternativa para el derrumbe de la autoridad gubernamental. Como Lenin sugeria en sus
esrcritos el llamado de poder para los soviets significara aplastar los intentos
contrarrevolucionarios de las antiguas clases propietarias, la nueva dictadura debería instalar
órganos que cumplan las mismas funciones a la policía secreta zarista.
El régimen revolucionario también tenia que considerar su posición frente a un plano mundial,
la primera expectativa de los bolcheviques era su movimiento como proletario, revolucionario
e internacional esperando que el éxito en Rusia se transmita por toda Europa. Los limites
territoriales de la nueva republica soviética y la política a seguir respecto a las nacionalidades
no rusas era otra cuestión a resolver. Antes de la Guerra, Lenin presto un cauto aval al
principio de autodeterminación nacional. Para los marxistas el termino clase siempre tuvo
mayor peso que el de nación, el dilema entre los bolcheviques se gesto con la invasión rusa a
polonia en donde los obreros de Varsovia resistieron a una “invasión rusa” donde las practicas
del internacionalismo proletario tenían una desconcertante similitud con las practicas del viejo
imperialismo ruso. Pero la conducta y políticas bolcheviques tras los acontecimientos de
Octubre no se gestaron en un vacio y el factor de la guerra civil es importante a la hora de
desarrollarlas. Este conflicto estallo a mediados de 1918, poco después del tratado de Brest-
Litovsk entre Rusia y Alemania, plasmando en el acuerdo la retirada de Rusia de la gran Guerra
Europea. En este conflicto se combatió en varios frentes contra una variedad de ejércitos
blancos respaldados por diversas potencias extranjeras. Los bolcheviques lo adoptaron como
una guerra de clases, tanto en términos domésticos como internacionales, fue la confrontación
entre el proletariado ruso contra la burguesía rusa, la revolución internacional contra el
capitalismo internacional. La victoria roja de 1920 era un triunfo de carácter proletario, pero la
ferocidad de la contienda había dejado en claro la capacidad y fuerza de sus adversarios. La
experiencia de la guerra formo una cultura política militarizada dejando un legado el cual
incluia una disposición a empelar la coerción, el gobierno por decretos, la administración
centralizada y la justicia sumaria. La guerra civil ciertamente le dio al nuevo régimen su
bautismo de fuego, influenciado asi su futuro desarrollo. Pero los bolcheviques se habían
arriesgado y tal vez incluso habían buscado un bautismo de esa índole.
Comunismo de Guerra:
La victoria bolchevique en la guerra civil los enfrento a los problemas internos caos
administrativo y la devastación económica del país. Las ciudades padecían hambre y se
encontraban vacías. La producción de carbón había caído en forma catastrófica, los
ferrocarriles se derrumbaban paralizando la industria, los campesinos expresaban su
descontento ante la requisa de recursos. Respecto a las alternativas económicas continuaron
los nuevos cambios, entre ellos el abandono del sistema conocido como “comunismo de
guerra”. En la industria, el programa de nacionalización total fue abandonado y se permitió
que el sector privado volviese a constituirse, aunque el estado mantuvo bajo su mando los
elementos esenciales de la economía, incluyendo la industria pesada y la banca. El comisario
de finanzas y el Banco del Estado comenzaron a seguir los consejos de los viejos expertos en
finanzas burgueses presionando para obtener la estabilización de la moneda y limitar el gasto
tanto público como gubernamental. En primavera de 1921 Lenin aun se oponía a la
legalización del comercio, a la que consideraba un repudio a los principios comunistas, pero la
resurrección espontanea del comercio privado enfrento a la diligencia con un hecho
consumado al cual acepto. Estos pasos fueron el comienzo de la nueva política económica,
generalmente conocida por el acrónimo NEP tratándose de una respuesta improvisada a
circunstancias económicas desesperadas, iniciadas con escasa discusión y debate en el partido
como también en su dirigencia. El impacto fue positivo dentro de la economía y su desarrollo
rápido y con buenos resultados.
La retirada estratégica que represento la NEP fue según Lenin forzada por condiciones
económicas desesperantes y por la necesidad de consolidar las victorias alcanzadas por la
revolución. La meta planteada consistía en restaurar la economía y calmar el temor de la
población no proletaria. La NEP implicaba concesiones al campesinado, la inteliguentsia y la
pequeña burguesía urbana, establecer un punto de calma dentro del ámbito económico, social
y cultural. Lenin dejo claramente establecido que el periodo de tranquilidad no debía
extenderse a la vía política, dentro del partido comunista “la más leve violación de la disciplina
debe ser castigada severa, estricta e implacable”. La introducción de la NEP fue acompañada
con el arresto efectuado a gran parte de los mencheviques, la disposición de Lenin a aplastar a
la oposición real o potencial quedo demostrada en forma alarmante; tanto en las facciones en
contra como las internas del partido se dispuso a destruir ambas amenazas y el faccionalismo
dentro de su mismo partido Bolchevique. Para hacerlo empleo tácticas de corte conspirativa,
para poder derrotar a la facción de Trotsky y la oposición de los trabajadores en el décimo
congreso, La resolución de la unidad partidaria contenía una clausula secreta que permitía al
partido expulsar a los facciosos y al comité central expulsar a cualquiera de sus integrantes
electos que fuese culpable de tal postura. Tras la retirada política de Lenin sus
responsabilidades decaían en los miembros mas plenos del politburó, entre ellos Trotsky
( comisario de Guerra), Stalin (secretario general del partido), Zinoviev (Jefe de la organización
partidaria de Leningrado y también cabeza de la internacional Comunista), Kamenev (Jefe de la
organización partidaria de Moscu). Tras la muerte del líder bolchevique, la lucha por su
sucesión constituyeron un punto de inflexión político. En su contienda por el poder, Stalin
utilizo las estrategias planteadas anteriormente por Lenin para derrotar a sus adversarios. Una
vez llegado al poder, Stalin comenzó por hacerse cargo del papel desempeñado originalmente
por Lenin, en primera instancia contra sus pares en el politburó. Pero en el transcurso, Lenin se
había transformado en un Líder póstumo con cualidades casi divinas. El culto póstumo a Lenin
había destruido el viejo mito bolchevique de un partido sin líderes. Si el nuevo líder quería ser
más que el primero entre sus partidarios, ya tenía sus bases por dónde empezar a construir.
Al presentar la NEP en 1921, Lenin la describió como una retirada estratégica, un periodo par
a que los bolcheviques reagruparan sus fuerzas antes de renovar el asalto revolucionario,
menos de una década más tarde Stalin Abandono la mayor parte de las políticas de la misma e
inicio una nueva fase de Transformación revolucionaria con el primer plan Quinquenal de
industrialización y colectivización de la agricultura campesina. Respecto a la opinión de la
Nueva Política Económica, el descontento se extendió desde la elite del partido hasta los
comunistas y simpatizantes de las bases, los cuales empezaban a desilusionarse y se inclinaban
a creer que la revolución no había sido más que una etapa pasajera. Los obreros sentían
resentimiento ante los privilegios de los exportadores y de los funcionarios soviéticos, las
ganancias de los astutos hombres de la NEP, el elevado desempleo y la perpetuación de la
desigualdad de oportunidades y estándares de vida. El ánimo reinante no era satisfactorio en
el partido porque finalmente la joven republica hubiera ingresado a un remanso de paz. Era un
animo de descontento, insatisfacción y beligerancia apenas contenida y particularmente entre
la juventud del partido, de nostalgia por los viejos días heroicos de la guerra civil, para el
partido comunista La paz había llegado demasiado pronto.
La revolución de Stalin:
Los bolcheviques siempre creyeron que la agricultura colectiva era superior a la explotación
agrícola campesina individual, pero durante la NEP se dio por sentado que convertir a los
campesinos a este punto de vista seria un proceso largo y arduo. En 1928 las granjas colectivas
solo ocupaban el 1,2 de la superficie sembrada total estando la misma ocupada por
explotaciones del estado y el restante porcentaje cultivada individualmente por campesinos.
El primer plan quinquenal no prevenía ninguna transición a gran escala a la agricultura
colectivizada durante su desarrollo, agregándole a esta situación los problemas de la
industrialización rápida parecían demasiado importantes para el régimen durante los siguiente
años, dejando de lado en plano de interés a la reorganización fundamental de la agricultura. La
colectivización era un intento de reorganizar la vida campesina, estableciendo al mismo
tiempo controles administrativos que llegaran hasta las aldeas. Esta nueva política que los
funcionarios del campo forzaran un enfrentamiento inmediato con los kulaks. Ello significaba
que los comunistas locales entraban en las aldeas, juntaban una pequeña banda de
campesinos pobres o codiciosos y procedían a intimidar a un puñado de familias de los kulaks
concluyendo en la expulsión de sus casas y confiscación de propiedades. Al mismo tiempo a los
funcionarios se les ordenaba alentar al resto del campesinado a organizarse voluntariamente
en comunas; estas acciones produjeron inmediatamente indignación y caos en el campo. Los
kulaks expropiados huyeron a las ciudades, pero otros se escondían durante el dia para
aterrorizar la aldea por la noche.
Ante este evidente desastre el regimen reacciono de dos maneras. En primer lugar, creo la
OGPU como organismo de justicia frente a los kulaks expropiados y otros revoltosos ;
ulteriormente organizo deportaciones en masa a Siberia, los Urales y el norte. En segundo
lugar, la dirigencia del partido retrocedió algunos pasos del enfrentamiento extremo con el
campesinado a medida que se acercaba el momento de siembra en primavera. Es indudable
que la colectivización represento una verdadera ‘’revolución desde arriba’’ en el campo. Pero
en realidad no fue exactamente la clase de revolución que describió la prensa soviética de la
época, que exageró enormemente el alcance de los cambios establecidos y en algunos
aspectos fue la reorganización de la vida campesina menos drástica que la inmediata durante
las reformas impuestas en el periodo zarista tardío
Aristotle Kallis:
El autor presenta un estado de la cuestión respecto al análisis del término fascismo y las
interpretaciones del mismo en el periodo Entreguerras. El fascismo englobo un debate que
atrajo la atención de varios analistas de un amplio espectro de ideologías política, incitando a
la aglomeración de distintas interpretaciones sobre las causas y perspectivas de futuro,
especialmente a partir de octubre de 1922 con el nombramiento como primer ministro de
Italia del exlíder socialista reconvertido en fascista Benito Mussolini. Aunque inicialmente se
limito solo en Italia, y mucho antes que Mussolini mismo planteara su régimen como producto
para “exportación”, los análisis sobre el fascismo italiano, ya sea desde el punto de vista de la
derecha o la izquierda se detectaban las potenciales visiones del fascismo como un fenómeno
panaeuropeo radical. El fascismo se describió como una respuesta excepcional y violenta a las
multiples crisis de las sociedades liberales de entreguerras, bajo las circunstancias
extraordinarias de la inseguridad y agitación tras la Primera Guerra Mundial; los primeros
análisis marxistas relacionaron el auge de esta forma de dictadura populista surgida en Italia a
una estratagema de las fuerzas monopolísticas y capitalistas contra el movimiento obrero
organizado. El fascismo se percibía como un tipo especial de régimen títere provocado por la
profunda crisis de la economía capitalista mundial y en respuesta a la nueva realidad
internacional creada a partir de la revolución Bolchevique en Rusia. Según estos análisis
marxistas, la tendencia hacia el autoritarismo empezó en Hungria en 1919, con la represión
violenta de los esfuerzos socialistas y revolucionarios del régimen de Bela Kun y la instauración
del sistema dictatorial del almirante Horthy; los analistas marxistas transmitían un espirtu de
optimismo tranquilizador sobre el futuro, el fascismo no tenia futuro, era un experimiento a
corto plazo y prescindible por las Elites capitalistas, condenado a derrumbarse a causa de su
propio fracaso en repartir beneficios tangibles a sus patrocinadores capitalistas. Se suponía
que esto agravaría la crisis del sistema capitalista y allanaría el camino para una
transformación revolucionaria de la sociedad, según las líneas previstas por la filosofía
histórica marxista.
Este paradigma fue cuestionado por las interpretaciones tanto liberales como conservadoras
del periodo entreguerras, el autor esgrime que es interesante apunta que mientras los
analistas marxistas se mantuvieron firme en su condena del fascismo como experiencia
histórica negativa, las posturas no marxistas son de carácter mas ambiguo e incluso tienen un
tinte comprensivo. Esto puede verse en muchas obras conservadoras que aplaudieron el papel
del fascismo como baluarte de resistencia y hostilidad del comunismo internacional. En los
veinte se elogio al régimen italiano por haber establecido el orden de la sociedad y la política
italiana, por ofrecer soluciones a los problemas económicos endémicos del país y por
reunificar la nación sobre la base de un nacionalismo integral. El fascismo parecía ofrecer el
antídoto tanto a la divisa lucha de clases que se abogaba desde el marxismo, como la
fragmentación de la sociedad causada por el individualismo liberal o la política de corte
parlamentario, también se consideraba un rechazo a la tradición racional de la Ilustración
proporcionando en su lugar una forma de comunicación entre líder y masas, mucho mas
mítica, emocional y directa.
Casanova:
El fascismo fue un producto de la Primera Guerra Mundial. Desde que estallo ese conflicto, la
sociedad italiana vivió un áspero debate sobre la intervención o la neutralidad que dividió a la
clase política. Tras un debate intenso durante el invierno de 1914-1915, Italia firmo el 26 de
abril de 1915 el tratado de Londres, comprometiéndose a la causa anglofrancesa en donde el
tratado prometió a Italia una frontera en el paso de Brenner en el nordeste, la anexion de
Trieste y la península de Istria; parte de la costa dálmata, una posición dominante en Albania y
colonias. La guerra resulto larga, destructiva y ocasiono un gran trastorno, con efectos
profundos en la política y en la sociedad italiana. Desde mayo de 1915, hasta su conclusión en
noviembre de 1918, los grupos intervencionistas de izquierda donde se situaba Benito
Mussolini, congregados en torno a los recién creados “Fasci di Azione Rivoluzionaria”
movilizaron formando una congregación de seis mil millones de hombres, la mayoría
campesinos, que lucharon sobre todo en la frontera con Austria, y al ejercito llego también un
contingente de oficiales procedentes de las clases medias. Las cosas empeoraron tras la
desastrosa derrota a manos de los Austriacos en Caporetto, en octubre y noviembre de 1917,
donde murieron diez mil soldados italianos, trescientos fueron heridos y otros tantos
capturados por el ejercito austriaco. La propaganda belica se vio obligada a levantar la moral
de los soldados con promesas de reformas en el campo y en el sistema politico, en un
momento en el que además llegaban las noticias de la revolución bolchevique en Rusia, un
modelo que algunos desearían trasplantar a Italia y otros evitar a toda costa. Un año después
de Caporetto, cuando la guerra acabo con la derrota de los Poderes Centrales, el balance de
víctimas para Italia era trágico. Las huelgas y ocupaciones ilegales se extendieron por los
sectores agricultores e industriales en los años que siguieron a la firma del armisticio, un
suceso cargado de disturbios sociales conocido como el bienio rosso se manifestaron en las
regiones agrícolas y en las fabricas automotrices de todo el territorio Italiano. Por otro lado el
orden político que había posibilitado el dominio del liberalismo y de Giolitti antes de la guerra
comenzó a resquebrajarse, con la introducción del sufragio universal masculino y de la
representación proporcional favoreció la creación de partidos modernos, que movilizaban a su
electorado frente al clientelismo y patronazgo políticos del viejo sistema. La paz de Versalles
hizo sangrar todavía mas las heridas de guerra no cicatrizadas, Italia como parte vencedora de
la guerra recibió importantes ganancias a costa de su enemigo tradicional, el imperio Austro-
Hungaro; pero lo consideraron una victoria mutilada debido al incumplimiento en la entrega
de los territorios pactados. La disputa en torno a la ciudad de Fiunne reclamada tanto por Italia
como por los Yugoslavos, adquirió fama cuando en septiembre de 1919 fue ocupada por un
grupo de voluntarios, estudiantes y veteranos de guerra, dirigidos por Gabriele D´Annunzio. La
falta de apoyo de la industria y del ejercito y las escasas dotes de liderazgo conllevo a la
expulsión por parte de Giolitti en diciembre de 1920, este fue uno de los primeros pasos para
derribar a la clase política y al sistema parlamentario, aunque este objetivo fue frustrado, sirvió
de lección para aquellos que siguieran buscando formas para derrocar al orden politico
existente. Uno de ellos era Benito Mussolini.
En Munich, Hitler estableció lazos con personas importantes que próximamente serian vitales
para el florecimiento del nazismo, todos ellos pertenecían a la generación de la guerra o del
frente, nacidos a finales de los años ochenta y comienzos de los noventa del siglo XIX, los
cuales experimentaron la euforia expansionista que condujo a la guerra, el servicio militar en
ella y el trauma de la derrota. Tambien pudo contactar con el general Erich Ludendorff, el
dictador militar de Alemania en los últimos años de la Guerra, destituido de su puesto en 1918
y profundo enemigo de la Paz de Versallles, y que se propuso desde el principio echar abajo al
nuevo orden republicano. El y Hitler fueron los principales organizadores del golpe de estado
en 1923, llevado al fracaso debido a la falta del apoyo militar del ejercito. Pese a la gravedad
de los hechos, una insurreccion contra un gobierno legalmente constituido, Hitler fue
condenado a una sentencia de cinco años en prisión, sentencia la cual no se cumplió en
totalidad, su condena solo duro unos meses en la fortaleza de Landsberg am Lech, donde fue
tratado de forma preferencial y tenia el prestigio de recibir regalos y muestras de adhesión. Alli
escribió, a sugerencia del editor nazi Max Amann, un relato de su vida y de sus opiniones el
cual fue publicado un año después como Mein Kampf (mi lucha).
Del fracaso con el golpe de estado, Hitler extrajo varias enseñanzas. Abandono la idea de llegar
el poder a través de un putsch, para concentrar sus esfuerzos dentro de la ley, sin excluir los
instrumentos de la violencia, la movilización de masas, control de partido y la mitigación de las
diferencias, la expulsión de los disidentes, y formalmente la extensión del sentimiento
nacionalista y patriótico. En el proceso, Hitler se aseguro el papel de dictador Absoluto en la
reconstrucción del Partido, forjado en la obediencia a la voluntad del Fuhrer a partir de las
ideas forjadas en Mein Kampf : nacionalismo, hostilidad al socialismo, destrucción de los
enemigos internos de Alemania, sobre todo los judíos y traidores de 1918, un virulento
racismo y Lebensraum ( definido como el “espacio vital” o “espacio territorial”) que podría
encontrarse en el este de Europa y en Rusia en particular y que conduciría a la conquista
militar y devolvería a Alemania a su condición de primera potencia mundial. Hasta que la crisis
económica mundial, iniciada con la quiebra de la bolsa de Nueva York a finales de octubre de
1929, sacudió a Alemania de lleno en ese invierno de 1929-1930. Los créditos extranjeros, de
los que dependía fundamentalmente el desarrollo de la economía Alemana, fueron retirados y
la situación política fue dominada a partir de ese momento por el acelerado crecimiento del
paro, el país estaba gobernado entonces, desde las elecciones del 20 de mayo de 1928, por
una precaria coalición de partidos, dirigida por el Socialista Hermann Muller y en la que había
representantes católicos, liberales y nacionalistas liberales. Su decaimiento se instauro a raíz
de las fuertes disputas especialmente en torno al mantenimiento del seguro del paro. Sin la
presencia de su principal de su principal líder moderado, Gustav Stressmann, que había
muerto en octubre de 1929, el DPV (Partido Popular Alemán) rompió la coalicion. Muller
presento la dimisión el 27 de marzo de 1930 y allí se acabaron los gobiernos parlamentarios
apoyados en coaliciones mas o menos estables. Las decisiones políticas ya no se iban a tomar
en el Reichstag. El poder politico se movio a otros sitios, al circulo de confianza de Paul von
Hindenburg, el mariscal de campo del ejercito alemán durante la guerra, presidente de la
Republica dede comienzos de 1925, tras la muerte del socialista Elbert, y las calles, donde la
violencia crecia con la miseria y el desorden, junto con los conflictos en torno a la distribución
de la riqueza, desafiaban al Estado republicano. La depresión con sus consecuencias
económicas y psicológicas, metió de lleno a Alemania en una grave crisis política. Los nazis
aprovecharon esa circunstancia para presentar la crisis como un resultado del sistema
democrático. En las elecciones del Reichstag del 14 de septiembre de 1930 pasaron de doce
diputados convirtiéndose en el segundo partido tras el SPD, que obtuvo 143. Casi dos años
después, en las elecciones del 31 de julio de 1932, obtuvieron mas de trece millones de votos.
La mayoría de los votos a los nazis procedían de los grupos protestantes En las elecciones del
Reichstag del 14 de septiembre de 1930 pasaron de doce diputados convirtiéndose en el
segundo partido tras el SPD, que obtuvo 143. Casi dos años después, en las elecciones del 31
de julio de 1932, obtuvieron más de trece millones de votos. La mayoría de los votos a los nazis
procedían de los grupos protestantes de los distritos rurales, de las pequeñas y mediana
ciudades, de los terratenientes y pequeños y medianos propietarios de tierras.
En las elecciones del Reichstag del 14 de septiembre de 1930 pasaron de doce diputados
convirtiéndose en el segundo partido tras el SPD, que obtuvo 143. Casi dos años después, en
las elecciones del 31 de julio de 1932, obtuvieron más de trece millones de votos. La mayoría
de los votos a los nazis procedían de los grupos protestantes de los distritos rurales, de las
pequeñas y medianas ciudades, de los terratenientes y pequeños y medianos propietarios de
tierra. La clase obrera de las industrias, en términos generales, no se sumo con fervor a la
propaganda nazi antes de 1929 y tampoco ocupo un porcentaje importante entre los afiliados
al partido. El nombramiento de Hitler no fue, por consiguiente, una consecuencia directa del
apoyo de una mayoría del pueblo Aleman, sino el resultado del pacto entre el movimiento de
masas nazi y los grupos políticos conservadores, con los militares y los intereses de los
terratenientes a la cabeza, que querían la destrucción. De la republica y de la Democracia