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Estado

o mercado:
la difícil
disyuntiva
ante la crisis
Francisco Rodríguez Ortiz
Doctor Communitatis Europeae en Economía
por la Universidad de Nancy 2 y profesor
de Economía en la Universidad de Deusto.

La llamada “política de consolidación


presupuestaria” exigida por los mercados, que
pasa por un recorte sin precedentes del acervo
social europeo, es de tal magnitud y se produce
en un entorno tan incierto que puede sumir a
las economías de la Unión Europea en una
atonía prolongada.
Estado o mercado: la difícil disyuntiva ante la crisis 5

La crisis financiera que estalla a finales de 2007 re- gunos Estados se han organizado para obli-
sulta singular por varios motivos. Si bien se trata de garlo a ir en esa dirección. Al levantar, cada
una crisis global, que encierra un riesgo sistémico uno a su manera, unas instituciones para re-
recurrente, su epicentro se localiza en los países gularlo y unas leyes para enmarcarlo, llevan-
más desarrollados. Asimismo, se ha trasladado del do a cabo unas políticas para reglar el ritmo
sistema financiero a los principales sectores produc- de su actividad, los Estados han logrado, en
tivos y ha derivado en una profunda crisis económi- cierta medida por lo menos, domesticar la
ca, la cual ahonda los problemas financieros de las fuerza que representa. No puede ser diferen-
economías. te para las finanzas, corazón mismo del capi-
Además, esta crisis resulta reseñable porque ha talismo... Colocar la globalización financiera
inducido una gran reactividad de los poderes pú- al servicio del desarrollo económico pasa me-
blicos, situación relativamente anómala en los paí- nos por una reforma de las finanzas o del ca-
ses centrales del capitalismo desde la década de los pitalismo que por una redefinición del papel
ochenta. Los poderes públicos se han visto obliga- del Estado en el propio funcionamiento de las
dos a llevar al límite sus políticas macroeconómi- finanzas... ¡y del capitalismo!”.
cas para rescatar el sistema financiero y para suplir
las debilidades de la iniciativa privada. Tuvieron Sin embargo, los poderes económicos y los go-
que extraer del baúl del olvido las recetas hereda- biernos temen que una institucionalización de la in-
das del keynesianismo y, como consecuencia de tervención pública desemboque en un retorno del
ello, los déficits y las deudas públicas alcanzaron Estado como fuerza principal de regulación de la
niveles desconocidos hasta entonces. Ello era con- economía. Así, se puede observar desde la cumbre
secuencia de las acciones discrecionales emprendi- del G-20 de Pittsburgh, y sobre todo desde la de To-
das por las autoridades y, en mayor medida, del
juego adverso de los estabilizadores automáticos.

L os mercados,
Si bien una evolución plana o negativa de los com-
ponentes privados de la demanda agregada obliga
a recurrir a un mayor nivel de déficit para atenuar
la intensidad de la caída, cabe preguntarse hasta tras un breve
dónde puede ir dicho déficit, cuánto tiempo puede
aguantar y cómo se financia. ¿En qué momento ha- paréntesis que
brán de subir los impuestos y/o habrá de ser res-
tringido el gasto público? ha puesto al
Para autores tan destacados como Brender y Pi-
sani, no hay duda posible. La propia estabilidad del descubierto su
sistema económico requiere, más allá de una refor-
ma del sistema financiero, que las varias terapias de incapacidad para
inspiración keynesiana a las que han tenido que acu-
dir los poderes públicos para sortear la crisis no autorregularse,
sean retiradas con demasiada premura. Esta idea
queda reflejada en el siguiente párrafo de su libro han vuelto a
La crise de la finance globalisée:
ejercer una
“El futuro de la globalización financiera es
ahora asunto de los Estados. Depositar las función de
esperanzas en la transformación de las finan-
zas y de los financieros para ponerlos al ser- control sobre
vicio de la estabilidad financiera es un vano
esfuerzo, así como también resulta vana la los gobiernos
idea de transformar el capitalismo para po-
nerlo al servicio del progreso social. Desde democrática-
hace casi dos siglos, el capitalismo ha podido
servir de motor al progreso social porque al- mente elegidos
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ronto, que la intervención del Estado tiende a ser supuestaria no serviría para estabilizar la actividad
considerada accidental y orientada a salvar al siste- económica porque cualquier desbordamiento de los
ma de sus propios excesos. Los países comunitarios, déficits públicos generaría tensiones inflacionistas,
muchos de los cuales sufrieron las consecuencias de una presión alcista sobre los tipos de interés y una
los ataques de los mercados tras el estallido de la subida de los impuestos.
“crisis griega”, se han erigido en los principales va- La llamada “política de consolidación presu-
ledores de una estrategia destinada a acelerar la re- puestaria” exigida por los mercados, que pasa por
tirada de las ayudas públicas. un recorte sin precedentes del acervo social euro-
Una vez pasados los efectos más destructivos de peo, es de tal magnitud y se produce en un entor-
la crisis financiera y convencidos los principales go- no tan incierto que puede sumir a las economías
biernos de la Unión Europea de que lo peor de la de la Unión Europea en una atonía prolongada, tan­
crisis económica ha pasado –opinión menos com- to más cuanto que el paro es masivo y adquiere ca-
partida por las autoridades norteamericanas–, nue- rácter duradero.
vamente tienden a considerar desestabilizadoras las En la actualidad, unos mercados financieros sal-
intervenciones públicas. Aluden al potencial efecto vados en muchos países, sobre todo los anglosajo-
crowding-out y a que, según lo enunciado por el teo- nes, de su propia vorágine por la acción pública es-
rema de la “nueva equivalencia ricardiana”, el in- tán cuestionando la credibilidad de un gran número
cremento del déficit augura impuestos superiores a de Estados europeos. En muchos países, si bien no
corto plazo y provoca un ahorro superior para ha- ha sido el caso español en esta crisis, los Estados
cer frente a la futura carga fiscal, lo cual merma han tenido que salvar a los grandes bancos de la
enormemente el efecto multiplicador del gasto pú- quiebra (comprando activos de calidad dudosa,
blico. Se ha sentado como dogma que la política pre- transmitiéndoles cantidades ingentes de liquidez,
garantizando las emisiones de deuda privada, en-
trando directamente en el capital de dichas entida-

L os poderes des para recapitalizarlas etc.) y han tenido que esti-


mular sectores productivos enteros para que no
quebraran.
económicos Los mercados, tras un breve paréntesis que ha
puesto al descubierto su incapacidad para autorre-
y los gobiernos gularse, han vuelto a ejercer una función de control
sobre los gobiernos democráticamente elegidos. Los
temen que una amenazan con no prestarles más dinero y con no re-
novarles los créditos pendientes. No cabe duda de
instituciona- que la desregulación financiera, que se acelera en
la década de los ochenta, ha recortado el margen de
lización de la los gobiernos para conducir su política económica
de forma autónoma y a espaldas de las exigencias
intervención de los mercados financieros. De hecho, François
Chesnais ya destacaba en 1997, en La mondialisa-
pública tion du capital, la fuerza de dichos mercados frente
a los Estados debido a que poseían la mayor parte
desemboque de su deuda pública y tenían capacidad para some-
ter los tipos de interés a largo plazo a grandes osci-
en un retorno laciones. Los poderes políticos se hallaban expues-
tos a la siguiente disyuntiva: priorizar la apertura-
del Estado como desregulación de los mercados, las políticas antiin-
flacionistas, la contracción del gasto público, la des-
fuerza principal regulación del mercado de trabajo, etc. o ser margi-
nados por los capitales internacionales y exponerse
de regulación a padecer una mayor prima de riesgo país.
En febrero de 1996, Hans Tietmeyer, antiguo pre-
de la economía sidente del Bundesbank, recalcó en el Fórum Mun-
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L os mercados
dial de Davos los límites de la autonomía nacional
en materia de política económica y relativizó el pa-
pel de las instituciones democráticas con respecto
a las disciplinas que los mercados imponen a la ac- financieros no sólo
ción pública:
no han cedido
“Los mercados financieros asumirán cada
vez más en el futuro el papel de gendarmes ni un ápice de
de los poderes públicos y se producirán osci-
laciones erráticas en caso de incertidumbre su protagonismo
sobre las políticas gubernamentales. Los po-
líticos han de comprender que se hallan bajo en esta crisis,
el control de los mercados financieros y no
ya simplemente bajo el de los debates nacio- sino que incluso
nales” (citado por Alain Lipietz en La société
en sablier). se han erigido
En “Los mercados financieros internacionales. en un gobierno
Reflexiones a propósito de las crisis financieras al
inicio de la década de los noventa”, publicado en La económico
fragilidad financiera del capitalismo, Luis Ángel Ro-
jo profundiza en esta idea y constata la merma de mundial en la
los poderes políticos frente a unos mercados que
tienen capacidad para sancionar las actuaciones pú- sombra
blicas que consideran erróneas:

“Los mercados tienen capacidad para con- to de paro y de desapalancamiento financiero gene-
dicionar y modificar las políticas económicas ralizado, que podría resultar contraproducente pa-
nacionales, imponer ajustes cambiarios e in- ra la propia consolidación presupuestaria y estabi-
cluso hacer saltar sistemas de cambios fijos, lización de la ratio deuda/PIB.
acentuar la volatilidad de los precios de los En la actualidad, pese a los compromisos asumi-
activos financieros, zarandear las economías dos en la cumbre del G-20 de Pittsburgh, donde se
generando o acentuando desequilibrios que afirmó que convenía mantener los estímulos para
pueden acabar conduciendo a inflaciones o consolidar la recuperación, los Estados europeos,
recesiones y difundir las tensiones de unos convencidos de que se ha agotado el margen de ma-
mercados a otros aumentando la probabili- niobra de una acción pública contracíclica, dedican
dad de que se generen riesgos sistémicos pa- sus esfuerzos a recortar los niveles de déficit y de
ra los que el mundo no está bien preparado. deuda pese a que siguen fallando los elementos más
Ha habido un desplazamiento de poder des- dinámicos susceptibles de favorecer la inversión pri-
de los gobiernos hasta los mercados cuya con­ vada. En un estudio colectivo del Observatoire
secuencia es una pérdida de autonomía de las Français des Conjonctures Économiques (OFCE),
autoridades nacionales en la elaboración de Xavier Timbaud apunta:
la política económica”.
“Resulta una paradoja extraña que nos en-
Los mercados financieros no sólo no han cedido treguemos al juicio de los mercados financie-
ni un ápice de su protagonismo en esta crisis, sino ros cuando aún seguimos inmersos en una cri-
que incluso se han erigido en un gobierno económi- sis provocada por el más abultado error de
co mundial en la sombra y han impuesto a unos po- juicio jamás cometido por los mercados finan-
deres políticos aterrados por su propia audacia an- cieros. ¿Cómo podemos aceptar someternos
terior un tratamiento no exento de riesgos: la reti- por anticipado al juego de unos actores finan-
rada rápida e intensa de los impulsos públicos. cieros que deben su supervivencia a unos dé-
Fuerzan una austeridad excesiva, más en un contex- ficits que censuran en la actualidad?”.
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L os Estados puestaria. De este modo, al insistir en el rigor gene-


ralizado, los gobiernos europeos se alejan, no sin

europeos, riesgos, de los principios keynesianos que hubieron


de aplicarse en los años treinta para permitir que el

convencidos mundo saliera de la Gran Depresión.


Si bien el ajuste es necesario porque estos nive-

de que se les de déficit y de deuda plantean el espinoso tema


de su sostenibilidad, el problema está en el ritmo de

ha agotado reabsorción de los desequilibrios. Deberá llevarse


a cabo sin que los países se precipiten en el pozo de

el margen la recesión, es decir, una vez confirmado que las


economías ya han salido de la crisis. Por ahora, sin

de maniobra embargo, subsisten demasiadas incertidumbres en


torno a la evolución del crecimiento. El consumo y

de una acción la inversión privada carecen de fuerza suficiente pa-


ra tomar el relevo. El paro masivo, el desendeuda-

pública miento generalizado, la subida de un ahorro de pre-


caución y la restricción crediticia restan potencia a

contracíclica, la recuperación.
En ¿Mercado o Estado? Dos visiones sobre la crisis,

dedican sus Jordi Sevilla sintetiza correctamente el dilema que


azota a la economía española (y a otras muchas eco-

esfuerzos a nomías):

recortar los “La situación española se podría resumir,


por tanto, de la siguiente manera: hemos to-

niveles de déficit cado fondo, pero nos hemos quedado con po-
cas herramientas de política económica para
empujar hacia arriba con fuerza”.

Sólo la intervención pública ha podido amorti- Las debilidades de la construcción


guar los efectos destructivos de una contracción ra- europea
dical de los componentes privados de la demanda Esta crisis europea de la deuda ha evidenciado la
agregada en un entorno de bloqueo de los mercados debilidad de los mecanismos de solidaridad intra-
interbancarios y de desempleo ascendente. Sin em- comunitaria y la incapacidad crónica de la Unión
bargo, ahora planea el problema de la deuda públi- Monetaria para sortear de forma coordinada y so-
ca, especialmente acuciante según los poderes eco- lidaria una situación de crisis. No cabe duda de que
nómicos y políticos porque su deterioro coincide una crisis mayor del euro, con salida transitoria o
con un paro masivo y una tendencia al envejeci- definitiva de uno o varios países de la moneda úni-
miento de la población que provocarán un incre- ca, conllevaría una implosión del propio proceso de
mento significativo del gasto público en pensiones integración. Esta opción tiene poco recorrido debi-
y sanidad, de ahí que se tema que, en caso de no su- do a los costes que conllevaría para el país que se
bir los impuestos y recortar las pensiones, haya que decantara por ella y a los efectos desestructurantes
emitir un elevado volumen de deuda pública, lo cual que causaría sobre la propia zona del euro.
tensaría los tipos de interés y produciría efectos ad- Ya se dijo en su día, durante el proceso de con-
versos sobre el crecimiento, los déficits y la ratio vergencia hacia la moneda única, que Europa no era
deuda/PIB. un área monetaria óptima y que el constructo euro-
Al final, el temor a una sanción de los mercados peo era incompleto al centrarse únicamente en su
y a una subida de los tipos de interés de la deuda dimensión monetaria y obviar las dimensiones pre-
pública que obligaría a subir los impuestos y recor- supuestarias y fiscales. Fueron entronizadas unas
tar el gasto ha desembocado en Europa en una ge- reglas restrictivas a escala macroeconómica aplica-
neralización de las políticas de restricción presu- bles por igual a cada uno de los Estados miembros,
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pero no fueron potenciados en paralelo los instru- euro, están siendo beligerantes con el conjunto, por
mentos de una regulación macroeconómica de ám- lo que deberían esperar una respuesta coordinada.
bito supranacional para hacer frente a los eventua- Éste no es el caso, pero el efecto contagio es con-
les shocks económicos adversos. sustancial a la zona del euro, a la desaparición de
Así, salvo el alumbramiento del Pacto de Estabi- los anteriores mecanismos de ajuste de tipo cambia-
lidad y de Crecimiento (PEC), desnaturalizado en rio y a que, en un mercado de capitales que tiende
2003 por Francia y Alemania, la pérdida de autono- a unificarse, los demás Estados miembros son tene-
mía de la política monetaria y cambiaria no ha da- dores de la deuda atacada. Esto afecta a su estabi-
do lugar en Europa a la creación de unos instrumen- lidad al incidir en la estabilidad y la viabilidad de
tos de gobernanza económica europea especialmen- sus instituciones financieras.
te necesarios porque las economías eran diferentes Las incertidumbres y los titubeos europeos, so-
y la política monetaria única podía producir efectos bre todo alemanes, en cuanto a la respuesta que
dispares, incluso divergentes, en los diversos paí-
ses. Así, el peso del ajuste real, a falta de tipo de

S ólo la
cambio, recae íntegramente sobre el país afectado
por el shock asimétrico y obliga a centrar el ajuste
en el mercado de trabajo. Como la zona del euro ca-
rece de las herramientas macroeconómicas adecua- intervención
das para responder a una crisis como la actual, tien-
den a primar los intereses nacionales con respecto pública
a los comunitarios. Así, Alemania ha optado por un
repliegue hasta mayo de 2010 y esta introspección ha podido
ha contribuido a minar la credibilidad de la zona del
euro más que cualquier otro episodio anterior. amortiguar
El tema de la deuda soberana de los países pe-
riféricos de la zona del euro ha puesto claramente los efectos
sobre la mesa el problema de fondo de la gobernan-
za económica de dicha zona y ha mostrado la invia- destructivos de
bilidad de una política monetaria única no acompa-
ñada por mayores avances en cuanto a comunitari- una contracción
zación de la política económica, sobre todo en lo
que respecta a la política presupuestaria. Ha reve- radical de los
lado también que las normas restrictivas del PEC
eran improcedentes para responder a una crisis fis- componentes
cal del Estado de tamaño desconocido. Sin embar-
go, por la falta de voluntad política queda descar- privados
tada la opción de un verdadero presupuesto comu-
nitario dotado de unos recursos suficientes como de la demanda
para poder ejercer una verdadera actuación contra-
cíclica. ¿Están los Estados miembros dispuestos a agregada
aceptar una verdadera disciplina fiscal y transfe-
rencias presupuestarias compensatorias a través de en un entorno
toda la zona del euro? Sin embargo, los países comu­
nitarios ya tenían el precedente de la crisis del Sis- de bloqueo
tema Monetario Europeo (SME) durante 1992-1993,
momento en el que los mercados se envalentona- de los mercados
ron al no percibir señales de una actuación coordi-
nada europea para corregir los desequilibrios indu- interbancarios
cidos o agravados por el proceso de reunificación
alemana. y de desempleo
Los mercados financieros deberían entender que,
cuando atacan a un país miembro de la zona del ascendente
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convenía dar a la crisis helena han dado mayor vue­ Alemania lo ha potenciado. Se puede afirmar que los
lo a la especulación. Estas renuencias eran difíci- titubeos de Europa, presa de enfoques cada vez más
les de entender, ya que el problema de Grecia era rigoristas y nacionalistas en lo referente a la gestión
simple: el sobrecoste de la carga de la deuda aso- de la crisis griega, han contribuido a debilitar los frá-
ciado a la refinanciación del conjunto de su deuda giles cimientos financieros europeos y a cuestionar
de unos 300.000 millones de euros, teniendo en la vitalidad de la recuperación económica para el
cuenta un diferencial con el bono alemán de más conjunto de la zona del euro. Asimismo, resulta preo­
de seis puntos, ascendería a unos 18.000 millones cupante para el futuro de la gobernanza económica
de euros anuales, cifra que representa más del 5% europea que se obligue a todos los países, en aplica-
del PIB. La situación resultaba, por tanto, insoste- ción de una lectura fundamentalista del PEC, a lle-
nible, puesto que sólo el sobrecoste de la deuda var sus déficits públicos por debajo del 3% para
absorbería más de la totalidad del ahorro público 2013, independientemente de si parten de un déficit
proveniente de la aplicación de un plan de ajuste del 3,4% en 2009 (Alemania), de uno del 13,6% (Gre-
duro. Sin embargo, la intransigencia alemana y la cia) o de otro del 11,2% (España). Más aún teniendo
ambigüedad francesa conllevaban riesgos elevados en cuenta que sus niveles de deuda son muy dispa-
para la propia viabilidad del sistema financiero res. Así, por ejemplo, la deuda pública española re-
alemán y la del resto de los países europeos. El ba- ferida al PIB, pese a su rápida progresión, era de tan
lance de las principales entidades financieras eu- sólo el 54% en 2009, la de Alemania era del 73,2%
ropeas se vería muy dañado por la depreciación y la de Francia rozaba el 80%.
del mercado de los bonos y, por si fuera poco, es- Parecen criticables unas reglas rígidas aplicables
te proceso no sería sino el preámbulo de la depre- por igual a todos los participantes en la Unión Mo-
ciación de la deuda de otros países económicamen- netaria. Situaciones coyunturales nacionales diferen-
te más significativos, como Portugal, Irlanda, Es- tes, diversos márgenes de maniobra presupuestarios
paña o Italia. y niveles dispares de dotación en infraestructuras
En lugar de contener el efecto contagio, la políti- socioeconómicas requieren respuestas presupuesta-
ca cortoplacista y erróneamente ejemplarizante de rias diferenciadas y que se tomen en consideración
las finalidades económicas y sociales de los déficits.
No tiene la misma significación un déficit asociado

E l peso del ajuste a un incremento de las inversiones en infraestructu-


ras y en capital humano, que influye positivamente

real, a falta de en la productividad y en el crecimiento potencial,


que otro derivado de un incremento del gasto co-

tipo de cambio, rriente. Es evidente que las políticas de estímulo


presupuestario y fiscal encierran graves riesgos a

recae medio plazo, pero convendría considerar la estruc-


tura del gasto público, así como los efectos contracti­

íntegramente vos asociados a un recorte demasiado intenso de és-


te. En este sentido, Joseph Stiglitz apunta lo siguien­

sobre el país te en su libro Caída libre:

afectado por el “No obstante, si el dinero del estímulo se


gasta en inversiones, es menos probable que

‘shock’ asimétrico se produzcan efectos adversos, porque los


mercados se darían cuenta de que Estados

y obliga a centrar Unidos está en realidad en una posición eco-


nómica más fuerte a consecuencia del estímu-

el ajuste en el lo, no en una posición más débil. Si el gasto


del estímulo es en inversión, el lado de los

mercado de activos del balance de la nación aumenta a la


vez que el pasivo y no hay motivo para que

trabajo los prestamistas se preocupen, no hay motivo


para un aumento en los tipos de interés”.
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L os mercados
Asimismo, no parece de recibo extrapolar la si-
tuación helena a la de otros países. Existe una dife-
rencia de calado: las triquiñuelas en torno al déficit
han creado la crisis en Grecia, mientras que la cri- financieros
sis económica y financiera ha generado los déficits
de los países europeos. deberían
Al final, esta crisis de la deuda ha revelado las de-
bilidades institucionales de un entramado sin prece- entender que,
dentes: una Unión Monetaria sin Unión Política. Se
ha alumbrado una moneda sin Estado y, más abe- cuando atacan
rrante aún, sin política económica común, de la que
la moneda única habría de ser un mero complemen- a un país
to. Las carencias en materia de gobernanza en la zo-
na del euro iban a facilitar los movimientos adversos miembro de la
de capitales. La especulación se desataba en los mer-
cados europeos en la semana negra del 3 al 8 de ma- zona del euro,
yo de 2010. La crisis se trasladaba a España y el euro
se depreciaba a una velocidad desconocida hasta la están siendo
fecha. Los mercados exigían a algunos gobiernos la
adopción de medidas urgentes de consolidación pre- beligerantes con
supuestaria. La agudización de la crisis griega y su
contagio a diversos países de la zona del euro iban a el conjunto, por
obligar a las autoridades europeas a tomar decisio-
nes transcendentes desde el punto de vista de la fu- lo que deberían
tura gobernanza económica de la zona del euro.
Así, la Unión Europea, que andaba a rebufo de esperar una
los mercados, acordó el 9 de mayo de 2010, con la
ayuda sustancial del FMI, poner en marcha un me- respuesta
canismo de asistencia financiera destinado a ayudar
a los países de la zona del euro que tenían o podían coordinada
tener dificultades para hacer frente a los compro-
misos financieros derivados de su deuda. Dicho me-
canismo, dotado de 750.000 millones de euros mo- y privada en los mercados secundarios para evitar
vilizables a un tipo de interés de entre el 3,5% y el la posibilidad de que algún Estado miembro de la
5%, pretende subsanar las dificultades de financia- zona del euro fuera insolvente. El BCE, como ya hi-
ción en situación de desconfianza extrema de los zo la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), ha
mercados. Aunque la tardanza en adoptar el plan ha tenido que inundar el mercado de liquidez, activan-
endurecido y encarecido el coste de financiación de do la máquina de imprimir dinero, y comprometer
la deuda de muchos países, se trata de la decisión no sólo el espíritu de los tratados, sino también su
histórica más relevante para la zona del euro desde sacrosanta independencia referida al asentamiento
la creación de la moneda única. Bien es verdad que de la credibilidad antiinflacionista. Ahora, incum-
las autoridades norteamericanas hubieron de pre- be al BCE estabilizar el mercado de la deuda y evi-
sionar a las germanas para hacerles ver la urgencia tar que la crisis de la deuda soberana se traslade al
de acometer un plan “comunitario” de salvamento balance de las principales entidades de crédito. No
que impidiera la creación de una segunda ola finan- sólo se han rescatado países, sino que también se
ciera tan devastadora como la generada por la quie- ha pretendido evitar un nuevo seísmo financiero.
bra de Lehman Brothers. Este traje, cortado más a Una situación de excepción exige que se adopten
medida de España que de otras economías más re- medidas de similar naturaleza y las actuaciones del
ducidas, aspira a ser un dique de contención para BCE han evolucionado con la crisis. Así, ya le he-
dotar de garantías al euro. mos visto, y le volvemos a ver, inyectar grandes
Asimismo, el Banco Central Europeo (BCE) se cantidades de liquidez a un plazo más largo de tres
veía abocado a adquirir títulos de la deuda pública y seis meses y, además, abrir líneas de swaps en dó-
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E l BCE ha tenido tual es muy dependiente del dinamismo de sus ex-


portaciones, podría ser la gran damnificada por su

que inundar propia ortodoxia contraproducente. Predica las vir-


tudes de la austeridad y, sin embargo, basa su éxito

el mercado en los impulsos públicos y consumo del resto de los


Estados miembros. Esto ha dejado ya de ser soste-

de liquidez nible.
Además, las autoridades comunitarias han exten-

y comprometer dido también su vigilancia a los desequilibrios ma-


croeconómicos y pretenden fijar unos criterios co-

no sólo el munes a la hora de elaborar los programas naciona-


les de estabilidad y los presupuestos, lo cual repre-

espíritu de los senta un paso más en el tortuoso camino de la go-


bernanza económica. La Dirección General de la

tratados, Comisión Europea para los asuntos económicos y


financieros (DG ECFIN) acordó a principios de sep-

sino también tiembre de 2010 someter al examen previo de Bru-


selas las líneas maestras de los diversos presupues-

su sacrosanta tos nacionales. Esta idea, presentada por la Comi-


sión Europea en mayo de 2010, significa que habrá

independencia un debate ex ante de las cuentas públicas durante el


primer semestre y la Unión Europea establecerá las

referida al directrices para los presupuestos que serán elabo-


rados por los gobiernos durante la segunda parte

asentamiento de del semestre. Estas medidas entrarán en vigor a


partir de enero de 2011. Se trata de ejercer un ma-

la credibilidad yor control sobre la evolución de las finanzas públi-


cas de algunos países. Asimismo, los Estados miem-

antiinflacionista bros expuestos a procedimiento de déficit excesivo


podrían verse obligados a reorientar los fondos re-
cibidos de la Unión Europea hacia “actividades que
generen aumentos de ingresos o mejoren la calidad
lares concertadas con la Fed para frenar la caída de sus finanzas públicas”.
del euro. ¿Van a tener todos los gobiernos la misma capa-
También conviene destacar como rasgo distinti- cidad para incidir en la definición de los intereses
vo de esta crisis europea de la deuda que Alemania, generales de la Unión Europea? ¿No tendrán algu-
país que más se ha beneficiado de la integración eu- nos de ellos más poder para imprimir a los demás
ropea, está jugando con fuego al renunciar a estimu- las orientaciones derivadas de su propia elección de
lar su consumo interno y mantener una fuerte res- la política económica? Podemos ya intuir que el pro-
tricción salarial iniciada a finales de los noventa. ceso de ajuste será asimétrico. Los Estados centra-
Esto obliga a todos los demás Estados miembros a les tienen fuerza suficiente para imponer ajustes
elegir la misma medicina para satisfacer a los mer- muy restrictivos a los países periféricos, mientras
cados. Así, ha anunciado un plan ambicioso que que éstos no pueden imponer a los primeros que
contempla un recorte del gasto público por un im- procedan a reactivar su economía según sus capaci-
porte de 80.000 millones de euros entre 2011 y 2014. dades y su margen de maniobra. La política de aus-
La ortodoxia alemana, que fue pionera en la mate- teridad impuesta en las economías periféricas de la
ria y ahora se suma a las recetas de recortes de otros zona del euro, que no tienen capacidad para em-
países e incluso las prolonga, no tiene en cuenta el prender políticas expansivas en solitario, tendrían
coste que impone a sus vecinos y amenaza con de- más probabilidad de éxito si los grandes países eu-
volver a Europa al pozo de la recesión al truncar de ropeos no siguieran empecinados en impulsar, pese
raíz una recuperación que apenas asoma la cabeza. a su mayor margen de maniobra, políticas de auste-
Al final, Alemania, cuyo crecimiento económico ac- ridad.
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Políticas de ajuste: los Estados dio plazo, no una soga fiscal a día de hoy. Si
europeos frente a Estados Unidos los estímulos activan la economía, van a ge-
Los países desarrollados se enfrentan a una tarea nerar ingresos públicos y el impacto sobre el
ardua: evitar la recaída, con riesgos de desliz defla- déficit será bajo. Eso, desde luego, es mucho
cionista, como consecuencia de la retirada de los es- mejor que no hacer nada”.
tímulos fiscales y la contracción del gasto público,
y sortear el contagio destructivo de la deuda. La di- No obstante, por otra parte, el FMI ya venía in-
ficultad para los países europeos radica en que tie- sistiendo en que Estados Unidos había agotado el
nen que adoptar unas medidas que permitan impul- margen de su política fiscal como consecuencia del
sar el crecimiento a más largo plazo, paralelamente fuerte y rápido incremento de su deuda pública.
a la implantación de los planes de austeridad, que Asimismo, la OCDE presentaba sus nuevas previ-
pueden surtir efectos contractivos a corto plazo. Los siones económicas a mediados de septiembre de
países se ven abocados a adoptar, cada uno de ellos, 2010. Si bien atisbaba una mayor recuperación, au-
medidas de política económica para calmar las du- guraba también una probable ralentización del rit-
das de los mercados, pero, si la economía se contrae mo al que se iba a producir a partir del tercer tri-
en exceso, crecerán los temores de los acreedores, mestre de 2010 y advertía que los países que gozan
lo cual los llevará a exigir mayores tipos de interés de suficiente credibilidad ante los mercados –lo
sobre los títulos de la deuda pública y privada. Con cual no es el caso de España y de los demás países
todo ello se vería dificultada la propia política de periféricos– habrían de suavizar su ajuste fiscal en
consolidación presupuestaria. De hecho, los dife- caso de que la recaída adquiriera mayor entidad.
renciales de riesgo país de Grecia, Irlanda y Portu- Urgía, no obstante, a Estados Unidos a recortar su
gal han seguido creciendo pese a los duros planes déficit.
de ajuste interno que se han adoptado. En el caso El manejo de la política económica ha de ser flexi-
español, la tormenta ha amainado, si bien el dife- ble y tener en cuenta no sólo los problemas estruc-
rencial con el Bund alemán a diez años sigue en-
quistado en torno a los 180 puntos básicos.

L a ortodoxia
La política fiscal se halla en una encrucijada al
tener que compatibilizar dos objetivos centrales que
no siempre resultan compatibles: por una parte, se
pretende garantizar la propia sostenibilidad de las alemana no tiene
finanzas públicas y, por otra, persiste el deber de
estabilizar la economía en un contexto de debilidad en cuenta el coste
de los componentes privados de la demanda agre-
gada y de paro masivo. Una retirada demasiado brus­ que impone
ca e intensa de los impulsos públicos puede afectar
negativamente al crecimiento, pero también puede a sus vecinos
afectarlo muy negativamente la inacción en lo refe-
rente a la espiral de la deuda pública. Este dilema y amenaza con
parece explicar la actitud vacilante del FMI. Situa-
do en la complicada coyuntura de apoyar los planes devolver a Europa
de ajuste europeos sin denunciar las políticas de es-
tímulo norteamericanas, tan pronto insta a los paí- al pozo de la
ses a centrar su atención sobre la necesaria conso-
lidación presupuestaria como cuestiona los efectos recesión al
beneficiosos de dicha política de ajuste. Así, por
ejemplo, Olivier Blanchard, economista jefe del truncar de raíz
FMI, declaraba el 10 de septiembre de 2010 lo si-
guiente: una recuperación
“La política fiscal no ha alcanzado sus lí- que apenas asoma
mites. Lo necesario en los países desarrolla-
dos es una consolidación fiscal creíble a me- la cabeza
14 Harvard deusto finanzas & contabilidad

turales de largo plazo de la economía, sino también Así, por ejemplo, el secretario del Tesoro de Esta-
el estado del ciclo a corto plazo. Unas medidas váli- dos Unidos defendía en la reunión del G-20 de mi-
das en épocas de crecimiento pueden resultar con- nistros de Economía, celebrada a principios de ju-
traproducentes en un entorno de recesión o de cre- nio de 2010, que cualquier plan de ajuste del gasto
cimiento lento prolongado, escenario al que se en- público debe ser “compatible con el crecimiento”.
caminan muchas economías europeas. Asimismo, la El ministro de Economía alemán contestaba que “el
estrategia de retirada paulatina de los estímulos fis- equilibrio presupuestario es un prerrequisito del
cales debería ser coordinada y no el resultado del crecimiento”. Estados Unidos, que descarta elimi-
chantaje de los mercados. Resulta incongruente que nar los estímulos hasta que no se asiente la recupe-
los Estados miembros de la zona del euro lleven a ración, concede prioridad al crecimiento económi-
cabo de forma simultánea duros ajustes fiscales, in- co a corto plazo, mientras que Europa, liderada por
cluso cuando no lo necesitan, como es el caso de Ale- Alemania, sigue obsesionándose con la reducción
mania. Como ya arrojan todas las proyecciones de del déficit. La realidad económica de los próximos
los diversos organismos internacionales, el creci- años se va a encargar de verificar cuál de las rece-
miento europeo va a volver a ser uno de los más dé- tas de política económica es la más acertada. La re-
biles a escala mundial y el paro seguirá siendo ele- ceta que demuestre más efectividad marcará tam-
vado. Todo esto condiciona y agrava los debates en bién el equilibrio de poder entre el mercado y el
torno a la sostenibilidad de los pilares centrales del Estado en los próximos años. A priori, parece un
Estado del Bienestar y dificultará la consolidación comportamiento bastante suicida recortar la inicia-
fiscal. tiva pública cuando la economía mundial presenta
De hecho, Estados Unidos y Europa están ges- signos de gran debilidad y los componentes priva-
tionando de forma diferente la salida de la crisis. dos de la demanda son tan endebles (paro, ahorro
de precaución, sobrecapacidad inversora del perío-
do anterior, culminación del proceso de saneamien-

E l FMI ya venía to de los bancos, que han de desapalancarse y ven-


der sus activos dudosos, mayor restricción crediti-

insistiendo en cia, etc.).


El gasto público ha de moverse al contrario del

que Estados de las familias y las empresas al tener (estabilizado-


res y acciones discrecionales) un cometido contra-

Unidos había cíclico. Los agentes privados recortan su consumo,


sus inversiones y sus niveles de endeudamiento en

agotado el un entorno de crisis, mientras que tienden a elevar


su tasa de ahorro. Por el contrario, incumbe al sec-

margen de su tor público compensar estas debilidades del sector


privado.

política fiscal Estados Unidos, cuya recuperación está siendo


más lenta de lo esperado y cuya tasa de paro sigue

como estancada en el 9,6%, está convencido de que el


frágil repunte precisa del mantenimiento de los im-

consecuencia pulsos públicos para combatir la lacra del paro. De


hecho, el Gobierno norteamericano, asustado por

del fuerte un crecimiento que, aun siendo positivo, tiende a


debilitarse trimestre tras trimestre desde finales

y rápido de 2009, ha presentado para su aprobación un ter-


cer plan de estímulo en septiembre de 2010. Se

incremento centra en infraestructuras por un importe de 50.000


millones de dólares y prevé rebajas fiscales por un

de su deuda importe de 100.000 millones de dólares para las


empresas que creen empleo. Asimismo, se contem-

pública plan una rebaja de impuestos para las clases bajas


y medias y una subida para las rentas superiores a
Estado o mercado: la difícil disyuntiva ante la crisis 15

250.000 dólares anuales, medidas aún no concre- economía haya confirmado que va saliendo con pa-
tadas. so firme de la crisis.
Así, mientras Estados Unidos y Japón optan por
reforzar los estímulos (además, la economía japone- Conclusiones
sa se encuentra muy penalizada por la excesiva Retornar al crecimiento y romper la dinámica per-
apreciación del yen), Europa, que no goza de la cre- versa del déficit y de la deuda requeriría, como mí-
dibilidad de Estados Unidos, debido a sus propias nimo, no sólo emprender reformas estructurales en
debilidades institucionales, a que no ostenta la mo- los varios mercados, sino también que existiera la
neda de reserva internacional y a que sus mercados voluntad política de impulsar una reforma fiscal que
de capitales son mucho menos profundos, se decan- cuestionara su carácter crecientemente regresivo
ta de forma generalizada por las políticas de auste- desde los años ochenta.
ridad para reforzar la confianza de los inversores. Esta crisis ha evidenciado algo que va mucho más
Bien es verdad, no obstante, que los gastos públicos allá del mero fracaso temporal de unos mercados
que derivan del mayor desarrollo de su Estado de financieros superados por su propia vorágine y ma-
Bienestar son mucho más abultados en Europa que la valoración del riesgo. Ha puesto de relieve la
en Estados Unidos. gran debilidad y vulnerabilidad de nuestros siste-
Para autores como Stiglitz o Krugman, que alu- mas productivos. Muchos sectores han tenido que
de al “masoquismo europeo”, no cabe duda: Euro- ser apoyados, cuando no rescatados, por las ayudas
pa se encamina directamente al precipicio de seguir públicas. Estos procesos financieros y económicos
con el fetiche del déficit y de los endeudamientos adversos han inducido una fuerte destrucción de
públicos. Mientras que Europa opta por la vía del empleo, que ejercerá una presión negativa durade-
rigor de Trichet (“Es la ausencia de credibilidad fis- ra sobre los pilares centrales del Estado de Bienes-
cal lo que reduce el crecimiento”), Estados Unidos tar. Y ello alentará a los gobiernos europeos a endu-
parece inclinarse por el pragmatismo activo de Sti- recer aún más sus políticas de consolidación presu-
glitz y Krugman. La retirada sólo puede ser gra- puestaria.
dual, observando cómo reacciona el sector privado. La crisis financiera había colocado al Estado en
Una retirada brusca sólo contribuiría a frenar aún el centro de la actuación económica. Al final, el vo-
más la actividad del sector privado, precedente que to adverso de los mercados, las preferencias políti-
ya se pudo observar en Estados Unidos en 1937 y cas e ideológicas de algunos gobiernos y los niveles
en Japón en 1997. La receta más segura a favor de acumulados de deuda han vuelto a imponer la aus-
la consolidación presupuestaria y del aminoramien- teridad pública en la Unión Europea. La pregunta
to del peso de la deuda sigue siendo el crecimiento clave es cómo van a incidir las medidas fiscales y
económico que permite revertir los estabilizadores de recorte del gasto público en la mayoría de los paí-
automáticos en forma de mayores ingresos y meno- ses desarrollados, sobre todo europeos, sobre el cre-
res gastos. El deterioro del déficit, que no ha sido cimiento y el empleo. <
causa de la crisis, sino respuesta a ella, ha proveni-
do más del juego adverso de los estabilizadores que
de las acciones discrecionales emprendidas por los
poderes públicos, un motivo más para mostrarse «Estado o mercado: la difícil disyuntiva ante la crisis». © Edi-
cauto ante la retirada de los estímulos presupuesta­ ciones Deusto. Referencia n.° 3698.
rios. Las políticas restrictivas sincronizadas en Euro­
pa pueden alargar varios años el proceso de salida
por lo alto de la crisis, tanto más cuanto que pue-
den alimentar una nueva apreciación del euro fren-
te al dólar.
Si bien el escenario más probable no es el de la Si desea más información relacionada
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