Vous êtes sur la page 1sur 20

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

Facultad de Psicología
Trabajo final
Eutanasia

Bioética
Profesora Alma Mireya López Arce

CERVANTES MOYA PATRICIA ANALI


CRUZ CHÁVEZ GABRIELA
GONZÁLEZ AMBROSIO GABRIELA
PACHECO GUZMÁN FERNANDO MANUEL
RIVAS MENDOZA MAYRA
TEMORIO MORENO FANNY ALEJANDRA
Bioética

Índice

Introducción 3

¡Qué es eutanasia? 5

Antecedentes históricos de la eutanasia 7

Clasificaciones de la eutanacia 10

Panorama de la eutanasia en México 12

Panorama de la eutanasia en el mundo 14

Instituciones a favor de la eutanasia 16

Instituciones en contra de la eutanasia 17

Conclusiones. 18

Referencias. 19

2
Eutanasia
Introducción.

P ertenecemos a una sociedad, a una familia y nuestras decisiones afectarán


siempre a otros. La autonomía absoluta afectará la integridad propia y la de
otros seres. La autonomía de cada uno podrá tropezar con la autonomía del otro.
Cuando un paciente pide que se termine con su vida, tiene que contar con la
autonomía y la conciencia moral de su médico y de sus seres queridos. No es sólo
establecer un reglamento o unas condiciones para permitir este acto. Un dilema
que no podemos ignorar, es preciso conocer para actuar de manera razonable e
informada.

Sin embargo, se debe reconocer algo al ser humano, este derecho a que se le
reconozca la posibilidad de disponer de su propia vida en situaciones especiales
simplemente por la dignidad que éste puede tener, el reconocerle a un ser humano
la posibilidad de definir que hacer con su vida es respetar la humanidad del otro
(su humanidad), es el respeto de la libertad y de la vida propia, y esto nos ayuda
a definir lo que es una vida digna, se puede argumentar desde este punto de
vista, de la dignidad humana, la exigencia de instaurar la eutanasia (bajo ciertas
condiciones) como una lucha por el reconocimiento del derecho a la muerte digna,
entendiendo por muerte indigna aquella que prolonga inmisericordemente la vida
por medios artificiales, en la que la vida se escapa lentamente y se da un apego
puramente al cuerpo físico.
3
Una profunda investigación sobre la eutanasia, uno de los dilemas históricos más
Bioética

discutidos de la medicina. Médicos, religiosos, abogados y familiares de enfermos


terminales, dejan su testimonio sobre el tema. La mayoría admite la eutanasia
pasiva, es decir, evitar prolongar la vida de un paciente por medios mecánicos
cuando se sabe que aquel ya no tiene posibilidades de vivir.

4
Eutanasia
¿Qué es eutanasia?

L a palabra eutanasia viene del griego, así: eu = bueno, thanatos = muerte.


“Buena muerte” término que ha evolucionado y actualmente hace referencia al
acto de acabar con la vida de otra persona, a petición suya, con el fin de minimizar
su sufrimiento.

Un derecho del paciente a decidir la forma y el momento de su muerte., esto


dentro de una definición corta, pero que busca como único fin el librar a una
persona de sus intensos sufrimientos, de una agonía inmisericorde que padece
como resultado de una enfermedad grave e incurable (por ejemplo algunos tipos
de cáncer o un SIDA). Dicha enfermedad o estado debe haber sido diagnosticado
suficientemente, de manera que su característica de irreversibilidad, sea tal, que
se determine la muerte como algo inevitable. Dentro de la misma definición, el
concepto de paciente, como el del ser humano que padece algo, puede ser un
sufrimiento físico. Sin referirnos al sufrimiento moral o psicológico exclusivamente,
aunque por esto, no se descarta que el sufrimiento físico le pueda provocar un
sufrimiento como los enunciados anteriormente.

La eutanasia constituye un desafío desde el punto de vista ético y también desde


lo legal. Algunos enfermos desahuciados piden que los dejen morir con dignidad
para que se acaben sus sufrimientos. Ahí se presenta todo un dilema para los
médicos y familiares, quienes deben adoptar una decisión final. 5
Es importante tomar en cuenta que son muchos los motivos que pueden
Bioética

llevar al ser humano a decidir morir, pero en la toma de tal decisión subyace
fundamentalmente la falta de un motivo para vivir.

Sin embargo, bajo el rubro de eutanasia no pueden quedar comprendidos


supuestos en los cuales el sujeto pide su muerte debido a un padecimiento
psicológico, por ejemplo, por depresión o por haber terminado una relación
amorosa.

6
Eutanasia
Antecedentes históricos de la eutanasia.

L a civilización griega fue la primera en emplear la palabra euthanasia, para


quienes significaba una buena muerte (tahanatos). La misma era aprobada
por el estado, ya que los gobernadores contaban con veneno para todo aquel
que deseaba morir, otorgándoles a su vez una autorización oficial: «Quien no
desee vivir debe exponer los motivos al Senado y una vez lo haya recibido, puede
quitarse la vida. Si existencia te resulta odiosa, muere; si el destino te es adverso,
bebe cicuta. Si la pena te abruma, abandona la vida. Dejad que el infeliz relate su
desgracia, dejad que el magistrado le proporcione el remedio para que él mismo
pueda ponerle fin». Esto sucedía básicamente en Atenas, Quíos y Massalia.

Sin lugar a dudas, que Grecia era una sociedad que aceptaba la eutanasia como
práctica ideada hacia un buen morir, con la finalidad de evitar la mala vida. Sin
embargo, esta práctica tiene sus defensores y detractores desde la antigüedad,
hasta nuestros días. Por ejemplo, desde épocas muy remotas quienes defendían
a la eutanasia eran Sócrates y Platón, quienes se aferraban a la idea de que una
enfermedad dolorosa y que llevara a un alto sufrimiento, sería una buena razón
para dejar de vivir. Heródoto era un médico, y profesor de Hipócrates, condenado
por el filósofo en la República por «fomentar las enfermedades e inventar la forma
de prolongar la muerte» y agrega «por ser maestro y de constituir enfermiza; ha
encontrado la manera, primero de torturarse a sí mismo, y después al resto del
7
mundo». Pese a ello, hay quienes se oponían a esta práctica condenándola, por
Bioética

ejemplo grupos como los pitagóricos, aristotélicos y epicúreos.

No obstante, Grecia no fue la única que permitía este tipo de práctica. En


Roma, se creía que un enfermo Terminal podía suicidarse porque poseía motivos
suficientes y valederos para hacerlo. Por lo que sólo se penalizaba al suicidio
ilógico y sin relación al padecimiento de una enfermedad.

Entonces la ideología romana era que vivir notablemente significaba por lo


tanto morir de la misma manera. Tal es así que hasta los aristócratas prisioneros
se les concedía frecuentemente evitar ser ejecutados mediante la opción del
suicidio. Imaginémoslos a través de las palabras de Séneca el estoico: «Hay una
gran diferencia entre un hombre que prolonga su vida o su muerte. Si el cuerpo
ya no sirve para nada, ¿por qué no debería liberarse al alma atormentada? Quizá
sería mejor hacerlo un poco antes, ya que cuando llegue ese momento es posible
que no pueda actuar».

Este hecho comenzó a girar radicalmente cuando el suicidio es castigado con


la negación de una “cristiana sepultura” a la persona que violentaba contra su
propio vida. Hecho que tomó su impulso cuando en el mundo occidental dominó
la religión cristiana. Si una persona padecía alguna enfermedad y su sufrimiento era
muy intenso, no se podía pensar en la mínima posibilidad de un alivio piadoso.
Es por esto que este rechazo llega a marcar influencia en la esfera de la legislación
civil. Por ejemplo, la víctima era partícipe de un entierro degradante y un posterior
abandono en la vía pública, tras la expropiación de sus bienes. Cabe aclarar que
no se realizaban excepciones, aunque haya sido una persona que sufriera una
enfermedad incurable.

Según esta posición, las funciones de la Iglesia y del Estado son usurpadas por el
suicida. Tal es así que el suicidio- contrario al quinto mandamiento cristiano, “no
matarás”, fue bien definido hacia el siglo IV por San Agustín, como “detestable
u abominable perversidad”. ¿Por qué dice esto? Porque Dios es el que concede
la vida y también los sufrimientos, entonces como cristianos la obligación es
soportarlos. Y es la Iglesia quien con su poder regla las costumbres y las prácticas
de la sociedad. Entonces, estas nociones son en la Edad Media la muestra de toda
su dominación.

8
Sin embargo, este dominio de la Iglesia se fue debilitando como producto de

Eutanasia
un renovado Interés por el individualismo, hecho que se dio en el Renacimiento
cambiando la concepción del suicidio, tema en cuestión hasta el momento. Esto
favoreció a flexibilizar y complejizar todas aquellas decisiones morales referidas a
la vida y la muerte. Desde aquí se comenzó a hablar de una eutanasia voluntaria,
como lo hizo Tomás Moro en su obra titulada Utopía, en 1516, donde el autor
describía este hecho con autorización oficial inserto en una sociedad ideal.

Por otra parte, Montaigne, también escribió sobre el tema plasmado en cinco
ensayos y concluyendo en que la eutanasia es una elección personal y racional
bajo algunas circunstancias. Ya que el consideraba que el suicidio era un acto
justificado, mientras que en la escala de la naturaleza, el hombre tenga dignidad y
habilidad para valorarse a sí mismo.

9
Bioética

Clasificaciones de eutanasia.

• Eutanasia activa directa.

La cual consiste en provocar la muerte del paciente en el momento en que lo


solicita. Estos supuestos son el tema central de esta mesa y de acuerdo con nuestra
legislación vigente se sancionan con pena privativa de la libertad de cuatro a doce
años de prisión (art. 312 del Código penal). No obstante, para estos supuestos
existen diversas vías de interpretación a través de las cuales podría quedar impune
la conducta del médico que accede a la solicitud de muerte del paciente.

• El suicidio asistido

Se relaciona vagamente con la eutanasia, este se produce cuando alguien le


da información y los medios necesarios a un paciente para que pueda terminar
fácilmente con su propia vida.

• Eutanasia activa indirecta o eutanasia lenitiva.

La cual supone administrar al paciente calmantes para mitigar o aliviar dolores,


aunque ello traerá como consecuencia secundaria la anticipación del momento de
la muerte. En estos casos el médico cumple con los deberes impuestos por la lex
artis que le ordenan mitigar el dolor y por ello su conducta queda fuera del radio
de prohibición de las normas penales y no puede ser considerada como típica y,
10 en consecuencia, no puede ser constitutiva de delito.
• Eutanasia pasiva.

Eutanasia
La cual implica no iniciar o interrumpir el tratamiento o cualquier otro medio
que contribuya a la prolongación de la vida que presenta un deterioro irreversible
o una enfermedad incurable y se halla en fase terminal, acelerando el desenlace
mortal. Desde la perspectiva del Derecho penal vigente, la conducta del médico
que no aplica o interrumpe el funcionamiento de los medios extraordinarios
sólo se disculpa cuando dichos medios son empleados para salvar otra vida con
mejor pronóstico (estado de necesidad exculpante), es decir, cuando el médico se
encuentra ante dos pacientes y sólo cuenta con los medios para prolongar la vida
de uno de ellos

• Ortotanasia,

Consiste en omitir la aplicación de los medios de prolongación artificial de la


vida cuando se ha verificado la muerte cerebral y se da paso al denominado
estado vegetativo. Como la ley general de salud señala que la pérdida de la vida
se verifica con la muerte cerebral (artículo 343), entonces, aunque el sujeto haya
manifestado previamente su deseo de morir, no estaríamos ante un supuesto de
eutanasia dado que el sujeto ya está muerto.

11
Bioética

Panorama de la eutanasia en México.

E n México es común tratar de solucionar problemas como el de la eutanasia


proponiendo reformas a la ley. Sin embargo, desde mi punto de vista, se pueden
encontrar mejores soluciones a través de la interpretación al Derecho vigente. Para
ofrecer una propuesta de solución primero se debe tener en cuenta que el suicidio
no es un acto prohibido por las leyes penales mexicanas y, por tanto, se puede
afirmar que el suicido no es un delito.

Existe una sociedad plural y democrática en aquellos países en los cuales su


carta magna o Constitución reconoce los siguientes Derechos fundamentales del
individuo: Derecho la libertad; Derecho al libre desarrollo de la personalidad;
Derecho a la libertad ideológica y Derecho a la dignidad humana.

México ha suscrito y ratificado la Declaración Universal de Derechos Humanos,


por la cual se obliga a proteger: la libertad del individuo (artículos 3 y 12); el
libre desarrollo de la personalidad de sus ciudadanos (artículo 22 fracción I) y la
libertad ideológica (artículo 24).

Por ello, aunque la Constitución de 1917 no estableció formulas tan acabadas


como las incluidas en las constituciones europeas a partir de la segunda mitad del
siglo XX, lo cierto es que las reformas y los tratados internacionales suscritos y
12
ratificados por nuestro país - los cuales son ley suprema de acuerdo con el artículo

Eutanasia
133 de la Constitución- nos pueden llevar a sostener que en México están vigentes
los Derechos: a la libertad; al libre desarrollo de la personalidad; a la libertad
ideológica y, a la dignidad humana, como una manifestación del Estado social y
democrático de Derecho. Si esto es así, entonces, podemos sostener la existencia
de un Derecho a la libre disposición de la vida por su titular.

Por otra parte, el Código penal vigente en México data de 1931, mientras que
el debate sobre la eutanasia activa directa cobra importancia a partir los años
sesenta con el avance de la tecnología y su aplicación en la medicina; ejemplos
como el soporte ventilatorio a través de respiradores automáticos o las técnicas de
resucitación cardiopulmnar y los métodos invasivos hemodinámicos, nos pueden
ilustrar cómo es que en la actualidad se puede prolongar la vida de un enfermo
terminal, pero ello no significa curar la enfermedad sino sólo retardar el momento
de la muerte con sufrimientos, es decir, con dichos medios se consigue prolongar
la agonía del paciente. Atento a lo anterior, se puede afirmar que el legislador
penal de 1931 no emitió la norma penal contenida en el artículo 312 del Código
penal vigente para prohibir y sancionar específicamente los casos de eutanasia
activa directa ya que ello no formaba parte de la realidad de aquel entonces.

En 2008 comenzó a discutirse en México la legislación sobre eutanasia en el


DF, al reformarse la ley de salud y el Código penal para admitir la posibilidad de
voluntad anticipada, en la que los adultos dejan por escrito, ante un notario, si
desean continuar con el tratamiento o se suspenda pese a la muerte.

En enero de 2009 se reformó la Ley General de Salud, que adoptó el mismo


estándar de voluntad anticipada para todas las instituciones de jurisdicción federal,
Ssa, ISSSTE, IMSS, institutos.

Sólo está prohibida en 18 estados (gobernados por el PAN, PRD, PRI e incluso
Convergencia) donde se ha reformado la constitución para que la vida quede
protegida desde el momento de la concepción, y en esas entidades las instituciones
federales deben aplicar la eutanasia pasiva sometiéndose a la Ley General de
Salud.

La eutanasia pasiva está prohibida en Morelos, Baja California, Colima, Durango,


Campeche, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, Nayarit, Puebla, Quintana Roo, San Luis
Potosí, Sonora, Yucatán, Querétaro, Oaxaca, Veracruz y Chiapas.
13
Bioética

Panorama de la eutanasia en el mundo.

L a mayor parte del mundo no está todavía consciente del peligro que representa
la Federación Mundial de Sociedades para el Derecho a Morir, una red
internacional para promover la eutanasia, a cuya Séptima Conferencia Bianual
asistí en San Francisco en 1988, y cuya Conferencia de 1990 tuvo lugar en Holanda.
Alrededor de 29 organizaciones miembros de esta red están dedicadas a crear
un clima de opinión favorable a la legalización de la eutanasia y a llevarla a
cabo en cualquier forma que pueda hacerla aceptable en sus respectivos países. El
momento y las formas de encarar el tema varían, pero una vez que la eutanasia
sea legalizada en cualquier parte, su aplicación puede extenderse a medida que se
presenten las oportunidades.

A diferencia de las Constituciones alemana y española,2 la Constitución Política


de los Estados Unidos Mexicanos no reconoce con formulas tan generales dichas
garantías; pero sí reconoce específicas formas de manifestación de dichas garantías,
a saber: la libertad, prohibiendo cualquier forma de esclavitud (artículo 2) o pacto
que menoscabe la libertad (artículo 5 párrafo 5°), así como la protección a los
ciudadanos contra detenciones arbitrarias por la autoridad (artículo 14 párrafo
2°); el libre desarrollo de la personalidad para elegir profesión o trabajo (artículo
5° párrafo 1°); libertad ideológica para impartir cátedra (artículo 3, fracción VII),
manifestar ideas (artículo 7) o profesar cualquier culto religioso (artículo 24); la
14
dignidad humana deberá orientar a la educación (artículo 3, fracción II, inciso C) y

Eutanasia
será uno de los pilares de la rectoría del Estado en el desarrollo nacional (artículo
25).

En España acaba de constituirse la asociación Derecho a Morir Dignamente


(DMD) que, entre sus objetivos, pretende la legalización de la eutanasia. Intenta
conseguir “la promoción del derecho de toda persona a disponer con libertad de
su cuerpo y de su vida y a elegir, libre y legalmente, el momento y los medios
para finalizarla”. Según su fundador, DMD defiende el derecho del enfermo a no
permanecer en vida por medios artificiales si no existen posibilidades razonables
de recuperación.

En el siglo XIX se reanuda la polémica sobre la eutanasia. Se constituye en Gran


Bretaña una sociedad a favor de la eutanasia voluntaria, que solicita la legalización
de la eutanasia. Ya en el siglo XX, con anterioridad a la Segunda Guerra Mundial,
son rechazados los primeros proyectos de ley que pretendían una legalización de
la eutanasia en Gran Bretaña y en algún estado de los Estados Unidos.

La brutal aplicación de la eutanasia en la época nazi convirtió esta palabra en un


término tabú en los años de la posguerra. Sin embargo, no muchos años después
vuelve a plantearse el tema en relación con el famoso proceso de Lieja contra el
matrimonio Vandeput.

Sobre todo a partir de los años setenta, la discusión en torno a la eutanasia


comienza a ser más intensa. En esta nueva situación inciden varios hechos concretos,
que han sido muy difundidos por los medios de comunicación social. Hay que citar
además algunos documentos considerados como un primer intento de legalización
de la eutanasia.

15
Bioética

Instituciones a favor de la eutanasia.

• Página web: http://www.eutanasia.ws

• Página web: http://www.wordlrtd.org

• Página web: http://espiral.org/node

16
Eutanasia
Instituciones en contra de la eutanasia.

• Vida Humana Internacional


Páginas web: http://www.vidahumana.org y www.soloparajovenes.org
• National Conference of Catholic Bishops (NCCB) Secretariat
for Pro-Life Activities
Página web: http://www.nccbuscc.org/prolife/issues/euthanas/index.htm
• American Academy of Medical Ethics (AAME)
Página web : http://www.ethicalhealthcare.org
• The Center for Bioethics and Human Dignity
Página web: http://www.cbhd.org
• International Anti-Euthanasia Task Force (IAETF)
Página web : http://www.internationaltaskforce.org
• Physicians for Compassionate Care (PCC)

17
Bioética

Conclusiones

E s importante estar informados, se convierte en una obligación cuando


desempeñamos profesiones en donde están en juego la vida y juicio de las
personas, la información es una herramienta que nos permite ejercer con ética
nuestro trabajo. Hablar de eutanasia implica tener en cuenta a la ley y a la sociedad
y sus normas, sabemos ahora que más allá de tomar una postura lo importante
sería ser objetivos, informar a nuestro paciente, y brindarle apoyo para que tome la
mejor decisión con base a su historia y su propio juicio. Sin embargo consideramos
que es inevitable no tomar partido, estamos conscientes de lo que implica aplicar
la eutanasia, y estamos a favor de una buena muerte, porque creemos que también
nuestro deber es defender la calidad de vida, y evitar el sufrimiento de las personas,
aunque muchas personas no lo ven asi, seria importante trabajar en las ideas que
tenemos sobre la muerte y afrontarla en lugar de evitarla, pues lo mas importante
es vivir, pero con calidad de vida. Una buena muerte será digna de una buena
vida.

18
Eutanasia
Referencias

B. Valdez(2010) Especialistas a favor de la euthanasia. Milenio, México.


Niño L. Eutanasia. Morir con dignidad. Buenos Aires:
Editorial Universidad, 1994.

Emanuel E.J. Euthanasia. Historical, ethical and empiric


perspectives. Arch. Int. Med. 1994; 154, 890-1901.

Luna F, Salles A. Decisiones de vida y de muerte. Buenos


Aires: Editorial Sudamericana, 1995.

Platts M (comp). Eutanasia. Algunas Distinciones. Buenos


Aires: Fondo de Cultura Económica, 1997.

Gherardi CR. Reflexiones sobre los dilemas bioéticos en


Terapia Intensiva. Terapia Intensiva. 3ra. edición. Buenos
Aires: Ed. Panamericana 2000, pp 869-76.

Farrell MD. La ética del aborto y la eutanasia. Buenos


Aires: Editorial Abeledo Perrot, 1993, p 101-21.

Blanco L. Muerte digna. Consideraciones bioético-jurídicas.


Buenos Aires: Ed. Ad-hoc, 1997.

Gracia D. Ética de los confines de la vida. Bogotá: Ed.


El Buho, 1998.

Evangelium Vitae. Sobre el valor y el carácter inviolable


de la vida humana. Juan Pablo II. E. San Pablo, 1995.

19
Bioética

20

Vous aimerez peut-être aussi