‘acién,sevisté y mont a caballo. Fl paseo que dio aquellaheemo~
1 mafana a tavés de aromiticosarbusto, de entre los que parecia
saludarle el canto matuino de los vivacespaarillos, sip las terri-
bles imigenes nocturnas;consolado y mucho mis tranquiloregee-
64 castillo, Peo cuando ambos, el conde y la condesa,sehallron.
sentados ala mesa y aquella diera grandes muestras de epugnancia
al sere presentada la carne cocinada, pretendiendo por ello, como
tanta veces, levantarse y abandonar el comedor, se hizo evidente
con toda crudeza en el alma del conde la verdad de lo que habia
sucedido la noche anterior. Leno de furiasalté de su asientoy,con
vor terrible, grit:
—[Maldito engendro de diablo! ;Ya sé por qué te repugna la
‘comida cvilizada!jEn las eumbas es donde pastas, mujer endemo-
nada!
Mas en cuanto el conde hubo pronunciado estas palabras, la
conde se abalanzé sobre él lanzando un terrible alarido y, con
1a furia de una hiena, le cla sus dientes en el pecho. Hippolyelo-
{gr dessnse de aquella lca, que cayé al suelo y expiré entre ho-
rribles convuliones.
‘Tras exts terrbles sucess, el conde enloqueci.
CARMILLA
JJosers SHERIDAN Le Fav1. Bt commenzo pst onnon
[No somos gente acaudalada, pero aun asi vvimos en un easillen
ntti, rincén del mundo donde unos ingresos reducidos permi-
ten una existenciaprospera, Aquf, ochocientas o novecienta libras
anuales obran milagros, En nuestro pas de origen, nuesras rentas
dificilmente nos habrian permitido extra la leur de los ricos. Mi
padee es inglés y, por lo tanto, levo un apellido inglés, pero nunca
he estado en Inglaterra, En un lugar tan slitaio y primitivo como
este, donde todo es extaordinariamente barato, no veo ebmo dis-
‘poner de mucho mis dinero podria contribuir a incrementar nues-
tro bienestar materiale incluso nuestros Iyjos.
Mi padre trabaj6 para el gobierno austriaco hasta su retro, 2
parti del cual cont6 para subsstir con tna pensién y s8 patrimo-
rio, Gracias a ello adquitié, a un precio ierisorio, eta propiedad
feudal y los terrenos,no muy extensos,en que se halla.
‘No imagino nada mis peculiar o asdado, El castillo est encla-
vado en Jo alto de una colina, rodeado de bosques. El camino, anti
‘guo y estrecho, pasa por delante de su puente levadizo (que jams
villevantad) y su foso,en el que nadan los cisnes y flan los nens-
fares,
Pr encima de todo ello se alza el castillo, con sus ventana, sus
torres y su caplla gétca.
Frente al poral se abre un claro tan irsegular como pintoresco,
y ala derecha un puente,gético también, permite cruzar un aroyo
‘que sexpea entre la expesura,Ya he dicho que se tata de un lugar muy aisado,lo que puede
comprobarse con solo mira desde la entrada principal en dreccin
llcaminorel bosque ve extiende basa una distancia de unas quince
sls hacia I derechay de unas doce hacia I izquierda La aldea
Inabitada mis ceeana se encuentaaalgo mis de cinco mills eg
las medidas inglesas) también hacia la iequierda, El castillo més
préximo con algén interés hisrico se halla a cas vente mills
hacia poniente,y es propiedad del anciano general Spelort
Si me he refrido aula aldes habitada mis cereanae se debe a
‘que a apenas tes mils, en diecein al cata dl general Spiel
orf, existe ot, reducida 2 excombros, en la nave de cuya iglesia,
‘que ha perdido el techo, se encuentran las tumbas de la orgulloss|
familia Karnstin (ya extinguia), que en tempos fue dueda tam=
iém del desolado castillo que, en lo mis profundo del bosque,
29placa I confianas que me demostaba ef modo en que habia
fecidido que seriamos amigas inseparable
‘Ala mafana siguiente volvimos a reunirnos. Adoraba su com
pala, y en mis de un aspecto. A plea luz del dia era incluso mis
belay la impresin desagradable que me habla produce eco
ocitento de ss rosea desaparecis por completo.
‘Confes quel verme,tambin ella se habia sobrestado sin
tiendo ol mismo rechszo y a misma araccién que yo habia expe-
‘rimentado, Not reimos de nnestas pasjerasaprensions,
IV, Sus ndastos, Us vast
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habria causado el que me djete lo que aria en deseos de saber?
—Aguarde un iseante, genera Volveré después de hablar con
este caballeo —afadi en tono risueio,
Se alejaron unos pasos de mi y conversaron durante unot
minutos, con expresin muy seria ambos. A continuacin, se mar-
chron ent os inviados
Mientras esperaba aque la dams regress, me extrjé el cere-
‘bo intentndo descubri I identidad des mujer que tan pareia|
recordar acerca de mi,y deidi unirme s chara que mantenian|
sisobrina coa La hija de a conde. Me proponisvorprender a eta
‘kima dicgndole que ya habia averiguado cul raw apellido y
336
{qu propiedades poses Pero no me di tiempo, pues ene instan-
te volvié acompatiad por el cabalero vexido de negro, que dijo
Cuando el carasje ett dispuesto, vende a avisar ala seio-
rs condess.
‘Hizo una breve reverencia y se marché.
XIL, Una renters
»—Confio en ques debemosseparrnos de a vefioracondess,
3 por pocas hors —e, B
»—Solo seri un rato —responsdié ells otal vee tna seme
‘as Esunalistima que venga que marcharme justamente ahora, Pot
cierto, ya conoce mi identidad?
Contest que no
‘Lo hari en s debido momento —dijo—. Ambos somot
amigos ms antiguos e intimos de lo que imagina, pero ain no
puedo darme a conocer, Dentro de res semana iru atillo de
cual ya me he informado, Revviremos entonces una amistad que
sempre recuerdo con placer Acaban de comunicarme una noticia
aque me ha impresionado mucho. Debo partic evant antes, y me
aguardan cien mills de tortuoso camino. Me siento muy inguieta,
Yysolo mi decsi6n de guardar mi identidad en secreto mie impide
Inacerle un pedido muy especial Mi querida hija tavo un acciden-
tey ain no se a recuperado del todo. Cayé de wn caballo ene
transcurso de una caceriay el médico ha dicho que, al menos por
lun tempo,no debe hacer ningin esfuerzo. Pores para venir agi
lo hicimos en erapascoras, de pocas mills por dia. Ahora debo
partir en una misin de vital importancia cuyos pormenores le
referiré cuando volvamos 2 encontarnos,como le he dicho dentro
de pocas semanas. Entonces ya no tendré ran para acuta nada
‘A continuacin formu su pein, con I acid, que passba
‘asi inadvertid, de quien considers que, a hacer un ruego seme
337ante, est concediendo un vor iemenso Se trataba,sencillamente,
de que, mientras durara su auencia,me hiciera cargo de su hija Se
trataba de una petcibn por demis audae. La condesa admits, y
‘enumers, tod las objeciones que yo pudiers poner y manifete
{6 pest de ell, confiaba en mi cabllersdad Ea ese instante,
como sl de una fitaidad se tratare,misobrina se aces y me pis
cn vor baja que invtae a su nueva amiga a pasar unos dis com
‘nosotros Estaba claro que ya habianhablado del aunto, pcs at
ib que Millreaaceptaia encanta siempre y cuando sa made la
‘Ea otras crcunstancias habia respondid que experas a que
1s conocigramos mieor, pero no me dio tiempo a tedexionay La
condes y su hija se deshicieon en splicasy no pide por menos,
‘eccido por labeler extaordinara del iltima, que acceder De
Pronto, y cas sin datme cuenca, me enconteé al euidado de la
‘muchacha lamada Milarea
La condess lev6 as hija apart y comenzé a hablar con ella,
‘xplicindole lor motivos por los que debia partir de forma tan
erentoria, Of que le informaba de que la habia ded ani argo,
Y afadié que yo era uno de sus amigos mis antigo y queridos
‘Por descontad, die lo que se esperaba que djse, unque
‘sdmito que la sitsacin distaba mucho de agradarme. Vi entonces
‘qe el caballeo de negro regresaba yal eabo de un instante vol
4 marchase con la condesa Por el modo en que la tata, ave la
ereza de que cxtaostentaba un rango muy superior aque corre
ondia ss eu,
+Antes de parte sin embargo, la dima me hizo prometele que,
basa que volvigramos a vernos, no intentariaaveriguat mis concn
della de lo que ya hubieseadvinado, Nuestro anfivién, de quien
|acondes era huésped, estaba alcoriente dels casts que la ob
abana elo,
"Ni mi hija yo podemos permanecer mis de un dia gui
‘sin que nuestra seguridad se vea en peligro —agregs-—.De forma
a3
inveflexva hace una hora me quit un instant el antfey ne pre-
16 que wsted me vea, por eso me acerguéa habla para compro
barsi en efecto habia sido ax, pues ental caso habriaapelado's a