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El documento discute por qué la Biblia es tan especial. Señala que aunque fue escrita por humanos, fue inspirada por Dios y tiene una unidad singular a pesar de haber sido escrita por más de 40 autores durante un período de 1,500 años en tres continentes y tres idiomas diferentes. Argumenta que la armonía y el mensaje central de Jesucristo a lo largo de la Biblia no pueden explicarse por la coincidencia y demuestran su inspiración divina.
El documento discute por qué la Biblia es tan especial. Señala que aunque fue escrita por humanos, fue inspirada por Dios y tiene una unidad singular a pesar de haber sido escrita por más de 40 autores durante un período de 1,500 años en tres continentes y tres idiomas diferentes. Argumenta que la armonía y el mensaje central de Jesucristo a lo largo de la Biblia no pueden explicarse por la coincidencia y demuestran su inspiración divina.
El documento discute por qué la Biblia es tan especial. Señala que aunque fue escrita por humanos, fue inspirada por Dios y tiene una unidad singular a pesar de haber sido escrita por más de 40 autores durante un período de 1,500 años en tres continentes y tres idiomas diferentes. Argumenta que la armonía y el mensaje central de Jesucristo a lo largo de la Biblia no pueden explicarse por la coincidencia y demuestran su inspiración divina.
El cristianismo cree y enseña que sólo la Biblia es la Palabra de Dios
revelada. Aunque fue escrita por hombres, el autor original fue Dios Todopoderoso Esta afirmación no fue hecha ni inventada por la Iglesia, sino que es lo que la Biblia afirma de sí misma. “La palabra del Señor permanece para siempre” (1 Pedro 1:25). Toda la Escritura es inspirada por Dios” (2 Timoteo 3:16). “Porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo” (2 Pedro 1:21). Más de 2.000 veces, en el Antiguo Testamento solamente, hay cláusulas como: “Y Dios habló a Moisés”, “la palabra del Señor vino a Jonás” y “Dios dijo”. Además, la Biblia dice ser un registro de las palabras y los hechos de Dios, así que se considera a sí misma como la Palabra de Dios. El solo hecho de que la Biblia afirme que es la Palabra de Dios no prueba que lo sea, pues hay otros libros que afirman lo mismo. La diferencia está en que las Escrituras contienen evidencias indisputables de que son la Palabra de Dios. Una razón por la cual la Biblia es diferente a otros libros es su unidad Aunque este libro fue compuesto por hombres, su unidad deja ver la mano del Todopoderoso. La Biblia fue escrita durante un período de 1.500 años, por más de 40 autores humanos diferentes, de procedencias muy variadas, como Josué (general), Daniel (primer ministro), Pedro (pescador) y Nehemías (copero). Los autores de los diversos libros escribieron en lugares diferentes, tales como el desierto (Moisés), la prisión (Pablo) y el exilio en Patmos (Juan). Los escritos bíblicos fueron compuestos en tres continentes diferentes (África, Asia y Europa), y en tres idiomas diferentes (hebreo, arameo y griego). El contenido de la Biblia trata muchos temas controversiales Sin embargo, la Biblia tiene unidad. Desde el principio hasta el fin, se desenvuelve la historia del plan de Dios para salvar a la humanidad. Esta salvación se realiza a través de la persona de Jesucristo (Juan 14:6). Jesús mismo testificó que Él era el tema de toda la Biblia. “Escudriñad las Escrituras, porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí. Porque si creyeseis a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él. Pero si no creéis a sus escritos, ¿cómo creeréis a mis palabras?” (Juan 5:39, 46, 47). En otro lugar: “Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por lodos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían” (Lucas 24:27; vea también Lucas 24:44). El Antiguo Testamento es la preparación (Isaías 40:3). Los evangelios son la manifestación (Juan 1:29). El libro de los Hechos es la propagación (Hechos 1:8). Las epístolas dan la explicación (Colosenses 1:27). El Apocalipsis es la consumación (Apocalipsis 1:7). Toda la Biblia habla de Jesús todo el tiempo. Toda la Biblia es una unidad en la cual cada parte necesita las otras para ser completa. El doctor W. F. Albright lo explica de esta manera: “Para los escritores del Nuevo Testamento, la Biblia hebrea era las Santas Escrituras, y ellos eran los herederos directos de sus profetas. Es, por lo tanto, imposible entender el Nuevo Testamento sin reconocer que su propósito fue complementar y explicar la Biblia hebrea. Todo intento de volver a las fuentes del cristianismo sin aceptar toda la Biblia como nuestra guía, queda así condenado al fracaso” (citado por Roger T. Forster y V. Paul Marston, That's a Good Question, p 67). Si todavía alguien pensara que esto no es algo maravilloso, nos gustaría hacerle el siguiente reto: Reúna diez personas de la misma zona con un fondo educativo similar, todas hablan el mismo idioma, y todas son básicamente de la misma cultura; luego sepárelas y pídales que escriban su opinión sobre un sólo tema controversial, como el significado de la vida. Cuando hayan terminado, compare las conclusiones de estos diez escritores. ¿Están de acuerdo entre ellos? Por supuesto que no. Sin embargo, la Biblia no tuvo sólo diez autores, sino cuarenta. No fue escrita en una generación, sino en un período de más de mil quinientos años; no por autores con la misma educación, cultura e idioma, sino con una educación muy diferente, muchas culturas diferentes, de tres continentes y en tres idiomas diferentes, y finalmente, no sólo un tema, sino centenares. Sin embargo, la Biblia es una unidad. Hay una completa armonía, que no se puede explicar hablando de coincidencias ni de una conspiración decidida a engañar La unidad de la Biblia es un fuerte argumento a favor de su inspiración divina. La unidad de las Escrituras es sólo una razón, entre las muchas que apoyan la afirmación de la Biblia de que es la divina Palabra de Dios. Otras que se podrían explicar con detalles son el testimonio de la Iglesia primitiva, el testimonio de la historia y la arqueología, y la evidencia de las vidas transformadas a través de los siglos, por nombrar unas pocas. Estos factores llevaron al gran arqueólogo W. F. Albright a la siguiente conclusión: “La Biblia sobresale en contenido por encima de toda la literatura religiosa anterior a ella; y de la misma manera sobresale también por encima de toda la literatura posterior, en la sencillez directa de su mensaje y la universalidad de su atractivo para todos los hombres de todas las tierras y épocas” (The Christian Century, noviembre de 1958). La Biblia es especial. Es de carácter único. Ningún otro libro tiene tales credenciales. Ningún otro libro, ni siquiera se acerca a ella. “Inglaterra tiene dos libros, la Biblia y Shakespeare. Inglaterra hizo a Shakespeare, pero la Biblia hizo a Inglaterra” (Víctor Hugo, citado por Mead, Enciclopedia of Religious Quotations, p. 49).