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EL USO DEL LENGUAJE

El uso de la lengua —que incluye el aprendizaje— comprende las acciones que realizan
las personas que, como individuos y como agentes sociales, desarrollan una serie de
competencias, tanto generales como competencias comunicativas, en particular.

Las personas utilizan las competencias que se encuentran a su disposición en distintos


contextos y bajo distintas condiciones y restricciones, con el fin de realizar
actividades de la lengua que conllevan procesos para producir y recibir textos
relacionados con temas en ámbitos específicos, poniendo en juego las estrategias que
parecen más apropiadas para llevar a cabo las tareas que han de realizar.

Este planteamiento se centra en la acción en la medida en que considera a los


usuarios y alumnos que aprenden una lengua principalmente como agentes sociales, es
decir, como miembros de una sociedad que tiene tareas (no sólo relacionadas con la
lengua) que llevar a cabo en una serie determinada de circunstancias, en un entorno
específico y dentro de un campo de acción concreto. Hablamos de «tareas» en la medida
en que las acciones las realizan uno o más individuos utilizando estratégicamente sus
competencias específicas para conseguir un resultado concreto. El enfoque basado en la
acción, por lo tanto, también tiene en cuenta los recursos cognitivos, emocionales y
volitivos, así como toda la serie de capacidades específicas que un individuo aplica
como agente social. Por consiguiente, cualquier forma de uso y de aprendizaje de
lenguas se podría describir como sigue:

El uso de la lengua —que incluye el aprendizaje— comprende las


acciones que realizan las personas que, como individuos y como
agentes sociales, desarrollan una serie de competencias, tanto
generales como competencias comunicativas, en particular.

Las personas utilizan las competencias que se encuentran a su


disposición en distintos contextos y bajo distintas condiciones y
restricciones, con el fin de realizar actividades de la lengua que
conllevan procesos para producir y recibir textos relacionados con
temas en ámbitos específicos, poniendo en juego las estrategias que
parecen más apropiadas para llevar a cabo las tareas que han de
realizar.

Teniendo en cuenta que:

• Las competencias son la suma de conocimientos, destrezas y


características individuales que permiten a una persona realizar acciones.

• Las competencias generales son las que no se relacionan


directamente con la lengua, pero a las que se puede recurrir para acciones
de todo tipo, incluyendo las actividades de lingüísticas.

• Las competencias comunicativas son las que posibilitan a una


persona actuar utilizando específicamente medios lingüísticos.
• El contexto se refiere al conjunto de acontecimientos y de factores
situacionales (físicos y de otro tipo), tanto internos como externos a la
persona, dentro del cual se producen los actos de comunicación.

• Las actividades de lengua suponen el ejercicio de la competencia


lingüística comunicativa dentro de un ámbito específico a la hora de
procesar (en forma de comprensión o de expresión) uno o más textos con
el fin de realizar una tarea.

• Los procesos se refieren a la cadena de acontecimientos,


neurológicos y fisiológicos, implicados en la expresión y en la
comprensión oral y escrita.

• El texto es cualquier secuencia de discurso (hablado o escrito)


relativo a un ámbito específico y que durante la realización de una tarea
constituye el eje de una actividad de lengua, bien como apoyo o como
meta, bien como producto o como proceso.

• El ámbito se refiere a los sectores amplios de la vida social en los


que actúan los agentes sociales. Aquí se ha adoptado una clasificación de
orden superior que los limita a categorías principales que son adecuadas
para el aprendizaje, la enseñanza y el uso de la lengua: los ámbitos
educativo, profesional, público y personal.

• Una estrategia es cualquier línea de actuación organizada,


intencionada y regulada, elegida por cualquier individuo para realizar
una tarea que se propone a sí mismo o a la que tiene que enfrentarse.

• Una tarea se define como cualquier acción intencionada que un


individuo considera necesaria para conseguir un resultado concreto en
cuanto a la resolución de un problema, el cumplimiento de una
obligación o la consecución de un objetivo. Esta definición comprendería
una amplia serie de acciones como, por ejemplo, mover un armario,
escribir un libro, obtener determinadas condiciones en la negociación de
un contrato, jugar una partida de cartas, pedir comida en un restaurante,
traducir un texto de una lengua extranjera o elaborar un periódico escolar
mediante trabajo en grupos.
Si se acepta que las distintas dimensiones que acabamos de señalar se encuentran
relacionadas entre sí en todas las formas del uso y del aprendizaje de la lengua, entonces
cualquier acto de aprendizaje o de enseñanza estaría de alguna manera relacionado con
cada una de estas dimensiones: las estrategias, las tareas, los textos, las competencias
generales de un individuo, la competencia comunicativa, las actividades de lengua, los
procesos, los contextos y los ámbitos.
Competencias Conocimientos: Se adquieren a través de la experiencia,
generales tras haber vivido algo y haberlo almacenado en la memoria a
largo plazo y del aprendizaje académico. Son esenciales para
desempeñar cualquier uso de la lengua, ya sea la propia o
alguna lengua extranjera. Se pueden ir almacenando y
modificando según las necesidades, y son indispensables
para el desarrollo comunicativo del individuo, pues según se
van subiendo niveles en la vida, los conocimientos están ya
presupuestos, siendo imposible superar esos niveles sin
tenerlos ya en la memoria.

Destrezas: Habilidades innatas que el individuo posee,


aunque se pueden ir adquiriendo por medio de la repetición,
al conseguir interiorizar las tareas y que así se puedan
realizar de manera automática, sin pensar en cada uno de los
pasos necesarios para realizarla.

Competencia existencial: Conjunto de rasgos y


características de la personalidad de los individuos. Las
actitudes a la hora de socializarse con los demás, que
pueden ser modificadas al producirse el contacto con otras
culturas, en las que pueden ser diferentes y han de ser
tenidas en cuenta.

Competencias Capacidad del individuo de resolver situaciones que requieran


comunicativas el uso del lenguaje, pudiendo escoger en cada momento los
términos lingüísticos apropiados. Se componen de las
competencias lingüísticas, que mediante los conocimientos
y las destrezas en el uso del lenguaje permiten hacer un uso
correcto del mismo, respetando en cada momento las reglas
gramaticales, léxicas, fonéticas y semánticas, las
competencias sociolingüísticas, que es el uso de la lengua
teniendo en cuenta las reglas sociales de comunicación de
cada cultura y que se pueden realizar de forma inconsciente,
y las competencias pragmáticas, que se refieren al uso de
recursos lingüísticos en situaciones determinadas, y cuyo
dominio enriquece el acto de comunicación.

Contexto Es la situación, tanto del sujeto como del entorno, en la que


se va a realizar el acto comunicativo y que lo condiciona en
gran manera, pudiéndose producir la necesidad del uso de
lenguaje de forma muy diferente dependiendo del contexto en
el que se encuentre.

Actividades Son los mecanismos que ponen en marcha un acto


de lengua comunicativo, ya sea oral o escrito, las acciones realizadas
con el lenguaje a la hora de interactuar con los demás que se
verán condicionadas por el contexto en que se realicen y que
buscan alcanzar unos objetivos concretos.

Procesos Procesos mentales y físicos que se dan al llevarse a cabo


una actividad de la lengua o acto comunicativo. La
comprensión es la base para que se realice dicho acto
comunicativo, mediante la recepción, descodificación e
interpretación de un texto o discurso oral. La expresión tiene
que ver con la creación de dicho texto o discurso y su
codificación. La interacción es el acto de comunicación en el
que hay varios individuos que están intercambiando
información constantemente y de forma paralela, y la
mediación es la adaptación de esas formas de comunicación
para que personas con diferentes capacidades lingüísticas
puedan entenderse, ya sea mediante la traducción, la
reformulación del texto, etc.

Texto Es el conjunto de ideas o palabras que forman un documento


oral o escrito y que tiene una continuidad. Es también la base
para que se produzca una comunicación entre personas con
sentido propio.

Ámbito Entorno o circunstancia en el que se realiza cualquier acto de


comunicación. Se puede dividir en ámbito público, que
engloba todo lo relacionado con la comunicación a nivel
general, ya sean medios de comunicación, administraciones,
etc., ámbito personal, que comprende las relaciones
individuales de una persona con las personas más cercanas
a ella, ámbito profesional, que gira en torno a las relaciones
laborales de las personas, y ámbito educativo, cuyo objetivo
es el de adquirir conocimientos y que se desarrolla en el
entorno de la educación.

Estrategia Plan de acción o forma de actuación que el sujeto emplea a la


hora de conseguir un fin o realizar una tarea determinada,
siempre que ésta no sea rutinaria. La estrategia se tiene que
adaptar al tipo de tarea a realizar y a las competencias
generales y comunicativas del sujeto, al contexto, al ámbito,
etc.
Tarea Actividad, trabajo o labor a resolver por una persona en un
tiempo determinado. Las tareas que no son de carácter
lingüístico pueden requerir de la competencia comunicativa
de la persona a realizarlas. Si la tarea envuelve realizar una
actividad de la lengua, necesita el desarrollo de textos orales
o escritos.

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