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FIESTA DE MUERTOS EN MÉXICO

ORIGEN DE LA CELEBRACIÓN

Desde la más remota antigüedad, la humanidad ha recordado a sus difuntos en


ceremonias especiales debido a la necesidad de recordar y comunicarse con sus muertos.
Los hombres primitivos observaron la periodicidad de la vida en la naturaleza y de ahí
partió el concepto de la resurrección y la vida ultratumba.
El ciclo de vida sobre la tierra depende del cambio de la declinación solar y determinó las
fechas de las festividades religiosas. De este modo, un gran número de diferentes
creencias religiosas celebran el nacimiento de sus dioses en las vísperas del solsticio de
invierno: Osiris, Adonis, Herne, Jesús, Baldor y el mexicano Huitzilopochtli. Observamos
entonces que la etapa de este ciclo correspondiente a la muerte ocurre a principios de
noviembre, Los celtas celebraban Samhain el 31 de octubre; esta fiesta la heredaron los
españoles retardándola un día y ellos la impusieron en México. De los celtas en Inglaterra,
derivó la celebración en Hallowmass, ahora llamada Halloween.
Los antiguos mexicanos tenían dos ceremoniales funerarios: Miccailhuitontli o pequeña
fiesta de los muertos y Hueymiccáilhuitl o gran fiesta de los muertos,
Estas fiestas se hacían durante el mes de agosto y había una diferencia de 20 días entre
una y otra.
La diferencia entre estas dos celebraciones dio origen a la tradición de una fiesta dedicada
a los muertos chiquitos y otra a los grandes. Los antiguos creían que en estos días el
mundo de los muertos se comunicaba con el nuestro, Estas creencias están fuertemente
vinculadas con el Chamanismo; éste es un fenómeno cultural y psicológico, que consiste
en que algunos individuos tienen contacto con el mundo de los espíritus, o viajan a él.
En México, el primer chaman fue Quetzalcóatl, quien desciende al Mictlan, el inframundo,
a recoger los huesos de los gigantes desaparecidos, para que los dioses hagan con ellos
a la humanidad del quinto sol, los hombres de maíz.

La visión prehispánica del inframundo (infierno, de inferus – lo de abajo) no se relaciona


con el concepto de bien y mal del cristianismo,
Todos aquellos que mueren de forma natural, sin importar su conducta durante la vida, se
dirigen al Mictlan, lugar de aridez, carencias y penurias regido por Mictlantecuhtli y su
consorte Mictlancíhuatl. Aquí se requiere de la ofrenda de los vivos para disminuir sus
penas.
Aquellos que morían a causa del agua, es decir, ahogados, heridos por el rayo o por una
enfermedad acuosa como la hidropesía, eran acogidos por Tláloc, señor de las lluvias y de
las aguas. Así como en la tierra de los vivos Tláloc da la abundancia y prosperidad,
después de la muerte otorga un existencia llena de gozo y placer en su paraíso o Tlalocan,
uno de los trece cielos.

SANTO SÚCHIL

Ofrenda de flor y luz que se coloca en los principales, ritos nocturnos de los danzantes
concheros, herederos de la antigua tradición mesoamericana. Su elaboración se hace de
forma ritual por dos parejas. La primera "tiende la forma" a partir de media noche hasta
antes de las tres de la mañana. La segunda pareja "levanta la forma" y la coloca cubriendo
el soporte entre las tres de la mañana y el amanecer. Su forma nos indica la tradición de
los Cuatro Vientos, fundamento de la cultura náhuatl (de nahui – cuatro). La “santa forma”
que se coloca al centro simboliza el ciclo de vida sobre la tierra, los periodos solares, por
eso presenta los ocho rayos del sol. En medio encontramos un espejo, la presencia de
Tezcatlipoca, espejo humeante, señor de la sabiduría y amo de los destinos (ipalnemoani).
En ocasiones la ofrenda es hecha con maíz de los cuatro colores, pues cada uno de ellos
se asocia a una dirección del mundo.
IN XÓCHITL

Las flores, llenas de fragancia, tienen como origen mítico el Mictlan, el inframundo.
Cuando los dioses se reunieron para hacer a la humanidad del quinto sol, usaron los
huesos de los antiguos gigantes para hacer su esqueleto; con el aguamiel del maguey
hicieron sus fluidos corporales; para su carne amasaron el maíz. Quetzalcóatl sangrose el
prepucio para la sangre de los varones. Pero la diosa de las flores, la alegría y los cantos
se encontraba prisionera en el inframundo. Zinacantecuhtli, el señor murciélago va en su
busca y toma la sangre de su sexo, que lleva a los dioses creadores y sea para la sangre
de las mujeres. En el trayecto, derrama sangre y de ella emanarán las flores olorosas.
Debido a que las flores nacen en el Mictlan, constituyen un vinculo con el mundo de los
muertos. Por eso, en algunos lugares se hace un camino florido para mostrar la vía a los
difuntos.

COYOLXAUHQUI

"La de Cascabeles Pintados en el Rostro", muerta y desmembrada por su hermano,


Huitzilopochtli. Su cadáver se ve en el rostro de la Luna. Así los antiguos mexicanos en
cada aspecto de la naturaleza veían la presencia de la muerte, necesaria para que exista
la vida.
MICTLAN

Mictlan , en la mitología azteca era el nivel inferior de la tierra de los muertos, y se


encontraba muy al norte. Los guerreros que morían en el campo de batalla y las mujeres
que morían en el parto eran las únicas personas que no iban al Mictlan después de la
muerte así como los "muertos por agua" (ahogados, tocados por un rayo o de hidropesía)
que iban al Tlalocan. Tienen que hacer un duro viaje desde la Tierra a Mictlan, pero les
ayuda el guardián del más allá Xólotl, el mictlan estaba formado de 9 lugares, 8 tenían
retos para los muertos y en el 9 -el más profundo- podían alcanzar el descanso eterno.
Mictlan viene de micqui: "muerto", y tlan: "junto o entre", por lo que literalmente significa:
"junto o entre los muertos".
El señor de Mictlan era Mictlantecuhtli, y la señora era Mictecacíhuatl. Entre los demás
dioses de Mictlan se encuentran , Acolmiztli, Chalmecacíhualt, Chalmecatl y
Acolnahuácatl.

El Mictlan estaba ubicado en el noveno piso del inframundo, y era el lugar a donde iban
aquellas personas que no morían ni en guerra, ni de parto (ellos iban al Tonatiuhichan o
Casa del Sol), ni por muerte relacionada con el agua, (ellos iban al Tlalocan o Casa del
dios Tláloc). Al Mictlan iban los muertos comunes. Presidiendo el Mictlan estaba
Mictlantecuhtli, quien tenía su contraparte femenina, llamada Mictlancíhuatl. Se les
representa con el rostro calavérico y en ocasiones con partes de su cuerpo encarnadas.
Sus partes óseas aparecen decoradas con círculos amarillos con puntos rojos, que
simulan huellas de descarnación. Su existencia en un lugar frío y obscuro como el Mictlán
no tiene ninguna connotación moral ni se trata de un diablo, es simplemente el que guarda
los huesos de los muertos comunes.
Tlalocan, el paraíso de Tláloc

Tlalocan, en la mitología azteca, ‘donde está Tláloc’, lugar mítico donde vivían los elegidos
por este dios, considerado como señor de la abundancia, la vida, la humedad y la lluvia. El
Tlalocan era un sitio de deleite, comida abundante y temperatura agradable. Nunca
faltaban allí las mazorcas de maíz verde, las calabazas, el amaranto, los chiles, la
verdolaga, los tomates, los frijoles verdes en vaina y las flores. Los que fallecían de muerte
producida por el agua o por enfermedades estimadas de origen acuoso, como la
hidropesía (véase Edema), iban a ese lugar. Existen antiguas representaciones del
Tlalocan, que los primeros investigadores llamaron “paraíso terrenal”; una de las más
interesantes se encuentra en un palacio del barrio de Tepantitla, en la antigua metrópoli de
Teotihuacán.Conocemos la descripción de esta morada del dios gracias a los escritos
hechos por el padre Sahagún y otros personajes, que lo oyeren de boca de los indígenas.
Algunos siglos después, se descubrió en Teotihuacan un mural bellísimo en que se veía
representada punto por punto esta descripción. Así se pudo conocer de manera gráfica lo
que ya se conocía a través de lo escrito.
XIPE TÓTEC
Nuestro Señor el desollado, cubre su faz con la piel del sacrificado. Simboliza así el cambio de piel
de que se presenta en la naturaleza. Es el renacimiento del verdor que regresa después de su
paso por la muerte. Es la renovación de la vida en el ciclo anual, es el brote de la semilla después
de estar en la oscuridad del inframundo. Por esto uno de los nombres del inframundo es el de
Cincalco, lugar (de donde viene) del maíz. Una celebración mexica dedicada a Xipe era
precisamente Xócotl huetzi, cuando se levantaba el palo encebado, símbolo de fertilidad, y esta
correspondía a la celebración mesoamericana de Hueymiccáilhuitl, la fiesta de los muertos. Luego
entonces, la vida viene de la muerte misma.

COATLICUE
Nuestra Señora, Falda de Serpientes, Señora de la Tierra, madre de nuestro señor Huitzilopochtli,
se manifiesta también como Tlaltecuhtli, señor(a) de la tierra. Nos da la vida y nos devora. Nos
crea y nos recibe en su seno a la hora de la muerte. La vida es un incesante sacrificio donde cada
ser muere para que otro viva, La serpiente simboliza la líneas de fuerza de la tierra y las fauces de
las serpientes el aspecto destructivo de la divinidad. Su dualidad formada por dos cabezas
serpentinas (los chorros de sangre de la decapitación) y sus ofrendas mostradas en el pectoral
formado por los corazones y manos de los sacrificados.
ZOMPANTLI
Los zompantli son figuras arquitectónicas mexicas realizadas en el clásico Náhuatl. Se trata de
muros recubiertos de cráneos humanos esculpidos o reales en forma reticular. El carácter sagrado
de los restos humanos en la cultura mexica les daba la función de ser depositarios de restos de
sacrificados.
Los zompantli de huesos reales eran comunes del campo de batalla. Los erigidos en piedra tenían
el objetivo de remembrar guerreros caídos.
El pan de muerto y el altar del dos de noviembre presentan elementos sincretizados de la tradición
del zompantli.

QUETZALCÓATL
"Serpiente Emplumada" es el héroe cultural por excelencia. Señor de los vientos, es el primer
chamán mesoamericano, Realiza la proeza de bajar al inframundo sobreviviendo a pruebas
extraordinarias; entre ellas, debe cruzar un espantoso río de sangre. Para lograrlo, es ayudado por
un perro mágico, Xólotol, que también es su nagual, es decir, su manifestación zoomórfica en el
mundo mágico. Este es el origen de la tradición indígena de enterrar un perro con el occiso.

MUERTE A FILO DE OBSIDIANA


La muerte en la batalla, en el parto o en el téchcatl, piedra de sacrificio, es la muerte más honrosa.
Quienes la padecen alcanzan la divinidad y se convierten en deidades estelares: los centzon
huitznahua y mimixcoa, las innumerables estrellas que hacen el cortejo del Sol y la Luna en su
paso por el cielo eterno, Después de la ceremonia de divinización, el cautivo es conducido al
téchcatl y su corazón es ofrendado a los dioses; Su cuerpo es desmembrado y preparado en caldo
con maíz, el pozolli, para ser consumido ritualmente en comunión; su cabeza será preparada y
conservada como reliquia en el zompantli, su hálito de vida se ha convertido en sacrificio glorioso.

CIHUATETEO

Las Cihuateteo o Cihuapipiltin en la mitología azteca eran espíritus que eran almas de
mujeres nobles muertas al dar a luz (mociuaquetzque). Se las honraba como a los
hombres muertos en batalla.
Al comienzo de los signos de los días de la quinta trecena (1 Ciervo, 1 Lluvia, 1 Mono, 1
Casa, y 1 Aguila) bajaban a la tierra y causaban travesuras especialmente peligrosas. Así,
volvían al mundo de los vivos para cazar al acecho a viajeros por las noches en los cruces
de caminos, así como para encantar templos.Las Cihuateteo eran pálidos esqueletos de
blancas caras con garras de águila en vez de manos y vestidos de encaje decorados con
tibias cruzadas.

Y por esto les hacían fiesta y en esta fiesta ofrecían en su templo, o en


las encrucijadas de caminos, pan hecho de diversas figuras. Unos,
como mariposas, otros de figura del rayo que cae del cielo, que llaman
xonecuilli, y también unos tamalejos que se llaman xucuichtlamatzoalli, y
maíz tostado que llaman ízquitl. La imagen de estas diosas es la cara
blanquecina, como si estuviese teñida con un color muy blanco, lo
mismo los brazos y piernas, tenían unas orejeras de oro, los cabellos
tocados como señoras con cuernos, el huipil pintado de unas olas de
negro, las naguas tenían labrados diversos colores.

Fray Bernardino de Sahagún, Capítulo X Que trata de unas diosas que


llamaban Cihuapipiltin

El texto explica cómo para prevenirse de sus ataques, los vivos colocaban alimentos en
altares construidos en los cruces de caminos.

por Tepóztloc

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