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A pesar del trabajo excepcional realizado por muchos profesores al enseñar los fundamentos
esenciales de la alfabetización, muchos niños siguen teniendo problemas con la lectura y aún no
se ha encontrado ningún método efectivo que pueda solucionar la mayoría de los problemas que
ocurren en el proceso lector. Debido que muchos niños entran en la escuela primaria con
dificultades ya existentes de lectura y escritura, la adquisición de la alfabetización es una de las
preocupaciones principales no sólo de los docentes de disciplinas lingüísticas (lengua materna y
lengua extranjera) en las fases pre-lectoras sino de todos los educadores. La habilidad lectora es
muy importante en la sociedad moderna en la que vivimos ya que ésta mejora las relaciones
interpersonales de los niños y les permite comunicarse con fluidez y ser independientes en sus
aprendizajes. Con este estudio pretendo demostrar que hay muchas alternativas y estrategias
disponibles para aprender a leer con un alto rendimiento académico y motivación.

Para el desarrollo efectivo de la capacidad lectora es necesario partir de un buen diagnóstico


que establezca una serie de objetivos y metodologías que optimicen el proceso lector. A lo largo
de este trabajo demostraré que la música es una gran herramienta para enseñar y facilitar el
aprendizaje de la lectura en los niños. Al facilitar el desarrollo de las habilidades de escuchar y
analizar, la instrucción musical se puede utilizar como un método instructivo complementario y
eficiente en las clases de lenguas. La magia que desprende la música atrae tanto a los niños que a
través de actividades musicales ellos pueden practicar actividades de lectura sin ser conscientes
que el objetivo principal de esta metodología es desarrollar sus destrezas lectoras.

En el presente artículo se presenta una breve reseña de la literatura sobre la investigación


relevante de los últimos veinte años que ha tratado las relaciones entre la instrucción musical y la
destreza lectora emergente de los niños de preescolar y primaria. La mayoría de estos estudios
interdisciplinarios tan recientes han demostrado que el uso de la música en el aula puede
contribuir eficazmente al desarrollo de la capacidad lectora de niños pequeños. De notable
importancia también en este artículo es que mostraré algunas orientaciones metodológicas, así
como guías de programación, para una posible inserción de la enseñanza musical dentro del
currículo de las disciplinas lingüísticas de lengua española y extranjera para la mejora de la
capacidad lectora del alumnado. Las actividades y propuestas que se incluyen en este artículo
pueden ser de gran utilidad y ayuda para aquellos docentes de la materia que estén interesados en
desarrollar nuevos métodos de enseñanza y estrategias de aprendizaje para la habilidad lectora de
los niños. El objetivo de este trabajo, por lo tanto, es demostrar si el uso de la música en el aula
de lengua española y lengua extranjera puede facilitar el aprendizaje de la lectura.

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En su libro de ³Teoría de las Inteligencias Múltiples´ (1999), Howard Gardner dijo que la
inteligencia musical es la primera inteligencia que se desarrolla ya que los bebés empiezan a
recibir estímulos sonoros desde que están en el útero de sus madres.
Durante los últimos quince años se han realizado muchos estudios sobre la relación entre la
música y el aprendizaje de una lengua. Muchos investigadores han tratado de establecer las
diferencias y similitudes entre la música y el lenguaje. Entre ellos podemos destacar a Sloboda
(1989) y Patel (2003). Según estos dos autores, la música y el lenguaje son capacidades humanas
y universales que comparten tres modos de expresión: el vocálico, el gestual y el escrito.
Además, ambas capacidades pueden crear un número ilimitado de secuencias y comparten una
estructura de orden fijo. De notable importancia también es que tanto en la música como en el
lenguaje se desarrolla primero la capacidad receptiva y después la productiva, de ahí que el ritmo
y la melodía sean elementos esenciales para el desarrollo de cada una de ellas. Entre las
diferencias que Sloboda y Patel señalan destacaré las más significativas como el hecho de que el
lenguaje se puede traducir a otra lengua pero la música no se traduce a otra cultura o que los
fonemas varían en las lenguas mientras que los tonos musicales se parecen en todas las lenguas.

De este modo, muchas investigaciones defienden que el uso de la música en el aula puede
ayudar a los niños a adquirir destrezas lectoras. Según Ron Butzlaff (2000) hay cuatro razones
principales que muestran que el uso de la música en el aula puede facilitar el aprendizaje de la
lectura. Butzlaff defiende que tanto la música como el lenguaje escrito tienen un sistema de
símbolos para su escritura. Además, él mantiene que la sensibilidad auditiva que desempeñamos
cuando escuchamos música puede facilitarnos el aprendizaje de la lectura ya que escuchar
música es una herramienta muy útil para poder discriminar los sonidos y fonemas de una lengua.
Debido a que las canciones llaman mucho la atención de los niños, Butzlaff considera que leer
las letras de las canciones mientras éstas se oyen puede facilitar el aprendizaje de la lectura
debido a que su estructura tan repetitiva y el interés que éstas suscitan en los niños favorece la
motivación de los alumnos a la hora de aprender. Finalmente, Butzlaff considera que el trabajo
en grupo que se fomenta en los coros de las clases de música puede inculcar responsabilidad
académica y compañerismo en el alumnado.

Otros estudios muestran que la enseñanza del proceso de discriminación sensorial es el mejor
vínculo que existe entre la aptitud musical y la destreza lectora. Muchos de estos estudios
muestran que la instrucción musical puede contribuir al desarrollo de la memoria fonológica.
Mireille Besson et al. (2008) consideran que la enseñanza musical en el aula mejora el desarrollo
de la representación fonética de las palabras necesarias para la lectura. En otras palabras, la
música facilita la discriminación de sonidos y tonos en el habla y que un niño sea capaz de
diferenciar estos sonidos es fundamental para el desarrollo de su proceso lector. Estos
investigadores, junto con Gromko (2005) y muchos otros, consideran que la música y el lenguaje
hablado desarrollan procesos cognitivos similares. Es decir, los procesos cognitivos que se
emplean con la música para discriminar los sonidos y tonos y asociar dichos sonidos con sus
símbolos correspondientes son similares a aquellos procesos de descodificación que se necesitan
en el habla para reconocer y manejar los diferentes sonidos y descubrir qué distintas
combinaciones pueden conformar palabras diferentes en el lenguaje hablado. En su estudio
experimental formado por 18 niños de edad preescolar y de habla inglesa, Lamb y Gregory
(1993) indicaron que los niños pequeños que obtuvieron resultados superiores en tareas de
percepción melódica también obtuvieron resultados mayores en evaluaciones de la conciencia
fonológica y las habilidades preparativas para la lectura. Estos dos autores concluyeron que los
niños que habían obtenido mejores resultados en la percepción melódica podían descodificar y
manipular las unidades lingüísticas con mayor facilidad que los niños que no habían obtenido
buenas calificaciones en la percepción melódica. Anvari et al. (2002) también investigaron sobre
la relación entre la aptitud musical ±la capacidad de percepción melódica y rítmica-, la
conciencia fonológica y la destreza lectora a través de un estudio en el que participaron 100
niños canadienses de habla inglesa de edad preescolar entre 4 ó 5 años. Los resultados mostraron
que las calificaciones de conciencia fonológica y del desarrollo de la destreza lectora se
correlacionaban con la aptitud musical.

Con este estudio pretendo mostrar que escuchar diferentes melodías en el aula y saber
diferenciarlas es un método eficaz y a la vez entretenido para que los niños mejoren la lectura. A
través del ritmo y el tono de las canciones y melodías los niños mejorarán el conocimiento
fonológico y fonético de su lengua que se necesita para que los niños aprendan a leer y mejoren
su destreza lectora.

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Como ya he explicado anteriormente, la capacidad de comunicación del alumnado se adquiere


a través de un buen proceso de enseñanza de la lectura en cuyo diagnóstico se tendrá que
establecer el nivel de partida de los alumnado para poder evaluar periódicamente si la
metodología empleada es la adecuada, cuáles son los procesos logrados y qué nuevos objetivos
se podrían formular para mejorar el rendimiento de los alumnos. Para la enseñanza de un buen
proceso lector se tiene que tener en cuenta una serie de componentes críticos en la lectura. Entre
ellos destacamos la conciencia fonológica, la fónica, la fluidez, la velocidad en la lectura del
texto, el aprendizaje y uso de vocabulario adecuado a las temáticas de la lectura, así como la
comprensión de ésta. Estos componentes han de enseñados en un ambiente relajado y a través de
actividades de lectura y escritura que fomenten la participación y motivación del alumnado por
aprender. El docente, además, debería enseñar estrategias de lectura a los alumnos para que éstos
desarrollen su comprensión lectora y se conviertan en lectores autónomos.

En una reseña de la literatura científica sobre la instrucción lectora, Foorman et al. (1997)
mostraron cuatro resultados para comprender cómo ocurren los problemas en el proceso lector y
comprender la relación entre las habilidades de discriminación auditiva y las de discriminación
visual. Según Foorman et al. los problemas en la lectura ocurren por no saber descodificar la
información visual que nos proporcionan las palabras. Para descodificar los símbolos de una
lengua es imprescindible que el niño o niña tenga la capacidad de la conciencia fonológica de los
sonidos de su lengua desarrollada. Los docentes de disciplinas lingüísticas tienen que hacer todo
lo posible para que sus alumnos desarrollen esta capacidad de reconocer los sonidos del habla y
saber manejarlos ya que es esencial para el proceso de una lectura eficaz. Para que los niños
descodifiquen la información de una lengua y sean capaces de separar y combinar diferentes
sonidos, las letras del alfabeto se deben enseñar a la vez que se enseñan sus patrones fonéticos.
Finalmente, Foorman et al. explican que la capacidad de atención, de memoria y de
concentración derivan de los resultados explicados anteriormente.

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Comenzando por  
  #

  diremos que es la capacidad de oír sonidos del
habla y manejarlos, reconociendo y discriminando los sonidos más pequeños de las palabras, que
son los fonemas. Esta conciencia fonológica permite que los niños que están en la fase de
adquisición de la lectura asocien los grafemas de las palabras con sus fonemas. Muchas
investigaciones han demostrado que gran parte de los problemas que tienen los malos lectores en
el proceso de descodificación es porque sufren un déficit en el desarrollo de sus conciencias
fonológicas. El siguiente componente es  
  #  , definido como la capacidad de
relacionar las letras escritas del alfabeto con los sonidos hablados en la lengua. Los docentes de
las asignaturas de lenguas deben de enseñar a los alumnos las correspondencias entre las letras y
los sonidos y proporcionarles ejercicios en los que los niños tengan que combinar diferentes
sonidos para producir palabras. El siguiente componente de la destreza lectora a destacar es  
# 
 . La fluidez en la lectura de un texto se adquiere con mucha práctica y se define
como la capacidad de leer en voz alta, de manera rápida pero precisa y con la entonación
adecuada. Los lectores fluidos identifican y leen con facilidad todas las palabras, atendiendo más
al significado de ellas que a la forma. ! 
 
 es otro componente esencial en el
buen proceso lector. Este componente hace referencia a la rapidez de lectura y a la capacidad de
comprensión del contenido de un texto que un alumno adquiere cuando lee en silencio. No
obstante, los docentes tienen que evitar que los alumnos lean demasiado rápido ya que puede
conducir a errores de exactitud.    $
 %  
es esencial para saber
pronunciar las palabras y conocer sus significados. Las tareas relacionadas con la formación de
palabras, los debates, escuchar textos audio, leer en voz alta o en silencio y analizar los
morfemas de las palabras resultan ser actividades y estrategias efectivas para el aprendizaje de
vocabulario. Por último,  
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 &
es también esencial en el
desarrollo de la destreza lectora. Además, es muy importante tener en cuenta que la comprensión
lectora se debe trabajar en todas las asignaturas que tengan los alumnos a través de actividades y
preguntas de comprensión sobre diferentes textos que traten sobre la vida real y diaria de las
personas o sobre los intereses, gustos y preferencias de los niños. Me gustaría aclarar que aunque
mi trabajo este enfocado a los niños de preescolar y primaria, estas orientaciones metodológicas
sobre el desarrollo del proceso lector pueden aplicarse a alumnos de cualquier edad que tengan
problemas con la lectura.

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Los profesores hacen uso de la música y las canciones en el aula de preescolar y primaria por
diferentes razones. La razón principal es porque la música crea muy buen ambiente en la clase y
aumenta la motivación del alumnado a la hora de aprender. El hecho de aprender vocabulario y
aprender los fonemas y grafemas de las palabras a través de escuchar canciones y discriminar
diferentes melodías y ritmos es una buena metodología de aprendizaje que en vez de resultar
monótona, aburrida y pesada como pueden ser las clases tradicionales de lectura para niños,
resulta ser una metodología agradable, entretenida y, a la vez, fructífera y efectiva.

Generalmente a los niños les encanta la música, cantar e imitar. Además, los niños consideran
que las actividades musicales en el aula son divertidas porque reducen la ansiedad que se genera
a menudo en el aprendizaje de una lengua extranjera causada, principalmente, por la incapacidad
de entender y hablar esta lengua meta correctamente. El uso de canciones en el aula beneficia la
capacidad lectora de los niños porque estas actividades musicales ayudan a desarrollar la
percepción auditiva, el conocimiento meta-cognitivo y la memoria fonológica necesaria para el
desarrollo efectivo del buen proceso lector. La instrucción musical, además, mejora la
concentración y proporciona diversión en el aprendizaje de una lengua que afecta positivamente
a la motivación de los alumnos.

La memoria es también un elemento importante a tener en cuenta cuando los docentes de


disciplinas lingüísticas hacen uso de las canciones en el aula ya que muchas personas a menudo
recuerdan mejor el ritmo, la rima y la melodía de una canción que el lenguaje hablado ordinario
que escuchamos diariamente.

De notable relevancia también en el uso de las canciones para el aprendizaje de lenguas y


para el buen proceso lector es que éstas activan ambos hemisferios del cerebro. De esta manera,
la pronunciación de las palabras, la comprensión, el ritmo y la ejecución musical corresponde
con el hemisferio izquierdo, mientras que la expresión melódica, el tono, las emociones y la
expresión artística corresponde con el hemisferio derecho. De este modo, a través de las
canciones los docentes pueden enseñar a sus alumnos la fonética de una lengua para que así los
niños puedan mejorar su capacidad auditiva y la articulación de las palabras, dos procesos
esenciales para el desarrollo de una buena capacidad lectora.

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El hecho de que los niños de edad preescolar aprendan canciones en el aula y sean capaces de
identificar y categorizar varias unidades fonológicas mediante actividades de escuchar explica
como la música puede facilitar el desarrollo de las habilidades lectoras incluso antes del
comienzo de la instrucción lectora en los colegios de primaria.

Dentro de las actividades musicales para la capacidad lectora de los niños de edad preescolar
y primaria los docentes de disciplinas lingüísticas deberían de incluir actividades en las que se
trabaje 
,  
  y %. De este modo, se pueden crear actividades en las que
los niños tengan que producir e improvisar ritmos en diferentes tiempos, actividades en las que
los niños tengan que cantar e improvisar canciones o actividades en las que los niños tengan que
distinguir timbres de diferentes instrumentos que se escucharan a través de un casete. Cuando los
alumnos tengan que cantar canciones, éstas deberían de estar relacionadas con temas reales y
cotidianos de la vida o incluso pueden ser canciones breves que narren cuentos populares.

Las canciones que se utilicen en el aula deben de ser familiares para los niños. Una buena
orientación metodológica sería que los docentes pusieran las canciones como música de fondo
durante varios días mientras que los niños están realizando otras actividades para que cuando
ellos tengan que cantarlas las conozcan fácilmente. De este mismo modo, para que los niños se
sientan más cómodos a la hora de cantar, éstos pueden cantar junto con el casete en lo primeros
ensayos hasta que se vean capaces de cantar solos. Como los estribillos son más pegadizos y
repetitivos, los docentes deberían de enseñar primero los estribillos y después los versos de las
canciones, ya que suelen ser más difíciles de recordar. Una buena estrategia para que los niños
memoricen y comprendan el significado de la letra de las canciones es mediante recortes de
pequeños papeles. Es decir, cada niño escogerá un papel que contendrá parte de la letra de la
canción y mientras que la escucha por audio, los niños tendrán que ordenar entre todos los
papeles que cada uno tiene hasta llegar a formar la canción completa. El movimiento en el aula y
la mímica también pueden ser estrategias eficaces para la comprensión lectora del significado de
la canción.

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Estas canciones pueden utilizar cualquier movimiento físico, como tocar las palmas, levantarse o
sentarse, que ayude a los niños a recordar el nombre y el sonido correspondiente de las letras.

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Las letras de las canciones son poesía, así que las canciones en el aula se pueden utilizar como si
fueran poemas para leer. Los alumnos y el profesor señalan las palabras que se están escuchando
en las canciones y a partir de ahí continúan leyendo la letra de esta canción que se muestra en las
tablas.

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A cada niño se le da un trozo de papel en el que aparece escrito parte de la letra de una canción
sobre un cuento popular que previamente han escuchado y ellos tienen que ilustrar lo que han
leído.

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Los niños tienen que dramatizar una canción. El guión que tendrán será la letra de la misma. 

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Comenta y debate con los compañeros el significado de la letra de las canciones. Que los niños
comprendan el texto de las canciones es necesario para que puedan cantar con expresión,
además, esto ayudará a los niños a mejorar su comprensión lectora.

Para concluir este estudio diremos que los educadores de niños pequeños pueden darles la
oportunidad de desarrollar sus habilidades y potenciales en las materias sobre la alfabetización
emergente al insertar la instrucción musical en el aula. Por lo tanto, es esencial proponer nuevos
métodos de enseñanza para la habilidad pre-lectora que les presenten a estos niños el lenguaje
escrito antes de que empiecen a aprender a leer en la escuela primaria. De esta manera, esta
investigación puede ayudar a desarrollar nuevos métodos de enseñanza para la habilidad lectora
de los niños de preescolar y primaria. Además, estudiar la música también puede influenciar
otros ámbitos ya que es un tema que abre nuevas perspectivas de investigación.

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Anvari,È *+ 
*Laurel.J., Woodside, Jennifer., Levy, Betty.Ann,) 


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