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El Deuteronomio

[Traduction Oecumenique de la Blible]

Un libro aparte en el Pentateuco

Es una unidad de género muy particular: contiene la casi totalidad de una de las
tradiciones bíblicas del Pentateuco (D); las otras tres aparecen al final del libro ( 31ss).
No muestra progresión histórica en los acontecimientos: desde el comienzo la situación
es la del pueblo, todavía más allá del Jordán, en el país de Moab ( 1,5) donde Moisés
morirá ( 34,5).

El contenido es mucho más coherente que el de los otros libros: 1-30 reproduce
un discurso de Moisés al pueblo, especie de testamento espiritual pronunciado frente a
su muerte, a las puertas de la tierra prometida.

El estilo de sus afirmaciones admira por su gran originalidad y su unidad. Giros


que vuelven a menudo, muy parecidos pero jamás idénticos: “entrar en posesión del
país que el Señor ha jurado dar a vuestros padres”; “Buscar al Señor en el lugar que el
Señor vuestro Dios habrá elegido entre todas las tribus para poner allí su nombre”; “
guardar los mandamientos, las leyes y costumbres que yo os doy para que pongáis en
práctica”; “ Amar al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser”... Reaparecen
en los discursos y reflexiones de Js, Jcs, R, y Sm evidenciando su parentesco literario y
la unidad del Dt con el pentateuco se pone en tela de juicio. Pero la tradición los une en
razón de que todo el Pentateuco está dominado por la persona de Moisés.

Una predicación de la Alianza

Se caracteriza por su forma retórica: 12-26 contienen códigos de leyes y


costumbres a poner en práctica: deutero- nomio o “segunda ley (nombre dado por los
LXX). Pero el título no le conviene pues ni siquiera la misma parte central tiene la
forma de ordenanza, ni de código de leyes. Las distintas materias abordadas (muchas
son continuación o reedición del código de la Alianza de Ex. 20-33). Son también
objeto de una enseñanza acompañada de exhortaciones, llamadas, puestas en guardia.
Ej. la liberación de los esclavos hebreos (15,12-18) retoma y desarrolla la ley de Ex
21,2-6 en un lenguaje de catequista o predicador más que de legislador.

La enseñanza se dirige a todo Israel (1,1; 34,12). Hay una oscilación entre el “tú
y el “vosotros” en la interpelación, en un mismo desarrollo o aun en una misma frase,
sin razón aparente.

6,1-3 comienza en vosotros, pasa al tú, vuelve al vosotros y de nuevo al tú ¿se


trata de la combinación de dos tradiciones paralelas al modo de Gn 1?. Parece poco
probable pues los pasajes en vosotros, no forman una narración continua tomada
aisladamente; más bien parecen constituir una línea o lecho segundo que refuerza y
desarrolla los textos en tú. Y es este un primer signo de una composición literaria en
etapas sucesivas.

Los discursos en tu no están dirigido al israelita individualmente tomado, sino al


pueblo entero, interpelado como compañero, socio o pareja personal de Dios (6,4-5.9-
1). Podría ser nada más que un estilo o forma de interpelación pero parece verosímil que
tenga su origen en ciertas ceremonias litúrgicas donde todo Israel estaba efectivamente
reunido para escuchar, como un solo hombre, la ley de su Dios. Serían alusiones a la
liturgia celebrada en Siquén, al pie de Ebol, del Garizim ( 27,11-24). Y la orden de leer
esta ley frente a todo el pueblo, cada siete años para las fiestas de los Tabernáculos,
“cuando todo Israel vendrá a ver el rostro de tu Dios en el lugar que el Habrá elegido”
(31,10), parecen conservar recuerdos de una fiesta periódica en el curso de la cual, todo
el pueblo reunido en asamblea en Siquén, renovaba la alianza con su Dios, escuchando
la proclamación de su ley y comprometiéndose a ponerla en práctica.

Js 24 relata la asamblea de siquén como un hecho único (singular) pero es quizás


el recuerdo de una celebración periódicamente renovada, que debía reunir los
siguientes elementos:

- Relatos de la historia del pueblo: 24, 2-13.


- Exhortación a servir al Señor solemnemente: 24,14-15
- Compromiso del pueblo: 24, 16-24.
- Conclusión de la alianza acompañada de la proclamación de la ley: 24,
25-26; y de la convocación de los testigos: 24, 26b-27.

El plan del Dt sigue un orden bastante parecido:

- Relato del pasado y exhortación: 1, 11.


- Proclamación de la ley: 12, 1-26,15.
- Compromiso mutuo: 26, 16-19.
- Promesas y amenazas: 27,1-30,18.
- Citación de los testigos: 30,19-20

Los discursos de Moisés en el Dt no se sitúan en Siquén para no contradecir la


tradición la tradición según la cual Moisés muere antes de pasar el río Jordán. Pero esta
amplia celebración parece el eco de las ceremonias celebradas en Siquén, antes del la
época de los Reyes.

Con la aparición de la realeza ( monarquía), esta fiesta cede su importancia a otras


celebraciones, particularmente en Jerusalén. Pero las enseñanzas de la ley se perpetúa.
Precisamente cuando esta enseñanza sale del marco litúrgico primitivo, abandona el
“tú” comunitario y se pone a interpelar a los israelitas en “vosotros”, como tales
individuos, personalmente responsables.

El portador de esta enseñanza no es un profeta. Un profeta transmite una palabra


directamente del Señor a su pueblo; Dios mismo dice su palabra y se hace presente allí
en un discurso “yo”. Aquel, al contrario, moisés se sale de la primera persona. Para
designarse a sí mismo, mientras que evoca al Señor en tercera persona (9, 9ss). El texto
insiste sobre el rol de mediador de Moisés: a él se dirige el Señor para revelarle su ley y
es él quien recibe la orden de transmitirla y explicarla al pueblo (5,5; 6,1; 9,9; 10,5). Su
actividad mediadora es continuada por los levitas: la ”bendición de las doce tribus” les
reconoce la tarea de enseñar las costumbres a Jacob y la ley a Israel ( 33, 10 ). A ello les
encarga Moisés leer la ley en la fiesta de la renovación de la Alianza ( 33, 10-11 ). Son
ya asociados con Moisés en la solemne liturgia de Siquém ( 27,9).
Moisés había jugado en la enseñanza de la ley un papel de iniciador; después de él
los Levitas prolongaran su ministerio, velado activamente por la transmisión de esta
tradición y continuaran poniendo en boca de Moisés sus enseñanzas para marcar la
continuidad de la autoridad. Pero las alusiones a épocas posteriores, a determinadas
circunstancias, muestran que los levitas desarrollan y actualizan siempre de nuevo la
tradición en función de las diversas tentaciones que se van presentando:

- El orgullo de un pueblo instalado en la tierra: 8, 11-20


- El trato con los cultos cananeos: 12, 2-3.
- El absolutismo de los reyes: 17, 14-20
- La resignación pasiva del exilio: 4, 25-31.

No se ocupan en repetir una ley siempre válida sino que hacen comprender el
fundamento de ella y su exigencia central.Se utilizan los recursos de la enseñanza
sapiencial:
- Dt. 4, 5-8// Prv 2,6
- Dt. 4, 40// Prv. 3, 2
- Dt. 8, 5// PR. 3, 11-12
- Dt. 16-19// PR. 17, 23, etc.

Para abrir la inteligencia y el corazón de los israelitas y convencerles de adoptar un


estilo de vida conforme a la alianza pactada con ellos por el Señor. Resulta así el Dt una
vasta colección donde se fijo progresivamente por escrito la predicación levítica que
tenia su fuente en Moisés y acompaña a Israel en sus exhortaciones, advertencias y
promesas después de entrar en la Tierra prometida y hasta el exilio.

Un documento reformador

¿Cuáles son entonces las principales etapas de esta larga Elaboración literaria?
Un importante descubrimiento, ya entrevisto por los Padres, permite fijar la época de su
primera fijación: Reyes (2R 22) cuenta que el 18º año del reinado de Josías, es decir el
622, se descubre en el Templo de Jerusalén, el ¨libro de la ley¨ (2R 22,8 11) o de la
Alianza ( 2R 23, 2. 21).

Impactado por las amenazas contenidas en este libro el rey reúne a todo el
pueblo, renueva solemnemente la alianza y promete una reforma del culto. El progreso
de esta reforma responde a las exigencias de base del Dt. La destrucción de todos los
santuarios de provincia y la centralización del culto en Jerusalén (Dt. 12). El documento
publicado por Josías. Sería entonces el Dt. en una forma antigua muy corta.

¿Cuál es el origen de este libro?. La sorpresa provocada por su descubrimiento,


indica que no se trataba de una obra reciente. Por otra parte la purificación del culto por
Ezequías, menos de un siglo antes, que tendía ya a la centralización en Jerusalén, (2R
18, 4-22) no se funda todavía en ningun documento escrito.

Esta colección primitiva puede haber sido compuesta después del fracaso de esta
primera reforma, bajo el reinado del Impío Manasés que vio florecer nuevos cultos
idolátricos (2R 21) durante la primera mitad del siglo VII. Expresa las tendencias
reformadoras de los medios levíticos que luchan contra el sincretismo religioso y la
relajación social, apoyándose en las tradiciones más autenticas del antiguo Israel.
Estos levitas serán, en su mayoría refugiados que venían del Reino del N durante
las invasiones asiria, antes de la caída de Samaría en el 722. Traían a Jerusalén una
tradición que había sido descuidada y que tomaría más de un siglo para ser oficialmente
reconocida. Haciendo del culto centralizado en J. una continuación de las antiguas
ceremonias de Siquén, Dt. Restaura en el pleno período de la monarquía, una ética de la
alianza salida de la revelación dada a Moisés.

La obra acabada y su plan

El documento base de la reforma de Josías, continúa enriqueciéndose. Se


desarrollan las exhortaciones apoyándose en tal o cual mandamiento. Se refuerzan las
advertencias (28,45-68). Se intercalan las predicaciones (4,15-31). Se unen piezas
antiguas refiriéndose la mismo sujeto (5,6-22; 27; 11-26). Las tradiciones J, E, P sobre
la muerte de Moisés se Agrupan al final del libro en forma de dos poemas atribuidos
al mismo Moisés (31-34).

Un editor final, probablemente el que compuso Samuel y Reyes, redacta un


discurso-prefacio (1-3) para integrar al Dt en el fresco del pueblo, desde Moisés hasta
el Exilio.

Así compuesto presenta un plan general en tres partes seguidas de una


conclusión que sirve, al mismo tiempo, de conclusión para todo el Pentateuco:

I. Dos discursos de introducción:


- Uno de estilo narrativo (1,6-4,44).
- Otro más exhortativo (4, 45-11,32).
II. Las leyes (12-26)
Piezas litúrgicas (27-28)
III. Exhortaciones finales (29-30).
Conclusión: Tradiciones sobre la muerte de Moisés (31-34).

Los grandes temas del Dt

Aunque ha sido elaborado en el curso de un largo período con materiales muy


diversos, representa la predicación y reflexión de un grupo coherente y muy aferrado a
sus tradiciones. Se puede intentar una sintesis de conjunto de las ideas del libro, más
alla de la diversidad de elementos que lo componen. La clave del mensaje puede
anclarse en la densa declaracion de 29-28: “las cosas secretas le pertenecen al Señor,
pero laas reveladas nos atañen a nosotros y a nuestros hijos para siempre, a fin de que
pongamos en practica todas las palabras de esta ley”.

Resumen de los temas centrales:

- El misterio de Dios
- La elección de un pueblo en la continuidasd de su historia.
- Exigencia de acción, englobando todos los niveles de la vida.
A) El Dios de Israel:

“Escucha Israel, el Señor nuestro Dios es el Señor uno” (no solamente el “único
Dios” como se traducirá después y también en el N.T). Esta referencia fundamental,
punto de partida y convergencia de todo pensamiento y toda acción. Israel puede decir
“nuestro Dios”. En efecto, si el Señor se presenta una vez como creador de la
humanidad (4,32) es reconocido sobre todo como Aquel que se ha manifestado a lo
largo de la historia de su pueblo. De esta historia el Dt no narra más que unos pocos
episodios; pero su predicación está sostenida permanentemente por una reflexión en
referencias a sus etapas fundamentales:

- Promesa hecha a los padres: 4,31.


- Salida de Egipto: 7,19.
- Entrega de la ley en el Horeb: 5,5
- Travesía por el desierto: 8,2
- Entrada a un largo camino de prosperidad: 4,40
- En el buen país prometido antiguamente: 1,25

Para el autor esta última etapa, presedentada como futura en el marco del
discurso de Moisés, forma parte de la acciones de Dios que hay que recordar sin cesar
(4,9). A través de estos eventos, Israel ha visto con sus ojos el poder de su Dios; o más
bién, el Señor le ha dado una mirada capaz de reconocerlo en sus actos (29,3).

Si bien el Credo de Israel, que desde los tiempos más antiguos consiste en relatar
las acciones del Señor en la vida de su pueblo, esta en el corazón del Dt.: a veces
explícitamente formulado (6,21-23; 11,2-3; 26,5-9) esta subyacente en la totalidad.

Los eventos del pasado son los grandes signos de la fidelidad de Dios a su
pueblo. Otro signo es la presencia de los portadores de la Palabra que llevan ese título :
Moisés que ha juzgado antaño un rol único (34,10-11) y que se prolonga por siempre
por la ley que ha promulgado; y a lo largo de la vida de Israel, los profetas (18,15) y de
laguna manera los levitas (33,8) son testigos e intérpretes del Seño, mediadores entre El
y los hombres.

Gracias a tantos signos Israel puede reconocer que su Dios es un Dios cercano
(4,7) que esta comprometido con él en una alianza (26,17) por que lo ama (6,5). Para
Israel el Señor es único: los otros pretendidos dioses no son más que madera y piedra
( 4,28) y su carácter único debe ser manifestado de un modo estrepitoso; en estas
perspectivas Dt introduce:

- el principio del Santuario único: 12, 5


- donde la asamblea de Israel: 5,22
- debe encontrarse unánime como en el Horeb.

Se elimina así todo lo que podía dividir el culto al Señor: 6, 4. Yla misma Ley
aparece como signo de unidad: es admirable constatar que, presentando las largas serie
de leyes y costumbres, gusta hablar de “la” Ley, “del” mandamiento ( 1, 5; 5, 31; 6, 1).
La Ley fija el único camino en el que debe coprometerse el pueblo entero.
El monoteísmo del Dt llega así a una concepción unitaria de toda la vida. Un
solo Dios, un solo Santuario, una sola Ley , un solo pueblo.

B) El pueblo de Dios

Israel sabe que el único Señor ha hecho de él, su “ porción personal”, ( 7, 6; 28,
10), su pueblo Santo ( 7, 6), sustentando gratuitamente ( 9 ,5 ) a pesar de su pequeñez
( 7, 8 ), tratando como hijo ( 1, 31).

Esta elección de Dios que tiene su fuente en los hechos del pasado, se renueva
para cada generación ( 11, 2; 29, 11); si bien, de siglo en siglo, el pueblo debe reconocer
que su Dios lo interpela hoy ( 1, 10).

Esto supone una respuesta activa que compromete a todo el pueblo. Se trata de
“circuncidar el corazón” (10, 16), entrar desde lo más profundo del ser en la Alianza.
Por tanto se hace necesario rechazar todo compromiso con los pueblos paganos y con
sus dioses (4, 19; 17, 23) para vivir de la Palabra (6, 8) escucharla guardarla y ser fiel a
la Ley en todos sus detalles: amar “al Señor tu Dios con todo tu Corazón, y con todo tu
ser, con todas tus fuerzas” (6, 5), así uno pude ser “justo” (6, 25) y hacer de toda su vida
un testimonio de fe; la misma guerra no escapa de esto (20, 1-4).

Por esta fidelidad a la Ley, Israel reúne los eventos salvíficos, pues su
obediencia consiste en sacar las consecuencias de sus encuentros con Dios (5, 15 ):
- Porque el Señor ha conducido a su pueblo hasta el país de Canaan, es
necesario ofrecer las primicias de ese lugar (26, 5)
- En recuerdo del tiempo del Exodo, hay que celebrar las fiestas (16, 1. 3.
12) y el Sábado (5, 15): porque Israel ha sido oprimido en Egipto y Dios lo
ha liberado, él también tiene que liberarse (significar, manifestar su
liberación) y liberar también a los demás: respetar a los pobres (10, 18) y
evitar oprimir a nadie ( 24, 18-22) ni siquiera al egipcio ( 23, 8).

En referencia al Exodo, aprovecha la ocasión para superar la estrechez de visión


que le hacia excluir habitualmente al extranjero del circulo de la solidaridad ( 14, 21;
15, 3; 23, 21; 28,12).

Toda la vida del pueblo en todos sus detalles, se convierte en un memorial de los
acontecimiento salvíficos. La Ley respecto a los pobres ocupa un lugar capital:
- Prescripciones relativas al diezmo trienal ( 14, 28).
- Redención de la deudas (15, 1).
- Liberación de los esclavos ( 15, 12-18).
- Siega y vendimia ( 23, 25-26).
- El mismo rey debe, en lo posible, vivir como un pobre ( 17, 5).

Semejante insistencia era necesaria particularmente en los tiempos en que se


redacto la parte más antigua del libro: la unidad del pueblo estaba comprometida por los
desequilibrios entre una clase rica más y más poderosa y un pequeño pueblo cada día
más miserable: era urgente recordar que, en nombre de un pasado común, todos los
hijos de Israel eran hermanos y poner al día la lucha a favor de los pobres ( 15, 4). Los
predicadores de este tiempo eran optimistas: creían a Israel capaz de responder a la
llamada de Dios y hacer realmente de su vida un memorial de los acontecimientos
salvíficos ( 12, 18; 26, 16-19). Sin embargo no se podía dejar de sentir a decir verdad
había allí un drama; la vida así concebida es una ocasión permanente de reencuentro con
Dios. Supone para el hombre una fidelidad de todos los instantes, y esa fe esta en
principio a sus puertas ( 30, 14). Dos caminos se abren: el de la fidelidad y la felicidad y
el de la rebelión y la desgracia ( 11, 27-28; 28 ) y es necesario elegir comprometiendo
así todo su futuro ( 30, 15- 20).

Pero, de hecho, ¿qué ha sucedido?. La historia responde pero su respuesta no es


una garantía: Desde los tiempos del Exodo, el pueblo se ha revelado y ha necesitado la
intercesión de Moisés, renovada todos los días, y la fidelidad jamás abandonada de
Dios, para que Israel no perezca bajo el golpe de la cólera que merece ( 9, 7).

¿Qué será en las otras épocas de la historia de la salvación, en este hoy donde
cada uno es llamado a decidir?.

El carácter dramático de la situación había sido presentado por los predicadores.


Pero llega un tiempo en que toda ilusión debe desaparecer: Israel no se muestra capaz
de elegir al Señor y alcanzar la vida; el pueblo está destinado a la catástrofe; los últimos
autores del Dt. no pueden dejar de decirlos claramente ( 28, 15; 29 , 21).

Pero el pensamiento del Dt. no llega a desesperar; el pecado del hombre no será
la última palabra: llegara un día en que Dios “hará” que el pueblo se convierta y obtenga
el perdón ( 30, 3). Entretanto será necesario aceptar la prueba y el sufrimiento, y
aprender la lección, decidiéndose por fin a cambiar el corazón.

El Deuteronomio en la Biblia

Ocupa un lugar importante, no sólo porque la tradición judía encuentra allí su


credo fundamental: “Shema Israel” (6,4). Ni sólo porque Jesús sacó de allí el
mandamiento más grande (6,5). Esta tradición, por el espiritu particular que la anima,
influencia profundamente en otras corriente del A.T.

Se han pueto de relieve frecuentemente las afinidades de vocabulario y temas


entre el Dt. Y el mensaje de Jer. Cuyo ministerio sigue de cerca de a la reforma de
Josías:
- El olvido de los beneficios del Señor: Jr 2, 4-7 // Dt. 6,10-13.
- La circuncisión del corazón: Jr. 4, 4 // Dt. 10, 16.
- La nueva Alianza: Jr 31, 31 // Dt. 30, 1-10

Hay también una gran convergencia de estilo entre el Dt. Y los discursos y
reflexiones que marcan las grandes etapas de la historia del pueblo; a través de Jos. 1 y
23; Jos. 2, 6- 3,6; 1 Sm. 12; 1R. 8; 2R. 17. Esto evidencia una gran influencia del Dt.
En este vasto mosaico historiográfico: se interesa sobre todo pr el templo de J. , y por la
obediencia en todo tiempo y lugar de los mandamientos de la Ley; considera a la Ley
del Dt. Como la clave para comprender la historia. El tema de la elección entre los dos
caminos (Dt. 30) se continúa largamente en la enseñanza ética del Judaísmo tardío y así
en el Evangelio (Mt. 7, 13- 14). También el tema de la solidaridad activa respecto de
los pobres, constituirá el fundamento de la vida comunitaria Judía y aparecera en el
corazón del Evangelio.
El Deuteronomio hoy

¿ Puede aportar algo a un cristiano del Siglo XX?. La mayor parte de sus
precptos se refieren a una edad o situación social y cultural bien distinta a la nuestra;
Además la ley no se ha convertido en algo caduco después de que Cristo instaura el
régimen de la fe y de la gracia y del Espíritu Santo ( Rom. 3,28; 6, 14; Gal. 3,23; 5,18)

Es necesario recordar que el Dt más que una colección de preceptos, es una


reflexión sobre aquello que fundada nuestra obediencia a Dios: su acción en la vida y
en la historia de su pueblo. Lo que dirige la existencia del creyente es el
“reconocimiento” en le doble sentido de la palabra: descubrimiento de una presencia y
respuesta a un don.

Además los preceptos mismos, si bien no requieren como tales nuestra adhesión,
son formulados de manera tal que deben poder iluminarnos: toda esta enseñanza está
dominada por la voluntad de encontrar una fidelidad auténtica en el corazón de un
mundo que se transforma. ( 15, 1s).

En la hora presente, cuando los creyentes se preguntan por el bien fundamental


de la moral, el Dt. Suministra el ejemplo muy significativo de una ley que no quiere
imponerse desde afuera, sino que busca enraizarse en la reflexión y en la decisión del
corazón, una moral razonada, lucida, adulta, una verdadera sabiduría ( 4,5-8). Porque a
Dios lo encontramos en la historia, es en función de los hechos salvíficos que debe
orientarse la conducta de cada día.

Dt. Enseña una moral del amor en actos: el amor del Señor compromete a todos
los sectores de la existencia humana, desde la política hasta la higiene, desde la vida
social hasta la familiar, desde el reencuentro con el hermano hasta el velar por el árbol
(20, 19) o por el animal ( 22, 7). Cada situación nos coloca frente a una elección en pro
o en contra del Señor sobre todo jugándose nuestro porvenir; pues seremos juzgados
según nuestros actos y muy particularmente, según nuestras actitudes frente a los más
pobres.

Dt. Nos hace además otro aporte en la misma insistencia que pone en subrayar el
carácter gratuito y serio de la obediencia exigida al pueblo de Dios: La ley no indica
condiciones a cumplir parta entrar en la Tierra Prometida; sino la consecuencia que se
derivan de la elección y de la herencia recibida en Canaán (gratuitamente).

Pero al mismo tiempo subraya la seriedad de esa obediencia: acompaña a la ley


con promesas de felicidad para los que la practiquen y con amenazas de desgracias
para los que la transgredan: pues la ley de la Alianza coloca al pueblo frente a una
cuestión de vida o muerte ( 30, 15- 20).

Obediencia; gratuidad y seriedad; equilibrio difícil de salvaguardar y que ya en


el Judaísmo tardío y en el mismo cristianismo oscilará entre una ética de méritos y un
moralismo.

Entre todos los testimonios bíblicos, Dt representa una de las bases más fecundas
para redescubrir una moral adulta, equilibrada y viva.-

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