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Perversión

Esquirol: monomanías instintivas.


Morel: perversiones de los instintos genésicos en el marco de las locuras hereditarias.

En 1877, lasegue describirá por 1ra vez el exhibicionismo, al que se considera un acto
impulsivo y obsesivizante.
Trabajos importantes nacerán en alemania:
Ulrichs, trabajo sobre homosexualidad: tendencia natural al uranismo, congénito pero en
modo alguno algo patológico.
Wesphall en 1870 habla de inversión sexual: lo relaciona con las categorías de las
neurosis. Patología degenerativa hereditaria.
Krafft-ebing, 1877, describe formas de desviaciones sexuales. Divide las “anomalías del
instinto sexual” en cuatro clases: anestesia; hiperestesia; paroxia y parestesia. Subraya la
naturaleza congénita y degenerativa de las perversiones.
Binet, 1887: dice que si la herencia ofrece el terreno favorable para la constitución de
perversión, no puede darle su forma característica, tiene que existir un determinismo histórico.
Un acontecimiento vivido en la infancia, dejando su huella bajo la forma de una asociación
mental.

Teoria evolucionista

Autores norteamericanos aplican el método darwiniano y la ley biogenética de haeckel


(1874) a la sexualidad.
Krafft-ebing en 1892, expone que si el desarrollo individual recapitula las etapas de la
filogénesis, las aberraciones sexuales aparecen como perturbaciones del comportamiento
ontogenético.
Moll, 1897: el instinto sexual se manifestará en el niño muy precozmente, estas
manifestaciones son todavía indiferenciadas, bisexuales. Relaciona las perversiones con una
debilidad constitucional del componente heterosexual normal.
Ellis, 1897-1910, se hace partidario de la teoría de la detención del desarrollo como
etiología principal de las perversiones sexuales. Le da lugar al medio ambiente, en particular a
la seducción de los niños por los adultos. Introduce la noción de autoerotismo.
1895-1905, freud: se inscribe en la corriente evolucionista y dará al desarrollo ontogenético
una prevalencia con relación a la filogénesis. Freud no se interesa verdaderamente en las
perversiones. Las presenta globalmente como manifestaciones de la bestialidad originaria del
ser humano. Formula más un juicio moral que un juicio de hombre de ciencia.
Degeneración y bestialidad son dos términos que retornan bajo su pluma.
En la “carta 125”, distingue la histeria, la paranoia y la perversión. A la histeria la remite a
lo erótico; a la paranoia la describe como brote autoerótico, retorno a una situación de la
infancia; y a la perversión, como autoerótica, retorno a la “locura original”. Regresión
relacionada con una detención del desarrollo del aparato psíquico.

Perversion: estructura subjetiva. Lo cual implica presentación del sujeto con la estructura
traumática de la sexualidad.

Hay en freud una paulatina y progresiva construcción del concepto de perversión.


La palabra perversión en la psiquiatría del siglo xix estaba ligada a una “desviación del tipo
sexual”. Ciertas prácticas sexuales consideradas desviaciones patológicas con relación al
objeto sexual y al fin sexual. Estuvo relacionada con lo médico-legal en medicina con
referencias normativas, naturalistas y morales (desviación respecto a ciertas normas)
Perversión como “impulsión”, relación de cortocircuito donde el sujeto no tiene ningún freno
para el ejercicio de su montante impulsivo-instintivo; en términos de herencia o de la teoría de
la degeneración.
Las teorías asociacionistas tratan de situar su génesis como algo ocurrido en la vida del
sujeto; liberación de las funciones inferiores del ser humano.
Por su parte, las teorías evolucionistas tratan a la perversión como una detención o
inhibición del desarrollo que no puede culminar en una sexualidad madura. Falla en la
evolución de los instintos: oposición sexualidad pregenital y sexualidad genital.
Freud comienza el tratamiento de la perversión a partir de situaciones ajenas a su práctica;
a partir de la neurosis, la sexualidad se traduce vía síntoma, toma algunas descripciones
imprecisas de la fenomenología de la perversión.
Perversión íntimamente vinculada a la sexualidad, sexualidad fallida (concepción
naturalista evolucionista). Este defecto en realidad, es una falla estructural.
Freud enfatiza la discontinuidad, desarrollo en dos tiempos de la sexualidad: corte, hiancia,
agujero en la sexualidad. Al principio le parece contingente, después necesario este corte.
La falta implica la inscripción de una ausencia, que simboliza una ausencia. Simbolización
de algo que falta: resolución de la sexualidad.
Al comienzo freud otorga a la perversión un estatuto causal en la medida en que sitúa a la
sexualidad como exterior.
Perversiones del padre: teoría de la seducción; padre perverso / hija histérica.
Transgresión del lazo filial, al padre ha abusado de la niña.
Con el abandono de la teoría de la seducción, la sexualidad y la problemática de la
perversión se inscribe internamente en el campo freudiano. Surge la teoría de la sexualidad
infantil: la función de la fantasía y la realidad psíquica.
El problema es que la sexualidad infantil se presenta como “perversa polimorfa”. Esta
sexualidad está asociada a la obtención del placer, no a la reproducción. En el icc del neurótico
se mantiene esta sexualidad perversa polimorfa; la normalización de la sexualidad nunca es
efectiva. Esta posibilidad de satisfacción está impedida, dice freud, al encontrar un obstáculo:
complejo de castración como prohibición y represión.
Dos costados del problema de la relación del sujeto con el sexo: problema del saber y
problema del goce.

La neurosis es el negativo de la perversión (estatuto topico)

Neurótico Perverso
Sueña con la perversión. Mantiene la Lleva a cabo la satisfacción. Fantasma
fantasía perversa, en términos de represión. escenificado y llevado a cabo.
Icc.
Ligado a la indeterminación. Horror ante Consciente.
el goce ignorado, no sabido. Dimensión fantasmática con realización de la
satisfacción. Acto ligado a la certeza, sabe qué es lo
que le procurará un goce.

Sintoma Acto

División del sujeto por el sufrimiento, Manera de suturar al sujeto, en términos de una
luego por el saber (por el sgte y el goce). certeza, un saber sobre aquello que hace a la
satisfacción.

En “tres ensayos...”, la perversión es definida como desviación con carácter de fijeza con
relación al objeto. Carácter de exclusividad. Relacion fija y excluyente. Objeto constante, fijo.
Freud separa y divide pulsión y perversión (idealización en el núcleo mismo de la pulsión,
no sobre el objeto). Hay sujeto en la perversion: el perverso tiene una posición peculiar que
supone transformación con relación al montaje pulsional. No se trata de la satisfacción
inmediata de la pulsión, si no que hay una elaboración del sujeto con relación a la búsqueda de
satisfacción.

Resortes determinantes de la perversión

Mecanismo de la perversion: hay una oposición del sujeto con relación al saber y una
elección con relación al goce.

Freud toma varios binomios en los que intenta situar la perversión: exhibicionismo-
voyeurismo; masoquismo-sadismo.
Homosexualidad: ¿perversión? La homosexualidad aparece en todas las estructuras.
El fetichismo le permite situar la especificidad del mecanismo psíquico de la perversión.
Objeto sexual sustituido por otro inapropiado para servir al fin sexual normal. Lo que causa
deseo es un objeto que puede ser una parte del cuerpo, un objeto inanimado, específicamente
y sólo a través de él se consigue la satisfacción.
Freud se pregunta por el origen del fetiche: el fetiche es condición específica del objeto
sexual pero también se concentra en sí mismo toda la actividad sexual del sujeto, fijación y
exclusividad.
teoría sexual infantil = forma de elaboración de saber.
Complejo de castracion = interno al sujeto, estructural, allí se juega su
ser. Estructura en una elaboración mítica que es el complejo de edipo.
Fetiche: tiene su punto de partida en términos de una verdadera eleccion con relación al
sexo: posición del sujeto frente a la sexualidad. Adquiere valor de sustituto pero no es síntoma;
sustituto del objeto que no existe (coloca un objeto en lugar de aquello que falta, un objeto en el
lugar de la falta de objeto).

El ser del sujeto está pendiente de que la madre tenga o no tenga; se trata de una
constatación empírica. Depende de que se establezca una lógica peculiar, donde se arma un
universo fálico en el cual el niño se inscribe y en el cual todos los seres tienen falo. En ese
universo algo falló, hay un punto de falta en la madre.
Primer paso: reconocimiento de la castración de la madre: no tiene pene.
Segundo paso: desmentida. El sujeto reniega la herida, pero para desmentir es necesario
haber reconocido previamente. “no es cierto”. El sujeto necesita y requiere la castración del
otro en la perversión para elaborar su estrategia.
Implica el sujeto de la enunciación: la forma negativa. Supone el establecimiento del
sujeto, sólo puede negar lo que primero ha sido reconocido.
Peculiar forma de división del sujeto en la perversión: reconocimiento como condición para
una desmentida, forma específica de negación. Motor de la defensa = complejo de castracion:
reconocimiento de la falta en la madre.

El perverso obtura con el objeto la falta en el otro, haciéndose exponente del goce del otro.
Desmentida: opera a partir de colocar algo sobre la falta. Un movimiento sustitutivo y
recordatorio de lo que no está y de lo que ocurrió.
Castracion necesaria: operación que la contrarresta, situando en el agujero un objeto
(fetiche) que toma su valor sólo por estar en el lugar de lo que no está.
Realidad legal en el sujeto. Realidad simbolizada.
Mujer privada. El sujeto encuentra una falta. Reconocimiento suplido por un objeto tapón,
adquiere su valor como marca de la castración.
El velo es necesario porque el objeto esta situado en relacion, en el lugar de esa nada que
se oculta tras el velo.
Se ha producido una detención. El fetiche funciona como recuerdo encubridor.
La división que se produce en el fetichismo tiene una relativa importancia con la
observación de la creencia, con relación al uso del fetiche.
Transacción entre la madre fálica y su abandono; abandono que permite que el fetiche
adquiera su valor. Acceso al goce sexual: no supone el riesgo de la castración. Es gozar sin
correr riesgos.
El fetichista no es homosexual; rechazo marcado por el órgano femenino; el fetiche le
permite acceder a la mujer a través de él, y en otros casos el fetiche se convierte en esta
compañera sexual.

El sujeto mantiene una doble relación con el objeto fetiche: amarlo, mantenerlo y, a la vez,
agredirlo.

Estructura del fetichismo

Primera mención, por parte de freud, fue en “tres ensayos...”(1905) como aberraciones
sexuales: desviaciones respecto de la meta sexual(transgresión anatómica). Uso sexual de
diferentes partes del cuerpo; objeto sexual normal reemplazado por otro objeto inadecuado
para la realización del acto sexual normal (acercamiento de los órganos sexuales). El sustituto
puede ser: una parte del cuerpo (pie, cabello) o un objeto inanimado (lencería, zapato).
Freud examina casos en que el objeto sexual tiene que estar marcado por ciertos rasgos
para que la meta sexual sea alcanzada = condicion fetichista.
Fetiche: más allá, no es una condición que especifica al objeto sexual. Concentra en sí
sólo la actividad sexual: sujeto fijado a acierto uso del fetiche; y el fetiche es el único partenaire
sexual del sujeto = fijacion o exclusividad que caracteriza al fetichismo.
Explicacion: “impresión sexual” formulada por binet
mecanismo ste icc, “sustitución del fetiche al objeto sexual” (pie =
arcaico)
1910: valor del fetiche como sustituto del pene de la mujer.
1915: mirada del niño dirigida al órgano sexual de la madre, se detiene en la imagen del
pie o del zapato, para permitir que el sujeto mantenga, en conformidad con su creencia, la
existencia de un órgano masculino en la mujer.
1920: freud rompe con la teoría de binet. Fetiche a la manera de un recuerdo encubridor,
representa una fase olvidada de la infancia.
1908: teorías sexuales infantiles. Freud descubre el privilegio que el niño concede al
pene en la economía libidinal; “zona erógena directriz”; objeto sexual autoerótico primordial. De
este valor, el niño deduce una posesión universal del órgano.
la fijación a este “fantasma de la mujer con pene” conduce al sujeto masculino a una
elección de objeto homosexual. El objeto sexual debe poseer el órgano.
el fetiche es el resultado de un tipo particular de represión. “la pulsión de mirar”, ha sido
reprimida mientras que la vestimenta fue elevada al rasgo de ideal, del que el sujeto se ha
hecho un fetiche.
1927: fetiche, responde a una elección de objeto. El propio fetiche es el objeto sexual
(sustituto del pene que le falta a la mujer). Signo de la negación y la afirmación de la castración
en la mujer. Responde a la comprobación por el niño de la castración materna; el sujeto se
defiende mediante una división: una corriente psíquica reconoce la castración; y otra, la
desmiente. El motor de la defensa es la angustia de castración.
En el fetichismo se produce un enlace entre angustia de castración y falta de pene
materno.
neurosis una spaltung alrededor de dos posiciones subjetivas, una fetichismo
de las cuales entraña una afirmacion primordial.
El resultado será una “formación de compromiso” (síntoma neurótico); “formación
sustitutiva”(fetiche, apéndice del cuerpo que recibe acción fálica.

Spaltung del fetichista: división del sujeto entre la reivindicación pulsional del onanismo y el
peligro real de castración. El sujeto tiene que decidir entre reconocer el peligro o desmentir la
realidad (realidad legal).
Reivindicación: demanda hecha en nombre de la pulsión ante el tribunal del otro (amenaza
encarnada en el otro). Algo no falta, él es instrumento de goce.
El campo de la realidad se sostiene de la extracción del objeto. Esto es lo se sostiene de la
extracción del objeto. Esto es lo intenta desmentir el sujeto fetichista: sobre el fondo de la
castración reconocida, el fetiche permite la recuperación del goce sustraído.
El campo del otro es incompatible con el goce: esta es la división estatuaria del sujeto.
Síntoma neurótico: compromiso, signo y sustituto de una moción pulsional reprimida.
Solución fetiche: concierne, no a cualquier representación, sino exclusivamente al pene de
la mujer. El sujeto echa sobre la castración femenina un velo, sobre el cual erige el fetiche. Así
se aparta de la realidad. No como el psicótico que alucina un pene donde no lo hay.
El fetichista procedió a un desplazamiento de valor, transfirió la significación del pene a
otra parte del cuerpo: metafora fetichista. Es el punto decisivo está en que la operación
concierne al cuerpo de la mujer, que queda completado en un valor de goce, estrictamente
localizado en uno de sus bordes (el pie, por ejemplo, desprendido de este cuerpo).
Lacan, cuando examina la relación de objeto pone en primer plano el hecho de que el
objeto siempre falta y detalla los modos de la falta los modos de la falta de objeto en lo real,
simbólico e imaginario.
En lo real, previo a toda simbolización, no hay falta. Es el sgte el que introduce la
posibilidad de que haya falta en algunos lugares (el pene está ausente en la madre, ella está
privada realmente del símbolo fálico, siendo el falo el símbolo d la falta).
Fetiche y fobia protegen al sujeto de la angustia que surge frente a la castración.
Fobia: llama al sujeto paterno para que de cuenta de la castración.
Fetiche: tapa la falta materna con una imagen, imagen que el sujeto toma prestada del
cuerpo de la madre o de sus alrededores.
Fetichismo: concebido como una respuesta imaginaria a un defecto simbólico. Imagen
sometida a una determinación simbólica. Luego, lacan, acabará otorgándole un valor real:
“objeto percibido en el corte del sgte”, detención de la cadena sgte.
En su búsqueda del falo materno, el sujeto fetichista detuvo la deriva metonímica del
objeto que falta, por eso el fetiche, aunque se constituya en una relación metonímica con el falo
materno es también una metáfora, y fijó su deseo en un punto de la anatomía femenina.
De ahí recibe el fetiche su estatuto de causa desencadenante del deseo. Lacan reconoce
en él esa “condición absoluta del deseo” que lo introducirá en la función del objeto “a” como
causa del deseo. El fetiche le explica la paradoja que se percibe en las relaciones del deseo
con su objeto.
El objeto del deseo es un objeto metonímico siempre huidizo, falo = sortija o “nada”, y sin
embargo, hay un objeto bien particular cuya presencia se exige, como lo muestra el fetichismo.
Lo que hay que hacer notar es la posición de este objeto; se trata, menos de un objeto de
deseo, en el sentido de un objeto al que apunta el deseo y que se unirá a él, que de un objeto
cuya presencia causa el deseo y que después va a engancharse donde puede.
El fetiche provoca en el sujeto este surgimiento del deseo, pero cuando se le pone la mano
encina, y se cree tenerlo agarrado: es el borde, lo considera un trasto viejo, es decir,
exactamente nada; y por eso lacan lo concibe como un sgte.
Al evocar el “brillo”, freud señala que dependía del capricho del sujeto el atribuir o no esta
cualidad a la nariz-fetiche. Lo cual confiere un estatuto incierto a este objeto, que no puede
definirse sino por una consistencia lógica.
Con el fetiche, el sujeto da a la madre el objeto que le falta y esta falización de la mujer,
realiza una completud del otro.
Lacan percibe con ello la función de tapón del agujero en el otro, implicada por el objeto
del deseo, en este sentido, el objeto tiene siempre ese carácter de fetiche.
Como destaca freud: “el fetiche conjuga en un solo termino tener el falo y la castración”.
La práctica fetichista permite al sujeto proseguir su actividad masturbatoria, haciendo a un
lado la castración que el otro le impone. Con ello el sujeto recupera un goce que es sustraído
por el otro, pero que también se encuentra borrado en el otro.
De ahí la significación de la maniobra consistente en restituir al otro ese goce. El fetichista
opera mediante una toma de goce, y podemos reconocer en estos objetos tomados en los
márgenes del otro el valor del objeto “a” como plus de goce, que es reatribuido al otro.
Lacan destaca ese uso particular del fantasma que consiste, para el sujeto, en identificarse
con el objeto, aquí el fetiche, para hacerse el instrumento de goce del otro.

Uso que ha tenido el fetiche para lacan: lo introdujo, partiendo del falo, en las funciones del
objeto “a”, y al mismo tiempo, fue su paradigma de la perversión.
A partir de 1966, cuando la categoría de objeto “a” quedó constituida, la referencia al
fetichismo se diluye. En la medida en que es la identificación con la posición del objeto lo que
especifica el uso perverso del fantasma; el masoquismo exhibe esta práctica y pasa a ser la
perversión fundamental.

Fetichismo y fobia

Son dos estructuras clínicas cuidadosamente distinguidas en psa: campo de las


perversiones y campo de las neurosis.
Freud descubrió la perversión polimorfa del niño: esto es la aptitud para gozar en función
de la investidura de tal o cual zona erógena de su cuerpo propio.
Este polimorfismo indica una disposición general a la perversión: 1.será llevado al acto en
la estructura perversa. El perverso, por su parte, se consagra para el otro. En el sujeto
perverso, el acto está orientado, polarizado por el goce. 2.subsiste en el icc del neurótico en
estado de fantasma. El neurótico sueña con la perversión, por no poder alcanzarla: neurosis =
negativo de la perversion. Este lugar del neurótico lo confronta con la dialéctica del deseo en
formas propias de su estructura: deseo prevenido, imposible o insatisfecho.
1927: freud produjo un término que daba cuenta del peculiar mecanismo icc de la
perversión, renegación. Lacan propuso repudio, y luego, desmentida. Este término introduce
un modo particular de negación.
1937: en “la escisión del yo en el proceso de defensa”, freud toma el ejemplo de un niño
que se tornó fetichista y en el que subsiste una fobia al contacto.

Disfraz del velo: perversion Metafora del blason: fobia


El fetiche no tiene el mismo valor que el Sobre este blasón (escudo) que el fóbico
objeto fóbico. presenta al otro, él inscribe la imagen de su
El sujeto lo considera como una simple miedo.
anormalidad de la que él se congratula por la Cualquier objeto de la realidad del
facilidad que aporta a su vida amorosa. mundo es apto para escribir los escudos de
armas tras los que el sujeto se esconde, pero
que lo representa cualquier objeto, ya que el
que le proporciona ese objeto no es sino el
lenguaje.
El objeto fóbico debe ser despegado de
su realidad imaginaria y leído como un ste
entre otros; susceptible de obedecer a las
leyes de combinación y sustitución que rigen
el funcionamiento de la cadena ste.
Por su función de signo, este objeto
señala al sujeto los límites en los que él cree
situar su ser, significándole su miedo y
precaviendo su relación indecible con la
angustia.
El caballo de juanito es el objeto
imaginario de su miedo, pero es ante todo el
ste del que juanito puede hablar, es el ste de
El fetiche: aporta “facilidad”. Induce a su síntoma.
satisfacción. El sujeto parece reunirse. Este objeto: limita e inhibe.
Produce repulsión, horror, angustia. Su
presencia afecta al sujeto dividiéndolo.

Dos movimientos de direccion y efectos opuestos en relacion con el objeto según que
sea fóbico o sea fetiche
El objeto fetiche es deseado y buscado. El encuentro con el objeto fóbico es
temido por el sujeto aún cuando le trace un
límite.
El objeto aporta lo necesario para la
satisfacción. Engendra placer. El objeto de la fobia impone al sujeto
El objeto fetiche se elige, por lo general imposible de soportar. Produce displacer. El
en función de su relación significante con la objeto fóbico es tomado de la realidad
imagen del cuerpo del otro. circundante, puesto que está estructurado
Lacan: se trata de un objeto exclusivo por el ste.
tanto más exclusivo y tanto más Toma un valor significante.
perfectamente satisfactorio cuanto que es
inanimado; como objeto, está al alcance del
deseo del sujeto, y como tal, no puede
decepcionarlo.
El fetiche es un símbolo, cumple una
función simbólica de un objeto que falta: el
falo materno.
El fantasma de la madre fálica subyace
bajo la relación satisfactoria con el objeto
fetiche.

El psicoanalisis articula sendos fenómenos con la función del falo en la estructura del
complejo de castración.
El fetiche es el sustituto del pene que le falta a la madre, como objeto, se convierte en
soporte del fantasma de la mujer fálica.
Lo que le falta a la madre, lo que le falta a la mujer, simboliza lo que se puede perder, lo
que puede faltarle al ser, es decir, lo que puede no acudir a su satisfacción.
El falo adopta, entonces, la función del significante de la falta en ser. Es el ste de la
pérdida, de esa pérdida que el sujeto padece a causa de la fragmentación del ste, al tener que
hacerse representar por un ste para otro.
El efecto del ste es introducir el goce. Esta función del falo simbólico en la estructura, da
cuenta del descubrimiento de freud del complejo de castración, y sólo este puede explicar las
particularidades clínicas de las respuestas del sujeto en la fobia y el fetichismo.
El complejo de castración es estructural al sujeto.
Lacan afirma que si, en lo simbólico, la prohibición del goce implica un sacrificio del que el
falo es el ste, este sacrificio se jugará en lo imaginario. Por desplazamiento de esta
negativización sobre la imagen del pene (falo imaginario) se opera la exclusión de esta parte en
la imagen especular, produciendo su falta constitutiva. En esta juntura se sitúa la problemática
neurótica de la fobia y la perversa del fetichismo.
Objeto fetiche y objeto fóbico: representan esta marca de la castración en lo imaginario,
supliéndola; pero cada uno de ellos lo hace en una forma diferente.

Objeto fetiche Objeto fóbico


es ese objeto metonímicamente el objeto fóbico frente al defecto
elegido como sustituto del falo que falta en la fálico encontrado en el otro, eleva la muralla
madre y que queda colocado en posición de del sgte de su objeto que traza el límite tras
símbolo del - de la castración, al que al el cual él se mantiene. Pero ésta relación con
mismo tiempo niega. el sgte en la fobia no es tan estable como
el fetichista simboliza este en parece.
ese objeto irrisorio que, negando el defecto Juanito manifiesta respecto de la
fálico, apunta a completar al otro supliendo bombacha materna un interés momentáneo
su falta. Garantiza, entonces, para el sujeto, que nos señala una tentativa de producir un
su acceso al goce sexual, sin padecer el fetiche, es decir, de franquear el límite de su
riesgo de la castración. síntoma tomando apoyo en un objeto que se
el libreto de su fantasma queda convertiría en símbolo del falo que falta.
puesto en acto por la vía de ese objeto cuya el síntoma en la fobia es menos
función es recuperar el falo imaginario, es estable que en la obsesión o la histeria. Está
decir, velar su falta al tiempo que la señala. abierto a otras transformaciones.
desmentida la fobia puede ser también la
doble juicio de afirmación y puerta de entrada a una perversión.
negación. 1) es verdad que la mujer no tiene Lacan dice de la función del objeto
el falo. 2) no es verdad que él falte, el fetiche fóbico: sgte para todo uso. Fobia, en la
lo prueba y me protege de la angustia que estructura, como un punto de cruce y hasta
podría surgir frente a esta hiancia a (- ). como una placa giratoria.
El paso a la perversión se produce
cuando el objeto fóbico se transforma en
fetiche (fetichización del objeto fóbico).

La fetichización del objeto fóbico: transmutación del objeto fóbico en fetiche pone a la vista
la existencia de un desplazamiento en la estructura, del síntoma al fantasma, por el acento
puesto ahora en el goce y ello a raíz del nuevo valor otorgado al objeto.
Hay un viraje de la función del sgte fóbico, permutable en una combinatoria múltiple, a la
fijeza de un objeto que marca una detención, un tope en la relación del sujeto con la cadena
sgte.
Este en-plus que él hace surgir sobre lo que el velo cubre, lo vuelve al mismo tiempo
atrayente, necesario inclusive para la consumación del comercio con el otro sexo. El sujeto ha
encontrado su fetiche, apto para sostener su goce.
La borradura del uno del sgte fóbico hace virar el objeto a esta nueva condición de
símbolo, fijando desde entonces el plus de goce adquirido con el viraje.
mientras que el sgte de la fobia acentúa la falta en ser del sujeto, subrayando su división
sobre un borde, el fetiche lo vela cerrándola sobre el otro, mediante la “fijación” del objeto
según el goce del objeto “a” del fantasma ( s a).
Mientras que el síntoma fóbico enfatiza el defecto del padre, que este síntoma trata de
suplir. Freud lo interpretó como una llamada al padre simbólico, al nombre del padre. El
fetichismo nos parece una tentativa de esquivar este aspecto, proponiendo su propia respuesta
frente al enigma del deseo del otro. El fetiche es el objeto que permite al sujeto este salto,
evitándole el paso por el otro del sgte, en el que su verdad está escribe.
Ante este otro el fóbico vacila, se angustia y se queja. En cambio el sujeto no se queja de
su fetiche; no tiene nada que demandar, pues la solución que le conviene se encuentra a su
alcance. El fetichista es un simple amante de la naturaleza, mientras que el fóbico es un
metafísico, ya que él hace recaer la pregunta sobre el punto en que hay algo que falta.
perversión saber hacer: referencia al otro primordial donde el sujeto se plantea como
no dividido. El perverso no demanda porque sabe qué es lo que el otro necesita.

a s : efecto inverso del fantasma.


transformando el deseo en términos de voluntad de goce.

neurótico pregunta sobre la sexualidad. Subraya la indeterminación del sujeto,


padece de una falta de saber y una falta de ser.

s a :pedido y a la vez pregunta.


el neurótico quiere la demanda del otro.

Perversion y sexualidad femenina

Se trata de interrogarnos acerca de la relación de la mujer con la perversión; más


precisamente si hay mujeres que se incluyen en la estructura perversa.
Los casos de perversión masculina son escasos en la literatura psa; aún más, lo son los
que se refieren a la perversión femenina, salvo cuando se trata de homosexualidad. Pero este
caso: ¿guarda relación con la estructura perversa?
Freud nos presenta un caso de homosexualidad femenina, no explícitamente un caso de
perversión sino un caso de “inversión tardíamente adquirida”. Especifica que la joven “nunca
había sido neurótica”. Y relaciona esta inversión con factores particulares no cualitativos sino
relativos a fuerzas, dicho de otra manera, a pulsiones.
Factores externos al traumatismo: nacimiento del hermano, y de manera verosímil de
naturaleza interna, o sea, ligados todavía a una corriente libidinal homosexual que sería la
continuación directa, no modificada de una fijación infantil a la madre. Agrega que esta joven
podría haber tenido un gusto muy intenso por el voyeurismo y el exhibicionismo.
La clínica psa da cuenta de rasgos de perversión, incluso en las mujeres, donde se
descubre el vínculo con el fantasma del hombre.
Freud había indicado en el caso “dora”, ese carácter perverso de la vida fantasmática de la
histeria. Pero en dora esto pasa por el síntoma, con ese estado de irritación de la garganta y de
la cavidad bucal, que realiza un “fantasma perverso”, el del otro, ya que reenvía a la impotencia
del padre; pero también, a las prácticas sexuales que este podía tener. Nada semejante ocurre
en el caso de la joven homosexual.
Vínculo de rasgos de perversión (se dan en las neurosis) con el fantasma del deseo del
otro.
Masoquismo femenino: fantasma del deseo del hombre.
Freud ya había abordado este tema en 1905 (“tres ensayos...”) Y en 1915 (“pulsiones y
destinos...”). Situado como desviacion en cuanto a la meta sexual. El masoquismo no sería el
fenómeno primario, sino que resultaría de una transformación del sadismo. Por eso freud habla
de pulsión sadomasoquista.
En 1919 (“pegan a un niño”), dice: el masoquismo no es una manifestación pulsional
primaria. Examina el fantasma de “un niño es pegado”, fantasma que encuentra esencialmente
en las mujeres, y cuya construcción ordena en tres fases. La 2da: “ser pegada por el padre”
(masoquista e icc), es la más importante. El masoquismo se debe atribuir a una fórmula icc, ya
que en la fase conciente que sigue, ha desaparecido.
Esta fase la encontramos en el hombre ordenada de otra manera; allí se revela preliminar.
La posición femenina del hombre frente al padre, está reprimida, se la conserva en la fase
conciente que consiste en “ser pegado por la madre”; la elección de objeto homosexual ha sido
reprimida.
El sostenimiento de la posición masoquista, es decir, femenina, le evitaría al hombre la
elección homosexual pero explicaría en él su disposición a la perversión masoquista.
Señala que existen pulsiones de meta pasiva; y que la pasividad no lo era todo en el
masoquismo: éste comprende también el carácter de displacer que es tan extraño en una
satisfacción de pulsión.
En 1920, freud prolongará el debate sobre este punto de la posición y de la elección de
objeto, en su texto sobre la joven homosexual, al insistir sobre la separación entre la posición
masculina y la posición femenina y el modo de elección de objeto.
En 1924 desarrolla el “problema económico del masoquismo” (para resolver el enigma de
displacer en la satisfacción pulsional).
En él separa el principio del placer de la pulsión de muerte sin, por eso, ligarlo al displacer.
Después distingue tres formas de masoquismo, siendo una de ellas el famosos masoquismo
femenino: es la menos enigmática y se observa sobre todo en el hombre puesto que se
mantiene consciente.

Lacan dice que el masoquismo femenino debe atribuirse a un fantasma masculino (o sea,
el masoquismo femenino siendo puesto en evidencia por un hombre).

Freud hará que este masoquismo femenino se apoye en el masoquismo erógeno que es
pulsional en el sentido de la pulsión de muerte. Es el retorno de la pulsión sobre el cuerpo, o
sea, sobre la zona erógena. Se revela como determinante en el desarrollo de la libido.
El masoquismo femenino puede abordarse por el fantasma del hombre y el masoquismo
erógeno sobre el cual se apoya el masoquismo femenino se aborda por la cuestión de la
pulsión.
Encontraremos también este masoquismo erógeno en la tercera forma: el masoquismo
moral, forma compleja puesto que es icc. Se trata de una satisfacción obtenida en el castigo del
superyó, del exterior, o de un poder parental.
La moral y el superyó acarrearon una desexualización de los vínculos con los padres.
Masoquismo moral: consiste en una desexualización que restablece por vía regresiva, el
vínculo de la moral, con las pulsiones en juego en el complejo de edipo. El hecho de ser
castigado se convierte en el sustituto regresivo del castigo por el vínculo prohibido y la
excitación que proviene de allí encuentra cómo descargarse en actos onanistas. Este goce
prohibido se convierte en un goce por transgredir.
El masoquismo moral se debe relacionar con la fase icc femenina del fantasma de
flagelación, por consiguiente con el hecho de “ser pegado por el padre”.

Si la perversión fetichista pertenece al ámbito masculino, queda por saber por qué la mujer
escapa a esta perversión, y en qué se convierte el fetichismo para ella, a partir del momento en
que se sitúa, como el hombre, en la problemática fálica.
Lacan plantea que la relación icc de la mujer con el falo es doble y que por eso se puede
ver una similitud singular con el perverso.
Ella tiene y es el falo, del mismo modo que en el perverso se produce una identificación
especial que une en un solo término “ser y tener” el falo.
Con freud, sabemos que la joven sólo entra en el edipo porque se plantea la cuestión de
tener o no el falo. Sin embargo, ella sabe enseguida que no lo tiene: de entrada juzgó, y
decidió; vio eso, sabe que no lo tiene y quiere tenerlo. Aproximó muy rápido imaginariamente,
este deslizamiento entre el pene imaginario, del cuál está frustrada, y el niño como falo
imaginario; o sea, ella misma en la medida en que se juzga insuficiente como niño, como falo,
para satisfacer a su madre. Algo la empuja entonces hacia el edipo sin riesgo de fijación al
fetiche, contrariamente al niño. Esta entrada en el edipo es más que un simple cambio de
objeto: es una “padre-versión” motivada por la represión materna de la actitud fálica. Lo que
explica que recurra al padre, transferencia que abrirá aquello de este goce que de aquí en más
deberá demandarse, inter-decirse entre los stes.
De su propio deseo, ella encuentra el ste en el cuerpo de aquel a quien se dirige su
demanda de amor. “la mujer encuentra su fetiche en el cuerpo del hombre”.
La privación ideal, consiste en una operación que asegura la castración, es decir, que
asegura a la joven una introducción suficiente al edipo para esperar convertirse en una mujer.
Le evita de esta forma una salida intempestiva, o sea, una regresión a una posición viril,
imaginaria, diferente de la identificación simbólica que puntúa la privación. Este tipo de salida
es la que encontramos en la joven homosexual de freud, por no haber sido privada por su
padre, se transforma en hombre.
Que la privación exprese lo referente a la castración de la mujer, quiere decir que la
representación de este otro que sería la mujer, falta. Sin embargo, la privación va a permitirle
que puedan representarse, para ella misma los ideales femeninos a través de la mascarada.
Se trata para la mujer de llevar sus atributos femeninos, “arrojarlos” en la dimensión fálica, es
decir, referirlos al ste de la falta fálica, ste de su deseo, y, por lo tanto, hacer sus atributos
“deseables” lo que quiere decir identificarse idealmente a su sexo. Las identificaciones que de
allí se desprenden resuelven los rechazos de la demanda en los que consiste la privación. La
mujer puede asumir así ella misma el rol de fetiche. Ella es a partir de ese momento el falo, en
la medida en que ella se vuelve el objeto del deseo del otro, es decir, del hombre. Pero
igualmente puede tenerlo, y más cuanto que está privada de él realmente.
Por intermedio de esa relación particular que tiene con el falo podrá establecerse una
equivalencia simbólica de este con los objetos que pueden separarse de ella. Lo que será
deseado inconscientemente es lo que puede separarse de su cuerpo de mujer, un hijo que al
sustituirse al falo, tomará un valor de ste, un valor de intercambio. Una mujer podrá dar un niño
a cambio del falo que recibirá simbólicamente. Este niño tomará para una mujer el valor de
fetiche. Ella satisfaría, según lacan, sus relaciones perversas en sus relaciones con sus niños.
Para la mujer, el fetiche no podría fijarse, no podría tener el carácter exclusivo e invariable
de la desviación perversa. Esta función se dispersó en el aprés-coup de la privación; función de
desplazamiento simbólico a través de sus diferentes avatares. Ella misma, luego el órgano que
ella encuentra en el cuerpo del hombre al cual dirige su demanda de amor, y por último, su
niño.
Que sea y tenga a la vez el falo, proviene, en la mujer, de una metaforización, de una
sustitución que vela su castración. Es lo que hace que esta relación permanezca icc para ella.

No es el mismo caso que el perverso. En lo que le concierne, la metonimia de la castración


no está velada, sino que es objeto de un desmentido.
Así, es el falo al identificarse a este objeto imaginario de una fantasmatización de la madre,
en el tiempo de frustración que es también un tiempo de seducción durante el cual el niño
busca engañar a ese otro que es la madre. Si ese tiempo redoblado de la amenaza de
castración que planea sobre él hubiera de eternizarse, el niño podría recubrir el fetiche.
Esta solución artificial, puesto que la castración del otro no pudo afirmarse, es una
respuesta a la amenaza de castración: el falo es recuperado, positivizado, en la medida en que
interesa al otro; en el fetiche, no aparece como menos en el otro sino que por el contrario,
viene a completarlo: “él lo tiene” lo que remite a un “ella lo tiene”, la madre, hace que el sujeto
perverso lo tenga en ese objeto, condición de su deseo, como fetiche y aún como ídolo.
Freud señalaba, a propósito del fetichista, que la formación del fetiche defendía a este de
la homosexualidad.
Veamos qué ocurre en el caso de la joven homosexual. ¿podemos decir que se trata de
perversión? ¿en qué la doble relación al falo estaría en este caso más cerca del esquema
perverso que de la fórmula icc de la mujer?
La jovencita es el falo, al identificarse con el niño que ella imagina como siendo deseado
por la madre, falo imaginario, que llegó a ser tan real (el hermanito) que ella hace la
demostración especular de la identificación a este atributo materno, atributo imaginario, no
metaforizado, arrojándose ante los ojos de su amante, de lo alto de un puente. “dejar caer” y
“rendirse”, o sea, que a falta de tener un niño de su padre, ella caía ahora tan bajo por su
culpa.
En cuanto a tener el falo, ella se “transforma en hombre”, es decir, que se identifica
imaginariamente al padre, también en el acto del suicidio donde se reúne esta doble relación
llevada a lo imaginario, ella ofrece a la dama el falo que esta no tiene. Lo ofrece en la medida
en que se identifica a la madre que sí lo tiene, ya que ella no fue privada de él por el padre. En
esta precipitación, en esta mímica del parto, ella le muestra al padre que puede amar como un
hombre. Este acto no es metafórico sino metonímico. Apunta a hacer entender a este padre
que sólo le reserva su furia, algo distinto a la cuestión que parece estar en juego (su aventura
con la dama). Este acto tiene por objetivo que se puede amar a alguien por lo que ese alguien
no tiene. La metonimia hace que aquello que está velado, metaforizado en la mujer, pase aquí
a lo imaginario, es decir, “remedado” (falseado).
Podemos observar la dimensión de la mirada que está en juego en la escena del suicidio.
Ella se deja hacer identificada al objeto caído, pero hace surgir al mismo tiempo del campo
del otro, la mirada, viene a completar a ese otro representado por la dama presente en esta
escena, pero también por el padre, en el que surge esa mirada que se conoce y a la cual ella
ha reducido.
El más que un simple cambio de objeto freudiano, no funcionó. El problema para freud
reside en las pulsiones de meta pasiva.
La pulsión no es la perversión, y eso es lo que debe demostrarse para zanjar el problema
de la estructura. Freud nos decía como conclusión del caso de la joven homosexual, que si el
psa no tiene que resolver la homosexualidad, debe contentarse con revelar los mecanismos
psíquicos que condujeron a la decisión en la elección de objeto y seguir las vías que conducen
a estos mecanismos, a los montajes pulsionales.

Pasaje del fetichismo al trasvestismo: “yo puedo ser la mujer que tanto busco”.
Homosexualidad: manera de escapar frente al terror de la omnipotencia fálica de la mujer.
Cómo funciona el valor del contrario en la escenificación del fantasma masoquista: el
objeto funciona en términos de recuperación de goce; el perverso se hace objeto (hay una
identificación al objeto “a”).
“Un caso de homosexualidad femenina”(1920)

El neurótico puede adjudicarle al analista el lugar del saber y el perverso no, porque es él
el que sabe sobre la sexualidad.
Se trata de una homosexualidad que no es actuada, va más por el lado del amor cortés, en
donde a lo que se tiende es a la idealización del objeto de amor, que es la dama, pero sin
ningún contacto corporal ni nada que tenga que ver con la sexualidad explícita.
La paciente no pedía por ella misma ser analizada, fue llevada por su padre, cuestión esta
importante para freud. La muchacha no estaba enferma, no sufría por motivos internos y la
labor analítica no consistía en resolver un conflicto neurótico, sino en transformar una de las
variantes de la organización sexual genital en otra distinta: tarea difícil, dice freud.
No se puede convencer a una persona de que abandone el objeto placiente, porque no se
le puede prometer que va a encontrar otro distinto, también placiente. En general, los
homosexuales se ponen en tratamiento por motivos distintos a su homosexualidad, por
ejemplo: desventajas en su situación social.
Freud dice, que la muchacha adopta, para con el objeto de su amor, un tipo de conducta
completa y absolutamente masculina, mostrando la humildad y la supervaloración de la mujer
que hace el hombre enamorado, la renuncia a toda satisfacción narcisista y prefiriendo amar a
ser amado. Es decir, que más que el parecido y en todos los rasgos personales de la joven
(altura de su padre, bruta como el padre, etc.) Lo que freud puntúa es esta identificación al
hombre en la elección de objeto. Con respecto a este, como freud dice que había pasado por el
proceso normal del complejo de edipo femenino en la infancia y comenzaba a sustituir al padre
por uno de sus hermanos, un poco menor que ella. No hubo trauma sexual, la comparación de
los propios genitales, con los del hermano, a los cinco años, dejó en ella una intensa impresión.
No había sido neurótica, no tuvo síntomas. En la pubertad recibió la información sexual
con curiosidad y rechazo.
A los 13/14 años demuestra interés por un niño de tres años (como era muy amiga de los
padres del niño queda la pregunta de si esta primera pasión era por el niño, la madre o la
madre y el niño) y se hallaba dominada por el deseo de ser madre. Poco después empieza a
mostrar interés por mujeres maduras y deja de estar con el niño. Estas mujeres son lindas, con
lujos y tienen entre 30 y 35 años.
Freud cuenta que el material del análisis es una serie de sueños enlazados entres sí y el
análisis demuestra que la dama era una sucesora de la madre. Esta mujer no era madre y
tampoco el 1er amor de la chica.
Estos amores con mujeres de entre 30 y 35 años, con lujos fueron abandonados, al igual
que la maternidad, por la belleza y el carácter de la dama que le recordaba a la persona de su
hermano mayor. Es decir, que el objeto que había elegido servía tanto a la homosexualidad
como a la heterosexualidad, era una mujer con los rasgos de su hermano.
Este pasaje que hace desde las mujeres casadas a la mujer madura coincide con la
aparición de un niño, ya que cuando ella tiene 16 años la madre tiene un hijo, y es allí donde se
produce este desplazamiento de las mujeres casadas con hijos a la dama sin hijos y con la
condición de ser ella y tener un carácter masculino como el del hermano.
¿por qué se produjo la homosexualidad a partir del nacimiento de este hermano?
Esto tiene que ver con que entre madre e hija había un desprecio y cierta envidia por la
competición entre ellas, intensificado esto por el nacimiento de ese hermano.
Freud explica que la joven se encontraba en la fase de reviviscencia del complejo de edipo
infantil cuando sufrió su primera gran decepción. El deseo detener un hijo del varón se hizo
consciente, lo que no podía ser conciente es que tal hijo debía ser de su padre. El hijo no lo
tiene ella sino esa competidora odiada en el inconsciente: su madre.
Indignada por la traición, se aparta del padre y del hombre en general. Rechaza su
femineidad y tiende a dar a su libido otro destino. Se transforma en hombre y toma por objeto
erótico a su madre.
Pero como la madre no correspondía a su cariño, busca un sustituto. Al adoptar como
conducta la homosexualidad, elimina el factor de rivalidad, cede los hombres a la madre.
La posición de la libido queda fortificada al encontrarse con la dureza del padre. Se
propone degustarle y vengarse de él según la ley del talión: “me engañaste, y ahora sufrirás
que yo te engañe”.
Freud dice que los pacientes perversos cuentan una “historia escasa” porque se trata de
un edipo precario, entonces la historia también es precaria. Retoma uno de los caminos
posibles del desenlace edípico en la mujer: el complejo de masculinidad, un punto de
identificación con el hombre.
Texto “sexualidad femenina”: freud da tres salidas y fases: 1) era la actividad fálica hacia la
madre y para ella la salida es el complejo de masculinidad; 2) fase de actividad fálica hacia el
padre donde aparece toda la dimensión de la envidia del pene, de querer castrar al padre, de
tener el pene del padre, y que, como salida del edipo, conduce a la inhibición de la sexualidad;
3) es la pasividad fálica hacia el padre, la espera de un hijo del padre, que es la que conduce al
hombre. En nuestro caso va a aparecer el complejo de masculinidad pero con relación a la
identificación a un hombre.
en esta paciente, la tercera salida está presente, pero con una complicación. El hecho de
que una mujer acceda a la maternidad no le da patente de femineidad porque está atrás la
historia pre-edípica. Tendríamos que ver acá si se trata del hijo que es sustituto del padre, un
hombre, o si se trata del hijo que le quiere hacer a la madre o que espera recibir de ella.
Freud dice que vemos un desengaño, una decepción amorosa con el padre y una
regresión al narcisismo que implica la anulación de la diferencia de sexos.
En este caso da una doble vertiente: la identificación al hombre, por un lado, y la regresión
al narcisismo, por otro; y no deja de haber elección de objeto.
Acá freud plantea la elección de objeto según el tipo masculino (condensa rasgos
masculinos del hermano y rasgos femeninos) por eso tiene que tener sus características:
sobrevaloración, degradación y redención de esa mujer elegida como objeto erótico. Esto es lo
que hace esta paciente cuando se entera quién es esta dama, intenta reivindicarla, correrla,
salvarla. Dice freud que esta fantasía se da tanto en el hombre como en la mujer y es aquí
donde está el hecho de ser necesario para el otro.
Esta homosexualidad es post-edípica y reaccional, es una reacción a ese hermanito tardío,
que revive lo vivido en la fase fálica, reacción ante la fantasía de que el padre le diera un hijo,
pero ahora se lo da a la madre.
Para freud la muchacha transita aparentemente por la fase fálica de un edipo normal y un
hecho tardío hace que se provoque la homosexualidad.
Todo esto ocurre en un momento en que la adolescente todavía no terminó de constituir su
elección de objeto heterosexual. Freud ubica este momento en la pubertad donde allí hay una
reviviscencia del edipo.
A diferencia de las muchachas normales, esta muchacha esperaba realmente que su
padre le diera un hijo. La particularidad de este caso es la dimensión de la realidad de un hijo
que le es dado a la madre y no a ella por el padre.
Freud en este caso, diagnostica homosexualidad y dice que es una perturbación y no una
enfermedad.
No es que freud diga que porque esta chica elige un objeto mujer es homosexual, sino
porque la condición erótica es que sea sobrevalorada, degradada y redimida, a la manera de
un hombre, como lo hace el hombre.
Para realizar el diagnóstico hay que poner el acento en la condición erótica, en el objeto y
en la repetición, o sea, sucesivos amores que terminan en este escandaloso.

La muchacha no está implicada en lo que le pasa y toma las explicaciones de freud como
si fueran de ella, recordemos que no hay demanda por parte de la paciente, y síntomas que la
aquejan, no se establece transferencia.
El episodio del puente es un acting-out (no lo pone en palabras, se tira).
Lo único que la sostiene a ella en el análisis es no contrariar a sus padres.
El análisis se termina cuando ella sueña que “le sueña”, desde ella dice: “me voy a casar y
voy a ser feliz”, esto lo hace para que freud piense que todo va bien, mientras ella sigue
haciendo lo que quiere.
La ruptura viene por parte de freud porque la manda a analizarse con una mujer, es él el
que interrumpe el análisis porque no se banca ser engañado por ella como al padre. Freud no
soporta la transferencia: “a mí no me va a embromar como al padre”.
El padre de esta muchacha funciona como un igual, en el plano de la semejanza, a tal
punto que puede sostener con él una relación vengativa. Este padre está funcionando como
una duplicación de la madre fálica del narcisismo, la madre omnipotente que satisface todos los
deseos. Ella lo eleva a una posición de padre sin fallas, de alguien que puede darle todo.

Renegación en este historial

En la conducta aparentemente opuesta de la muchacha, podemos ver la escisión del yo.


Estas conductas son: por un lado, la imprudencia con que se muestra en público en compañía
de su amiga de mala fama; y por otro, la tenacidad con la que recurre a toda clase de engaños
para facilitar y encubrir sus entrevistas con ella.
Freud habla de un exceso de franqueza y un exceso de disimulo, que son dos actitudes
contrapuestas y simultáneas. En esta doble actitud de ocultación y mostramiento, la muchacha
intenta marcar la renegación de la ley del padre. Desafía la ley que el padre intenta sostener
por vía de las imposiciones. Este es el discurso paterno, fracaso del discurso de un padre
impositivo, que, finalmente acude a freud para que le restituya una autoridad fracasada.
El intento del suicidio se puede leer como un desafío a la ley del padre. Allí donde el padre
reaparece con su mirada colérica, la muchacha se arroja al puente. La ley la alcanza en lo real,
no en las palabras, no en los síntomas.
Cuando freud trae este “nierderkommen” que es “parir”, “dejarse caer”, intentará resituar en
el orden de la palabra ese acto. Ene l suicidio freud habla de un deseo de muerte hacia el
padre, hacia la madre; de un autocastigo y de un parto. Esta sujeto cree en la posibilidad de
que su padre le dé un hijo en la realidad, no hay desilusión (es lo que marca el pasaje hacia
otro hombre). Aparece así la imposibilidad de la desilusión, cuestión clara de las perversiones.
El padre, en la dimensión simbólica, para la mujer, aparece en tanto aquel que pueda dar
lo que no tiene (dora). Este padre aparece como aquel que tiene algo para dar, fracasa en la
dimensión simbólica porque más que aligerar a esta hija a una promesa imposible de cumplir,
la liga a la ilusión de la posibilidad de recibir de él. Es un padre que tiene, y en ese sentido, es
una reduplicación de la madre fálica. Es aquí donde aparece el fracaso de la función del padre.
La dimensión imperativa del padre habla de su impotencia porque al desafío de su hija
responde con otro desafío que es: “¿querés ser homosexual? Yo te voy a sacar heterosexual a
la fuerza”.
Aparece la homosexualidad como un llamado al deseo del padre, un llamado a un padre
que desee por sí mismo, que esté sujeto a la ley y no como otro caprichoso que puede imponer
la ley, según su propio arbitrio o que se apoya fraternalmente a su hija. Cuando alguien que
tiene que ocupar el lugar de la función paterna, aparece como fraterno, naufragamos en el
narcisismo, en el terreno del amor y el odio.

Desde lacan, la homosexualidad masculina estaría ubicada en el 2do tiempo del edipo.
Lacan, habla del enamoramiento excesivo del hombre hacia la mujer, lo que hace que descuide
la función paterna y hace que la mujer esté en condiciones de dictarle la ley.
En el historial, el enamoramiento al padre haría que la madre aparezca como no castrada.
Además, en el momento de la irrupción de la homosexualidad, la madre es una madre fálica
porque porta un bebé. Una madre muy narcisista, lo que habla de un apoca disposición libidinal
hacia la hija. Esta madre quiere anular a la hija porque la considera una rival (la madre ha
compartido los avatares de la homosexualidad de su hija hasta el escándalo social).
Si una chica llega a los 17 años pensando que su padre le puede dar un hijo de verdad es
porque piensa que su padre no está castrado, no está sometida a la ley del incesto, lo que falla
aquí en la dimensión de la castración del padre. La historia de este hijo real es la que hace
pensar y que este padre es un hermano o, en cierto modo, “el padre de la horda”, el único que
goza.
Lo que no hay aquí es un lugar para esta hija como hija, esto queda reflejado en este
“dejarse caer”, como un objeto, como un hijo, desde el puente, salirse de la escena.
Al padre le empieza a interesar su hija cuando le arma lío en los negocios, del lado de la
madre está todo lo que dijimos del narcisismo. Pero lugar para ella en la historia, no hay.
Ella no dice nada que pueda denotar cierta pasividad del lado de los padres, más bien
aparecen reaccionando en los momentos en que los molesta. Ella no está enojada, al contrario,
siente culpa, dice que los quiere mucho, que no quiere causarles disgustos, pero que va a
seguir con la dama.
Fetichismo: tipo particular de perversion

Sexualidad humana perversa en general objeto perdido.


En cuanto a la estructura clínica: lacan habla de estrategia defensiva y freud de
mecanismo de defensa.
Fetiche: condición para el advenimiento del placer estaría ligado a un objeto particular. A
diferencia del síntoma, no se acompaña de padecimiento; los pacientes no van a consultar por
el fetiche.
Repudio: freud habla de represion del afecto.
Fetiche = paradigma de la perversion. Emblema de un triunfo contra la amenaza de
castración. Sustituto de ese pene faltante porque la castración operó.
Neurosis: fobia. Consecuencia de que la metáfora paterna operó fallidamente.
Eclosion: erección del pene real. No se puede tramitar simbólicamente.
En el momento de eclosión cambia su posición con respecto a la madre, deja de hacer de
falo de la madre, deja de hacer de semblante del falo imaginario de la madre.
Antes se propone como señuelo de la madre, obturando la pregunta por el deseo de la
madre, obturando la castración materna = lacan habla de perversión transitoria en la infancia.
Identificado con el falo imaginario sería el lugar del fetiche materno porque engaña su
castración.
En el 2do momento, aparición de la turgencia del pene real, mediando el rechazo de la
madre, como antes sí la satisfacía.
Todo él en el lugar del falo, “esta cosita” no alcanza para satisfacerla, se abre un agujero
en la madre, insatisfecha, puede devorarlo. Este agujero envía a la castración materna.
Cuando aparece el síntoma como sustituto de lo fallido de la metáfora paterna, lo que se
sustituye es el deseo de la madre. El nombre del padre articulado al síntoma en juanito,
sustituye al deseo de la madre. Reprime la castración de la madre, de ahí puede advenir una
significación fálica a la que el sujeto se enganche.

Posicion del sujeto fetichista

No la podemos planear en términos de ser o tener el falo porque es otro el mecanismo, es


el del repudio porque el sustituto del falo faltante está en el fetiche (está resuelto el problema)
razón por la cual la condición del goce del fetichista está en que el fetiche esté. No hay
pregunta, hay saber acerca de la condición de goce requerido. Es una respuesta en términos
de posición del sujeto frente a la castración.
Las ventajas son: evitación de la homosexualidad y el acceso a la satisfacción, al goce.

En la psicosis no hablamos de posición subjetiva con respecto a la castración, hablamos


de forclusión.

Fetiche: ligado exclusivamente a la satisfacción pulsional.


Condición fetichista: condición de elección del objeto en el sentido sexual, en el sentido del
amor.
Travesti: encubre bajo el velo que tiene pene. Está en el lugar de la madre con pene, él
mismo vela la falta de una forma muy particular, engaña y muestra que no puede tener,
disfrazado de mujer.
No le interesa sacarse el pene. La posición perversa se mantiene el repudio de la
castración materna = identificado a la madre con pene.
Transexual, es diferente del travesti.

Teorico de perversion (lacan) -19/10/92-

Las estructuras clínicas como diferentes estrategias. Las estructuras clínicas siempre como
una posición subjetiva; una determinada estrategia refiere a la estructura del otro dado que la
estructura del otro puede ser tomada como: otro de la palabra (referencia al a completo); ó
como otro que incluye la falta (como castración materna) (sem. 3)
Adquiere más importancia el ste de la falta en el otro; algo que es falla de estructura en
términos de falta de un ste, no hay un ste para nombrar el goce.
La clínica en lacan es clínica del padre: quiere decir, la relación con la metáfora paterna,
una manera de decir de una falta, se introduce con relación al deseo de la madre. Clínica del
padre en función de hacer significar esto que es el deseo de la madre.
Lacan encuentra una reformulación lógica para el edipo freudiano.
El paradigma freudiano de la perversión es el fetichismo con relación a una falta situada en
a en términos de castración materna. La dialéctica del edipo es la relación triangular niño-
madre-falo; ese elemento entre el niño y la madre que permite al niño adquirir una significación
de amor. Pasaje desde “ser el falo” a “tenerlo”, este pasaje es la manera en que lacan sitúa la
dialéctica edípica.
En un principio tenemos una identificación con el deseo. Situar el niño como al falo que le
falta ala madre. El falo como objeto imaginario, identificación imaginaria al falo con relación al
falo como objeto del deseo materno.
Para entender las perversiones, lacan abordará el problema del fetichismo teniendo como
estructura básica la relación con el a y la completud fálica en términos de la identificación
imaginaria con el objeto del deseo materno.
En primer lugar, el fetiche se constituye a partir de un desplazamiento de ese objeto fálico
que aparece como ausente en la madre; hay una sobrevaloración del falo ausente en la madre.
La castración materna es afirmada y negada, y esa denegación se manifiesta en el acto
perverso. Se trata de una denegación en acto.
El fetiche se hace presente en una ausencia, de ahí su valor de símbolo. El fetiche es una
forma de sustentar la presencia del falo en la madre. El fetiche es una estrategia que implica
una transformación del deseo. Es una defensa a dos puntas: como defensa contra la
homosexualidad y frente a la heterosexualidad; quiere decir que la problemática de la
diferencia de sexos está ene l fetichismo postergada a través de este recurso a este objeto.
Se trata de conjugar con relación al fetichismo esa relación de “ser el falo” que le falta a la
madre con el “tenerlo”: conjugación ser y tener el falo.
La metáfora paterna opera a partir de la madre en términos de qué función cumple el niño
para ella: el niño es el falo que le falta a la madre (juego de engaño) acá está la matriz de la
estructura perversa.
Hay un recurso al objeto identificándose con él. Se trata del abordaje que hace la
perversión de la tachadura en el otro como castración materna en términos de completarla con
el objeto fetiche e inscripto como falo.
Situamos la homosexualidad como una modalidad de la perversión, homosexualidad
masculina donde hizo su aparición el padre. Pero dice lacan que hubo una degradación de la
ley del padre (la palabra del padre con relación a su ley, no tiene cabida en la madre). En un
momento decisivo, la madre dictó la ley al padre, quiere decir que hubo un cambio de
posiciones. Dirá lacan que la homosexualidad es una identificación a la madre dictando la ley al
padre. Esta modalidad de elección de objeto puede tener una vertiente defensiva que se
presenta en la homosexualidad; una estructura defensiva, una huida a la angustia de lo que
implica la castración materna y en segundo lugar, puede construirse una estructura perversa.
Homosexualidad que se presenta en dos versiones:
Versión fetichista: hablar de perversión en la homosexualidad es cuando una significación
del “pene como objeto”; aparece una condición absoluta del deseo: que tenga el falo. El pene
como fetiche. Todos aquellos que lo tengan pueden procurar goce. De ahí esta vertiente de la
promiscuidad.
Versión masoquista: es la opción por parte del sujeto de la condición masoquista. Posición
masoquista fija de parte del sujeto: sólo puede gozar en esta posición de ser sometido,
castigado por el a.
Aquel que llamamos transexual no se presenta como una posición. Apela a una identidad
nueva que quiere tener. Hay diferentes tipos de transexualismo: transexualismo delirante, otro
que se presenta sin delirio. El transexualismo no es una perversión, porque no se trata de la
problemática del goce, sino que se trata del problema de la identidad del sujeto. El transexual
es aquel que pide la operación quirúrgica, pide que le saquen lo que le sobra, pide la mutilación
en la medida que el pene no tiene una investidura fálica, sino que es algo que le molesta y no
le permite ser la mujer que quiere ser.
La homosexualidad como tal es un mero avatar del edipo, es una mera elección de objeto
sexual. Freud aborda a leonardo da vinci. La homosexualidad en él implica una identificación
materna, pero que es una salida para liberarse de esa madre (se libera del amor por la madre,
por identificación). En lacan, de lo que no puede liberarse es de sí mismo en el lugar que
ocupaba para el deseo de la madre. Hay represión del amor por la madre pero persiste el amor
por el niño fálico que fue para la madre. Buscará niños-falo que ocupen el lugar en que él
estaba. La identificación materna implica el abandono del lazo libidinal pero no el abandono de
su posición, en tanto falo deseado por la madre.
Otra forma de situar la perversión es cuando lacan aborda el estatuto del fantasma. El
fantasma es una forma de juntar dos cosas heterogéneas: el fantasma como forma de
estructuración de la división del sujeto por el ste (que no se confunde con el icc freudiano). Dirá
en este momento que el fantasma es una respuesta a la abertura del a, una respuesta que
estructura al sujeto; cómo el sujeto se las arregla con su división, podemos decir con relación a
la falta del a. Podemos organizar una clínica, no sólo de las relaciones con el falo, sino una
clínica de la manera de suplementar al a (dar una respuesta a esto que aparece como fallido).
El fantasma aparece en la neurosis como un suplemento, como una forma de establecerse en
relación a la falla del a.
Fantasma en neurosis y perversión: es una forma de complementar con diferentes usos
esa falla en el a.
Cuasi fantasma en la psicosis: aquí falla el falo en tanto significación fálica. No se puede
armar el fantasma, no existe intermediario entre el sujeto y el otro por el fantasma. Por eso el
intento de elaborar un cuasi fantasma.
Lacan abordará las diferentes estructuras clínicas con relación al fantasma, a partir de
cómo entre los dos términos se desplaza al menos el falo (fi), que afecta al a y al sujeto.
En la neurosis hay un privilegio de la división del sujeto. El neurótico caracterizado como
falta de saber y como falta en ser, vía angustia y culpabilidad intenta asumir la falta en el otro,
intenta situar aquello que en el a está desarreglado.
En la perversión, como en la neurosis, el acento está en la división del sujeto por el ste,
hay un acento en el objeto “a” del fantasma, que adquiere una función peculiar. El objeto “a”
erige al objeto pulsional, tenemos recurso ala demanda del otro, llevando sobre sí la falta
(división del sujeto por el ste como falla en ser y falla en tener). En la perversión el fantasma no
se erige como en la neurosis (respuesta frente al deseo del a) sino que el fantasma se erige
como voluntad de goce, la forma de suplementar la falta en el a en la perversión debe leerse no
en términos de dialéctica del deseo sino en términos de la voluntad de goce: el perverso
traduce la dialéctica del deseo en términos de voluntad de goce, es una transacción para la que
es necesaria una estrategia especial; una posición peculiar del sujeto: el sujeto se identifica al
“hacer” con el saber cómo hacer gozar. Certeza del acto en la perversión (indeterminación: “no
sé” en la neurosis). El perverso no se pregunta qué quiere el a, como a del deseo.
En la perversión se trata de otro que sabe qué hacer con su goce, con su castración. La
estrategia de la perversión está con relación a suplementar lo desierto del goce en el otro (en el
otro como tal, hay una evacuación del goce). El perverso intenta suplementar esa parte de
vacío a través del objeto hace existir a otro que goza a través del instrumento con el que el
sujeto se identifica. Por eso en la perversión no se trata del otro del deseo sino del otro del
saber.
La pareja no debe considerarse, el otro no tiene importancia. El otro es un mero accidente
necesario para restituir el lugar vacío del goce. El compañero tiene sólo valor instrumental. El
perverso va a actuar dócilmente a favor de ser el instrumento que hará gozar al otro.
El sujeto supuesto saber en la perversión es el sujeto mismo, porque él sabe cómo hacer,
no tiene dudas, no hay antinomia entre saber y goce. En la perversión se trata de un goce que
no es interrogación, sino demostración para demostrar que al otro no le falta nada.
Neurosis: actitud interrogativa.
Perversion: actitud demostrativa.
El perverso se las va a arreglar, no para nombrara el goce, sino para demostrarlo (la
solución perversa apunta a colmar un ste que falta con un objeto). La perversión se caracteriza
como estructura porque intenta la restitución del objeto al campo del otro. El perverso que se
identifica con el objeto de la pulsión. El perverso identificado al objeto pulsional en lo imaginario
apunta a la división o castración del otro. El acto perverso se caracteriza por situar la división
del lado del otro, dado que el perverso se identifica con el objeto.
El perverso sabe que siempre tiene que pasar al acto: el acto es la condición de la
perversión. Así, implica una manera de negar la indeterminación del lado del sujeto no hay
indeterminación. El acto es el único medio de poner en obra la querencia de dar consistencia al
otro. La neurosis se trata de una pregunta; lacan dice que la neurosis se presenta como la
verdad en el lugar de la falla del saber en términos de pregunta. La perversión se presenta
como una verdad practicada.
Al principio el paradigma de lacan era el fetiche; luego es el masoquismo, el sadismo, el
voyeurismo y el exhibicionismo. La mirada y la voz son aquellos objetos relacionados con lo
que en el otro hace falta.
Voyeurismo: lacan, en el texto “kant con sade”, lo plantea como aquel que se dedica a
“mirar de una manera especial”, en la clandestinidad. Es una estrategia peculiar para situarse
mirando en relación a algo que impide ver directamente (una mirada escondida). Esta mirada
ocupa la función de lo que se oculta para ver más allá de lo que se ve; sólo cierra el circuito
cuando la función escópica adquiere una función de ser él descubierto por un tercero.
Valor del objeto mirada: el sujeto es mirado en relación a que el otro lo descubra mirando.
Exhibicionismo: opera con el objeto, algo escondido aparece en un lugar que no debía
aparecer (es el pene como falo). Lo importante es encontrar una mirada de horror. La
satisfacción del exhibicionista está en esta violación al pudor a través de la exhibición. Acá está
la dimensión del otro completado por el objeto, en este caso, la mirada.
El sujeto mismo se hace mirada o voz en la perversión, él como objeto recolocado en el
otro. El perverso no goza, él es un verdadero embajador del goce del otro.
En la neurosis el sujeto está determinado por el fantasma; en la perversión el sujeto se
determina así mismo como objeto.
Masoquismo: habla de gozar en el sufrimiento: “haz de mí lo que quieras” y “tú lo harás de
la manera más despótica que puedas, pégame, azótame”. La posición del masoquismo es un
intento de identificarse con el puro objeto, se presenta como objeto al servicio para completarlo
al otro.
La perversión no se aviene al psa. El perverso tiene respuesta, no es para él un conflicto.
En la neurosis el saber molesta, porque opera con relación a la demanda del otro y el deseo
del otro angustia. En la perversión se trata de una defensa por petrificación del goce; el
privilegio de esta petrificación del objeto implica la restitución en el lugar de la falta. ¿de qué
manera se restituye esta falta en el otro? En la perversión hay una búsqueda de los límites
(búsqueda del límite del goce), se trata de hacer aparecer el límite del dolor, de lo soportable,
de lo tolerable.
Es una manera de corroborar, de forzar el límite a ver hasta dónde. Por consiguiente, el
límite siempre tiene que estar presente en la perversión.

“Los cortadores de trenzas”

Un curioso tipo de fetichismo es comentado por freud en diferentes oportunidades. Su


nombre, “cortadores de trenzas”, indica la particularidad de su erotismo: cortar trenzas o
cabellos de mujeres y masturbarse con ello.
En 1927, en su artículo sobre el fetichismo, luego del desarrollo sobre la coexistencia de la
desmentida y la admisión de la castración, freud dice: “...aquí uno cree comprender la conducta
del cortador de trenzas, en quien ha esforzado hacia delante la necesidad de sacrificar la
castración que desconoce”. Su acción permite en sí las dos aseveraciones recíprocamente
inconciliables: la mujer ha conservado su pene y el padre ha castrado a la mujer.
Vemos estos dos comentarios ciertos desplazamientos. Cortar las trenzas ya no es sólo
una representación de la castración, sino que reúne en esa escena el doble movimiento del
perverso: afirmación y denegación de la castración.
El análisis de freud hace referencia a la posición del sujeto frente a la castración,
verdadero organizador de la estructura.
Sauri: “las perversiones”

Diferentes formas de las perversiones, se dividen en dos grandes grupos:


Aquellas en las cuales el fin de la acción es perverso (sadismo, masoquismo, fetichismo y
exhibicionismo)
Aquellas en las cuales el objeto es perverso, y la acción también lo es por consecuencia
(homosexualidad, paidofilia, gerontofilia, zoofilia y autoerotismo).
1.
Sadismo: el acto del sadismo es un reemplazo del coito. El sádico se esfuerza por realizar
el coito y el acto del sadismo tiene que preparar el acto sexual o, el acto del sadismo, sigue al
coito porque la voluptuosidad no se aplaca con el coito.
En la conciencia hay asociación del placer con representaciones de crueldad activa, éstas
se hacen valer poderosamente, la acentuación del placer debido a estas representaciones
crueles ascienden hasta un punto en que nacen las pasiones violentas, de aquí surge la
necesidad de realizar estas representaciones.
Masoquismo: contrario al sadismo. Tiene por fin a representación, impregnada de placer,
de soportar las injurias y los malos tratos del partenaire y de estar, enteramente, sometido a su
poder. De ahí surge la necesidad, incitada por una viva pasión, de hacer surgir la situación.
Esto es como medio para preparar o de acompañar la sensación del coito, de aumentar y, aún,
de reemplazar, el coito todavía no intentado.
Fetichismo: acentuación libidinosa de diversas partes del cuerpo, cualidades, vestidos del
otro sexo, ó sólo telas que ese sexo tiene costumbre de usar.
Las partes del cuerpo que son libidinosas casi nunca son los genitales, y esto es lo
patológico. También se ve en que una impresión fragmentada de la imagen total de la persona
del otro sexo concentra en ella todo el interés sexual, también de que el coito es imposible en
ausencia del fetichismo individual, o no se obtiene sino artificialmente (representaciones
imaginarias, alcohol), sin resultar satisfactorio.
El elemento patológico se ve en el hecho de que el fetichista no considera el coito como el
fin de su satisfacción, sino que toma como tal fin de satisfacción alguna manipulación, sea de la
parte del cuerpo o del objeto que le interesa y que actúa como fetiche.
Exhibicionismo: existe una tendencia a desnudar las partes sexuales en presencia de otras
personas, los exhibicionistas gozan en relatar o escribir obscenidades, también sienten la
necesidad de perseguir y ofender a otras personas mediante palabras inconvenientes. En
general, buscan mujeres adultas para que sean espectadoras y también tienen inclinación a
tener niños como testigos.
El exhibicionismo consiste exclusivamente en mostrar las partes genitales, pera a veces,
se suman la masturbación y otros actos.
2.
Homosexualidad: existe aquí existe aquí una sensación sexual referida al propio sexo, la
sensación sexual por el otro sexo puede existir o faltar. Las cualidades físicas o psíquicas del
propio sexo ejercen una acción afrodisíaca, despiertan necesidad de un acercamiento sexual.
Se trata de una anomalía psíquica. La sensación sexual no corresponde a los caracteres
sexuales psíquicos primarios, ni siquiera a los secundarios.
A pesar de su tipo sexual diferenciado, de sus partes genitales externas normales y
testículos normales, el hombre se siente atraído por el hombre porque consciente o icc//, tiene
respecto de éste una sensibilidad femenina. La mujer se siente, respecto de otra mujer en el
papel de hombre.
Paidofilia: inclinación por los impúberes, por las niñas, por ejemplo en el hombre. En esta
afección no aparece ninguna distinción sexual en la elección de objeto, es decir, se inclinan
tanto por niñas como por niños impúberes. El instinto sexual puede coexistir o faltar.
Zoofilia: las representaciones de animales adquieren una impronta erótica. Con frecuencia
se ligan con sensaciones sádicas, en la medida en que los malos tratos infligidos a los
animales actúan como afrodisíacos.
Gerontofilia: inclinación por las personas de edad.
Autoerotismo: serían emociones sexuales espontáneas que se producen sin una
excitación externa que emane directa o indirectamente de otra persona. El punto central del
autoerotismo consiste en que la excitación sexual no es provocada, de manera normal o
perversa, por una 2da persona o otro ente, directa o indirectamente.
Havelock-ellis divide el dominio del autoerotismo en arios subgrupos: sueño erótico diurno,
sueño erótico nocturno, narcisismo, masturbación.

Lacan en los primeros tiempos da importancia al objeto fetiche y al objeto fóbico (sem. IV)
Todas las perversiones están referidas a la dimensión del falo. Estructura que no es ajena
a los avatares del complejo de castración.
Hay rasgos perversos en las psicosis y en la neurosis.
Lacan da importancia a la funcion del velo que permite imaginarizar la falta: pantalla como
recuerdo encubridor, para tapar lo que no hay.
Triángulo imaginario niño-madre-falo. En ese momento el niño buscará identificarse con el
objeto materno, lo que se imaginariza y no se sabe qué es; igualarse al objeto imaginario.
Pasaje del fetichismo al travestismo: puede haber un cambio donde el sujeto se identifique
a la madre llevando el falo debajo de la ropa; vestimenta que cubre pasa a tomar el lugar del
falo, estar arropado, oculto.
Fetichismo: paradigma de la perversión en freud; con relación al falo imaginario.
En la perversión se produce una recuperación peculiar del objeto, objeto “a”.
Masoquismo: viene del campo médico legal. Krafft-ebing lo introduce en su libro
“psicopatías sexuales”, inmortaliza el nombre de un escritor: masoch (experiencias relatadas
por este autor).
Existen dos perversiones cardinales y complementarias: sadismo y masoquismo.
El hombre y la mujer se encuentran en la pareja masoquista. No puede reducirse el
masoquismo al encuentro con un compañero sádico. Lo importante es el tema del contrato. El
compañero no tiene por qué ser sádico, si lo es, lo es bajo contrato. El contrato es obligatorio,
pautado.
Tampoco puede reducirse el masoquismo a la experiencia de dolor físico; no es ese el
objetivo que persigue el masoquismo, es el medio de ese teatro que se intenta representar.
Escena repetida regularmente. Organiza el libreto para que el otro lo actúe, única forma que
puede obtener satisfacción sexual. Víctima/verdugo.
El masoquismo es un fenómeno secundario en tanto es sadismo vuelto hacia el propio yo.

Después del giro de los ’20, el masoquismo será tomado como fenómeno primario
articulado por un lado con el edipo y la castración, y por otro, con la pulsión de muerte.

Lacan: masoquismo articulado fundamentalmente con la pulsión de muerte, negatividad


que el lenguaje impone al ser viviente y pérdida de goce, goce como destrucción.
Libido y pulsión de muerte, lacan reordenará las referencias clínicas a partir de lo real,
objeto irremediablemente perdido. La perversión es una respuesta subjetiva frente a una
imposibilidad estructural.
1920. Freud, 2da tópica. “más allá” que rompe la homeóstasis. Texto irreductible que no
puede ser controlado. Por qué el dolor puede provocar placer; una paralización del principio del
placer.
Masoquismo: viene en apoyo de este costado que no beneficia a nadie, que va en contra
del sujeto mismo. Masoquismo originario (es asubjetivo), la libido buscará reunirse con objetos
exteriores, el problema es el objeto que queda.
Masoquismo femenino = masoquismo moral: ligado a la estructura de la perversión, es el
fantasma del hombre.
Primario: placer obtenido a partir del dolor.
Masoquismo femenino, se refiere a fantasías de sujetos masculinos, en hombres que son
impotentes cuando son neuróticos. Estas fantasías son llevadas a cabo en un lugar especial.
Jueguito: en el contenido manifiesto aparece el sujeto como maltratado, humillado. No se llega
a mutilaciones físicas, todo se lleva a cabo en pequeños juegos, el sujeto se sitúa como objeto
y como un niño malo, maltratado en la posición en que se coloca.
Freud designa una representación que el sujeto ocupa en el otro. Otro situado como objeto
de deseo. Intenta hacer una supuesta relación objeto-sujeto. El masoquista intenta dar una
versión de un lugar imaginario de la pareja sexual del padre. Versión imaginarizada del objeto
de deseo masculino, esto que supone representarse a la mujer como castrada, pasiva.
Sustitución de un goce genital por otro, regresivo, “ser golpeado”. Cambio real con relación
al icc. Ser objeto del modo masoquista perverso, y ser objeto sexual en una relación de una
mujer con un hombre son dos cosas diferentes.
Perverso: algo programado como un clishé, el otro no cuenta. El sujeto se sitúa
imaginarizando ser la pareja del padre.
Mascarada masoquista en la mujer: uso que se hace de esta posición. Traduce la falla en
tener de ser. La pobre sacrificada. Posición masoquista, intenta jugar con su propia falta.
Mostrarse en falta.
Es importante el uso que se hace de este masoquismo.
Masoquismo moral es icc: es necesario deducirlo. Relación manifiesta con la sexualidad,
recibir castigo, el mal, de cualquier parte. Aquí el sufrimiento se convierte en un fin en sí
mismo. El sujeto ofrece la mejilla a toda posibilidad de recibir un golpe, es la reacción
terapéutica negativa. El padecimiento da ala enfermedad un gran contenido masoquista.
Sadismo del superyó. El sujeto no sabe, sabe que sufre.
El yo busca sacrificarse.
Superyó busca castigarse, sexualiza de nuevo la moral, el sujeto recibe satisfacción del
castigo. (no hay superyó en la perversión)
Masoquismo: recuperación de goce a partir de una pérdida inicial. Todo fantasma implica
recuperación de este goce perdido a partir de la inscripción en lo simbólico. Incompatibilidad
entre l goce y el cuerpo. El cuerpo surge a partir de lo simbólico consecuencia de
identificaciones, regulaciones.
Goce: orificios, goce del cuerpo, se pueden señalar zonas localizadas. Incompatibilidad
entre goce y cuerpo. Goce prohibido desde el punto de vista ste, goza, satisface. Cuando toco
el problema del goce tengo que hablar, cuando hablo de algo que se perdió recupero el objeto
perdido.
No todo pasa por el costado del ste. El perverso cuestiona esta disyunción entre cuerpo y
goce porque lo que va a anular esta castración.
El perverso va a intentar asegurar el goce del otro. El otro debe matar, ser un amo a quien
obedecer ciegamente. Las variedades del partenaire no importan.
El masoquista busca convertirse en un objeto común, en una cosa, objeto de intercambio.
Usa la falla para negar la pérdida. Objeto a merced del otro en función de que nada se pierda.
El objeto del perverso es suplir la falta del otro. Instrumento del goce del otro. Goza por mí,
goza de mí. Sabe cómo hacer gozar. El perverso masoquista “sabe hacer” con el goce.
Posición subjetiva, identificación con un objeto que no quiere nada sino que está a merced
del otro. Voluntad de goce.
Cobertura, traducción directa, no enigmática, el otro quiere un saber. Que nada quede al
azar; de allí la preferencia del masoquista por que esto esté escrito.
Juego limitado: el sujeto maneja los hilos de los límites. Busca situarse en aquel lugar
donde el deseo del otro hace ley.
¿cuál es el objeto que está en juego? Él es puro objeto, dolor relativo, objeto voz; en el
masoquismo es importante.
Para lacan el masoquista se instala en la escena como no diciendo más palabra; está
completamente a merced del otro. Voz, en tanto áfona de significado, la voz ste de la palabra.
Silencio de la voz, responde como un perro que obedece a su amo. Se identifica a la vez,
porque es rebelde a lo contabilizable. Identificarse a lo no contabilizable es identificarse con el
silencio no dejando nada librado al azar.
Sadismo = derecho de gozar.
Masoquismo = deber gozar. ¿de qué manera? Busca en el otro, el partenaire, la angustia,
busca dividir al otro, poder ubicarse en el lugar de objeto causa de la angustia. El otro no se
presenta como enigmático para el sujeto. El perverso no trata de ir más allá de los límites.
Situarse en referencia al padre en relación a la prohibición. Tocar el límite del dolor, de lo
tolerable, el punto hasta ahí.
Voyeur = la mirada escondida, mirada oculta, ojo cerradura. Verdadero goce, encuentro de
su mirada escondida.
Exhibicionista = el pene aparece donde no debía estar; hace causar la mirada horrorizada.
Encuentro con lo que no debería estar.
Sorpresa cuando encuentran alguien complementario, puede llevar a perverso a consultar,
se le ha desarmado la estrategia.
Ilusión de una supuesta complementariedad. Castración recuperada por el sujeto.
Contrato limitado: cómo debe comportarse, qué debe hacerle, está todo regulado.
El masoquismo moral no es perversión porque está dentro de la neurosis.
Perverso = modo de gozar = saber hacer
Neurosis = síntoma
Psicosis = estructura del delirio / fenómeno elemental.

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