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La Soberbia Sutil En El Matrimonio.

Muchos matrimonios viven hoy en día una actitud de soberbia disfrazada y justificada en su relación
La soberbia es una actitud orgullosa y egoísta que es mucho más peligrosa y letal cuando actúa
solapadamente encubierta detrás de una máscara de religiosidad o de razonamientos “justificados”
Esa soberbia es la que nos hace creer que tenemos la razón y que nuestro cónyuge es el que está fallando y
merece el castigo de Dios. La soberbia te hace creer que tienes la razón, pero se contradice con tu actitud
irrespetuosa e intolerante con las debilidades de tu cónyuge.
Si tu cónyuge está fallando realmente en alguna área de su vida, tu misión no es criticarle, juzgarle y
condenarle, sino más bien servirle y apoyarle a vencer esa debilidad. Esto es lo más difícil hacer, pero es lo
que Dios nuestro Padre celestial espera de nosotros sus hijos.
Una de las misiones más importantes en el matrimonio, es que cada uno debe encargarse de levantar la
autoestima de su cónyuge, animarle, apoyarle, servirle incondicionalmente. Solo de esa manera podemos
esperar una reacción positiva de él (ella) para acercarse a Dios y decidir cambiar los hábitos negativos.
No importa quién tiene la razón, si la quiere imponer con soberbia, de nada nos sirve, porque entonces
destruimos a la misma vez el propósito de la razón que es siempre edificarnos unos a los otros y apoyarnos
en nuestras debilidades los unos a los otros. Eso es lo más espiritual que podemos hacer. Eso es
verdaderamente madurez espiritual. Si verdaderamente amas a Dios, tienes que estar dispuesto(a) a hacer
su voluntad incondicionalmente y si tienes verdadera FE en EL, tienes que creer que todo tu esfuerzo y
sacrificio va a dar fruto abundante en tu esposo(a), tu familia y el Ministerio que Dios les llame a servir.
Josué 1:8-9: Que no se aparte de tu boca este libro de la ley y medita en él de día y de noche; cumple con
cuidado todo lo que en él está escrito. Así prosperarás y tendrás éxito.9 Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y
valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que
vayas.»
Abandona tus pensamientos negativos y empieza a pensar en la gracia del Señor que te da nuevas fuerzas
cada mañana y te levanta como las águilas para que puedas ser obediente a su palabra. Tus pensamientos
son los que definen tus sentimientos; entonces si quieres sentirte bien, medita en la palabra de Dios y en sus
promesas de restauración y de vida y aprópialas para tu matrimonio y tu familia. Después que tu
matrimonio este saludable, entonces podrás seguir el llamado de Dios y servirle a EL.
Si eres capaz de reconocer que hay soberbia en ti, toma la decisión hoy mismo de pedirle perdón a Dios
primero y a tu cónyuge después. Si no lo puedes hacer entonces tu soberbia y tu orgullo es aún muy fuerte
en ti y necesitas ayuda espiritual para lograrlo. Búscala hoy mismo!
Tu matrimonio y tu familia es el tesoro más valioso que Dios te ha dado. CUÍDALO!

Conexión Emocional En El Matrimonio.


La conexión emocional es la más influyente en la relación matrimonial.
La semana anterior hablamos de la importancia de la relación
espiritual que es la más importante en la relación de pareja, sin
embargo no es la más influyente. La relación emocional es la que
ejerce mayor influencia en las personas. Sin embargo la relación en el
área emocional depende en un alto grado de la conexión espiritual
Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de
entrañable misericordia, de bondad, de humildad, de mansedumbre,
de paciencia. Col 3:12
La conexión emocional tiene que ver con la necesidad fundamental de
todos los seres humanos de sentirnos aceptados tal como somos. En el
matrimonio esta conexión emocional es de vital importancia para
mantener un matrimonio saludable. Cada uno de los cónyuges debe
hacer sentirse al otro cómodo, aceptado, contento, satisfecho.
La conexión emocional tiene que ver con el trato, con la atención y el
interés que se demuestre por el cónyuge No es simplemente hacer las
cosas por cumplir, sino con una intención de agradar conscientemente
al cónyuge, procurando su bienestar, sin exigir nada a cambio;
demostrando misericordia, bondad, humildad, mansedumbre y
paciencia con nuestro cónyuge en toda circunstancia de la vida,
especialmente cuando nuestro cónyuge falle o se equivoque en algo.
Ambos cónyuges necesitamos la conexión emocional, aunque la mujer
por su mayor susceptibilidad, necesita un mayor grado de conexión de
su esposo que la haga sentirse amada y protegida. La mujer se siente
conectada a su esposo cuando este tiene detalles para con ella,
cuando la trata con ternura y cortesía, cuando se porta
caballerosamente con ella, cuando la apoya y la levanta cuando ella
comete un error sin criticarla.
Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando
honor a la mujer como a vaso más frágil y como a coherederas de la
gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo. 1
Pedro 3:7
Varones, retomemos el romance, la conquista, los detalles con
nuestras esposas, y tratémoslas con suavidad y ternura como nos lo
manda Dios, para que nuestras oraciones no sean estorbadas y
nuestros matrimonios se mantengan saludables.
La conexión emocional que los hombres necesitan es el respeto, el
apoyo de las esposas como ayuda idónea. Un hombre que se siente
respetado y apoyado por su esposa, se siente conectado a ella y fluye
en él el deseo de amar y atender más a su esposa cada día.
Si ustedes han fallado en la conexión emocional, pidan perdón a Dios y
a su cónyuge y decidan empezar a vivir una vida de fortalecimiento de
la conexión espiritual y emocional para su matrimonio.
Tu matrimonio y tu familia es el tesoro más valioso que Dios te ha
dado. CUÍDALO!

No Asumas En El Matrimonio.
Asumir en el Matrimonio puede ser una práctica que genera muchos problemas. No asumas,
asegúrate, con la actitud correcta!
Asumir es una práctica lamentablemente muy común entre los Matrimonios. Muchas veces asumimos que
nuestro cónyuge está molesto(a) con nosotros por alguna señal que interpretamos incorrectamente. Esa
mala interpretación puede producir un malestar en nosotros mismos, que a su vez transmitimos al cónyuge.
Entonces rápidamente podemos pasar de estar bien, a estar enojados y sin saber realmente porque!
Esto pasa esencialmente por falta de una buena comunicación. Muchas veces nos ha pasado con mi esposa,
que por ejemplo, le preparo un delicioso desayuno con arepas y huevo, pero ese día ella no quería tomar ese
desayuno. Yo asumí que a ella le gustaba ese desayuno, porque unos días antes ella me había comentado
que le había gustado mucho. Y en realidad si le gusta, pero ese día específico no quería tomar ese
desayuno. Esto, puede producir un malestar en el cónyuge que está sirviendo y considerar al otro como
grosero o mal agradecido. Pero no es así. Simplemente la otra persona ese día no se siente bien para tomar
ese desayuno. Es algo que le puede pasar a cualquiera.
En el diario vivir, se presentan muchas oportunidades para asumir algo equivocado y generar un
desacuerdo o un mal entendido. Lo peligroso es que si ese matrimonio está un poco débil en su relación,
entonces se puede provocar un problema aun mayor y podrían terminar en una discusión agresiva que va a
dañar aún más la relación.
Filipenses 4:8
[ En esto pensad ] Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo
lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza,
en esto pensad.
La enseñanza de este versículo bíblico, es precisamente que asumamos para bien y no para mal. En cada
circunstancia con tu cónyuge, no asumas que tu cónyuge te está mintiendo, no asumas que tu cónyuge te
quiere hacer daño, no asumas que tu cónyuge se está aprovechando de ti, no asumas que tu cónyuge no te
ama o no quiere estar contigo. Piensa más bien en todas las cosas buenas de tu cónyuge; sus buenas
acciones, sus demostraciones de cariño y amor, aunque hayan sido pocas. Piensa en los dones y talentos
de tu cónyuge, en vez de en sus defectos.
Y si tienes dudas, no asumas lo malo. Busca un momento oportuno cuando los dos estén calmados y solos
y ábrele tu corazón. Exprésale lo que sientes, sin reclamar ni asumir, ni juzgar a tu cónyuge. Simplemente
déjale saber cómo te sientes con respecto a alguna situación que ha pasado. Esta conversación debe tener el
propósito de fortalecer la relación, no de dañarla. Esta actitud debe convertirse en un hábito de vida en
el matrimonio.
Colosenses 3:12
Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de bondad, de
humildad, de mansedumbre, de paciencia.
Es necesario también vestirse de humildad, de mansedumbre, de paciencia, para no presionar ni exasperar a
tu cónyuge, sino que él o ella, pueda percibir una actitud en ti, que le va a permitir abrir también su
corazón, reconocer los errores y pedir perdón para restaurar la relación. Cualquiera de nosotros que es
confrontado(a) con una actitud de bondad, de humildad, de mansedumbre y de paciencia, de seguro vamos
a reaccionar positivamente; y esa es precisamente la idea. Que podamos sentir la confianza de decir la
verdad de lo que sentimos, sin correr el riesgo de ser juzgados, acusados y heridos.
Si has sido muy crítico(a) con tu cónyuge, si has asumido cosas negativas, o si has pensado
negativamente de él o ella, reconócelo delante de Dios primero y luego reconócelo delante de tu
cónyuge y pídele perdón específicamente por esa actitud. Pon en práctica el mandamiento de
Colosenses 3:12, se humilde y habla con tu cónyuge de este tema, con esa actitud de bondad, de
mansedumbre y paciencia.

El Entusiasmo En El Matrimonio.
El entusiasmo es un poder muy fuerte que puede revitalizar una relación.
Según la Academia de la lengua Española, entusiasmo es una exaltación del ánimo excitado por un factor
que lo motive. Esta palabra proviene del Griego y significa tener un Dios dentro de sí. Podemos decir
entonces que Entusiasmo es tener a nuestro Dios, nuestro Señor dentro de nosotros. En Nehemias 8:10
dice: El gozo del Señor es nuestra Fortaleza.
Ese entusiasmo se convierte en una fuerza emocional poderosa en nuestra vida, que nos permite alcanzar
los más grandes logros en la vida. Cuando nos sentimos con entusiasmo, podemos vencer más fácilmente la
oposición y proyectarnos con fuerza hacia el futuro. En el Matrimonio cada uno debe excitar el ánimo en el
otro. Deben motivarse mutuamente a procurar el bienestar de cada uno; esta debe ser una función de
ambos.
El entusiasmo de ustedes ha servido de estímulo a la mayoría de ellos. 2 Corintios 9:2b. Una de las grandes
cualidades del entusiasmo es que es contagiante. Una persona con entusiasmo, tiene la capacidad de
entusiasmar a otros. En el Matrimonio al menos uno de los dos debe mantener un espíritu de entusiasmo
para mantener un ambiente positivo en el hogar.
Los cónyuges debemos orar juntos, bendecirnos todos los días, declararnos cosas positivas mutuamente,
llenar nuestros tanques de amor cada mañana. Estas acciones producen entusiasmo y nos da la fuerza para
esforzarnos por ser mejores personas cada día y por trabajar para alcanzar el éxito para los nuestros.
Es muy triste encontrarnos con Matrimonios que se ofenden constantemente, que están vigilando los
errores del cónyuge para acusarlos y hacerlos responsables de las cosas malas del hogar. Esa actitud
destruye el entusiasmo y nunca va a resolver los problemas, por el contrario los agrava.
Un Matrimonio compuesto por hijos de Dios, se supone que tenemos al Señor y por lo tanto debemos estar
llenos de entusiasmo. Entonces debemos procurar transmitir ese entusiasmo a nuestro cónyuge, motivarlo
todo el tiempo, especialmente cuando se equivoca o algo le sale mal. Que bien nos sentimos cuando
cometemos un error y nuestro cónyuge, en vez de criticarnos o juzgarnos, nos anima a salir adelante, nos
apoya y nos transmite ese entusiasmo por la vida.
Por lo general cuando una persona tiene entusiasmo: todo le sale bien!!!
Esposos, dejen la “quejabanza” y empiecen a trabajar para llenar el ambiente de su hogar de entusiasmo.
Oren juntos el uno por el otro, declarando la presencia de Dios en sus vidas, declarando que el entusiasmo
de Dios los contagia y les llena de alegría y de sabiduría para que todo les salga bien.

Ansiedad En El Matrimonio.
Muchos matrimonios viven una ansiedad relacionada con querer cambiar el comportamiento de su
cónyuge!
Ansiedad: Estado de agitación, inquietud o zozobra del ánimo. Es un tipo de angustia que suele
acompañar enfermedades, especialmente neurosis.
Hemos escuchado la queja de muchas personas que vienen a consejería con respecto a la forma de ser de su
cónyuge, y cómo hacer para que él o ella cambie. Esta actitud produce mucha frustración porque el
cónyuge “no cambia” como nosotros quisiéramos y entonces genera un tipo de ansiedad que limita las
opciones y reduce la capacidad de disfrute de la vida.
Colosenses 3:13: Soportaos unos a otros y perdonaos unos a otros, si alguno tiene queja contra otro. De
la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.
Lo que nos enseña el Manual de la Vida, es que no debemos pretender cambiar al cónyuge, sino aceptarlo
tal y como es, y disponerse a soportar esa diferencia en su forma de ser que no nos agrada.
Cuando aceptamos la forma de ser de nuestro cónyuge, será mucho más probable que él o ella acepte
también nuestra forma de ser. La verdad es que nadie es perfecto, por lo tanto si yo pretendo que mi
cónyuge cambie algo en su forma de ser, me expongo a que él o ella también me exija cambios a mí, y esa
parte no nos gusta mucho. Definitivamente lo que más nos conviene entonces es obedecer la instrucción del
Señor y aceptarnos y soportarnos mutuamente con una actitud de gozo y no de pesar.
Estamos hablando de características en cuanto a la forma de ser, personalidad o temperamento. No estamos
hablando de vicios, adicciones, violencia doméstica o actitudes destructivas. En ese caso hay que buscar
ayuda inmediata, esencialmente espiritual y profesional para saber cómo enfrentar esas debilidades
emocionales.
Por lo demás, debemos asumir una actitud tolerante y constructiva. Es totalmente normal que los cónyuges
tengamos ideas diferentes, en cuanto a cómo manejar muchos asuntos familiares. A nosotros nos pasa con
mi esposa, que frecuentemente tenemos ideas diferentes cuando queremos hacer algo por ejemplo para los
hijos. Yo pienso en hacer una actividad de una forma y a mi esposa le parece que esa no es la forma
correcta. Ambos tenemos que asumir una actitud de tolerancia, para seguir hablando del tema sin pretender
imponernos ninguno al otro, sino seguir buscando opciones en las que los dos nos sintamos de acuerdo.
Honestamente les decimos, que cuando hay una actitud saludable y humilde, siempre encontramos
respuestas en las que los dos estamos de acuerdo.
Para eliminar entonces este tipo de ansiedad en el Matrimonio, la pareja debe asumir una actitud de
tolerancia y respeto por las ideas y conceptos del cónyuge. Orar al Señor para que les de discernimiento a
ambos y hablar sobre el tema con libertad y con paciencia, hasta que logren encontrar respuestas que ambos
estén de acuerdo. La misión del hombre como cabeza de hogar es guiar a su esposa a buscar alternativas y
soluciones con fundamento bíblico, no a imponer su criterio simplemente porque es el cabeza del hogar.
Ser el líder del hogar no implica una autoridad absoluta de voluntad sobre su esposa, sino más bien un
liderazgo que guía a su esposa a conclusiones y decisiones basadas fundamentalmente en la palabra de
Dios.
Si has estado tratando de “cambiar” a tu cónyuge a tu manera, pídele perdón y toma la decisión de ser más
tolerante y paciente con él o ella. No juzgues ni maltrates ni critiques a tu cónyuge porque piensa diferente
a ti. Recuerda que dos cabezas piensan mejor que una sola. Une tus pensamientos con los de tu cónyuge y
tendrán una visión mucho mayor para resolver cualquier problema en la vida.

Cómo Lograr Conexión En El


Matrimonio.

Todo Matrimonio requiere permanecer conectado en tres áreas


esenciales.
La conexión en cualquier relación humana es esencial para poder
disfrutarla. Algunas personas le llaman la “química” entre dos
personas. Todo matrimonio tuvo, al menos en su etapa de noviazgo, la
conexión suficiente para sentirse motivados a darse en matrimonio.
Que es lo que pasa entonces con esas parejas que se conectaron, se
casaron, disfrutaron de su relación y un tiempo después pierden la
conexión? La gran mayoría de matrimonios eran muy felices cuando se
casaron. Y tenían sueños, metas, ilusiones juntos. Porque una gran
parte de esos matrimonios pierden la conexión en algún momento de
su vida como matrimonio.
La respuesta es que esa conexión necesita mantenimiento. Como
todas las relaciones en la vida necesitan cultivarse alimentarse y
desarrollarse. El matrimonio necesita ser alimentado y recibir
mantenimiento para mantener la conexión en un nivel que les permita
disfrutar la relación.
Esa conexión se da en tres áreas fundamentales que son el área
espiritual, el área emocional y el área física. Muchas parejas logran
mantener conexión física, algunas logran mantener la conexión
emocional pero muy pocas logran mantener la conexión espiritual, que
es de paso, la más importante y de la que dependen las otras dos.
La conexión espiritual, no se obtiene solamente viniendo a la Iglesia,
leyendo la Biblia y orando individualmente. La conexión espiritual se
obtiene por medio de la ministración mutua como pareja. Es un
espacio en la vida diaria de cada matrimonio en el que se ministran
amor, dándose mutuamente palabras de afirmación espiritual,
declarando cada uno sobre el otro, palabras bíblicas de vida.
El hombre debe ser el primero en ministrar a su esposa con palabras
como por ejemplo: mi amor tú eres el regalo más hermoso que Dios
me ha dado, eres una mujer virtuosa, eres una mujer sabia que edifica
nuestro hogar, eres la mejor ayuda idónea que Dios me ha dado. Dios
me ha premiado inmerecidamente con una mujer como tú. Yo te
bendigo y doy gracias a Dios por tu vida. Que tengas un día precioso y
bendecido.
Luego la mujer puede ministrar a su esposo con palabras de afirmación
como por ejemplo: mi amor, yo doy gracias a Dios por tu vida, por ser
mi esposo, por ser mi cobertura. Doy gracias a Dios porque eres la
imagen y la gloria de Dios y el sacerdote de nuestro hogar. Le pido a
Dios que te de sabiduría este día para que logres los anhelos de tu
corazón, para que seas bendecido en todo lo que hagas y para que
alcances las metas de este día. Te bendigo y te amo con todo mi
corazón.
Un matrimonio que se ministra mutuamente en esta área espiritual, y
de manera diaria, tendrán la fuerza y la paz suficiente para hacerle
frente a cualquier circunstancia de la vida y salir airosos. La próxima
semana hablaremos de la conexión emocional y física.
Toma la decisión hoy mismo, si no lo has hecho antes, de comenzar a
ministrarse mutuamente con tu cónyuge. Pídanse perdón por no
haberlo hecho antes y comiencen este nuevo hábito en su vida que les
traerá muchas bendiciones.

La Apariencia En El Matrimonio.
Hay muchos matrimonios que simplemente están guardando
apariencias, pero……!
Hemos recibido gran cantidad de matrimonios en los últimos tiempos
buscando consejería y quejándose de que ya no aguantan seguir
viviendo de apariencias en el Matrimonio.
La causa principal por la cual muchos matrimonios ocultan su
verdadera situación es porque temen que se les juzgue, o se les
critique si les toca hablar de su situación con otras personas.
Lamentablemente el evitar confrontar las situaciones, va carcomiendo
lentamente las relaciones y generalmente terminan explotando sus
emociones y lastimándose mutuamente.
2 Corintios 1:12 Porque nuestra gloria es esta: el testimonio
de nuestra conciencia, que con sencillez y sinceridad de Dios,
no con sabiduría humana, sino con la gracia de Dios, nos
hemos conducido en el mundo, y mucho más con vosotros.
Las apariencias son fachadas falsas que encubren un carácter débil y
una personalidad insegura. El hombre y la mujer que tienen una
identidad bien definida como hijos de Dios, tienen el carácter de Cristo
y no temen que les conozcan sus debilidades. Antes bien les
agradecen a quienes les ayudan a discernir esas áreas débiles para
poder cambiar con la fuerza del Señor. Tienen suficiente fuerza y
humildad para reconocer sus errores y disponerse a cambiar con la
sabiduría y la revelación del Señor.
Guardar el testimonio no es poner fachadas hipócritas. Guardar el
testimonio es vivir en obediencia al Señor y reconocer públicamente
cuando nos equivocamos, pedir perdón y restituir a la persona que
lastimamos. Guardar el testimonio no es aparentar como que nunca
fallamos y que nadie conozca nuestras fallas; eso es hipocresía y
Jesucristo rechazó fuertemente a quienes practicaban esas apariencias
religiosas falsas.
Evitar las apariencias y la hipocresía en el Matrimonio, no significa que
entonces tenemos que terminar con la relación, o que ahora le vamos
a gritar las cuatro verdades al cónyuge en la cara. No. Evitar las
apariencias y la hipocresía significa tomar la decisión de ser
transparentes, de expresar los sentimientos con respeto y amor y
reconocer que se necesita ayuda y buscarla con humildad con sus
líderes espirituales. Significa reconocer que no se ha sido capaz de
manejar las situaciones por si solos y necesitan la ayuda de Dios a-
través de un Ministro suyo.
Lucha contra la falsedad, la hipocresía y las apariencias. Toma la
decisión, y Dios te ayudará.

El Matrimonio Y La Familia…Una
Especie En Extinción.
Tenemos que reconocer que esta es una verdad muy lamentable, y no podemos tapar el sol con un dedo, es
una realidad hoy en día. De acuerdo a los datos de las estadísticas oficiales de la mayoría de los países, el
divorcio se ha convertido en una epidemia mundial que está destruyendo los fundamentos de la sociedad
apartándose cada día más de la voluntad de Dios.Las consecuencias de la destrucción familiar son peores
que las de una guerra mundial, porque aunque no produce muchas muertes físicas, si está produciendo una
terrible mortandad espiritual. Los rompimientos familiares están produciendo mucho desánimo y está
enfriando la fe y el amor de muchas personas; lo cual conducirá la humanidad a una grave crisis de
relaciones.El concepto bíblico de familia se está destruyendo a pasos agigantados. Cada día son más las
familias disfuncionales, que vienen de otros matrimonios y/o que no están viviendo en armonía con las
instrucciones de Dios.
No solamente el índice de divorcios convencionales ha aumentado de manera considerable, sino que nos
estamos enfrentando con otro fenómeno muy sutil y más peligroso aún que es el de los divorcios
emocionales. Matrimonios que continúan viviendo juntos, pero emocionalmente separados y dañándose
mutuamente y dañando cruelmente a sus hijos con el mal ejemplo que les están dando y la pésima
influencia en la estabilidad emocional de ellos.Los rompimientos familiares, generan una ausencia de
identidad en muchos jóvenes, que van perdiendo el concepto de familia y van aprendiendo a dejarse llevar
por las necesidades y debilidades humanas, produciendo formas de vida anormales como el
comportamiento homosexual o bisexual, las adicciones, etc.
Se ha demostrado científicamente que la ausencia de figura paterna en un hogar genera una distorsión
emocional, especialmente en los varones. La respuesta de esos jóvenes es una actitud de rebeldía contra
toda figura de autoridad. La consecuencia es la formación de pandillas, las adicciones, la violencia y todas
las demás consecuencias que estos problemas generan en la sociedad.
La mayoría de Iglesias han respondido a esta circunstancia con actitudes religiosas, tratando de que Dios
actúe influenciado por la necesidad humana y que Dios produzca cambios en las personas de manera
sobrenatural. La verdad es que esto ocurre las menos de las veces. Si fuera así, no habría tanta maldad y
tanto sufrimiento en el mundo. Porque?Porque para eso Dios nos dejó su palabra de vida. Dios nos entregó
el libre albedrío y la responsabilidad de obedecer a su palabra por decisión y convicción propia. Si
solamente fuera necesario buscar a Dios para resolver nuestros problemas, EL no nos habría dejado su
palabra, no la necesitaríamos! Si EL nos dejo su palabra con la instrucción de escudriñarla y obedecerla, es
porque eso es necesario para activar la bondad y la misericordia del Señor y para vivir una vida saludable.
Muchos matrimonios aún dentro de la Iglesia Cristiana están viviendo de apariencias, incluyendo
lamentablemente a muchos pastores y líderes. Dios detesta las apariencias. El quiere que vivamos una vida
obediente y transparente.
Como no va a estar el Matrimonio en peligro de extinción si dentro de la misma Iglesia vemos ejemplos
lamentables de líderes reconocidos demostrando que no es la vida religiosa la que nos va a salvar de la
destrucción familiar.
Lo único que nos puede salvar de la destrucción familiar es la obediencia, la transparencia y la verdadera
humildad. Lamentablemente eso es lo que menos se ve hoy en día en la Iglesia Cristiana. Como entonces
vamos a ser luz del mundo, sino modelamos primero los líderes Ministros del Señor una vida prudente,
humilde y transparente que refleje el amor de Dios primero en nuestro propio matrimonio y nuestra familia.
Es muy triste ver como muchos líderes “cristianos” se enfocan más hoy en día en el crecimiento numérico
de sus Iglesias, en alcanzar la posición de moda: “el apostolado”, en vestidos lujosos, carros de último
modelo, en jugar golf y cosas por el estilo; y no en lo más importante que es el CUIDADO DE LAS
OVEJAS, especialmente la estabilidad del matrimonio y la familia.
La gran mayoría de líderes están de acuerdo en que una familia saludable produce una Iglesia saludable.
Pero un alto porcentaje lo dicen de la boca para afuera, porque no lo demuestran con su comportamiento
con su propia familia y menos se interesan por el cuidado de las relaciones de las familias de la Iglesia.
Como va a gobernar la Iglesia, si no gobierna ni su propia casa. I TI 3:4-6
Hermanos, Lideres y Ministros de Dios; luchemos por la estabilidad de la familia. Solamente cuando el
mundo vea que los Cristianos realmente vivimos principios de vida y tenemos matrimonios saludables,
entonces se interesarán por conocer al Dios vivo que está en nosotros.
Dios no nos va a preguntar cuantas personas teníamos en la iglesia, nos va a pedir cuentas por el cuidado
pastoral a esas ovejas, a esas familias. La vida espiritual se manifiesta y se evidencia en nuestra forma de
vivir, primero con nuestra propia familia y entonces podremos ministrar las familias de la Iglesia. Somos
salvos por la gracia, pero las obras confirman que vivimos en gracia!
Familias saludables, atraen personas a los pies del Señor. El testimonio de vida sincera y transparente
delante de las personas, las atrae a Dios. Las actividades llamativas atraen multitudes pero no
necesariamente las atrae a Dios. Solamente familias saludables pueden producir familias saludables.Dios
está buscando adoradores que le adoren en espíritu y en verdad. Le adoramos primero que nada, si lo
obedecemos. Como verá el Padre a un hijo que le busca, le abraza, le glorifica, etc, pero no le obedece? O
como verá el Padre a un hijo que le obedece, pero no le busca mucho, no le exalta muy frecuentemente? Lo
ideal es que seamos hijos que le obedecemos y le glorificamos en alabanza y adoración, pero la Obediencia
siempre será lo primero. Por eso dice en Mateo 7: No todo el que me diga Señor Señor, entrará en el Reino
de los Cielos, sino el que obedece mi palabra.Hermanos, Pastores y Líderes verdaderos de la Iglesia de
Jesucristo: es hora de que tomemos la bandera del amor verdadero y la humildad y nos enfoquemos en el
fortalecimiento de nuestras familias, de las familias que Dios nos ha encomendado. EL MINISTERIO A
LA FAMILIA, debe ser el más importante en su Iglesia. Un ministerio que se enfoque y trabaje
fuertemente por transmitir los principios de vida bíblicos para tener y mantener FAMILIAS
SALUDABLES.
Luchemos contra la extinción de la familia.
Luchemos por el fortalecimiento de la Familia

Cómo Discutir en el Matrimonio sin


Romper Relaciones.
” Yo quisiera no tener que discutir nunca con mi esposo, decía en medio de lágrimas la esposa
desconsolada” Otro decía: ” Mi esposa me está volviendo loco, discute por todo, no me entiende, y cada día
no hace sino desesperarme”.
¿Es posible vivir como matrimonio sin tener que discutir?.
Los Conflictos y las discusiones no son malas, son el mecanismo genuino que nos lleva a crecer como
pareja. Lo que necesitamos en nuestro matrimonio es saber tratar con nuestras diferencias y aprender a
saltar juntos los obstáculos diarios, como lo hacen los deportistas en el campo de las carreras de obstáculos.
La Biblia dice:
“Si se enojan, no pequen.»l No dejen que el sol se ponga estando aún enojados, 27 ni den cabida al
diablo”. EFESIOS 4:26,27
La clave en el matrimonio es aprender a tratar nuestras diferencias con mentalidad de adulto. Cuando como
adultos hablamos y discutimos sacamos los frutos más sólidos de nuestra relación. He aquí algunos de los
elementos determinantes que producirán una saludable discusión de tópicos que fortalecerán nuestra
relación de matrimonio.
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1.- Demuestre a su cónyuge que su amor por él o ella es incondicional.
Muchos matrimonios se demuestran amor pero condicional. Si piensas como yo, sí aceptas lo que digo y
vas donde quiero, te amo, pero sí discrepas conmigo no te demostraré amor. La Biblia no habla de unidad
como producto de la uniformidad, sino de unidad en medio de la diversidad. Nuestro amor no puede ser
condicionado. Dios nos ama incondicionalmente y ese tipo de amor tenemos que expresarlo en el
matrimonio. Mis ideas no tienen porque alejarme de la persona a quien amo y quién tiene ideas diferentes.
Juntos podemos enriquecernos en la combinación de nuestras diferencias.
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2.- Decida no atacar si usted es atacado.
Hay momentos en nuestra relación cuando nuestro cónyuge por su inmadurez, o por su confusión o tal vez
por sentirse indefenso, nos ataca. Si respondemos de la misma manera, con un ataque, creamos un
problema y las posibilidades de solución de problemas tenderán a profundizarse.
“La respuesta suave aplaca la ira, pero la palabra áspera hace subir el furor” Proverbios 15:1

Esta es una gran verdad revelada en la Escritura. Produce un fruto que se nota en forma casi inmediata.
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3.- Ejercite el Dominio Propio con el enojo.
La Biblia habla claramente que un fruto del Espíritu Santo es el Dominio propio.
“En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad,
bondad, fidelidad, humildad y dominio propio”. Gálatas 5:22.

Cuando la Biblia habla del Dominio propio se refiere a dominar tres cosas: la lengua, la comida y el sexo.
Entonces en el matrimonio en medio de una discusión necesitamos ejercer el Dominio Propio en la lengua
no permitiendo que ella sea el medio rápido de desplegar nuestra ira hacia el cónyuge.
.
4.- No se concentre mucho en la expresión, las palabras o las actitudes que vienen del cónyuge, sino
más bien en tus reacciones.
Jesús lo dijo de esta manera: ” ¿Por qué te fijas en la astilla que tiene tu hermano en el ojo, y no le das
importancia a la viga que está en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Déjame sacarte la astilla
del ojo” , cuando ahí tienes una viga en el tuyo ¡*Hipócrita!, saca primero la viga de tu propio ojo, y
entonces verás con claridad para sacar la astilla del ojo de tu hermano”. Mateo 7:3-5.
En el matrimonio en medio de discusiones, tendemos a mirar más los ataques que recibimos e ignorar
nuestras reacciones. Nosotros no somos responsables de los ataques que vienen pero si de nuestras
reacciones. Cuando comienzo a reconocer y tratar mis reacciones, descubro que un cambio comienza a
generarse en mi cónyuge con quien tengo ciertas diferencias.
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5.- Mueváse más allá del dolor a través del entendimiento.
Entendimiento en el matrimonio no puede llegar o experimentarse hasta que no logre la claridad de lo que
yo estoy recibiendo. Muchas veces nuestro cónyuge no esta expresando claramente lo que esta en su
corazón. Especialmente a las mujeres les cuesta expresar claramente lo que tienen dentro de ellas, debido a
que son básicamente movidas por las emociones y los hombres somos movidos por la lógica. Es por eso
que es común escuchar a un hombre decir: “Tú dijiste esto o aquello” , la esposa dice: ” Yo no dije eso o no
quise decir”.
Parafrasear es algo vital en la comunicación. Parafraseo es repetir lo que oímos para estar seguros que
nuestro cónyuge ha podido expresar lo que está en su corazón. Para eso necesitamos movernos más alla del
dolor hacia una genuina comunicación.
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6.- Decida no culpar a su cónyuge y derrame misericordia sobre él o ella.
Recordemos que la Culpa es un instrumento de Dios para llevarnos al arrepentimiento pero
lamentablemente Satanás usa la culpa para condenarnos. La culpa en el diseño de Dios produce convicción,
pero la culpa en en manos del enemigo produce condenación. Culparnos mutuamente solo extiende el
abismo entre los dos. Dios es misericordia y él quiere que en nuestra matrimonio no perdamos ni la
Misericordia ni la Compasión.
El Salmista dijo de Dios: “Ciertamente,el bien y la misericordia me seguirántodos los días de mi vida, y en
la casa de Jehovámoraré por largos días”. Salmo 23:6
Ojalá nuestro cónyuge pudiera decir lo mismo de nosotros. ” Desde que decidimos aprender a discutir en
nuestro matrimonio, el bien y la misericordia me han seguido de tu parte”.
Decida hoy comenzar este sencillo plan de resolución de discusión en tu matrimonio y notarás una gran
diferencia.

La Soledad En El Matrimonio.
Es increíble, pero lamentablemente es una realidad. Muchos
matrimonios sufren de soledad individual!
Genesis 2:18 Después dijo Jehová Dios: «No es bueno que el hombre
esté solo: le haré ayuda idónea para él».
Genesis 2:24: Por tanto dejará el hombre a su padre y a su madre, se
unirá a su mujer y serán una sola carne.
Es evidente que una de las razones más importantes por las que Dios
creó el Matrimonio, fue resolver un asunto de soledad y que ambos
desarrollaran un compañerismo tal que pudieran verse como una sola
carne.
Cuando dos personas se unen en Matrimonio, sueñan con una vida
juntos para toda la vida. Sus anhelos e ilusiones tienen que ver con
una vida, juntos felices y para siempre. Nadie se casa pensando que se
va a separar o a divorciar en un futuro. Nadie se casa pensando que la
relación no va a funcionar. Todos nos casamos pensando que esa
persona con la que estamos uniendo nuestra vida, es la persona
perfecta para nosotros.
Sin embargo, con el paso del tiempo, descubrimos diferencias que
tienden a separarnos; muchos caen en la apatía y la rutina insulsa de
la vida; no cuidan de su compañerismo y empiezan a separarse
emocionalmente poco a poco, hasta que el compañerismo que los unía
se va perdiendo; y entonces experimentan una horrible sensación de
soledad.
Cuando la Biblia nos enseña que “seremos una sola carne”, habla de
un nivel de intimidad y compañerismo inseparable. Dos compañeros
que emprenden juntos la aventura de la vida, en la que formarán una
familia y encontrarán muchas alegrías, muchos sinsabores, muchos
éxitos y muchos fracasos, tiempos de paz y tiempos de guerra,
encontrarán tiempos de felicidad y también tiempos de tristeza. Pero
lo más importante es que esos dos compañeros estén dispuestos a
apoyarse mutuamente tanto para disfrutar de las cosas buenas de la
vida, como para enfrentar las dificultades, unidos como un solo bloque.
Eclesiastés 4:9-11 Mejor son dos que uno, pues reciben mejor paga por
su trabajo. Porque si caen, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay
del que está solo! Cuando caiga no habrá otro que lo levante. También,
si dos duermen juntos se calientan mutuamente, pero ¿cómo se
calentará uno solo?
En una vida de compañerismo, si uno cae, se equivoca, o falla, o hace
algo indebido; la función del otro es “levantarlo”, animarlo, apoyarlo;
no criticarlo, ni juzgarlo, ni acusarlo. Dos compañeros de viaje, están
pendientes si su compañero se resbala, para inmediatamente tenderle
una mano y levantarlo. Pero muchos matrimonios hacen
lamentablemente lo contrario. Si el cónyuge comete un error, ahí
mismo le caen encima, lo acusan, lo juzgan, lo critican con una actitud
realmente destructora del compañerismo que se supone deben vivir.
Cuando se cometen errores, se debe hablar del tema, pero de forma
constructiva, expresándose mutuamente el apoyo necesario para
procurar que no se vuelvan a cometer esos errores. El enfoque sería
algo como: “Mi amor, no te preocupes, quiero que cuentes conmigo
para ayudarte en lo que sea necesario, así como yo cuento contigo
para evitar cometer errores, pero si los cometemos, siempre nos
apoyaremos y juntos saldremos adelante.” Dios bendice y prospera los
matrimonios “compañeros”.
Si tu matrimonio ha sufrido o sufre de “soledad”, si has estado
distante, pídele perdón a tu cónyuge y toma la decisión de convertirte
en el (la) mejor compañero(a) de tu cónyuge. Toma la decisión de no
juzgarle, de no criticarle, de no maltratarle en modo alguno. Más bien
toma una actitud de “compañero” que siempre estará ahí para
levantar al otro. Hoy por ti, pero seguramente mañana por mí!
La Conexión Física En El Matrimonio.
La conexión física es la relación íntima sexual en el matrimonio.
La conexión física debe ser la última en el proceso integral de conexión en el matrimonio. Después de una
buena conexión espiritual y emocional, entonces está preparado el ambiente para una relación íntima de
alta calidad.
La conexión física que no incluye las dos anteriores, es solo sexo superficial y egoísta. Una relación
fundamentada en solamente este aspecto tiende a no durar mucho.
I Corintios 7:3-5 dice: “El marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el
marido.
La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco tiene el marido potestad
sobre su propio cuerpo, sino la mujer. No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo
consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no os
tiente Satanás a causa de la falta de dominio propio.”
La palabra de Dios nos enseña que los esposos no deben negarse el uno al otro, para evitar las tentaciones
del enemigo. En otra versión dice que no deben robarse el placer al que tienen derecho como esposos. Es
evidente que el propósito de Dios es que las parejas se disfruten mutuamente, siendo la prioridad del
marido proporcionar ese placer a su mujer y la de la mujer, satisfacer al marido. Si ambos se proponen
obedecer a la palabra de Dios, la probabilidad de que disfruten de su relación es mucho mayor.
Eso implica que ambos cónyuges deben ser muy creativos en su vida íntima, para que no caigan en la rutina
que muchas veces vuelve aburrida la relación sexual. Deben esforzarse por ponerle sabor y picardía a sus
encuentros sexuales, de manera que los puedan disfrutar al máximo, dentro de los parámetros bíblicos.
Recuerden orar juntos, tratarse con consideración y amor mutuamente, ya que estos elementos son
indispensables para poder disfrutar de una excelente relación íntima. Tomen la decisión hoy mismo de
trabajar por su vida espiritual, fomentar buenos hábitos de vida emocional e invertir tiempo y recursos para
desarrollar una buena vida de intimidad.

Límites En El Matrimonio
Debe haber ciertos límites en la relación matrimonial, porque son los que lo van a proteger del deterioro.
Estos límites los ha establecido el que diseñó y creo el Matrimonio. Entre ellos están:
El Respeto. Este es primer y más importante límite en toda relación humana y especialmente en el
Matrimonio; porque si se pierde este límite, la relación puede caer en una onda destructiva. Las faltas de
respeto destruyen la confianza y borran las cosas buenas que se hayan hecho. Es normal que tengan
diferencias de criterio para tomar decisiones, pero esas diferencias deben manejarlas con respeto,
considerando las opiniones del otro como válidas e importantes, igual que las suyas. Entonces exponen sus
argumentos, oran pidiéndole sabiduría a Dios y tratan de ceder y ponerse de acuerdo. Si aun así no logran
ponerse de acuerdo, busquen alguna ayuda espiritual que les ayude a discernir la situación. Pero nunca
traten de imponer su criterio ni de exigir al otro. Eso es una falta de respeto.
La Consideración. Este es otro límite importante, que deben tener todos los matrimonios. Tiene que ver con
la conciencia del trabajo de cada uno y considerar el esfuerzo que hace el otro. Deben considerarse
mutuamente y estar siempre dispuestos a balancear las cargas de trabajo y de la casa. Valorar el trabajo de
cada cual.
La Fidelidad: Este límite es vital para la estabilidad emocional del Matrimonio. Ambos deben afirmarse
constantemente dándose palabras de afirmación hasta que la muerte los separe. Para lograr asegurar a su
cónyuge en esta área, es necesario que ambos sientan la libertad de expresar sus sentimientos, sus ideas, sus
sueños y anhelos sin que el otro le invalide ni le imponga su propio criterio. La libertad de expresión en el
Matrimonio afirma y fortalece la Fidelidad.
El Orden de Prioridades. Vivir una vida de obediencia a la palabra de Dios y tener una relación personal
con el Señor debe ser la prioridad número 1; luego la atención al cónyuge, después los hijos, después el
trabajo, luego los familiares y luego la Iglesia. Este es el orden de prioridades que le da a la familia el
marco de estabilidad emocional que necesitan para poder manejar bien las relaciones.
La Honestidad. Este límite incluye hablar siempre con la verdad, honesta y transparentemente. La mentira
por más pequeña que sea, siempre va a producir problemas en algún momento de la vida. El engaño y la
deshonestidad siempre van a traer malas consecuencias tarde o temprano. Ambos cónyuges deben ponerse
el límite de la honestidad y hablar la verdad siempre, abriendo el corazón y expresando sentimientos y
emociones y orando juntos el uno por el otro.
Si alguno de los cónyuges ha fallado en estos límites, no le juzgue ni le condene. La mejor manera de
ayudar a un cónyuge que está fallando en alguna de estas áreas no es criticándole ni regañándole. Es
hablando al respecto con paz y sabiduría y tomando la decisión de hacer las cosas bien, a la manera de
Dios.
Tomen la decisión de perdonarse por haber fallado en alguno o varios de esos límites y decidan hacer el
esfuerzo de no volver a pasarlos y apoyarse, perdonarse y levantarse cuando alguno falle ocasionalmente.

Matrimonio Teòrico
Por tanto el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. Genèsis
2:24
Se Unirá – Primero, afiancemos lo que asumimos. El matrimonio es el estado normal de las cosas, un
fundamento esencial de la sociedad, el diseño intencionado del Creador y la condición apropiada de un
hombre y una mujer. No existen textos bíblicos que apoyen una alternativa para la preservación de la
sociedad. Pero, segundo, no es esta la razón para que el hombre deje su casa de origen y adhiera su
fidelidad a su esposa. ¿Notaste que el versículo comienza, “por tanto”?
Eso significa que existe algo antes de éste pensamiento que tiene que ver con el “dejar y unirse.” Y lo que
precede al versículo 24 es la expresión gozosa de Adán proclamando que esto es demasiado bueno para ser
cierto. Sólo un hombre necio no lo vería. Un hombre deja el hogar de su niñez y adhiere su fidelidad a
una esposa porque Dios suple sus necesidades más profundas de compañía en la creación de la mujer. Por
eso es que deja. Está diseñado de esa manera. La perspectiva no es sobre lo que necesita la mujer (un
hombre, según la mitología popular) para sentirse completa. La perspectiva es lo que falta de la vida del
hombre antes que Dios provee la compañía verdadera y perfecta.
Pero ahora nos encontramos con un problema. La palabra hebrea es “davaq”. Tiene que ver con súper
adhesivo. Es la cosa pegajosa del matrimonio – ese compromiso inquebrantable de fidelidad, lealtad, honor
y obediencia que nace con las relaciones humanas más profundas. Es la clase de compromiso que la Biblia
describe en el Cantar de Cantares (posesión apasionada, sacrificio devoto y gozo sensual). Es la clase de
fidelidad que vemos en José, esposo de María (y no es, dicho sea de paso, lo que vemos en Abraham). Es
el esposo de Proverbios 31:29 proclamando con orgullo que ella las sobrepasa a todas. Es aferrarse y
mantenerse unidos como las escamas en un cocodrilo (Job 41:17). Y todo eso es una imagen de la
fidelidad que Dios muestra hacia nosotros, y que nosotros debemos mostrar hacia El. Es idioma de pacto.
Desafortunadamente, para la mayoría de nosotros esto es mera teoría. Reconocemos que esto es lo que el
matrimonio debería ser, que es lo que Dios desea que sea, pero la realidad está atrapada en la prensa del
mundo caído. No tenemos matrimonios utópicos. Tenemos matrimonios terrenales.
Es realmente buena que la Biblia no es un libro sobre ética. No es un manual sobre éxito positivo y vidas
maravillosas. Es un libro sobre personas caídas en un mundo caído, luchando para vivir una existencia
redimida. Es la historia cruda y veraz de la fidelidad de Dios y de nuestros errores. Casi todos los héroes de
proporciones bíblicas son, en su interior, personas trágicamente caídas. Sin la intervención de Dios, no les
daríamos un segundo de nuestro tiempo. Y así, dicho sea de paso, somos tú y yo, especialmente en el
matrimonio. Sin la intervención de Dios, nuestros matrimonios serían poco más que intentos frustrantes de
negociación. ¡Ugh! ¿Quién necesita eso? Yo quiero la gozosa proclamación de Adán, “¡Esta es perfecta
para mí!” ¿Cómo sucede eso?
Bien, parece iniciar con “davaq”. Pegajoso. ¡Los hombres deben concentrarse en la goma! Las mujeres
pueden ser las heroínas del Proverbios 31 si los hombres se les pegan como goma de mascar en un gato.

El Resentimiento En El Matrimonio.
El resentimiento por cosas pasadas que no se han sanado puede
destruir un matrimonio.
Hay muchos matrimonios que están viviendo consecuencias de errores
del pasado que generaron resentimientos y no las han sanado.
Todos nosotros como seres humanos cometemos errores de muchas
clases que generan consecuencias dolorosas. Cuando cometemos esos
errores con nuestro cónyuge, el matrimonio sufre como relación.
Ahora, si hay perdón con arrepentimiento, entonces las consecuencias
pueden ser minimizadas.
Pero cuando se guarda un resentimiento y no se sana, entonces se va
desarrollando y se puede convertir en una raíz de amargura que es
como un veneno que va a dañando las relaciones del matrimonio y
toda la familia.
Cuando en un matrimonio hay resentimiento no sanado por situaciones
vividas en el pasado, la relación se estanca y se va deteriorando y
puede llegar un momento en que sientan hasta odio. La única salida al
resentimiento es sacar a la luz el problema, hablar sinceramente de los
sentimientos y tomar la decisión de perdonar y dejar el pasado.
Recuerden que el pasado nunca va a resolver los problemas, pero
pedir perdón y perdonar si puede hacer diferente el futuro.
Frecuentemente, es necesario buscar ayuda con guías espirituales
calificados y capacitados en el tema de matrimonios y familia para que
les puedan ayudar a superar los conflictos y a perdonarse
sinceramente.
Marcos 11: 25-26: Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo
contra alguien, para que también vuestro Padre que está en los cielos
os perdone a vosotros vuestras ofensas, porque si vosotros no
perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará
vuestras ofensas.
Dios nos manda a tomar la decisión de perdonar incondicionalmente,
para que EL nos perdone igual. El perdón sincero con arrepentimiento
del que lo pide y la actitud sabia del que lo otorga, activa el perdón del
Señor en nuestras vidas y las bendiciones para nosotros y nuestras
familias. Perdonar muchas veces no es fácil, pero es un mandato de
Dios que nos conviene y nos trae paz a nuestras vidas.
Si ha habido situaciones dolorosas del pasado en tu vida, toma la
decisión de ponerlas a los pies del Maestro Jesucristo y toma la
decisión de obedecer su palabra. Dios te llenará de paz y convertirá
cualquier cosa negativa en algo positivo para el Matrimonio y la
Familia. Empieza por pedirle perdón a Dios por haber sido
desobediente a su palabra y luego pídele perdón a tu cónyuge por
haberle ofendido o por haberle juzgado. El perdón se pide con
arrepentimiento y se da con humildad!
Tu matrimonio y tu familia es el tesoro más valioso que Dios te ha
dado. CUÍDALO!

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