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Apareció en la revista SEMANA de España, en su espacio Carta Abierta.

Lo envío
un ciudadano NO JUDIO, pero que vale la pena leerlo. Es una realidad, que no
se puede eludir ni evadir. Ni el que lo ve, ni el ciego. Este amigo no judío, tuvo el
coraje de ventilarlo abiertamente. Gracias por ventilarlo, y gracias por
recordárnoslo!!!

Sres. de Semana

A pesar de lo que comente y se predique, les digo que ¡Me encantan los judíos!

Hagamos un simple recuento de historias reales, de episodios vividos a través de la


humanidad, y meditemos al respecto.

Egipto los esclavizó y el antiguo Egipto de los faraones ya no existe; ellos sí.

Roma los maltrató y el Imperio Romano desapareció, mientras que ellos


continúan.

Los expulsaron de cientos de lugares y, casi sin recursos, crearon


comunidades en todo el mundo.

La Inquisición nuestra trato de aniquilarlos, y solo logramos fortalecerlos y


hacerlos más inmunes.

Les prohibían comprar tierras o tener bienes y ellos aprendían idiomas y


profesiones libres, que eran necesarias y útiles en cualquier lugar.
Se valieron por si mismos, no obstante las limitaciones que sufrían y la
negativa de apoyo hacia ellos.

Los zares de Rusia trataron de exterminarlos y hace un siglo que no hay


zarismo, mientras que ellos están ahí.

Los nazis y su Solución Final, se esfumaron en 1945. Ellos están allí, y más
bien ayudándolos.

Los soviéticos los exterminaban y ya no hay Unión Soviética, mientras que


ellos crearon su propio estado que hoy es una potencia tecnológica y
democrática.

El mundo islámico les ataca desde 1948 y mientras la mayoría de los países
musulmanes se encuentran estancados, dedicados al terrorismo cobarde y
bárbaro,
Israel sigue ahí.

A lo mejor es verdad eso de que Dios los eligió y les prometió que les protegería. Si
queremos creer que fueron elegidos o no, es irrelevante, pues ellos si
que se lo creen, y lo hacen valer, y no por la fuerza, concientización o
amedrentamiento, sino más bien con clase, cultura y valor.

Yo era uno de los que no me convencía de ese pueblo, o mas bien creía lo que a mi
me predicaban de chico respecto a ellos, y desde que tengo uso de
razón y se ver por mi mismo las realidades, los admiro. En fin, ahora me encantan.
Los busco y me acogen.

Ellos siguen allí como todos aquéllos que resisten y sobreviven a pesar de todas las
barbaridades. Por algo será. Dios lo sabe.

Lo que he aprendido de todo esto, es que quienes más hacen por los judíos son los
antisemitas, como lo era yo antes, que los mantienen siempre unidos.
Si algún judío se distrae y se olvida de su condición, de su origen, siempre hay un
antisemita de turno que le hace recordar quienes son, y eso los agrupa
y fortalece mas.

Por algo los antisemitas son los perros pastores del rebaño del Señor.

Gustoso de haber comprendido y encontrado la realidad,

Afectuosamente.

Ricardo Jáuregui

Valencia

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