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1. Introducción
A la hora de estudiar la cuantificación, la Gramática española se ha
centrado en los llamados «pronombres» numerales e indefinidos, cuando
en realidad se trata de un fenómeno de gran complejidad en el que están
implicados el léxico, la morfosintaxis y aun la fonética. Entre los recursos
de cuantificación apenas estudiados, se encuentran las unidades que sirven
de referencia a este trabajo: los sustantivos cuantificativos, cuyo rasgo más
llamativo es su capacidad para referirse a una pluralidad de individuos al
margen del morfema de ‘plural’ o del apoyo de otros cuantificadores
(docena, centenar, la mayoría, sinfín...). La inequívoca naturaleza léxica de
su pluralidad ha favorecido su inclusión en el grupo de los sustantivos
colectivos, donde han permanecido indiferenciados hasta nuestros días.
En el siguiente trabajo, tras esbozarse los rasgos que aconsejan la
separación de ambos tipos de unidades en paradigmas diferentes, se
analiza con mayor dilación el caso planteado por algunos sustantivos que,
a pesar de estar léxicamente vinculados a la cardinalidad, no pueden
considerarse propiamente sustantivos cuantificativos cardinales. A este
fin, se han empleado los principios metodológicos proporcionados por la
Gramática Funcional del Español (Alarcos 1970; Martínez 1994).
∗ Este trabajo está subvencionado por el Gobierno del Principado de Asturias con
cargo a fondos provenientes del Plan de Ciencia, Tecnología e Innovación (PCTI) de
Asturias 2006-2009.
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2.2.1. Colectivos
2.2.1.1. Los sustantivos colectivos son aquellos que, aun en singu-
lar, al ir actualizados pueden denotar un conjunto, esto es, una entidad
colectiva constituida por individuos pertenecientes a una clase concreta:
la significada por su propio lexema. Por ello no requieren un comple-
mento determinativo que especifique la clase de pertenencia de los indi-
viduos que conforman el conjunto; complemento, que, por lo general,
rechazan por redundante (Martínez 1999: § 42.10.1.3.):
(1) *un pinar de pinos; *un alumnado de alumnos; *una arboleda de
árboles; *una familia de parientes; *un público de espectadores.
1 Se ofrece una visión histórica de esta indistinción en San Julián Solana 2006: § 1.2.
2Vid. Martínez 1999: § 42.10.1.3; Real Academia Española y Asociación de Academias
de la Lengua Española 2005: s. v. concordancia (4.8.). Cf. Bosque 1999: 18-26.
Sustantivos colectivos y cuantificativos: los falsos cardinales 39
salvo que se den ciertas condiciones muy precisas que amplían el margen
de admisibilidad, a saber:
I) que el sustantivo, además de ir antepuesto al verbo al que se
subordina en calidad de sujeto, quede separado de aquel por un inciso
(Gili Gaya 1943: 31-32; Martínez 1999: § 42.10.1.3.):
(4) El alumnado, unos convencidos y otros coaccionados, no
quisieron secundar la huelga / *No quisieron secundar la huelga,
unos convencidos y otros coaccionados, el alumnado;
3 Bosque aplica esta prueba para diferenciar los sustantivos colectivos de los
individuales pluralizados morfológicamente, no de los cuantificativos.
40 Javier San Julián Solana
2.2.2. Cuantificativos
2.2.2.1. Por su parte, los sustantivos cuantificativos, cuando se les
concede capacidad denotativa, pueden hacer referencia a varios entes, y esto
aunque no incorporen el morfema de ‘plural’. Sin embargo, la clase de los
individuos cuantificados no está definida en su lexema, de ahí que suelan
llevar un complemento determinativo encargado de realizar dicha precisión:
(9) una docena {de huevos/de libros/de suicidios/de preguntas}.
de adyacente sintáctico que ocupa en (13a) para instituirse como núcleo formal en
(13b).
7 La Real Academia Española advierte este fenómeno en relación con millarada y
millonada —«millarada. 1. f. Cantidad como de mil. U. más por jactancia u
ostentación»; «millonada. 1. f. Cantidad como de un millón» (DRAE, 2001)—,
mientras que, paradójicamente, iguala en su significado centanada a centena.
Sustantivos colectivos y cuantificativos: los falsos cardinales 43
lengua9. Con todo, son notables las diferencias que existen entre aquellos
casos y éste.
Los procedimientos gramaticales por los que un sustantivo
cuantificativo cardinal, al margen del morfema de ‘plural’, sirve a la
expresión de una cantidad aproximada (no exacta) son necesariamente de
índole intersintagmática (15a, 16); o lo que es lo mismo, dicho valor de
contenido es el resultado de la combinación con otros sintagmas coexis-
tentes en el enunciado10. En cambio, la falta de exactitud cuantitativa
debida al plural morfológico se adscribe al ámbito intrasintagmático, si
bien es cierto que la precisión puede restituirse mediante mecanismos
intersintagmáticos: la anteposición de un adjetivo cardinal que, desde la
subordinación, lo cuantifica (14b).
El valor aproximativo de centenada, millarada y millonada también
obedece a un recurso de naturaleza intrasintagmática, pero éste ya no se
desarrolla en el ámbito morfemático, sino en el léxico. Lejos de ser baladí,
esta diferencia tiene consecuencias importantes: el derivativo -ada da lugar
a un nuevo signo léxico —a una nueva «palabra»— cuyo significante lleva
solidariamente asociado el significado de ‘aproximación a la base
cardinal’. Poco importan ahora las propiedades sintácticas del enunciado
en el que se inserte alguno de estos sustantivos: en español serán incapaces
de informar sobre el número justo de entes que constituyen una pluralidad;
ni siquiera podrán hacerlo al ir acompañados —a pesar de la incongruencia
semántica que esto supone— de expresiones adverbiales destinadas a
orientar (formalmente) una interpretación cuantitativa precisa:
(18a) *Llegaron exactamente una centenada de soldados, ni más ni menos.
3.5. Miríada
3.5.1. Este sintagma proviene del griego μυριάς, -άδος, adjetivo y
sustantivo griego que significaba ‘diez mil’ y ‘pluralidad de diez mil
entes’ respectivamente (Sebastián Yarza 1988: s. v. μυριάς, -άδος),
aunque en los actos de habla concretos podía adoptar un valor
encarecedor de la cantidad que no estaba lingüísticamente codificado. En
su trasvase al castellano, que se produce tardíamente y sólo bajo la forma
de sustantivo, pierde su original capacidad para informar con exactitud
numérica y pasa a designar, sin más, ‘cantidad muy grande de indivi-
duos’. De ese modo, el español incorpora al código lingüístico el antiguo
valor de contenido contextual, y no el significado (convencional).
3.5.2. Miríada no puede considerarse, consiguientemente, un
cardinal, pero en la medida en que al intervenir en singular como sujeto
hace posible el reemplazo de la concordancia con el verbo por la rección,
es un sustantivo cuantificativo:
(27) Esa miríada de procesos sientan las bases electorales de la
extrema derecha [6].
4. Conclusiones
Aunque incorporen entre sus figuras de contenido léxico
información cuantitativa precisa, consideramos que ciertos sustantivos
han de extraerse del grupo de los cuantificativos cardinales. Algunos de
ellos son verdaderos sustantivos cuantificativos, pero no propiamente
cardinales: centenada, millarada, millonada —que tienen un significado
aproximativo— y miríada —que pasa al español como elemento
destinado a la ponderación (indefinida) de la cantidad—. Otros, a pesar
de contar con información numérica en su lexema, poseen una sintaxis
que los vincula al conjunto de los colectivos (§ 3.3.). Por último, hay
sustantivos que también presentan figuras de contenido cardinal entre sus
componentes léxicos, pero se han asociado, generalmente a través de un
proceso diacrónico de lexicalización, con una clase concreta, hasta el
punto de terminar recategorizados no como sustantivos colectivos sino
como individuales (§ 3.4.).
Bibliografía
Alarcos Llorach, Emilio (1970): Estudios de gramática funcional del
español. 1980, 3.a ed. Madrid: Gredos.
Bosque, Ignacio (1999): «El nombre común», en: Bosque, Ignacio /
Demonte, Violeta (dirs.): Gramática Descriptiva de la Lengua
Española. Madrid: Espasa Calpe, vol. 1, 3-75.
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