Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
Activan proyecto de museo
d Dicen responsables Los tiempos se han prolongado
porque se han hecho modificacio-
que tienen 130 mdp nes, pero la estructura diseñada Manejo
por el despacho suizo Herzog &
para ejecutar las obras De Meuron, estará lista para sep- del edificio
tiembre del 2012 como ya se ha-
durante este año bía planteado, agregó. GUADALAJARA.- Aunque
“Vamos bien, no hemos arran- el coordinador del Barran-
cado obra, pero se están alinean- ca, Museo de Arte Moderno
Rebeca Pérez do y ajustando todos los temas y Contemporáneo, Fernan-
muy rápido; se ha formalizado el do Fernández había dicho
fideicomiso ya y tenemos presu- que la estructura adminis-
Arquitextos
Miquel Adriá
Murcutt
en Mérida
G
lenn Murcutt dio su últi-
ma conferencia. El pre-
mio Pritzker australiano
cerró el congreso de arquitectu-
ra organizado por la Universi-
dad Marista de Mérida, con una
reflexión sobre su propio trabajo,
mostrando sus referencias -des-
de el paisaje australiano hasta la
forma de una hoja- para cerrar
con una mirada panorámica so-
bre sus obras. En este segundo
congreso anual también partici-
paron el tejano Carlos Jiménez y
el yucateco Augusto Quijano.
Murcutt, en su despedida de
los escenarios, hizo una apolo-
gía de las cosas bien hechas, del
trabajo artesanal, de la filosofía
naturalista de Thoreau y del di-
bujo a mano. Para él, dibujar es
muy importante, es dejar que la
mano se exprese y que de ella
emerja la forma del trazo. Dibu-
jando se piensa. Las computado-
ras -sentenció finalmente- ayu-
dan a hacer arquitectura idiota.
Este gurú de la arquitectura
sustentable que se precia de tra-
bajar solo, no hacer más de un
proyecto a la vez y habitar sema-
nas enteras con sus futuros clien-
tes (y pacientes) para conocerlos
a fondo, defendió una arquitec-
tura responsable y no impositiva.
Una arquitectura que considere
todo: luz, topografía, agua, peso,
natural, responsable, estructura,
espacio, cultura, contexto, tecno-
logía, ya que –afirma–, “segui-
mos transformando en exceso la
materia, consumimos demasiada
energía y despilfarramos los re-
cursos del planeta”.
Murcutt reivindicó el tér-
mino ‘funcionalismo ecológico’
acuñado por su colega finlan-
dés Juanni Pallasmaa, en lugar
de redundar en la sustentabili-
dad, ya vacía de contenido. Para
él la arquitectura debe entender-
se más como un proceso que co-
mo un producto, más como un
artefacto que asume el lugar, la
cultura, la ecología y la tecnolo-
gía, desde la responsabilidad y el
compromiso. “No debe importar
estar a la moda como ser hones-
to”, decretó ante la concurrida
audiencia de estudiantes.
Ya fuera del escenario re-
cordó su encuentro con Barra-
gán. Lo conoció en 1973, cuando
el premio Pritzker mexicano te-
nía 62 años y Murcutt era un jo-
ven arquitecto. Su trabajo íntegro,
moderno pero bañado de una
sutil capa de pasado –dijo– le dio
energía y confianza en sus pri-
meros pasos profesionales. Gene-
roso con el tiempo y los jóvenes
inquietos, Barragán le platicó de
música, religión y arquitectura.
También le ayudó a asumir la an-
siedad necesaria que conlleva ca-
da proyecto ya que, como le con-
fesó Barragán, siempre se ponía
nervioso ante un proyecto nuevo.
Años después lo volvió a visitar
pero Barragán ya prácticamente
estaba retirado. Se limitaba a re-
chazar proyectos, con gran con-
trariedad –según recuerda- de su
socio Raúl Ferrera.
Estos días Murcutt buscó
entre las monumentales ruinas
mayas una nueva lectura Avatar-
quitectónica más moral que es-
tética, para exhortar el trabajo
bien hecho como resistencia an-
te la aceleración global.