Vous êtes sur la page 1sur 5

ISABEL T. LAGO~lASINO y THEODORE A.

STERN

1. Introducción
. '
El suicidio es la octava causa de mortalidad en Estados Unidos, donde supone más de
30 000 muertes al ario (1-2 % del número total de muertes anual). Por cada persona que
llega a suicidarse O:St(11 otras ~:\ 10 que 1" intcm.ui, COI1un to!:!! de 18 a 20 intentos de
suicidio por cada individuo 4U~ al final lo !.'Z.rJ (algunos lucen I!\:is de UII intento). Hasta
un 1-2 ,;\,de las visitas a urgencias, un 5 % de los ingresos en unidades de cuidados inten-
sivos y un 10 % de las hospitalizaciones en general se deben a intentos fallidos de suici-
dio.

11.La evaluación de las tendencias suicidas actuales (Cuadro 15-1)


Lá evaluación del riesgo de suicidio se busa en la exploración clínica detallada del paciente
que ha contemplado el suicidio, ha amenazado con él o lo ba.intcurado. Dcben.azcriguarse
los pensamientos y sentimientos del individuo, y situarse en el contexto de los factores de
suicidio conocidos.
A. Pacientes que precisan evaluación
Ponga el listón bajo cada vez que piense si evaluar las posibles tendencias suicidas de un
paciente. Ciertamente, debe evaluarse 3 todos los pacientes que hayan realizado un inten-
to de suicidio, que hayan anunciado Ideas o Intenciones suicidas, que hayan admitido
tener dichas ideas o intenciones sulcidns al preJ:unt:írsc!es o cuyas acciones hagan pen-
sar en un intento de suicidio a pesar de que digan lo contrario. También debe evaluarse
a los pacientes con trastornos psiquiátricos y a los que expresen desesperanza respecto al
futuro.

Cuadro 15-1. Componentes de la evaluación suicida

Evaluar las ideu e intenciones de suicidio


Eurnirw 101deul1eadel plan lUicida
Cociente IÍelpresuubtlidW
~ de pIani/\caci6n
EnIa.w d pSo de deies¡lcnnu
~poallIa~
,.,.. ea CIIaIU b~ tociaIa dilJlOllÍbIa
~ d cGdo lIICftIl

Canobcnr 1&w.wu coa tlmili8u 7 amiCOC

127
!..::
IV • Abordaje de los pacientes con aleccjones concretas
15· El paciente suicida 129
D. El planteamiento general
1. «¿Qué se imagina haciendo de aquí a cinco años?.
El paciente con posible riesgo de suicidio debe abordarse de manera acrüica. compasiva y 2. «¿Qué cOSJS espera todavía hacer o vcr?».
emp:ítica. El vínculo inicial debe establecerse creando un cieno grado de intimidad.trat:mdo
F. Identificación de posibles desencadenantcs
de rnaxirnizar el confort físico del paciente y yendo desde las preguntas generales a OlrJS mis
espcnficas. Es más probable que el paciente confíe en el examinador y que le haga un relato L1 idcruificación de posibles dcsencadenarucs de una crisis ayudará apoder entender por qué
detallado y preciso si percibe en él interés. preocupación y compasión. el paciente quiere suicidarse. El paciente que tenga que volver a enfrentarse a los mismos fac-
tores estresamcs o problemas después de la evaluación, o que no pueda o quiera hablar de los
C. EvaluJción de las ideas e intenciones de suicidio
posibles descncacenanrcs, podría tener un riesgo mayor.
Las preguntas sobre ideas e intenciones de suicidio deben plantearse de forma abierta y
directa. Los pacientes con pensamientos y planes de suicidio se sienten J menudo alivia- I G. Consideración de los apoyos sociales
La falta de cuidadores ambulatorios. familiares o amigos podría elevar el potencial de riesgo
dos. y no olcndidus, cuando encuentran a alguien con quien poder hablar de lo inefable. En I de suicidio.
la meruc de quienes carecen de ideación suicida no se inducirán pensamientos suicidas y
no habrá mayor riesgo de suicidiu. Pueden irse introduciendo poco a poco preguntas gene- H, Exploración del estado mental
rales sobre pensamientos suicidas mientras se hace la anamncsis del proceso actual: I
I Un examen minucioso del estado mental servirá para detectar los problemas psiquiátricos y
l. Preguntas C0ll10 «¿Ha pensado algun:1 va que nada merece la pcna?» o "Le han venido !... valorar las capacidades cognitivas. Aspectos importantes de este examen son el nivel de cons-
ciencia.el :\S~l'!O, 1:1condocia. i:J atención. el cst:lt!O de .inirno. el afecto, el lenguaje. la oricn-
rCIl~:II))iclJ1()~ de Ijll~ no 1:1(:,',',' !:I I":n.l I'i, ir'.'" pueden avud.ir :1 'ct:uir hablando de la
dcprcsiún )' IJ desesperanDo ración. b memoria, 1:1 lornu e1elpcns.uuicnto, el contenido del jlI:))s:IJJli~IHO. la pcrrcpción.Iu
2. Preguntas C0ll10 ,(¿I la estado tan deprimido C0ll10para pensar en quitarse la vida?» o «¿Le introspección y el juicio,
han venido pens:unicntos de quitarse la vida?» podrian permitir seguir evaluando los pen- 1. Corroboración de familiares y amigos
samicntos y planes de suicidio, Puede entrevistarse a familiares y amigos para corroborar la información reunida y obte-
D, Evaluación de Ius planes de suicidio ner nuevos datos pertinentes, Los familiares pueden aportar datos que los pacientes dudan
Después de que el paciente haya admitido cualquier idea o intención suicida. deben hacer- en desvelar y que podrían ser esenciales para el tratamiento. La evaluación del riesgo de
se prcguruas concretas sobre los posibles planes y preparativos de suicidio. Debe pregun- suicidio es un procedimiento de urgencia que tiene prioridad sobre el deseo de intimidad
tarse al p;!.cie!!k e..u.indo, dúu.dq ..cómo intcntaria suicidarse, para evaluar después hasta qué del enfermo y sobre el mantenimiento de la confidcncialidad en la relación médico-
I paciente.
punto son factibles y letales los posibles planes, Un plan organizado y detallado que cuen-
te con un método accesible y mortal colocaría al paciente en situación de mayor riesgo de ",
1 .

suicidio, i,-.'.~'
. 111.Exploración de los factores de riesgo de suicidio (Cuadro 15-2)
,.
1. El «cociente riesgo-rescatabilidJd» es un concepto que puede utilizarse para examinar la Una completa anarnnesis de los antecedentes psiquiátricos. médicos, sociales y familiares del
firmeza y lctalidad de un intento planeado. Cuanto mayor sea el riesgo relativo o la letali- paciente con riesgo de suicidio permitirá al clínico considerar la presencia de posibles facto-
.:
dad y menor la probabilidad de rescate, mis seria será la probabilidad de que se consume res de riesgo y su importancia. L1 presencia de mis de un factor de riesgo significativo podría
el suicidio, Por ejemplo: un hombre que hace planes detallados para quitarse la vida via- suponer un riesgo añadido.
jando a una zona boscosa aislada donde nadie pueda verle ni oírle para pegarse un tiro en A. Factores demográficos
la cabeza tiene un elevado cociente riesgo-rescatabilidad y debe considerarse en situación 1. Edad, LJS personas de mis de 65 años tienen más probabilidades de suicidarse que los
de alto riesgo de suicidio. La mujer que actúa impulsivarneruc y se toma unas cuantas cáp- individuos mis jóvenes; los ancianos representan el 20 % de todos los suicidios consuma-
sulas de fluoxetina delante de su marido presenta un cociente riesgo-rescatabilidad bajo. dos. a pesar de ser s610 el 13 % de la población. Sin embargo, los jóvenes han experimen-
por lo que podría no presentar un riesgo muy elevado de suicidio. A pesar de su utilidad, tado un enorme aumento de la tasa de suicidios frecuentemente; entre las personas de 15 a
el cociente riesgo-rescarabitídad debe contemplarse siempre desde el punto de vista y las 24 años. el suicidio se ha convenido en la tercera causa de muerte.
creencias de cada paciente concreto. 2. Sexo. Cuatro veces más varones que mujeres consuman el suicidio, aunque tres a cuatro
a. Un paciente que hace un intento con escaso riesgo de daño potencial. pero que desea morir veces más mujeres que varones lo intentan.
sinceramente y cree que el plan será letal. tiene un cociente riesgo-rescatabilidad relativa- 3. Raza. Los blancos tienen el doble de probabilidades de intentar y consumar el suicidio que
mente alto y está en situación de riesgo de suicidio, los negros y los hispanos. aunque los indios americanos y los nativos de Alaska presentan
b. Un paciente que sobrevive a un intento con muchas probabilidades de muerte, como una las mayores tasas de suicidio de todos los grupos étnicos.
sobredosis de paracetamol, pero que tiene pocos deseos de morir y no comprende muy bien B. Trastornos psiquiátricos
la gravedad de dicho intento. tiene un cociente riesgo-rescatabilidad relativamente bajo y un
Los trastornos psiquiátricos se asocian a más del 90 % de los suicidios consumados y a la gran
riesgo de suicidio menor.
mayoría de los intentos suicidas.
2. El paciente que sobrevive a un intento premeditado puede tener mayor riesgo de repetir el
intento que el paciente que sobrevive a un intento impulsivo o realizado en situación de 1. El trastorno depresivo mayor supone alrededor del 50 % de los sulcídlos, y un 15 %
embriaguez. de los pacientes con depresión acaban muriendo por suicidio. El riesgo parece ser mayor
en las primeras fases del episodio depresivo y durante las etapas iniciales del tratamiento
E. EvalUllcf6n de La desesperanza
y la convalecencia. •
El paciente que no tiene esperanzas ni planes de fututo tiene un mayor riesgo de suicidio. 2. Las dependencias de alcohol y drogas son responsables dcllS % de los suicIdIos; u
POilbla pregunw pm ~0T'3I1~ desesperanza serían las siguientes: mayoría tienen dependencia tanto de alcohol como de drogas y tnstomos depreSlVOI
IV • Abordaje de los pacientes con afecciones concretas
¡.: 15 • El paciente suicida 131

4. Lesiones de médula espinal.


Cuadro 1!i:2. Factores de riesgo de suicidio
I 5. Enfermedad cardiopulrnonar.
6. Úlcera péptica.
Anciano, varón. blanco 7. insuficiencia renal crónica.
Trastornos psiquiátricos 8. Enfermedad de Cushing.
, Afecciones orgánicas 9. Artritis reumatoidc.
10. ·Porflria.
Viudo. divorciado o separado
Vive solo D. Influencias sociales

Pérdida personal reciente 1. Estado civil. Los adultos viudos, divorciados o separados tienen mayor riesgo de suicidio
que los solteros, que a su va tienen mayor riesgo que los casados. Los adultos casados con
Desempleo hijos pequeños son los que tienen menor riesgo.
Problemas cconórnicos/lcgulcs l. 2. Siluacilll1 de vid«. Yi':ir solo aumcuta crl\)rmc'II\CIIICel ricsgl) de suicidio, especialmente
Posesión de JrTllJSde fuego entre Ins viudos. divurciadcs y '~par:!d:I).
3. Pérdidas personales. Las ~rJiJas significativus. por la muerte de un ser querido o un des-
Antecedentes familiares de suicidio o trastornos psiquiátricos
censo de la autoestirna o el cstaius, pueden llevar a las personas (especialmente J los jóve-
Entorno familiar disfuncional de niño nes y adolescentes) a tener un mayor riesgo de suicidio.
Irucntos anteriores de suicidio 4. Situación laboral. El desempleo aparece implicado en has la un tercio O la mitad de los
. Ideación o inle~ción suicida suicidios consumados, pudiendo ser un Iactor de riesgo especialmente importanie en el
varón.
Desesperanza
5. Problemas económicos y legales. Los problemas económicos. los pleitos legales y el
encarcelamiento confieren mayor riesgo de suicidio.
6. Posesión de armas de fuego. La presencia de armas de fuego en casa parece aumentar
el riesgo de suicidio de manera independiente en todos los grupos de edad y en ambos
sexos.
concurrentes. Además, la intoxicación aguda por alcohol o drogas puede deteriorar el E. Factores familiares
juicio y fomentar la impulsividad, dando lugar a más intentos suicidas y suicidios con- 1. Los antecedentes familiares de suicidio o enfermedad psiquiátrica suponen un impor-
sumados. tante factor de riesgo de suicidio.
3. La psicosis está presente en ellO % de los suicidios. Hasta un 10 % de los pacientes con 2. El entorno familiar connictlvo en la nlñez, caracterizado por la muerte precoz de un pro-
esquizofrenia acaban suicidándose, principalmente durante los períodos de mejoría des- . genitor, la separación de los padres, b.1 mudanzas frecuentes, los malos tratos emociona-
pués de una recaída o durante episodios de depresión. Entre los pacientes con cuadros psi- les. el maltrato físico o el abuso sexual, aumenta el riesgo de suicidio.
cóticos o afectivos, la presencia de alucinaciones imperativas que llamen a la autolesión ..... :
podría aumentar el riesgo de suicidio. F. Tendencias sulcldas pasadas y presentes
.'-
4. Los trastornos de la personalidad representan alrededor de un 5 % de los suicidios.
Los gestos o intentos suicidas impulsivos deben tomarse en serio; incluso los gestos mani-
¿
.~
..••..,
q
1. Los pacientes con antecedentes de tentltlvas de suicidio suponen el 50 % de los suí-
cldi~ consumados, y h;¡.\l.l el 10·20 % de ellos acabarán suicidándose. Tienen un riesgc
puladores pueden resultar letales. (/:' notablemente elevado durante el aOO posterior al intento fallido, aunque el riesgo seguirá
5. Los trastornos de ansiedad (especialmente el trastorno de pánico) se están detectando "4;' siendo alto dursnre cul 10 aOOt.
cada vez más entre los suicidas.
':~
:~~. 2. La ¡ravtdad !k loc IlIlrnt/IJI wkldu anttflortS aumenta el riesgo de consumar el suici-
C. Cuadros orgánicos dio.
Los cuadros orgánicos se relacionan con hasta un 35-40 % de los suicidios y hasu con 3. lluu un 80 o¡ de: tu pcnon.u que lIe¡lIl a suicidarse comunican tener ideas e inten-
un 70 % de los suicidios que tienen lugar en mayores de 60 anos. El mayor riesgo que se dooa .iddM. P..su comunkaci6n puede $a directa o indirecta: quizá se hable de la
observa entre los pacientes con determinados problemas orgánicos puede deberse en parte muenc o el ~; le Placriban nllCVu póliw de seguros o se redacten nuevos testa-
a la presencia de ciertos factores demográficos, procesos psiquiátricos com6rb!oo.- .1 ~ •• rt:IAka ~ nJIout, o lu~an conductas atfpicas destructivas. Es más
medicamentos capaces de inducir síntomas psiquiátricos. Se ha publicado que los ~- ~ qac \ex pedaIIca !labial de fUI illlenciOOCl con familiares y amigos que con el
duos con las siguientes enfermedades graves o crónicas tienen un mayor riesgo de suICI- pcnGMIlIIIIcarIo. Aeqac el 50 " de 1•• pmonu que se suicidan acuden al médico
dio: ••••• d •• pmio. AlIIIIICnC,1610 el 60 % le comunican sus ideas o intenciones de
..':<~I~ T.:;.¡~.~·
" •••••.
l. Síndrome de inmunodeticiencia adquirida y cáncer,
1Traumatismo craneal y síndromes cerebrales orgánicos. '~f'~ ....
, .:~ I.A' ••.,... '1 a. n:pocurivu de futuro ne¡ativas parecen ser uno de los principales
. ;,.,"" po WcaIokf ricst:o de 1Uiddio.
3. Epilepsia, esclerosis múltiple y corta de Huntington.
~~~;2{,--.
IV • Abordaje de los pacientes con afecciones concretas
I;~ 15· El paciente suicida 133

IV. El tratamiento del riesgo de suicidio E. Conducta a seguir


Después de explorar exhaustívamente el potencial suicida actual y de examinar los posi- Después de evaluar atentamente las tendencias suicidas. de tener en cuenta los factores de ries-
bles f.J~t~res de riesgo, el médico debe emitir un juicio clínico sobre el riesgo inmediato I
I
go de suicidio y de esubilizar incialrncnte los pro.::csos psiquiátricos y orgánicos, debe deci-
dirse qué hacer con el paciente. Debe emplearse un planteamiento conservador y, de cometer
de SUICidIO.Es necesario tornar una serie de medidas iniciales al tratar a un paciente de ries-
go. errores, es mejor pecar por exceso d~ contención y hospitalización. Actuar de acuerdo con el
buen juicio clínico redundará en beneficio del paciente y dará lug:lJ"a pocos peligros y res-
A. Estabilización de las afecciones orgánicas
ponsabilidades. Las posibles conductas a seguir son IJS siguientes:
" Los pacientes con riesgo de suicidio deben arcndcrse lo antes posible y recibir tratamiento de
1. Dar el alta y enviar a osa con una derivaciún ambulutcria. Puede permitirse a los
tod~s sus afecciones orgánicas presentes y potenciales. La gravedad de la presentación psi-
pacientes volver 3 sus ea as ;i p 111) tienen intención suicida. si pueden acordar que
quratnca no debe distraer al clínico de proporcionar una buena asistencia médica.
B. Prutección frente a la autólisis
i llamarán o volverán si reaparecen lo, pensamientos o impulsos suicidas, si están
médicarncntc esubilizados y si no están delirantes, dcrncnciados. psicóti os, signifi-
Durante la evaluación ). el tratamiento
ridad del paciente.
del riesgo de suicidio debe garuntizarse la sczu- I
1
carivarncnre deprimidos. ni inioxicados. Deben retirarse del hogar las annas de fuego,
b
; deben identificarse y abordarse los dcscncadenantcs agudos. debe contarse con apo-
1. Debe retenerse a los pacientes con riesgo potencial de suicidio y que amenacen con yos sociales y deben acordarse y hacerse los trámites necesarios para el tratamiento
m:lrch:lrse anlt".\ de :Iclb:lr 1:1l'\:illl:lcitÍn incluso (lHllr:1 'u vuiuntad, de acuerdo COI!los
l·.·
; ambulatorio.
C~I:lIUIUSestatales que permiten retener a cualquier individuo que se juzgue peligroso para 2. In;;resu en una pl:lnl:l de mt'dirill:l con interrunsulta psiqui.ur ica. Lo; pacientes po-
SI mismo o para los demás. Debe retenerse a los pacientes que insistan en marcharse drían precisar hospiuhzación en caso de presentar algún proceso orgánico inestable
mediante reclusión y el uso de contenciones. actualmente o potencialmente. L! intcrconsulu psiquiátrica debe aporur recomendaciones
2. Deben alejarse del alcance de lus pacientes de riesgu todos los posibles medios de en cuan 10 a supervisión y contención, una rcevaluación dd estado mental, sugerencias de
innigirsc daúo a si mismos. Deben quitarse de las zonas más cercanas todos los obje- posibles traumicnros ;; asesoría sobre la posterior conducta a seguir.
3. Ingreso voluntario en una unidad de psiquiatría. Cuando d clínico no tenga una cer-
tos afilados. como tijeras, sururas. agujas, frascos de vidrio y cubiertos. Deben cerrar-
se con llave las ventanas, los huecos de escalera y las zonas en que sea posible col- I
I
teza razonable de que no hay riesgo inminente de suicidio, el paciente debe ingresar para
gadr;e. Dc,::n .~~n~scarse las sus.lancias o medicamentos que el pucicnre tenga en su i su ulterior evaluación y tratamiento. Los que tienen más probabilidades de tratarse efi-
po a.
3. Debe supervisarse y contenerse adecuadamente al paciente con riesgo de suicidio en
I cazmcrue son quienes están de acuerdo en ingresar voluntariamente y cooperan con sus
cuidadorcs.
lodo momento.
a. La supervisión frecuente puede emplearse con los pacientes que no estén psicóticos ni deli- I 4. Ingreso iuvoluntario en una unidad de psiquiatría. Los pacientes con riesgo elevado
de suicidio que no puedan controlar sus impulsos suicidas o que se nieguen a ingresar
ranies y que sean capaces de «acordar» de manera fiable que no se harán daño y que avisa-
rán al personal en caso de sentirse fuera de control.
I deben ser recluidos con Ira su voluntad. DI! ser necesario, debe dcrcnerlos el personal de
seguridad en la saja de urgencias hasta qUI!pueda llcvárseles a una planta de psiquiatría
\
b. La supervisión constante cara a cara puede emplearse con los pacientes que no sean en régimen de reclusión. La intcrconsulta psiquiátrica puede ayudar a confirmar si es
capaces de llegar a este «acuerdo» de manera fiable, que tengan una envergadura relativa- necesaria la reclusión, a gestionar el Iras lado y a rellenar los documentos necesarios para
n:enle pequeña y poca fuerza. y cuya intencionalidad e impusividad no sean muy pronun- el ingreso forzoso. Debe informarse a los pacientes de lo que se ha decidido de forma
ciadas, clara y directa. El traslado debe hacerse con rapidez y eficiencia, y los pacientes deben
c. La contención física podría necesitarse para los pacientes incapaces de llegar a este «acuer- viajar con contenciones y en ambulancia ..Los pacientes que se juzgue que tienen un ries-
do~ de manera fiable, con gran tamaño y fuerza significativa, y con inicncionalidad e irnpul- go elevado de suicidio y que se fuguen antes de su traslado al centro de psiquiatría deben
slvld~d mayores. La contención física también puede estar indicada cuando no haya perso- denunciarsc a la policía local, que ticne autoridad para traerlos de vuelta al hospital con-
nal disponible para la supervisión. tra su voluntad.
d. La medicación eSlá indicada para los pacientes que siguen fuera de control incluso con con-
lenc~6n física. Actos tales como escupir al personal. tratar de morder o forcejear con las con- V. Dificultades de la valoración del riesgo suicida
~enclo?es ponen en peligro tanto al personal clínico como al enfermo y requieren el uso
inmediato de fármacos. . A. Factores del paciente
C. Valoraciones seriadas del estado mental Determinados pacientes pueden presentar dificultades añadidas al evaluar su riesgo suicida.
Los pacientes que se piense que tienen un riesgo suicida importante y que ingresen en plan- 1. Los pacientes embriagados pueden expresar ideas o intenciones suicidas de las que con
tas de medicina deben volverse a valorar al menos a diario. Debe volverse a evaluar constan- frecuencia se echan atrás cuando cstín sobrios. Una breve evaluación inicial mientras están
temente si existe necesidad de supervisi6n y contención. embriagados .y sus defensas psicológicas están alteradas podría revelar la profundidad de
D. Inicio del tratamiento su ideación suicida y los posibles desencadenantes. También debe realizarse una evalua-
ci6n final más exhaustiva en estado de sobriedad.
Puede ~~iarse el tratamiento de los pacientes con riesgo de suicidio que ingresen en planU-S
~ medi~\rul Podrían estar indicadas y resultar de utilidad la farmacoterapia de todos los 2. Los pacientes que supongan alguna amenaza deben evaluarse en presencia de personal de
a
diagnósticos subyacentes y una psicoterapia breve dirigida potenciar las vivencias de con- seguridad; en caso necesario. se les deben aplicar contenciones pan. protegerlos tanto a sí
trol en el paciente. . mismos corno al personal,
134 IV • Abordaje de los pacientes con afecciones concretas

3. Los pacientes no colaboradores pueden negarse a responder preguntas a pesar de todos los
intentos que se hagan por establecer una alianza y crear una conexión empática y cornpa-
siva. Afirmar tranquila pero firmemente «Me gustaría saber cómo ayudarle, pero no puedo
hacerlo sin que me dé alguna información» puede resultar de ayuda. Debe informarse a los
pacientes de que no se retirarán las medidas de seguridad hasta poder terminar la evalua-
ción y de que no se les permitirá irse en contra del criterio médico. Debe cuestionarscseria-
mente su competencia para rechazar el tratamiento médico.
B. Factores del clínico
Los clínicos pueden experimentar sentimientos y actitudes personales hacia los pacien-
tes con riesgo de suicidio que habría que reconocer y no dejar que interfirieran con el
tratamiento upropiado del enfermo.
l. Los clínicos podrían sentirse angustiados al ser conscientes de que un error de juicio
podría tener consecuencias Iaules.
2. Los clínicos podrían sentir enfado hacia los pacientes con antecedentes de múltiples ges-
tos suiciJa\ 1) 1i.!ciJ lo-, que pl.uiean uulizar métodos triviales, lo que suele dar lugar J
malas evaluaciones .: intervenciones punitivas, Los examinadores enfadados pueden deri-
var impropiamcmc a un paciente con riesgo suicida bajo a un centro psiquiátrico o dar el
alta y enviar a casa a otro con riesgo de suicidio elevado.
3. Algunos clínicos podrían ser propensos a negar la "gral'edad del riesgo y a conspirar
con el paciente o la familia en la postura de que la idcación suicida expresada no es más
que «palabrería» y de que el interno fue «sólo un accidente».
4. Algunos clínicos podrían racionalizar la cuestión '1 elegir creer que el suicidio es «un acto
del libre albedrío» y que los pacientes deberían tener derecho legal y personal a quitarse la
vida.
5. Los clínicos pueden sobreidentificarse con los pacicrucs con que comparten característi-
cas personales. El pensamiento ,(Yo nunca me suicidaría» podría convenirse en el de «Este
paciente nunca se suicidaría», pudiendo pasarse por alto un riesgo elevado. El examinador
podría tratar de asegurarle al paciente que se pondrá bien o de convcncerlc de que no tiene
sentimientos suicidas. El paciente podría verse así incapacitado para expresarse con liber-
tad y quizá no recibiría ni la evaluación ni el tratamiento adecuados.
C. La propia evaluación
Aunque resultan útiles para orientar la evaluación, los factores de riesgo de suicidio de
carácter epidemiológico no son ni sensibles ni específicos para predecir el suicidio; iden-
tifican grupos potenciales -no individuos- de riesgo y poseen elevados índices de falsos
positivos y falsos negativos. En última instancia, el clínico debe basarse en la exploración
detallada y en el juicio clínico. Al tiempo que va descubriendo los sentimientos y pensa-
mientos del paciente, el clínico debe valorar el grado de intención suicida en el momento
actual y tratar de predecir cómo-será en el futuro inmediato. Esta predicción va perdiendo fia-
bilidad con el transcurso del tiempo.

Bibliografía
Adamek, M.E., & Kaplan, M.S. (2000). Caring for depressed and suicida! oldcr pulenu: A SIINCY
of pbysicians and nurse practitioners. lnsemational Ioumal 01 PrychiaJr¡ and MtdJcitu, )(X2),
11l-125.
Bartcls, JJ., Conkley, E., Uxman, T.E., et al. (2002). Suicidal and death ióentificaOon in oIdc:r pi-
1111!)' cm patienu with depressioc, aruiety, and ll-risk alcohol use. ~rican JOIlITk2l o{ c;m. .-
airic PrydaiaJr¡, llX4), 417-427. •
Buun, ItD, &; Wcissba¡, M.P. (1992). Suicide: Risk f~ and prcvalUon in mcdical prxt!cc. .';;'
AMwú Review of MtdiciM, 41, 37-46.
,~
4i.
j ..

Vous aimerez peut-être aussi