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INTEGRANTE:
ROSA SIERRA
BRAYAN VALLESTERO
ELIAS ZULUAGA
LILIBETH ESPITIA
ALEXANDRA CAEZ
GRADO. 11° 01
FEBRE 15 DE 2011
MAGANGUÉ - BOLIVAR
INTRODUCCIÓN
Quiza una de las aplicaciones con más impacto y popularidad entre los internautas
de la llamada Web 2.0, son las redes sociales. La creación de aplicaciones de Web
2.0 en el entorno de las redes sociales ha generado un fenómeno cultural de amplio
alcance y con un número explosivo de usuarios. Por ejemplo, el Internet como medio
de comunicación en sólo cuatro años generó más de 50 millones de usuarios. Las
redes sociales como Facebook pasó de 200 a 250 millones de usuarios registrados
en tan sólo tres meses. Las redes sociales han sido un fenómeno en estos últimos
años, no sólo las utilizan personas, sino también están siendo utilizadas por grandes
corporaciones, organizaciones y compañías para promover sus productos y
servicios, y tener un encuentro más cercano con sus consumidores o adeptos.
OBJETIVO GENERAL
Las redes sociales en Internet han ganado su lugar de una manera vertiginosa
convirtiéndose en promisorios negocios para empresas, artistas, marcas, freenlace y
sobretodo en lugares para encuentros humanos.
Debido al gran potencial que ofrece la Web 2.0 y las redes sociales, numerosas
empresas alrededor del mundo han comenzado utilizar ampliamente aplicaciones
basadas en Web 2.0. Corporativos importantes iniciaron la adquisición de
compañías de Internet con éxito y popularidad entre usuarios, como es el caso de la
compra de YouTube por Google por la cantidad de 1,650 millones de dólares, la
compra de Skype por parte de Ebay por 2,600 millones de dólares. En julio de 2005
el empresario Rupert Murdoch, un magnate de medios de comunicación
tradicionales (News Corp.), pagó 580 millones de dólares por MySpace. En octubre
de 2007 Microsoft adquiere $240 millones de dólares en acciones de Facebook; este
trato valuó a Facebook en $15 mil millones de dólares. En marzo de 2008 American
Online (AOL) pagó $850 millones de dólares por la red social Bebo.com. Estos son
sólo algunos ejemplos de las adquisiciones que se han hecho entorno a empresas
basadas en Web 2.0.
Tanto es la popularidad que está en ascenso de los SRS que la niña mimada por
tantos usuarios, Facebook, tiene como proyecto de convertir su historia en película.
Cada día son más los adolescentes, principalmente, y toda persona que navega en
internet, que se suma a alguna o varias de las tantas redes sociales, pues es común
que un solo usuario esté inscrito en varias de ellas. En cuanto a los usuarios
particulares, hay una gran diversidad de motivos por los cuales usan las SRS. Hay
quienes se registran para hacer un lugar de encuentro para todos aquellos que
pasaron por una escuela que está de cincuentenario, y que sus ex alumnos
esparcidos territorialmente puedan colgar fotos, escribir anécdotas, etc. Otros
usuarios, de perfil profesor, argentino, al preguntarle ¿Por qué te registraste en
redes sociales? responde, me inscribí en facebook y Sónico, y por ahora sólo para
integrarme, pues me parecen sitios para conocer gente, es que te van relacionando
con gente conocida de tus conocidos amigos.
Los peligros de las redes sociales pueden ser varios, los que los padres imaginan y
más temen como que un niño pueda ser seducido por una supuesta amistad que le
ofrece un pedófilo, una chica adolescente que decida conocer a un chico, y resulta
que el tal adolescente tenía ¡veinte años más que ella! Estos, y otros peligros son lo
que los padres tratan de evitar en sus hijos, pero, hay otras miradas al respecto.
Piscitelli Murphy tiene una mirada más profunda y afirma "creo que los peligros son
diversos según el tipo de red social y según la condición y la edad de la persona que
las usa. En líneas generales creo que el peligro más común es el de una
sobreexposicón de la intimidad y el de una excesiva "cosificación" en la forma en la
que me presento (como un producto a ser mostrado). Sin negar todos los aportes
positivos que las redes hacen. En cuanto al sí hay un perfil de usuario más
susceptible a estos peligros que otros, el sociólogo Murphy opina que "Como en
tantas cosas, obviamente que sí. Así como son más víctimas de la moda aquellas
personas que tienen mayores problemas de identidad, en estos casos creo que son
más vulnerables aquellas personas que tengan carencias de personalidad y/o
identidad porque comenzarán a buscar en las redes cosas que las redes no les
pueden dar. Y si ya tenés carencias de origen la cuestión se complica"
Una de las tantas razones por las que MySpace desbancó a Friendster es porque
MySpace les permitió a sus usuarios actualizar en mayor medida sus perfiles. Pero
esto abrió la puerta a que los deliencuentes informáticos pudiesen insertar códigos
maliciosos, así como también ataques convincentes de phishing directamente desde
los perfiles de Myspace. Este tipo de flexibilidades de la mayoría de los SRS los
hace más vulnerables a ataques, los cuales son aprovechados por los
ciberdelincuentes. Otro problema de inseguridad de los SRS es que permiten a
terceras partes la inclusión de aplicaciones para fines de entretenimiento o de
mercadotecnía. Facebook es un claro ejemplo de esto. Estas aplicaciones poseen
ciertos riegos los cuales los usuarios desconocen, ya que tienen un falso sentido de
seguridad de las aplicaciones asociadas al sitio que ellos confían.
Frente a todo este crecimiento constante que vienen teniendo las redes sociales en
los últimos años la pregunta es ¿qué será que sucedará con ellas en el futuro?
Piscitelli Murphy dice que "Es un poco difícil hacer futurología pero sí podría decir
que me parece que las redes más populares están muy influidas por la moda, la idea
de estar siempre comunicados, en una gran red mundial, y con el valor agregado de
ser más visual que textual. Lo que sí se puede es hacer una lectura del
comportamiento de los usuarios de redes sociales y de los internautas en general.
Sus preferencias van variando a medida que se les ofrece más y diferentes
variantes. Y esto tiene que ver con un nueva idea de "estar conectados" no ya sólo
desde la PC, celular y otros dispositivos móviles, como ya está sucediendo con
twitter. Pareciera que la innovación de la web que se viene la 3.0, se basaría en esta
idea de estar siempre comunicados, en una gran red mundial, y con el valor
agregado de ser más visual que textual. Seguramente las redes sociales se irán
modernizando a medida que vayan observando los gustos y preferencias de los
usuarios, cada vez más exigentes, debido a la cada vez más amplia oferta de redes
sociales.
Queda claro que el futuro de las redes sociales no sólo se va a limitar a la
computadora como medio de acceso, hoy en día es posible accesar a un SRS desde
un celular, y algún otro dispositivo móvil que tenga acceso a Internet. Esto da la
posibilidad que el número de usuarios crezca exponencialmente y no se limiten su
uso a un escritorio.
Nuevo milenio, nuevo siglo y nuevas formas de observar y entenderse con el mundo.
Las nuevas generaciones invaden el globo terráqueo con un hambre de
conocimiento, una curiosidad impresionante y acelerada sobre lo que hay en el
mundo y en la vida misma. Por tal motivo, personas como Mark Zuckerberg o Tom
Anderson, jóvenes creativos y emprendedores representantes de los noventas y
primeros años del dos mil, comenzaron grandes proyectos, Facebook y My Space,
respectivamente, pero el propósito no es hablar sobre estos individuos, sino del
efecto que han provocado este tipo de proyectos en la juventud actual.
Muchos de los jóvenes que van a las escuelas en diferentes regiones del mundo no
entienden fácilmente como es que los jóvenes de los años noventa y anteriores,
podían vivir sin Facebook, My Space, Twitter, celulares y tantos avances
tecnológicos actuales. Sobre todo los adolescentes se preguntan ¿cómo se
comunicaban antes los amigos y qué es lo que hacían?
Las respuestas realmente son simples... La comunicación era frente a frente, no
habían aparatos electrónicos de por medio y lo más avanzado en comunicación
antes de Internet era el simple teléfono o la sencilla acción de ir a casa del amigo,
tocar su puerta y a partir de ahí se hacían juegos, grupos de estudio, se compartían
fotografías, se escuchaba música y más. Esas eran las redes sociales, así era la
comunicación y nada más, pero hoy en día las formas han cambiado, las redes
sociales se digitalizaron.
¿Qué joven no está registrado en alguna red social con el objetivo de relacionarse
con sus amigos y compartir con ellos desde ahí? estamos hablando de millones de
usuarios en todo el mundo. En ellas se crean y comparten juegos,
se suben fotografías, se sugieren sitios web, se recomiendan videos, se dialoga por
medio de los servicios de chat, etc.
Lo que si hay que tomar en cuenta, de entrada, es que hay algo que este medio de
comunicación está rompiendo es la relación frente a frente, la interacción física y
mental entre seres humanos en diferentes contextos. Por esto, hoy se podría hablar
de un frente a frente virtual.
Ni duda cabe que las redes sociales son el tema dominante en lo que va del siglo.
Aunque en los servicios que las encapsulan ya han habido varias pérdidas (no
siempre colaterales), se trata también de un elemento de cambio civilizatorio que
recién está comenzando a tomar impulso a caballo de una tecnología que
desmiente, cada día que pasa, el dictamen posmoderno que establecía el colapso
de la idea de progreso.
Da Vinci, Blaise Pascal y Jules Verne predijeron aparatos diversos, Ray Bradbury el
efecto caótico de las alas de mariposa, Frigyes Karinthy los seis grados de
separación. A muchos pensadores se les podría conceder que vislumbraron
máquinas prodigiosas y, con alguna licencia, la propia computación de propósito
general. Pero ni un solo visionario vio venir a las máquinas en red: ni uno solo
(salvo un héroe cultural, Tim Berners-Lee, en el momento justo de concebirlas)
anticipó cosas tales como la Internet o la WWW. Esta impropiedad sistemática de la
predicción es, creo, un buen terreno para articular la muy modesta desmixtificación
que aquí pretendo llevar adelante. La situación actual de las redes sociales será el
pretexto entonces para poner en crisis algunos de los lugares comunes que han
comenzado a circular sobre la historia, el presente y el futuro de la civilización
reticular.
2) Con los primeros estudios de Albert László Barabási sobre las redes complejas
de la Web y la Internet a fines del siglo XX, lo que comenzó siendo el ARS (Análisis
de Redes Sociales) ha puesto en crisis a buena parte del pensamiento sociológico y
a los métodos más consagrados del cálculo estadístico. Lo que se descubrió
entonces es que las redes de la vida real (y en ello se incluye ahora a las RSSO) no
se rigen por la aleatoriedad y la distribución normal sino por una independencia de
escala y una ley de potencia. Las diferencias matemáticas y empíricas entre ambas
especies de idea son abismales y nuestras ciencias recién están comenzando a
lidiar con eso: en las redes complejas ya no hay, digamos, objetos “normales”,
individuos “promedio”, pruebas estadísticas fáciles, regla de tres simple, curvas en
forma de campana, posibilidades de un muestreo “representativo”. Una vez más, las
nuevas pautas no fueron pensadas por los matemáticos actuales, sino por un
sociólogo pionero, Vilfredo Pareto –que en paz descanse finalmente– en honor a
quien han recibido uno de los muchos nombres que hoy ostentan.
5) Las redes sociales (las de primer orden, al menos) no son sólo inteligibles desde
un pensamiento mecanicista o una lógica lineal; la mayor parte de las veces, por el
contrario, manifiestan conductas emergentes que desafían el sentido c omún: el
principio de los pequeños mundos, el número de Dunbar, el umbral de percolación.
No es posible en el espacio que resta explicar todo esto, pero el primero se refiere a
los poquísimos grados de separación que hay entre cualesquiera elementos de una
red, el segundo al límite del número de amigos cabales que puede tener uno
(¿150?) y el tercero al hecho de que los procesos no mutan gradualmente o según el
caso, sino de a saltos y de igual modo en todas partes. Uno se pregunta si las RSSO
concretas están o no sujetas a estos constreñimientos. Tal parece que sí, pero a
medida que las escalas son más amplias más difícil se torna probar cualquier
hipótesis. Hay varios impedimentos para llegar a una conclusión definitiva: si algo se
ha aprendido por el camino duro en estos tiempos, ello es que para nada nos sirven
los modelos de muestreo y proyección monotónica y que el futuro habrá de ser muy
otro que el que entrevemos en nuestro sentido común, el que sugieren los sondeos
de opinión o el que a cada quien le palpita en la punta de la lengua.
6) Algún día, cuando los fuegos se atenúen y se pueda así mirar más lejos, quizá
será posible distinguir entre todas las inflexiones revolucionarias que se han ido
sucediendo a un ritmo cada vez más febril cuál es la que permanecerá distinguida
como un evento clave y cuáles han de fugarse de la memoria. Ahí tal vez se
imponga la subjetividad de cada quien. Como científico, por ejemplo, contar con
procesadores de texto, disponer de infinitos libros (ya no materialmente al alcance
de las manos sino virtualmente al alcance de los dedos), o contar con recursos tales
como enciclopedias que se auto-organizan abiertas a la intervención, o con
buscadores instantáneos en redes gigantes, me parece menos coyuntural, más bello
y más poderoso que organizar un club de amigos en una RSSO o que
Las redes sociales y los teléfonos de última tecnología han cambiado los códigos de
las relaciones de pareja. Hoy en día, una adolescente se entera de que rompió con
su novio porque en su perfil de Facebook ya no dice “en una relación”.
Antes que un beso, las „lolitas‟ permanecen expectantes a que, vía Facebook, su
contacto favorito cambie el estado a “comprometido”.
Los jóvenes de hoy exigen una prueba de amor muy distinta a la de generaciones
pasadas: “Si me quieres de verdad, pones que estás conmigo en Facebook,
Myspace, Badoo, Msn, Twitter y demás”.
Ya no deshojan margaritas para decir: “Me quiere, no me quiere”, sino “me sigue, no
me sigue...” Y entre palabras de amor como „okis‟, „nop‟ y „sip‟ se generan
expectativas con la complicidad de un „nick‟. Los instintos despiertan, ya no en la
sala o la discoteca, sino en la ventana del messenger, el muro del Facebook o la
pantalla del Blackberry.
Este último, más conocido como „BB‟, se ha vuelto un arma letal para los que
pretenden huir de una adolescente intensa, pues ella sabe exactamente a qué hora
leyó él su mensaje, y cuánto tiempo tardó en responder. ¿Apagar el aparato? Ni
pensarlo. Eso equivale a asesinar la relación.
Las parejas modernas, aún estando frente a frente, se envían por el „BB‟ mensajes
que deberían decirse de viva voz. Y el tono de la voz, dice la psicóloga Chiquinquirá
Blandón, “permite seducir, apoyar, acompañar. Si solo usan mensajes de texto no se
fortalece el vínculo afectivo”.
El „BB‟ no es la única adicción de los „teens‟, 68% de ellos usan las redes sociales
para contactarse con amigos, según un estudio de la Fundación Creafutur „Teens
2010‟.
Y las redes son responsables de que la forma de relacionarse con sus pares haya
cambiado. Ya no se enamoran con flores y serenatas, sino con mensajes de texto,
íconos, emails. Hasta allí, todo está bien.
Lo problemático es cuando solo se relacionan así, porque “se quita trascendencia y
profundidad a la relación y se pierden de la posibilidad de vivir plenamente las
emociones. El contacto físico genera el apego, al estimularse la oxitocina. A menos
contacto, menos apego y más vulnerable la relación.
Mónica Villada agradece a las redes sociales haber podido sostener la relación con
su novio que está en Buenos Aires. Si no pueden hablar o conectarse, a través de
sus estados en Facebook él sabe si ella está feliz o triste.
Reconoce que cuando otra mujer le escribe algo, ella se arma un lío en la cabeza,
“peor si lo veo en una foto con otra”. Cuenta que duró 15 días sin saber de él y creyó
que habían terminado. El malentendido se solucionó cuando él subió al Facebook un
mensaje en el que le explicaba la razón de su silencio: la muerte de su abuelita.
Esto solo deja en evidencia la endeble comunicación que existe entre las parejas
que creen que la cantidad de mensajes enviados es directamente proporcional al
amor.
Las inseguridades están a la orden del día en estas relaciones „en-red-adas‟: “¿Por
qué fulanita te escribió eso tal día, en tal fecha y a tal hora?”.
Lo que dicen los estudios
“La obsesión por Facebook está potenciando los celos en situaciones donde antes
no los había”, dice la psicóloga Amy Muise, quien encabezó un estudio publicado por
CyberPsychology & Behavior sobre cómo esta red despierta celos entre los
universitarios. No hace que la gente se torne más celosa de lo que era, pero sí es
detonante de episodios de celos, pues la información que se distribuye no tiene
contexto.
Claro que hay quienes se dan sus mañas para sacar adelante su relación de pareja
y no salir enredados. Estas son su estrategias, para que no lo tomen por sorpresa:
Bloquean la información a personas fuera de su grupo de amigos, borran los
comentarios escritos o recibidos después de leerlos. Crean un perfil alternativo para
sus conquistas y otro serio para sus amigos/pareja.
Dato clave: Según el estudio realizado por la Fundación Creafutur, el 55% de los
„teens‟ tienen perfil online. El 66% dice que a su perfil solo acceden amigos. 48%
visita redes sociales a diario. 70% de mujeres usan Facebook y Myspace, frente al
54% de hombres. 91% dice que usan las redes para estar en contacto con amigos
que ven con frecuencia, 82% con los que ven poco. 72% para hacer planes, 49%
para hacer amigos y 17% para romance.
Desintoxícate
Mientras que entre las estrellas de Hollywood están de moda las dietas de
desintoxicación, ya es frecuente ver cuentas de Twitter cerradas porque quienes
fueron sus usuarios están en proceso de „desintoxicación‟.
No se trata de juzgar el rol que cumplen las redes sociales, sería soberbio no
reconocerle toda la utilidad que cumplen al achicar distancias cuando realmente se
está lejos, pero sí, es bueno saber, que si el amigo está a poca distancia, qué mejor
que pasar por la casa, lugar de trabajo, porque un abrazo, una palabra dicha
mirando a los ojos, no suplanta la mejor red social jamás inventada. En definitiva, sí
a las redes sociales, para achicar distancias y relacionarse con quien está lejos. El
uso de las redes sociales son un excelente recurso para acercar a los que están
lejos,y para repensar en no caer en la trampa de "alejar" a los que están cerca.
Las redes sociales bien aprovechadas pueden servir para crear comunidades donde
sus miembros compartan información de común interés. Pero debido al gran éxito de
las redes sociales y al número de usuarios que congregan, son el foco de atracción
de muchos depredadores que buscan únicamente aprovecharse de usuarios
incautos o inocentes que publican información sensible que es aprovechada por los
delincuentes informáticos.