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28/01/2011

Ámbito Financiero
LA BATALLA (FINAL) ENTRE ECONOMISTAS ORTODOXOS Y HETERODOXOS. La fascinación por l
anzar ajuste fiscal
Por Matías Kulfas
Hoy vivimos una situación paradójica. Los economistas ortodoxos se empecinan en dar
lecciones acerca de cómo administrar el superávit fiscal que ellos mismos no supiero
n conseguir cuando ocuparon posiciones de gobierno o lo hacían economistas afines
a ellos. La situación resulta aún más extrema en el caso de José Luis Espert, quien en p
leno año 2001 pedía reducir el gasto público provincial a la mitad, lo cual lo eleva a
la categoría de bonzo social.
Espert confunde los tantos. La emisión de Lebac por parte del BCRA forma parte de
una política destinada a sostener la paridad cambiaria de modo que contribuya al c
recimiento de los sectores productivos y el empleo. Esta política demostró resultado
s superiores a permitir la apreciación monetaria o la libre fluctuación del tipo de
cambio: fue posible crecer durante ocho años, bajar el desempleo a un dígito y reduc
ir la pobreza.
La emisión de Lebac es independiente de la política fiscal. Cuando Redrado se atrinc
heró en su despacho para oponerse al pago de deuda con reservas ya tenía establecida
su pauta de colocación de Lebac más allá de cuál fuera la opción escogida para afrontar l
os pagos de deuda. Espert confunde stocks y flujos. El costo de dicha emisión, que
según Espert supera el ahorro de intereses de la deuda que quería colocar Redrado,
no es atribuible al flujo de emisión de Lebac del año 2010 sino al stock acumulado d
urante todo el período 2003-2010. Medido correctamente, aunque la comparación no sea
válida, dicho costo es 10 veces inferior al señalado por Espert.
Pasemos al fondo del asunto: la obsesión de Espert por el ajuste fiscal. Su plante
o no sólo es inconsistente, también lo ha llevado repetidas veces a profesar predicc
iones equivocadas. Dos ejemplos. En septiembre de 2009 predijo un desempleo del
14% para fines de 2010 y fue la mitad. Peor aún, en julio de 2007 auguró que el desa
fío del siguiente lustro consistiría en recuperar el crecimiento y financiar el défici
t fiscal (no nos apuremos, aún le queda un año y medio para que tal vez se cumpla su
predicción aunque fuera mínimamente). Pero más grave que pifiar una predicción es errar
en los propios cálculos de la realidad. Dice Espert que debería recuperarse el supe
rávit del 4% del PBI registrado en 2004 porque en la actualidad tenemos déficit del
2%. Espert induce a confusión comparando el resultado primario de 2004 con el supu
esto resultado financiero de 2010. El resultado primario de 2010 fue superávit de
casi el 2% del PBI y aun en el caso en que no quisiera computar las utilidades d
el BCRA (cosa extraña, ¿acaso pertenecen a los exportadores o bancos extranjeros?) e
l resultado no resultaría deficitario.
Cuando se yerra en el diagnóstico y se utilizan herramientas equivocadas difícilment
e se acierte en la predicción. Volvamos al punto de partida. Fines de 2009. ¿Qué alter
nativas existían? Opción Redrado: colocar deuda al 14% en el mercado internacional.
Opción Espert: ajuste fiscal. A la primera ya me referí en mi artículo del 20 de enero
. Con respecto a la segunda, un ajuste fiscal en un contexto de recuperación hubie
se significado ahogar el escenario de alto crecimiento.
Director del Banco Nación; presidente de AEDA.

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