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TRATAMIENTO DE AGUA EN
PILETAS DE NATACIÓN
La alimentación con agua corriente de una pileta necesita disponer de una
fuente de caudal suficiente y de una temperatura agradable, lo que rara vez
sucede en la práctica. En consecuencia, conviene más utilizar, para llenar la
pileta, el agua de la red domiciliaria y conservar la misma durante varios años.
De esta manera se obtienen varias ventajas: la economía de agua, el aumento
natural de la temperatura y el funcionamiento de un circuito cerrado necesario
para tratar el agua. En efecto, las impurezas aportadas por los bañistas y el
medio exterior van modificando las cualidades físico-químicas del agua hasta
hacerla inadecuada para el baño, si no se limita la concentración de dichas
impurezas.
Sistema de recirculación
De las tres operaciones básicas que intervienen en el tratamiento de agua de
una pileta el sistema de recirculación parece ser el más sencillo. Sin embargo,
en la práctica, es el más complejo y el que mayor número de errores suele
aportar en el diseño de una pileta. La filtración y la desinfección se entienden
mejor y las equivocaciones al respecto son más fáciles de perdonar. Un leve
mal cálculo no dura tanto como un error que se haya podido cometer con la
cañería subterránea. Un filtro....es un filtro.....pero un desagote
subdimensionado es para siempre.
Normalmente, la velocidad de recirculación de una pileta se determina con el
volumen de la pileta. Por lo general, se considera suficiente una velocidad de
recirculación que permite que todo el volumen de la pileta pueda ser
recambiado o recirculado a través del sistema una vez cada seis, ocho o doce
horas.
Sin embargo, aún cuando esta forma de determinar la recirculación puede dar
a veces resultados razonables, ignora por completo la razón básica de la
recirculación del agua de la pileta......la remoción de la suciedad y los residuos
del agua. La necesidad de filtrado y desinfección es directamente proporcional
al número de usuarios y a la cantidad de suciedad y residuos presentes en el
agua.
Los sistemas de recirculación de piletas se pueden diseñar en forma mucho
más eficiente en base a la evaluación de otros factores, como ser la relación
volumen de pileta a usuario y la relación volumen a profundidad.
Volumen de pileta
= Relación volumen a usuario
Concurrencia estimada
Volumen de agua
= Relación volumen y profundidad
Área del agua
Skimmer
En castellano: aspirador de superficie, pero, por costumbre, se utiliza el término
inglés “skimmer”. Su función principal es la eliminación, por aspiración
superficial, de partículas flotantes y de la película bacteriana que se forma en la
superficie cuando el agua está reposo.
Se compone esencialmente de una tapa de diseño especial que limita la
aspiración de agua a algunos milímetros de espesor de la superficie y de un
canasto que recoge únicamente las partículas importantes (hojas, etc.).
Es importante señalar que la aspiración de superficie puede efectuarse
también por desborde dentro de una canaleta a lo largo de un borde que debe
ser perfectamente horizontal. Este sistema, de construcción más complicada y,
por lo tanto, más costosa, permite hacer corresponder el nivel de agua al del
solarium o lograr un efecto especial si la perspectiva de la casa así lo permite.
Se gana en estética y en eficiencia de la aspiración superficial.
Desagote
Los desagotes son el conducto de salida para lo que resta del agua de la pileta.
Por razones de seguridad, los desagotes se instalan siempre de a pares a
menos que haya adoptado otra variante para interrumpir la succión en caso de
que algo quede atrapado. Una línea de con válvulas, como en el acaso de un
skimmer que podría quedar cerrado inadvertidamente durante el
funcionamiento durante el funcionamiento, no se considera adecuada, y un
segundo desagote constituye la mejor garantía contra los posibles casos de
que algo quede atrapado, enredado u otros accidentes incluso más serios.
Además de todo esto, la rejilla que tapa el desagote debe brindar un área
abierta suficiente para garantizar que la velocidad del agua que pasa a través
de la rejilla sea inferior a 0,3 m/s. Esta velocidad resulta particularmente crítica
en grandes piletas, donde los elevados caudales podrían llegar a atrapar a un
nadador dentro del desagote. Para determinar la velocidad de agua a través de
la rejilla de desagote, se recomienda utilizar la fórmula:
0,628 x Caudal (en litros por minuto)
= Velocidad (en metros por segundo)
Área abierta de la rejilla (en cm2)
Retorno
El retorno del agua filtrada a la pileta se efectúa a través de orificios ubicados
debajo de la superficie del agua.
Esta es su única función si el retorno es del tipo a rejilla fija.
Si es del tipo a rejilla regulable, el retorno permite modificar la repartición
del caudal de agua que retorna. Se compone de dos rejillas, pudiendo
una de ellas obstruir parcial o totalmente la sección de paso de agua. Si
es del tipo orientable, el retorno genera a su salida una corriente de
agua regulable en velocidad y dirección. La boca de retorno se parece a
una aceituna hueca por donde el agua está obligada a pasar y
orientación se fija atornillando una brida. La velocidad de la corriente
depende, entre otras cosas, de la sección de paso de la boa elegida.
Estas posibilidades hacen que este tipo de retorno encuentre una amplia
utilización.
El retorno se coloca entre 300 mm y 900 mm bajo el nivel de agua. Los
retornos se fabrican normalmente en plástico ABS o en bronce y deben estar
ubicados estratégicamente alrededor de la pileta a fin de desarrollar formas de
flujo adecuadas y con una distancia entre ellos de 0,6 a 1,2 metros para lograr
una buena distribución. Las áreas poco profundas requerirán caudales
proporcionalmente mayores. Un mayor número de retornos de menor presión y
menor velocidad resultan más eficientes y económicas que unas pocas
entradas de alta velocidad y elevado caudal. Estas áreas de uso intensivo
necesitan un mayor régimen de recambio de agua para que puedan
permanecer limpias, por lo que debería introducirse una mayor cantidad de
agua de retorno dentro de las áreas de poca profundidad. Las piletas
extremadamente anchas pueden incluso llegar a necesitar entradas en el fondo
para lograr un flujo adecuado.
El diseño moderno de la pileta incorpora la recirculación de volumen variable.
Estro permite regular el régimen de recambio de la pileta manual o
automáticamente para poder satisfacer demandas variables, lo que se logra
por medio de múltiples bombas o bombas de dos velocidades junto con
sistemas operativos de baja altura. La capacidad de satisfacer con un mismo
equipo elevados requerimientos de recirculación y los correspondientes a un
uso reducido se traduce en ahorros sustanciales en los costros de operación.
Implementación de la pileta
Un lugar al abrigo de los vientos es ideal tanto para el placer de los usuarios
como para limitar las pérdidas caloríficas. El emplazamiento debe ser soleado y
despejado de árboles o arbustos.
Desde el punto de vista del tratamiento de agua, la mejor orientación de una
pileta rectangular y la mejor disposición de los accesorios de aspiración y de
retorno serían:
Los lados cortos perpendiculares al viento dominante del lugar elegido.
El/los skimmer/s sobre el lado corto que enfrenta al viento.
Las bocas de retorno sobre el lado corto opuesto.
La zona de saltos eventual (y por supuesto la cámara de fondo) hacia
los skimmers.
De esta manera, el viento ayuda perfectamente a la corriente de agua a limpiar
la superficie, arrastrando en su misma dirección las partículas que allí se
encuentran; la cámara de fondo drena luego la totalidad de la masa de agua.
Este modelo es, sin embargo, pocas veces realizable, sea porque el viento
sopla alternadamente de direcciones distintas, sea por razones arquitectónicas.
También es necesario, para obtener los resultados descriptos, adaptar este
modelo a las condiciones de cada caso en particular.
Las impurezas
Para lograr una buena comprensión de los tratamientos a efectuar, estimamos
conveniente clasificar las impurezas en dos categorías: solubles e insolubles.
Impurezas solubles
Las impurezas solubles son aportadas por el agua de la red (sales minerales),
los bañistas (orina, sudor) y los distintos productos agregados al agua de la
pileta (desinfectantes, correctores de pH, alguicidas, etc.).
El agua de la pileta, que se evapora continuamente, no arrastra estas
impurezas que quedan en solución y, por consiguiente, se concentran en el
agua. Por ejemplo, el cloro agregado bajo diferentes formas no se va a la
atmósfera, sino que se transforma en cloruros. Cuando la concentración en el
agua de estas impurezas solubles se vuelve excesiva, pueden surgir distintos
inconvenientes:
Depósitos blanquecinos sobre las paredes, provocados por una dureza
excesiva que vuelve al agua poco agradable al contacto con la piel;
Irritación de los ojos debido a la presencia de compuestos formados por
la reacción entre ciertos desinfectantes y los compuestos nitrogenados
de la orina y el sudor;
Impurezas insolubles
Estas impurezas están constituidas por materias muy diversas. Las que son
más livianas que el agua quedan en la superficie, las más densas caen al
fondo, más o menos rápido, según su tamaño. Las materias coloidales muy
pequeñas quedan en suspensión. Este tipo de impurezas no modifica las
propiedades químicas del agua, pero la vuelve turbia. A partir de cierta
concentración, el agua pierde su limpidez, se vuelve turbia y ofrece un aspecto
verdoso.
Las impurezas insolubles provienen del entorno (polvo, granos de polen, restos
vegetales, etc.) y de los usuarios (fibras textiles, pelos, resto de piel muerta,
etc.). Las mismas son eliminadas en forma continua por el paso del agua sobre
el filtro. La filtración es una operación importante que debe ser bien realizada
ya que, aparte del aspecto agradable que ofrece un agua perfectamente limpia,
la calidad del tratamiento de desinfección depende de la presencia de
impurezas en suspensión. Este tratamiento de desinfección tiene como
finalidad destruir partículas vivas tales como bacterias, virus, diversos
parásitos, algas. Si bien la oxidación por medio de desinfectantes de ciertas
impurezas favorece su retención por el filtro, e a este último y nada más que a
él se le asigna la responsabilidad de clarificar el agua.
Filtración
Consiste en hacer pasar el agua a través de un medio poros. El agua pasa por
los intersticios del material filtrante y deja allí las impurezas que contiene en
suspensión. A medida que las partículas can llenando las cavidades del medio
filtrante, el filtro se satura y ofrece cada vez una mayor resistencia al paso del
agua. La pérdida de carga en el filtro va creciendo, la presión corriente arriba
aumenta y el caudal de recirculación disminuye según la curva característica de
las bombas. Cuando la presión alcanza cierto valor prefijado, conviene
proceder a la limpieza o reemplazo del material filtrante.
La velocidad de filtración interviene en la evolución de la pérdida de carga y,
consecuentemente, en la frecuencia de los lavados o de los reemplazos de
material filtrante. La velocidad se expresa en m/h y es igual a:
Filtros de diatomea
El medio filtrante está constituido por fragmentos de caparazones fósiles de
algas microscópicas llamadas diatomeas. La naturaleza porosa del polvo que
se obtiene luego de procesar las diatomeas transforma este material en un
medio adecuado para la filtración. El reducido diámetro de los poros exige
repartir la diatomea en capa delgada para limitar la pérdida de carga que crece
muy rápidamente cuando aumenta la velocidad de pasaje de agua. Es
necesario, entonces, disponer de una gran superficie para que la velocidad de
pasaje de agua no exceda los 3 ó 4 m/h.
Los filtros de diatomea pueden ser de vació o de presión. El filtro de presión se
refiere a que la unidad se encuentra dentro de un recipiente y el agua es
empujada a través del material filtrante. El filtro de vació, se dispone de un
engrilado con tierra diatomea ubicado dentro de un hoyo y el agua se extrae a
través del material filtrante utilizando la gravedad.
En el filtro de presión, la presión que se puede obtener depende simplemente
de lo que pueda producir la bomba disponible. El filtro de vació está limitado a
la presión atmosférica, que es la que actúa como fuerza para extraer el agua a
través de las grillas.
La velocidad de flujo a través de un filtro de diatomea puede ser tan baja como
40 litros por minuto y por metro cuadrado o llegar a 100 litros cuando se la
denomina alimentación tipo cuerpo. Se entiende por tal que se está agregando
tierra diatomea a la misma velocidad con que supuestamente se introduce la
suciedad dentro del sistema. Esta se junta entonces y actúa como medio de
filtración. En estos filtros toda la filtración se efectúa sobre la superficie de la
diatomea, pudiéndose tamizar o detener materiales desde casi 2,5 micrones y
mayores. Los 2,5 micrones representan justamente el tamaño máximo de las
distintas bacterias, tales como Escherichia coli, estafilococos, estreptococos,
salmonella y pseudomonas. La mayoría de estas bacterias son de alrededor
de 2,5 micrones de largo y 0,5 micro de diámetro. De esta manera, el filtro de
diatomea está en condiciones de llevar a cabo una aceptable tarea de limpiar
bacterias con una sola pasada.
Filtros de arena
Los hay de dos tipos: rápido y de alta velocidad. Los filtros rápidos se refieren
al viejo filtro de 120 litros por minuto y o por metro cuadrado, mientras que los
de alta velocidad re refieren al filtro común de 600 a 800 litros por minuto y por
metro cuadrado. En lo que sigue, cuando aparece el término filtro de arena a
secas, nos referiremos al filtro de arena de alta velocidad.
El filtro rápido tiende a actuar como una pantalla, y la mayor parte de las
partículas filtradas terminan en la parte superior del filtro, formando lo que se
denomina una torta de barro.
En el filtro de arena de alta velocidad, cerca de la mitad del material es
capturado en el lecho. Cada vez que se interrumpe ekl funcionamiento del filtro,
una pequeña cantidad de la suciedad de la parte superior bajará por gravedad
dentro del lecho. Análisis llevados a cabo con partículas provenientes del
retrolavado de filtros de arena de alta velocidad, mostraron tamaños inferiores
a una décima de micrón.
El filtro de arena más eficiente es un filtro muy obstruido, puesto que, de esta
forma, al medio filtrante propiamente dicho se le agregan los sólidos atrapados
allí, o sea la suciedad, los que también actúan en la remoción de las partículas.
Un análisis microscópico de lo que captura una arena Nº 20 permite apreciar
que, a través de la misma, pueden pasar partículas de un tamaño de 25 a 28
micrones. Pero lo que ocurre es que en cada lugar que tocan los granos de
arena se producen pequeñas cuñas y aberturas, y la presión de agua lleva las
partículas dentro de estas pequeñas aberturas. Se trata, en consecuencia, de
uno de los mecanismos de captura en un filtro de arena.
Por lo tanto, con una sola pasada a través de un filtro de arena Nº 20 limpio, se
podrá extraer normalmente material hasta alrededor de cinco micrones. Esto
significa casi el doble de los que se obtiene con un filtro de tierra diatomea, que
como ya se mencionó, pule hasta 2,5 micrones. Pero, a medida que el filtro de
arena se ensucia, el grosor de las partículas va disminuyendo, para llegar al
rango de 2 o 3 micrones. Y se han dado casos de remoción de partículas de
hasta una décima de micrón.
Pero para lograr este resultado, se necesita una velocidad de alimentación de
más de 480 litros por minuto por metro cuadrado para poder mover así las
partículas dentro de la arena del filtro de alta velocidad. Si la velocidad de
alimentación es inferior, comienza a actuar como un filtro de superficie. Entre
480 y 200 litros por minuto nos encontramos dentro de una tierra de nadie,
donde el filtro no es ni rápido ni de alta velocidad. En esta situación, no
Filtros de cartucho
Finalmente, están los filtros a cartucho que filtran hasta 20 micrones. Hay filtros
de presión y filtros de vació.
El filtro a cartucho no requiere ningún tipo de retrolavado, y es de un tamaño
extremadamente pequeño y muy poco costoso. Puesto que no requiere
retrolavado, no necesita mucha cañería adicional y no trae ningún tipo de
preocupación acerca de cómo efectuar su limpieza. La limpieza es muy simple:
se saca el cartucho, se lo lava y se lo coloca de vuelta dentro del filtro.
El medio filtrante está constituido por un conjunto de cartuchos realizados en
fibras sintéticas, papel o algodón impregnado en resina. La velocidad de pasaje
de agua en este tipo de filtro es reducida, del orden de los 2 m/h. Según el tipo
de cartucho, la retención de partículas se opera en superficie o en profundidad.
La mayoría de los cartuchos actuales pueden limpiarse mediante cepillado
bajo una corriente de agua, luego de su desmontaje. Como no soportan
lavados frecuentes deber ser reemplazados con regularidad. Este tipo de filtro
suele dar buenos resultados en el tratamiento de pequeñas piletas.
Comparación de filtros
¿Cuán bueno es cada uno de los distintos tipos de filtro? La respuesta es una
sola: cada uno de los filtros, funcionando dentro de sus parámetros de diseño,
efectuará una excelente tarea de tratamiento del agua de una pileta de
natación.
Comparando el filtro de arena con el filtro de tierra diatomea, es casi imposible,
sin un análisis minucioso de laboratorio, diferenciar entre la calidad de agua
producida por cada uno de estos filtros, siempre y cuando ambos estén
funcionando bien.
A causa de algunas restricciones que pueden plantearse en cuanto al
retrolavado, quizás haya una inclinación hacia los filtros de arena. También es
el único filtro que puede ser totalmente automatizado en forma satisfactoria.
La automatización de los filtros de arena, hablamos siempre de filtros de alta
velocidad, utiliza normalmente la variación de presión a través del lecho.
Cuando la caída de presión llega a un cierto punto, un manómetro hace
funcionar una lleve de presión que invierte las válvulas de modo que se inicie el
ciclo de retrolavado. Una vez retrolavado durante un cierto período
preestablecido de tiempo, el proceso se invierte una vez más, y comienza de
vuelta el ciclo de filtración.
Una segunda posibilidad de automatización es agregarle un reloj al filtro de
modo que, en un cierto momento preestablecido, el filtro interrumpa su
funcionamiento normal y se retrolave.
Problemas hay con todos los tipos de filtro. En el caso de los filtros de arena,
fundamentalmente en las zonas desérticas y alcalinas, el problema deriva de
las bolitas de barro. Lo único que se puede hacer en esos casos, es abrir el
filtro, sacar esa porción de arena y reemplazarla, de modo de impedir que esas
bolitas actúen como un mecanismo de bloqueo dentro del filtro.
Elección de la bomba
El cálculo de la pérdida de carga global para el caudal de filtración elegido,
implica considerar y sumar todas las pérdidas de carga parciales de la red. Las
mismas se miden en metros de columna de agua.
1. Pérdidas de carga de las cañerías de succión y de retorno,
incluyendo las pérdidas correspondientes a codos y tés expresadas
en longitud equivalente de caño.
2. Pérdida de carga de la válvula multivía, de la válvula multivía, del
medio poroso y de las tuberías del filtro.
3. Perdidas de carga del sistema de calefacción eventual.
En caso de que el filtro se encuentre por encima de la superficie del agua (no
recomendable), habrá que acondicionar las alturas geométricas
correspondientes a los desniveles, por una parte, entre el filtro y el nivel del
agua, y, por otra, entre la cañería más elevada de la instalación y la bomba.
Pérdidas de carga
Los diámetros de las cañerías quedan determinados por lo valores límites
comúnmente admitidos para las velocidades de escurrimiento del agua: 2 m/s
para la succión, si las cañerías son de plástico.
El gráfico adjunto da el diámetro de las cañerías, en función de caudal y de la
velocidad de escurrimiento, y la correspondiente pérdida de carga por cada 100
m de caño. El diámetro indicado es el diámetro exterior en mm. La pérdida de
carga está dada en metros de columna de agua.
Las pérdidas de carga provenientes de codos y tés se agregan a aquellas de
las cañerías, calculada para estos datos, resulte demasiado importante, habrá
que elegir diámetros superiores que permitan obtener una pérdida de carga
adecuada.
La cañería de succión no debe tener ninguna toma de agua y no debe incluir
ningún tipo elevado, sobre todo por encima del nivel de agua, ya que la
Desinfección
La desinfección es un tratamiento químico del agua cuya finalidad es la de
limitar la proliferación de varios organismos: bacterias. Virus, hongos, algas,
etc., que encuentran en el agua un medio propicio para su desarrollo. A fin de
limitar el tratamiento al agregado al agua de un solo producto, el desinfectante
deberá poseer propiedades bactericidas, alguicidas y oxidantes. La oxidación
de ciertas impurezas aportadas principalmente por los bañistas, es una
necesidad ineludible si lo que se quiere es conservar el agua en condiciones
óptimas.
La actividad desinfectante depende de diferentes factores (pH, concentración,
etc.), que es necesario conocer a fin de poder utilizar los productos en sus
mejores condiciones.
Cloro
Es el procedimiento más antiguo y probablemente aún sea el más utilizado. Se
los usa en piletas familiares como cloro líquido (lavandina) o como cloro sólido
(hipoclorito de calcio, derivados del ácido isocianúrico). Finalmente, el cloro
puede ser obtenido directamente del agua de la pileta mediante un
procedimiento electrolítico.
Cualquiera sea la forma bajo la cual se lo agrega al agua, el cloro participa de
un conjunto de reacciones químicas, dando cloro libre y cloro combinado. El
cloro libre se forma del cloro activo y del cloro potencial. Cuanto más alto es el
pH del agua, tanto mayor es la fracción de cloro bajo la forma potencial. Esta
es la razón por la que es necesario mantener un valor de pH relativamente bajo
y comprendido entre 7 y 7,5.
El cloro está disponible bajo varias formas:
Bromo
El bromo no se utiliza en las piletas familiares en forma líquida por las medidas
de seguridad que es necesario adoptar para su empleo. En cambio, sí
encuentra aplicación con un procedimiento denominado indirecto. Al revés del
cloro, la actividad bactericida del bromo no es afectada por el pH del agua, lo
que permite valores elevados del pH (8,2). Los compuestos que resultas de la
acción del bromo sobre los compuestos nitrogenados emitidos por los bañistas
(orina, sudor) son mucho más inestables que sus homólogos clorados. Eso sí,
hay una menor irritación de los ojos.
Procedimiento “electro-físico”
Los iones de plata y cobre se forman mediante la disolución electrolítica de
ánodos de plata y cobre. La celda de electrólisis, colocada en derivación sobre
el circuito de recirculación, es atravesad por el agua de la pileta a un caudal
determinado. La concentración de iones se regula modificando el valor de la
corriente de electrólisis. La actividad germicida la brinda la plata, mientras el
cobre actúa como alguicida y floculante.
Polímero de hexametileno biguanida
Este polímero (Baquacil) se presenta bajo la forma de un líquido de color
celeste pálido y de olor agradable. No es descompuesto por los rayos solares y
se utiliza, consecuentemente, sin estabilizador.
Ozono
El ozono, un gas muy tóxico, no puede ser transportado por lo que se lo debe
producir en el mismo lugar de utilización. El aire, filtrado y secado, pasa entre
dos electrodos sometidos a una elevada tensión eléctrica alterna. Allí, el
oxígeno del aire se transforma en ozono.
El ozono es un poderoso agente oxidante, lo que le confiere propiedades
químicas y germicidas interesantes para el tratamiento del agua. El ozono
destruye las materias orgánicas sin formación de productos olorosos o
irritantes. También favorece la floculación de materias coloidales, mejorando
así las calidades ópticas del agua. Finalmente, el ozono mata rápidamente
bacterias y virus.
Rayos ultravioletas
Los rayos ultravioletas, emitidos por una batería de lámparas especiales, son
eficaces germicidas. El agua, que debe estar perfectamente filtrada, pasa en
una capa delgada por debajo de las lámparas. Estas últimas deben
reemplazarse luego de 7.500 horas de funcionamiento.
El procedimiento presenta la ventaja de no aportar ningún producto extraño al
agua. La ausencia de un efecto remanente en la pileta puede compensarse por
la adición regular de un producto oxidante (derivado clorado o bromado).