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“Florence Cassez no es Ingrid Bétancourt”

Ouest France, 17 de febrero de 2011


http://international.blogs.ouest-france.fr/archive/2011/02/17/carte-
blanche-a-alain-musset-florence-cassez-n-est-pas-ingri.html

Alain MUSSET.

Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales, Instituto de la Américas, Francia.

Traducción: Elisa Mendoza.

Apoyando de nuevo plenamente a Florence Cassez en el juicio que enfrenta ante


la justicia mexicana, el gobierno francés acaba de dar un duro golpe al « Año de
México en Francia », manifestación que debía poner a la luz la riqueza de una
cultura que no se limita solamente a Frida Khalo y Diego Rivera. Bajo el pretexto
de que los jueces mexicanos no dieron un dictamen conforme a sus expectativas
personales, el presidente de la Republica Francesa declaro que éste año sería
dedicado a la joven francesa detenida en México. Como si fuera necesario
castigar o corregir a un mal estudiante que no respeta los derechos humanos. Me
parece que no se tiene el derecho de insultar de esta manera un país que lleva
acabo una guerra difícil contra el crimen organizado y el trafico de drogas,
alimentado por la creciente demanda de consumidores norteamericanos (por
cierto, los primeros proveedores de armas para los narcotraficantes). Desde el
2006, ésta guerra a provocado más de 30 000 muertos y los mexicanos se sienten
afectados por un clima de inseguridad que rebasa con mucho los estados de la
frontera norte para extenderse en todas las ciudades importantes del país,
particularmente al Distrito Federal donde suelen enfrentarse bandas fuertemente
armadas.

En ese contexto, ¿cómo se pretende dar lecciones universales de democracia ?,


¿cómo se le puede reprochar a un gobierno de no presionar lo suficiente a la
justicia de su país ? Se trata de una muy grave confusión de papeles entre el
poder ejecutivo y el poder judicial. Y cuando una diplomacia torpe se involucra en
el caso, es aún más grave – sobre todo cuando se cree poder resolver un
problema de sociedad poniendo en juego el honor de una nación por medio de
relaciones interpersonales. Ciertamente se puede criticar el funcionamiento de la
justicia y de la policía mexicanas, pero también es necesario interrogarse sobre el
fondo del asunto. Yo no sé si Florence Cassez participó en los secuestros que se
le atribuyen, pero fue bastante imprudente (o bastante ciega) para entrar en
estrecha relación con una banda de mafiosos que vivían de éste sucio negocio, sin
hablar de las actividades anexas (trafico de drogas, robos, violaciones,
extorsiones…) En un país donde las fronteras sociales están sumamente
marcadas y donde la violencia forma parte de la cultura, hay que ser muy ingenuo
para no darse cuenta de que uno se relaciona con maleantes. La ingenuidad no es
un crimen, pero tampoco es una excusa. No hay que confundir las cosas. México
no es Colombia. La justicia mexicana no es el consejo político de las FARC. Y
Florence Cassez no es Ingrid Betancourt.

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