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La legislación universitaria
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Los datos acerca de la cantidad de instituciones de Educación superior y matrícula estudiantil
fueron tomados del documento “Formulación de una política y un plan estratégico para el
financiamiento de la Educación Superior” entregado, a los Sres. Rectores, por el Consejo
Interuniversitario Nacional de junio de 1999. Su autoría es atribuida, por unos, a la Secretaría
de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación y, por otros al Banco Mundial.
Selección de textos para pensar la Universidad. Comisión preparatoria del documento Base de
Discusión sobre la nueva Ley de Educación Superior.
intentara sancionar algún tipo de norma que regulara con fuerza la vida de las
universidades.
Por un lado está la Ley Avellaneda, aprobada en 1885, que rigió, con
interrupciones y modificaciones la vida de las universidades argentinas hasta 1995,
o sea por más de un siglo hasta que fuera derogada durante el actual gobierno
menemista. Esta Ley Avellaneda, insisto, tuvo vigencia durante más de un siglo y
solo fue suspendida durante las etapas de gobiernos de facto, durante las
dictaduras militares, que se iniciaron en 1930. Fue una ley “marco” que se limitó a
regular algunos aspectos de la vida universitaria y dejó librado a las propias
instituciones su organización interna así como su funcionamiento. Estableció pautas
respecto de la integración de los cuerpos de gobierno y mantuvo durante mucho
tiempo la designación de rectores y profesores por el Poder Ejecutivo Nacional.
Contradiciendo la tradición de los golpes militares, al iniciarse la etapa de la
autodenominada Revolución Libertadora a fines de 1955, se firmó el decreto
6403/55 que reorganizó las universidades de acuerdo con los principios de la
Reforma Universitaria de 1918: autonomía de las instituciones, cogobierno por
parte de docentes, estudiantes y graduados, concursos públicos de antecedentes y
oposición para la designación de los docentes, periodicidad en las cátedras.
Intentando responder a las presiones del movimiento estudiantil pero también a las
ejercidas por la Iglesia Católica, definió las condiciones para el desarrollo de la
universidad pública reformista al tiempo que abría la posibilidad de creación de
universidades privadas.
Basándose en el decreto 6403, en 1958, el parlamento aprobó la Ley
Domingorena que generó una situación cualitativamente diferente, al autorizar la
creación y el funcionamiento de universidades privadas.
Veinticinco años después, habiendo pasado por sucesivas intervenciones, en
1983 comienza una etapa de recuperación constitucional en la que se diferencian
dos períodos: 1983 / 1989 y desde 1989 hasta la actualidad.
En 1995, durante el gobierno de Carlos Menem se sancionó la Ley de
Educación Superior Nº24.521/95 (LES) que intenta regular múltiples aspectos de la
vida tanto de lo no universitario cuanto de lo universitario. En realidad no resuelve
los problemas de la educación superior, no resuelve los problemas de la existencia
de dos segmentos cualitativamente diferentes y tampoco resuelve los problemas de
la vinculación entre estos dos tipos de instituciones. Expresión de concepciones
político educacionales de la nueva derecha, limita a autonomía de las
universidades, abre la posibilidad de restringir el ingreso a los estudios de grado y
de establecer el pago de aranceles, entrando en contradicción con el texto de la
Constitución reformada en 1994. Por primera vez se legisla, en una misma norma,
respecto de las universidades públicas y de las privadas. Crea organismos
extrauniversitarios para la evaluación y acreditación de instituciones y carreras.
Sintetizando, en materia de legislación, las universidades argentinas iniciaron el
siglo reguladas por una ley de orientación liberal y lo concluyen cuestionando la
aplicación de una norma neoliberal que incorpora todas las propuestas presentes en
los documentos del Banco Mundial.
diagnóstico ni las propuestas formuladas por los expertos contratados por el Banco
y la discusión no queda saldada hasta el final del gobierno del Dr. Alfonsín.
El gobierno del partido justicialista (julio de 1989-diciembre de 1999) ha
significado la implantación de prácticamente todas las medidas recomendadas por
el Banco Mundial en sus documentos sobre la educación superior en América Latina.
Se reemplaza la preocupación por la democratización interna y externa de
las universidades, por el logro de “eficiencia”, “calidad” y “equidad”. Sin haber
efectuado ningún estudio, ningún diagnóstico que diera cuenta de la realidad que se
vivía en el sistema universitario nacional y desconociendo la historia de nuestras
universidades se adopta una serie de medidas que implican la puesta en vigencia
de un modelo al cual hemos denominado el de “la universidad del neoliberalismo y
del neoconservadurismo”.
Hay dos medidas que creo que deben ser consideradas conjuntamente. Por
un lado el congelamiento de los sueldos de los docentes, de los investigadores y de
los funcionarios de las universidades y, por otro, la duplicación de los sueldos de los
cargos de conducción universitaria (rectores, vicerrectores, secretarios, decanos,
vicedecanos, secretarios de departamento, etc.) en lo que evidentemente significó
crear un estamento de “gerentes” al servicio de las políticas gubernamentales. El
resultado fue la creación de un staff que defiende su espacio, defiende sus ingresos
y no tiene demasiados problemas en implementar las medidas decididas por la
Secretaría de Políticas Universitarias.
Por otra parte se estableció la libre contratación del personal docente –que
incluye la desregulación salarial- por cada universidad, generando grandes
diferencias y desplazamientos de profesores e investigadores desarticulando, en
muchos casos, equipos de trabajo que ya habían adquirido una cierta tradición.
Desde la Secretaría de Políticas Universitarias se institucionalizan premios
para las universidades leales al modelo, aquellas que han aplicado y aplican
restricciones, por ejemplo, para el ingreso de estudiantes.
Ha habido un gran presión sobre las instituciones para que generen formas
alternativas de financiamiento.
Se han creado nuevas carreras, en general carreras cortas vinculadas con
los requerimientos de los empresariados locales, que están estableciendo nuevas
estructuras organizativas y nuevas formas de contratación del personal. Se han
favorecido e impulsado modificaciones curriculares, en la mayor parte de los casos,
con una orientación fuertemente tecnicista.
Selección de textos para pensar la Universidad. Comisión preparatoria del documento Base de
Discusión sobre la nueva Ley de Educación Superior.
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Esta situación dio lugar al reclamo judicial, por parte de varias universidades, respecto de la
inconstitucionalidad de la LES.
Selección de textos para pensar la Universidad. Comisión preparatoria del documento Base de
Discusión sobre la nueva Ley de Educación Superior.