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Lavidaen juego,paraexistir

AAc,le:ctecr2r \+tic DawoLt BBtroN


c \e 5 a o "
C-;rrcpo r\C'Ua( e() Cc)f)
En nuestras sociedades occidentales,
<,\ cnefr c!<., la adolescencia es un momento de ruD_
tura. de metarnorfosis, el comienzo áe
una entrada delicada a una edad adulta
D¿r.r,¿ 1-e bce\on de hombre o de mujer cuyos contornos
siguen siendo poco precisos. ta infancia
se aleja como un paraÍso perdido y un
é .é . TR ,LC e ,?c p:3 empo sin equivocos. Una existencia
nueva se anuncia, con formas aún inde_
Hon'\to r ée o, 0cui11c':'1 clsas, pe¡o esperadas con cierta ansie-
dad. Ese suspenso cargado de intensi_
dacl entre dos etapas de la existencia es
un momento de desprendimiento de los
E5profesorde sociologíaen ló valores infantiles y de acercamiento Dro-
Univers¡dad¡,4órc-Bloch_ gresivo a los rituales y valores -adultos...
Strasbou€Jl. Sobreel tema de lds
conductdsde riesgoen los Es cierto que la juventud no es una
lovenesy de ios deportes sola, es múltiple, a imagen de la pobla_
9(t.emo5, h6 publicddo p¿sslor¡s ción adulta. No hay un arqueüpo adoles
ou nsque(M¿t¿ilié),Condu¡tes¿
risque.Jeux de mott,jeux de v¡e
cente sino sobre todo jóvenes marcacl()s
(PUt,"Quódris€-).También6tó por su pertenencia sexual. su clasr,, r.l
llevdndoa cdbo investigóciones lugar donde viven, sus oriAenes. j()s (lr.
9otüe la antropologí¿del cuerpo: sus padres, su historia pcrson¡rl. l¡r :il
Anthbpolq¡e du corps et
modem¡té(PUF),LAdeu au caps tuación relacionalen Ia r¡trcs(.r.rr.lr.tl
(M¿tdi¡i¿).
T¿mbi¿ñ es etdutorde tran. Ningún joven sc f);lrr,(.r.;rr, r, .¡||l
Du s¡lence(tu\¿ánié)y de Étogede embargo,en l¿rs( ir(.1¡nslit¡t(.lir.,
,,||rl.rl¡,,
ta mdrche(M¿lajtÉ) q u e vi vi r r o s a ( 'l I l i tl ¡ ¡ t( .r tl r . ¡ r rr r r | ¡ ¡r ,,,,¡r rr l l ,,
(llr(. krs irst:rlcjan. La juventud en Occidente es el tiempo del
I i|ri¡lor,i da por la indeterminación real del mur)do que rodca al ¿tdr.¡lcscr.lrlr
rr¡rrllr'n. rrrr ¡rt'ríorlode tanteo propicio para la experimentación de y por la incapacidad del grupo familiar para actuar como l¡'(:no,s(.
l¡s lol|s. ¡Irlir la exploración del mundo circundante, es una bús- prolonga la crisis de la adolescencia, asÍ como se alarga el nrirlgt.n
(lu('(l¡r inllnr¡r tlc sentido y de valores, la búsqueda de las propias
de edad de ese período de la vida, que se convierte más proltrrrrlir
nr¡r¡( i rs. lil (:risisde la adolescenciaseñala tradicionalmente el cho- mente en una crisis de la iuventud.
r¡rrct'rrtrc las potencialidadesy los deseosdeljoven y el camino más uoy en diaÍ?EGlFáñEñ[éJállncultad en el pasaje hacia la ctt¡rrl
('slrccho que la sociedad le propone recolTer. La entrada en la üda
adulta se ve acentuada por la conifusión de los referentes de sentickr
(:s ur) momento de prueba y de renuncia durante el cual el joven y de valores que caracteriza a nuestras sociedades contemporáne¿rs.
lorja su avance titubeante hacia la edad adulta a pesar de la sinuo- esta supervaloración de lo incierto sob¡e lo probable que impidc ir
sidad del camino. [.a noción de "crisis" asociada a la adolescencia menudo poder proyectarse en un futuro p¡efisible y feliz.r Ya na(lic
traduce esencialmente el contraste entre las aspiraciones deljoven sabe muy bien adónde va; la sociedad tiende a convertirse en ur)
y las posibilidades de realización que le ofrece la sociedad en la que sistema de competencia generalizada; es común habla.r de "reciclajc"
vive. pe¡manente o explicar que de ahora en adelante todo asalariado
Si las transformaciones fisicas de la pubertad se real¿an en un tendrá que cambiar varias veces de trabajo a lo largo de su eisten-
contexto relacional en el que eljoven se siente solo, sin interlocutor, cia. La.s fronteras ent¡e lo legal y lo ilegal se diluyen a favor de k¡
si se siente poco querido, insignificante. es probable que viva esta posible y lo imposible. l,a ideologia que privilegia la técnica (lo quc
experiencia de manera dolorosa. L,os referentes de sentido que le es posible debe se¡ elaborado) se impone entonces a modo de con-
brinda una familia en la cual se siente incluido, la presencia afecüva traseña en la vida cotidiana y lo esencial es arreglárselas lo mejor
de los demás a su lado le permiten domina¡ ese momento dificil de posible. Cualquier medio es válido, siempre y cuando uno no se deje
metamorfosis corporal y anuncio de nuevas responsabilidades que atrapar o "tire la esponja". Los cambios tecnológicos y los "imperati- 1-
puede ir aprehendiendo sin una preocupación excesiva. Más que; vos' económicos inducen la realidad de un mundo más inalcanza L
nunca, los padres deben ejercer una función contenedora, de esta-l ble, más amenazador para aquellos que no desean "luchar" cons- i
blecimiento de límites, es decir darle al joven el sentimiento del va-l tantemente para asegurar su derecho a existir. Las fronteras
lor de su existencia y al mismo tiempo asegurarle su presencia sóli- I generacionales desu.pu.i."..r. t s jóvenes se apropiañTéláiiierras
da y afectuosa a su lado. ; ': :
tecnologias con un entusiasmo que contrasta con la relativa indife-
En el momento de la adolescencia, el joven y sus padres renun- rencia de los mayores y éstas les hacen sentir que saben más quc
cian a roles ya perimidos, aun cuando tenian la ventaja de aportar estos últimos, quienes a su vez apenas saben manejarlas. Los ge-
cierta seguridad. El espacio afectivo del grupo familiar se encuentra nios en informáUca a veces son asombrosamente ióvenes. Además.
entonces en plena readaptación, no sin eventuales resistencias por los mayores se esfuerzan a su vez por ofrecer una imagen 'Joven'
ambas partes. [.a situación genera conflictos, ansiedad, depresión, que también trastorna las relaciones generacionales y priva enton
etcétera. El joven gana en autonomiá. Enfrenta el temor relativo del ces a los jóvenes de referentes duraderos y sólidos en su relación
mañana y sus padres hacen el duelo del niño cuya existencia orga- con los demás y con el mundo. Esa promoción mercantil y
nizaron desde el comienzo. En la adolescencia se realiza la gemagógica de la juventud recibe el ñóñ6ié cleoilveñifrérno'l y sc
simbolización del hecho de existir y la entrada activa, como miem- hnpore-ómo uriáiar&rÍstica del ambiente cultural de nuestras
bro integro, en una sociedad donde es posible sentir el gusto de sociedades contemporáneas. Los mayores han desaparecido o rt:
vivir. Pero la sintesis de las diferentes posibilidades pe¡sonales no nunciado a su rol pues también pretenden seguir siendo jóvenes.
cs fácil si eljoven no dispone a su alrededor de interlocutores que él Por otra parte, la desintegración de los sistemas simbólicos y srr
<'onsidere conflables y legítimos y que le permitan escalonar el tiem- precariedad una vez reconstruidos dificultan la transmisión a l¿ts
¡ro de manera deseable y relativamente preüsible y, sobre todo, en- jóvenes generaciones de los valores capaces de fundar cultLlr¿rl y
('ontrar ¿l su lado la seguridad que le falta en ciertos momentos. En
socia-lmente el sentimiento personal de su valor propio como in(livi
('s(' ( ilso. prevalece la confusión. sólo importa gozar del instante, sin
duo. El paso a la edad adulta no se da de manera propicia e in(:u('s
lllrir l)royccciónde si mismo en el tiempo. Es entonces que, favoreci- tionable por el mero hecho de nacer y crecer. Ningún ritu¿rl,nir)grl

2ti

b¡---
puestas o monoparentales. en las cuales la figura l)lt(:rlllr ('slir :ur
,r r'!l(lrn( lr :i()(i¡rl Aarantizanal ioven. en ('s(.nl()Dt(.nlr)(lc su his- sente o es inconsistente (o que no siente afecto por cllos). l,ir crr
lrr l.r rllr' fiu i'xisl(:Itciatiene una sigltilic¿rc
iotI V ltn virlor.Sll liber- cuesta Barométre santéjeunes 1997-f998 realizada en Frau( ill s('
l,rrl r'.,l(,lrrl,ylr no está limitada por iml)er¿rtiv()s s(x iltl(.sriertrosos: bre una muestra bastante amplia revela que la calidad de vÍ<Lr rL'
\,,rrr¡ :ir)rr()suna sociedadde herederos.l,os ( ilnli¡1()s (l(.lit (.xisten los jóvenes generalmente es muy favorable si viven con sus p¿r(lr1s
( l.r v¡ n() ('sliin trazadosde antemano,ya no hiry lri¡tgl¡n nrirñana biológicos (o adoptivos), pero que disminuye en las familirs
.r r:il)l{ir)so l)rometido por alguna ideologia. [.a ini( iirtivil qued¿ren monoparentales o recompuestas.2
||r;uros (lcl joven, Iibre en parte de actuar como Ie part:zr:apuesto Por otra parte, la autonomización del joven, el momento en (lu(
r¡rrI yir ntl está sometdo a ninguna tradición o autorid¿r(|. lis el qlrien se encuentra en una búsqueda intensa de significado y de valores.
ll('n( ([lc encontrar por sÍ mismo una fuente de sentido quc oriente es contemporánea de la "crisis de la mitad de la üda" de la pareja <r
sll vi(l¿r.l,a juventud es entonces un tiempo de descubrinriento y de sus referentes adultos, es decir ese momento de balance, tk'
lllx'rt¿¡d,de formación personal donde todo es posible. Las únicas reelaboración frecuente de los compromisos afectivos y sociales- Fll
irr¡toridadesson las que el propio joven elige, nadie viene a dictarle grupo familiar pasa por una fase de tu¡bulencia incrementada por
su conducta de manera autoritaria. Pero, paralelamente, las opor- el hé¿hó de qué, por iiriméra vez,lbs pácfres yniio tienen respuestas
trrnidades se miden en función de la necesidad interior de disponer para las preguntas ansiosas de su hijo en el umbral de la edacl
tlc una brújula que oriente su camino. La libertad es un valor para \ adulta. Se ha hablado en ese sentido de la renuncia de los padres.
;rquel que poseeio" medios simbólicos !áa-"sJ.la; én el caso con- I la pérdida de comunicación en el momento de la adolescencia, sin
trario, genera miedo. l
comprender la naturaleza de ese contraste entre las referencias
A esa falta de lineamientos orientadores en nuestras sociedades existenciales de los padres y las de la modernidad, a las que justa
se agrega la desintegración de los vinculos familiares, su dispersión mente el hijo debe enfrentarse. La desazón de los padres reside en
geográfica, la reducción en el número de hermanos y hermanas, la la dificultad para pisar firme en un mundo en cambio permarente.
precariedad creciente de la relación matrimonial. La familia nuclear cuyas reglas de juego ya no comprenden del todo. Padres e hijos
se conüerte en la vÍa más importante de socialización de los jóvenes viven en universos de sentido profundamente diferentes. Hoy en
y, como primera instancia contenedora no siempre es suficiente- dÍa. una diferencia de veinte años entre dos individuos es conside
mente sólida, en este contexto de crisis del vinculo social. para fun rable en términos de experiencias personales. Ciertamente, esa di
cÍonar como reguladora de la entrada progresiva en l¿r üda. Las ferencia de edad no es necesariamente negativa; puede ser. por el
patologías de la adolescencia muestran a menudo lhmilias disocia córitrario, futnle de In-tercambios, de confrontaciones, de intensos
das o conflictivas, más pasivas que ¡ealmente activas en cuanto a debates entre étjóvtn'y qüÍeneS Io rodéan. Peio muchos padies
sus condiciones de existencia. La indiferencia o el sentimiento de desorientados ya'no saben cómo enfréntar la situación.
impotencia que üven las familias, la libertad a veces sin lÍmites que .o [,a educación de los hijos se ha convertido en un problema. La
-,
dan a los hüos son acütudes nocivas en la medida en que no permi- crisis de la institución escolar, las formas múltiples de violencia qu(l
ten ningún espacio de intercambio, ninguna constitución de senti- en ella se maniJiestan son un fuerte reflejo de esa dificultad en la
do entre ellas y el joven. El adolescente ya no se construye en una transmisión. A esta constatación se agrega, en el caso de muchos
relación, a veces conflictiva, con'Otro". Ejemplo de ello es Ia auto- jóvenes, la degradación de las condiciones de vida en esas "máqr¡¡
nomÍa en que viven los menores involucrados en hechos policiales, nas para üür", esas ciudades satélite que generan un sentimiento
completamente librados a ellos mismos en la üda cotidiana. la falta de abandono, de desprecio social. Crecer en medio de relaciones rk'
(le comprensión mutua, la separación, el divorcio, Ia violencia fuerza permanentes con el sentimiento de la propia exclusión o Lr
intrafamiliar debilitan al niño en sus recursos de negociación con de los padres, de la propia indignidad con respecto a los der¡rirs
los c'lemásy le impiden encontrar su lugar respecto a los otros. En- (debido al racismo, por ejemplo) radical¿a aún más la desoriculrl
li'cntado ¿rla ausencia de lÍmites, el joven queda atrapado en una ción, alimenta el rechazo a la escuela,la incapacidad de acceclc¡'si¡r
frrgir hacia adelante que a menudo sólo se detiene por el choque obstáculos al estatuto de ciudadano cuando ya se tienen grirrrtk:.'
l¡rrrt¿rlcon el mundo. Coincidentemente, las conductas de riesgo dificultades para existir como sujeto. Cuanto más urgentcs y s( r iir:l
n |l r('slriln ¿r¿rclolcs<:entes o jóvenes pertenecientesa familias recom- son las preguntas de losjóvenes, menos preparado est¿i¡:l ( ¡rl(,tnr,
l 'rr ( lr r nl( ) ir lil s o c i e d a d (y e n p a tti c rrl l rr Ios ¡l rl rl i cos), ¡xtrcr:e u¡1o.l)or un carTlinodesviado y pellgroso. va asÍ en busca de u¡r¡r
r".1 .Í , , 1(lnl) r ( l) os t o l g a n d o p a ra m á s trtrrl r' l :t Irrr:,r¡rrt.rIrr rl r.s()l rrci r> - Icgitimidad personal. I,as conductas cle riesgo son acciones clesa
l l r", l . r , ( lr t ( ( l iov c n y a n o e n c u e n tr¿ l (' n s r¡ ( i tsl t l ti t r,t i { l i l (.i on rrolladas por eljoven, solo o con otros, quc ponen su vida en peligr<
l ),rr.r ( \ is lir ' . l¿ rt : c r t e z a i n te ri o r c l e q l l c s l t v i (l i t l i ( nt. nrr r,:rl rrry t¡trt. físico o moral. A pesar de los esfuerzos de la sociedad para prevenir
l l r'tt( ¡ t t t lt t t ¡ it t c t l c l mu n d o -. l o v a a l > tts c l t¡ r.t¡ rrl l o I:rrl o r l r. r¡r: rr ¡t .r i r las, tienden a multiplicarse. Adoptan formas variadas y obedecen,
rh :¡r¡tt k ¡ t ¡ r c l¿yt c lilÍc i l . [,a s c o n d u c t¿ rs (l (. l i (.s t() :]( i t¡¡;ti l tl n r.¡r l l n por ejemplo, a moüvaciones inconscientes cuando el dermmbamiento
.,r'| || i ¡¡ li(r r t ( ) c onlLr s o d é ü a -i a m i e n to (l (' l s (.r' .( l ( sr¡l r i rrri r' ¡tl o rl i frrso. del sentido vivido por el joven, el sentimiento de la inutilidad de slr
l ,l r i ttt( ' t r c ión no es m o ri r (s a l v o ra ra s (\r' ( l x i()ncs. {l nr' nr' rl sl )orl vida, de que no puede esperar más nada de los demás. etcétera, se
rl r'¡r t'¡ r lonc es a c on d u c ta s d e ri e s g o ), s i n o IX)n(.t tr ¡r| ur,l rr rrrrr rl t' resuelven en un accionar que descarga la tensión proveniente de la
l ( ¡!n i ¡[ t oión per s on a l , s a b o re a r u n a i n tc n s i (li l (l (l ( s(.r' .( (]rnl )¡| | l i r imposibilidad de pensar el hecho. Los psicoanalistas lo denominan
l l g o t or t los dem ás e n u n m o m e n to d e p o d c r sl l l )r' ( nl r,. l x ¡r) l ¡t¡¡l pasaje a la acción. Eljoven sacó una malanota en una materia que
l,i( ¡t lraducir un grito, un sufrimiento, a veces trxLr cso nrr'¿¡ l¡rrlo t'¡r habia preparado bien, se entera de que su noüa sale con otro o que
rrrr:rIrús queda que a v e c e s s ó l o e n c u e n tra s r-lsi g¡l i l i ( ¡r(l ()( (,n l )ost(' - sus padres finalmente se van a separar. Reacciona con una conduc-
lir¡ri<lacl al hecho. Más allá de las conductas dc ri( r.iA( ) r':rlirlogirrlirs ta inmediata que se asemeja a un grito: se tira por Ia ventana, toma
tr¡¡rrr¡ tales en el ár e a d e l a s a l u d p ú b l i c a , e l 15. l (L rl r' l os i ovr' ¡rr.s pastillas del botiquÍn de la casa, bebe con amigos antes de subirse
rlccl¿rr¿rnhaber hecho algo arriesgado, según ellos, ¡x rr' ¡rl;rcr.r'ocorrro al auto y manejar a toda velocidad... "No sé qué me pasó, fue de
<lt'sirlio en los últimos doce meses. lá proporciórr <lc r,:rrorrt s r lr rpli golpe. Estaba harta", dice una adolescente de dieciséis años des
cir a la de las niñas.3 l-as conductas de riesgo se cli|i.¡r.¡lci¡r¡l toI¿rl' pués de habe¡ tomado pastillas porque habÍa 'escuchado que daba
nrt:ntc de la voluntad de morir, no son formas inhábilcs (l( sui( i(lio. resultado y que no hacÍa daño".
sino desvíos simLólipo:¡p3¡q_1-ss@del vilór dc sr! (:xistcn(:iil y I-os intentos de suicidio son considerablemente más numerosos
rrlcjar en la medida de lo posible el temor a la propi¿r insigrrilicancia que los suicidios propiamente dichos. Revelan que el deseo de morir
lrt:rsonal. Son ritos íntimos de elaboración de senticlo.l no es lo principal y que se trata más qrié nada de decir con el cuerp()
Ia imposibilidád provisoria de existir. Mucfios jóvlnes ée plantean
con regularidád la idea del suicidio sin necesariamente pasar al acto.
Elluegode la muerte Es una manera simbólica de dominar los trastornos personales.
MLrchasconductas percibidas como de riesgo por losjóvenes res- Los jóvenes que üven con sus padres biológicos (9.47o)piensan t:rr
¡xrnrlt:nen realidad a trasgresionesmÍnimas: andar en ómnibLls sin suicidarse con menor frecuencia que los que provienen de famili¿rs
l)irg¿rr.manejar sin libreta, provocar a la policía o arriesgarse erha- monoparentales (12,9%) o recompuestas (16,7o/o), según Barom¿¡ft'
<t,rsc llevar por ésta, robar en el supermercado o mentirle a los santé jeunes. Esas ideas de suicidio están est¡echamente vinculil
das al sentimiento de no ser comDrendido ni estirnadlóoiél enl,,r
l)ir(lrcs, imitar su firma en documentos solicitados por el liceo. fu-
rr¡rr cn el cuarto, etcétera. Son más bien conductas de prueba y no no. Entre los jóvenes afectados, muchóa hán siclo üctimas ¿e ui,,
rr('(\)s¿rriamente se repiten. Manifiestan una exploración en princi- lencia fisica o de relaciones sexuales no deseadas. o carecen o( r
sentimiento intimo de su valor personal. A sus vidas les Íálta rrl¡¡r
l)i() lriclic¿rdel mundo cotidiano. Esos comportamientos, si bien a
v('( (.s ticnen consecuencias considerables, no revelan aún la que las apuntale: entre la vida y la muerte no hay nad¿rc¡rrt:rlt'r'irlrr
r:ulici rlirlacl cle las conductas de riesgo; son intentos de a favor de una u otra. "QuerÍa üvir, por eso debía nlorir- . (l( r'!;l
ilulr)norrrizaciónrcspecto a los padres, una búsqueda de sensacio- Nietzsche.
n( s, unr nr¿rncracomún para los jóvenes de probar su margen de l,as conductas de riesgo también obedecen a unil il( l() rlr'lilx t.r
rrrrrrir¡lllircrr la sr¡cieclad. do, meditado en su forma aunqlle no en sus ( (¡ns({ u( rrcr;rs.N:¡, rr
l,rrs cr¡rrrlrrctits(lc riesgo de las jóvenes generaciones,tal como entoncesde un sentimientode ser "especial. (lc nr) ('slrr :rlrr¡r,rrll
..r¡¡rrlr'lirritl:rs
l)ot' las institucionesde salud pública, derivan del en la misma contingencia que los demás. (l(' s( r' it r(l( :il r u( l ll rl{ : "
.,| || t |¡t | |(' | || () y rk lrr rk'svinculación social: son intentos por simboli- trata entoncesde un desafio¡rt:rst>nitl (lu( l)r'()v(x,ruu |¡rt||||r't||r, r||
z.rr',l lrr¡1:rr (!( nlr'()(l(l()(()lcctivo,por insertarseen cl mundo. C¿rcla intcnsi(laclde sery gelter¿rlu(:{()( lr.;(¡lIir||¡(rr|('(L l l,r',1,1',
v,rl|'r rlr I
l||l'lrlrl r 0r,rlr. llrn(. (.¡l .iuego un narcisismo que permite auto- vr'¡rt's:circular en moto sin casco. ¡t<tl t:jemplo, o colars(: r¿il)i(lil
rr ( r)rr¡lrulr:¡.. ArrrllrIcn moto sin detenerseen los semáforosni en ur( ntc entre los autos, cruzar con el st:lnáfbro en rojo respon(l(.n
|(¡:;¡rrrlch:.rL.l'¡rlr."ir la distanciaadecuada,juga.rcarTeraso apues- r¡r¡isbien a una afirmación personal de (lcstreza, un sentimient()(l(,
lrs corr Lrs ¡uniAos l)or las calles de la ciudad en autos robados, nr¡ripotenciacomun en un ioven a ouien no se le ocurre oue a cl lt
. --.-.-:--_--
l)rov(x irr ir Ll ln)lici¿r.quemar un auto o simplemente manejar a l) coa rocar un accrdente o la muerte. t, Juego con Ia muertc s(
glirrr vt:lot:i<lircl para demostrar su habilidad. desmentidaJustamen- l)¿rsaentonaes en ot¡o móüles; s-einscribe en la ambivalencia pc¡ ()
t(' l)or cse imperativo de tener que demostrar constantemente que también en la ignorancia. Correr el riesgo cle máñ1Eñe¡-ie-lFcion.,s
se está a la altura de las circunstancias. Un ejemplo: en abril de sexuales sin protección tiene que ver con cl sentimiento de ser nrt:
20O0, en Estrasburgo, a raiz de una apuesta con unos amigos que nos mlnerable que los demás, de poseer una calidad de intuición
lo estaban mirando desde un puente y por imitar a otro que lo habia capaz de "sentir" el peligro o incluso de ser "demasiado joven" par¿r
hecho el dia anterior, un joven de quince años se largó a cruz¿rr contagiarse. También está relacionado con el rechazo a confiar en
corriendo una autopista. Varios autos se lo llevaron por delante y los adultos o en un discurso establecido. el de los-méZllcos, eñTér
terminó con heridas graves. @nte está ligado a las circuns-
I-os accidentes automovilísücos o de bi-rodados constituyen una tancias del encuentro: el miedo al ridiculo, el temor de poner err
de las causas más importantes de mortalidad o morbilidad entre los duda la confianza en el otro inherente a la situación. la dificultad de
jóvenes de entre quince y veinticuatro anos, sobre todo entre los romper el encanto por una preocupación que en ese momento pare
varones y si previamente consumieron alcohol. El auto es, a varios ce muy mezquina. Hay asimismo un rechazo al preservativo, quc
niveles, un instrumento clave de las conductas de riesgo. SÍmbolo disminuye el placer o crea un obstáculo para la fusión amorosa.
de la sociedad de consumo, objeto lulnerable instalado en el espa- Otro elemento que entra enjuego es la fantasÍa de que sólo algunas
cio público, expuesto a ser robado o destruido, muchas veces perte- prácticas son peligrosas y que alcanza, por ejemplo, con evita¡ la
neciente a otro contra quien se desea venganza, muchos autos son penetración (o que ésta sea parcial) o la eyaculación en el cuerpo del
quemados esporádicamente o, de manera más organizada, cuando o la compañera para estar protegido. Otros jóvenes se creen capa-
se producen motines urbanos. Otlos son robados y destruidos des- ces de evaluar sólo con la mirada o a partir de la reputación" de su
pués de disturbios que se desarrollan a menudo en el recinto de la compañero/a su "peligrosidad" potencial. sin dudar nunca de si
ciudad satélite. El auto le confiere al joven una identidad profética, mismos, por otra parte. Las encuestas del Institut National de la
cs rr¡rr litt.ltlt. (l(' (\)rnl)ensil(i(in r¡rrt'kr i llllorizit a ¿t<:<:eder a otra Santé et de la Recherche Médicale (INSERMI(1994) o de la Agencr:
v('r'si()¡r (l('sr ntisr¡to,l)iltit l¡t(.i(,r() I)ltril lx:()r.l,a ol)tención de la Nationale de Recherche sur le Sida (ANRS)(1994) muestran qLreLrn
lll¡rr'l¡rrk con¡lr¡r'l¡r.r,vlvirl¡r( r)ntotrn t ito (l(.l)itsilj(.qucda la sensa- porcentaje considerable dejóvenes de entre once y diecinueve año:t
r'lotr rlr' t ¡¡¡ ( ¡uul,|r) r l. vlrlrr. l,i¡r : rlgrrrros <'trsos
sc ( onvierteen Ínstru- que ma¡tienen relaciones sexuales no usan preservativo.s
rrr'nlo.rl! r'rilvorlrl¡kLr¡rl l¡rrxkrrk'tt¡tr<lur:irylavelocidadadoptada. Por otra parte, un 7.8o/ode los jóvenes declaran haber sido gol
l',1l vr.rrlk,vrrr.l rrs¡rrlr.l¡rrrlolr¡rstasus limites técnicos,mayormen- peados o heridos fÍsicamente en los últimos doce meses. La viole¡r
lr' .,1r':, r ol¡:ulr¡y rro k' ¡llt:ocupan las consecuencias;lo usa a veces cia hacia los demás involucra al 8olode los jóvenes entre doc(: v
lrrr,l.r (l(.sl rlrl{¡ t:rr un:r búsqueda de sÍ mismo, un enfrentamiento diecinueve años. Cerca de un joven cada ocho declara haber conrt'
lorr cl l¡rrrilr:.l,a velocidad es otra fuente de experimentación de si tido un acto violento contra alguien. con una neta predominiul( l.r
rllsnrr¡. r k. oonsecuenciaslamentables. El joven explora sus habili- masculina. El problema crucial es el de los limites, es decir (l('l s( rl
rl¡r<lr.s a través de la velocidad, pero a veces lo paga caro, hasta con tido compartido que permite existir y situarsc como actor (lc¡tlro (l{.1
su vida y la de sus acompañantes. De modo general, por aproxima- colectivo. La falla en la contención por part(: cle much¿rs lirurili¡rs
damente cada cinco jóvenes, uno [2lolo) declara haber sido víctima disociadas, conflictivas o cuya tigura p¿ltornirestá ausentc () (,illr'r.r'
de al menos un accidente (doméstico, deporuvo, de tránsito, duran- de autoridad, lleva a los huos a privilegi¿rrl¿r( Lrltrrraclc I¿rt.irllr.r'r¡ r.l
te algún entretenimiento) a lo largo de los doce últÍmos meses, sien- contacto con sus pares y en detrimento (lc r¡¡r sentido dt. l¡r ¡rrr.rlirl¡r
do 90O.000 los varones y 50O.0OOlas mujeres. y del reconocimiento del otro. En la cultrrr;r rlt' l¿rr:allt..Lr rrgr.srrr
Algunas conductas no son percibidas como de riesgo por los jó- dacty la fuerza son lo primero, el deseopart r.c no lcn('r'¡rrlit(.r,v \.r

32
;rso(ir(l()irl s('t) lirrticntode poclctt¡ttcrlrrl,r l¡ ¡lcu( tt( lr ir uu Arupo. l¡r entrada en cierto número de r.onrlt¡ctasde riesgo (drog:irlir.
l¡r l)r1's(lr( i¿rtk: los <lcmás.Éstn ¡rrovrx:rrur¡rlr'l;rcir¡rr rL lrrt'r'zaper ( i(l¡r, delincuencia, etcétera) much¿rs vcocs se asocia al poder rlt,
|l¡ir cnlc nr¿iscl uc Llna relación rk st rrlirIr, lrr vlolr'¡r|i¡ () I¡r intimi- ¡tlracción de un grupo de pares que las valoriza y disipa las últinr¿rs
rLr cir¡rrnr¿is(luc cl intercambioy <rrrct (l( irllllrr( nl(,:i. l,:l lllcnor du(las, atribuyéndoles una legitimidad nruy superior a la que pr-o
rt'¡rroche es vivido dramátic¿r¡rrt'rrt('!' ¡( rt( ¡;r ( ()ls( ( lr( ncias vicne de la sociedad (o de la familia). A veces está liAada a un mo
<lt:sproporcionadas respectoal objcto oriei!rirri()tk l ¡rrrrlrlcrrrir (una mento intenso, a la presencia de los denrás o a la imr-posibilidad clc
nl¿rlanota, una observaciónanodina, ct(:(rtfrill.Lk vir rrrlt'rruis:r vivir negarse sin perder la estima de los otros. 'Somos todos iguales en la
cn un desafiopermanente, a querer mostrar r:o¡rsl¡rnlcr¡rt rrlr'li-ente barra. Nos lajugamos cuando estamos cn barra. pero ciando esta
¡r los otros que se está a la altura de ellos. La (lcnr()slrir(i(;¡l (l(: fi¡er mos solos, empezamos a tranquilizarnos. En realidad, tenemos A¿r
za prima sobre los recursos del lenguaje, de los rlrrt:rri si(luiura se nas de provocar, de mostrarnos", dice tJrahim, dieciséis años. Apa
ccha mano: la palabra es descalificadao desprecia(kr(l(:cntrixla. El recen nuevas formas de delincuencia centradas no tanto en el robo
indiüduo no tolera ningún límite, ninguna ley, pero sin cmbargo sino en el desafio a la autoridad y la exposición: safaris urbanos en
vive en un mundo de inseguridad interior, constantemente en as auto, robos, extorsiones a comerciantes, retención de obietos rob¿r-
cuas, pronto a estallar frente a la más mÍnima palabra. quedando dos, incendios de autos, de propiedades públicas. enfreñtamientos
completamente sometido a las actitudes del mundo exterior con é1. con la policÍa o los guardias de seguridad, motines urbanos, sa,
Al igual que en las otras conductas, la violencia es unjuego con queos de tiendas, ataques a los ómnibus con piedras, agresiones.
los lÍmites. una manera de chocar con el mundo ante la falta de un multiplicación de la violencia en los encuentros deportivos...
muro de contención donde apoyarse y encontrar la distancia propi El modelo racional de evaluación de los riesgos es una ficción
cia pa¡a el vínculo social- Viür "en el limite" se impone desde el tranquilizadora, alejada de la relación afectiva óon el hecho, ctrrt:
momento en que la sociedad ya no le brinda al individuo el tejido de pone de relieve más bien un ideal particular de conducta: preocupa
sentido que establecia entre el mundo y él una distancia donde po ción por el ahorro, por la prevención, miedo de la incertidumbre... v
dÍa encontrar su lugar. La falta de sentido y de valor se resuelve en desconoce,por lo tanto, los datos antropológicosdel asunto. La cor)
el cuerpo a cuerpo a la vez real y simbólico, la frontalidad en Ia ciencia del peligro no alcanza para desarmar la atracción que si(:n
relación con el mundo en busca de una instancia que lo contenga. ten los jóvenes por tal o cual conducta. I)or el contrario, a v(..ccs(,s
Alli donde un disenso con otro podria haber originado una conver- Llna incitación a poner a prueba las propias posibilidades. los l)r()
sación, una puesta a punto, aparece inmediatamente la agresivi- pios lÍmites. La preocupación por la salud o la preservación rlt. sr
dad. provocando muchas veces el estupor de las victimas. El con- Ilrismo no es un motivo de interés para el adolescente;al resl)c(.1(),
ductor que recuerda que no se puede fumar en el ómnibus en segui- los jóvenes tienen la esperanza de poder disponer de recursos ¡rr
da se convierte en blanco de agresiones, sin posibilidad de diálogo. irgot¿rbles de vitalidad y salud. En la existenciareal, priman si(rr¡rl)¡r.
Insultos, amenazas, escupidas, humillaciones, actitudes demostra- llt ¡tlcctividad y el imaginario y se conforman con una racion¿rljr l;rrI
tivas o desafiantes, esos comportamientos hoy denominados rt:krrr ul¿rdasegún las circunstancias. A veces.la respueslir inirlx.
"incivilizados" se !.uelven relativamente comunes en respuesta a una Lrlrlt:: 'Y¿rkr sé, pero igual" deshace cualquier argumento. Arlvcr.lirlr¡
hostilidad real pero a menudo también supuesta. (l('l l)oligro(lue corrc, cl individuo persistccn su condu(:t:r.iurr(¡u(.
Además, las conductas de riesgo difieren en varones y mucha ll t('Aosc ( ucstio¡rc altf¡ustiado sobre stt a(:titll(1.,
r:has: en los varones, se exteriorizan más, son más radicales en su ()lr'os i(ivcr)csvivc¡l t (:¡trcn
t c tr¡tir (xisl(.¡l(.i:rsr)t,¡r.(.1
J)crnrancll
puesta en juego de la integridad fÍsica y de la trasgresión: violencia, lilo rlr' lir rrirvirjir,lrlir.llr<kts¡tor lo r¡rrt.Irr,¡rrostk rrr¡rrri¡rrrrIo,I.r
¡r.rlr
türiedad. drogas, delincuencia, accidentes de auto o de bi-rodado... ( l ¡ t . I,l l j u ( A( ) ( o n l i ! tn u ( .r l ( ' r r l ) ( 's l i r u l ( ) l l ¡ r i n l ( .l l l ( , tL . r .r l r r r o r r r l ,.
I;rs muchachas a menudo usan psicofármacos, son víctimas de tras- 'n t ¡ l i ( l ( , si n ( ) t¡ u i tII¡ ¡ tIr |o tr Ir r k l ¡ t l r l .l l t. tttl r < o ¡ ¡ r l r t¡ .l r r r l r . r r r .:,1 r r ¡ r o r
l()rnos alimenticios, depresiones,intentos de suicidio... Somatizan r l r 'l c r 'l o ¡ l l ;l s,( l l ¡ ( l x) t l l t¡ i t ( .r l ( .t i ( ) r 'i z:t( .i ( ) l l ( s¡ ) ( 1 .l i l ( .l l ¡ r ¡ l 'l l l r ,,,l ,,r r .¡ r r ..,
¡ trr:ho más- Sus conductas de riesgo están más interiorizadas. son . r r t ( l i t tt v¡ r l 1 ¡ t ( l ( ,. r x tt¡ Ir r r r l o vi vi ( n ( l ;l s i l cq :r l r ¡ tr ,tr l r .. :i u tl t( ,||( l o ,. L t¡ l .l
nr(:¡loscspectacrrlaresy, al causarle menos problemas a las institu r I r ' . r t tr 'Ir r Ir ': l ) r 1 ) vi ( l ( r I r .l sl l n i ty( ) t t:t t l r ' l ¡ r r ttr l t;r .. r .¡¡ r | ¡ .,1 ..r .¡ ¡ ,r ., ¡ l r r ,
( ¡()rr( s. r( sultan ¡nenosanalizadasDor Darte de las ciencias s<tciales. t t t ¡ ¡ r ': r '.1 t|l l ( ¡ r ) tl ( l t|( .r .\i .i l ¡ i t¡ ¡ ( .r ¡ t¡ ti , ,,||l r '1 r ,.,: ,r l l t|r r r ¡ r l r , ,.¡ ||r \ t, tr

: l. l
(l('viole¡.rcia f'amiliar, de abuso sexual, vacios del afecto de aquellos
gra el desequilibrio deseado abandonando aquello que lo mantt'rr:t
r¡trt: lbrmaban su entorno más próximo. no encaran sus vidas como sólidamente atado al suelo. Confundir los referentes y crear un <k s
(:xistencias dignas de valor, y siguen üviendo por defecto entre los
orden proüsorio en las coordenadas que permiten orientarse elt lir
tntersticios de lo social. En una suerte de caÍda interminable van de üda coudiana para poder "reventar de placer", expresión que expli( ilr r
una vivienda ocupada ilegalmente a otra, sin más perspectiva que el el deseo de "soltarse". Para ello primero es necesario hacer desa¡rr
instante que üven, conjurando el sentimiento de su insignificancia recer la identidad personal concebida en términos restrictivos y st t
bajo un discurso de reiündicación de su estado que no resulta muy perarla en una suerte de fractura interna.
convincente. Llenan el vacio consumiendo sustancias tódcas en En sus formas lúdicas, la puesta en peligro de uno mismo ( s
grandes cantidades, sin siquiera tratar de "colgarse" o buscar sen-
minima y está controlada en principio por la técnica adquirida. Lt
saciones: lo que buscan es más bien la ausencia, el coma.7 Una apütud para evaluar los peligros. Pero en su franja más radical, es
conducta de riesgo no es sólo la búsqueda de una simple intensidad decir en las conductas de riesgo de losjóvenes, la fascinación por cl
de ser, o de un desalio para imponerse en un mundo problemático. vértigo es unjuego con la vida cuya intensidad se Paga a veces cotl
A veces nace de la indiferencta cuando el repliegue fuera de la exis- una caida, un accidente, un choque o una sobredosis. El aspe<:to
tencla se agudiza y ya no cuenta para nada el gusto por la üda. El potencialmente mortifero de la búsqueda no es completamente dcs
valor qqe lg damos a nuestra propia persona se confunde con la conocido: "reventar de placer" también es explotar, estallar en peda
monotonÍa de una vida cotidiana sin horizontes o signada por el zos, rasgar el envoltorio. Y cuando se trata del abuso de alcohol t¡
dolor: la indife¡encia hacia uno mismo provoca entonces la exposi- drogas como el éxtasis. esta expresión se repite de modo lancinart
ción a un peligro que ya no es percibido como tal debido al hastÍo. El te. Búsqueda de enajenación, de vértigo, de olvido de sÍ mismo crr
riesgo reside entonces en la gravedad de una acción, forma paÍe formas más o menos controladas de trance. La velocidad en la c¿t
del camino, y si al final se eütan las amenazas, es con la misma rretera provoca esa misma fantasía de omnipotencla. [,a sensaci(irl
actitud indiferente. Forma inconsciente de una voluntad no tanto de vértigo, de salto en el vacio, impregna también la psicologÍa (lcl
de morir sino de no estar. fugador desprendido por un momento de la seguridad de sus vic¡r's
referentes y librado al azar de la carretera en una suerte de c¿rirl¡r
delvértigo
Posiones hacia el horizonte: sensación que también está presente en la deli¡r
cuencia o los motines u¡banos, donde la trasgresión genera el goz()
El vértigo. el salto en el vacío, es una constante en las conductas del enftentamiento, la intensidad de ser, al igual que las accit.¡ttt's
de riesgo de losjóvenes. La temática del vacÍo obsesiona a nuestras puntuales como andar en moto sin detenerse ante ninguna señ¿rl(l('
sociedades. l,os psicoterapeutas explican hasta qué punto los tras- "Pare", ningún semáforo, en busca de sensaciones fuertes.
tornos del narclsismo también dominan a sus pacientes: sentimiento La anorexia es un juego ejempla¡ con el vértigo. Es una htt lt¡t
de insignificancia, de vacÍo, de no existir en la mirada de los otros, salvaje contra el hambre. l¿. adolescente se niega a que ésta lt: tlit lr'
etcétera. El camino ya no está señalizado por significados y valores, el comportamiento a seguir: quiere ejercer un qontrol absoltt(o st¡
en otros términos, el suelo se hunde bajo sus pies. De alli ese senti- bre su cuerpo, percibido como amenazador en sus cambios fisiol¡t
miento de vérttgo, de caida, de pérdida de toda contención. Sin em- gicos o morfológicos relacionadoscon la pubertad: el tlt-'sitt't r¡ll r rlI
bargo, perseguir el vértigo es el hilo conductor de una serie de acti- los senos, la menstruación, el aumento de altura y tlt: ¡tt:so.r'lt r'lr'
üdades fisicas y deportivas que suscitan una gran adhesión social r¿r.La anoréxica está obsesionadacon la pcrlt't:t:iott.I)(:l'(¡l;t 11'¡tll
desde los años ochenta. Éstas impllcan una relación imaginaria y rla<ll¿rclcsmicntecruclmentey la enfien(it atIlll¡r i¡l(( t'll(llttlll)r('¡|ttlr
real con el riesgo. Signiflcan un enfrentamiento simbólico con la cl litt t¡ro quc la atonroriz¿¡. 'ficnc mi(:(locl<'tlo st ¡ l (\'(¡ll(nl(l¡1.{lt' llrt
muerte que les da una fuerza, un valor de prueba personal cap:rz tlc csl¡tr ¡r lir irlttrrit(l(' lits cxlxx'tativitsr¡ttt'los(l( ttl¡tslk'tl('¡tsolrtl r'll,t
reafianzar el gusto por vivir: velocidad, patinaje, salto en el vat-'io. l , ) r r c t rc¡ l tr a ( :n t( ) n ( ( :s t'tt l ¡ r tl o ¡ tti ¡ ¡ ¡ tt i ¡ i ¡ t tl ttl l ¡ r tl tl t stt t tl t'tD o v l tt
búsqueda de sensaciones intensas, etcétera. Esos moclos organizil (
¡ t : u l l t ttL u - r l <'str l r ;ttttl r r c y r l t'stt ¡ x'so l ¡ l ¡ l l l ¡ l l l /¡ t( l ,tl
( l l r tl l r , lll
'l l l l '
dos del vértigo son a menudo formas lúdicas de relación con t:l n[rrxlt¡ l ¡ r ¡ k s i <l t'r r l l tr r r l ¡ r s. l ,r r r ¡ u c l t¡ t<r ' ¡ 's ft't l ¡ ¡ tz¡ tt l r to t l r t{}! l l 'r l r r l r ¡ 1 l t r l r
clonde el actor se pone imaginariamente o rcalm('ntc cn l)('liAr().lo M ( 'r l l i r ttl c r ttt |r 'Al ||l In i |||||I( '||||I I( l t'xl t( 'l Il tttl ¡ tl l t|.tl l I tt r l l l r l r l , r l l l r
t l t t r '¡ l r'l l vi ¡ l l ,r ¡ r l ¡ ¡ tttttctl t. ( o t tl l r 'ttt' r i r t It.tItr |¡ t, i ¡ ||||i | ( l l l l l l l l r 'r l t

: i{;
vl(l¡1. A(lonl¿is, se inflige una cantidad de pruebas lisicas que ali- ¡niento del vacio lanzándose al vacio. Pero el accidente, si irruntl)''
nr(:n(iln es¿l fantasía de dominación. VÍve al mismo üempo en el en el escenario, recuerda que ese breve momento se paga con tlll
vtlrtlgo de su dificultad de ser y de su hambre, y simulláneamente juego cuerpo a cuerpo con el riesgo de muerte. Asi, el a]cohol, l¿ts
(:n un sentimiento de soberania sobre su existencia. Al someter a su sustancias tóxicas, las drogas le hacen sentir al indiüduo por utt
cucrpo, trata de retomar el control de su üda. Si a veces la espera la instante la sensación de pertenecerse a si mismo, de conjurar por'
muerte al final del camino, no se trata para nada de un deseo de fin la confusión instalada en medio de su vida. El despertar brutal y
morir; la anoréxica vive una denegación de la gravedad de su esta- los amaneceres penosos y nauseosos son el precio del sueño.
do, no deja de decir que se siente perfectamente bien. Se interroga
sobre la finalidad de su existencia y plantea el tema de su identidad
como mujer con una agudeza que puede llegar a incluir la idea de la
Elriesgopara¡nsertarse
enel mundo
muerte. Está en una búsqueda desesperada que la lleva a pasar por
o eI juegode laordolía
el sufrimiento para alumbrarse a sÍ misma. Como las otras conduc- El joven se siente incómodo consigo mismo y con su existencia.
tas de riesgo, la anorexia es una estrategia inconsciente para eústir En ese contexto de sufrimiento difuso, las conductas de riesgo con
a pesar de las circunstancias. forman los episodios de un debate tumultuoso durante el cual bus'
lá. primera borrachera tiene en losjóvenes (los varones principal- ca sus pautas entre los viejos referentes y los que se anuncian: lo
mente) una función iniciática al igual que, en menor escala, el primer hace de manera brutal sin encontrar entre él y el mundo un tejid()
ciga¡rillo o el primer faso: pasaje de una significación de sÍ mismo a significante que le harÍa menos duro el pasaje. [a presencia o att
otra bajo el signo de la trasgresión. que acrecienta su valor. [^a edad sencia de un conta¡4¿ngsignificante y realmente involucrado concli
promedio de la primera borrachera es a los quince años y medio, ciona la intensidad y dureza de la prueba. ¿[,os otros, afectivamentc
tanto para los varones como para las niñas. Pero los va¡ones se em- importantes para é1, sus padres, sus allegados, por ejemplo, van ír
borrachan dos veces más a menudo. El 2,80lode los que tienen entre reaccionar con suficiente fuerza, hacerlo recobrar el gusto por lir
doce y diecinueve años lo hicieron al menos una vez. El consumo de vida que tiende a desaparecer, apuntalar un narcisismo debilitacl(t,'
alcohol y la ebriedad están relacionados con el consumo de cigarril.los Esas conductas son una manera de jugarse la vida contra l;t
y marihuana. Una cuarta parte de los jóvenes entre los quince y los muerte para darle sentido y valor a la existencia. Al no enconlrar ('rI
diecinueve años declaran haber probado alguna droga. El22,8o/o lo sÍ mismo Ia energÍa para el juego por la vida, sejuega a burlar rt Lt
hicieron en los últimos doce meses. Otra encuesta muestra, por ejem- muerte como se apuesta a una última carta. Ciertamente. se ptl(\l(
plo, que el 35yo de losjóvenes de dieciocho aios ha consumido mari- pensar que esta solución no es la mejor pero es la única que cll(\)rl
huana a lo largo del año 1997.8 A los diecinueve anos el 4I,80/o ya ha tró eljoven, la que se le impuso, a pesar suyo. La conducta de rics{(l
consumido ma-rihuana. El uso de drogas duras es netamente minori- es el medio para mantener el contacto con un mundo que en l)ill l('
tario; esta esencialrnente relacionado con los varones. L,asestadísti- se escabulle ante sus esfuetzos. Anteponer el cuerpo como irrr( lrrlr'
cas muestran que el fenómeno es menor entre losjóvenes que viven entre el mundo y uno mismo es una manera de en-carnarst t'lt tttt
con sus dos padres biológicos (o adopuvos). mundo problemático, de asegurarse de su valor personal sirr s('Arrlt
El joven se encuentra en una relación de dominación proüsoria Ínterrogando a la sociedad desde el punto de vista simbóli( (). sirr0
con el vacÍo que mantiene su üda colgada de un hilo. En ese mo- apropiándose de lo que ésta niega (la muerte) para ins( ril)ir rtllt srl
mento en que está suspendido como al filo de la navaja, siente, a propia necesidadinterior. Para el joven, la sociedad h¿tt'trtilirlÍ lt¡t
pesar de todo, que al fin toma posesión de la mejor versión de sÍ plÍcitamente unjuicio de valor negativo contra él: cnlor r( ( s, lrrl( t I I '
mismo. Esas actividades de vértigo trasladan, efectivamente. a otro ga otra instancia, metafsica, pero poderosa: si logr¡t ('s(¡rl)rrt ,l l,l
escenario la indeterminación social y cultural, la confusión de los muerte despuésde haber estadoen contactocttttt'lLt ¡xrt tttt llt',l.rtl
rcfbrentes, pero absorben sus efectos destructores a nivel indivi- te, ha logradootra respuesta.positiva('sta vlz. ¡t¡ttl¡tttlcttr'',¡lr¡r'It
(luírl. Conjugan vértigo y control. distensión y omnipotencia. Favo
de su valor personal.La condtlcta no si('¡tll)r('ts lttt irl;to r'l,tt.ttttr'¡¡
rt.t t:n l¿rrcal)ropiación de una existencia inestable. Establecen las t e ca l i b r a d a e n su s co n se cttcn ci i l s: {'l i l t( t) tts( l ( l tl t'l ttr 'l '..r r 'l l l .l l 't l l l l
( o¡r(li('i()n(.srlc rrnir homeopati¿rclel vértiqo: sc combate el senti
papel t'onsiderablc.

:Í1
Al r,¡rlicrrt¿rrsefisicamente con el mundo, al jugar real o metafóri- estructuralmente un intercambio con la muerte para que quede lt:
( ¡urr(.n(('(:on la propia üda, al exponerse al riesgo de perderla, el gitimado el hecho de üvir. Se pone en juego la propia vida para
lr)v(.rrcst¿r forzando una respuesta al problema de saber si la vida salvarla mejor. De ese tránsito victorioso por las fronteras de la
virk' la pena o no ser viüda. Para librarse por fin de la muerte que le muerte nace comúnmente la sensación difusa de haber elegido. En
l)lsir los talones a la üda, provoca el enfrentamiento con la muerte carnbio, si ese tránsito responde a una decisión del indiüduo, a
l)¡lra poder üvir. Del éxito de ese enfrentamiento nace un entusias- pesar de la gravedad del hecho; si el enfrentamiento simbólico con
nlo, una explosión de sentido con una eficacla simbólica que garan- la muerte proüene de una imposición externa (agresión, acciden-
tiza de manera provisoria o duradera un dominio más seguro de su te...), se convierte en un drarna, un hecho violento y causa, incluso
propia existencia. Generalnente se refuerza el sentimiento de iden- en los casos en que se sobrevive, un sentimiento de culpabilidad o
tidad. Nacer o crecer ya no alcanzan hoy para asegurarle al joven . de abandono. La ordalÍa implica cierto control del sujeto sobre las
un lugar de pleno derecho dentro del vÍnculo social; hay que con- circunstancias de la prueba, por más inlimo que sea. Si el sujeto es
quistar con mucho esfuerzo el derecho a existir. El joven descubre un pasajero lnacuvo de un auto o de un tren accidentado, se ve
el sentido y valor de su vida a t¡avés de la resolución de una crisis envuelto pasivamente en un movimiento cuyas consecuencias debe
personal y no reconociéndose de entrada en el sistema de sentido soportar sin poder actuar sobre ellas. Cualesquiera sean las inci-
de su sociedad. Cuando cae en las conductas de riesgo, está provo- dencias, la prueba no es ordálica.
cando a la muerte, con el peligro inconsciente y simbólico de su En la ordalía contemporánea, el indiüduo se entrega a un azar
vida. Cuando los otros modos de simbolización han fallado, escaparle que, para é1, se conüerte en destino. l-as circunstancias deciden
a la muerte, salvar esa prueba, es la demostración definitiva de que cómo continúa la prueba, a la que se agrega, sin embargo, la com-
su !'ida está bajo garantia. La ordalía, esa forma salvaje del destino, baüvidad del individuo y su deseo de superarla. Salir indemne de la
ha emiudo sentencia.e l,a muerte simbólicamente superada permi- puesta en peligro de su odstencia, bajo la aureola del peligro supe-
te seguir viviendo bajo la seguridad de una nueva iegitimidad. Favo- rado, termina siendo la mejor garantÍa del valor que ha adquirido.
rece una intensidad renovada del hecho de üvir. restaura una rela- El indiüduo, muchas veces sin ser consciente de ello, invocó un
ción con el mundo más propicia. poder sobrenatural inaprensible, al cual se entregó. Tomó Ia inicia-
Tal es la formulación de la ordalÍa cuando se transforma e¡r u¡ra tiva de correr el peligro, con un grado de lucidez variable según los
figura del inconsciente indiüdual y se impone a tÍtulo privado a un actores. Ya no es la colectividad la que decide y controla esa situa
individuo en crisis: ILqTlg con la mue+e parl üvir mejor. Deja ción inscribiéndola dentro de un ritual y una üsión del mundo: l¿r
entonces de ser un rito judiciál inscripto en uñ sisltmá cultural que , ordalia se convierte en un acto solitario e imprevisible en su mani
invoca a Dios o a los dioses para regular los asuntos de los hombres festación. El lugar de la comunidad ausente es ocupado por un¿r
y se transforma en una demanda personal, un rito con carácter de aplicación estrictamente individual, de una eficacia simbólica qrr('
oráculo, pero de valor estrictamente personal. Se pronuncia sobre lo social y lo cultural no han podido instrumentar y que el entorno
la vida futura. En estado salvaje en nuestra sociedad, la ordalÍa es cercano tampoco logra asegurar. La ordalia es una respuesta rlcl
una búsqueda de significación que el sujeto subo¡dina, sin saberlo, ürdividuo a la crisis que atraviesa. Éste oponé su propio des¿rfi¡r¡rl
al riesgo de morir dándose a si mismo al mismo Uempo la posibili- que cree percibir en su contra- F dlmensión ordálica es clara. ¡ror
dad de superarlo. Además, la significación de la ordalia üene des- ejemplo, en los innumerables intentos de suicidio que afectan ir lirs
pués: deja latente en el peligro real de pe¡ecer un poder que puede jóvenes generaciones: c¡entos de intentos por cada suicidio (:()nsrl
salir a la luz luego por un tiempo más o menos prolongado, pero mado. l,os que mueren en su mayorÍa usan medios raclicalcs. l)ni('
cr-ryavirtualidad el indiüduo no sospechaba en el momento de la ticamente irreversibles: según las cifras proporcionir<lirs ¡rol lir
¡l'rreba. Fondaüon de France, el 37o/ode los suicidios se pro(lu( ('n ( {r¡r ¡rr'
L¿l hipótesis de morir y la de atravesar indemne la prueba se mas de fuego, el 260lopor ahorcamiento, el 3%)por all()Airr|| lIrrlr r y irl
('rltlcrnezclan con igual peso y forman. apoyándoseuna en la otra, menos el l4o/opor uso de productos tóxicos. lin cs¡rs lnlcnlor rlr'
lr¡r¡rslr(:rte de límite iniciático que el sujeto no puede franquear sin suicidio, el sujeto se entrega a lo imprevisibk' rlt' !¡s r'li'r'lr¡r rlt' l¡rr'
t'xl)(.rllncnt¿rr algúrn cambio. El acto ordálico implica medÍcamentosinAeridosen el metabolisr]lr>, t.rrr'l r'¡r¡¡
r¡ tlr'l¡l r'¡rrrl¡r

. | l)
I l' lr¡rl)('r's('ilrl-(iaclodesde una ventana o de la búsqueda deliberada ese momento se vivia con inclecisi{in, silt. apoyo, a menudo en una
rl rr¡r¡rrtitlcnte de auto o de bi-rodado: a lo impreüsible también de suerte de "palida".
lir lk A¡l(lllrle los serviciosde urgencia y su habilidad. Pero si eljoven La metamorfosis se da a la mecli(Lrrk.l ¡rcligroenfrentado. Ouien
Ir41r'rr sirlvarse,a veces Uene Ia sensación de haberse liberado de su no ariesga nada, no gana nada. clit.t'r'l ¡rroverbio.El que aceptó
l)l('l vici¿r y haber alcanzado la edad adulta mirando a la muerte de perder todo, puede llegar a recibir mrrt.lrr¡. l;r superación de la muerte
Irlrtlt:. ofrece una segunda posibilidad a qui('n li(.¡r('l¡r seniácidflclá Fabér
l.ir ordalía resuelve una tensÍón entre el individllo y el tejido so- perdido todo o que fracasa en quercr rl¡rrlr. st,rrtirkty valor a su üdá.
r'Lrl cn que se inserta, a través del procedimiento clel"todo o nada", En eéás condiciones, se puede clccir r1rrr.r.l¡r|o¡rioi¡rdividuo, al uti-
I r i(:amanera, dado que no se cuenta con ninguna otra solución, de lizar una estructura antropológica(l( r¡rr ¡rorlcrr.orrsirlt:rable,lleva a
ln rir del atolladero, de desatar una situación bloqueaday destinada que se desprenda de Ia prueba krgr:rrltrutrr r.lir.rrcilrsinrlxilica gra-
¡r otcrnizarse en el malesta¡. La ordalia es una respuesta social a cias a la cual integra los datos rlt: sr I ('\iril(.rr( i¡| I ¡rrr.r'sl:rrr (:¡l crisis y
rrn¿rsituación que no ofrece otra salida. Ni las palabras hermosas, consolidaun Sentimientode idc¡rli<lrrrl ¡rr¡i:;l;rvo|irlrlr.. l,)lr.lfl:to del
ni las decisiones correctas han sido suficientes para deshacer las cambio puede ser la paz o unn t:rrlir|i¡rl)r(,vis()rit. o r¡¡l¡rn.trl¡rtilia-
lonsiones o alejar la sensación de vacío y abandono. EI pasaje al ción duradera con el mundo. I)crr¡lu rrrrrr.rlt. o l¡rsIrctitlrrs,t.l I¡-¡r<:¿r
;rr:to ordálico actúa de modo directo, con la eficacia simbólica que lo son el precio que hay que p¿lg¿r.r IX)r cs¿l ll l(:t¡l¡llor'lirsis. Y it v(:(:os,
( ilracteriza. Cuando los esfuerzos del actor chocan con lo que él efectivamente,al final de l¿rorclalÍ¿rsc encll(:rrtrir lil trru(rl(:. I)oro.
lrlterpreta como una inercia o cuando está en plena "pálida y ni para ei individuo que llegó hasta ese punto rle sll hisloria 1)t:rsorrerl
siquiera se le ocurre que podria modificar las cosas, entonces la el precio no es tan caro frente a lo que puede ganar. L?t ord¿rlí¿rcs
ordalia puede aparecer como una trayectoria individual. Marca el una instancia generado¡a de significado, más poderosa aún en la
n)omento en que ya no se pueden elegir los medios, pero quien se medida en que interviene como una necesidad más o menos cons
somete a la prr.reba tiene la ventaja de postergar la decisión hacia ciente dentro de una trayectoria individual en crisis.
una instancia que ya no es propiamente humana y que remite a
r rn¿rintuición del destino.
Debido a la brutalidad de lo que está viviendo, el sujeto sometido de pdsóje
Ritosindividuales
ir la ordalia provoca al grupo, produce una emoción dolorosa, estre- Cuando los comportamientos ordálicos se multiplican bajo la for-
( h¿rlos lazos a su alrededor mediante los cuidados y la atención que
ma de prácticas indiüduales variadas. inclLrso heteróclitas, en que
(:ntonces se Ie brinda. Luego todo depende de la actitud que asu-
el denominador común consiste en poner en juego la vida, revelan
rnan lrente a él aquellos que le importan afectivamente. SilgLDa- la desintegración del sentido y los valores colectivos, un defecto del
rrcccn indiferentes, la reincidencia es brutal o bien la conducta de holding social. l,os individuos ya no se sienten apoyados por la co-
Iiosgo se transforma en adicción. Por el contrario, si reaccionan con munidad a 1a que pertenecen, no se rebelan contra ella; incluso
sontimiento, se involucran, demuestran su afecto, el intercambio ignoran a menudo que son las lagunas de esa comunidad las que
l t'na<:e sobre una nueva base y pueden diluirse algunos Ios empujan a una búsqueda personal aleatoria y dolorosa. La con-
rrr¿rlcntendidos. Es el caso de numerosos intentos de suicidÍo en los ducta de riesgo o la ordalía significan entonces una búsqueda indi-
rrrlt¡lt:scentes, que pueden asÍ retomar un diálogo interrumpido o vidual de identidad o de confirmación de sÍ mismo, a t¡avés de la
urostrirr l)or primera vez a sus allegados que edsten en su singula- brutalidad del enfrentamiento inmediato con la muerte.
r'ltlir<lv tluc el riesgo de muerte fue el último recurso en su búsque- De la prüeba superada, nace un sentido agregado, la exaltaciór1
(lil (l(' rcconocimiento. Al escaparle a la muerte y a través de los
intima, la garantÍa que da un valor nuevo a la vida. Pero cle est
sr'nlinr¡('utosexperimentados en contacto con el peligro, €l indivi- sentido y de las condicionespara conseguirlo. sólo esjuez aquel c¡rrt
rlrro rlcscrrlrrt:('n si mismo recursos inesperados que le pGrmiteñ decide la prueba y pone su vida en peligro provisoriamenle al ¡nis
r r'lor¡r¡rI r'l ct¡rrtrolclc su existencia.Ese sentimiento favoreceel sur- mo tiempo que crea las condiciones. siempre sin l)lcna ( ()II(i( rI( i¡|
lll||r| lltr ) (l( ur)¿r(]ncrgÍaredoblada en el ejercicio de la vida, la con- I (l( l rilr'
rlc t'llo. para una salida favorable.La lunción ant rol)ol(iAi(,r
r¡rrl:il;rrI r¡¡rst rrtirl<¡ rnirspleno para la aventura personalque hasta c s t r 1 ¡ t t l r tt ( l i n l ( .¡ '( ír n tb i o si m l ;r j l i r .o V ci tl r r r i r r l i r ;r r r e r r sl i :r r ¡ r r r . ¡ r r r r ,r l l

t'
snlAlr'(lc la incertidumbre; también consiste en superar el senti- so, una última oportunidad que el individuo se da, la oportunid:r(l
rl(:nlodc irnpotenciaque puede desprendersede una situación que de quien piensa no tener más nada que perder de todos modos.
rrr¡ st: sabe manejar. En ese sentido, las acciones ordálicas son en Ciertamente, las conductas de riesgo o de ordalÍa no atañen irl
conjunto de los adolescentes occidentales: para la mayorÍa de ellos.
lx)t(:ncia ritos de apaciguamiento. Tienen el valor de ritos indiüdua-
lcs de pasaje que eligen la brutalidad del desafio, el enfrentamiento la ent¡ada en la vida tiene lugar sin recurrir a esa formas extremils
(lirecto con la muerte y no su metáfora, como ocurre en los ritos de de simbolización. l¿.s conductas de riesgo están relacionadas sobrc
pasaje tradicionales. Éstos son ceremonias colectivas socialmente todo-dofffosj-óvenes que viven en las grandes aglomeraciones y pro
valorizadas, de fuerte tenor simbólico, al cabo de las cuales el novi- vienen de familias que han atravesado dificultades o rupturas. Los
jóvenes que crecen con sus padres biológicos o adoptivos se ven
cio modifica su estatuto social. Construyen el acceso a la edad adul-
ta a través de una serie de etapas determinadas de antemano por la menos afectados. l,as separaciones, divorcios, fallecimientos, sufri
tradición. mientos afectivos, familias ¡ecompuestas vuelven a los jóvenes
AquÍ, las conductas de riesgo son lo inverso de ese proceso so- estadísticamente más vulnerables. Sobre todo si no tienen
cial. Se imponen aI joven en una situacÍón de sulrimiento más o interlocutores suficientementq involucrados en quienes puedan con
menos declarada, en un contexto de desvinculación social real o ñar v con Ióé luáes ouedan buscar soluciones á su váciamiento oel
viüdo como tal. No hay ninguna progresión que escalone las prue- sér.:tas estructuras iitermedias entre la familia y la sociedacl ¿r
bas de modo de to¡narlas deseables y preüsibles. La sociedad les es inenudo están ausentes, la escuela se ve desbordadá por otros pro
hostil, instrumenta estructuras de prevención para impedirlas; a blemas y los docentes no siempre perciben la dimensión del sufri-
menudo son causa de dolor para los padres (en el polo opuesto a la miento de sus alumnos, o no disponen de üempo ni de medios pa.ra
felicidad de los padres de las sociedades t¡adicionales). Irjos de ser ayudarlos.
legitimada por la comunidad social, la metamorfosis de sÍ creada l,a encuesta del INSERM dirigida por M. Choquet y S. Ledoux
por la prueba no es trasmisible a los demás y por lo tanto no remite muestra que el 22o/ode los jóvenes se sienten desesperados. Una
a ninguna memoria colectiva. Además, son conductas que nacen de cuarta parte ya ha pensado en el suicidio. Si casi 100Oadolescentes
la imposibilidad de integrarse a los demás y provocan más sufri- se matan por año en Francia, tres veces más que en los años sesen
mientos. más heridas o d¡amas que regocUo. La superación de la ta. 4O.OO0te¡minan internados desDuésde un intento: 100.000 st'
prueba no es segura y se paga muy ca¡o. fugan de la casa. Esas conductas qüe apelan a una relación ambi
Hablar de rito de pasajer0 en el caso de las generaciones jóvenes gua con la muerte suceden p¡eferentemente en ese momento d(
actuales es evocar el recurso a una forma clandestina y solitaria de cambio dificil de estatuto donde seria conveniente saber por quri
simbolización del gusto por üvir. Se trata de un rito individual de razones se üve. El joven recurre a un simboiismo de contrabando.
pasaje en la medida en que el acto es singular, sólo tiene valor para infligiéndose pruebas personales que le permiten poner a prucllr
quien se atreve a hacerlo, el individuo no siempre es consciente del sus lÍmites. Interroga metafóricamente a la muerte estableci(:r)(l()
objeto de su búsqueda y no modifica para nada, si logra salvarse, su con ella un contrato simbólico que justifica su existencia; esc il('( !
(:statuto social. Es el ser mismo del hombre lo que cambia ürtual- camiento esquivo a la muerte funciona como una estrll( lu¡ il
lnente (puede no suceder, por lo cual recurrir a la ordalia constituye antropológica.La puesta a prueba de sÍ mismo, de modo indivirlrrrrl.
rrn liacaso que no aportará el cambio interior deseado, agravando es una de las formas de cristal¿ación moderna de Ia identi(l¿r(l('rr¡r¡r
irrin más la situación. Pero el único responsable será el propio suje- do todo lo demás nos elude. Las conductas de riesgo so¡) tiunl)k ¡t
lo). Rito cle pasaje, a pesar de todo, debido a la estructura maneras ambivalentes de mostrar un vaciamiento del st'r, rrrr sr rlrl
¡|rrlroPológicaque contiene: la revelación de identidad, el cambio miento, y de llamar la atenciónde los que están cr:rtir,los rllrr':;otr
orrtol(igico procurado con mayor o menor lucidez. Rito de pasaje importantes afectivamente. Constituyen Lln¿rnra¡l('ñr tk li¡rillvr¡ rlr
lln¡rlnl(:ntc, por la eminencia sociológicadel fenómeno, su multipli- construir sentidoy valor, son una muestr¿t(l( lit r'(sisl('||(l:r l|r'll\'.1
( ¡r(l(i¡1.l)¿lj()lbrmas clispersas e individuales. El comportamiento dcljoven y sus intentos de reinscrt¿trsc c¡l t'l ¡t¡rrttrIr.A ¡x r,lt r! !r"
o¡rl¡rlk r¡. (.n su infinita diversidad, es una respuesta dolorosa e inti- tiencll (:¡lt()n(:cs
slll¡'imicntosqllc a('¿rrre¿ltr. un lirl) lxr;tllvi' l,rvt'
f ( '( ( 'l l l i l ¿l l tl o n o l n i zi u i ( i n tl t:l j Ovt' , l i r l l r r st¡ r r r l r r r l I sttr , l ) tr ,l ,l i ," l r r l
¡rr¡r¡r l;rs lirll¡rst rrlturalcsy sociales.Es una suerte de último recur-

t.l
lr.s, l¡r t,orrstrr¡cciónde su personalidad; lo conducen a una melor
lnr¡rA(.n(l(.st rrismo. son un medio para construirse una identidád.
It.r'()tx) por cllo son menos dolorosasen sus consecuenciasa través
rlt. lirs heridas. dependenciaso muertes que causan.
No olvidemos de todos modos que el sufrimiento se oriAina más
ltrirs y se prolonga en la conjunción cim-plela de una socleáad, una
(:structura familiar y una historia de vida.
Losdeportesextremos

AutN LoBg

Existen hoy en dÍa múltiples signos que


indican que el deporte practicado por los
adolescentes se inscribe en una lógica
NcrrAs completamente diferente a la de una cul-
tura disciplinaria. Después de un perÍodo
1. Sobre ese cansancio de ser uno mismo que marca tan prof!¡ndamente a
de coerciones, de codificación, de regla,
nuestras sociedades.remitimos a A. Ehrenberg. In.fatígLredeúe soí.
Dépressionet socíé¿é.Paris. Odile Jacob. 1998- mentación, el deporte contemporáneo pa
2. J. A¡énes. M.-P. Janvin. F. Baudier. Barom¿tresan¿¿jeunes. 1997 199g. rece cla-ramentemarcado por un deseo de
París.CFES. 1999. personalización de las sujeciones y obli-
3. Bqrom¿¿resontéjeunes. ob. cit.. p. 219. Salvo menclón paficular. las esta- gaciones. El espíritu deporLivo se mani
disticas citadas posteriormente provienen de esta invesüÉación. fiesta aho¡a a través de formas que lo ale
4. Cf. Pass¿onsdu r¿sgue,ob. cit. Para un estado de la tnvestigaciónsobre las jan de la valoración comercial de las rea,
conductas de riesgo. remitimos a nuestro trabajo Conduites A risque.JeL)x
de morl,jeux de oie, París. PUF. 2002. lizaciones indiüduales, que habia carar:
5. Sobre este punto, ver el posfacio de la edición de bolsillo de nuestro libro terizado al siglo )O(. Por el contrario, sc
P@ssionsdu r¿sque,ob. cit. desarrolla bajo el lema de la participaci(ir t,
6. Passionsdu r¿sque,ob- cit. de la connivencia, de las sensaciones in
7. Cf. FranqoisChobeaux. l-es Norr¡adesdu urde,A¡les, Actes Sud. 1996: Daüd diüduales y del sirnple valor de uso rlt' rrrr
t e Breton. Passionsdu r¿sgue.ob. cit_. p. 35 y ss.
tl. Citado en Barom¿tre santéjeunes. p. 189. [,os numerosos accidentesde ca- movimiento üvido fuera de las prr.siorrr.s
rretera que le cuestan la üda a las generacionesjóvenes están relacionados coercitivas anteriores.
muchas vecescon Ia alcoholización. Esta nueva lógica en la prh<:tir,rrrk.l
f). I'ara un ¿rnálisismás profundo de la ordalia en el contexto de nuestras so, deportedesechael gestotécnico intl)l rsl(,
l', profesorde l¿Uñive¡sdadde
ci(ladcs contemporáneas. remitimos a Passionsdu r¿sgue,ob. cit.. p- 4g y R,)(rcny cl¡rector y arbitraclo. Lo sLlstituy(:rln{r ll('( (.slrl¡l||
del DESScle
ss. Cf. tanrbién Conduites d r¿sque.JeLtxde firú,rt.jeuxde uie ob. cit. rr( r(i¿dotecnta y gestióndel de expresiónindivicltraliz¿r<lir rIr|('(.r|(r|(.rI
I O.:i(,I)rc l¡ noción de rito individual. remitimos a passions dtl r¿sque,ob. cit. ( l¡ txrk: profesron¿lPrb|co
V(riIs(: I ¡I |¡rl)¡c¡rDenis Jeffrey. Jouissonce du sacré. Relígíonet post-ntoderníté. ( r l rrr,¡o/) grisc (Aukement)flr
tra slls limites cxtr('nl()s(.lt k¡s rI I¡rr'!Ir.rrr.:,
l'f¡rs, A ¡ir¡rd Colin, 1998:T. Cogueld'Allondans(ed.), R¿tesde passage: l')()r,y,_.)(lflq() Grss.jr/|¿urx de l¿l insoguri(l¿ttl tot¡ror';rl.l,rr cri¡rorrl,r
rlit?il|t¡rs.ú¡. porrr.r¿l¡cL¡rs, Ramon!'ille,ERES. 1994. (A L r l r ¡ l r r l )r 1 r? 0 0I ('l ir¡rl)rllo, r'l vlrll
ncirlad. r'l irtr¡rrrlso.

lt i
go, l¿lI)(:rdlda voluntaria de los referentes comunes, los desequübrios En ciertas formas de "deportes extremos", el movimiento clesir
(lornln¿lclosforman parte asi de una fiebre emancipadora que en- rrollado corresponde a una voluntad metalórica de ma¡Éinacron. o
('ucntra su mejor expresión en ciertas actiüdades urbanas como el de alejamiento voluntario respecto a todos los modelos ádultos dc
roller agresivo, por ejemplo. Alejada de las disciplinas deportivas de comportamiento. l,as situaciones viüdas se inscriben entonces (:lr
¿rntaño, esta técnica particular rehabilita el libre arbitrio y la creati- un registro de conducta inhabitual en el mundo del deporte. El he-
vidad personal -a costa de un peligro real para la integridad corpo- cho de que éste sea completamente aberrante para la sociedad sc
ral de aquellos que la práctican- frente a los reglamentos invocados convierte entonces en un eufemlsmo. Desde ese Dunto de üsta. en
tradicionalmente. Semejante evolución del deporte tiene sus conse- Francia la accidentologÍa deporüva ha progresadb claramente des-
cuencias pues integra tres caracteísticas inéditas que pueden afec- de hace unos quirice años. Se buscan de común acuerdo condicio-
tar a ciertas estructuras institucionales: la autodefinición de la ac- nes particularmente duras, las mismas que h¿¡n sido condenadas
tividad, la autoorganización de la práctica y la autoevaluación de desde siempre por los defensores de la tradición que priülegia la
una acción que ya no pretende ser meramente deportiva. Es un seguridad pública. l,as tormentas, la pendiente a 50 grados, la pa-
corte neto con la tradición deportiva codificada, estructurada, arbi- red desnuda, la carretera o el pavünento prohibido permiten la máxi-
trada, que tenÍa como único fin la evaluación de los comportamien- ma exposición al riesgo. Su único obJeüvo es "meter"' la figura..sui-
tos con relación a una escala de medida comunitada. cida" o el 'b¡g airbien polenta", slempre asombrosos pues demues-
Hay dos puntos que merecen destacarse. Actualmente, el mode- tran un dominio técnico y una calidad estéUca que gustan particu-
lo deportivo adolescente ya no es solamente el campeón, así como el larmente a los medios. l,a destreza y el exhibicionismo se mezclan
objeto del deporte tampoco es solamente la excelencia valorada se- entonces en lugares inciertos, allí donde la razón da un paso en
gún un referente. El campeón ha sido susutuido por el héroe con falso y se desliza dentro del imaginario más crudo, fuera de todas
fuerte carga simbólica y la actuación por la sensación, es decir la las referencias sociales y deporüvas habituales.
ma¡ca, Ia medida, el desempeño comparado. La explicación de esta Desde hace algunos años, se puede comprobar que los medios
evolución es sencilla: lo que está en juego en el deporte no es Ia especializados en deportes no dudan en sacar partido abienamente
üctoria sobre el otro sino que cada uno se ha convertido en cam- del carácter mórbido de los comportamientos. para ello, explotan
peón frente a un desafio personal determinado de manera estricta- hábilmente los riesgos crecientes a los que se enfrenta¡ ciertas ca-
mente autónoma. tegorias de actores deportivos. Los jóvenes ¡funboarders*' o los
En algunos casos, cada vez menos aisládos, el adagio "deportivo" Jreerid.erg.* adolescentes, por eJemplo, que corren riesgos alocados
parece condena-r todas las regas comunita¡ias. Hacer lo que uno para ffgurar en un buen lugar en las revistas.
quiere, donde quiere, como quiere: ser uno mismo sin preocuparse Tomemos la reüsta Wind Mogazr.ne,que marcó un hito a fines cle
por el otro no sin provocación, es una reiündicación de autonomia los años ochenta en el tratamiento periodÍsüco del peligro deporti-
que parece expresarse en ciertas formas de actiüdades extremas re- vo. En un artÍculo titulado'Uno de ellos pronto va a morir... ¿Cuál?".
lacionadas con los deportes de deslizamiento. A modo de verdaderos la revista se interesaba por un üpo de héroes deportivos muy parn
f|,',prynings, numerosas manifestaciones o encuentros más lúdicos culares: aquellos que morirÍan "en dos o tres años". ¡ Establecía asi
que deportivos, más festivos que competiuvos, ponen en escena a una forma inédita de clasificación "deportiva" analizando frÍamentc
actores que crean nuevos tipos de fenómenos urbanos, fuertemente las conductas "suicidas" de una suerte de "los lO meiores" del noli
marcados por su aspecto carnavalesco. Durante safaris urbanos como gro deportivo. Y legitimaba esa provocación editoriai de la nr,,11,.,.
la Friday Night Fever del üernes por la noche en ParÍs,* por ejemplo, siguiente: 'De tanto provocar al mar, van a terminar encontranrkr r.l
el indiüduo y las sensaciones que üve se convierten en la única me- últtmo castigo que merecen: la muerte. Uno de ellos va a tcn(:r (¡r¡{.
dida de las cosas. Bajo tales condiciones, caduca la apreciación de-
portiva de tipo heterónomo que ha sido desde siempre el objetivo Iis decir lof:¡ar 0 cr(:ar.
'
ilnico de las organizaciones deportivas tradicionales- " lJn./il|lboaralcl (is lt¡r aflclonado a la tabla "cxtr('rn¡ . (,s (k{,lr | )r-¡I r.I I(,¡I (| | | r.r,tr
()las nluy ¿llt¿rsy c¡l condicioncs (lc vlc¡rto dcsnr( sur¡Íl¡rs. tx¡r. lr l¡r|llo r,¡l
fanáticosdel roller atraviesaParistodos
lisc cn(:ucntroregularde 2O.OOO ( ()n(ll(.loncsl)cllAr()s¡s.
'
los vl(.rrcs de noche. fuera de toda regla deportiva institucional. "' ti¡t./¡ccr¿dcr cs r¡rr srrowl¡oarclcro csq¡¡lil(l(r' li¡(.¡ (k. l)tstir.

4H .l rl
sr.r sir('rilic¿rdonecesariarnente en el altar de los dólares y los vérti- lrir kr rlemás, sino contra uno mismo, leios clelbarullo suoerfici¿rlrlt,
Aos ." Sc puede medir aquÍ la distancia que ex¡ste entre el comenta- l.rs crrmpetencias".l
r tr) (lcportivo clásico y la interpretación moderna de un deporte que l)espués del reino cuantitativo de los ganadores, el deporte aclcr
s(. (licc 'Xtremo". k st:cnte habria entrado entonces en otra fase de desarrollo. Asociarlo
Se podria intentar una explicación para semejante inversión de ir l¿Imáxima exposición al riesgo, el desempeño ya no se puede con-
krs valores deportivos humanistas: ya no se apunta a la clasifica- Iirmar puesto que no se puede medt Su apreciación pasó a ser de
(:i(in. En su lugar, ha aparecido otro dispositivo diferenciador que otra naturaleza, claramente más cualitativa. Una nueva lógica que
rx¡ actúa más mediante una clasificación objetiva. Este se ajusta valoriza la sensación de vértigo, anormalmente peligrosa, sustituye a
nlejor a las mouvaciones de quienes valoran esa fo¡ma de reivindi- la de la üctoria, la medida, la jerarquia y la regla disciplinaria. lá
cación del riesgo que caracteriza al deporte contemporáneo. El de- principal preocupación es el "goce", el "disfmte". Al respecto, el relato
safio prima entonces sobre la tradicional competencia organ¿ada y que hace la revista PoJapenteMag de uno de los vuelos de parapente
reglamentada por el Movimiento deportivo. más largos jamás real¿ados revela una búsqueda que nos hace en-
La diferencia que se puede establecer entre el desafio y la compe- trar en otra dimensión de la hazaña y la exaltación deportivas.
tencia deportlva es la ausencia de reglas institucionalmente esta- Tomo vuelo a las 12.45 [...1,una suave ascendenteme ele-
blecidas en el primer caso. En ese senudo, el desafÍo se parece mu- va hasta los l00O metros cuando desde el suelo me avisan
cho al juego. Se basa en normas, es decir simples criterios invoca- que un dust enorme se está formando en la zona. DemasÍado
dos, mientras que la competencia dePortiva se apoya en reglas, es tarde, el monstruo me atrapa [...] logro escaparme de él por
decir coerciones escritas. Dl desafio es un enfrentamiento que se una bajante que me lleva de nuevo cerca del suelo [...] pero en
puede califlcar como "salvaje". Es un combate singular, una provo- las pequeñas ascendentes cortadas por el viento me recupero
cación que sólo responde a convenciones particula-res, puntuales y [...] A las 14.30 estoy otra vez muy alto. a 4400 metros arriba
efimeras entre los protagonistas. Está por lo tanto muy alejado de de un gran cúmulo negro y tengo que desüarme al oeste.[...]
las reglamentaciones oficiales que permiten la gesuÓn de las com- Nuevo descenso hasta 200 metros del suelo [...] cuando una
petencias deportivas. No obedece a ninguna forma de objetividad. térmica me sube bruscamente a 5 metros por segundo duran-
no se basa sobre ninguna lógica igualitaria, no tiene ninguna legiti- te más de 3000 metros; [...iTrato simplemente de ser pruden
midad institucional. Jean Baudrlllard señala que el desafío "se opo- te entre todos esos cúmulos; algunos se espesanligeramente.
ne al contrato, al intercambio, a la equivalencia, a todas las formas Pasola barra de los 100 quilómetros [...] otra térmica fría mas
de reglamentación dominantes. l,a lógica del desafio es indetermi- Iejos.estoy a 12Oquilómetros, son las l6 horas. La baiante de
nada en cuanto a su finalidad, sus objetivos. Desafiar es colocarse la térmica me deja a 50O metros del suelo con una üsia sobrt'
más a-lláde las situaciones objetivas".3 Es por eso que los deportes una magnifica pista de nubes a 5 km de allí. Una enésint¿r
extremos son un problema para la institución deportiva. Ésta no térmica me Ileva hasta ahí sin problema v allá vov llevaclo clc
logra integrarlos en sus estrategias habituales porque ocupan los espaldas por el üento en una áscendenté increibÍe. A las l¡J.
márgenes de su organización. oigo que hay mucho üento fuerte en el suelo y que Lln ('r llr¡
Se comprende mejor, entonces, la búsqueda desenfrenada de pen- l() nimbus Arande üene hacia mi. Esta vez es hora rlr'¿rrcr.n
dlentes u olas virgenes, vertigir¡osas, en los lÍmites de la razÓn, fue- zrrr. [...] hice un vuelo de 231 quilómetros.]i
ra de las balizas de seguridad. Son los únicos lugares donde se
l,lsl('rclatonos hace entrar en una fbrrrrltirri:clit¿r rlt:olrjt livrrri')u
pueden poner en escena ese tipo de comPortamientos. Como subra-
th'l tlcscnr¡;enoclcportivo.l,o que aquÍ sc ¡lr¿rr rillt:stit
t's rrrrrr.r,lrrzr rl
ya la revista Su¡fsession, al describir un sitio particularmente apro-
( rt¡rl(llli('r(:onll)()rt¿unieltto
ptcvisiblc:.Lil iI(IiII)IiI(
i()¡)trl ¡rrr.rlirr. Lr
ptado: "Las pendientes abruptas son para el snowboard lo que los
v ¡ r l ¡ ¡ : r < i or r ( l o l r i ( 'sg o . l ¿t ¿r cl ccr ti r t.i o r r JX'r l ¡ l ¡ u l ( .t) l ( . s| l ti r ( .r .n i r
grandes oleajes del North Shore son para el surf. Pero aqui, más lrir¡ lll
r h ¡ r r r r l ;r s n l l ( .vi r s ( l r ¡ c cx< l ttyr .r r tr xl ¿¡ s l i r s l i l l l r ¡ r s r l r .¡ .( ) l l o r l tti l ,r ¡ l
(lue en waimea (Hawai), la caída no está permitida. No hay cronó-
t r r t t t s ¡ r o ttr l i t'n l t.s i r kts i r r l r i l n r j r .s r l t'¡ to fl i r o s r .l l r si t o :,. l ,) n ,..., , ,,r ¡
lnetro, no hay reglas, salvo la más esencial, la obllgación de tomar
l r x l r ¡ . L r s ( sl i l ( l i ( ) s i tr Ir ¡ r r i r i cr r r Io o l ¡ r s ¡ r r o ¡ x r r l i o t ¡ r 'r , l .r 1 r ,,,r tr t,,.
conciencia del delgado límite que separa el realismo de la
( l l : , l x , s i l i Vr r s t- r .g l i r r ";r rr
r ú n l i ü kr s. kr s r r r r r .vo s r .ts¡ rr: r .tr r :,r l r ,¡ r o r l l v ., ..l r r l ,¡ ,
Irr('onciencia. La frontera que no hay que atravesar, Desafio no con-

: l)
: , or :|||il|||('|||( ln I ) r ' r ' v is il) l( s . : ; u: , lÍ r lr 1|. , l r | | l l r ', ¡ . , o r t l ¡ r s l ¡ ¿ t l i z a s d e ('ri ( ()nlbatida sistemáticamente por krs 'l'orquemada de la in(lUisi
lrr lrtIirl|2. l,lrs rr ) r ' I t r i r k . s r llr r r t r l. r r l r , r r r r | r 'r r r ¡ r l , r z , r r r | l ) l , r ( ) g r e s i v a - ( i()n tecnocrática,que ven en ella un¿rlbnna de infracción desdc Lrs
rl rlr' .r 1 .r., rr'¡1 1: r sr lls c r ¡ r lr u: r r r , r . , ¡u¿irgenesdel mecanismo social y por lo tanto, pasible de ser sau
/\ ¡rrtllt rk rrlt o¡ ¡ r . r ' ¡ r ( s ir : ilor nr ir , { \ lr r . r r r . r ' , r l l l r l r '1 r r r tl r '. l o l t : g í t i m o cionada o incluso erradicada.
r' . . r 'l tltll¡,o l,llrk ll¡ k r s r ¡ s lilr r v c r r l; r r ¡ r r r llr l, r l . r r ', , l . r l r l l l r l r r r l s r . t l c s c t t - Este aspecto contestatar-io, que es la marca de las nuevas téc¡ri
lr¡r' r rr¡¡lto l.¡trlrrtI|r i|r ¡ t t ||||r t io: ; lr t t : ir ' i|( l( , : , l||l( t ¡ i l r ¡ t ¡ . r l t ¡ t c r t l r '. I k 'l a p r e - cas deportivas extremas, va acompañado naturalrnente de una fuertc
r, rt llrl.trl rlll .rr'l o nit r llt il i lt { r ' lon ll¡ . , r ' r 'o l t ! l r 't l l c t ¡ I ¡ t t i n i c a
aversión hacia la vestimenta deportiva clásica. El ajuste de Las con
r¡r¡¡ llrl,rrI l.t |ltrr lz ; t . l, ot ¡ r r ' ¡ r r t v ¡ k t l v : r r or '. , l , r . ¡ ¡ l I k z r l ¡ k r s t l i s p o - ductas motrices al registro del delirio se corresponde perfectamentc
' , lllr¡¡,, rlr' |||¡,|| | | |( , |¡ : ilno l¡ r lr ¡ l¡ , ¡ r ' I lr ¡ r I r lr ' 1 , r . , I r r r¡ rr r ' . . I r r¡ ¡r ' : r. l ; t l l t i s - con ropas que también lo son. Fenómeno que tiene sus consecuen-
r¡t t r rl,r ltlttr l|l,r Ilr ' l ( onr lx r ¡ lir ¡ r t h ¡ r l( ) in( i( r lil , r l c l r '. , ¡ r , r rl ( 'r l ( 'l t ( , r l i v o d e cias industriales. Efectivamente, ha permitido el rápido desarrollcr
llrllr ', lrrl'rt \'l'¡ll¡ lr ' . , , ¡ k l¡ r lr ¡ ¡ ¡ r lr ¡ r ' lr r ¡ r r o|r | r 'r r r r r I | r 'r r , r [ 'l ¡ r r r ¡ v i ¡ t t i t 'I t t o de una nueva economia ünculada a Ia moda deportiva. Ésta h¿
, r| r.rlrrt l¡r',r lt,rn '¡ lr r t lt t , t t t r . n lit r . : , ( . n( l¡ t lt l] . ilt ¡ t r l c r t t r . r I rr t : ;r ¡r t r ' r II t i l r t l i - pasado por cuatro tendencias sucesivas en menos de quince arios:
\ , lrlr r.rl I rt\'r,r,rt,tr lr ' t lr t r r |¡ llt t lr ' nlr ' l: r , nll) l¡ . { ) r ' :r I r r r n l r 'o r ¡ t t virlc. El el sportwear, el surfi¡/ear, el funwear y el streetwear. Como si el des
r lr" ¡ rr rl¡r'n , r lr'¡rot lllr r lr l¡ r |¡ . r r r I r rr r , I ¡ r r . o . . r . v r r r . l v l r l ¡ . : , v l r r r 'l r ¡ l rr k . k r s c s - borde respecto a las reglas tuüera que ir acompañado de referentes
'
l)ir( l(':, llr'trtlnr'. I ¡ .rI r| | t L I |r' ' , r l||r ' , V. r : , r ' . t r l,, ! , : , ¡ r n l | l t | r i r l s , l x '¡ 'I l t i visuales que demuestren la voluntad de trasgresión. Apéndicc
I r ' I r i | | r | | | | I i I I r'l r':,¡ r lr lt o r ll l. r ' , , r r llv lr l. r r lr . r , r l r . l ¡ | | ¡ l l v r l . I l r r 'l ; r s i l i r ¡ s v Í r ostentativo, la ropa deportiva es el correlato hoy en dÍa de un deseo
11(¡l( ri y l)t( ( ir¡l(,r , r ¡ t t r ' lr r lr t . r ( l r ' ||, I I I : , I I |r . r I I I . | | . I | | : i | ( , | | | r r t ¡ ( ) s i r u p l e - de diferenciación de tipo totémico. AsÍ como la máscara y e1desor
t I t (' tlt('irltirvi silr', Sc LI r r l llt t l. r r I r , t ( lr ' lt Í, ( \ ) n ¡r s( n¡l lx)rs()nal. den carnavalesco son isomorfos, la ropa deportiva contemporánea y
L¡) rttiis so r¡rrcrrrk ' r r l{ . r ' s r ¡ r r r ' lr r l||t Pt { , v lr jilr ' l | , : ¡ ( . ( r r n v i ( . r t ( . c r I r e g l a . las prácücas extremas se inscriben en la misma voluntad de supe-
I )t : e rllÍ t¡ttt: cl (lor ui¡ li( ) ( l( ' l l( : nt il ¡ t nt ( . ¡ lur l( ) s ( . ¡ t l n r 'l ( . t l ( r . l ; t ( \ ) r n p e t e n - ración de los códigos de la vestimenta clásicos y los códigos de arbi-
( i¿l ya no pertene(:c ¿rl rlt'den (l('l sirlrt l sir¡o rk Lr sinr¡rlt lr¡rlrilirl¿rcl. [.a traje olÍmpicos. El énfasis que ponen los adolescentes en la elección
cxperiencia ya no responde a un¿r titulir( i(irt olici¡rl. lis i(l(luiri(la fue- de su ropa [colores, formas, grafismo] es más que una simple co
r¿r cle todos los marcos institucionales pues st'lrirsir jr¡slir¡rrcntc en la
quetería. l,es permite romper con los estándares deportivos habi,
( ¿rpacidadde trasgredir esos limites. tuales. El desarrollo brutal de una industria textil de tiDo contesta
tario ("Just do Lt', - Break the ru¿es")sorprendió a todai las marc¿rs
[,o que se puede apreciar aqui es más el carácter hipotetico y
históricas (Adidas, l,e Coq sportif. La Huite. Recordman) en los ali()s
aleatorio del movimiento deportivo que su estabilización medida y
ochenta. Como contraparte, permitió la emergencia de nuevos acto
expresada en números con fines comparativos. Dado que se prefie-
res económicos multinacionales: Nike, Suicksilver, Rip Curl, Oxbow.
ren las improvisaciones y no las técnicas ya catalogadas, las valora-
Gotcha, etcétera. Durante las dos últimas décadas, todas estrrs
ciones también son fugaces. la audacia prima sobre la aptiiud. marcas nuevas construyeron su éxito comercial sobre una su(:rl(.
Estamos en una época de entusiasmos frenéticos más que de medi- de rito de inversión de los referentes relacionados con la vestimt'nl;r
das, de excitación más que de ecuanimidad. l,a espiral de sensacio- ügentes en el deporte desde hace medio siglo. En esas condi( i() (.s,
nes nuevas produce desempeños motrices que responden ta¡to al el cuestionamiento de los códigos de la vestimenta relacior.r¿r(l()s (.r)rI
desvío como a la virtuosidad. Hay un elemento que permite verificar las prácticas deportivas establecidas se convirtió rápidan)( nt(. r'n
este punto: las reglamentaciones institucionales siempre son poste- un fin en si mismo, es decir una moda.
riores a los procedimientos técnicos o tecnológicos implementados. Dado que para los adolescentes los valores (leportivos Iri r| )i I r¡i rI(.. ,
Esto indica claramente el carácter anormal de esas conductas que y la serie de símbolos que los acompañan perdicron su l('{¡lir I ri(l;r(I v
exploran los márgenes fisicos, geográficos, pero también juridicos l¿rstécnicasy tecnologÍaspermiten la trasgrcsi(ilt(lt. k ¡s li¡I lilr,s.rl¡r.rl.¡
cle la sociedad deportiva. Este aspecto plantea además muchos pro- lo rcal. lis decir el enfrentamient()¿rlsltstlilto (Lr rrit'r,t.. r'l rr:;l;rll,,r.l
blemas de normalización del material. No es de extrañar que la vo- I)irvinrcnto,el aire. el agua. las roc'as)-[)t'sitli:rrcl lr.¡rr'rro:rl r.r¡¡
luntad normalizadora del Estado que se manifiesta a través de cier- ntayor. Sólo csit nllcvir lronlt.r';r¡rrrr.rIr. ¡rr rrrI rrr lr
vi('rlc ctl t:l rlcs¿tfÍo
to número de estructuras como Ia Association Franqaise de l l t s ( o ¡ l ( l i ( ¡ o n cs l h vc¡ r ¿tl tl cs ¿l l ¿l ( n l o t'g cn ( .¡ i l ( l ( . I r r r ..j ¡ i /,:,L r |/IL r I l ¡ l l Il
Normalisation {AFNOR),por ejemplo, sea percibida como un limite ( l t l ¡ r l I) t1 ) v( '¡ r i cn tc ¡ l r ¡ r l <'u ¡ r a tI¡ ¡ Ici t r r ci ¡ I sr x i ;tl r 'l ¡ r ',i r ..r '.1 ¡ r o ¡ l c r r ¡ r .r
( ( ) r ( i ( r r ( i r | ( r ) l ( .( .ti vi l ( l ( ' ti l x) l r i l ) i I¡ .
l)¿rraes¿rnueva creatiüdad deportiva. Sospechosa en principio, ésta

l, ').
Itito de pasaje, la h.azaña realizada en Ia modalidad extrema crea
scntido a la vez que permite formar parte del grupo. La figura inédi-
ta delirante que se "mete" crea una referencia. El "fuera-de-los-lÍmi-
tcs" asi delineado designa los nuevos hitos. Pero la exploración de
ciertos confines geográficos, topográficos o físicos sólo puede conce-
birse en los márgenes sociales yjuúdicos. En sitios y configuracio-
nes culturales que siempre se presentan como desvíos de la norma
y que sólo se conciben bajo el lema de la cont¡a-cultura, allÍ donde
se diluyen los referentes tradicionales. En esas "dead zones", el in-
dividuo en tránsito explora brevemente la brlrtalidad del terreno
para extraer de allÍ valores y sentido probándose fisicamente.
Debemos admitir obüamente que estamos muy alejados del sen-
tido común de las conductas deportivas clásicas. Estamos lejos de
esa "libertad de exceso" que reivindicaba sin embargo Pierre de
Coubertin a fines del siglo pasado. En el caso de los deportes extre-
mos, la ascesis y el control de sÍ mismo, caracterÍsticos en varios
aspectos de la ética aUética, adoptan una modalidad diferente de la
olimpÍaca. Se trata de una puesta en juego del cuerpo desünada a
provocar sensaciones y vértigo, y no una puesta a prueba de las
aptitudes fisicas destinada a producir medidas y marcas. Muy ale-
jados de la estabilidad y de la estandarización de las coacciones
materiales relacionadas con los deportes olímpicos, los deportes de
deslizamiento se apropian cada vez más del ecosistema rural y ur-
bano. acentuando más bien sus fluctuaciones y su inestabilidad. Al
no basarse sobre ningún principio de intercambio sino sólo en el
valor de uso, no están obligados a respetar los códigos reglamenta-
rios que apuntan a promover la igualdad, garante de la calidad en el
intercambio deportivo i.radicional. Alli está la verdadera dificultad
para las instituciones que buscan apoderarse de estos nuevos tipos
de comportamientos deportivos. Efectivamente, el riesgo deportivo
contemporáneo responde por naturaleza a polos de atracción opues-
tos a los que organizan la relación deportiva clásica. El movimiento
ahora simplemente es üvido. Pero, a lo largo de todo un siglo, el
deporte se construyó sobre la base de la medición de ese gesto.

N{tr s

l WitrclMagazíne. n" 94. ene¡o de 1988. p. 42.


I(lcnl.
,J. Ilatf(frill¿¡rd, Enlrel¿ens aruccl,e Monde. IdéL.scaúrkrt\x)t(ir ¡( s, I'írns. l,ll
lXi orrvcrle/ l,c Monde, 19n4. p. 98
,1, SIl,J Si'ssi(r¡, n" l¡l cspc('ial. (ll.icml)rc (lc 1992. l). 2li
:) l\t'ul)t rlt Ma (1..¡ 1" 2O . t ir r z { ) al) r il l{ } 92. I ) . 7.

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