Vous êtes sur la page 1sur 13

Pensar el construir, el habitar y la técnica: una

reflexión sobre la Cuaternidad: la tierra, el cielo, los


divinos y los mortales desde Heidegger*
Ana Cecilia Vallejo Clavijo**

Resumen
Recibido: 1 de diciembre de 2011
Evaluado: 20 de febrero de 2012 El presente artículo expone los resultados de la segunda etapa
Aceptado: 26 de marzo de 2012
del proyecto de investigación Ciencia y Espiritualidad. En este
proyecto se plantea la relación hombre naturaleza, concebida a
partir de algunos planteamientos epistemológicos posmodernos
occidentales y la tradición espiritual de Oriente, con el ánimo de
establecer un diálogo de saberes. Además, en el artículo se dan a
conocer varios sentidos y significados del concepto de naturale-
za en el que se incluyen: el mundo, lo ambiental, el espacio desde
las ciencias y el arte y el espacio urbano. Esta última significación
es la que se pretende desarrollar en este trabajo investigativo.

Palabras clave
Construir, habitar, técnica, Cuaternidad, fenomenología, esen-
cia de la técnica.

* Artículo de reflexión.

** Docente del área de Humanidades de la Universidad Santo Tomás, Bogotá. Filósofa, codirectora del grupo de investigación Ciencia-Espiritualidad,
autora de varios artículos de investigación sobre epistemología, ciencias emergentes, filosofía y cultura. Correo electrónico: anacelv@hotmail.com

HALLAZGOS / Año 9, No. 18 / Bogotá, D.C. / Universidad Santo Tomás / pp. 53-65 53
Thinking of Building, Inhabiting and the Technique:
A Reflection on the Quaternity: Earth, Heaven, Divine Beings
and Mortals from Heidegger’s Perspective
Ana Cecilia Vallejo Clavijo

Abstract
This article presents the results of the second phase of the
Recibido: 1 de diciembre de 2011
research project Science and Spirituality. This project ponders Evaluado: 20 de febrero de 2012
the man-nature relationship conceived from some Western Aceptado: 26 de marzo de 2012

postmodern epistemological points of view as well as from


the Eastern spiritual tradition. It aims to establish a dialogue
among knowledges. Furthermore, this article reports various
senses and meanings of the concept of nature, such as: the
world, the environment, the science and art conception of
space and the urban space connotation. This latter meaning
is the one to be developed by means of this research paper.

Keywords
To build, to inhabit, technique, quaternity, phenomenology,
essence of the technique.

54
Ana Cecilia Vallejo Clavijo

Introducción habitar. Este pensar reflexivo y meditativo


se presenta desde una comprensión unitaria
En el análisis reflexivo e interpretativo que que abarca la Cuaternidad o el cuadrante
se hace sobre las tres temáticas nombradas presente en la naturaleza (la tierra, el cielo,
a saber: el construir, habitar y la técnica des- los divinos y los mortales). Esta compren-
de Heidegger, se persigue establecer algo sión de la Cuaternidad es radicalmente di-
en común: la necesidad de ser pensadas en ferente al pensamiento representativo que
forma reflexiva, es decir, que al realizar este fracciona y establece una separación y dua-
ejercicio de reflexión, ellas mismas, entran lidad entre el hombre y la naturaleza. Todo
en lo digno de ser pensado y meditado: la ello nos lleva a reflexionar sobre el construir
ruta emprendida se encamina hacia la bús- mismo, más allá de las simples reglas y
queda y el desocultamiento del sentido ori- técnicas de construcción y de las preocu-
ginario, en el nivel del ser, desde la fenome- paciones habituales de los urbanistas y ar-
nología. Se trata de mostrar, por una parte, quitectos, para dirigir nuestra mirada desde
cómo el construir pertenece al habitar y, por una dimensión superior, más trascendente
otra, cómo las cosas que “están a la mano” en relación con el hombre. Por otra parte, a
(la técnica) esconden un sentido oculto que través del pensar meditativo se pretende re-
atañe directamente al hombre. trotraer el construir al ámbito que pertenece
todo lo que es, hacia el nivel del ser. Según
El texto de Heidegger Construir, habitar y lo anterior, se hace necesario buscar el cons-
pensar fue dado a conocer en la época en que truir en aquella región “a la que pertenece
Alemania carecía de viviendas debido a que todo lo que es”, para ello se pone en cues-
habían sido destruidas por los bombardeos tión, en qué medida el construir pertenece
de los aliados en la Segunda Guerra Mun- al habitar. En los textos Construir, habitar y
dial. Dicho texto constituye una crítica fren- pensar y La cosa, se expresa la necesidad de
te a las construcciones masivas, cargadas de que los mortales tienen que remitirse a su
anonimato y homogeneidad que destruyen esencia olvidada y perdida; olvido que in-
la base de la habitabilidad del hombre. Para cluye el habitar mismo.
Heidegger, por muy amarga y amenaza-
dora que sea la carencia de viviendas, la Por otra parte, acudiendo a varios artículos
auténtica penuria del habitar no consiste y textos que tienen relación con la pregun-
propiamente en la falta de viviendas, sino ta por la técnica, se quiere mostrar cómo
que reside en el hecho de que los mortales en el mundo de la técnica moderna, el de
primeramente tienen que volver a buscar la la era atómica, como la denomina Heide-
esencia del habitar. gger, nuestra relación más profunda con la
naturaleza se ha olvidado y perdido; esto
Desde este autor, el concepto de habitar vie- obliga al ser humano a preguntarse cuál es
ne a significar la totalidad de nuestra per- la vinculación de nosotros (los que pertene-
manencia terrenal en cuanto “mortales en la cemos a la época caracterizada por la pre-
Tierra” que somos. De ahí que resulte nece- sencia técnica moderna) con la naturaleza.
sario y válido desarrollar un acto reflexivo, Esta pregunta nos lleva a buscar el sentido
que lleve a preguntar por el sentido de ese originario de la técnica, su esencia.

HALLAZGOS / Año 9, No. 18 / Bogotá, D.C. / Universidad Santo Tomás / pp. 53-65 55
Pensar el construir, el habitar y la técnica: una reflexión sobre la Cuaternidad: la tierra, el cielo, los divinos y los mortales desde Heidegger

Una mirada desde la Al referirnos a Heidegger, la palabra Da-


fenomenología sein adquiere gran importancia. Entre las
diferentes alusiones que hace Heidegger de
Inicialmente la investigación emprendida ella en sus textos, suele significar “ser ahí”,
por Heidegger se dirige sobre aquello que y está referida al ser humano en tanto que
se nos muestra de manera inmediata: “a está abierto a sí mismo, al mundo y a los de-
toda mostración del ente tal como se mues- más seres humanos. Dasein alude también,
tra a sí mismo” (Heidegger, 2003, p. 58). En al abrirse del ser mismo, a su irrupción en el
este sentido, el sujeto está estructurado in- ser humano. El Dasein designa un determi-
tencionalmente a..., y esta intencionalidad nado ente, el que somos nosotros mismos,
no es otra cosa que la trascendencia; así, los así se expresa: “Este ente, el Dasein, tiene,
comportamientos intencionales constitu- como todos los entes, un modo de ser espe-
yen la trascendencia. Sin embargo, aquello cífico. En nuestra terminología designamos
que se nos muestra en la inmediatez, pue- el modo de ser del Dasein como existencia
de permanecer oculto, oscuro, encubierto, (existenz)” (Heidegger, 2000, p. 54). Por otra
recubierto, requiriendo de un método de parte, los comportamientos del Dasein tie-
investigación que evidencie ese ser que se nen un carácter intencional y en virtud de
estudia; frente a esto, surge la necesidad de esa intencionalidad el sujeto ya está en rela-
captar los objetos en directa “mostración y ción con las cosas que no son él mismo. Así,
justificación”. La ruta trazada por Heide- la intencionalidad es “una estructura que
gger está orientada desde una perspecti- constituye el carácter de relación de com-
va fenomenológica, constituyéndose en el portarse del Dasein como tal” (Heidegger,
modo de acceso y determinación que evi- 2000, p. 94).
dencia lo que debe constituir el tema de la
ontología. Desde el enfoque fenomenológico asumido
en este escrito, se establece que en la inte-
Es importante aclarar que desde la investi- rrelación sujeto-objeto, el hombre “está en-
gación fenomenológica no se nombran las el-mundo” en un entorno relacionado con
cosas de la forma como se hace en las cien- la vida humana y sus significaciones. Rela-
cias particulares; esta solo da información cionando este último aspecto con el cons-
acerca de “la manera de mostrar y de tra- truir en la arquitectura, Christian Norberg
tar lo que en esa ciencia debe ser tratado” destaca la importancia que tiene para ella,
(Heidegger, 2003, p. 57). Por otra parte, el el pensar en términos de imágenes signifi-
ente tratado como se expresó anteriormen- cativas y no exclusivamente en términos de
te, puede encontrarse encubierto, recubierto función y estructura, al hacerlo exclusiva-
o disimulado (recordemos la conocida frase mente desde esta manera, nuestro entorno
de Heidegger: “el ser ha estado encubierto y quedaría reducido a un simple contenedor
se ha olvidado”), lo que nos obliga a sacarlo espacial, sin ninguna relación con la vida
del ocultamiento, aclarando que no es este humana, mediante el enfoque fenomenoló-
o aquel ente sino el ser del ente, esto quiere gico según Norberg: “se le puede devolver
decir, que lo que ha estado olvidado, la fe- a la tecnología su significación , y así resta-
nomenología: lo toma “entre manos” como blecer la arquitectura como construcción en
“objeto”. el verdadero sentido de la palabra. Por eso

56
Ana Cecilia Vallejo Clavijo

decía Heidegger ‘solo cuando somos capa- monumentos, sino que conlleva un signifi-
ces de habitar podemos construir’” (Nor- cado cercano al orden natural biológico de
berg, 2005, p. 249). crecimiento y maduración de los frutos.

En su propósito por esclarecer el signifi- De esta forma, podemos establecer una


cado del construir y el habitar, Heidegger distinción entre dos modos de entender el
parte del estudio etimológico, con el ánimo construir: uno estaría referido a la palabra
de vincular al hombre en su permanencia collere como cultura, cuidar y el otro, cons-
en la tierra. Al referirnos al hombre, como truir en sentido técnico o “arte de levantar
ser mortal, este puede desarrollar un pensar edificios”, en esta última actividad estaría
natural sobre las cosas: aeropuertos, esta- incluida el habitar necesariamente. Sin em-
ciones de gasolina, etc. situándose en el pla- bargo, para Heidegger, a pesar de que tanto
no óntico (de los entes), sin embargo, este el construir como el habitar —es decir, estar
pensar puede estar referido hacia un ámbito en la tierra para la experiencia cotidiana del
superior, en la búsqueda de la comprensión ser humano— ha sido siempre lo “habitual”,
del ser del ente, de su esencia, en otras pa- el sentido propio del construir (a saber, el
labras, puede estar dirigido hacia el descu- habitar) ha caído en el olvido. En el cons-
brimiento o desocultamiento de la verdad truir se oculta algo decisivo: el habitar no se
(aletheia). piensa nunca como rasgo fundamental del
ser del hombre. Agrega Heidegger, que si
Interpretación del texto de somos atentos y queremos escuchar lo que
Heidegger: Construir, habitar el lenguaje nos quiere decir en su silencio,
y pensar encontramos tres cosas fundamentales:

En Construir, habitar y pensar, Heidegger nos • Construir es propiamente habitar.


muestra cómo muchas veces las palabras
esenciales del lenguaje caen en el olvido, • El habitar es la manera como los morta-
retirándose el sentido propio de ellas, un les habitan la tierra.
caso concreto es el de la palabra “cons-
truir”. Esta palabra viene del alemán Buam, • El construir como el habitar se despliega
significa habitar y quiere decir permanecer, en el construir que cuida (es decir, que
residir. La antigua palabra abun se refiere a cuida desde el crecimiento) y en el cons-
la manera según la cual los hombres somos truir se levantan edificios.
en la tierra. Por tal razón, ser hombre signi-
fica estar en la tierra como mortal. Por otra El pensar en estas tres cosas no lleva a en-
parte, la antigua palabra Bauen remite al he- tender que la pregunta por la esencia del
cho de que el hombre es en la medida en construir no se ha considerado de manera
que habita y significa además abrigar, cui- suficiente. Por consiguiente, todo construir
dar, custodiar, velar por, cultivar (construir) es en esencia un habitar, así para Heidegger:
una tierra de labranza, o una viña. A través “no habitamos porque hemos construido
de toda esta rica significación, se advierte sino que construimos y hemos construido
que el construir no se refiere estrictamente en la medida en que habitamos, es decir, en
a la técnica encaminada a erigir viviendas, cuanto somos los que habitan” (Heidegger,
1994a, p. 130). Ahondando en este aspecto,

HALLAZGOS / Año 9, No. 18 / Bogotá, D.C. / Universidad Santo Tomás / pp. 53-65 57
Pensar el construir, el habitar y la técnica: una reflexión sobre la Cuaternidad: la tierra, el cielo, los divinos y los mortales desde Heidegger

surge una pregunta en torno al habitar: ¿En filósofo, que la cosa afinca, reúne la tierra y
qué consiste la esencia del habitar? el cielo, las divinidades y los mortales; afin-
cando la cosa acerca a unos y a otros desde
Para responder esta pregunta, se parte de las lejanías y este acercar es proximidad. De
que los mortales “habitan en la tierra”, ello esta manera, la tierra es el soporte en que
significa estar “bajo el cielo”, ambas cosas, descansa el edificio, la fecundadora de ali-
tierra y cielo, cosignifican “permanecer ante mentos, el cielo es el camino del Sol, el curso
los divinos”. De esta manera, el habitar en- de la Luna las épocas del año, las divinida-
trelaza esta unidad de los cuatro elementos, des son los mensajeros señaladores de la di-
que Heidegger llama la Cuaternidad (la vinidad, y los mortales son los hombres que
tierra, el cielo, los divinos y los mortales) y pueden morir, así se expresa: “La Tierra, el
dado que el rasgo fundamental del habitar Cielo, las divinidades y los mortales se co-
es el cuidar (velar por), los mortales habitan rresponden concordemente desde sí. Cada
en el modo en que cuidan la Cuaternidad uno de los cuatro refleja a su modo, la esen-
(cuidado cuádruple) en su esencia, también cia de los restantes. Cada uno se refleja por
habitan en la medida que salvan la tierra. eso, según su modo en su propio, dentro de
Salvar en esta interpretación, significa pro- la unión de los cuatro (Heidegger, 1952, p.
piamente, “franquearle a algo la entrada a 674). De la misma manera, los mortales resi-
su esencia”. Así, tenemos que el genuino den con las cosas y las cosas mismas alber-
habitar se da cuando los mortales desempe- gan la Cuaternidad pero solamente cuando
ñan el papel de los protectores o guardines ellas mismas son dejadas en su esencia y
de la Cuaternidad y en la esencia de esta esto solo ocurre cuando los mortales abri-
reside el genuino habitar. Además, el ras- gan y cuidan las cosas que crecen y cuando
go fundamental del habitar es el proteger erigen propiamente las cosas que no crecen.
(Schoner) y los mortales habitan de manera
que ellos protegen lo cuadrante, en cuanto Podemos concluir, siguiendo a Heidegger,
salvan la Tierra, lo que implica algo más que el cuidar y el erigir es el construir en
que dominarla, controlarla y explotarla de sentido estricto, para Heidegger (1994a):
forma ilimitada. “el habitar, en la medida en que guarda
(en verdad) a la Cuaternidad en las cosas,
Por otra parte, el habitar se relaciona ne- es, en tanto que este guardar (en verdad),
cesariamente con la cosa; conviene aclarar un construir” (p. 133). Al preguntarnos, por
aquí la significación que Heidegger le da a otra parte, el cuándo y cómo llegan las co-
esta palabra. Para ello se remite al concep- sas como cosas, responde: “estas llegan por
to de proximidad, surgiendo la siguiente la vigilancia atenta de los mortales, salien-
pregunta: ¿cómo podemos experimentar la do del pensamiento que solo representa, es
esencia de la proximidad? En primera ins- decir, explica: “yendo al pensamiento que
tancia, se encuentra que la proximidad no rememora” (p. 153).
se deja encontrar, además, el hombre ha
pensado muy poco en la proximidad y en la Finalmente, se plantea la siguiente pregun-
cosa en cuanto cosa, sin embargo, en ella es- ta: ¿en qué medida el construir pertenece al
tán lo que solemos llamar cosa. Agrega este habitar?

58
Ana Cecilia Vallejo Clavijo

La respuesta alude al construir desde la Acerca del espacio


esencia del habitar. Aunque podemos en-
tender el construir en el sentido de edificar Anteriormente habíamos establecido que el
estrictamente, sin embargo, limitamos su habitar es el residir con las cosas (puente),
sentido; para ampliar este sentido nos remi- que se coligan con la Cuaternidad, desde
timos a la siguiente pregunta: ¿qué es una este planteamiento, entramos en una nueva
cosa construida? consideración del espacio; que se diferencia
radicalmente a la dada por la filosofía y la
Heidegger hace referencia a un viejo puen- ciencia moderna. En la Modernidad, el es-
te en Alemania, advirtiéndonos que el pacio es considerado de manera abstracta,
construir no es simplemente diseñar una un gran receptor infinito, geométrico mate-
estructura material para determinada fina- mático que alberga los objetos tridimensio-
lidad, sino que encierra algo más que está nales. Desde esta visión se excluye o niega
relacionado con la Cuaternidad. De forma el carácter cualitativo y concreto del espacio
abreviaba se mostrarán las cualidades más mismo, dado que no tiene presencia el lugar
sobresalientes del puente en los siguientes concreto y su relación con el hombre.
términos: se levanta “ligero y fuerte” no
solo junta las orillas ya existentes: le aporta Volviendo al caso del puente, vemos que
dos extensiones de paisaje a sus orillas, co- desde la perspectiva de Heidegger, este
liga la tierra como paisaje en torno a la co- hace lugar y sitio a un paraje y solo puede
rriente, está preparado para los tiempos del abrir un espacio a este, aquello que en sí
cielo, mantiene la corriente dirigida al cielo, mismo es un lugar. El lugar no está presente
garantiza a los mortales que vayan de un lu- antes del puente sino por el puente mismo,
gar a otro, reúne como el paso que se lanza y solo por él surge un lugar. Además y como
al otro lado, conduciendo ante los divinos. se había mencionado, el puente es una cosa
Tanto si la presencia de estos (los divinos) que coliga la Cuaternidad, pero coliga en el
está considerada de un modo visible en la modo del otorgar (hacer sitio) a la Cuater-
figura del santo del puente, como si queda nidad, a un paraje. Para Heidegger (1994a),
ignorada. Además, el puente puede ser sin desde este paraje se determinan los parajes
más, tan solo eso, un puente; pero ocasio- de los pueblos y caminos por los que a un
nalmente podría expresar distintas cosas espacio se le hace espacio, así se expresa:
convirtiéndose en símbolo, ejemplo de ello,
Las cosas que son lugares de este
es todo lo que se ha nombrado. En esta re-
modo, y sólo ellas, otorgan cada vez
flexión Heidegger (1994a) establece que: más espacios. Lo que esta palabra
“Raum” (espacio) nombra lo dice su
El puente coliga según su manera cabe viejo significado: raum, rum quiere de-
sí tierra y cielo, los divinos y los morta- cir lugar franqueado para población y
les. Según una vieja palabra de nuestra campamento (p. 135).
lengua, la coligación se llama “thing”. El
puente es una cosa y lo es en tanto que
la coligación de la Cuaternidad (p. 134).
Desde la visión fenomenológica, el espacio
es considerado como algo aviado (espacia-
do), que constituye la frontera (en griego
peras), pero frontera no en el sentido de
aquello que termina sino por el contrario es

HALLAZGOS / Año 9, No. 18 / Bogotá, D.C. / Universidad Santo Tomás / pp. 53-65 59
Pensar el construir, el habitar y la técnica: una reflexión sobre la Cuaternidad: la tierra, el cielo, los divinos y los mortales desde Heidegger

aquello “a partir de donde algo comienza a tales agrega: “Los mortales son; esto quiere
ser lo que es”, donde comienza su esencia. decir habitando aguantan espacios sobre el
En este sentido, el espacio es esencialmente fundamento de su residencia cabe cosas y
lo dispuesto, lo que se ha dejado entrar en lugares” (p. 138). Incluso cuando los mora-
sus fronteras. Todo lo anterior, nos lleva a les parecen alejarse y “entran en sí mismos”,
concluir que los espacios reciben su esencia como puede ser el caso de la meditación, no
desde los lugares y no desde “el” espacio abandonan la pertenencia a la Cuaternidad.
entendido este abstractamente. Esto quiere decir que cuando nosotros me-
ditamos, vamos hacia nosotros volviendo
Finalmente, con respecto al espacio surgen de las cosas, sin abandonar la residencia
las siguientes dos preguntas: ¿en qué refe- junto a las cosas. Para Heidegger (1994a),
rencia está lugar y espacio? y ¿cuál es la re- cuando se reflexiona sobre la relación de lu-
lación del hombre y espacio? gar, espacio y modo de habérselas del hom-
bre en ese espacio, sale a la luz la esencia
El puente otorga un lugar en el que se in- de las cosas que son lugares y que nosotros
cluyen la Tierra, el Cielo, los divinos y los llamamos construcciones para este filósofo:
mortales. A su vez, los espacios que noso- “Las auténticas construcciones marcan el
tros estamos atravesando todos los días es- habitar llevándolo a su esencia y dan casa
tán dispuestos por los lugares y la esencia a esta esencia” (p. 140). Podríamos concluir
de estos tienen su fundamento en cosas tipo que construir y pensar, cada uno a su mane-
construcciones. Si prestamos atención a la ra, son siempre ineludibles para el habitar,
relación existente entre lugares y espacios, y seguirán siendo insuficientes, mientras no
podemos entrar en consideración también, se escuchen el uno al otro y cada uno lleve
a la que se establece entre hombre y espacio. lo suyo por separado, en otras palabras el
Normalmente cuando nombramos estas construir y el pensar pertenecen al habitar.
dos palabras se tienden a contraponer una
frente a la otra (el espacio, por una parte, Mediante este estudio de la historia de las
y el hombre, por la otra); sin embargo, no palabras “construir” y “habitar”, Heide-
existe esta dualidad, es decir, no existen los gger ha vuelto a revivir los significados
hombres y además el espacio, Heidegger fundamentales, posibilitando la compren-
(1994a) plantea esta unidad en la siguiente sión de la relación entre nosotros y nuestro
forma: “Cuando digo ‘un hombre’ pienso entorno. El habitar como bien lo plantea
con esta palabra en aquel que es al modo Norberg (1983), presupone una relación au-
humano, es decir, que habita, entonces con téntica con el mundo, y esta se hace posible
la palabra ‘un hombre’ estoy nombrando ya mediante el arte, así se refiere:
la residencia de la Cuaternidad” (p. 138).
Cuando el mundo se torna agobiante
Esto implica que todos los espacios y con y amenazante resulta importante con-
trolarlo emocionalmente y aprender a
ellos “el espacio” están ya siempre dispues-
captarlo a través de lo que llamamos
tos para la residencia de los mortales, en visión poética, solo a través de ella el
este sentido, los espacios entran en el habi- hombre puede desarrollar un amor y
tar de los hombres. Heidegger (1994a), re- un respeto por las cosas y de este modo
firiéndose al espacio habitado por los mor- salvar la Tierra (Norberg, 1983, p. 248).

60
Ana Cecilia Vallejo Clavijo

Una reflexión sobre la casa marginadas, cabe preguntar si como alter-


desde el punto de vista nativa de solución a esta problemática: ¿es
existencial y de significado suficiente la construcción de viviendas tem-
porales que por fuerza terminan convirtién-
El hogar, la casa, se ha constituido desde dose en permanentes o masivas, elabora-
épocas prehistóricas en el centro de nuestra das con criterios estrictamente económicos
vivienda, lugar de reunión de nuestros an- carentes de las más mínimas garantías de
cestros en torno al fuego (hoguera-hogar), salubridad y seguridad, erigidas sobre zo-
morada que se instala como eje de inte- nas erosionadas o humedales naturales que
gración y socialización de sus componen- afectan el medio ambiente?, ¿qué pasa con
tes. Así, todo espacio habitado contiene la el habitar en estas circunstancias?
esencia del concepto de hogar, puesto que
allí se mezclan los recuerdos, la situaciones, Reflexión sobre la técnica
la imaginación y las memorias a veces ol-
vidadas y lo rememorable. Nos es imposi- Partiendo de que la interrelación hombre-
ble aprehender el significado completo del naturaleza se presenta como un hecho his-
ambiente, si nos limitamos a considerarlo tórico, en el sentido de que la experiencia
en términos de orientación o de estructu- que tenemos de ella se modifica a través del
ras espaciales abstractas que muchas veces tiempo, se encuentra que inicialmente la na-
inspiran las construcciones. Así, estar en turaleza se presenta como un plexo de po-
un lugar significa algo más que ubicarnos sibilidades pragmáticas y utilitarias, así, el
espacialmente, tiene que ver en mayor gra- bosque como reserva de madera de la mon-
do, con la identificación de los significa- taña, el río como fuente de fuerza hidráu-
dos existenciales específicos. Para Norberg lica, etc. Frente a este hecho surgen los si-
(1983) los significados se manifiestan como guientes interrogantes: ¿cómo experimenta
caracteres y pueden referirse a objetos físi- la naturaleza el hombre occidental moder-
cos, sociales y culturales, así lo plantea: “El no?, ¿en qué forma nos vinculamos con la
hombre conquista un equilibrio existencial naturaleza nosotros, los que pertenecemos
si consigue dar a su lugar un carácter con- a la época caracterizada por el dominio de
creto y significativo. El carácter del lugar es la técnica?
pues una significación básica” (p. 227). Ade-
más, estos significados existenciales se ma- Para aclarar lo anterior y acudiendo a Hei-
nifiestan como “cosas palpables” que con- degger en su texto La pregunta por la técnica,
tribuyen a servir de puente entre la mente, podemos iniciar nuestra reflexión sobre la
el cuerpo y el entorno. técnica considerándola de dos maneras: 1.
La técnica como un medio para unos fines
Tratando de contextualizar esta reflexión en y 2. La técnica como un hacer del hombre.
nuestro contexto y dentro del actual pano- A pesar de que estas definiciones se coo-
rama territorial colombiano, caracterizado pertenecen, abarcan solo la definición ins-
por la presencia del narcotráfico, la guerri- trumental y antropológica de la técnica, no
lla y el paramilitarismo como principales nos muestran todavía la esencia de esta, de
agentes generadores del desplazamiento ahí que se haga necesario develar el modo
y desarraigo de las poblaciones urbanas y propio de lo verdadero. Para Heidegger

HALLAZGOS / Año 9, No. 18 / Bogotá, D.C. / Universidad Santo Tomás / pp. 53-65 61
Pensar el construir, el habitar y la técnica: una reflexión sobre la Cuaternidad: la tierra, el cielo, los divinos y los mortales desde Heidegger

(1994b), salir de lo oculto y la esencia de la citador sacar de lo oculto”, no es un mero


técnica viene a ser lo mismo, así se refiere: hacer del hombre (como se mencionaba an-
teriormente en la segunda consideración de
La técnica no es pues un medio, la téc-
la técnica), así se refiere: “Aquel provocar
nica es un modo del salir de lo oculto.
Si prestamos atención a esto se nos que emplaza al hombre a solicitar lo real
abrirá una región totalmente distinta como existencias debemos tomarlo tal como
para la esencia de la técnica, es la re- se muestra. Aquel provocar coliga al hom-
gión del desocultamiento es decir de la bre en el solicitar. Esto que coliga concentra
verdad (p. 15).
al hombre a solicitar lo real y efectivo como
existencias” (p. 21). Esta interpelación que
Acudiendo al significado originario griego,
provoca, que coliga al hombre a solicitar lo
la palabra técnica (Techne) no solo compete
que sale de lo oculto como existencias, lo
al hacer y el saber hacer del obrero manual,
llama Heidegger la estructura del emplaza-
sino está referido al arte, y las bellas artes en
miento (Ge-stell), aclarando que esta no es
el sentido elevado. Desde esta significación,
nada técnico, nada maquinal. La Ge-stell es
la técnica pertenece al: “traer-ahí-delante”,
el modo según el cual lo real y efectivo sale
a la poiésis, creación o revelación. Como se
de lo oculto como existencias. De esta ma-
había mencionado anteriormente, técnica es
nera, la definición instrumental antropoló-
un modo de salir de lo oculto, es: “La esen-
gica de la técnica, habitualmente utilizada,
cia en la región en la que acontece el hacer
se convierte en algo caduco, dado que no es
salir lo oculto y el estado desocultamien-
completada por una explicación metafísica.
to” (1994b, p. 16). En esta región en donde
acontece la aletheia, la verdad. Por otra par-
Centrándonos en el poder de la técnica, en-
te, este hacer salir lo oculto que prevalece en
contramos que si bien con anterioridad, la
la técnica moderna, se manifiesta como una
pregunta que se hacía el hombre frente a la
provocación que pone ante la naturaleza la
naturaleza, estaba dirigida a cómo obtener
exigencia de suministrar energía. Algo bien
cantidades suficientes de combustible, lo
diferente, a la actividad desempeñada por
que ahora se cuestiona, es cómo podemos
el labrador que cultivaba el campo cuidán-
dominar y dirigir las inimaginables magni-
dolo y abrigándolo. Lo que sucede ahora,
tudes de la energía asegurándole a la huma-
por el contrario, es que el cultivar emplaza a
nidad que estas no vayan a causarle daño.
la naturaleza en el sentido de provocación;
Desde estos planteamientos se afirma que el
para Heidegger este emplazar que provoca
acelerado y veloz desarrollo de la técnica no
las energías de la naturaleza es un promo-
podrá ser detenido, es más, aceleradamente
ver que impulsa hacia la máxima utiliza-
adquirirá poderes que desbordarán la vo-
ción con el mínimo gasto. De esta manera,
luntad y la capacidad del hombre. A pesar
la energía oculta de la naturaleza es sacada
de todo, lo que realmente inquieta no es que
a la luz como transformación distribución y
el mundo se tecnifique enteramente, el ver-
conmutación, ellas mismas son maneras del
dadero problema radica en que el ser huma-
hacer salir lo oculto “como existencias” de
no no esté preparado para enfrentar medi-
forma provocadora.
tativamente esta transformación. Frente al
problema que atañe al poder de la técnica,
Sin embargo, para Heidegger (1994b), la
ningún grupo de investigadores técnicos ni
técnica moderna, entendida como “un soli-

62
Ana Cecilia Vallejo Clavijo

la industria podrán frenar, encauzar ni do- do de las cosas, permitiéndole “estar en el


minar el proceso histórico de la era atómica. mundo”, sin quedar alienado con respecto
Ante este hecho, el hombre de la era atómi- a su entorno y desarrollar “una conciencia
ca se torna desconcertado ante la irresistible del entorno”. Esta actitud puede estar mani-
prepotencia de la técnica. festada en el descubrir “la naturalidad de la
naturaleza”, en una reasunción de la natu-
Además de estar el hombre emplazado y raleza natural que ya estaba considerada en
dominado por el solicitar provocador de la los griegos, quienes la denominaban como
esencia de la técnica moderna, ella misma aparición y desaparición. Esta naturalidad
se revela como destino. En este sentido, la de la naturaleza la podemos encontrar en el
Ge-stell es una destinación del sino (desti- planteamiento que hace Heidegger (1963)
no), y la misión del hombre se concreta en acerca del valle de la Selva Negra y que apa-
saber escuchar y atender ese destino desde rece en el texto Por qué permanecemos en la
una relación libre con la esencia de la técni- provincia, así se refiere:
ca moderna. Así, el hombre llega a ser libre
justamente en la medida en que pertenece a Siento su transformación continua, de
día y de noche, en el gran ir y venir de
la región del sino, en donde se da el aconte-
las estaciones. La pesadez de la montaña
cimiento de hacer salir lo oculto, es decir, la y la dureza de la roca primitiva, el conte-
verdad que está emparentada con la libertad. nido crecer de los abetos, la gala lumino-
En esta consideración de la técnica, se hace sa y sencilla de los prados florecientes, el
patente una ambigüedad en la esencia de murmullo del arrollo de la montaña en
la vasta noche de otoño (p. 473).
la técnica: primero porque la estructura del
emplazamiento provoca la furia del solicitar
Finalmente, se quiere resaltar cómo en el
poniendo en peligro la esencia de la verdad,
libro Serenidad, Heidegger (1960) desarrolla
pero a la vez, esta estructura del emplaza-
una reflexión sobre la técnica resaltando la
miento, según Heidegger (1994b):
importancia del pensar y la meditación. A
Acaece de un modo propicio en el otor- veces, plantea este filósofo, nos entretene-
gante que —hasta ahora de modo no mos oyendo palabras sin necesidad de pen-
experienciado— hace durar al hombre sar, accionamos sin necesidad de meditar,
en el ser puesto en uso para el acaecer somos huidizos al acto de meditar, de pen-
de verdad de la esencia de la verdad.
sar, aunque ello nos concierne directamen-
De este modo viene a comparecer el
emerger de lo que salva (p. 35). te, así se refiere:

Todos nosotros somos a menudo po-


Esto último nos lleva a concluir que, pre-
bres en pensamientos; todos nosotros
cisamente, la propia esencia de la técnica con harta facilidad estamos faltos de
puede albergar en sí el crecimiento de lo pensamientos. Esta carencia de pen-
que salva. Norberg, citando a Heidegger, samiento es un inquietante huésped,
muestra la relación poética y fenomenológi- que en el mundo actual, está llegando y
marchándose de continuo, pues hoy en
ca que tiene el hombre con el mundo, para día por la vía más veloz y barata, toma
ello, hace referencia a la palabra Andenken, uno conocimiento de todas y cada una
que literalmente significa acomodarse, pen- de las cosas para olvidarlas en el mismo
sar con devoción. A partir de esta actitud, momento con idéntica rapidez (p. 339).
el hombre puede penetrar en el significa-

HALLAZGOS / Año 9, No. 18 / Bogotá, D.C. / Universidad Santo Tomás / pp. 53-65 63
Pensar el construir, el habitar y la técnica: una reflexión sobre la Cuaternidad: la tierra, el cielo, los divinos y los mortales desde Heidegger

Sin embargo, a pesar de que el hombre ac- gen se encontraban aún más desarraigados
tual escapa al hábito de pensar, esta pobre- que los exiliados, todo a causa del poder
za de meditación encierra paradójicamente: hechizante de los modernos instrumentos
“la promesa de una riqueza cuyos tesoros técnicos de información. Ante este peligro,
lucen en el esplendor de lo inútil que nunca se pregunta Heidegger si cabría la posibili-
se deja calcular” (Heidegger, 1964, p. 60). dad de proporcionarle al hombre un nuevo
suelo y fundamento para un arraigo ver-
Heidegger piensa que el hombre niega esa dadero: la respuesta es tan cercana que ni
huida al pensar, al argumentar que en nin- siquiera la advertimos y es el camino de la
gún momento se han realizado planes tan reflexión. El pensamiento reflexivo y medi-
vastos, estudios tan variados e investigacio- tativo requiere del compromiso en algo (ein-
nes tan apasionadas como hoy; sin embar- lassen) a través del camino de la serenidad
go, a pesar de que este pensar, heredado de (Gelassenheit).
la ciencia moderna, refleja un gran esfuer-
zo utilitario y grandioso, sigue siendo una Adoptando una actitud de serenidad empe-
forma de pensamiento peculiar que afecta zamos a ver clara nuestra relación con las
nuestro modo de ver el mundo. Su pecu- cosas, a pesar de que el sentido de la técnica
liaridad consiste en que planea de acuerdo se oculta precisamente en la medida en que
a unas circunstancias dadas, con una fina- viene a nuestro encuentro. La actitud por
lidad e intensión calculadora, aunque no la que nos mantenemos abiertos al sentido
opera con números, no se detiene a meditar, común del mundo técnico, la denomina
no piensa en pos del sentido de todo cuan- Heidegger la apertura al misterio. Así, tene-
to es. Otra creencia comúnmente arraigada mos que la serenidad, para con las cosas y
en nuestra época es el considerar de forma la apertura al misterio, nos permite residir
optimista que la ciencia moderna nos puede en el mundo de una forma nueva, prome-
conducir al camino de “una vida humana tiéndonos un nuevo suelo y fundamento.
más feliz”; frente a esto, Heidegger se cues- En este nuevo fundamento se hará posible
tiona si dicha creencia nace de una medita- la creación de las obras duraderas que echa-
ción, o si se ha pensado en el sentido de ella rán raíces para florecer. Heidegger (1990)
misma, según su juicio, con frecuencia nos nos trae la siguiente reflexión acerca de la
olvidamos de reflexionar y de preguntar- técnica:
nos: ¿a qué se debe que la técnica científica
Para todos nosotros son hoy insusti-
haya podido descubrir y poner en libertad
tuibles las instalaciones, aparatos y
nuevas energías naturales? máquinas del mundo técnico; lo son
para unos en mayor medida que para
Otro rasgo particularmente amenazado en otros. Sería necio marchar ciegamente
la era atómica es el arraigo; Heidegger nos contra el mundo técnico Sería miope
muestra cómo, por ejemplo, muchos alema- condenar el mundo técnico como obra
del diablo. Dependemos de los objetos
nes tuvieron que emigrar de su tierra natal técnicos, estos nos están desafiando,
y fueron atrapados en el ajetreo de las gran- incluso, a una constante mejora. Sin
des ciudades industriales volviéndose unos darnos cuenta, hemos quedados tan
extraños de su vieja tierra natal. Además, firmemente fundidos, a los objetos téc-
nicos, que hemos venido a dar en su
los que permanecieron en su sitio de ori-
servidumbre. Pero también podemos

64
Ana Cecilia Vallejo Clavijo

hacer otra cosa. Podemos ciertamente, investigación y todo maestro de ciencias:


y, no obstante y pese a su conveniente “todo aquel humano que como ser pensan-
utilización, mantenernos tan libres que
te, que atraviese una ciencia será capaz de
ellos queden siempre en desasimiento
de nosotros. Al usar los objetos técni- moverse y de mantenerse despierto en los
cos podemos tomarlos como deben ser distintos planos de meditación (Heidegger,
tomados. Mas al propio tiempo pode- 1994b, p. 60) .
mos dejar a esos objetos residir en sí
mismos como algo que no nos atañen Referencias
en lo más mínimo y propio. Podemos
dar el sí a la ineludible utilización de
los objetos técnicos, y podemos a la vez Heidegger, M. (1953). La cosa. Revista Ideas y
decir no en cuanto les prohibimos que valores. Tomo III.
exclusivamente nos planteen sus exi- Heidegger, M. (1960). Serenidad. Revista
gencias, nos deformen, nos confundan
y por último nos devasten. Pero si de Eco, 1(4).
este modo decimos sí y no a los obje- Heidegger, M. (1963). Por qué permanece-
tos de la técnica ¿nuestra relación con mos en la provincia. Revista Eco, 6 tomo
el mundo técnico no quedará entonces
VI/5 (35).
escindida e insegura? Todo lo contra-
rio. De una extraña manera nuestra Heidegger, M. (1964). Qué significa pensar.
relación con el mundo técnico se hace Buenos Aires: Nova.
sencilla y tranquila. Permitimos que los
objetos técnicos penetren en nuestro Heidegger, M. (1994a). Construir, habitar y
mundo cotidiano, y al mismo tiempo pensar [conferencias y artículos]. Barce-
los dejamos fuera, o sea los hacemos lona: Serval.
consistir en cosas que no son nada ab-
soluto sino que se hayan dependientes Heidegger, M. (1994b). La pregunta por la téc-
de algo superior. Quiero nombrar esta nica [conferencias y artículos]. Barcelo-
actitud del simultáneo si y no al mun- na: Serval.
do técnico con unas viejas palabras: la
Heidegger, M. (2000). Los problemas funda-
serenidad para con las cosas (p. 349).
mentales de la fenomenología. Madrid:
Al relacionar el problema de las ciencia y la Trotta.
técnica moderna, podemos concluir que las Heidegger, M. (2003). Ser y tiempo. Madrid:
ciencias por sí mismas no pueden llegar a Trotta.
la esencia de las ciencias, es decir, no pue- Norberg, C. (1983). La arquitectura de Occi-
den abrirse paso por sí solas para descubrir dente. Barcelona: Gustavo Gil.
la esencia de la ciencia, su conocimiento
Norberg, C. (2005). Principios de arquitectura.
fragmentado y pragmático imposibilita tal
Barcelona: Teverte.
intención, de ahí, la necesidad de que toda

HALLAZGOS / Año 9, No. 18 / Bogotá, D.C. / Universidad Santo Tomás / pp. 53-65 65

Vous aimerez peut-être aussi