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Resumen
Recibido: 1 de diciembre de 2011
Evaluado: 20 de febrero de 2012 El presente artículo expone los resultados de la segunda etapa
Aceptado: 26 de marzo de 2012
del proyecto de investigación Ciencia y Espiritualidad. En este
proyecto se plantea la relación hombre naturaleza, concebida a
partir de algunos planteamientos epistemológicos posmodernos
occidentales y la tradición espiritual de Oriente, con el ánimo de
establecer un diálogo de saberes. Además, en el artículo se dan a
conocer varios sentidos y significados del concepto de naturale-
za en el que se incluyen: el mundo, lo ambiental, el espacio desde
las ciencias y el arte y el espacio urbano. Esta última significación
es la que se pretende desarrollar en este trabajo investigativo.
Palabras clave
Construir, habitar, técnica, Cuaternidad, fenomenología, esen-
cia de la técnica.
* Artículo de reflexión.
** Docente del área de Humanidades de la Universidad Santo Tomás, Bogotá. Filósofa, codirectora del grupo de investigación Ciencia-Espiritualidad,
autora de varios artículos de investigación sobre epistemología, ciencias emergentes, filosofía y cultura. Correo electrónico: anacelv@hotmail.com
HALLAZGOS / Año 9, No. 18 / Bogotá, D.C. / Universidad Santo Tomás / pp. 53-65 53
Thinking of Building, Inhabiting and the Technique:
A Reflection on the Quaternity: Earth, Heaven, Divine Beings
and Mortals from Heidegger’s Perspective
Ana Cecilia Vallejo Clavijo
Abstract
This article presents the results of the second phase of the
Recibido: 1 de diciembre de 2011
research project Science and Spirituality. This project ponders Evaluado: 20 de febrero de 2012
the man-nature relationship conceived from some Western Aceptado: 26 de marzo de 2012
Keywords
To build, to inhabit, technique, quaternity, phenomenology,
essence of the technique.
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decía Heidegger ‘solo cuando somos capa- monumentos, sino que conlleva un signifi-
ces de habitar podemos construir’” (Nor- cado cercano al orden natural biológico de
berg, 2005, p. 249). crecimiento y maduración de los frutos.
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surge una pregunta en torno al habitar: ¿En filósofo, que la cosa afinca, reúne la tierra y
qué consiste la esencia del habitar? el cielo, las divinidades y los mortales; afin-
cando la cosa acerca a unos y a otros desde
Para responder esta pregunta, se parte de las lejanías y este acercar es proximidad. De
que los mortales “habitan en la tierra”, ello esta manera, la tierra es el soporte en que
significa estar “bajo el cielo”, ambas cosas, descansa el edificio, la fecundadora de ali-
tierra y cielo, cosignifican “permanecer ante mentos, el cielo es el camino del Sol, el curso
los divinos”. De esta manera, el habitar en- de la Luna las épocas del año, las divinida-
trelaza esta unidad de los cuatro elementos, des son los mensajeros señaladores de la di-
que Heidegger llama la Cuaternidad (la vinidad, y los mortales son los hombres que
tierra, el cielo, los divinos y los mortales) y pueden morir, así se expresa: “La Tierra, el
dado que el rasgo fundamental del habitar Cielo, las divinidades y los mortales se co-
es el cuidar (velar por), los mortales habitan rresponden concordemente desde sí. Cada
en el modo en que cuidan la Cuaternidad uno de los cuatro refleja a su modo, la esen-
(cuidado cuádruple) en su esencia, también cia de los restantes. Cada uno se refleja por
habitan en la medida que salvan la tierra. eso, según su modo en su propio, dentro de
Salvar en esta interpretación, significa pro- la unión de los cuatro (Heidegger, 1952, p.
piamente, “franquearle a algo la entrada a 674). De la misma manera, los mortales resi-
su esencia”. Así, tenemos que el genuino den con las cosas y las cosas mismas alber-
habitar se da cuando los mortales desempe- gan la Cuaternidad pero solamente cuando
ñan el papel de los protectores o guardines ellas mismas son dejadas en su esencia y
de la Cuaternidad y en la esencia de esta esto solo ocurre cuando los mortales abri-
reside el genuino habitar. Además, el ras- gan y cuidan las cosas que crecen y cuando
go fundamental del habitar es el proteger erigen propiamente las cosas que no crecen.
(Schoner) y los mortales habitan de manera
que ellos protegen lo cuadrante, en cuanto Podemos concluir, siguiendo a Heidegger,
salvan la Tierra, lo que implica algo más que el cuidar y el erigir es el construir en
que dominarla, controlarla y explotarla de sentido estricto, para Heidegger (1994a):
forma ilimitada. “el habitar, en la medida en que guarda
(en verdad) a la Cuaternidad en las cosas,
Por otra parte, el habitar se relaciona ne- es, en tanto que este guardar (en verdad),
cesariamente con la cosa; conviene aclarar un construir” (p. 133). Al preguntarnos, por
aquí la significación que Heidegger le da a otra parte, el cuándo y cómo llegan las co-
esta palabra. Para ello se remite al concep- sas como cosas, responde: “estas llegan por
to de proximidad, surgiendo la siguiente la vigilancia atenta de los mortales, salien-
pregunta: ¿cómo podemos experimentar la do del pensamiento que solo representa, es
esencia de la proximidad? En primera ins- decir, explica: “yendo al pensamiento que
tancia, se encuentra que la proximidad no rememora” (p. 153).
se deja encontrar, además, el hombre ha
pensado muy poco en la proximidad y en la Finalmente, se plantea la siguiente pregun-
cosa en cuanto cosa, sin embargo, en ella es- ta: ¿en qué medida el construir pertenece al
tán lo que solemos llamar cosa. Agrega este habitar?
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aquello “a partir de donde algo comienza a tales agrega: “Los mortales son; esto quiere
ser lo que es”, donde comienza su esencia. decir habitando aguantan espacios sobre el
En este sentido, el espacio es esencialmente fundamento de su residencia cabe cosas y
lo dispuesto, lo que se ha dejado entrar en lugares” (p. 138). Incluso cuando los mora-
sus fronteras. Todo lo anterior, nos lleva a les parecen alejarse y “entran en sí mismos”,
concluir que los espacios reciben su esencia como puede ser el caso de la meditación, no
desde los lugares y no desde “el” espacio abandonan la pertenencia a la Cuaternidad.
entendido este abstractamente. Esto quiere decir que cuando nosotros me-
ditamos, vamos hacia nosotros volviendo
Finalmente, con respecto al espacio surgen de las cosas, sin abandonar la residencia
las siguientes dos preguntas: ¿en qué refe- junto a las cosas. Para Heidegger (1994a),
rencia está lugar y espacio? y ¿cuál es la re- cuando se reflexiona sobre la relación de lu-
lación del hombre y espacio? gar, espacio y modo de habérselas del hom-
bre en ese espacio, sale a la luz la esencia
El puente otorga un lugar en el que se in- de las cosas que son lugares y que nosotros
cluyen la Tierra, el Cielo, los divinos y los llamamos construcciones para este filósofo:
mortales. A su vez, los espacios que noso- “Las auténticas construcciones marcan el
tros estamos atravesando todos los días es- habitar llevándolo a su esencia y dan casa
tán dispuestos por los lugares y la esencia a esta esencia” (p. 140). Podríamos concluir
de estos tienen su fundamento en cosas tipo que construir y pensar, cada uno a su mane-
construcciones. Si prestamos atención a la ra, son siempre ineludibles para el habitar,
relación existente entre lugares y espacios, y seguirán siendo insuficientes, mientras no
podemos entrar en consideración también, se escuchen el uno al otro y cada uno lleve
a la que se establece entre hombre y espacio. lo suyo por separado, en otras palabras el
Normalmente cuando nombramos estas construir y el pensar pertenecen al habitar.
dos palabras se tienden a contraponer una
frente a la otra (el espacio, por una parte, Mediante este estudio de la historia de las
y el hombre, por la otra); sin embargo, no palabras “construir” y “habitar”, Heide-
existe esta dualidad, es decir, no existen los gger ha vuelto a revivir los significados
hombres y además el espacio, Heidegger fundamentales, posibilitando la compren-
(1994a) plantea esta unidad en la siguiente sión de la relación entre nosotros y nuestro
forma: “Cuando digo ‘un hombre’ pienso entorno. El habitar como bien lo plantea
con esta palabra en aquel que es al modo Norberg (1983), presupone una relación au-
humano, es decir, que habita, entonces con téntica con el mundo, y esta se hace posible
la palabra ‘un hombre’ estoy nombrando ya mediante el arte, así se refiere:
la residencia de la Cuaternidad” (p. 138).
Cuando el mundo se torna agobiante
Esto implica que todos los espacios y con y amenazante resulta importante con-
trolarlo emocionalmente y aprender a
ellos “el espacio” están ya siempre dispues-
captarlo a través de lo que llamamos
tos para la residencia de los mortales, en visión poética, solo a través de ella el
este sentido, los espacios entran en el habi- hombre puede desarrollar un amor y
tar de los hombres. Heidegger (1994a), re- un respeto por las cosas y de este modo
firiéndose al espacio habitado por los mor- salvar la Tierra (Norberg, 1983, p. 248).
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Sin embargo, a pesar de que el hombre ac- gen se encontraban aún más desarraigados
tual escapa al hábito de pensar, esta pobre- que los exiliados, todo a causa del poder
za de meditación encierra paradójicamente: hechizante de los modernos instrumentos
“la promesa de una riqueza cuyos tesoros técnicos de información. Ante este peligro,
lucen en el esplendor de lo inútil que nunca se pregunta Heidegger si cabría la posibili-
se deja calcular” (Heidegger, 1964, p. 60). dad de proporcionarle al hombre un nuevo
suelo y fundamento para un arraigo ver-
Heidegger piensa que el hombre niega esa dadero: la respuesta es tan cercana que ni
huida al pensar, al argumentar que en nin- siquiera la advertimos y es el camino de la
gún momento se han realizado planes tan reflexión. El pensamiento reflexivo y medi-
vastos, estudios tan variados e investigacio- tativo requiere del compromiso en algo (ein-
nes tan apasionadas como hoy; sin embar- lassen) a través del camino de la serenidad
go, a pesar de que este pensar, heredado de (Gelassenheit).
la ciencia moderna, refleja un gran esfuer-
zo utilitario y grandioso, sigue siendo una Adoptando una actitud de serenidad empe-
forma de pensamiento peculiar que afecta zamos a ver clara nuestra relación con las
nuestro modo de ver el mundo. Su pecu- cosas, a pesar de que el sentido de la técnica
liaridad consiste en que planea de acuerdo se oculta precisamente en la medida en que
a unas circunstancias dadas, con una fina- viene a nuestro encuentro. La actitud por
lidad e intensión calculadora, aunque no la que nos mantenemos abiertos al sentido
opera con números, no se detiene a meditar, común del mundo técnico, la denomina
no piensa en pos del sentido de todo cuan- Heidegger la apertura al misterio. Así, tene-
to es. Otra creencia comúnmente arraigada mos que la serenidad, para con las cosas y
en nuestra época es el considerar de forma la apertura al misterio, nos permite residir
optimista que la ciencia moderna nos puede en el mundo de una forma nueva, prome-
conducir al camino de “una vida humana tiéndonos un nuevo suelo y fundamento.
más feliz”; frente a esto, Heidegger se cues- En este nuevo fundamento se hará posible
tiona si dicha creencia nace de una medita- la creación de las obras duraderas que echa-
ción, o si se ha pensado en el sentido de ella rán raíces para florecer. Heidegger (1990)
misma, según su juicio, con frecuencia nos nos trae la siguiente reflexión acerca de la
olvidamos de reflexionar y de preguntar- técnica:
nos: ¿a qué se debe que la técnica científica
Para todos nosotros son hoy insusti-
haya podido descubrir y poner en libertad
tuibles las instalaciones, aparatos y
nuevas energías naturales? máquinas del mundo técnico; lo son
para unos en mayor medida que para
Otro rasgo particularmente amenazado en otros. Sería necio marchar ciegamente
la era atómica es el arraigo; Heidegger nos contra el mundo técnico Sería miope
muestra cómo, por ejemplo, muchos alema- condenar el mundo técnico como obra
del diablo. Dependemos de los objetos
nes tuvieron que emigrar de su tierra natal técnicos, estos nos están desafiando,
y fueron atrapados en el ajetreo de las gran- incluso, a una constante mejora. Sin
des ciudades industriales volviéndose unos darnos cuenta, hemos quedados tan
extraños de su vieja tierra natal. Además, firmemente fundidos, a los objetos téc-
nicos, que hemos venido a dar en su
los que permanecieron en su sitio de ori-
servidumbre. Pero también podemos
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