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Carrera: Mercadeo
Matricula: 2019-08150
Tema: semana II
Materia: español II
Para el desarrollo de esta unidad debes considerar leer los materiales del texto:
Apuntes para el estudio del español, además de otros materiales ubicados en
los recursos de la misma.
Tipología textual:
Manuel, hijo de León Guzmán, trabaja como montero en la estancia del viejo
Tomás, en Matancitas. Allí se enamora de su hija María, y se comprometen
para casarse. Juan, otro personaje que se dedica a cazar en el monte jabalíes
y toros salvajes para la estancia de don Tomás, también alberga esperanza de
que María fije su dulce mirada de amor en él. Pero la doncella inclina sus ojos
hacia Manuel, y eso empieza a contrariar al negro Juan. Cuando Manuel
regresó frustrado por no poder capturar un gran jabalí, Juan empezó a
desafiarle, menospreciando su destreza de montero. Se agriaron ambos
hombres. Don Tomás les brindó un trago a ambos, antes de ir a un sancocho
de tocino, preparado por Teresa, mujer de Tomás. Al día siguiente, por
sugerencia del patrón Tomás, Juan acompaña a Manuel a cazar el gran jabalí
que se le perdió en las breñas de la Madre Vieja del
Helechal. Como ya habían cruzado palabras de duelo, “yo voy todos los días al
monte y estoy dispuesto a ir ahora…” (pág. 25), Juan y Manuel no bien
doblaban la punta de Matancita para ir de cacería a orillas del Nagua, Juan
volvió a desafiar a su compañero y quedó plantado el duelo entre ambos,
quedando Manuel aturdido por un machetazo del otro montero. Juan huyó
entre los montes, y Manuel pudo salvarse porque su perro Manzanilla se zafó y
fue al bohío de don Tomás a dar el aviso de que su amo corría peligro de morir.
Un pequeño fragmento de la obra literaria El montero del dominicano
Pedro Francisco Bono.
“El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5.30 de
la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo. Había
soñado que atravesaba un bosque de higuerones donde caía una
llovizna tierna, y por un instante fue feliz en el sueño, pero al despertar
se sintió por completo salpicado de cagada de pájaros. «Siempre
soñaba con árboles», me dijo Plácida Linero, su madre, evocando 27
años después los pormenores de aquel lunes ingrato. «La semana
anterior había soñado que iba solo en un avión de papel de estaño
que volaba sin tropezar por entre los almendros», me dijo. (Crónica
de una muerte anunciada de Gabriel García Márquez, 1981)
Tenemos varios tipos de narradores como pueden ser el autor, un personaje ficticio,
narrador en primera persona, narrador en segunda persona, narrador en tercera
persona.
El narrador testigo: este participa en los hechos sin ser figura principal, y
puede conocer lo que piensa o siente uno de los personajes.