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Novena a la Santísima Trinidad (por tu hija Carmen Patricia Venegas)

EL CREDO
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en
Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del
Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio
Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día
resucitó de entre los muertos, subió a las cielos y está sentado a la derecha de
Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo
en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón
de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.

Comunión Espiritual
Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo
Sacramento del Altar.
Os amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero
no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, venid al menos espiritualmente a
mi corazón. Y como si ya os hubiese recibido, os abrazo y me uno del todo a Ti,
porque con fe y devoción te decimos:
Alma de Cristo, santifícame. Cuerpo de Cristo, sálvame. Sangre de Cristo,
embriágame. Agua del costado de Cristo, lávame. Pasión de Cristo, confórtame.
Oh mi buen Jesús, óyeme. Dentro de tus llagas, escóndeme. No permitas que me
aparte de Ti. Del maligno enemigo, defiéndeme. En la hora de mi muerte, llámame
y mándame ir a Ti, para que con tus santos y tus ángeles, te alabe, te bendiga y te
glorifique por los siglos de los siglos. Amén.

1 - Alabanza a la Santísima Trinidad


1.1 - A Dios Padre
Os adoro, oh Padre eterno, con toda la corte celestial, por mi Dios y Señor, y os
doy infinitas gracias en nombre de la santísima Virgen, vuestra Hija muy amada,
por todos los dones y privilegios con que la adornasteis, especialmente por aquel
poder con que la enaltecisteis en su gloriosa Asunción a los cielos.
Padrenuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga a nosotros
tu reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas, como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en tentación mas
líbranos o Dios de todo mal.
Gloria al padre, gloria al hijo, gloria al espíritu santo.
Como era en un principio es ahora y siempre por los siglos de los siglos.
Amén.

1.2 - A Dios Hijo


Os adoro, oh eterno Hijo, con toda la corte celestial por mi Dios, Señor y Redentor,
y os rindo gracias infinitas en nombre de la santísima Virgen, vuestra muy amada
Madre, por todos los dones y privilegios con que la adornasteis, especialmente por
aquella suma sabiduría con que la ilustrasteis en su gloriosa Asunción al cielo.

Padrenuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga a nosotros
tu reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas, como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en tentación más
líbranos o Dios de todo mal.
Gloria al padre, gloria al hijo, gloria al espíritu santo.
Como era en un principio es ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

1.3 - A Dios Espíritu Santo


Os adoro, Espíritu Santo paráclito, por mi Dios y Señor, y os doy infinitas gracias
con toda la corte celestial en nombre de la santísima Virgen, vuestra amantísima
Esposa por todos los dones y privilegios con que la adornasteis, especialmente por
aquella perfectísima y divina caridad con que inflamasteis su santísimo y purísimo
corazón en el acto de su gloriosísima Asunción al cielo; y humildemente os suplico
en nombre de vuestra inmaculada Esposa, me otorguéis la gracia de perdonarme
todos los gravísimos pecados que he cometido desde el primer instante en que
pude pecar; hasta el presente, de los cuales me duelo infinitamente, con propósito
de morir antes que volver más a ofender a vuestra divina Majestad; y por los
altísimos méritos y eficacísima protección de vuestra amantísima Esposa os
suplico me concedáis a mí y a Todos nosotros el preciosísimo don de vuestra
gracia y divino amor, otorgándome aquellas luces y particulares auxilios con los
cuales vuestra eterna Providencia ha predeterminado salvarme, y conducirme así.
Padrenuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga a nosotros
tu reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas, como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en tentación más
líbranos o Dios de todo mal.
Gloria al padre, gloria al hijo, gloria al espíritu santo.
Como era en un principio es ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

2 - Oración en súplica a la Santísima Virgen María por su intercesión


Os reconozco y os venero, oh Virgen santísima, Reina de los cielos, Señora y
Patrona del universo, como a Hija del eterno Padre, Madre de su dilectísimo Hijo,
y Esposa amantísima del Espíritu Santo; y postrado a los pies de vuestra gran
Majestad con la mayor humildad os suplico por aquella divina caridad; de que
fuisteis sumamente llena en vuestra Asunción al cielo, que me hagáis la singular
gracia y misericordia de ponerme bajo vuestra segurísima y fidelísima protección,
y de recibirme en el número de aquellos felicísimos y afortunados siervos que
lleváis esculpidos en vuestro virginal pecho. Dignaos, oh Madre y Señora mía
clementísima, aceptar mi miserable corazón, mi memoria, mi voluntad, y demás
potencias y sentidos míos interiores y exteriores; aceptad mis ojos, mis oídos, mi
boca, mis manos y mis pies, regidlos conforme al beneplácito de vuestro Hijo, a fin
de que con todos sus movimientos tenga intención de tributaros gloria infinita. Y
por aquella sabiduría con que os iluminó vuestro amantísimo Hijo, os ruego y
suplico me alcancéis luz y claridad para conocerme bien a mí mismo, mi nada, y
particularmente mis pecados, para odiarlos y detestarlos siempre, y alcanzadme
además luz para conocer las asechanzas del enemigo infernal y sus combates
ocultos y manifiestos.
Te imploramos Madre María muy especialmente tu intersección divina por tu hija
Carmen Patricia Venegas, bríndale el discernimiento en su vida y que solo se obre
en ella la voluntad divina.
3 - Oración (Para Todos Los Días)
Augustísima e inefable Trinidad, eterno Dios trino y uno, humildemente postrado
ante vuestra divina presencia como hijo de tu Iglesia Católica, creo y confieso que
eres un solo Dios en la esencia y trino en las personas. Yo te adoro Padre Ingénito,
Hijo Unigénito y Espíritu Santo consolador, tres personas distintas y un solo Dios
verdadero; te deseo alabar, servir y amar como te aman, sirven y alaban los
espíritus angélicos que dividió su sabiduría en tres jerarquías y cada jerarquía en
tres coros para que fueran sombra de tu Trinidad admirable. Yo te pido me des
una fe firme de este altísimo misterio, un aborrecimiento eficaz a toda ofensa tuya
esencialmente mortal, un vivísimo dolor de las muchas que contra ti he cometido
y un amor ardentísimo tuyo con el cual observe sus divinos preceptos y sólo
atienda a gradarte y servirte de modo que merezca verte como deseo por toda la
eternidad y juntamente pido misericordiosísima Trinidad me concedas el favor
que deseo alcanzar en esta novena si ha de ser para gloria tuya y bien de mi alma.
Amén.
Gloria al padre, gloria al hijo, gloria al espíritu santo.
Como era en un principio es ahora y siempre por los siglos de los siglos.
Amén.

4 - Himno de Alabanza a la Santísima Trinidad (San Juan Pablo II)


Bendito seas, Padre, que en tu infinito amor nos has dado a tu Unigénito Hijo,
hecho carne por obra del Espíritu Santo en el seno purísimo de la Virgen María, y
nacido en Belén hace más dos mil años.
Él se ha hecho nuestro compañero de viaje y ha dado nuevo significado a la
historia, que es un camino hecho juntos, en el trabajo y en el sufrimiento, en la
fidelidad y en el amor, hacia aquellos cielos nuevos y hacia aquella tierra nueva, en
la que Tú, vencida la muerte, serás todo en todos.
¡Alabanza y gloria a Ti, Trinidad Santísima, único y sumo Dios!
Haz, Padre, que por tu gracia estos días sean un tiempo de conversión profunda y
de alegre retorno a Ti; concédenos que sea un tiempo de reconciliación entre los
hombres y de redescubierta concordia entre las naciones; tiempo en el que las
lanzas se truequen en hoces, y al fragor de las armas sucedan cantos de paz.
Concédenos, Padre, vivir dóciles a la voz del Espíritu, fieles en el seguimiento de
Cristo, asiduos en la escucha de la Palabra y en la asiduidad a las fuentes de la
gracia.
¡Alabanza y gloria a Ti, Trinidad Santísima, único y sumo Dios!

Sostén, Padre, con la fuerza del Espíritu, el empeño de la Iglesia en favor de la


nueva evangelización y guía nuestros pasos por los caminos del mundo para
anunciar a Cristo con la vida, orientando nuestra peregrinación terrena hacia la
Ciudad de la luz. Haz, Padre, que brillen los discípulos misioneros de tu Hijo por su
amor hacia los pobres y oprimidos; que sean solidarios con los necesitados, y
generosos en las obras de misericordia, e indulgentes con los hermanos para
obtener ellos mismos de Ti indulgencia y perdón.
¡Alabanza y gloria a Ti, Trinidad Santísima, único y sumo Dios!
Haz, Padre, que los discípulos misioneros de tu Hijo, purificada la memoria y
reconocidas las propias culpas, sean una sola cosa, de suerte que el mundo crea.
Otorga que se dilate el diálogo entre los seguidores de las grandes religiones, de
suerte que todos los hombres descubran la alegría de ser tus hijos.
¡Alabanza y gloria a Ti, Trinidad Santísima, único y sumo Dios!
Haz que a la voz suplicante de María, Madre de las gentes, se unan las voces
orantes de los apóstoles y de los mártires cristianos, de los justos de todo pueblo y
de todo tiempo, para que este momento de gracia sea para todos y para la Iglesia,
motivo de renovada esperanza y de júbilo en el Espíritu.
¡Alabanza y gloria a Ti, Trinidad Santísima, único y sumo Dios!
A Ti, Padre omnipotente, origen del cosmos y del hombre, por Cristo, el Viviente,
Señor del tiempo y de la historia, en el Espíritu que santifica el universo, la
alabanza, el honor, la gloria, hoy y en los siglos sin fin. Amén

5 - LECTURA BÍBLICA CORRESPONDIENTE AL DÍA.


REFLEXIÓN DEL DÍA.
PRIMER DÍA: DIOS UNO Y ÚNICO
Amabilísimo Dios trino y uno, creador amantísimo de los hombres. Y te ofrezco el
ardentísimo amor con que los serafines todos se abrazan en tu purísimo amor y
con el cual insensatamente se consagran en encendidos afectos a tu mayor
obsequio. Ojalá yo te amara tan fina y puramente como estos amantes espíritus.
Concédeme amabilísimo Dios, una centella de tu amor, pues los serafines al
amarte alaban su santidad repitiéndote: Santo, Santo, haz que yo sólo tenga
aprecio a la virtud y santidad y que la conserve en esta vida para merecer amarte
con los serafines eternamente en la gloria. Amén.

LECTURA DEL LIBRO DEL PROFETA ISAÍAS


Yo soy el Señor y no hay otro: artífice de la luz, creador de las tinieblas, autor de la
paz, creador de la desgracia; yo, el Señor, hago todo esto. Cielos, destilen el rocío;
nubes, derramen la victoria; ábrase la tierra y brote la salvación, y con ella
germine la justicia: yo, el Señor, lo he creado. Así dice el Señor, creador del cielo –
Él es Dios-, el que modeló la tierra, la fabricó y la afianzó; no la creó vacía, sino que
la formó habitable: Yo soy el Señor y no hay otro. ¿Quién anunció esto desde
antiguo, quién lo predijo desde entonces? No hay otro Dios fuera de mí. Yo soy un
Dios justo y salvador, y no hay ninguno más. Vengan a mí para ser salvados,
confines de la tierra, porque yo soy Dios y no hay otro. Lo juro por mi Nombre, de
mi boca sale una sentencia, una palabra irrevocable: Ante mí se doblará toda
rodilla, por mí jurará toda lengua. Dirán: Sólo el Señor tiene la justicia y el poder. A
Él vendrán derrotados los que se enfurecían contra Él, porque el Señor triunfará y
se gloriará la estirpe de Israel.
Palabra de Dios. R/: Te alabamos, Señor.
REFLEXIÓN:
Las grandes convicciones del profeta le inspiran su palabra. Para él, la historia está
guiada, iluminada, acompañada por Dios, quien actúa siempre con misericordia,
amor y justicia y jamás como un déspota, por eso vale la pena hacer su voluntad.
Para el profeta la salvación es un encuentro de causas diversas en las que Dios
actúa “porque el Señor es sol y escudo”.
En ningún otro momento de la historia humana este encuentro ha estado tan
fecundo y perfecto como en el misterio de la encarnación. El fruto que ha nacido,
Jesús, lleva en su nombre el destino de la “salvación de Dios”
La fe en el único Dios es el fundamento de la verdadera “religión”, porque Él toma
la iniciativa de entrar en relación directa con sus criaturas. Cristo nos revela que
esta relación es un encuentro entre el Padre y el hijo, porque Dios es Padre. Este
Dios continúa hoy su obra en el mundo a través del hombre, quien tiene como
misión humanizar la creación y convertirla, con humildad y generosidad, en
vivienda agradable para la mejor obra de arte salida de la mano de Dios: el
hombre, y el hombre en familia. El cristiano es administrador corresponsable del
mundo, no es el dueño absoluto de la obra de Dios, pero el cristiano sí está
llamado a ver la mano de Dios en la obra del mundo a través de lo que consciente
o inconscientemente hace por él.
Padrenuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga a nosotros
tu reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas, como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en tentación más
líbranos o Dios de todo mal.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, Bendita tú eres entre
todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios y Madre Nuestra, ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria al padre, gloria al hijo, gloria al espíritu santo.
Como era en un principio es ahora y siempre por los siglos de los siglos.
Amén.

SEGUNDO DÍA: DIOS ES AMOR


Sapientísimo Dios trino y uno fuente y origen de toda verdadera sabiduría yo le
ofrezco la admirable ciencia con que adornaste a los querubines, para que
concediendo tus infinitas perfecciones, te amen y alaben eternamente, por lo que
de Ti conocen, concédeme, Señor, luz para que conociéndote, te admire y alabe y
ame únicamente como a quien únicamente es digno de ser alabado y amado.
Ojalá tuviera yo el conocimiento de estos sabios espíritus, sólo para encender mi
voluntad y tu amor y aborrecer todo aquello que tú aborreces, y que no me pueda
apartar de conocerte y amarte eternamente en la gloria. Amén
LECTURA DE LA PRIMERA CARTA DE SAN JUAN
Queridos hermanos, amémonos unos a otros, porque el amor viene de Dios; todo
el que ama es hijo de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios,
ya que Dios es amor. Dios ha demostrado el amor que nos tiene enviando al
mundo a su Hijo único para que vivamos gracias a Él. En esto consiste el amor: no
en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó y nos envió a su
Hijo para que, ofreciéndose en sacrificio, nuestros pecados quedaran perdonados.
Palabra de Dios. R/: Te alabamos, Señor.

REFLEXIÓN:
Este corto texto tomado de la primera carta de San Juan nos exhorta a vivir en el
amor, como verdaderos hermanos, puesto que todo viene de Dios. Juan toma
como ejemplo al Padre Dios que dona, por amor a nosotros, la vida de su Hijo
Jesucristo. Dios ama en nosotros, perdona en nosotros y ora en nosotros, porque
es amor que se dona con total gratuidad. El mundo, por su parte, está inmerso en
el mal y en el odio; Dios, en cambio, obra por amor. Este amor del Padre se ha
manifestado en la encarnación y aun así nos sentimos pobres e incapaces de
reconocer el amor de Dios, autor de la vida.
Ahora el cristiano es una persona que ama a su hermano, y a su hermano en
familia. El cristiano es administrador corresponsable del mundo, no es el dueño
absoluto de la obra de Dios, pero el cristiano sí está llamado a ver la mano de Dios
en la obra del mundo a través de lo que consciente o inconscientemente hace por
él.
Padrenuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga a nosotros
tu reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas, como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en tentación más
líbranos o Dios de todo mal.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, Bendita tú eres entre
todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios y Madre Nuestra, ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria al padre, gloria al hijo, gloria al espíritu santo.
Como era en un principio es ahora y siempre por los siglos de los siglos.
Amén.

TERCER DÍA: SABIDURÍA DE DIOS


Altísimo Dios trino y uno, que tienes tu asiento en los purísimos tronos, yo te
ofrezco la santidad y pureza con que enriquecisteis a estos sublimes espíritus, para
que fueran digno solio de tu santidad infinita y para habitar en ellos como en
asiento digno de tu inmensa gloria, concédeme, mi Dios, una pureza y santidad
semejante a la de estos felicísimos espíritus, para que habites perpetuamente en
mi alma, y mi corazón sea solio de tu majestad. Ojalá mi pecho fuera un trono de
fuego de amor tuyo, que consumiera los infernales ardores de la concupiscencia, y
estuviera de asiento en él, llenándome todo de tu gracia. Amén.
LECTURA DEL LIBRO DE LA SABIDURÍA
Amen la justicia, ustedes, los que gobiernan la tierra; tengan rectos pensamientos
sobre el Señor y búsquenlo con sencillez de corazón. Lo encuentran los que no
exigen pruebas y se revela a los que no desconfían. Los razonamientos
retorcidos alejan de Dios, y su poder, cuando es puesto a prueba, confunde a los
necios. La sabiduría no entra en un alma perversa ni vive en un cuerpo entregado
al pecado. El Santo Espíritu que nos instruye huye del engaño, se aparta de los
razonamientos sin sentido y se aleja cuando está presente la injusticia. La
Sabiduría es espíritu amigo de los hombres que no deja sin castigo las palabras del
blasfemo; Dios es testigo de sus sentimientos, vigila puntualmente su corazón y
escucha lo que dice su lengua. Porque el Espíritu del Señor llena la tierra y el que
todo lo contiene conoce cada voz.
Palabra de Dios. R/: Te alabamos, Señor.

REFLEXIÓN:
En este hermoso texto la sabiduría está presentada como un don de Dios y,
además, como un atributo que personifica a Dios mismo. Como don de Dios
requiere, de quien decide recibirla:
1. amor por la justicia, como aceptación de la voluntad de Dios.
2. acercarse a Dios y entrar en comunión con Él.
3. tener confianza total en Dios.
Dios rechaza la tortuosidad del impío y no concede la sabiduría a quien está
inmerso en el pecado.
Como atributo divino la Sabiduría está dada por el Espíritu Santo, es maestra de
conducta moral en el hombre que ama y, según el caso, castiga.
la Sabiduría da armonía y unidad a cada cosa.
Si entramos en una biblioteca, y si consultamos la gran biblioteca digital a través
del internet, visualizamos el pensamiento de los autores en forma de líneas,
vemos cómo se forma un verdadero juego de palabras cruzadas que llevan a
tantas desviaciones y relativismos. Vivimos en un permanente bombardeo de
ideas y opiniones. Lo que ayer era impensable aparece hoy en la primera página y,
seguramente, será desmentido mañana. ¿Quién podrá encontrar una verdadera
orientación y el sentido de la vida en esta maraña del pensamiento? La Sabiduría
no es una materia que se enseña en la universidad; viene de lo alto. Es un don,
pero exigente, por eso quien no es humilde y permanece en el pecado no
encuentra la Sabiduría. La Sabiduría no viene de nosotros; Dios nos la da y si
somos capaces de mantener su presencia a través de nuestra transparencia, su luz
brilla en nosotros.
La profunda belleza de la Sabiduría se manifiesta en una persona concreta que
ama y se deja amar, comenzando por Cristo y por María. “El que me ama será
amado por mi Padre, y yo lo amaré y me manifestaré a él”. La Sabiduría es el único
Maestro que no envejece; por eso urge buscarla, escucharla y dejarla actuar en
nosotros.
Cada día podemos orar con total confianza diciendo: “Señor, dame tu Sabiduría
para que guíe mis pasos hacia Ti.”
Padrenuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga a nosotros
tu reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas, como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en tentación más
líbranos o Dios de todo mal.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, Bendita tú eres entre
todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
Santa María, Madre de Dios y Madre Nuestra, ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria al padre, gloria al hijo, gloria al espíritu santo.
Como era en un principio es ahora y siempre por los siglos de los siglos.
Amén.

CUARTO DÍA: BONDAD Y TERNURA DE DIOS.


Omnipotente Dios trino y uno, absoluto Señor del cielo y tierra, yo te ofrezco la
profunda obediencia con que rendidas a tu imperio te obedecen las supremas
dominaciones ejecutando prontamente en todo tu divina voluntad; concédeme,
Señor, el perfectísimo dominio sobre todas mis pasiones y desordenados apetitos,
una exacta obediencia a tu santísima ley, que en nada quebrante tus divinos
preceptos, y que sujetando mi alma y potencias a tu soberano imperio no sea
esclavo del demonio y de la culpa, sino que goce el dominio y libertad que gozan
los que son hijos tuyos por la gracia. Amén.
LECTURA DEL EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO
En aquel tiempo dijo Jesús: Pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se
les abrirá, porque quien pide recibe, quien busca encuentra, a quien llama se le
abrirá. ¿Quién de ustedes si su hijo le pide pan, le da una piedra? ¿O si le pide
pescado, le da una culebra? Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas
buenas a sus hijos, ¡cuánto más dará el Padre de cielo cosas buenas a los que se
las pidan! Traten a los demás como quieren que los demás los traten. En esto
consiste la Ley y los Profetas.
Palabra del Señor. R/: Gloria a Ti, Señor Jesús.
REFLEXIÓN:
Hermosísimo este texto de Mateo que nos muestra la necesidad de la oración de
petición: basta querer y pedir si se quiere recibir. El valor de esta oración está en
quien tiene necesidad y abre su corazón con total confianza al Señor. Quien
necesita no se resigna a hacer menos de lo que realmente requiere. Quien golpea
a la puerta siente el calor que la casa ofrece a las personas que la habitan. Llamar
al corazón de Jesús da eficacia a la oración puesto que él hace una promesa
incondicional: que cada oración será escuchada.
Así es la bondad del Señor: siempre tiene los oídos abiertos y el corazón dispuesto
para quien con Fe se le acerca en la oración. Está claro que no todo aquello que
pedimos se nos concederá: si pedimos algo inútil o dañino, no se nos concederá; el
Padre siempre concede “cosas buenas” en la medida en que Él ve que realmente
nos conviene. La bondad del Padre es una invitación al hijo a ser bueno, a buscar
lo bueno y a hacer el bien a sus semejantes: “Traten a los demás como quieren
que los demás los traten” (regla de oro); esto cierra la primera parte del discurso y
enseguida el Señor nos recuerda que “en esto consiste la Ley y los Profetas.”
Igualmente, estos versículos insisten en la perseverancia en la oración; no es un
texto que enseñe una técnica eficaz para presionar a Dios, sino, más bien, un texto
en el que se afirma la bondad de Dios y la certeza de que en él siempre
encontramos la ternura de un Padre amoroso. El acento en la parábola no está
puesto en la perseverancia de la persona orante, sino en la bondad y en la ternura
del Padre del Cielo. Dios escucha siempre y escucha con alegría. Aquello que el
hombre hace de mala gana, a pesar de la obstinación del otro, el Padre del Cielo lo
hace con plena alegría.
Si realmente creemos que Dios es Padre, sabemos que Él escucha siempre y que
todo lo que venga de Él constituye un bien para nosotros, porque Dios es bueno.
Es poco a poco, orando con insistencia, sin poner condicionamientos, permitiendo
que “se haga su voluntad” en nosotros como vamos entrando en contacto con
Dios y permitiendo que Él acontezca en nuestra vida.
Padrenuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga a nosotros
tu reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas, como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en tentación más
líbranos o Dios de todo mal.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, Bendita tú eres entre
todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios y Madre Nuestra, ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria al padre, gloria al hijo, gloria al espíritu santo.
Como era en un principio es ahora y siempre por los siglos de los siglos.
Amén.

QUINTO DÍA: DIOS EN NUESTRA VIDA


Clementísimo Dios trino y uno, yo te ofrezco el admirable poder que concediste al
coro de las virtudes, con el cual ejecutan a honra y gloria tuya singular maravilla,
empleando su virtud únicamente en obras de tu mayor agrado y obsequio.
Concédeme, mi Dios el que yo no malogre la virtud y poder sobrenatural que tan
liberalmente me das en tus divinos auxilios y demás dones sobrenaturales, sino
que siempre coopere a tu poderosísima gracia, negándome a toda operación ajena
de la soberana virtud y ejecutando solamente obras dignas de hijo tuyo, con las
cuales aumente las virtudes y méritos para gozarte en la gloria. Amén.
LECTURA DE LA CARTA A LOS HEBREOS
La fe es la garantía de lo que se espera, la prueba de lo que no se ve. Por ella
nuestros antepasados fueron considerados dignos de aprobación. Por la fe
comprendemos que el mundo fue formado por la Palabra de Dios, lo visible a
partir de lo invisible. Por la fe Abel ofreció a Dios un sacrificio mejor que el de Caín,
por ella lo declararon justo y Dios aprobó sus dones; por ella, aunque muerto,
sigue hablando. Por la fe Enoc fue trasladado sin pasar por la muerte, y no lo
encontraron porque Dios se lo había llevado; y recibió testimonio que antes de su
traslado había agradado a Dios. Sin fe es imposible agradarle. Quien se acerca a
Dios ha de creer que existe y que recompensa a los que lo buscan. Por la fe recibió
Noé aviso de lo que aún no se veía, y cauteloso construyó un arca para que se
salvase su familia. La fe de Noé condenó al mundo y él alcanzó la justicia que da la
fe.
Palabra de Dios. R/: Te alabamos, Señor

REFLEXIÓN:
Cuando leemos los primeros once capítulos del Génesis encontramos dos líneas
diferentes de vida: la historia humana lejos de Dios y la historia humana con Dios.
Y ahora, cuando leemos la carta a los Hebreos encontramos que el autor en pocas
líneas resume la segunda línea: una historia con Dios y fundada en la Fe. Ésta nos
lleva a ver la fe como “la garantía de lo que se espera y la prueba de lo que no se
ve”, dando así una seguridad a nuestra tensión hacia lo invisible y lo futuro.
Como los grandes personajes del Génesis nombrados por el autor de esta carta,
también nosotros somos llamados a ver, desde la fe, la presencia y la acción
salvadora de Dios en nuestra vida. Así nos exhorta a hacerlo el Concilia Vaticano II
“El pueblo de Dios, movido por la fe, que le impulsa a creer que quien conduce es
el Espíritu del Señor, que llena el universo, procura discernir en los
acontecimientos, exigencias y deseos, de los cuales participa juntamente con sus
contemporáneos, los signos verdaderos de la presencia o de los planes de Dios. La
fe todo lo ilumina con nueva luz y manifiesta el plan divino sobre la entera
vocación del hombre. Por ello orienta la mente hacia soluciones plenamente
humanas. El Concilio se propone, ante todo, juzgar bajo esta luz los valores que
hoy disfrutan de máxima consideración y enlazarlos de nuevo con su fuente divina.
Estos valores por proceder de la inteligencia que Dios ha dado al hombre, poseen
una bondad extraordinaria; pero, a causa de la corrupción del corazón humano,
sufren con frecuencia desviaciones contrarias a su debida ordenación. Por ello
necesitan purificación.
¿Qué piensa del hombre la Iglesia? ¿Qué criterios fundamentales deben
recomendar para levantar el edificio de la sociedad actual? ¿Qué sentido último
tiene la acción humana en el universo? He aquí las preguntas que aguardan
respuesta. Esta hará ver con claridad que el Pueblo de Dios y la humanidad, de la
que aquél forma parte, se prestan mutuo servicio, lo cual demuestra que la misión
de la Iglesia es religiosa y, por lo mismo, plenamente humana.”
Padrenuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga a nosotros
tu reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas, como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en tentación más
líbranos o Dios de todo mal.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, Bendita tú eres entre
todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios y Madre Nuestra, ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria al padre, gloria al hijo, gloria al espíritu santo.
Como era en un principio es ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
SEXTO DÍA: FAMILIA DE DIOS
Fortísimo Dios trino y uno, que adornaste a las potestades angélicas de un singular
poder contra el infierno y contra sus potestades de tinieblas: Yo te ofrezco los
excelentes merecimientos de estos poderosos espíritus y las admirables victorias
que a honor tuvo consiguen de los ejércitos infernales; y te suplico me concedas
poder para servirte y amarte, para vencerme a mí mismo y a los enemigos de mi
alma, y sujetar la rebeldía de mis pasiones, para que venciendo todas mis
tentaciones del demonio, me emplee sólo en tu divino servicio y gloria. Amén.
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO
Todavía estaba hablando a la multitud, cuando se presentaron su madre y sus
hermanos, que estaban afuera, deseosos de hablar con él. Uno le dijo: Mira, tu
madre y tus hermanos están fuera y desean hablar contigo. Él contestó al que le
decía: ¿Quién es mi madre? ¿Quiénes son mis hermanos? Y señalando con la
mano a sus discípulos dijo: ¡Ahí están mi madre y mis hermanos! Cualquiera que
haga la voluntad de mi Padre del cielo, ése es mi hermano, mi hermana y mi
madre.
Palabra del Señor. R/: Gloria a Ti, Señor Jesús.

REFLEXIÓN:
Ante la búsqueda de su familia y de sus paisanos Jesús declara que su verdadera
familia está compuesta por aquellos que “escuchan” y “hacen la voluntad” de
Dios. Escuchar es la premisa indispensable para acoger la Palabra de Dios; todavía
Mateo agrega que es indispensable que la Palabra escuchada se convierta en
realidad en la vida: “La Palabra de Dios es la Praxis del hombre.” Hacer la voluntad
de Dios es practicar en la vida de cada día su Palabra.
Jesús no pone en cuestión la grandeza y la bondad de la familia humana, pero sí
pone las bases de una profunda intimidad con Él: hacer la voluntad del Padre. En
el interior de las relaciones humanas se instaura una nueva parentela espiritual
que une con Cristo y con el Padre: es la consonancia con la voluntad del Padre. De
él ha venido la vida, de Él procede todo bien. Aquí María es alabada; ella ha
aceptado a plenitud la iniciativa del Padre Dios.
En la familia cristiana todo debe ser un signo no sólo de pertenencia a la propia
familia, sino también un gran signo de pertenencia a la inmensa familia de los hijos
de Dios: “Todo aquel que atraído por el Padre y movido por el Espíritu Santo
responde libremente al amor revelado y comunicado en el Hijo, forma la Iglesia,
asamblea de los elegidos de Cristo.” Nuestra fe y el modo de vivirla deben
responder a aquellos requisitos por los cuales uno siente que “verdaderamente”
pertenece a la familia de Dios.
Es urgente consagrar la familia al Señor y pedirle su asistencia permanente para
hacer de cada hogar un verdadero semillero de Fe, de Esperanza y de Amor.
Padrenuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga a nosotros
tu reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas, como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en tentación más
líbranos o Dios de todo mal.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, Bendita tú eres entre
todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios y Madre Nuestra, ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria al padre, gloria al hijo, gloria al espíritu santo.
Como era en un principio es ahora y siempre por los siglos de los siglos.
Amén.

SEPTIMO DÍA: REPOSO DINÁMICO DE DIOS.


Eterno Rey Supremo, Señor de todas las cosas, Dios trino y uno que encomendaste
a los principados el cuidado y guarda de los reinos: Yo te ofrezco los servicios
todos con que estos soberanos espíritus atienden por obediencia al cuidado de los
reinos de la tierra, amparándonos y procurando conducirlos a tu conocimiento. Yo
te pido me concedas el que sólo domine en el reino de mi alma la razón y tu ley y
no sea esclava vilísima por la culpa; y obedeciendo tu suave imperio, alcance el
reino de la gloria. Amén.
LECTURA DE LA CARTA A LOS HEBREOS
Mientras se mantiene en pie la promesa de entrar en el descanso de Dios,
debemos tener cuidado, para que ninguno de ustedes quede excluido; porque
también a nosotros, como a ellos nos anunciaron la Buena Noticia. Pero el
mensaje que ellos oyeron no les valió porque no se unieron por la fe con aquellos
que la aceptaron. Nosotros, en cambio, los que hemos creído, entraremos en ese
descanso, como queda dicho: Juré airado que no entrarán en mi descanso. Las
obras de Dios, por cierto, concluyeron con la creación del mundo, como se dice en
un texto sobre el séptimo día: El séptimo día descansó Dios de todas sus tareas, y
en este otro: no entrarán en mi descanso. Por tanto, esforcémonos por entrar en
aquel descanso, para que ninguno caiga imitando aquel ejemplo de rebeldía.
Palabra de Dios.R/: Te alabamos, Señor.

REFLEXIÓN:
En el versículo 9 de este mismo capítulo de la carta a los Hebreos el autor habla de
un “descanso sabático para el pueblo de Dios,” el que conviene no mirar
negativamente, sino positivamente, como San Pablo en su carta a los Filipenses:
“Queridos míos sean obedientes como siempre: no sólo en presencia mía, sino
más bien en mi ausencia, trabajando con temor y temblor en su salvación,”
mediante la adhesión a la fe y en la puesta en práctica de la Palabra de Dios.
Se puede escuchar la Palabra de Dios que anuncia la Buena Noticia y lleva a la
salvación. Este texto de los hebreos da las razones: La Palabra de Dios escuchada y
vivida lleva a la unidad de la gracia y de la fe con aquel a quien escuchamos. La fe,
en efecto, lleva a la comunión.
De nuevo aquí se presenta la acción de Dios que quiere salvar y la necesaria
colaboración del hombre para su misma salvación. Para esto se hace necesario
permanecer en la fe y entrar en el reposo de Dios, aceptar ver las cosas como Él
las ve, juzgar como Él juzga, actuar como Él actúa. Porque el “reposo de Dios” es
esencialmente dinámico. Dios “obra siempre”, siempre está actuando, creando,
amando… “mi Padre trabaja siempre y yo también trabajo”.
En este sentido el “reposo de Dios” al que estamos invitados a entrar se refiere a
la Iglesia siempre dinámica en la misión y a la continua búsqueda de Dios, quien
permanece activo como Dios Padre Creador, Dios Hijo, Salvador y Dios Espíritu
Santo, santificador. Un poco como el obrero de nuestra civilización industrializada,
que siente la necesidad de un espacio de tiempo en el que pueda ocuparse de
aquellas cosas que le gustan en la tranquilidad de su casa y al calor de su familia a
pesar del cansancio, que semana tras semana, le deja el trajín de la fábrica.
Padrenuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga a nosotros
tu reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas, como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en tentación más
líbranos o Dios de todo mal.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, Bendita tú eres entre
todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios y Madre Nuestra, ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria al padre, gloria al hijo, gloria al espíritu santo.
Como era en un principio es ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

OCTAVO DÍA: DIOS SE MANIFIESTA EN JESUCRISTO


Misericordiosísimo Dios trino y uno, yo te ofrezco los merecimientos todos de los
arcángeles, a los cuales destinasteis para la guarda de las ciudades y para
embajadores de tus más altos secretos; concédeme Señor, tus eficaces auxilios
para que conserve la ciudad de mi alma libre del poder del demonio y resista a los
continuos asaltos del común enemigos y que sólo reine en mí tu gracia y amor con
el cual merezca el que me reveles el altísimo misterio de tu Trinidad inefable en la
ciudad celestial por toda la eternidad. Amén.
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN
En aquel tiempo dijo Jesús: Quien recibe y cumple mis mandamientos, ése sí que
me ama. Y el que me ama será amado por mi Padre, y yo lo amaré y me
manifestaré a él. Le dice Judas –no el Iscariote-: Señor, ¿por qué te vas a
manifestar a nosotros y no al mundo? Jesús le contestó: Si alguien me ama
cumplirá mi palabra, mi Padre lo amará, vendremos a él y habitaremos en él.
Quien no me ama no cumple mis palabras y la palabra que ustedes oyeron no es
mía, sino del Padre que me envió. Les he dicho esto mientras estoy con ustedes. El
Defensor, el Espíritu Santo que enviará el Padre en mi nombre, les enseñará todo y
les recordará todo lo que yo les he dicho.
Palabra del Señor. R/: Gloria a Ti, Señor Jesús.
REFLEXIÓN:
Este breve texto de San Juan, tomado de la última cena tiene como centro de
interés la auto revelación de Jesús, suscitada por la pregunta de Judas (no el
Iscariote). La discriminación entre el mundo y quienes aman a Jesús parte de la
condición que el Señor pone: “Quien acoge mis mandamientos y los vive, éste me
ama.” El amor a Jesús se manifiesta en la observancia de su palabra, la que se
expresa en diversos mandamientos. Quien ama así a Jesús será amado por Él y por
el Padre, y podrá profundizar en la revelación de Jesús mediante el Espíritu Santo,
verdadero don del Padre.
En Jesús Dios se manifiesta espiritualmente a los creyentes y cierra las puertas al
mundo incrédulo. Queda esperar la Parusía: la manifestación gloriosa de Nuestro
Señor Jesucristo al final de los tiempos cuando creyentes y no creyentes estarán
ante el trono del Rey eterno. La experiencia cristiana se vive en el secreto de la
persona, en lo íntimo de su corazón, en lo profundo del espíritu. Dios, el Padre, no
se manifiesta en el trueno ni en los relámpagos, como en el Sinaí, sino por medio
de la brisa ligera, tal como se le manifestó al profeta en la sonrisa de un bebé, en
el abrazo sincero del amigo. Dios rechaza lo espectacular cuando quiere revelar su
secreto plan de salvación, su amor, su paternidad.
Esta manifestación íntima y personal se da a través de la obra mediadora y la
acción interiorizada del Espíritu Santo. El Espíritu Santo se hace para la Iglesia y
para cada cristiano la fuente que da vida, actualiza y revela la Palabra de Dios; la
fuente que acompaña al cristiano en su camino de santificación.
Padrenuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga a nosotros
tu reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas, como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en tentación más
líbranos o Dios de todo mal.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, Bendita tú eres entre
todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios y Madre Nuestra, ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria al padre, gloria al hijo, gloria al espíritu santo.
Como era en un principio es ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

NOVENO DÍA: DIOS NOS AMA LOCAMENTE


Benignísimo Dios trino y uno que te dignaste señalar a cada uno de los hombres
guarda y defensa del coro de los ángeles; yo te ofrezco las virtudes y méritos de
los ángeles todos y el desvelo con que por tu amor defienden y patrocinan a los
hombres; y te suplico me concedas el que de tal suerte oiga y ejecute los
saludables consejos de mi ángel custodio, que jamás lo atropelle quebrantando tu
santísima ley, antes si te obedezca en todo de manera que merezca pasar a verte
en su compañía en la gloria. Amén.
LECTURA DE LA PRIMERA CARTA DE SAN PABLO A LOS CORINTIOS
Miren, hermanos, quiénes han sido llamados: entre ustedes no hay muchos sabios
humanamente hablando, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; por el
contrario, Dios ha elegido a los locos del mundo para humillar a los sabios, Dios ha
elegido a los débiles del mundo para humillar a los fuertes, Dios ha elegido a gente
sin importancia, a los despreciados del mundo y a los que no valen nada, para
anular a los que valen algo. Y así nadie podrá gloriarse frente a Dios. Gracias a Él
ustedes son de Cristo Jesús, que se ha convertido para ustedes en sabiduría de
Dios y justicia, en consagración y redención. Así se cumple lo escrito: El que se
gloría que se gloríe en el Señor.
Palabra de Dios R/: Te alabamos, Señor.

REFLEXIÓN:
Este texto de la primera carta a los Corintios hace referencia clara a una
experiencia vivida por la comunidad cristiana de Corinto. Esto le sirve a San Pablo
para poner un ejemplo claro y concreto de la sabiduría divina, totalmente
diferente a la sabiduría del mundo. La vocación cristiana es dada a personas
privadas de muchas posibilidades y medios para moverse en el mundo; sí, ante los
ojos del mundo los cristianos son un ejemplo de debilidad y estupidez, pero “los
pensamientos de Dios no son los pensamientos del mundo.” Dios mira
directamente al corazón; el mundo se queda en las cosas vanas, pasajeras y
exteriores. Así llama Dios a la Fe, llama a los que Él quiere, a los débiles del
mundo, a los despreciados, a los últimos… a los humildes y sencillos de corazón.
La llamada del cristiano a la Fe no pertenece a la categoría de la inteligencia
humana, sí a la gratuidad del “amor loco” de Dios. Ante Dios no cuenta ni el
privilegio de la cultura, ni del prestigio, ni del éxito científico, político o
económico; para Dios sólo cuenta la transparencia interior y humilde del espíritu.
El cristiano cree que Cristo resurge en cada situación de debilidad, y que viviendo
en el amor con Cristo, quien ama hasta el extremo, se transforma, se humaniza y
se cristifica el mundo.
El cristiano no tiene otra misión distinta a la de dar la propia vida, desprenderse
de ella gota a gota, día a día reconociendo que Cristo, Dios con nosotros, es el
centro de la vida y que, fuera de su amor, no se puede vivir y todo carece de valor.
De frente a la intransigencia de aquellos que reducen la fe a la mediación socio –
política, Pablo reconoce en la disponibilidad interior de fe y esperanza en el “amor
loco de Dios” la presencia activa y salvadora de Cristo Resucitado. Hoy, como ayer,
para cada una de nuestras comunidades diocesanas o parroquiales, nada es más
grave que perder el amor de Cristo y la posibilidad de amar como Cristo nos ama.
Padrenuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga a nosotros
tu reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas, como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en tentación más
líbranos o Dios de todo mal.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, Bendita tú eres entre
todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios y Madre Nuestra, ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria al padre, gloria al hijo, gloria al espíritu santo.
Como era en un principio es ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

6 - Oración Universal.
Misericordiosísimo Dios uno en la esencia, trino en las personas, que me creasteis
a imagen y semejanza tuya, para que en esta vida te conozca y ame, y en la otra te
goce eternamente, yo te suplico por Ti mismo y por los méritos de mi redentor
Jesucristo no permitas que por la culpa se borre en mi alma tu divina imagen sino
atienda en todos mis pensamientos, palabras y obras de agradarte, para que
siendo digna morada tuya, siempre habites en mí por la gracia. A ti, pues, eterno
Padre, que me disteis a tu Hijo para mi remedio, y a Ti, Hijo unigénito, que te
hiciste hombre para redimirme. A Ti, Espíritu consolador, que santificas al alma
para hacerla hija de Dios; a Ti, Trinidad divina, con todo efecto te pido me des tus
eficaces auxilios para vencer mis desordenadas pasiones y borrar mis culpas por
medio de una verdadera confesión. Y que en lo venidero no ame a otra cosa sino a
Ti, perseverando en tu gracia hasta la muerte. Amén.
Gloria al padre, gloria al hijo, gloria al espíritu santo.
Como era en un principio es ahora y siempre por los siglos de los siglos.
Amén.

7 - GOZOS a la Trinidad
Ángeles y Serafines, Arcángeles y querubines Dicen Santo, Santo, Santo.
¡Dios mío, Trinidad a quien adoro!, La Iglesia nos sumerge en tu misterio;
te confesamos y te bendecimos, Señor Dios nuestro.
Ángeles y Serafines, Arcángeles y querubines Dicen Santo, Santo, Santo.
Como un río en el mar de tu grandeza, el tiempo desemboca en hoy eterno,
lo pequeño se anega en lo infinito, Señor, Dios nuestro.
Ángeles y Serafines, Arcángeles y querubines Dicen Santo, Santo, Santo.

Oh, Palabra del Padre, te escuchamos; Oh, Padre, mira el rostro de tu Verbo;
Oh, Espíritu de amor, ven a nosotros; Señor, Dios nuestro.
Ángeles y Serafines, Arcángeles y querubines Dicen Santo, Santo, Santo.
¡Dios mío, Trinidad a quien adoro!, haced de nuestras almas vuestro cielo,
Llevadnos al hogar donde tú habitas, Señor, Dios nuestro.
Ángeles y Serafines, Arcángeles y querubines Dicen Santo, Santo, Santo.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu: Fuente de gozo pleno y verdadero,
al Creador del cielo y de la tierra, Señor, Dios nuestro. Amén.
Ángeles y Serafines, Arcángeles y querubines Dicen Santo, Santo, Santo.

8 - ACTOS DE FE, ESPERANZA Y CARIDAD


“Dios mío, creo firmemente cuanto tú, verdad infalible, has revelado y la santa
Iglesia nos propone para creer. Y expresamente creo en ti, único verdadero Dios,
en tres personas iguales y distintas, Padre, Hijo y Espíritu Santo; y en tu Hijo,
encarnado y muerto por nosotros, Jesucristo, el cual dará a cada uno, según sus
méritos, el premio o la pena eterna. Conforme a esta fe quiero vivir siempre.
Señor, aumenta mi fe.
Dios mío, espero de tu bondad, por tus promesas y por los méritos de Jesucristo,
nuestro Salvador, la vida eterna y las gracias necesarias para merecerla con las
buenas obras que debo y quiero hacer. Señor, no quede yo confundido
eternamente.
Dios mío, te amo con todo mi corazón, sobre todas las cosas, a ti, bien infinito y mi
eterna felicidad; y por amor tuyo amo a mi prójimo como a mí mismo y perdono
las ofensas recibidas. Señor, haz que yo te amé cada día más.”
Padrenuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga a nosotros
tu reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas, como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en tentación más
líbranos o Dios de todo mal.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, Bendita tú eres entre
todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios y Madre Nuestra, ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria al padre, gloria al hijo, gloria al espíritu santo.
Como era en un principio es ahora y siempre por los siglos de los siglos.
Amén.

9 - Gozos A La Beatísima Trinidad


A este misterio divino, llegó el amor y el temor.
Oh sumo Dios uno y trino Misericordia Señor.
Santísima Trinidad, digna de gloria y honor, sabio, omnipotente, amante
Sanctus, sanctus, sanctus clama y universal creador.
Oh sumo Dios uno y trino Misericordia Señor.
Siempre el seráfico amor; tres sanctus, por tres personas y un Dios glorificador
Oh sumo Dios uno y trino Misericordia Señor.
Es Dios Padre sol supremo, es Dios Hijo su esplendor y Dios Espíritu Santo,
de uno y otro sacro ardor Oh sumo Dios uno y trino Misericordia Señor.
Sin este sol todo es de noche, sin esta luz todo es horror, sin este ardor soberano
es frialdad sin fervor. Oh sumo Dios uno y trino Misericordia Señor.
Ingénito y unigénito, divino consolador, encended en nuestras almas el fuego de
vuestro amor. Oh sumo Dios uno y trino, Misericordia Señor.
A este misterio divino, llegó el amor y el temor.
Oh sumo Dios uno y trino Misericordia Señor.
Oremos: Dios, Padre todopoderoso, que has enviado al mundo la Palabra de la
verdad y el Espíritu de la santificación para revelar a los hombres tu admirable
misterio, concédenos profesar la fe verdadera, conocer la gloria de la eterna
Trinidad y adorar su Unidad todopoderosa. Por nuestro Señor Jesucristo tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de
los siglos. AMÉN.

10 – ORACION A SAN MIGUEL ARCANGEL.


San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla. Sé nuestro amparo contra la
perversidad y asechanzas del demonio.
Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tu príncipe de la milicia celestial
arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los otros espíritus malignos
que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén.

Oh gloriosísimo San Miguel Arcángel, príncipe y caudillo de los ejércitos


celestiales, custodio y defensor de las almas, guarda de la Iglesia, vencedor, terror
y espanto de los rebeldes espíritus infernales. Humildemente te rogamos, te digne
librar de todo mal a los que a ti recurrimos con confianza; que tu favor nos
ampare, tu fortaleza nos defienda y que, mediante tu incomparable protección
adelantemos cada vez más en el servicio del Señor; que tu virtud nos esfuerce
todos los días de nuestra vida, especialmente en el trance de la muerte, para que,
defendidos por tu poder del infernal dragón y de todas sus asechanzas, cuando
salgamos de este mundo seamos presentados por tí, libres de toda culpa, ante la
Divina Majestad. Amén.

11 - ORACIÓN FINAL
“Creo en Ti, Dios Padre, Creo en Ti, Dios Hijo,
Creo en Ti, Dios Espíritu Santo, pero aumentad mi fe.
Espero en Ti, Dios Padre, Espero en Ti, Dios Hijo,
Espero en Ti Dios Espíritu Santo, pero aumentad mi esperanza.
Te amo Dios Padre, Te amo Dios Hijo, mi Señor Jesucristo, Dios y hombre
verdadero, Te amo Dios Espíritu Santo, pero aumentad mi amor.
Padre omnipotente, ayuda mi fragilidad y ayúdame a crecer en Ti.
Sabiduría del Hijo, endereza todos mis pensamientos, palabras y obras de este día.
Amor del Espíritu Santo, sé el principio de todas las obras de mi vida, para que
sean siempre conformes con la Voluntad del Padre.
A Ti, Padre Creador, A Ti, Hijo Salvador, A Ti, Espíritu de Santidad,
Un solo Dios en Trinidad de Personas, De todo corazón te confieso, te bendigo y
te alabo.
A Ti, Trinidad Santísima se te dé siempre, todo honor, gloria y alabanza por toda la
eternidad.
Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo, Gloria a la Santísima e
indivisa Trinidad, como era en el principio, ahora y siempre, por todos los siglos de
los siglos. Amén”

"A LA MAYOR GLORIA DE DIOS."

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