© 2003 Proyecto FENICIA

Unidad 4
COMUNICACIONES
GENERALES

Documento D4.3
ANÁLISIS TRANSACCIONAL
Y ESTADOS DE EGO
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El análisis de transacción
El análisis de transacción fue desarrollado por Eric Berne. Berne nació en
Montreal en 1910 y empezó practicando el psicoanálisis de Freud.
El análisis de transacción es una manera bastante simplificada de ver el mun-
do. Como otras teorías psicológicas, no da una respuesta exhaustiva a todas las
circunstancias posibles en la vida. Afortunadamente el ser humano es dema-
siado complicado para que eso sea posible. Pero el análisis de transacción sí
puede ser una herramienta útil para mejorar cómo comunicamos y coopera-
mos con otros.
Muchos problemas se deben a una falta de comunicación. El análisis de tran-
sacción intenta convertir esta falta en palabras. En resumen, el análisis de
transacción ofrece una terminología con la cual podemos tratar de mejorar
una comunicación defectuosa.
Transacción quiere decir interacción, y el análisis de transacción, la interac-
ción entre personas. El análisis de transacción nos ofrece conocimientos y he-
rramientas que nos permiten trabajar con nuestras relaciones con otras perso-
nas y aprender cómo mejorar la interacción con ellos. Una de las cosas más
importantes es aprender a aceptarnos a nosotros mismos y nuestras emocio-
nes. Ser sinceros respecto a nuestros sentimientos es el punto de partida de un
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cambio positivo.

Ganadores
Un ganador es una persona que reacciona a sus sentimientos de manera since-
ra y abierta. Un ganador es una persona que escucha a los demás y reacciona
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de manera apropiada ante la situación en que se encuentra. Un ganador no es,

entonces, una persona que vence a otros, sino alguien que contribuye a que to-
das las personas en una interacción salgan ganando. Eso se llama crear una si-
tuación «win-win» (ganar-ganar). Nadie es un ganador al 100% ni un perdedor
al 100%, pero todos podemos mejorar cómo expresar nuestras emociones y
aprender a ser sinceros con nosotros mismos.
Los ganadores no pierden su energía escuchando los consejos de otros sobre lo
que deben hacer con sus vidas sino que escuchan a sus propios emociones para
saber cómo deben de vivir. No les hace falta adoptar papeles distintos. Apues-
tan por ser sinceros y fieles a sus convicciones, admitir sus errores, conseguir
sus objetivos, mostrar su alegría, enfado, desilusión y nervios. En resumen, se
atreven a utilizar y mostrar abiertamente la gama completa de sus sentimien-
tos sin temer la reacción de los demás.
Un ganador se toma el tiempo necesario para resolver sus problemas. También
se toma el tiempo necesario para reírse, enfadarse, pasarlo bien y llorar. Un ga-
nador vive el momento y muestra curiosidad y espontaneidad. Si su pasado
contiene conflictos sin resolver, el ganador los vuelve a sacar para poder solu-
cionarlos y así dejarlos atrás para volver a vivir el presente. De la misma ma-
nera, un ganador es alguien que planea su futuro. Hace falta tener tranquili-
dad para vivir el momento y no invertir energía en temer el futuro.
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Todos hemos experimentado alguna vez un trato injusto, pero eso no es excusa
para librarnos de la responsabilidad de nuestras vidas. Un ganador no ve sus
problemas como causados por su jefe, pareja o padres. El ganador comprende
que la vida está llena de elecciones tomadas por él mismo.

Perdedores
Un perdedor es una persona que, por varias razones, adopta papeles distintos
y no es sincero consigo mismo ni con sus sentimientos. El papel del perdedor
puede ser el resultando de una niñez problemática, pero podemos aprender
a romper las pautas que nos impulsan a ser un perdedor.
El perdedor encuentra difícil vivir el momento, dado que gasta tanta energía
en conflictos pasados que le queda poca para vivir plenamente el momento ac-
tual. Además, al no estar totalmente presente, crea aun más situaciones perde-
doras. El perdedor suele preocuparse por sus elecciones pasadas, como su pare-
ja, su educación o su trabajo. Con frecuencia el perdedor sueña sobre su
futuro, que suele ser cuando termine el colegio, cuando crezca, o cualquier
otro momento que está todavía por venir. En fin, el perdedor gasta su energía
en ideas sobre el pasado y el futuro en vez del presente.
El perdedor suele agarrase a una imagen falsa de sí mismo al temer hacer cam-
bios en su vida. Está caracterizado por tener miedo a los cambios, continuando
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con los mismos papeles de siempre, al faltarle el valor para cambiarlos. Los pa-
peles del perdedor son muchas veces aprendidos de los padres. Al gastar su
energía en adoptar tantos papeles y mantener una fachada, su yo verdadero se
debilita. La manera en que los demás le perciben tiene más importancia que
cómo es él en realidad. Se podría decir que se ve a sí mismo a través de los ojos
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de los demás.

Características ganadoras Características perdedoras

Ser uno mismo Adoptar papeles

Mostrar las emociones, la felicidad,
el enfado, la desilusión, etc.
Ser espontáneo
No tener miedo a resolver conflictos
Ser uno mismo y, por lo tanto, reaccionar
de manera relevante
Ser responsable de uno mismo
Resolver el pasado cuando viejas
situaciones resurgen
Planear el futuro
Rara vez mostrar las emociones, y nunca
las más profundas
Ser rígido
Tener miedo a los conflictos y evitarlos
Adoptar papeles y por lo tanto reaccionar
de manera irrelevante
Echar la culpa de sus circunstancias a otros
Estar atrapado en un pasado sin resolver
Temer al futuro al no tenerlo planeado

Estados de ego
La terapia gestalt supone tres estados de ego: los estados de ego de padre, de
adulto y de niño. Estos estados no están relacionados con la edad; tanto los ni-
ños como los adultos pueden tener los tres estados de ego.
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• El estado de ego de padre son las actitudes que provienen de los padres y
otros ambientes de alrededor.
• El estado de ego de adulto es el estado sensato que investiga y analiza.
• El estado de ego de niño es el estado inmediato, parecido a como los niños
suelen pensar y actuar.
A su vez podemos dividir los estados de ego de padre y de niño en dos partes,
resultando un total de cinco estados de ego que están indicados abajo.

Padre Adulto Niño

El padre El padre Niño Niño

Adulto
controlador educador adaptado natural

El estado de ego de padre

El estado de ego de padre se puede dividir en dos estados:
• El padre controlador enfatiza y se fija en las cosas que salen mal. Tiene
muchos prejuicios.
• El padre educador es un estado donde se preocupa por sus hijos y otras per-
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sonas de su entorno. Por supuesto es sano preocuparse por otros, pero tam-
bién no hay que llevarlo demasiado lejos, de manera que el niño se sienta po-
seído, sin poder tomar sus propias decisiones y, por lo tanto, no desarrollarse.
Tal camino puede causar en el niño un rechazo a los padres. El padre educa-
dor no sólo adopta esa actitud de educador hacia sus hijos, sino también hacia
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otras personas, como por ejemplo hacia un compañero que intenta ayudar,
animar o tranquilizar.
El estado de ego de adulto
El estado de ego de adulto se caracteriza por actitudes serenas de análisis e in-
vestigación hacia su entorno. El adulto dialoga sobre los problemas sin emocio-
narse. Las personas que tienden hacia el estado de adulto pueden encontrar di-
ficultades a la hora de tratar con su vida emocional. Encuentran difícil
expresar alegría o enfadarse al ser objetivos y serios.

El estado de ego de niño

El estado de ego de niño es un estado espontáneo, como suelen pensar y actuar
los niños. Nuestras experiencias durante la niñez controlan muchas de nues-
tras acciones y pensamientos como adulto. En el estado de ego de niño encon-
tramos emociones, aventuras y experiencias de adaptación.
El estado de ego de niño se puede dividir en dos estados:
• El niño natural hace lo que quiere. Es impulsivo, egoísta, actúa y habla sin
censura, y pide sin pensar en las necesidades de otros. El niño natural satis-
face sus necesidades de jugar y ser espontáneo, y nunca se olvida de sí mis-
mo. Si sus necesidades no están satisfechas, el niño natural se enfurece, y si
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lo están, demuestra amor y cariño. Es importante que el niño natural nos

acompañe tanto en la niñez como en la vida de adulto. Si el niño natural es-
tá reprimido, la persona puede sufrir algún tipo de explotación debido a que
no tiene ni objetivos ni necesidades para satisfacer. También el niño natural
necesita control para que no se convierta en un adulto tirano que sólo pien-
sa en él mismo.
• El niño adaptado es callado, pasivo, tímido y obediente. Es práctico ser
adaptado para evitar cometer locuras y estupideces, pero fácilmente se pue-
de pasar de la adaptación a permitir que otros le controlen y exploten.

El lenguaje corporal de los estados de ego

Si queremos determinar cuál es el estado de ego de alguien, analizaremos las
palabras que emplea, su tono de voz y su lenguaje corporal.
• El padre controlador emplea movimientos de mano exagerados para «po-
ner las cosas en su sitio». Mostrar un puño o golpear la mesa son ejemplos
del padre controlador.
• El padre educador extiende los brazos hacia la persona con quien habla.
También toca, por ejemplo, el hombro de alguien. Las caricias se utilizan
mucho en este estado.
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• El estado de adulto no tiene características obvias, debido a que es un es-

tado tranquilo y equilibrado. Pero a veces se nota que la persona mira hacia
arriba, como si estuviera buscando la idea que quiere comunicar al otro.
• El niño adaptado tiene un lenguaje corporal débil, mostrando que se adap-
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ta humildemente a sus superiores y mira hacia el suelo. No mira a los ojos.

• El niño natural tiene un lenguaje corporal muy activo, y al contrario del
niño adaptado, tiene una mirada directa y le gusta mirar a los ojos.

Perfil de ego
En ciertos momentos, puede que nos domine un estado de ego más que los
otros, pero todos los estados de ego son necesarios para conseguir un compor-
tamiento óptimo. Algunos de los estados están mejor emparejados con unos ti-
pos de trabajos que otros. Si una persona esta dominada por su padre controla-
dor, quizás no sea la más indicada para subir a un escenario como cómico.
Igualmente, trabajar con los análisis teóricos complejos no sería la profesión
ideal para alguien que está dominado por el niño natural.
Como seres humanos cambiamos continuamente. Hay momentos en que esta-
mos dominados por un estado de ego, y por otro cuando las circunstancias
cambian. No se puede decir que un estado es mejor que otro, pero sí es impor-
tante encontrar el estado de ego más apropiado para la situación en que nos
encontramos.

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Perfil de ego
140
120
100
80
60
40
20
0
PC PE A NA NN

El gráfico muestra los pesos de los cinco estados de ego que una persona tiene,
siendo 100 la media.
Como norma general, no debes de debilitar ninguno de los estados de ego. Es
mejor fortalecer uno o más de ellos a través de la fuerza de voluntad. Además,
puedes buscar situaciones para poder utilizar un estado particular con el fin de
fortalecerlo.

Cooperación en grupo
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Cuando trabajamos en grupo es ventajoso que los miembros sean diferentes y,

por lo tanto, se complementen los unos con los otros. Es poco frecuente que se
necesite formar un grupo donde todos sean niños naturales, ni grupos donde
el estado de adulto sea el único presente y todos analicen y trabajen muy seria-
mente. Suelen ser los grupos donde los cinco estados están presentes que fun-
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cionan mejor. Así se crea la oportunidad para que cada uno aporte sus mejores
cualidades del estado de ego que mejor les favorece. Sin embargo, al poder ele-
gir los demás miembros de nuestro grupo, tenemos la tendencia a elegir a las
personas parecidas a nosotros, donde sus virtudes se encuentran en el mismo
estado de ego, una solución que está lejos de ser la idónea.