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Destinatarios:
Educadoras de las unidades de atención
familiar (U.A.F)
Disertantes:
Dra. Ivana García y Lic. Lorena Luján de la Dir.
Gral. de Salud de nuestro Municipio, en
conjunto con Egresantes de Psicología:
Daniela Manzano y Virginia Brunengo
Ciclo
2010
Bebés (0 a 1 año)
El llanto
¿Cómo consolar a su bebé cuando llora?
1. Intente un cambio de pañales, alimentarlo o un chupete.
2. Evite cosas que lo inquieten. Apague las luces y el televisor.
3. Háblele o cántele con suavidad o póngale música que lo relaje.
4. Acune a su bebé o camine abrazándolo estrechamente.
5. Coloque a su bebé en el cochecito y déle una vuelta a la manzana.
6. Cuando todo lo demás fracase, coloque al bebé en la cuna y salga
de la habitación. Está bien dejar que su bebé llore por un rato.
Regrese a verlo cada pocos minutos para asegurarse de que esté
bien.
Estimulación
Desde que nace un bebé está preparado para descubrir el mundo que
lo rodea. Sus cinco sentidos ya están desarrollados. Su curiosidad
natural poco a poco lo llevará a explorar cada cosa que le llame la
atención. Pero no en sus primeros años, no cuenta con suficientes
herramientas para hacerlo solo, ni física ni emocionalmente.
El principal estímulo para un bebé al principio es su mamá que, a
través de sus cuidados, caricias, palabras, miradas y juegos va
despertando poco a poco en el bebé. Es quien lo invita a aprender y
quien cargará con un afecto y significado particular cada experiencia.
Estimular al bebé es brindarle situaciones que lo inviten a poner en
marcha sus funciones (en su primer año de vida el bebé conoce el
mundo a través de los sentidos: vista, oído, tacto, olfato y gusto) y a
ir superando pequeños desafíos acordes a su etapa de desarrollo.
Se trata de generar un ambiente que favorezca un espacio
compartido donde el bebé de alguna manera logre jugar a su manera.
Las situaciones que se le presenten deben ser planteadas como
desafíos: ni muy difíciles para que no le resulten inabordables y le
generen frustración, ni dándole todo servido, como para que las
resuelva rápidamente y sin esfuerzo. El niño por sobre todo debe
sentirse contenido e incentivado a insistir e intentar frente a cada
desafío. La mejor manera de saber cuando y que hacer es observando
al bebé. Nadie mejor que sus padres conoce sus necesidades y sus
tiempos.
Desde hace mucho tiempo se ha estudiado la posibilidad de que el
bebé adquiera habilidades tempranamente, como si esto garantizara
futuros adultos más inteligentes. Sin embargo ahora se sabe que no
se puede apresurar el desarrollo. No es posible que un niño camine
antes de tiempo si su cuerpo no está preparado para hacerlo. La
sobre estimulación tiene que ver más con una angustia de los
padres de darle todo a su bebé, esperando que adquiera ciertos
logros que tienen que ver con expectativas que vienen desde la
sociedad. Como resultado lo sobrecargan de estímulos, lo cual no
implica necesariamente un crecimiento anticipado del bebé. El bebé
percibe esto, y esta exigencia que no puede cumplir, le genera
La Mirada
Es una función psíquica fundamental en el primer año de vida, ya que
su ausencia resulta un signo patognomónico de patologías graves.
(Presentación de la importancia del estadio del espejo): este es un
momento de júbilo caracterizado por el encuentro del bebé con su
imagen en el espejo a partir del sexto mes. El mismo con la mirada le
pide al adulto que lo sostiene la confirmación de que esa imagen
reflejada es el mismo. Esta mirada en el espejo permite integrar el
propio cuerpo. El niño psicótico tiene la idea de cuerpo fragmentado
porque se produce una falla en esta etapa.
Este estadio sólo se constituye si previamente a esto, estuvo la
mirada de la madre, la cual será el primer espejo en el cual el bebé se
va a reflejar.
El maltrato no es disciplina
Nunca sacuda o agarre a su bebé con fuerza.
• La sacudida puede causarle a su bebé daño cerebral permanente o
incluso la muerte.
• Algunos tipos de juegos, tales como tirar al bebé al aire, también
pueden ser peligrosos.
No le quite cosas que son necesidades básicas.
• Nunca quite el alimento o el agua como castigo. Los niños necesitan
una dieta saludable para crecer.
• Nunca niegue refugio, vestimenta, atención médica o educación.
Los golpes enseñan violencia.
Juego
• De 3 a 5 años
Desde los 3 hasta los 5 años el niño multiplica y potencia sus
posibilidades motoras, cognitivas, lingüísticas, sociales y juega con
todas ellas. El control progresivo del equilibrio y el dominio de los
movimientos de su cuerpo, hacen que el niño disfrute corriendo,
saltando, trepando, arrastrándose, girando, bailando... Se divierte
enormemente con canciones, rimas, poesías, trabalenguas,
adivinanzas... Le gustan los juegos que le permiten reconocer, y
aparear colores, formas, tamaños. Las letras y los números
comienzan a interesarlo pues el niño los descubre en su mundo
familiar y social empezando a construir muchas hipótesis en relación
a estos dos objetos de conocimiento.
Podríamos considerar a esta etapa como la del apogeo del "juego
simbólico". Es el tiempo en el que los niños comenzarán a armar
juegos de roles que les permitan comprender mejor y elaborar lo que
les sucede emocional y cognitivamente a partir de sus experiencias
en el encuentro con los otros y con el mundo. Este juego irá cobrando
en el tiempo distintos matices. En un principio los niños comenzarán
compartiendo un mismo escenario de juego en el que cada uno
jugará a ser "algún otro": un animal, el personaje de un cuento, un
miembro de la familia, un dibujito de la tele... No sólo representarán
los personajes corporalmente sino que también los harán hablar; pero
quien ocupe el lugar de espectador podrá dar cuenta de que el libreto
está muy descoordinado aún y que los niños plantean verdaderos
"monólogos colectivos".
En esta etapa, el niño avanza en el conocimiento de su cuerpo
centrando su curiosidad en las diferencias sexuales y el juego lo pone
de manifiesto. Jugar a la mamá, al papá, a los hijos, a los novios, a los
casados, es una constante. Los varones demuestran, a su vez, interés
por todos los juegos en los que puedan probar su "potencia", a través
del juego con autos, aviones o trenes... Es muy importante que en
este momento los padres favorezcan el encuentro de su hijo con otros
niños en la participación de juegos grupales.
El progreso del juego simbólico en esta etapa se da a partir de la
paulatina descentración del niño. Hacia los 5 años comenzará a tener
en cuenta el rol que asumen sus pares para asumir el suyo: el niño
comienza a representar su papel pero teniendo en cuenta el de los
Colecho
Se refiere al acto de que los hijos duerman con los padres, ya sea en
la misma cama o habitación. Con respecto a esto, existen dos
posturas, una a favor que sostiene que el acto de dormir juntos le
brinda a l niño, seguridad, facilita el amamantarlo, previene
accidentes y funciona como regulador del sueño del bebe. En cambio,
la otra postura sostiene que este acto, de extenderse en el tiempo,
crea dependencia, niños inseguros, dificultades en las relaciones
sociales, aparecen dificultades en la intimidad de los padres, etc.
Lo cierto es que debería ser un punto medio entre ambas posturas, ya
que en los primeros meses de vida el vínculo estrecho resulta
necesario y hasta vital para el buen desarrollo emocional del bebe. A
medida que el tiempo pasa, es bueno que los padres comiencen a
marcar el límite de este espacio, brindando la posibilidad para que el
niño comience a sentirse un ser individual. Obviamente, este proceso
debe darse en forma paulatina, permitiendo al niño tomarse sus
tiempos para sentir que puede alejarse y acercarse, sabiendo que
cuenta con el apoyo de sus padres para hacerlo.
Juego
• 7 años en adelante
De los 7 años en adelante el juego infantil que había incorporado las
"reglas" hacia el final de la etapa anterior, hace que el niño comience
a interesarse por un juego que se llama "juego de reglas" o "juego
social". Tampoco ahora el niño abandona "para siempre" los juegos
de ejercicio o los juegos de roles. De hecho, es muy común observar
que los niños juegan, por ejemplo, a saltar sólo porque les gusta o
bien a representar escenas dramáticas. Pero el juego de reglas cobra
ímpetu debido a la construcción que el niño hace en esta etapa
respecto de lo "prohibido y lo permitido". Aparece una amplia gama
de juegos tales como las carreras, el poli-ladron, los juegos de mesa...
El éxito de estos juegos depende de cómo todos se han ceñido a las
reglas. Aparece también el interés por los deportes, ya que éstos dan
a los niños dos posibilidades: organizar un juego en relación a un
conjunto de normas socialmente consensuadas y al mismo tiempo,
Proceso de socialización
Por una parte, el niño manifiesta preferencia por los estímulos que de
alguna manera pueden catalogarse de sociales (la cara, la voz
humana, la temperatura y tacto del cuerpo). Por otra parte el bebé
parece sentir una necesidad primaria de crear vínculos afectivos con
los miembros de su propia especie. El niño, desde su nacimiento, es
un activo buscador de estímulos sociales.
Estos vínculos van a ser la base afectiva y social para que a lo largo
de la infancia y de la adolescencia, el niño pueda ir adquiriendo todos
aquellos saberes y habilidades que le van a caracterizar como adulto.
A este proceso de adquisición se le denomina Proceso de
Socialización.
CONTEXTOS DE SOCIALIZACIÓN
Obligaciones y Responsabilidades
A nivel afectivo
Al revés de lo que sucedía durante la niñez, el adolescente canaliza
sus sentimientos y afectos hacia fuera de casa, hacia los compañeros
o adultos, o sea, hacia cuantas personas se interesen por él, sean
sensibles para con sus problemas y comprensivos con su conducta.
Estos sentimientos, además de proporcionarle seguridad personal y
confianza en sí mismo, desencadenan en él una serie de asociaciones
cada vez más placenteras y reconfortantes, lo que motiva que el
adolescente se encuentre cada vez más a gusto entre esas personas
y lo manifieste en sus actitudes y comportamiento.
La pubertad y la adolescencia inauguran una nueva e importantísima
fase en el desarrollo. Dice Arminda Aberastury: "Si en el comienzo de
su vida el niño pasó del juego con el cuerpo al juego con los objetos,
ahora irá abandonando estos objetos para orientarse nuevamente y
de un modo definitivo hacia su cuerpo y el de su pareja.
Desprenderse de los juguetes exige del niño una larga labor de duelo.
Vemos adolescentes que guardan algunos juguetes que no los utilizan
para jugar. A partir de los diez u once años la niña y el varón buscan
No me des todo lo que te pida, a veces sólo pido para ver hasta
cuánto puedo tomar.
Cuando yo haga algo malo, no me exijas que te diga por qué lo hice,
a veces ni yo mismo lo sé.