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ORACIÓN - PROYECTO COMUNITARIO

LECTURA:
Debemos saber decir: GRACIAS, ser
agradecidas con Dios y con todos los que nos rodean.
Somos privilegiadas: tenemos casi todo lo necesario y
de muchas cosas, nos sobra. Dar GRACIAS por algo
no cuesta nada y es una verdadera recompensa.

Gracias, Señor, porque me has dado la


oportunidad de evangelizar desde esta comunidad.
Gracias porque, a veces me he sentido triste o sin ánimo para avanzar pero tú has salido
siempre al paso.

Gracias porque mi corazón contigo se siente seguro, sin caminos ni brújulas..., porque
te he encontrado en cada uno de los acontecimientos de mi vida, personas y circunstancias.

Gracias, Señor, porque yo buscaba un maestro, un guía, un amor y Tú me dijiste: Yo


mismo te instruiré y te enseñaré el camino que has de seguir.

Gracias porque yo te había pedido ayuda, seguir tus mandatos, caminar por tus
sendas, tener una comunidad con quienes poder compartir desde lo profundo mis ideales e
ilusiones... y Tú me has concedido la oportunidad de vivir llevar tu Palabra a todos aquellos con
los que me rodeo y así poder hacer realidad el vivir en fraternidad y en amor

Te pido por cada una de las hermanas de mi comunidad, con sus nombres y apellidos,
te pido por los jóvenes que comparten con nosotros la misión de hacer un mundo más humano
y solidario basado en la paz y el amor. Te pido por esa paz a nivel mundial que todos
deseamos conseguir, por las víctimas de la violencia y del terror.

Hoy, junto a mis hermanas de comunidad: ¿sabemos vivir nuestra fe con una actitud de
acción de gracias? ¿cómo ser testigos tuyos con nuestra vida? ¿hemos logrado aceptar las
diferentes realidades con una fe activa y responsable?.

Ese es mi deseo, Señor, hoy y siempre. Gracias. Cuento contigo”.

“Que María sea la causa de nuestra alegría.


Que cada una de nosotras seamos Jesús para ella.

Nadie aprendió la humildad tan bien como María.


Ella fue la “esclava”.
Ser esclavas significa estar al servicio de todos con alegría…

La alegría era la fuerza de la Virgen.


Sólo la alegría pudo darle fuerza para caminar sin cansarse
hasta las colinas de Judea para realizar el trabajo de sierva.
También nosotras tenemos que marchar sin detenernos,
más allá de las colinas de las dificultades.”

(M. Teresa de Calcuta)


Palabra de Dios (Lc. 10, 1-4)

El Señor designó a otros setenta y dos y los envió delante de El, de dos en dos, a todos los
pueblos y lugares a donde Él pensaba ir. Y les dijo: “La mies es mucha y los obreros pocos.
Rogad al dueño de la mies que envíe obreros a su mies. ¡Andad!, mirad que yo os envío como
corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias...”

DAME FUERZAS PARA BUSCARTE

Señor y Dios mío,


mi única esperanza,
no permitas que deje de buscarte por cansancio,
sino que te busque siempre
con renovada ilusión.
Tú, que hiciste que te encontrara
y me inculcaste ese afán por sumergirme
más y más en ti,
dame fuerzas para continuar en ello.
Mira que ante ti están mis fuerzas
y mi debilidad.
Conserva aquellas, cura ésta.
Mira que ante ti están mis conocimientos
y mi ignorancia.
Allí donde me abriste,
acógeme cuando entre.
Y allí donde me cerraste,
ábreme cuando llame.
Haz que me acuerde de ti,
que te comprenda,
que te ame.
Acrecienta en mí estos dones,
hasta que me transforme completamente
en nueva criatura.

(De Trinit. 15,28,51)

“Anunciar a Cristo significa, sobre todo, ser sus


testigos con la vida. Se trata de la forma de
evangelización más sencilla y, al mismo tiempo,
más eficaz a vuestra disposición, y consiste en
manifestar la presencia visible de Cristo en la propia
existencia, a través del compromiso cotidiano y la
coherencia con el Evangelio en toda opción
concreta. Hoy el mundo tiene necesidad, ante todo,
de testigos creíbles”.

(Juan Pablo II, Mensaje para la VII Jornada Mundial de la Juventud)

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