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Razones equivocadas:
Algunos mitos:
“A mi no me interesa escribir, lo que me interesa es lo audiovisual”. Si te interesa
la comunicación social te debería interesar leer y escribir. Es verdad que todos
los años las escuelas graduan gente que solo ha leído fotocopias en la carrera,
pero en comunicación, en cualquier área se escribe y mucho. Se escriben los
copys para publicidad, los guiones de cualquier tipo en lo audiovisual, los
informes y las estrategias de relaciones públicas y por su puesto se escribe en la
práctica periodistica. Escribir no solamente está vinculado al área de periodismo
impreso sino que te capacita para poder organizar las ideas de manera eficiente,
y te da la posibilidad de organizar y crear discursos coherentes. Esto vale para
relacciones públicas, corporativas, publicidad, periodismo, diseño de información
y el largo etcetera que abarca la carrera de comunicación. Si no te gusta leer o
escribir hazle un favor a la profesión y no la estudies.
Por ejemplo, siempre me pareció sospechosa esa especie de paraíso que nos
tratan de vender las organizaciones basadas en ideologías. Los partidos, por
ejemplo, los de izquierda en mi caso y particularmente esos que se llaman
marxistas leninistas. La receta que le vendían a uno era simple, demasiado
simple para ser verdad: podemos construir el paraíso aquí, tomamos el poder,
asumimos el Estado y gobernamos para los trabajadores y excluidos y luego
deshacemos el estado que hemos creado y zuas llegamos al comunismo. Y
comieron perdices y fueron felices. Pero lo cierto es que allí estaba la Unión
Soviética con personajes por setenta años entronizados en el poder y nada que lo
soltaban para llegar al ansiado comunismo. Llegaron a mis manos también las
revistas Sputnik que en sus últimos años resultaron ser una crónica
pormenorizada de la caída de la Unión Soviética y del desmontaje de muchas
historias oficiales porque tanto esa revista como Socialismo Teoría y Práctica
estaban llenas de revisiones históricas. Después, una visita a Cuba me puso en
evidencia que el hombre nuevo no estaba por ningún lado. Y me hacía
preguntarme si debía estar. Quiero decir, ¿que un país cualquier se pretenda una
fabrica de hombres nuevos no es un tanto sospechoso? Y miren que lo dice
alguien que fue formado para vivir en un mundo que no existe (cooperativo,
solidario, de apoyo mutuo, igualitario etc). Pero es que la cosa no es muy distinta
cuando uno se encuentra con el discurso neoliberal. En algún momento de mi
vida hice un par de cursos de economía en el Centro de divulgación de
conocimiento económico (CEDICE) conocido centro de promoción del liberalismo
en Venezuela. Significó para mi confrontarme con mis creencias, verlas desde el
otro lado, escuchar tanto argumentaciones sólidas, como irreverentes,
exageraciones y un culto a la empresa privada que la verdad a mi no dejaba de
hacerme un tanto de gracia (supongo que en economía me encuentro ubicado
entre el keynesianismo y el gradualismo que apunta Stiglitz). Pero también sirvió
Pero también yo empecé a notar que habían modas en el diseño. Modas que a
veces eran como excesivas porque hacían que todas las publicaciones se
parecieran (recuerden: principios de los noventa internet no estaba tan
establecido). Recuerdo en particular el rediseño que nos hicieran unos
estudiantes de Prodiseño (hicieron uno para nuestro encarte musical y otro para
el ya entonces quincenario. Me refiero aquí a éste último), y es que aunque el
diseño tenía un particular atractivo: todo el concepto es que el periódico era una
carpeta, de hecho las secciones estaban con tipografía tipo maquina de escribir
pero los títulos, esa cosa que todo el mundo ve (en formata bold italic para más
señas) en breve tiempo también las usarían: Radar (un suplemento universitario
que hacía Urbe para El Universal), Estampas y nosotros. Pero no era solo la
tipografía sino también la manera como estás eran tratadas. Siempre los títulos
sobre recuadros u óvalos en diapo que se integraban a una línea vertical del lado
externo de la página. Yo insistía que aquello con tanto parecido no le terminaba
de dar una identidad propia al periódico y uno no dejaba de preguntarse porque
tenía que haber tantos parecidos. Nos los cuestionábamos con los pelos en la
mano. Para entonces en el periódico intercambiamos nuestra publicación con
otras de Argentina, México, País Vasco, Chile, Colombia y todas, se los puedo
asegurar eran bien distintas una de la otra.
Y hay claro una razón que abarca todo lo antes dicho y otros cuentos que echaré
en el futuro y es que siempre me he visto como algo más que un redactor.
Especialmente cuando me di cuenta de mi diferenciada formación, yo a
diferencias de la mayoría de la gente que egresa de una escuela conocía (y
conozco) cómo se hace un periódico de pe a pa. Por que me ha tocado desde
cobrar los cheques, llevar los artes finales, maquetear el periódico, organizarlo,
conceptualizarlo como producto, hacerle edición a los textos, escribir el
horóscopo, y sobre todo, para mi el momento más especial, me he manchado
muchas veces las manos de la tinta de un periódico recién impreso. También lo
he olido.
En fin hasta aquí por hoy. Les debo los enlaces. Pero con los nombres para eso
está google.
No hay nada más terrible que le manden a uno a editar una entrevista de un
entrevistado quisquilloso. O más bien como fue en mi caso de un entrevistado
militaroso, un comandante de las FARC-EP. Mi primera entrevista a un
comandante guerrillero, hecha en algún lugar de Caracas. La entrevista como
corresponde la hice con preguntas bien argumentadas. Y hasta me dieron dos
páginas para publicarla pero luego a la hora de montarla llegó la solicitud:
Rodolfo las preguntas están muy largas. Bueno pero así las hice, que no, que hay
que recortarlas y luego me tocó a mi editar esas preguntas sin que perdieran el
espirítu de lo que había preguntado y sobre todo que la nueva pregunta no
traicionara la respuesta que él me había dado. La cosa no estuvo fácil, dudé pero
finalmente quedé bastante conforme con el resultado.
Otras cosas que busco leer son textos de humor: Así que me he leído todo lo que
me encuentro de Groucho Marx, Tibor Fischer, Woody Allen, Andy Warhol,Otrova
Gomas, Pedro Chacín. y en general todos aquellos que escribían ( y dibujaban) en
el Letras de los años noventa. (también hay un humorista brasileño de quien no
recuerdo el nombre que devoré en las páginas de Economía Hoy y luego mi
hermana consiguió el libro, pero que desapareció sin dejar rastro).
También leo mucho sobre periodismo. Sí, si además de los cuatro periodismos
que uno ve en la escuela yo me dedico a leer sobre el como se hacen las cosas en
el periodismo y también como no, sabrosos reportajes que ando cazando por aquí
y por allá. Uno de esos libros con los que me tropecé alguna vez gracias a mi
hermano es una compilación de textos de Gunter Wallraf, un periodista alemán
que suele trabajar de incógnito para hacer sus reportajes de una manera muy
vivencial. Podríamos decir que desde una óptica de observación participante. El
libro por cierto se llama “El periodista indeseable” y está editado por Anagrama.
Ah y una de las razones por la que sigo leyendo sobre periodismo es porque en
varias ocasiones disfruté dar clases y tengo preparados un par de cursos –
talleres. Uno sobre periodismo popular-alternativo-ciudadano o como se llame
según la moda al uso y otro más para aprender a relacionarse con los medios
(desde como hacerlos, hasta como leerlos mejor). De ellos hablaré en otra
ocasión. Pero si quiero decir que una de las cosas más interesantes que uno se
Ética es una materia perdida que uno ve, al menos en la UCV, en los
últimos semestres. Cuando ya generalmente está trabajando y ha tenido que
enfrentarse a la realidad laboral del día a día. Para colmo es una materia a la que
le ponen apellido: Ética y legislación. Con lo cual la posibilidad de que la materia
se convierta en un recital de leyes es muy alta. A pesar de que, mirando hacia
atrás, uno se da cuenta luego que la carrera no ha hecho más que formarlo a uno
éticamente. No es sino ese el fin de ver materias como psicología de la
comunicación, socio política de la comunicación, teoría de la comunicación,
teoría de la información, o todos los periodismos que a uno le toca ver. Uno en
esas materias se forma en las maneras de comunicar, sus efectos,y en como
elaborar discursos responsablemente. Porque si a ver vamos, en la mayoría de
las materias teoricas uno termina recibiendo pildoritas de generalidades que
sirven para prevenirnos sobre los desmanes que se pueden cometer ejerciendo el
trabajo de comunicador en cualquier área. Y si, por supuesto para alargar, que
no necesariamente engrosar, el mar de conocimientos. Confieso que yo de la
ética aprendí poco en la escuela. Por el contrario siento que aprendí más en la
redacción y leyendo textos de Savater, Singer o Javier Dario Restrepo (mi viejo
tiene toda una investigación sobre ética y valores así que libros sobre el tema no
faltaban en casa). Pero uno echa en falta en las clases de ética de la universidad
un mayor contacto con la realidad, con la cotidianidad, con las cosas que pueden
pasarnos cada día y enterarse uno de las coincidencias de valores de
compromiso con la independencia, la verdad, y la responsabilidad con la verdad
en periodistas de todo el mundo. Yo aprendí más sobre la ética de la profesión
vista desde un punto de vista práctico y no legislativo o de código alguno en tres
días de clase con Javier Dario Restrepo en un taller de la FNPI aquí en Caracas
que en todo un semestre de esa materia en la escuela. Además de la certeza de
valores comunes entre los periodistas de todo el mundo me quedó una idea que
me parece un buen termómetro sobre como uno debe hacer las cosas y esa idea
es que: “la información no debe hacer daño”. En otras palabras la información
debe servir para algo. Y no se a ustedes pero a mi me parece que ese es un
criterio (que creo es súper válido y comparto) que pocos medios hoy en día
cumplen. No solamente en Venezuela, como puede ser bastante evidente, sino en
buena parte del mundo. Una verdadera pena.
Aprendí a editar los textos de otros, los míos siempre me cuestan un poco más,
en primer lugar gracias a Luis Angulo mi profesor de Castellano I y II en
Comunicación Social. El asunto era simple pero eficaz. Todos los lunes y martes
teníamos que llevar leídos los artículos de Uslar Pietri y Escovar Salom que
publicaba El Nacional y tocaba también convertirlos a su mínima expresión en
cada clase. Exprimirles al jugo, la esencia. Un articulo llevado a un párrafo, o
incluso a una sola oración. También la revisión sistemática de esos textos sirvió
para aprender el tejido de un articulo en profundidad y para conocer las
estrategias para convencer al lector que usaba cada uno de ellos. Por supuesto,
luego de editar textos de Uslar Pietri y Escovar Salom queda uno con las ganas
de hacérselo a cualquiera así que cada vez que se presentaba la oportunidad no
la dejaba pasar.
El próximo post será sobre ser editado. Digo para compensar un poco.
Y si, en mi blog yo no edito casi nunca nada, todo sale tal cuál como lo escribo
sin segundas revisiones, con redundancias y excesos de adjetivos si me provocan.
Vamos que para eso es mi blog.
Las mayúsculas se acentúan porque esa es la norma para un mejor español, a las
oraciones se les pone un punto al final y no hay ninguna razón para quitárselo
¿Qué alguien me demuestre que un punto es feo? Hay montones de avisos en
prensa del mundo cuyos textos terminan en punto. Y finalmente los apellidos se
escriben tal y como son en su lengua original. El asunto es de cuidado porque
estas ideas de que el idioma es feo tal y como lo conocemos , tal y como se
aprenden la repiten hasta la saciedad y termina por convertirse en una seudo
verdad y uno ve por la calle avisos de prestigiosas empresas mal escrito hasta
con varios signos de exclamación que cierran y ninguno que abre. El español es
también un idioma chic.
Yo me pasé años leyendo prensa punk y anarquista (aun lo hago cuando puedo
por cierto) dónde por ser irreverentes convertían cualquier “que” en “ke” y soy
un creyente de que el lenguaje que usas y como lo usas prefigura el mundo
externo e interno de cada quien, pero no le veo ningún sentido, no veo que
aporte nada ese tipo de barbaridades en el lenguaje y más claramente viniendo
de empresas que anuncian y de agencias que le pagan a gente para que creen.
Solo las desprestigia un poco y no las hace modernas para nada.
Otra discusión frecuente con los diseñadores es el abuso que hacen al colocar los
títulos todos en mayúsculas porque según algunos eso y que se lee mejor . Pues
no. Está demostradísimo que las mayúsculas se leen más lento y me ha tocado
ver títulos puestos en mayúsculas, en letra palo seco y con apenas espacio de
Es solo mi opinión. Pero como redactor creativo tengo con bastante frecuencia
estás discusiones.
Unos blogs sobre tipografía y diseño de la información:
Letritas
Cuatro tipos
Unos tipos duros
Quinatinta
Visualmente
Maquetadores
No son todos los que leo pero si los que reviso con más frecuencia.
Era seis de octubre de 1992. Cumplía ese día mis 18 años y mientras almorzaba
recibí una llamada. Al teléfono de la casa, entonces no tenía móvil celular, me
llamaban de Letras, el periódico universitario para entrevistarme. Y no me
llamaba cualquier persona no, me llamaba el mismísimo Manuel Guzmán. Que no
es que yo lo conociera de algo pero era junto con Pedro Chacín el que más arriba
en la cabecera aparecía. Concertamos para el día siguiente. Y el día siguiente yo
llevé mis carpetas. Con todos los periodiquitos caseros o estudiantiles que había
hecho en mi vida, con los casseticos de programas de radio inventados, con las
columnas sobre efemérides que había escrito para El Universalito de Miyó
Vestrini. El lugar al que llegué era diminuto, quedaba cerca de la UCV en la
avenida Maria Teresa Toro, parecía más un apartamento de solteros que lo que
me imaginaba yo de una redacción de un periódico de 24 páginas mensual,
escrito por un montón de gente prestigiosa. Pero así era la cosa. Le mostré a
Manuel mi trabajo, las cosas que hasta esa edad había hecho y sobre todo le
insistí en mis ganas de aprender. En uno meses entraría yo a comunicación social
pero quería aprender desde ya a hacer un periódico. Mis responsabilidades
serían un poco de todo: llevar los originales a la imprenta, buscar cheques y
depositarlos, llevar la fotos al fotolito, buscar las ilustraciones que entonces
hacían Kico, Cañas y Juan, ayudar a montar los artes finales. Buscar el artículo
del viejo periodista Federico Álvarez era sin duda el mejor momento del mes.
Sentarse allí con él en su biblioteca, esperarlo, recibir de su mano las páginas de
opinión escritas a maquina, ser el primero en leer esos sabrosos análisis y
cuando agarré confianza incluso conversar con él un rato ¿Qué pensaría él del
país de hoy? ¿Habría seguido su senda de desencanto o estaría entre los que
apoyan al gobierno actual? ¿y del mundo? Porque su columna de entonces era
sobre el mundo. Y si, al principio media página al mes era para que yo escribiera.
Pero regresemos de nuevo a ese siete de octubre. Terminada la conversa me fui
feliz a casa, tan feliz que se me olvidó preguntarle a Manuel cuanto me iba a
pagar por aquél trabajo. Lo llamé y me citó d nuevo para el día siguiente, ocho
de octubre. Nos vimos frente a la Biblioteca Central de la UCV. Y allí me ofreció 6
mil bolívares, que pese a que eran dos mil bolívares menos que el salario mínimo
para mí resultaban ser una pequeña fortuna. Esa fue la primera vez que me
pagaron por hacer periodismo que para mí desde entonces es mucho más que
escribir, es hacer un periódico es llenarse las manos con la tinta todavía húmeda
del periódico recién impreso.
3)Quién quieres que lea la publicación, pero también quien esperas que
anuncie.
La distribución
Una vez resueltas las pequeñeces de arriba (además de la creación de la
empresa como tal) viene el que es el verdadero dolor de cabeza de una
publicación (es más fácil conseguir una buena imprenta o siquiera una decente) :
la distribución. De nada vale hacer una publicación maravillosa que no va a
llegar a nadie por falta de distribución. Aquí hay dos formas básicas de trabajar o
bien creas tu propia distribuidora o negocias con las que ya existen. Pongamos
que decides por lo segundo…bueno la distribuidora te va a decir cual es el
porcentaje del precio de venta que aceptan y cual es el precio mínimo de venta
¿que no te gusta? Bueno, siempre puedes buscarte otra distribuidora. Por mi
trabajo como parte del equipo editor de Letras a mi me ha tocado trabajar con
tres de ellas: Distribuidora Santiago que entonces además de libros distribuía
(distribuye seguramente) también revistas importadas y locales, la de El
Nacional y la de El Universal. No se si La Cadena distribuye publicaciones que
no sean propias y siempre me recomendaron que ni de vaina dejara mi
publicación en manos del Bloque de Armas. No sé bien por qué. También puedes
tratar de montar tu propia distribuidora y si se mira bien hay algunas áreas que
no son cubiertas por las principales que seguro pueden convertirse en tu nicho.
Pero hoy en día hay otra cosa que hay que considerar y es si quieres que la gente
compre tu publicación o si te apuntas a la moda de los gratuitos.
Cada opción tiene sus pros y sus contras. Lo bueno de la adquisición gratuita de
la publicación es que puedes presumir con tus anunciantes de que tu publicación
se agota. Pero también es importante que se agote en los lugares adecuados.
Una publicación juvenil que se distribuya en ancianatos da igual que se agote
porque no está llegando al público meta. Probablemente una distribución
El diseño
¿Cómo quieres que se vea? Pero también cómo espera tu público cautivo que se
vea ¿y tus anunciantes? El diseño debe estar asociado al tipo de publicación que
quieres. Y es lo primero que tienes que tener claro. El exceso de
experimentalidad generalmente no ayuda a la lectura. Antes de pedirle a un
diseñador una propuesta la debes primero tener claro tú. No se trata de que le
dictes línea por línea lo que quieres pero si es importante que el sepa los
margenes en que te quieres mover. Que cosas son para ti indispensables y por
qué (indispensables por ejemplo: a lo mejor tu publicación colabora gente famosa
y eso es importante para ti que se destaque porque es uno de tus argumentos
para que los lectores se acerquen a tí o por ejemplo tu publicación va dirigida a
gente de cierta edad entonces hay que optar por un buen punto en la letra y una
tipografía de fácil lectura) . Y creéme que para un diseñador es mejor decirle los
argumentos del tipo de cosas que quieres que armarle un frankesteín del tipo
que se parezca a éste o a esta otra publicación porque eso es bastante
desestimulante. Es interesante también que desde un principio el diseño y la
forma en que se van a elaborar los textos estén integrados.
Creo que por ahora voy a llegar hasta aquí. Este es el abc para la creación de
una publicación. Hay desde luego más detalles sobre la creación de la empresa
periodística, sobre margenes de ganancia, cantidad de publicidad, detalles sobre
el diseño, tipografías, mercadeo y las formas de trabajo de un equipo de los que
Personalmente creo que hay dos cosas que le han hecho mucho daño a los
medios de comunicación: los oligopolios mediáticos y el hacerle demasiado caso
a los expertos en mercadeo. Y es que cada vez más los medios se parecen y para
colmo si no se parecen los expertos en mercado dicen que se deben parecer. Los
medios han perdido en buena medida personalidad y eso claro los ha hecho más
inútiles. Todos tienen contenidos parecidos, secciones parecidas , responden a
perfiles parecidos y son diseñados por gente con nociones parecidas. Y en
consecuencia tienen menos interés. Lo que ha pasado con los medios impresos
( y tradicionales) es que si en general dicen lo mismo que la información que se
puede conseguir de manera gratuita ¿a quién van a interesar?
Está de cajón lo que voy a decir: los medios deben cada vez más apostar por un
perfil propio, que responda a parte de sus lectores que no compita con internet y
en la que los periodistas más que informadores de “la verdad” de los
acontecimientos se conviertan en el hilo de Ariadna de la información.
Pero esto tiene varios problemas, en primer lugar que estoy seguro que son
pocos los periodistas que tienen esa capacidad, las escuelas de comunicación
forman pero no para eso.
Otro problema es más bien social y es que no deja de ser importante la existencia
de medios que homogeinicen el debate público que nos permita tener puntos de
partida común en medio de las diferencias y la tendencia va justo en el sentido
contrario . Con todo, un medio que se ocupe de los grandes temas, de manera no
necesariamente noticiosa sino interpretativa o incluso prospectiva, que tome en
cuenta a sus lectores también para la elaboración de información, que se
convierta en el nodo de una red (y del debate) y deje de ser un periódico
Tendría también la irreverencia de Página 12, diario argentino del cual fui
durante un buen tiempo adicto y compraba la edición dominical cada semana en
el sempiterno kiosco del sur de la Avenida Casanova. Ahora hasta tengo un
amigo venezolano que es periodista de allí.
Mi periódico ideal tendría unos retratos (perfiles) tan buenos como los de la
última página de Libération y unas páginas de reportajes internacionales tan
buenas como los “Horizons” de el diario Le Monde (no confundir con Le Monde
Diplomatique por favor).