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jul.ago.

sep 2008
POZA DE LA SAL
EL CASTILLO DE MONTEALEGRE
COVARRUBIAS
MADRIGAL DE LAS ALTAS TORRES

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INFORMÁTICA Y ARQUEOLOGÍA: VISIÓN DE FUTURO DOSSIER 34

La gestión e investigación del patrimonio arqueológico mediante


Sistemas de Información Geográfica
El manejo y análisis de esos
datos está experimentando
un gran desarrollo
gracias a herramientas
informáticas que explotan
una característica crucial
de los mismos: su situación
en el terreno y, por tanto,
su tratamiento como
información geográfica.

Fig. 1.

INFORMÁTICA Y
Antonio Blanco González
BECARIO DE INVESTIGACIÓN DE LA
FUNDACIÓN DEL PATRIMONIO HISTÓRICO
DE CASTILLA Y LEÓN. DEPARTAMENTO

ARQUEOLOGÍA:
DE PREHISTORIA, HISTORIA ANTIGUA
Y ARQUEOLOGÍA. UNIVERSIDAD DE
SALAMANCA.

VISIÓN DE FUTURO
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DOSSIER 34 INFORMÁTICA Y ARQUEOLOGÍA: VISIÓN DE FUTURO

Fig. 2

P
ara contemplar el patrimonio cul- riales se fabricaron, usaron o fueron depo- cosas con una misma información, o combi-
tural solemos dirigir nuestra mira- sitados. nando datos sobre aspectos muy distintos.
da al frente o hacia el cielo. Se tra- Hoy día, tanto los yacimientos como los Piénsese en la siguiente situación, tan
ta del legado arquitectónico que en las monumentos se consideran documentos en frecuente: necesitamos un mapa que no
leyes se identifica bien con los conceptos sí mismos. Las relaciones que mantienen existe, pero tenemos la información con
de monumento y conjunto histórico, entre entre sí, con el medio ambiente que los rodea la que podríamos dibujarlo. Así, con un SIG
otros. Pero castillos, catedrales y palacios y con otros elementos que también forman podemos obtener por nuestra cuenta pla-
son una pequeña muestra del patrimonio parte del paisaje –carreteras, urbanizacio- nos o información sobre temas muy concre-
histórico, cuya mayor parte aguarda bajo nes, embalses, etc.– son de gran importancia tos que nos interesen. Por ejemplo, podría-
nuestros pies. Para estudiarlo habremos de para su delimitación y protección y para su mos componer un mapa de riesgo de ero-
mirar hacia abajo, apreciando las múltiples interpretación histórica. En la resolución de sión del suelo a partir de información sobre
formas en que tales restos han pasado a estas complejas tareas la incorporación de la pendiente del terreno y datos sobre las
formar parte del suelo, constituyendo yaci- la informática está siendo lenta y muy des- clases de suelos y los tipos de vegetación.
mientos arqueológicos. Este concepto reco- igual, pero se trata de una tendencia progre- El SIG permite además modificar las
ge pues la forma más común y extendida en siva e inexorable, y por ello es necesario reco- tablas de datos creando nuevos campos
que han quedado reducidos los vestigios nocer las posibilidades que ofrece. –p.e. hallar la densidad de población en
materiales de quienes nos precedieron (Fig. unos pueblos a partir de los datos sobre la
1). Se trata, además, de las manifestaciones ¿Para qué sirve un Sistema de Información extensión del municipio y la información del
más vulnerables del patrimonio cultural, Geográfica (SIG)? censo– y representarlos mediante mapas,
y las que más tarde han comenzado a ser gráficos o resúmenes –la media, los porcen-
valoradas y, por consiguiente, protegidas. Un SIG es un conjunto de herramientas infor- tajes, etc.–. Las consultas de esos datos son
Desde sus comienzos, la arqueología se máticas que permite hacer en un único pro- rápidas y sencillas: podremos seleccionar
centró en las antigüedades arquitectónicas grama y de manera fácil y rápida cosas que sólo aquellos casos que cumplan alguna
y los objetos histórico-artísticos. Los yaci- de otra forma llevarían mucho tiempo, o que condición –p.e. las parcelas que serán afec-
mientos pasaron progresivamente de ser simplemente sería imposible plantearse. Inte- tadas por el trazado de una autovía– y todo
considerados “minas” de objetos antiguos gra de forma simultánea las utilidades de las ello sin necesidad de recurrir a otros progra-
–según manifiesta su denominación, a par- bases de datos con el diseño y la cartografía mas o a otros servicios administrativos dis-
tir del símil geológico– a ser lugares donde asistidos por ordenador. Es decir, un progra- tintos al que estamos consultando o desde
obtener información sobre cómo esos mate- ma de SIG permite hacer a un tiempo muchas el que estamos trabajando (Fig. 2).

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Fig. 1.
En la página 51 se aprecia un ejemplo de la
abundancia de yacimientos arqueológicos,
“patrimonio invisible”, en parte de las
provincias de Valladolid, Segovia y Ávila.

Fig. 2.
En la página anterior, ejemplo de una sesión de
trabajo con el programa ArcGIS, simultaneando
la consulta de una base de datos de yacimientos
con su representación en mapas y mediante Fig. 3
gráficos.

Su empleo está muy extendido, por ser


una valiosa ayuda en cualquier campo que
trabaje con problemas sobre el territorio.
Un SIG puede ser útil en la elección de las
zonas idóneas para ubicar determinados
negocios; en el diagnóstico de las rutas
más rápidas y económicas para una flota
de camiones o en la identificación de los
sitios de un parque natural desde los que
las torretas de vigilancia contra incendios
tendrían mejor dominio visual.
Los elementos básicos de un SIG son
los programas o software y la información
geográfica, con bases de datos o capas de
información digital, que como se acaba de
ver pueden tener una procedencia y natu-
raleza muy diversa. El único requisito es
que se trate de datos georreferenciados, es
decir, datos espaciales, situados acorde con
un sistema de representación de la superfi-
cie terrestre –como pueda ser la proyección Fig. 4
Fig. 3.
Universal Transversa Mercator (UTM)–. Arriba, representación de un yacimiento
A su amplia difusión han contribuido arqueológicomediante modelo vectorial, como
un polígono (línea azul oscura) que delimita un
las prestaciones y potencia de los actua- área interior (azul claro).
les ordenadores personales y la cada vez
mayor disponibilidad de cartografía digital. Fig. 4.
Abajo, representación del mismo yacimiento
Es de destacar al respecto el papel de las
arqueológico en formato ráster, como superficie
infraestructuras de datos espaciales (IDE), continua de celdillas o píxeles (apreciables en el
que son SIG accesibles a través de internet contorno).

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Fig. 5

Fig. 6

para la obtención de capas de información de los SIG que da cuenta de su importan- Fig. 5
geográfica1. Existe una amplia variedad de cia. El manejo combinado de grandes can- Izquierda: consulta a través de internet del SIG
programas de SIG: unos, comerciales, crea- tidades de información para la resolución del inventario de yacimientos arqueológicos de
Dinamarca. Permite visualizarlos (figura en color
dos por grandes empresas, y otros, de libre de problemas complejos está en el origen rojo) sobre mapas topográficos, históricos o,
distribución a través de internet2. de los SIG. De hecho, la primera experien- como en este caso, sobre una fotografía aérea.
Para hacer todas estas cosas, el SIG tra- cia se gestó en Canadá a comienzos de los
Fig. 6
baja mediante modelos o representaciones años 60 del siglo XX, cuando el Departamen-
Derecha: página web del SIGPAC. Ejemplo de
digitales de la realidad. Al plantearnos cual- to Forestal y de Desarrollo Rural se propuso consulta de un SIG a través de internet con
quier tarea y en la adquisición o elección de la inventariar y evaluar los recursos naturales información sobre todo el territorio español.
cartografía deberemos tener en cuenta cómo a nivel nacional, para planificar la explota-
Fig. 7
se han traducido los datos geográficos al len- ción forestal y mineral. Para ello se progra- Página siguiente: dibujo de divisiones teóricas
guaje informático. Esta cuestión es esencial mó un SIG que asimilara toda aquella infor- del espacio entorno a los poblados de la
y, sin entrar en detalles, digamos que hay dos mación, teniendo en cuenta intereses muy Edad del Cobre del Valle Amblés. Se aprecia
un reparto en territorios que comprenderían
formatos o modelos: el denominado vectorial, dispares3. No más compleja es la realidad tierras llanas (colores claros) y terrenos
que emplea unidades básicas como el punto, cotidiana a la que se enfrentan las institu- montañosos (colores grises).
la línea o el polígono, apropiado para repre- ciones que tienen encomendada la gestión
sentar elementos discretos, bien delimitados del patrimonio arqueológico, con la dificul-
–p.e. un río o un término municipal– y el tipo tad añadida, eso sí, de trabajar con recur-
ráster, que son superficies de celdillas o píxe- sos exclusivamente no renovables.
les, adecuado para registrar fenómenos que Gran parte de la vulnerabilidad del
varían de forma continua en el espacio –p.e. patrimonio arqueológico radica en su perte-
la orografía del terreno o la cantidad de lluvia nencia al suelo, elemento sobre el que con-
caída en una región–. curren poderosos intereses –especialmente
los económicos– que es necesario ordenar y 1. En el ámbito de Castilla y León es de destacar la IDE del
Sistema de Información Territorial de la Junta de Castilla y León,
¿Qué puede aportar un SIG a la gestión planificar según unas prioridades, bien cla-
en la web: http://www.sitcyl.jcyl.es
patrimonial? ras en el ordenamiento jurídico.
2. Entre los distribuidos a través de la red, hay programas con
La herramienta básica para la gestión en potentes prestaciones, como MapWindowGIS descargable
En la literatura especializada se suele men- arqueología ha sido y sigue siendo el inven- gratis en: http://www.mapwindow.com

cionar un campo específico de aplicación tario patrimonial, que en la década de los 90 3. En WHEATLEY y GILLINS 2002: 14-15.

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Fig. 7
dio el gran salto a su informatización sobre saber a través de internet si resultaría afec- tión patrimonial el empleo de modelos
bases de datos. Su crucial importancia no tado algún yacimiento, con lo cual el primer predictivos 8. Son técnicas que permiten
debe ocultar, no obstante, las serias deficien- paso a dar sería solicitar autorización al predecir la localización de yacimientos no
cias que presenta en aspectos a los que cada departamento administrativo encargado de conocidos a partir de muestras conocidas,
vez se les exige mayor eficacia, y que cuen- la arqueología. En España existe un servicio combinando diversas informaciones. Su
tan con buenas soluciones informáticas. similar –aunque orientado hacia la agricul- empleo está muy desarrollado en países
El caso más frecuente es el de cono- tura y la ganadería– del Ministerio de Agri- como EE.UU. o Canadá, con grandes exten-
cer si consta o no la existencia de restos cultura, que nos permite hacernos una idea siones de terreno sin investigar, relativa-
arqueológicos en un lugar donde se pre- de su utilidad. A través del Sistema de Infor- mente pocos arqueólogos y grandes pro-
tende remover el terreno. Es un supuesto mación Geográfica de Parcelas Agrícolas yectos de desarrollo de infraestructuras.
cotidiano, pues los promotores de obras (SIGPAC)5 podemos visualizar la planimetría El resultado se ofrece en términos proba-
particulares o grandes infraestructuras catastral, y realizar algunas sencillas tareas bilísticos y mediante mapas que señalan
públicas deben tener en cuenta la inciden- como medir la superficie de las fincas o cono- las áreas con distinto grado de potencial
cia que tendrán sobre el patrimonio natu- cer sus características (Fig. 6). presencia de restos arqueológicos. Aun-
ral y cultural. Sin embargo, frente a las indudables que su contraste con la realidad cuenta
A nivel europeo hay que señalar la ten- ventajas que ofrece un SIG en la gestión con ejemplos de correspondencias acep-
dencia a reemplazar los inventarios sobre patrimonial, la realidad ofrece el panora- tables, se trata, sin embargo, de las apli-
bases de datos convencionales por instru- ma de su escasa y desigual adopción, como caciones arqueológicas de SIG más con-
mentos basados en la tecnología SIG, apro- se ha puesto de relieve a nivel europeo6. En trovertidas.
vechando, además, las facilidades que España las comunidades autónomas de
ofrece internet para su libre consulta. Exis- Madrid y Andalucía son las más avanzadas 4. En la página web de Det Kulturhistoriske Centralregister:
ten ejemplos de países en los que los ciuda- en la incorporación de estas herramientas7. http://www.dkconline.dk

danos pueden realizar esas consultas por En ello influye sin duda la fuerte inversión 5. http://www.mapa.es/es/sig/pags/sigpac/intro.htm

sí mismos. Es el caso del inventario danés económica que supone la implantación de 6. GARCÍA SANJUÁN y WHEATLEY 1999.
de yacimientos arqueológicos, una senci- nuevas tecnologías, tanto en equipamiento
7. Es especialmente destacable el caso andaluz, que ha
lla aplicación de SIG que es accesible en y soporte técnico como en formación de los optado por un SIG –denominado ARQUEOS– para gestionar el
patrimonio arqueológico. Véase FERNÁNDEZ CACHO 2002.
línea4. futuros usuarios.
De esta forma cualquier persona que Por último deben mencionarse las 8. Puede encontrarse amplia información en la página web del
Centre for Archaeological Resource Prediction canadiense:
pretenda hacer obras en su finca podrá posibilidades que puede ofrecer a la ges- http://modelling.pictographics.com

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Fig. 8

¿Qué ofrece un SIG al investigador? cas clásicas de la Arqueología Espacial10. Es Fig. 8.


el caso de la generación de territorios teó- Sobre estas líneas, territorio teórico visible
Los campos de aplicación del SIG en arqueo- ricos en torno a los yacimientos, como los (superficie en color verde) desde el castro
prerromano de Ulaca (Solosancho, Ávila).
logía son muy dispares; abarcan tareas “polígonos Thiessen”. Se parte de conside- Ejemplo de amplio dominio visual a larga
como la reconstrucción del trazado no con- rar la distinta importancia de los enclaves distancia.
servado de un acueducto o la simulación en humanos, en términos políticos o demo-
Fig. 9.
3D de la vista que se tendría desde un bar- gráficos. Por ejemplo, una ciudad actual
En la página siguiente, territorio visible (en
co al llegar al puerto de Tarraco en el siglo acapara más funciones y mayor población color naranja) desde el asentamieto de la Edad
I a.C. Aquí sólo podemos presentar breve- que las aldeas rurales de su entorno, luego del Bronce de El Gavilán Mayor (Solosancho,
mente una reducida serie de ejemplos ilus- la consideraríamos “más importante”. Esta Ávila). Claro ejemplo de visibilidad “en abanico”
a corto y medio alcance.
trativos, centrados en nuestra línea de tra- técnica supone que a sitios de importancia
bajo: el estudio del poblamiento antiguo. similar corresponderían unos territorios
Los SIG son, como se ha visto, herramien- homogéneos. Aplicándola al estudio de los
tas programadas para obtener resultados yacimientos podemos ver si la importancia
en términos actuales de rentabilidad y efi- que les otorgamos –a partir de la cantidad
ciencia que resultan inapropiados para el o calidad de los restos que deparan, de su
estudio de las sociedades del pasado, cuan- extensión o porque hay fuentes escritas
do tales conceptos no existían. En la actua- que así nos lo dicen– se corresponde con las
lidad, tras una etapa de fuertes críticas, los proporciones de los territorios asignados
SIG son empleados de forma más reflexi- según este método.
va y cautelosa, en estudios sobre peque- Su empleo con los yacimientos de la
ñas regiones y con un concepto amplio del Edad del Cobre (hacia 2600 a.C.) del Valle
registro arqueológico. Se trata de la pujante Amblés (Ávila) sirve para reconocer un 9. Un panorama de las actuales líneas de trabajo en España
puede verse en Grau 2006.
línea de investigación denominada Arqueo- reparto equitativo del mismo, conforme a
logía del Paisaje, estrechamente vinculada su interpretación como granjas familiares 10. HODDER y ORTON 1990.

a ellos9. independientes y posiblemente coetáneas11. 11. FABIÁN 2006.


Entre las aplicaciones al estudio del Los asentamientos de los rebordes monta-
12. Véase por ejemplo GARCÍA SANJUÁN 2005: 222-229 o CONOLLY
poblamiento en el pasado están las técni- ñosos dispondrían de territorios parecidos, y LAKE 2006: 225-233.

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Fig. 9

en dirección norte-sur, mientras en el fondo castro de Ulaca (hacia 200 a.C.), una popu- rior o posterior. Por ejemplo, entre los cam-
de valle se guarda un estricto reparto de las losa ciudad prerromana con un completo pesinos, la disponibilidad de agua resulta
tierras más llanas y productivas (Fig. 7). dominio visual del mencionado Valle Amblés imprescindible, así como el acceso a distin-
Otras aplicaciones, de la mayor impor- desde un extremo al otro, coherente con su ta proporción de pastos para los rebaños
tancia en los actuales estudios, permiten importancia política como “capital” del valle y algunas tierras adecuadas para cultivar.
recrear el efecto de ciertos comportamien- en aquella época (Fig. 8). Por contra, el Gavi- Podríamos medir así la distancia en metros
tos del hombre sobre el terreno, sin nece- lán Mayor es un pequeño asentamiento esta- desde los poblados a los ríos más cercanos,
sidad de hacer trabajo de campo. Se trata cional en altura de comienzos de la Edad del o el número de hectáreas de terreno que
especialmente del estudio de la visibilidad Bronce (hacia 2000 a.C.) propio de una fami- permiten una agricultura de secano o rega-
y de la accesibilidad a los recursos desde lia de pastores itinerantes, desde el cual se dío, o de suelos que sólo ofrecen posibilida-
determinados sitios. divisan sólo las tierras inmediatas y el sector des para pastos y uso forestal.
Los análisis de la visibilidad están muy central del valle, (Fig. 9). Para efectuar las mediciones se dibujan
extendidos por ser muy sencillos de reali- En segundo lugar ha de destacarse la territorios que tienen como centro los sitios
zar, y han generado diversas mejoras pues- capacidad de los SIG para ofrecer un acer- en estudio, aquellos que queremos compa-
tas a punto por los propios arqueólogos 12. camiento cuantitativo al estudio del terri- rar. Sus límites son convencionales, pero
El estudio de la visibilidad desde los yaci- torio. En concreto uno de los parámetros de los criterios para trazarlos han de ser uni-
mientos permite evaluar si ésta jugó algún mayor interés en las investigaciones actua- formes, de manera que el entorno de todos
papel en la elección del emplazamiento. Su les es la evaluación de los recursos poten- los sitios sea medido de igual forma. El SIG
valor es sólo orientativo, y sirve para com- ciales en el entorno de los asentamientos. dibuja los trechos que recorreríamos en dis-
parar unos sitios con otros. Algo muy distin- Si asumimos la premisa de que en la elec- tintos intervalos de tiempo, marchando a
to es lo que efectivamente se alcanzaría a ción del lugar donde asentarse las gentes pie desde los yacimientos (Fig. 10) y mide los
ver o “vigilar” desde esos sitios –p.e. gentes del pasado buscarían tener cierto abanico recursos contenidos en los tramos así defi-
moviéndose o rebaños–, pero eso importa de recursos básicos en sus inmediaciones, nidos. Estas tareas las efectúa de manera
menos. entonces podemos acercarnos a valorar homogénea y automática para gran núme-
Nos sirven de ejemplo ahora dos yaci- la importancia relativa de esos recursos. ro de yacimientos, generando enormes
mientos de Solosancho (Ávila) distantes Para ello trataremos de medirlos, con la cantidades de información numérica que
menos de 1 km entre sí, pero con visibilida- intención de comparar los valores de unos será posteriormente resumida y explorada
des claramente diferentes. El primero es el sitios con otros, o de una época con la ante- mediante estadística.

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Fig. 10.
Territorios accesibles cada media hora de
marcha a pie desde un yacimiento arqueológico,
generados con un SIG. En un mismo lapso de
tiempo se llega más lejos en la zona llana al
noreste, frente a la dificultad de avance en las
zonas montañosas.

Diversos estudios han mostrado el inte- se de agua –en fuentes o simples pozos– y BIBLIOGRAFÍA
rés de esta forma de trabajo. Es el caso de la no dependerían tanto de aquellas zonas
BLASCO BOSQUED, M.C. y BAENA PREYSLER, J. (1997): “Cambios
investigación sobre las culturas prehistóri- húmedas. en los patrones de asentamiento y visibilidad: el Bronce Final
y la Primera Edad del Hierro en el bajo Manzanares”, en M.C.
cas de Los Millares y El Argar en el sureste En todos estos casos, lógicamente la
Blasco, J. Baena y F. Quesada (coords.): Los SIG y el análisis
de la península Ibérica13. Se demostró que calidad y resolución de la cartografía y la espacial en arqueología. Universidad Autónoma de Madrid,
Madrid: 195-212.
los poblados argáricos, frente a los previos información empleadas condicionarán la
BOSQUE SENDRA, J. (1997): Sistemas de Información Geográfica.
de Los Millares, se situaron más próximos a adecuación de los resultados a la realidad. Madrid.
las tierras adecuadas para una agricultura Sin embargo, por encima de ello, diversos
CONOLLY, J. y LAKE, M. (2006): Geographical Information Systems
de regadío. El regadío, en una región tan ári- autores han insistido en que el empleo de in Archaeology. Cambridge University Press. Cambridge.

da, tuvo que implicar gran cantidad de tra- los SIG se debe orientar –al igual que ocu- FABIÁN GARCÍA, J.F. (2006): El IV y III Milenio AC en el Valle
Amblés (Ávila). Monografías 5. Junta de Castilla y León,
bajo del campo –por ejemplo en construir rre con el resto de la información mane- Salamanca.
acequias o terrazas– lo cual tiene impor- jada en arqueología– hacia la búsqueda
FERNÁNDEZ CACHO, S. (ed.) (2002): ARQUEOS. Sistema de
tantes consecuencias para explicar la pro- de contrastes significativos, sin preten- Información del Patrimonio Arqueológico de Andalucía.
Cuadernos Técnicos. Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico.
gresiva y espectacular jerarquización social der reconstruir las condiciones reales del Junta de Andalucía. Sevilla.
en la región –una minoría organizaría el tra- pasado. GARCÍA SANJUÁN, L. (2005): Introducción al reconocimiento y
bajo y se aprovecharía en exclusiva de sus En definitiva, la verdadera utilidad del Análisis Arqueológico del Territorio. Ariel. Barcelona.

frutos–. SIG estriba en que permite integrar en el GARCÍA SANJUÁN, L. y WHEATLEY, D.W. (1999): “The State of the
Arc: differential rates of adoption of GIS for European Heritage
Un último ejemplo: en el madrileño análisis histórico grandes cantidades de management”, European Journal of Archaeology, 2 (2): 201-226.
Valle del Manzanares, la medición de la datos –hablamos de combinar millones de GILMAN, A. y THORNES, J.B. (1985): El uso del suelo en la
distancia desde los poblados prehistóricos datos espaciales–, y someter todos ellos prehistoria del sureste de España. Fundación Juan March.
Madrid.
a los cursos fluviales14 aporta algunas cla- a unos mismos análisis, uniformizando y
GRAU MIRA, I. (ed.) (2006): La aplicación de los SIG en la
ves sobre los efectos del cambio climático automatizando las tareas. Sus resultados Arqueología del Paisaje. Universidad de Alicante. Alicante.
en el pasado. Sabemos así que en el II mile- son empleados para hallar diferencias HODDER, I. y ORTON, C. (1990): Análisis espacial en Arqueología.
nio a.C. –una época relativamente seca y no apreciables a simple vista, que de otro Crítica. Barcelona.

templada– era necesario instalarse cerca modo seguirían pasándonos desapercibi- MARTÍN DE LA CRUZ, J.C. y LUCENA, A. Mª (coords.) (2003):
Actas del I Encuentro Internacional de Informática aplicada
del agua, donde pastos y cosechas aguan- das. a la investigación y la gestión arqueológicas. Universidad de
tarían mejor la sequía estival. A partir del Córdoba, Córdoba.

800 a.C., cuando las condiciones ambien- RECUERO, V.; BLASCO, M.C. y BAENA, J. (1996): “Estudio espacial
13. GILMAN y THORNES 1985. La excesiva simplificación de sus del Bronce Final-Hierro I en el bajo Manzanares apoyado en los
tales se tornaron más frías y lluviosas, las conclusiones aquí, no hace justicia a la importancia de esta SIG”, Arqueología Espacial, 15: 51-65.
obra.
aldeas se fundaron más alejadas de ríos WHEATLEY, D. y GILLINS, M. (2002): Spatial Technology and
y arroyos, pues sería más fácil abastecer- 14. RECUERO, BLASCO y BAENA 1996. Archaeology. The Archaeological Applications of GIS. London

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