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Jehová les dará animo!

Veamos el ejemplo de Timoteo, quien siendo joven era tímido y hasta un poco frágil, cuando fue a servir, y
sin embargo cumplió una excelente labor como misionero. El venia de un hogar dividido; su madre y su
abuela eran Judías quienes se habían convertido al Cristianismo en el 47 EC. y su padre era Griego. Timoteo
disfrutó de una estrecha relación con estas mujeres devotas. Pero estando en un hogar Griego, la costumbre
era que el hombre dominaba en el hogar. El hecho de que Timoteo no hubiese sido circuncidado indica que
su padre debe haberse opuesto a esa costumbre de su esposa Judía. Al parecer un poco antes del 50 EC. ya su
madre había quedado viuda. Pudiera ser que durante esa época se desarrollara en él la falta de confianza en
sí mismo, debido a la deficiencia en su salud, su timidez y sus problemas estomacales. Quizás todos estos
factores puedan estar relacionados con la pérdida de su padre y la relación que tenían.
A pesar de todas sus desventajas, había una razón por la que pudo cobrar ánimo. El apóstol Pablo fue como
un padre para él., según el propio apóstol expreso en su primera carta a los Corintios: “Les envío a Timoteo,
puesto que él es mi hijo amado y fiel en el Señor; y él les recordará mis métodos relacionados con Cristo
Jesús, así como yo estoy enseñando en todas partes en toda congregación”. (1Co 4:17.) Pero más que nada,
Pablo se encargó de que Timoteo viera a Jehová como su verdadero Padre según las palabras de 2 Timoteo
1:7 “Porque Dios no nos dio un espíritu de cobardía, sino de poder y de amor y de buen juicio.
Cuan cierto es que cuando el espíritu de Dios mora en nosotros y nos dirige, nos llena de fortaleza, amor, y
buen juicio, todo lo cual se traduce en las habilidades que necesitamos para servir exitosamente a Dios.
Imagínese ahora, como se debe haberse sentido Timoteo acompañando a este valiente y dinámico apóstol
como fue Pablo. Muchas veces nosotros nos hemos sentido inadecuados para cierta “asignación”, quizás
hasta nos retraemos porque pensamos que debemos ser perfectos para poder cumplirla. Pero en realidad, no
tenemos que ser “Indiana Jones” para alcanzar éxito como misioneros. Nuestro éxito no depende ni está
limitado a nuestras habilidades físicas, mentales, ni tampoco a los recursos materiales de los que
dispongamos. Como Timoteo, Jehová puede darnos el ánimo y la fortaleza para hacer y cumplir con lo que
nos toca, siempre que confiemos en El y no en nosotros mismos para alcanzar nuestras metas espirituales.
Pablo le recordó a Timoteo que el espíritu de Jehová le podía ayudar a desarrollar un buen juicio, lo cual lo
ayudaría a mirar con un aspecto positivo a sus desventajas. Le dijo: “Ya no bebas agua, sino usa un poco de
vino a causa de tu estómago y de tus frecuentes casos de enfermedad”. (1 Timoteo 5:23), mostrándole que no
necesitaba sacrificar su salud, ni tampoco preocuparse demasiado para ser un buen misionero, si lo miramos
con un juicio sano. Tampoco centrarse demasiado en sí mismos y ni en las debilidades que tengamos. Tal
como a Timoteo, la relación con su padre quizás lo hizo tener falta de confianza y timidez, también nuestros
antecedentes pudieran afectarnos y hacernos sentir inseguros. Por ello, necesitamos desarrollar un juicio
sano, el cual nos ayudara a calmar nuestros temores más profundos gracias a la fuerza del espíritu santo que
Jehová Dios nos da.
La palabra griega que Pablo uso para “soundness of mind” (juicio sano) sugiere la idea de una mente
tranquila, disfrutar de paz de pensamiento. Estar en paz con nosotros mismos, significa no tener
sentimientos negativos, que pudiéramos proyectar a otros. Así que requiere cultivar paz mental para poder
ser pacíficos, lo cual contribuirá a que seamos pacientes y misericordiosos. Requisitos esenciales para poder
ser buenos predicadores del Reino de Dios.
En la segunda carta de Pablo a Timoteo podemos ver claramente como Jehová nos recompensa. El nos dará
el ánimo y la fortaleza que necesitamos: para ayudarnos a ver nuestros puntos fuertes así como nuestras
debilidades; para ayudarnos a hacer el bien; para amarnos a nosotros mismos; para ser críticos usando el
buen juicio; para enfrentar exitosamente nuestros miedos y temores; para poder dar a Jehová Dios lo mejor
de nosotros, y recibir de Él una multitud de bendiciones.
Si confiamos en la fuerza del espíritu de Dios en todo lo que hacemos, Jehová nos dará el ánimo y la fortaleza
que le brindo a Timoteo. Así que no titubeemos, Jehová nos dará el ánimo que necesitamos para poder
cumplir cualquier asignación que recibamos!

“Por esta misma causa te recuerdo que avives cual fuego el don de Dios que está en ti […] Porque Dios no
nos dio un espíritu de cobardía, sino de poder y de amor y de buen juicio. 8 Por lo tanto, no te avergüences
del testimonio acerca de nuestro Señor, ni de mí, prisionero por su causa; antes bien, acepta tu parte en
sufrir el mal por las buenas nuevas según el poder de Dios”. (2 Timoteo 1:6-8)

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