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ACIA UNA PEDAGOGÍA POR PROYECTOS DE VIDA

Julio César Arboleda*

Tomado del libro: Modelo Pedagógico Autónomo. (Arboleda, J. C., FP.


UAC, 2007) Generalidades

En este capítulo se propone incluir dentro del proceso de construcción,


fortalecimiento, autonomizarían o flexibilización del modelo pedagógico
institucional elementos de la pedagogía por proyecto de vida, como una
estrategia para educar integralmente. Ningún enfoque como este presenta
conceptos, teorías, didácticas, metodologías, estrategias y herramientas
cognitivas, cognoscitivas, curriculares, evaluativas, pedagógicas y
educativas en torno al desarrollo de cada una de las dimensiones que
constituyen al sujeto educable, finalidad última del acto de educar.

Lo común es que los enfoques y modelos pedagógicos contemporáneos


aborden teórica y metodológicamente el desarrollo de los componentes
cognitivos, socio afectivos y operativos. La pedagogía por proyectos de
vida no se sustrae a esta tendencia actual. Sin embargo, va más allá de esta
frontera, alcanzando espacios de la complejidad del individuo, generando
oportunidades para formar no sólo en las dimensiones cognitiva y socio
afectiva, sino además en las otras funciones psíquicas (entre otras,
motivación, memorias, aprendizajes, atención, concentración, voluntad,
sensibilidad, sentimientos, emociones), así como en las dimensiones física,
espiritual, estética, cultural, ecológica, moral, ética, política e histórica
descriptibles a cada persona; generando oportunidades para procesar, usar y
aplicar el conocimiento, enriquecer conceptos y conocimientos; para
vivencias estos encontrándoles utilidad en la vida personal y social. 

Es necesario que los modelos pedagógicos institucionales (y los modelos


pedagógicos particulares, es decir los modelos de cada uno de los
docentes, áreas y unidades, los cuales deben encontrarse en diversos
momentos del modelo pedagógico institucional) aprendan a educar de
manera sistemática por proyectos de vida. Educar por proyectos de vida
significa humanizar el acto formativo y en general el acto educativo,
generando oportunidades y capacidades para que el desarrollo de los
contenidos instruccionales y los diversos momentos del acto educativo
alimenten los procesos de diseño, ejecución, evaluación y control de los
proyectos de vida de los estudiantes (Arboleda, 1995, 2000, 2001, 2002,
2003, 2004, 2005, 2006, 2007). Lo deseable es que este proceso se
mimetice en los mismos educadores docentes, administrativos y padres de
familia.
Valdría la pena, como se expone más adelante, que cada docente asumiera
el acto de educar como un proyecto de vida pedagógico. Esto elevaría el
nivel de calidad de los modelos pedagógicos, y constituiría una estrategia
para autonomizar, flexibilizar y potenciar estos. En este sentido es
importante que la institución abriera espacios para que los docentes,
individualmente y/o por áreas o niveles, confrontara su acción con el
concepto institucional de educar.

 Pedagogía. Conceptos

La pedagogía por proyecto de vida constituye un enfoque teórico y


metodológico dirigido a generar oportunidades pedagógicas, didácticas,
curriculares, evaluativas y metodológicas, así como capacidades cognitivas,
socio afectivas y operativas para garantizar la formación integral mediante
el procesamiento de información, el desarrollo de competencias para
examinar, aplicar y usar el conocimiento apropiado en contextos flexibles,
entre estos en el de la experiencia de vida personal y social del sujeto
educable. 

Para la pedagogía por proyecto de vida es fundamental que el conocimiento


tenga una utilidad directa para la vida del estudiante, de tal forma que los
temas de clase constituyan una oportunidad para que este construya sus
proyectos de vida. Ofrece un marco teórico y un arsenal de herramientas y
estrategias que involucran procesos sistemáticos, donde la generación y
aplicación de estrategias tienen un fundamento epistemológico y obedecen
a contextos específicos, y no se reducen solamente a intuiciones del
docente o de la administración escolar.   

Las clases representan una oportunidad que no se debe desaprovechar para


articular los temas a la vida de los estudiantes, partiendo de sus gustos,
potenciales, estilos de vida, de aprendizaje y de pensamiento; a sus
carencias, necesidades y debilidades de tipo espiritual, afectivo, volitivo,
valórico, estético, moral, ético; a su entorno social, familiar, cultural,
ecológico, político y económico; promoviendo el autoconocimiento, la
autor reflexión, la autocrítica, la autocorrección y el direccionamiento por
sí mismo. 

La comprensión requiere vincular el conocimiento a la experiencia personal


y social del sujeto comprendedor. Nadie comprende algo si no lo vivencia,
si no tiene una experiencia íntima a partir de este. Alguien puede entender
un tema de clase, un texto, un concepto temático, pero la comprensión
reside en movilizar el entendimiento hacia esferas de la experiencia,
reflexionando de manera actuante y constructiva sobre el proceso
cognitivo, afectivo y operativo.
CAMPOS  

Los contextos en los cuales produce valores agregados la pedagogía por


proyecto de vida son, entre otros,

a)      la lectura comprensiva y la escritura con sentido

b)      el examen de conocimientos correspondientes a las diferentes áreas,


niveles y grados de formación

c)      la aplicación de conocimientos o desarrollo de competencias

d)      la vivencia de conocimientos

e)      la generación de ideas, conceptos y conocimientos

f)        la reflexión de conocimientos y procesos cognoscitivos, socio


afectivos y operativos

g)      transversalidad de la lectura y la escritura

h)      la indagación e investigación en el aula

i)        h) el trabajo por proyectos

j)        la planeación curricular, incluido el diseño de guías/módulos


formativas

k)      la construcción y flexibilización del modelo pedagógico institucional


y personal.

l)        el emprendimiento laboral, social, cultural, ecológico y personal

m)    La formación integral: el desarrollo de todas las dimensiones de la


persona  

El aporte que ofrece en cada uno de estos campos lo realiza a través de


conceptos, estrategias, proyectos y herramientas pedagógicas, didácticas,
curriculares y metodológicas (Arboleda, 1995, 2.000, 2001, 2002, 2003,
2004, 2005, 2006, 2007 A, B). 

Conceptualmente ha creado o enriquecido expresiones tales como


conflicto cognitivo, endogenización, mínimos ético- pedagógicos,
aprendizaje por comprensiones, comprensión axiológica, comprensión
conceptual, comprensión cognitiva, comprensión, comprensión
significativa, meta cognición pedagógica, entendimiento, planeación
curricular por comprensiones, aprendizaje por competencias,
pensamientos múltiples, pensamiento conceptual, pensamiento lateral,
pensamiento axiológico, pensamiento analógico, contrafactibilización,
heterodinación, contextualización, juicios inteligentes, aprendizaje
proactivo, preconceptos, meta representación, criterios de evaluación,
niveles del aprendizaje, organizadores gráficos, entre otros. 

Pedagógicamente aporta nuevas ideas y principios para la enseñanza y


la intervención docente, entre otros, el pensamiento acerca de que el
éxito de una formación no reside en el hecho de que un sujeto educable
se apropie de un conocimiento, sino en la utilidad que este represente
para su vida, en cuanto lo enriquezca como persona; la diferencia
entre educar y enseñar; formación integral, enseñanza proactiva,
proyecto de vida pedagógico, meta cognición docente, participación
activa, paternalismo pedagógico, docencia reflexiva, entre otros.

Didácticamente ofrece baterías (estrategias y herramientas) para


intervenir en los procesos cognoscitivos y socio afectivos, de cognición,
noesis, se miosis, procesamiento y organización de información, auto
direccionamiento, auto motivación, meta cognición, comprensión,
entendimiento, reflexión, aplicación, uso, vivencia ión, reflexión y
generación de conocimientos, indagación e investigación en el aula,
construcción de proyectos de vida académico, familiar, social,
personal, cultural, ecológico, ético, moral; desarrollo de pensamientos
e inteligencias múltiples (Arboleda, obra citada; 1996, 1997, 1998).

Algunos de los recursos enmarcados en este campo son: mapas


cognitivos, modelos flexibles de comprensión, relatorías vivenciales,
enunciativas, intertextuales, glosarios analíticos, biográficos, macro
relatorías. Estrategias de auto conducción y autorregulación, de
lectura comprensiva y producción textual.

Metodológicamente aporta herramientas para la evaluación de


competencias, comprensiones, proyectos de vida, procesos de
indagación e investigación; para la planeación curricular (guías
formativas y planes de estudio), la construcción, reestructuración,
modificación y flexibilización de modelos educativos, didácticos,
pedagógicos, curriculares; la formulación de proyectos transversales
de proyecto de vida, lectura y escritura, indagación e investigación,
comprensión y autorregulación, desarrollo de valores y actitudes
(Arboleda, obra citada).
La pedagogía por proyectos de vida constituye un enfoque que ofrece herramientas y
estrategias de tipo cognitivo, discursivo, actitudinal, curricular, evaluativo,
metodológico y didáctico para potenciar los procesos de formación integral,
fortaleciendo desde el aula de clase en cada uno de los estudiantes sus proyectos de vida
fisiológico, psíquico (desarrollo de pensamientos múltiples, emociones, sentimientos,
atención, disposición, voluntad...), ético, moral, ecológico, social, histórico, espiritual,
emprendedor, cultural y político, entre otros.

 Docentes: mediadores de este nivel


Es indispensable que el mediador de los niños pequeños promocione el desarrollo del
pensamiento. En el ámbito educativo es ampliamente reconocido y loable que el nivel
nocional  haya alcanzado un mejor desarrollo en la práctica educativa, tanto en el
aspecto pedagógico como en el  psicológico. Sin embargo es evidente que el desarrollo
de la psicomotricidad, la socio-afectividad, el lenguaje y la pre matemática, han
ocupado un lugar jerárquico dentro de las actividades educativas en este nivel.

Sin desconocer la importancia del desarrollo de éstas y otras áreas, hoy por hoy la
escuela está obligada a jerarquizar sus acciones pedagógicas para promocionar el
desarrollo del pensamiento e inteligencia y con mucha más razón en las edades
tempranas, pues todos sabemos que lo que hagamos o dejemos  de hacer con los niños
pequeños, sin duda marcará las posibilidades del futuro ser humano.

El pensamiento exige una activación a la par del desarrollo del lenguaje, puesto que las
habilidades lingüísticas verbalizan al primero en mención y los dos sin duda, tanto, el
pensamiento como el lenguaje obligadamente están presentes en las acciones
educativas.

Las maestras parvularias, siempre atentas a todo cambio e innovación, debemos


responder al reto de aportar al desarrollo intelectual de sus niños, a través de actividades
que conduzcan a incrementar, comprender y afianzar nociones con la ejercitación de las
operaciones intelectuales propias del nivel de pensamiento infantil.

“Es en la colisión de nuestros pensamientos con los pensamientos de otros cuando se


engendra la duda y nos llama a verificar” L. Vitgotsky Pensamiento Pedagógico es una
plataforma para tejer ideas en conjunto...una invitación a pensar...a mirar por debajo de las
palabras, a escarbar entre las lineas, a la aabstración de ideas, es una invitación a bordar con
conceptos las relaciones quee stablecemos entre las lecturas diversas y la realidad.

el profesor auténtico tiene como obligación hacer una reflexión profunda, sobre cuáles son los
supuestos bajo los cuales él se desempeña como agente del proceso educativo. También
afirmé que la tarea del profesor no se trata de transmitir conocimientos a través de una
metodología determinada por novedosa que sea, sino que, en la medida que el profesor
comprenda sus cosmovisiones relacionadas con  el proceso educativo, estará en mejores
condiciones de orientar y formar seres humanos útiles a sí mismos y a su contexto. De otra
forma no tendría sentido hablar de profesores.
Evidentemente con la conclusión anterior he trazado de alguna forma, un primer esbozo de la
relación dialéctica que existe entre las cosmovisiones del profesor y su práctica docente.
Cosmovisiones y práctica docente que se nutren día a día, a través de un proceso de
reciprocidad y replicación del cual el profesor no puede ser ajeno o ignorar. Puesto que de lo
contrario sólo se trata de un proceso y de una práctica docente trivializada.
 
Por las características del actual contexto socioeconómico, político y cultural se reconoce a la
educación como un proceso complejo, que abarca desde lo que sucede en la familia y la
escuela hasta el desarrollo de la comunidad en sus ámbitos más amplios. Esto es, se concibe
como un proceso que se mueve en distintas perspectivas y que desde ellas merece ser
estudiada. La acción educativa, como señala Severino citado por Gadotti (2000:17), “desde el
surgimiento del hombre es práctica fundamental de la especie, distinguiendo el modo de ser
cultural de los hombres del modo natural de existir de los demás seres vivos”. Por lo que ha de
pensarse en la pedagogía como la posibilidad de estudiar el hecho educativo. La pedagogía,
como reflexión teórica acerca de la educación, es una construcción discursiva que organiza las
prácticas educativas. La pedagogía, por tanto, comprende el conjunto de normas, reglas,
procedimientos y leyes de la educación. En tal sentido, la educación constituye un proceso y la
pedagogía la ciencia que lo estudia. La pedagogía igual se ocupa del estudio científico y
especulativo de la educación, de sus teorías, aspectos filosóficos, científicos y técnicos. Beltrán
(1990:32) añade que la pedagogía se encarga del estudio de la educación, estableciendo los
principios y fijando las finalidades hacia las cuales se dirige la acción educativa.
 Lejos de lo que pudiera pensarse generalmente se discute la naturaleza de la pedagogía; para
algunos la pedagogía es una ciencia, para otros no sobrepasa los límites de una técnica, otros
más le asignan la categoría de arte y son muchos los que la confinan en los terrenos de la
filosofía.
 Sarramona (1989) hace un análisis de las diferentes corrientes que discuten sobre la
naturaleza de la pedagogía. La primera de ellas defiende de manera absoluta la posición de la
pedagogía como la única ciencia de la educación; todas las demás ciencias son vistas como
ciencias pedagógicas. Otro grupo de autores, defienden la tesis de que la pedagogía, debe ser
entendida como la ciencia general de la educación, pero admiten la presencia de otras ciencias
llamadas ciencias de la educación que dependen de la pedagogía. Algunos más admiten la
existencia de un conjunto de ciencias de la educación independientes entre sí, que convergen
en considerar a la educación como objeto de estudio, pero desde perspectivas diferentes
reconociendo la naturaleza propia de la pedagogía. Finalmente se encuentran otros autores
que consideran como ciencias de la educación a toda ciencia relacionada con la educación, ya
sea que esté directa o indirectamente implicada, inclusive aunque no contemplen a la
educación como su objeto de estudio.
 Como podrá observarse, de acuerdo a lo manifestado por algunos autores que se han
ocupado de analizar la naturaleza de la pedagogía, al diferir en las perspectivas de análisis
están indicando con ello, las múltiples dificultades para llegar a una definición y a una ubicación
precisa de la pedagogía. Lo anterior es por demás explicable ya que, aún cuando la pedagogía
tiene definido su objeto de estudio, éste es tratado por otras ciencias aunque de distintos
modos y desde perspectivas diferentes.
 Sin embargo, desde mi muy particular punto de vista la educación no ha sido tratada lo
suficiente como área de investigación por las ciencias de la educación. Por lo general estas
ciencias investigan sobre y no desde la educación. Es decir, no toman los problemas de la
práctica educativa como una de sus principales o primeras preocupaciones. Toman a la
educación como campo de aplicación de otras ciencias. Pero también es cierto que no se
pueden “negar los aportes teóricos decisivos que especialistas de diversas áreas han dado a
las ciencias de la educación. Los ejemplos de Jean Piaget, del sociólogo Pierre Bordieu o del
historiador Philippe Ariès, entre tantos otros, lo confirman de manera irrefutable.” (Novoa,
1991:31). Pero insisto el pensamiento de estos autores y otros más se produce desde el interior
de sus campos disciplinarios y luego llevado al proceso educativo.
 Quintana (1983) estima que la pedagogía no se diluye entre las ciencias de la educación y la
plantea como una ciencia práctica y normativa de la educación. Es decir, se ocupa de la acción
de educar con el acto educativo y con la intervención sobre ese acto, hacia el cual se orienta
con la intención de conocerlo y transformarlo. Esto no les pasa a las demás ciencias de la
educación, que afrontan dificultades concretas en cuanto a la problemática del ámbito de su
competencia para dar solución a las cuestiones propias de los hechos y problemas educativos.
Sin embargo, es claro que el estudio de la educación como fenómeno social no se agota en
una ciencia. De igual forma, la pedagogía tampoco, es la única ciencia que estudia la
educación; y aceptando, además, la multiplicidad y pluralidad de los enfoques que se tienen
sobre la educación, se comprende que la base de significación de la pedagogía y de las
ciencias de la educación es la práctica social, con todas sus contradicciones y complejidades.
En este sentido, tanto a la pedagogía como las ciencias de la educación, corresponde analizar
la educación y transformarla a la vez.
 Vista la pedagogía en relación con las demás ciencias de la educación, se puede afirmar que
la pedagogía es la ciencia de la práctica educativa. En eso radica su especificidad; la
pedagogía no se erige como el discurso sobre la educación sino que parte desde la práctica de
los profesores, entendiéndola como el referente para la construcción de saberes en una
relación dialéctica con los saberes teóricos y por el proceso de reflexión del docente sobre su
práctica. Entendiéndose, por tanto, que en esta comprensión de la pedagogía estriba la raíz
fértil para la significación epistemológica de la didáctica, la cual, como área de la pedagogía,
toma como su objeto de estudio a la enseñanza.
 Por su parte Schmied-Kowarzik (1983) define la pedagogía como una ciencia práctica de y
para la práctica educativa. Sus planteamientos se basan y admiten la dialéctica de la realidad
educativa. Siendo así que la educación, como práctica social humana, es un fenómeno
dinámico, histórico e inconcluso que no se puede captar en su totalidad sino en su dialéctica;
esto es, la educación es transformada por los sujetos, quienes a su vez se transforman con ella
en su práctica social. Es por tanto ahí, en la práctica social del educador, donde hay que
realizar el estudio sistemático, específico y riguroso de la educación para intervenir en ella de
forma consistente. A ese estudio sistemático Schmied-Kowarzik (1983) le llama pedagogía,
ciencia que tiene su razón de ser en la práctica de la educación. Por tanto, la pedagogía parte
de los fenómenos educativos para luego volver a ellos.
 Retomando a Sarramona, la interpretación que sobre la naturaleza de la pedagogía hacen los
autores Clausse (1970), García Garrido (1982) y Quintana (1983), tiene que ver con la
existencia de un conjunto de ciencias de la educación independientes entre sí que convergen
en considerar a la educación como objeto de estudio pero desde perspectivas diferentes y, por
supuesto, considerando a la pedagogía con una naturaleza propia, es la que más se ajusta a
los intereses del presente trabajo ya que, como argumenta Sarramona (1989:84), el hecho de
que “. . . las ciencias de la educación converjan en un objeto común –la educación–, no puede
ser argumento suficiente para proclamar su unidad; del mismo modo que resulta insostenible el
demandar hoy una única ciencia que estudie a la educación, considerando a todas las demás
como simples ramas de ésta”.
Conclusión.
 En principio se puede concluir que se debe considerar que el campo del saber pedagógico se
resignifica cuando aparecen nuevas demandas sociales, cuando se requieren otros tipos de
integración social y de formación; que no se logran con las modalidades anteriores. Así, la
pedagogía se puede concebir como la ciencia que reconoce y recupera los aspectos
ideológicos, sociohistóricos y culturales de los hechos educativos donde el sujeto construye su
objeto a partir de su interacción con él. Por tanto, se habrá de entender a la pedagogía como el
proyecto que integre la reflexión epistemológica para entender lo educativo desde los procesos
de quienes participan, vinculando la teoría con la práctica como elementos indisociables en
toda ciencia educativa. De esta forma, el campo de estudio de la pedagogía se encuentra en
una continua construcción al considerar los contextos diversos que le dan origen y en los
cuales el proceso educativo se desarrolla. Para nadie es ajeno cómo en el pensamiento
pedagógico se destaca una sociedad, una historia, una cultura, un ideal de educación y un
ideal de hombre.
 En su devenir evolutivo, histórico y concreto, la pedagogía ha estado influenciada por las
condiciones económicas, políticas, culturales y sociales que han intervenido con mayor o
menor fuerza en el desarrollo del conocimiento pedagógico. Así, es de reconocer que
históricamente se ha identificado un cierto tipo de cultura, de valores y de ideal educativo
plasmado en la intención de formar a un cierto tipo hombre. Desde el pensamiento pedagógico
de los griegos Sócrates, Aristóteles y Platón (s. IV a. de J.C.) hasta nuestros días tenemos que
el pensamiento pedagógico ha estado en constante reconstrucción, buscando renovar la
práctica educativa. Aunque su desarrollo no siempre haya sido fácil y homogéneo, pero que sin
duda abrieron definitivamente, el camino interminable de la renovación pedagógica.
 Por tanto hay que reconocer que el pensamiento pedagógico surge como reflexión sobre la
práctica de la educación, como una necesidad de sistematizarla y organizarla en función de
determinados fines y objetivos. Parece fácil pero me gustaría preguntar ¿qué tan común es
este proceso reflexivo en todos aquellos que nos dedicamos y desarrollamos en la
docencia? O es que sólo nos dedicamos a dictar nuestra clase como lo determina
nuestra guía de estudios y a divagar ingenuamente como docentes, trivializando con ello
un proceso tan delicado y complejo como el proceso educativo.
Bibliografía.
Beltrán, P. F. L. (1990). Principios generales de la educación, Venezuela:

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