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Sin discurso: La represión contra la huelga

Escrito por Héctor Meléndez

Por lo menos dos preguntas surgen en relación a la represión de la


policía contra la huelga de la Universidad de Puerto Rico, sobre todo después de la jornada
extraordinaria del jueves 27 de enero pasado en Puerta de Tierra.

Por un lado, cuánto beneficiará al PNP dicha represión respecto a las elecciones de 2012. Por
otro, cuánto hay en esta represión de estrategia mediática y cuánto de impulso histérico y
protagónico del jefe policiaco para ‘poner orden de una vez’ en el país.

Para muchísima gente es un horror lo que ha hecho la policía. Pero esta mucha gente
generalmente se corresponde con las clases trabajadoras y populares. Para las clases más ricas y
más interesadas en el neoliberalismo la represión policiaca contra los estudiantes es admirable, e
indica que el PNP es el partido que más inequívoca y directamente defiende y protege los
intereses del capital. Esta admiración moral burguesa bien podrá traducirse en respaldo
económico al PNP para que gane los comicios.

Con buenas finanzas y maquinaria el PNP podría asegurar el apoyo de sectores improductivos de
las clases pobres, identificados con los fondos federales y las ayudas del gobierno, así como de
grupos ricos interesados en adelantar la causa de la ganancia privada. En estas clases ricas hay
grupos productivos —industriales y agrícolas— e improductivos —banca, finanzas, seguros,
Real Estate, comercio—. Los improductivos constituyen los más cercanos al PNP y los que más
crecieron en las últimas décadas. A algunos el Partido Popular podría parecerle ambiguo,
equívoco e insuficiente en su defensa de los intereses de los grandes capitalistas; no así el PNP.

Más aún, precisamente la huelga universitaria representa un llamado a la productividad, a


articular la universidad a algún proyecto económico del país, a que se correspondan los puestos
de trabajo con los estudios, a que se amplíe el acceso de las clases populares a la universidad
para revitalizar la sociedad puertorriqueña. Esto es justamente lo que no desea la tendencia
capitalista dominante, y que el grupo penepeísta expresa en su gestión política. No lo desea
porque antepone el interés de la ganancia privada y del capital particular al interés social. Pero
más aún no lo quiere porque se ubica en la tendencia inclinada a terminar el esfuerzo para
construir un país en Puerto Rico, o sea crear una formación social y económica diferenciada. Los
estudiantes reclaman que se haga país; el sector dominante del capital en la actualidad no
solamente es indiferente hacia tal ‘idealismo’, sino que percibe que cada vez más sus intereses
son antagónicos a los de algún proyecto nacional-popular.

Está sugerido un patrón de exageración en el despliegue de fuerzas policiacas. No es difícil


identificar la cantidad excesiva de efectivos movilizados con el objetivo de aterrorizar la
población. Durante los arrestos de los estudiantes, sobre todo el jueves, miembros de la Fuerza
de Choque y otras unidades de la policía torturan en público, dejan ver su selectividad en la
persecución y faltan el respeto a estudiantes féminas. A la vez, sin embargo, se refrenan de
derramar sangre, en marcado contraste con otras épocas. En efecto, parte del terror que inspira la
policía se debe a que asociamos tanta movilización policiaca con las muertes, torturas y palizas
de décadas pasadas en Puerto Rico y otros países.

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