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1 | CONCURSO INTERNO DE DERECHOS HUMANOS

UNIVERSIDAD INTERNACIONAL SEK-ECUADOR (QUITO).

FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES.

CONCURSO INTERNO DE DERECHOS


HUMANOS.

MEMORIAL: “Los derechos de los niños en el Sistema


Interamericano de Protección de los Derechos Humanos:
Análisis del caso hipotético – Richardson, Unzué y Otros vs.
Juvenlandia”.

Realizado por: Felipe Asanza Miranda


VII Semestre de Derecho ―A‖.

28-I-2011
2 | CONCURSO INTERNO DE DERECHOS HUMANOS

“En cada niño nace la humanidad. Una injusticia hecha en perjuicio de aquéllos, es
una advertida amenaza a los Derechos Humanos”.

-Jacinto Benavente.

 Importancia de los derechos de los niños en el Sistema


Interamericano de protección de los Derechos Humanos:
Al hablar de los derechos de los niños, ha de entenderse que “la protección de los derechos
humanos (…) parte de la afirmación de la existencia de ciertos atributos inviolables de la
persona humana que no pueden ser menoscabados por el ejercicio del poder público”.1
Por tanto, la defensa y promoción de los derechos humanos y fundamentales de los niños y
adolescentes, abarcan todas las dimensiones del quehacer humano al considerarlas como
parte fundamental del desarrollo de éste y a la luz de su dignidad y condición de sujeto de
derechos.
Es así, que el tratadista y coautor de la Declaración Universal de los Derechos Humanos,
René Cassin, menciona que: “el desarrollo integral de los niños y el respeto a sus
derechos se centra en el reconocimiento de su dignidad; de lo noble, lo justo y lo recto,
pues un niño que goza del pleno ejercicio y reconocimiento de sus derechos y libertades
individuales, es un ciudadano que vive inmerso en una sociedad garantista y protectora
de derechos. Si se violan los derechos de un niño y se impide su desarrollo, aquel Estado
ó aquella sociedad, están destinados al fracaso institucional, democrático y político, pues
el ordenamiento jurídico no responde a los bienes jurídicos protegidos como la vida, la
integridad personal, etc., y la legalidad yace muerta en medio de la arbitrariedad que
conculca derechos y libertades”. 2
Consecuentemente, el Sistema Interamericano de protección de los Derechos Humanos, que
se ha instaurado en el seno de la Organización de los Estados Americanos (OEA), señala
que los derechos humanos deben entenderse como aquellas exigencias básicas del ser
humano, en todos los tiempos, lugares y culturas que se van concretando en el curso
histórico en derechos públicos subjetivos tanto individuales como sociales.
En palabras del tratadista Joaquín Ruiz Jiménez: “los derechos de los niños, en el Sistema
Interamericano de protección de los Derechos Humanos, tienen un punto común al que
todos se refieren, que es la necesidad de respetar la dignidad de la persona y todos los
valores que fluyen de esa dignidad que son básicamente, la libertad, la igualdad y la
solidaridad”.3

1
Comisión Andina de Juristas – “PROTECCIÓN DE LOS DERECHO HUMANOS”, (Edit. Universidad del Rosario), 1999, Bogotá
– Colombia, Pág. 26.
2
Cassin, René – “LOS DERECHOS DE LOS NIÑOS A LA LUZ DEL SISTEMA INTERNACIONAL DE DERECHOS
HUMANOS”, (Edit. Kronos S.A.), Madrid – España, 2001, Pág. 85.
3
Ruiz Jiménez, Joaquín – “APROXIMACIÓN EPISTEMOLÓGICA A LOS DERECHOS HUMANOS”, (Edit. Ediar S.A.), Buenos
Aires – Argentina, 1984, Pág. 7.
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Estas nociones preliminares, nos ayudan claramente a identificar que en el marco de los
Derechos Humanos, se reconoce como norma internacional que los Estados deben
encargarse de proteger el derecho que tienen los niños y adolescentes a ejercer sus derechos
humanos.
Así, el relator de la Comisión sobre Derechos Humanos sobre la violación a los Derechos
del niño menciona: “la impunidad es la clave por la que se perpetúan violaciones a los
derechos de los niños y se da paso a delitos que atentan contra su vida, integridad,
desarrollo y libertad. La servidumbre, la explotación sexual, la tortura, la detención
ilegal de menores, entre otros, son actos atroces y de lesa humanidad que los Estados
sujetos a la normativa internacional están llamados a erradicar. Es obligación de
aquéllos: a) investigar las presuntas violaciones de los derechos humanos; b) castigar a
los autores de violaciones de los derechos humanos; y, c) proporcionar recursos eficaces
a las víctima de violaciones de los derechos humanos”. 4
Por consiguiente, la noción de derechos humanos se corresponde con la afirmación de la
dignidad de la persona frente al Estado; y por tanto, vale citar al tratadista Héctor Faúndez
Ledesma, que señala lo siguiente: “El poder público debe ejercerse al servicio del ser
humano: no puede ser empleado ilícitamente para ofender atributos inherentes a la
persona y debe ser vehículo para que ella pueda vivir en sociedad en condiciones
cónsonas con la misma dignidad que le es consustancial. La sociedad contemporánea
reconoce que todo ser humano, por el hecho de serlo, tiene derechos frente al Estado,
derechos que éste, o bien tiene el deber de respetar y garantizar o bien está llamado a
organizar su acción a fin de satisfacer su plena realización”. 5
Además, los derechos humanos -en cuanto son considerados derechos inherentes al ser
humano y de vigencia universal-, se distinguen de otros derechos y se caracterizan porque
sus obligaciones correlativas recaen en los Estados y no en otros individuos –o grupos de
individuos-, y el deber y obligación de respetarlos por parte de los Estados, es lo que la
doctrina se ha referido como “efecto vertical” de los derechos humanos.
Por otra parte, la obligación de garantizar el pleno ejercicio de los derechos humanos es el
resultado de su “efecto horizontal” y tiene, a la inversa de lo que sucede con la obligación
de respeto, un carácter positivo. Efectivamente, ella implica el deber del Estado de adoptar
todas las medidas que sean necesarias y que, de acuerdo a las circunstancias, resulten
razonables para asegurar el ejercicio de esos derechos e impedir la interferencia de terceros.
Por consiguiente, -y paralelamente con su deber de respeto-, esta obligación impone al
Estado el deber de proteger al individuo de los actos de particulares que tengan el efecto de
obstaculizar el ejercicio de sus derechos.
Siguiendo estos postulados, el tratadista Jaume Ferrer Lloret, menciona lo siguiente: “la
obligación de respetar y garantizar los derechos humanos, incluye el deber de: prevenir
las violaciones, investigarlas, tomar medidas apropiadas contra los violadores y
4
Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas – “INFORME DE LA RELATORÍA ESPECIAL SOBRE VIOLACIÓN
DE LOS DERECHOS DEL NIÑO”, 1995, informe E/CN.4/1995/42, Pág. 26.
5
Faúndez Ledesma, Héctor – “EL SISTEMA INTERAMERICANO DE PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS:
ASPECTOS PROCESALES E INSTITUCIONALES”, (Edit. Instituto Interamericano de Derechos Humanos), San José – Costa Rica,
1996, Pág. 21.
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proporcionar recursos jurídicos y reparación a las víctimas. Deberá prestarse una


atención particular a la prevención de las violaciones graves de los derechos humanos y
a la obligación de juzgar y castigar a los autores de crímenes de derecho internacional”.
6

Finalmente, y para concluir esta parte introductoria y general acerca de la importancia de


los derechos de los niños en el Sistema Interamericano de protección de los Derechos
Humanos, resulta imprescindible citar al tratadista Pedro Nikken, que señala lo siguiente:
“los derechos humanos pueden definirse como las prerrogativas que, conforme al
Derecho Internacional, tiene todo individuo frente a los órganos del poder para
preservar su dignidad como ser humano, y cuya función es excluir la interferencia del
Estado en áreas específicas de la vida individual, o asegurar la prestación de
determinados servicios por parte del Estado, para satisfacer sus necesidades básicas, y
que reflejan las exigencias fundamentales que cada ser humano puede formular a la
sociedad de que forma parte”.

 Antecedentes más relevantes del caso hipotético – Richardson,


Unzué y Otros vs. Juvenlandia:
Juvenlandia es un país ubicado en el continente americano, organizado políticamente como
democracia representativa y federal. Su sistema jurídico responde a un sistema de derecho
continental de variante española en el orden infra-constitucional en tanto el orden
constitucional —tanto provincial cuanto federal— responde a la matriz derivada de los
sistemas constitucionales europeos y norteamericanos.
Además, cabe resaltar que Juvenlandia es miembro de la Organización de las Naciones
Unidas (ONU) y de la Organización de Estados Americanos (OEA) y ha ratificado varias
convenciones en materia de Derechos Humanos, y particularmente, en lo concerniente a
derechos de los niños.
En el presente caso, María Paz, una niña de 14 años y analfabeta, trabajaba en una
plantación de algodón de Pobrelandia, país que limita al norte con Juvenlandia, por un
jornal insuficiente para satisfacer sus necesidades más elementales y en condiciones de
explotación de acuerdo con la legislación vigente. En marzo del año 2002 conoció a una
señora juvenlana que le prometió que le conseguiría ingresar a Juvenlandia, donde podría
trabajar de empleada doméstica y, con el tiempo, obtener su residencia legal para estudiar y
eventualmente obtener un empleo mejor.
Así, María Paz compartió la propuesta que le habían hecho con su prima Felicitas, de 16
años, quien quiso acompañarla bajo la excusa de que era mayor que ella, para protegerla.
Poco después, se encontraron en la estación de ómnibus con la señora que había hecho la
propuesta y cuyo nombre real desconocían (se había presentado como ―Pirucha‖). Luego de

6
Ferrer Lloret, Jaume – “RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL DEL ESTADO Y DERECHOS HUMANOS”, (Edit. Tecnos
S.A., Universidad de Alicante), Madrid – España, 1998, Pág. 55.
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conversar con unos hombres que las jóvenes mujeres desconocían, Pirucha se despidió
previo presentarles a otra mujer, ―Porota‖, que viajaría con ellas.
Al cruzar la frontera, Porota les pidió sus documentos y les dijo que no hablaran con nadie.
Luego tuvo una conversación con los oficiales de Aduana y Migraciones que las niñas no
pudieron oír pero sí vieron que les daba un sobre alargado.
Para sorpresa de ambas, a donde llegaron fue a un departamento muy sucio en el que se
encontraban otras mujeres, casi amontonadas, algunas más jóvenes y otras mayores, con
poca ropa y, algunas de ellas, con señales de haber sido golpeadas.
María Paz se asustó y pidió que le devolvieran sus documentos pero éstos no le fueron
devueltos, ella se asustó y comenzó a gritar. Entonces, el hombre de la cara cortada la tomó
por la fuerza, la violó y le dijo que, en adelante, mejor que se portara bien si no quería tener
problemas. Felicitas se desmayó (poco tiempo después supo que estaba embarazada). María
Paz quedó embarazada como producto de la violación.
Durante seis meses fueron obligadas a trabajar en ese lugar que funcionaba a la vez como
habitación y como prostíbulo. Se les impidió también salir del lugar salvo en compañía de
unos hombres muy agresivos que ellas llamaban ―los matones‖. Cada tanto les daban algún
dinero para comprarse comida y artículos de limpieza. Cada reclamo—por tibio que
fuera—era respondido con un brutal ataque por lo que, con el tiempo, dejaron de quejarse.
Nunca recibieron asistencia médica. Sí les daban pastillas frecuentemente que ellas
desconocían para qué eran pero que les provocaban efectos muy extraños. Después de
tomarlas perdían la conciencia y se despertaban en un colchón, casi siempre con manchas
de sangre y golpes.
En una oportunidad funcionarios públicos visitaron el lugar. Las jóvenes se dieron cuenta
de que los matones habían sido advertidos ya que les dijeron lo que tenían que responder en
caso de que las interrogaran. Ellas debían decir que eran las novias de dos de ellos y que
simplemente vivían allí. Los funcionarios no preguntaron nada pese a ver las condiciones
del lugar y los golpes de algunas de sus compañeras y se retiraron con los matones a comer
a una cantina de la esquina del barrio.
El 10 de agosto de 2002, día en el que María Paz había estado con diez ―clientes‖, agotada
por los dolores y desesperada por su situación, trató de interrumpir su embarazo. Como la
hemorragia no cesaba la llevaron al centro de salud donde el médico de guardia reportó el
hecho a la policía que inició contra ella una causa por aborto. El reporte indicaba que el feto
era anencefálico. María Paz fue unos días después trasladada al Penal de Mujeres de la
Capital.
Ocho meses después de llegar a la Capital, Felicitas tuvo contracciones. Llamaron a una
mujer que ofició de partera pero ésta dijo que había que hacer una cesárea en un centro de
salud. Felicitas fue llevada a un lugar que parecía una clínica y allí nació su hijo.
Inmediatamente fue trasladada al prostíbulo de regreso y cuando preguntó por el bebé le
dijeron que precisaba cuidados intensivos por lo que permanecería en la clínica por un
tiempo.
6 | CONCURSO INTERNO DE DERECHOS HUMANOS

Una semana después le dijeron que no podía conservarlo porque no iba a poder criarlo
como era debido pero que una familia con una buena situación económica podía tenerlo a
cargo y darle todo lo que ella no iba a poder. La llevaron a una oficina donde firmó unos
papeles y se despidió de su bebé con lágrimas y con un beso en la frente. Porota y el
hombre con la cicatriz en la cara estuvieron presentes en todo momento, saludaron al señor
que les hizo firmar los papeles como si lo conocieran y el hombre les entregó un sobre de
papel madera que guardaron rápidamente en un bolsillo.
El bebé de Felicitas fue adoptado por una familia de la Capital a partir de la entrega directa
en guarda de hecho que ella había realizado. La adopción quedó firme en julio del año
2004. En la cárcel, María Paz conoció a un grupo de mujeres que trabajaba para ayudar a
las internas. Les contó su historia y ellas, rápidamente, le consiguieron una abogada que
pidió la excarcelación de María Paz, la que fue concedida inmediatamente.
Tiempo después de salir de la cárcel, el 5 de febrero de 2004, María Paz, ya de 16 años,
se apostó frente al prostíbulo con un cuchillo de cocina. Al anochecer vio al hombre con la
cara cortada salir del lugar y caminar como si estuviera borracho. Se abalanzó sobre él y le
clavó el cuchillo en el cuello. Ella se quedó petrificada en el lugar y fue detenida por
Chocha, una de las mujeres que vivía también en el prostíbulo y parecía administrar el
lugar, quien salió rápidamente a la calle y llamó a la policía, la que arribó a los pocos
minutos.
Luego de un juicio abreviado en el que admitió su culpabilidad, María Paz fue condenada,
el 10 de diciembre de 2004, conforme el régimen penal juvenil de Juvenlandia, aprobado
con posterioridad a la ratificación de la Convención sobre Derechos del Niño, a la pena de
15 años de prisión por homicidio calificado por alevosía.
Fue juzgada por un tribunal penal común debido a que la jurisprudencia de la Corte
Suprema de Juvenlandia sostiene que la garantía de especialidad derivada de los tratados
internacionales suscriptos por el país (en particular art. 40 inc. 3º de la Convención sobre
Derechos del Niño) sólo se refiere a la garantía de aplicación de un régimen legal especial
para menores de dieciocho años pero no a que deba existir una jurisdicción especializada
diferente que la justicia penal ordinaria la que, en definitiva, debe enmarcarse en el respeto
de las garantías penales y procesales de cualquier persona imputada de un delito y es idónea
para aplicar las garantías específicas derivadas de la ley penal juvenil vigente en
Juvenlandia.
La causa por aborto seguía en etapa de instrucción. El fiscal se había opuesto al
sobreseimiento por la excusa de violación debido a que, en su entendimiento, no había
condena firme de violación contra el perpetrador que pudiera eximir a María Paz de ser
juzgada y, eventualmente, condenada.
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 Análisis jurídico del caso hipotético – Richardson, Unzué y Otros


vs. Juvenlandia:
I. Violación al artículo 1.1 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos – Obligación de respetar los derechos:

El Estado de Juvenlandia, miembro de la OEA y signatario de la CONVENCIÓN


AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS (en adelante Convención), en su
condición de Estado de democracia representativa y federal y en concordancia al
art. 28 de la convención 7, tiene como una de las obligaciones del gobierno
nacional, el cumplimiento de todas las disposiciones relacionadas con las materias,
en las que ejerce jurisdicción legislativa y judicial 8, establecidas en la misma,
más con su accionar en los hechos relacionados con la detención de María Paz
Richardson y la separación de Felicitas Unzué de su bebé dado en adopción, como
también el reclutamiento de ambas en un prostíbulo; producto de la trata de
personas para actividades de explotación sexual y servidumbre, y sin que el Estado
de Juvenlandia tome medidas sobre el asunto y adoptando medidas que violentan el
debido proceso y las garantías constitucionales de los derechos fundamentales, ha
violentado su compromiso al reconocimiento de ciertos derechos y libertades, por lo
tanto no ha garantizado su libre y pleno ejercicio.

Y aunque el Estado podría invocar poderes extraordinarios, los cuales, dentro de la


doctrina del margen de apreciación, supondrían una maniobra que le permitirá
definir las medidas que fueren necesarias para hacer efectivos los derechos y
libertades consagrados en la Convención, o hacer una primera evaluación de los
hechos y circunstancias, que puedan justificar, ya sea una restricción de algunos de
esos derechos o incluso su suspensión. Pero ese margen de apreciación no puede, en
ningún caso, entenderse como una autorización para que los órganos del Estado
interpreten libremente las disposiciones de la Convención o como una autorización,

7
Artículo 28. Cláusula Federal. Convención Americana de Derechos Humanos
1. Cuando se trate de un Estado parte constituido como Estado Federal, el gobierno nacional de dicho Estado parte
cumplirá todas las disposiciones de la presente Convención relacionadas con las materias sobre las que ejerce jurisdicción
legislativa y judicial.
2. Con respecto a las disposiciones relativas a las materias que corresponden a la jurisdicción de las entidades
componentes de la federación, el gobierno nacional debe tomar de inmediato las medidas pertinentes, conforme a su
constitución y sus leyes, a fin de que las autoridades competentes de dichas entidades puedan adoptar las disposiciones del
caso para el cumplimiento de esta Convención.
3. Cuando dos o más Estados Partes acuerden integrar entre sí una federación u otra clase de asociación, cuidarán de que
el pacto comunitario correspondiente contenga las disposiciones necesarias para que continúen haciéndose efectivas en el
nuevo Estado así organizado, las normas de la presente Convención.
8
Esta disposición contrasta notablemente con el texto del art. 50 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y
con el art. 28 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, que señalan que las disposiciones
de esos instrumentos ―serán aplicables a todas las partes componentes de los Estados federales, sin limitación ni excepción
alguna‖.
8 | CONCURSO INTERNO DE DERECHOS HUMANOS

para interpretar la Convención de modo que tenga efectos diferentes en los distintos
Estados. Esta discrecionalidad que se le concede al Estado en la regulación de
ciertos derechos tampoco puede servir de excusa para negar a la persona el ejercicio
de los derechos consagrados en la Convención, o para desconocer el carácter
autosuficiente de la misma.

Por otra parte la aplicación de esta doctrina, tampoco se puede traducir en la


derogación del principio PRO OMINI. 9

Es importante destacar que la negación de estos derechos y libertades atenta contra


el principio de titularidad y exigibilidad de que gozan tanto María Paz Richardson
como Felicitas Unzué, puesto que se niega su condición de sujetos de derecho, y
que al ser menores de edad deben tener un tratamiento especial de acuerdo a la
legislación de Juvenlandia y deben tener un proceso justo y en igualdad de
condiciones, sin ningún tipo de discriminación y contando con una defensa
oportuna. Por tanto, se demuestra que el Estado no asume el compromiso de
adoptar medidas10 que garanticen el pleno ejercicio y reconocimiento de los
Derechos Humanos. Además el derecho interno estatal no está reconociendo la
importancia del Sistema Interamericano de Derechos Humanos y la amplitud que
tiene el Derecho Internacional sobre la aplicación interna y la normativa
nacional de un Estado.11

Es así que en el ámbito nacional, la aplicación de la Convención, se distingue por el


carácter autoejecutorio y autónomo de sus disposiciones, sin perjuicio de que, en el
acto de darles aplicación el Estado pueda disponer de un margen de apreciación.

9
Principio consagrado en el art. 29 de la Convención Americana de Derechos Humanos, el cual establece que: Ninguna
disposición de la presente Convención puede ser interpretada en el sentido de:
a) permitir a alguno de los Estados Partes, grupo o persona, suprimir el goce y ejercicio de los derechos y libertades
reconocidos en la Convención o limitarlos en mayor medida que la prevista en ella;
b) limitar el goce y ejercicio de cualquier derecho o libertad que pueda estar reconocido de acuerdo con las leyes de
cualquiera de los Estados Partes o de acuerdo con otra convención en que sea parte uno de dichos Estados;
c) excluir otros derechos y garantías que son inherentes al ser humano o que se derivan de la forma democrática
representativa de gobierno, y
d) excluir o limitar el efecto que puedan producir la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre y otros
actos internacionales de la misma naturaleza.
10
Para efectos de contraste, la omisión en la obligación estatal de garantizar el ejercicio pleno de los derechos sed puede
comparar con la asumida por los Estados en el art. 2 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales, que dispone que cada uno de los Estados partes: ―Se comprometen a adoptar medidas, tanto por separado
como mediante la asistencia y la cooperación internacionales, especialmente económicas y técnicas, hasta el máximo de
los recursos de que disponga, para lograr progresivamente, por todos los medios apropiados, inclusive en particular la
adopción de medidas legislativas y la plena efectividad de los derechos aquí reconocidos‖.
11
De acuerdo a la teoría positivista de Hans Kelsen, el Derecho Internacional contiene disposiciones de carácter
supranacional, cuyo respeto y cumplimiento, es de carácter obligatorio y jurídicamente vinculante con los Estados que han
ratificado su participación en tratados internacionales, en este caso Derechos Humanos. Según el principio de jerarquía los
tratados internacionales son superiores a la normativa interna manifestada en la teoría pura del Derecho Kelseniano.
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II. Violación al artículo 5 de la Convención Americana de Derechos


Humanos – Derecho a la integridad personal:

Es fundamental para determinar si una violación de los derechos humanos


reconocidos por la Convención puede ser atribuida a un Estado Parte. En efecto,
dicho artículo pone a cargo de los Estados Partes los deberes fundamentales de
respeto y de garantía, de tal modo que todo menoscabo a los derechos humanos
reconocidos en la Convención que pueda ser atribuido, según las reglas del Derecho
internacional, a la acción u omisión de cualquier autoridad pública, constituye un
hecho imputable al Estado que compromete su responsabilidad en los términos
previstos por la misma Convención. Conforme al Artículo 1.1 es ilícita toda forma
de ejercicio del poder público que viole los derechos reconocidos por la
Convención.

En tal sentido, en toda circunstancia en la cual un órgano o funcionario del Estado o


de una institución de carácter público lesione indebidamente uno de tales derechos,
se está ante un supuesto de inobservancia del deber de respeto consagrado en ese
artículo. Esa conclusión es independiente de que el órgano o funcionario haya
actuado en contravención de disposiciones del derecho interno o desbordado los
límites de su propia competencia, puesto que es un principio de Derecho
internacional que el Estado responde por los actos de sus agentes realizados al
amparo de su carácter oficial y por las omisiones de los mismos aun si actúan fuera
de los límites de su competencia o en violación del derecho interno.

Respecto a los efectos de los hechos de violencia o delincuencia cometidos por


particulares sobre el derecho a la integridad personal, los Estados tienen la
obligación de garantizar este derecho a todas las personas bajo su jurisdicción,
implementando acciones de prevención y medidas operativas eficaces. Estas
medidas, sin perjuicio de su carácter universal, deben dedicar una especial atención
a situaciones de mayor vulnerabilidad, como son los casos que involucran a mujeres
y niños, niñas y adolescentes.

En estos casos, se verifican continuamente en la región violaciones graves a la


integridad personal, tanto en casos de delincuencia común u organizada, como,
específicamente, en el ámbito doméstico, donde la violencia pone en serio riesgo la
vigencia del derecho a la integridad personal.

La Declaración de las Naciones Unidas sobre la Eliminación de la Violencia contra


la Mujer establece la responsabilidad de los Estados de proceder con la debida
diligencia a fin de prevenir, investigar y, conforme a la legislación nacional, castigar
todo acto de violencia contra la mujer, ya se trate de actos perpetrados por el Estado
o por particulares. Con este fin, los Estados deben establecer, en la legislación
10 | CONCURSO INTERNO DE DERECHOS HUMANOS

nacional, sanciones penales, civiles, laborales y administrativas, para castigar y


reparar los agravios infligidos a las mujeres que sean objeto de violencia; debe darse
a éstas acceso a los mecanismos de la justicia y, con arreglo a lo dispuesto en la
legislación nacional, a un resarcimiento justo y eficaz por el daño que hayan
padecido; los Estados deben además informar a las mujeres de sus derechos a pedir
reparación por medio de esos mecanismos.

Es así que, el Estado de Juvenlandia ha irrespetado la Convención al no tomar


medidas que precautelen y protejan a María Paz Richardson y a Felicitas Unzué de
todas las formas de maltrato físico y psicológico, explotación infantil, abuso sexual,
violación, servidumbre y otros actos infrahumanos y degradantes a la dignidad
humana. Muchos de los funcionarios públicos que visitaron los lugares donde
permanecía tanto María Paz como Felicitas (privadas de la libertad y en condición
de explotación y servidumbre y víctimas de una red de trata de personas con fines
de explotación sexual) al ver su condición y al ver que ellas y otras mujeres tenían
algunos golpes alrededor del cuerpo, no hicieron nada, lo que nos demuestra la
despreocupación del Estado ante la violación y vulneración de un derecho humano
muy importante.

En consecuencia, “el derecho de las mujeres, niños, niñas y adolescentes a vivir


libres de violencia y discriminación ha sido consagrado como un desafío
prioritario en los sistemas de protección de los derechos humanos a nivel regional
e internacional. La promulgación de instrumentos internacionales que protegen
el derecho de las mujeres, niños, niñas y adolescentes a vivir libres de violencia,
refleja el consenso y el reconocimiento por parte de los Estados del trato
discriminatorio que éstos grupos sociales tradicionalmente han recibido en sus
respectivas sociedades, lo que ha dado como resultado que sean víctimas y estén
expuestos a diferentes formas de violencia, que incluyen la violencia sexual,
psicológica y física y en muchos casos, hasta el abuso de sus cuerpos”. 12

III. Violación al artículo 7 de la Convención Americana de Derechos


Humanos – Derecho a la libertad personal:

En cuanto a la actuación de los agentes del Estado y la vigencia del derecho a la


libertad y la seguridad personales, la Comisión recuerda que oportunamente ha
definido la privación de libertad como cualquier forma de detención,
encarcelamiento, institucionalización, o custodia de una persona, por razones de
asistencia humanitaria, tratamiento, tutela, protección, o por delitos e infracciones a

12
Comisión Interamericana de Derechos Humanos – “INFORME SOBRE SEGURIDAD CIUDADANA Y DERECHOS
HUMANOS”, 2001, Serie A, No. 5, Párrafo 69.
11 | CONCURSO INTERNO DE DERECHOS HUMANOS

la ley, ordenada por o bajo el control de facto de una autoridad judicial o


administrativa o cualquier otra autoridad, ya sea en una institución pública o
privada, en la cual no pueda disponer de su libertad ambulatoria. Se entiende entre
esta categoría de personas, no sólo a las personas privadas de libertad por delitos o
por infracciones e incumplimientos a la ley, ya sean éstas procesadas o condenadas,
sino también a las personas que están bajo la custodia y la responsabilidad de ciertas
instituciones, tales como: hospitales psiquiátricos y otros establecimientos para
personas con discapacidades físicas, mentales o sensoriales; instituciones para
niños, niñas y adultos mayores; centros para migrantes, refugiados, solicitantes de
asilo o refugio, apátridas e indocumentados; y cualquier otra institución similar
destinada a la privación de libertad de personas.

La garantía de legalidad de la detención establecida en el artículo 7 contempla un


aspecto sustantivo y otro formal o procesal. El aspecto sustantivo exige que sólo se
prive de la libertad a las personas en los casos y circunstancias tipificados por la ley.
El aspecto formal o procesal exige que en la detención de las personas que se
encuentren en alguna de las circunstancias contempladas por la ley, se observen las
normas adjetivas señaladas en la norma durante el trámite de detención.
Seguidamente, debe determinarse si la ley nacional que tipifica las causas y
procedimientos de la detención ha sido dictada de conformidad con las normas y
principios de la Convención a la luz de un examen de formalidad, tipicidad,
objetividad y racionalidad.

Por tanto, la Corte Interamericana ha establecido que toda persona detenida “(...)
tiene derecho a ser informada de los motivos y razones de su detención cuando
ésta se produce, lo cual constituye un mecanismo para evitar detenciones ilegales
o arbitrarias desde el momento mismo de la privación de libertad y, a su vez,
garantiza el derecho de defensa del individuo”.

Concomitantemente, este derecho debe garantizarse a los familiares y allegados de


la persona detenida. En forma complementaria, la Corte se ha pronunciado en
cuanto a que “(...) el detenido tiene también el derecho a notificar a una tercera
persona que está bajo custodia del Estado. Esta notificación se hará, por ejemplo,
a un familiar, a un abogado y/o a su cónsul, según corresponda”.

Es así que, toda persona detenida tiene derecho a vivir en condiciones de detención
compatibles con su dignidad personal y el Estado debe garantizarle el derecho a la
vida y a la integridad personal. Las autoridades estatales ejercen un control total
sobre la persona que se encuentra bajo su custodia por lo que el Estado es garante de
la integridad personal de las personas privadas de la libertad.
12 | CONCURSO INTERNO DE DERECHOS HUMANOS

Esta función estatal de garantía reviste particular importancia cuando los privados
de la libertad son niños o niñas y los Estados deben tomar las medidas necesarias
para asegurar que permanezcan separados de las personas adultas que se encuentran
en la misma situación, en establecimientos adecuados y bajo la responsabilidad de
personal con formación especializada.

A los efectos de hacer efectivo el cumplimiento de esta obligación, la Corte ha


señalado que los Estados Miembros deben “(...) contemplar, entre otros aspectos,
estrategias, acciones apropiadas y la asignación de los recursos que resulten
indispensables para que los niños privados de libertad se encuentren separados de
los adultos; para que los niños procesados estén separados de los condenados; así
como para la creación de programas de educación, médicos y psicológicos
integrales para todos los niños privados de libertad”.

Estos requisitos han sido además señalados por Naciones Unidas, en el informe del
Experto Independiente para el Estudio de Violencia Contra los Niños. Al respecto,
se estableció que “(...) de acuerdo con la Convención de los Derechos del Niño, la
legislación nacional de la mayoría de los países exige que los niños en conflicto
con la ley estén en dependencias separadas con el objeto de prevenir los malos
tratos y la explotación por parte de los adultos. Sin embargo, en muchos países es
habitual que los niños permanezcan arrestados junto con los adultos”.

Esto sin embargo no fue garantizado por el Estado de Juvenlandia, ya que hubo una
detención arbitraria y no se procuró velar por el desarrollo emocional y psicológico
de María Paz Richardson, a quien se acusó de aborto y se le trasladó al Penal de
Mujeres de la Capital, sin tener en cuenta su condición de menor de edad y sin
acatar los principios de la Convención de las Naciones Unidas sobre Derechos de
los niños.

También, el Estado no vaticinó medidas protectoras en torno a la privación de la


libertas provisional en centros de detención que no son para menores y que por tanto
rompen el principio de legalidad y debido proceso; y, además, la privación de la
libertad personal y la violación a este derecho, también se ve reflejado en las
condiciones infrahumanas en que se encontraban María Paz Richardson y Felicitas
Unzué en aquel prostíbulo donde debían recibir órdenes y bajo la explotación sexual
y la servidumbre, no podían oponer resistencia por miedo a ser golpeadas
nuevamente.
13 | CONCURSO INTERNO DE DERECHOS HUMANOS

IV. Violación al artículo 6 de la Convención Americana sobre Derechos


Humanos - Prohibición de la esclavitud y servidumbre:

Se debe llamar la atención también respecto a una situación que constituye una
forma de privación de la libertad con perfiles propios y modalidades de actuación
criminal claramente identificables. Se trata de los casos de trabajo esclavo o
forzado que aun se verifican en el presente caso en contra del Estado de
Juvenlandia.

La Comisión oportunamente se ha manifestado deplorando este tipo de actividad


delictiva, al referirse a las “(...) situaciones de servidumbre por deuda análoga a la
esclavitud y trabajo forzoso, práctica absolutamente prohibida por la Convención
Americana sobre Derechos Humanos y otros instrumentos internacionales (...).
La Convención Suplementaria sobre la Abolición de la Esclavitud, la Trata de
Esclavos y las Instituciones y Prácticas Análogas a la Esclavitud, de Naciones
Unidas, define como prácticas análogas a la esclavitud "la servidumbre por
deudas" y "la servidumbre de la gleba, o sea, la condición de la persona que está
obligada por la ley, por la costumbre o por un acuerdo a vivir y a trabajar sobre
una tierra que pertenece a otra persona y a prestar a ésta, mediante remuneración
o gratuitamente, determinados servicios, sin libertad para cambiar su condición”.

La Comisión ha señalado, asimismo, que estas formas de privación de libertad


tienen, entre los factores que las hacen posible, la falta de políticas integrales por
parte de los Estados. Específicamente, la Comisión se ha pronunciado reiterando
que el Estado tiene la “(...) obligación internacional de erradicar la servidumbre y
el trabajo forzoso de todo su territorio, y que debe tomar de manera inmediata
todas las medidas que sean necesarias para cumplir con esta obligación.
Igualmente, el Estado debe adoptar las medidas necesarias para enfrentar y
resolver los obstáculos legales, institucionales, políticos y de cualquier otra índole
que permiten la reproducción de estas prácticas, a la vez que ha reclamado a las
instituciones competentes del sistema de seguridad ciudadana la adopción de
medidas eficaces para investigar y sancionar a los responsables de estos delitos,
haciendo efectivos en forma simultánea, mecanismos de protección de víctimas y
testigos”.

Esto no sucedió en el presente caso, puesto que incluso funcionarios de la Aduana


reciben un sobre cerrado por parte de las personas que trasportaban a María Paz
Richardson y a Felicitas Unzué a la capital de Juvenlandia y no investigan a las
redes que se dedican a la trata de personas con fines de explotación sexual, trabajos
forzados y en condiciones de servidumbre.
14 | CONCURSO INTERNO DE DERECHOS HUMANOS

V. Violación a los artículos 8 y 25 de la Convención Americana sobre


Derechos Humanos – Garantías Judiciales y Protección Judicial:

Los Estados Miembros deben prestar especial atención al cumplimiento de sus


obligaciones internacionales respecto a la protección y garantía del derecho al
debido proceso y a un juicio justo en oportunidad de implementar las acciones
integradas a sus políticas de prevención y control de hechos violentos o delictivos.

Se observa con preocupación que este derecho se encuentra en forma recurrente en


riesgo a lo largo del presente caso y ha sido vulnerado por parte del Estado de
Juvenlandia, ya que es frecuente la aparición tomando en cuenta que Juvenlandia ha
llevado a cabo la corriente de que las garantías judiciales son un obstáculo para una
adecuada investigación policial y judicial de hechos de violencia o de casos
criminales. En algunas situaciones concretas a lo largo del caso, esas corrientes de
opinión se han plasmado en procedimientos legales que constituyen claras
violaciones a los compromisos internacionales de protección y garantía de los
derechos humanos asumidos por el Estado de Juvenlandia.

El juicio abreviado en contra de María Paz Richardson sin contar con un abogado
defensor especializado en la materia y que garantice una buena defensa, marca
claramente una violación a las garantías judiciales; pues se atenta al principio
jurídico “audiatur ers altera pars” (oída la otra parte) y se emiten resoluciones en
contra de la procesada sin dejar que ésta libremente pueda también presentar los
hechos del caso según su versión, lo que atenta al principio jurídico “da mihi
factum, dabo tibi ius” (que quiere decir “dame los hechos, yo te daré el Derecho).

También, el proceso civil de adopción del niño de Felicitas Unzué, está viciado de
nulidad y carece de validez puesto que Felicitas no contaba con un abogado que le
asesore y le explique los efectos jurídicos que iba a provocar el dar su niño en
adopción, tomando en cuenta que es menor de edad, analfabeta y que no tienen una
preparación respecto del tema. Aquí, por más que la adopción se enmarque en la
legalidad, ésta es arbitraria sí la guarda de hecho ha sido dada violando las garantías
judiciales de Felicitas Unzué, lo que va en contra del principio jurídico “ius
procedatur” (que quiere decir que el proceso debe seguir a la ley y a la equidad de
las partes).
15 | CONCURSO INTERNO DE DERECHOS HUMANOS

VI. Violación al artículo 17 de la Convención Americana de Derechos


Humanos – Protección a la familia:
Ha de entenderse, que el Estado de Juvenlandia, debe comprometerse a transformar
su relación con la infancia‖, abandonando la concepción del niño como ―incapaz‖ y
logrando el respeto de todos sus derechos, así como el reconocimiento de una
protección adicional. Además, se enfatiza la protección a la familia por ser ―el lugar
por excelencia donde deben efectivizarse en primer lugar los derechos de los niños,
las niñas y los adolescentes cuyas opiniones deben ser priorizadas para la toma de
decisiones familiares‖. Esta protección a la familia se basa en los siguientes
principios:
a. Importancia de la familia como “ente de crianza y [...] principal núcleo de
socialización del niño”;
b. Derecho del niño a tener una familia y a convivir con ella, de manera que se
evite la desvinculación de sus padres biológicos o de su familia extendida; de no
ser ello posible, se deben buscar otras “modalidades de ubicación familiar” o,
finalmente, recurrir a “entidades de abrigo de la comunidad”; y
c. “Desjudicialización” de los asuntos relativos a cuestiones socioeconómicas y
adopción de programas de ayuda social al grupo familiar, tomando en
consideración que la simple falta de recursos del Estado no justifica la ausencia
de estas políticas.
Esto, sin embargo, no se cumplió por parte del estado de Juvenlandia que no adoptó
medidas para precautelar la protección familiar de las víctimas dentro del proceso,
siendo que éstas últimas son menores de edad y necesitan por tanto de sus
representantes legales para hacer efectivo el ejercicio de su titularidad de derechos y
garantizar un debido y justo proceso.

VII. Violación al artículo 19 de la Convención Americana sobre Derechos


Humanos – Derechos del niño:
La carencia de recursos materiales no puede ser el único fundamento de la decisión,
judicial o administrativa, que ordena la separación de la familia. Actuar de esa
manera infringe garantías como, entre otras, la legalidad del procedimiento, la
inviolabilidad de la defensa y la humanidad de la medida. Las medidas de este tipo
deben ser impugnadas y consideradas inválidas.
Esto es lo que sucedió en el proceso civil arbitrario que quiso justificar la ―legalidad
de la adopción‖ del hijo de Felicitas Unzué.
Por otra parte, el Estado de Juvenlandia también violentó los derechos del niño y no
observó lo dispuesto en la Convención de Derechos del niño, en cuanto a que la
privación de libertad de jóvenes en situación de riesgo social, siguiendo los
principios de la doctrina de la situación irregular, significa la aplicación de una
16 | CONCURSO INTERNO DE DERECHOS HUMANOS

sanción no tipificada, lo cual vulnera el principio de legalidad de la pena, con el


agravante de que por lo general se ordena sin definir su duración. Asimismo,
contraría las reglas del debido proceso.
Esto sucedió con los procesos en contra de María Paz Richardson y Felicitas Unzué.

 Conclusiones:

En conclusión, los derechos humanos son el lindero preciso entre la actuación legítima del
Estado y la conducta ilícita de sus agentes. Por tanto, existe la salvaguarda de la persona
frente el ejercicio arbitrario del poder público; lo que constituye el objetivo primordial de la
protección internacional de los derechos humanos, por lo que en la protección y en la
garantía de los mismos está necesariamente comprendida la noción de la restricción al
ejercicio del poder estatal.
Teniendo en cuenta las consideraciones anteriores, podemos definir conceptualmente a los
derechos humanos como aquellas prerrogativas que conforme al derecho internacional tiene
todo individuo frente a los órganos del poder para preservar su dignidad como ser humano,
y cuya función es excluir la interferencia del Estado en áreas especificas de la vida
individual o asegurar la prestación de determinados servicios, para satisfacer sus
necesidades básicas, y que reflejan las exigencias fundamentales que cada ser humano
puede formular a la sociedad de que forma parte.
Por tanto, si se vulneran los derechos de los niños, se está dejando en indefensión a aquéllos
que son titulares de derechos y que necesitan de una protección especial por parte del
Estado, la familia y la sociedad en general.
Así, ha de quedar siempre grabado en nuestra memoria lo siguiente: “si los niños tuvieran
una voz que proclame la existencia de sus derechos y los defienda, acertada y
repetidamente sería este mismo niño quien criticaría a la sociedad adulta por hipócrita”.
17 | CONCURSO INTERNO DE DERECHOS HUMANOS

Bibliografía:
En libros:
Cassin, René – “LOS DERECHOS DE LOS NIÑOS A LA LUZ DEL SISTEMA
INTERNACIONAL DE DERECHOS HUMANOS”, (Edit. Kronos S.A.), Madrid –
España, 2001.

Comisión Andina de Juristas – “PROTECCIÓN DE LOS DERECHO HUMANOS”,


(Edit. Universidad del Rosario), 1999, Bogotá – Colombia.

Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas – “INFORME DE LA


RELATORÍA ESPECIAL SOBRE VIOLACIÓN DE LOS DERECHOS DEL NIÑO”,
1995, informe E/CN.4/1995/42.

Faúndez Ledesma, Héctor – “EL SISTEMA INTERAMERICANO DE PROTECCIÓN


DE LOS DERECHOS HUMANOS: ASPECTOS PROCESALES E
INSTITUCIONALES”, (Edit. Instituto Interamericano de Derechos Humanos), San José –
Costa Rica, 1996.

Ferrer Lloret, Jaume – “RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL DEL ESTADO Y


DERECHOS HUMANOS”, (Edit. Tecnos S.A., Universidad de Alicante), Madrid –
España, 1998.

Ruiz Jiménez, Joaquín – “APROXIMACIÓN EPISTEMOLÓGICA A LOS


DERECHOS HUMANOS”, (Edit. Ediar S.A.), Buenos Aires – Argentina, 1984.

Informes y Opiniones Consultivas:


Comisión Interamericana de Derechos Humanos – “INFORME SOBRE SEGURIDAD
CIUDADANA Y DERECHOS HUMANOS”, 2001, Serie A, No. 5, Párrafo 69.

Documentos Legales:
CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS.

CONVENCIÓN DE LOS DERECHOS DEL NIÑO.

PACTO INTERNACIONAL DE DERECHOS CIVILES Y POLÍTICOS.

PACTO INTERNACIONAL DE DERECHOS SOCIALES, ECONÓMICOS Y


CULTURALES.

CONVENCION PARA LA ELIMINACIÓN DE TODAS LAS FORMAS DE


DISCRIMINACIÓN CONTRA LA MUJER,
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Sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, relativas a derechos


de los niños:
Caso ―Niños de la calle‖ vs. Guatemala.
Caso Walter Bulacio vs. Argentina.
Caso Instituto de Reeducación del menor ―Panchito López‖ vs. Paraguay.

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