La Pena de Muerte en México

En el país existe el dilema entre los diferentes sectores, que consiste en decir si se
legaliza la pena de muerte o no, para aplicarla a los delincuentes más sanguinarios,
desalmados, y traidores a la patria; entre los que se encuentran secuestradores, narcotraficantes,
violadores y los inconcebibles policías y políticos corruptos.

El sector político mexicano (diputados y senadores), argumentan que no debe

implantarse en el país ya que las circunstancias actuales pueden ocasionar que se ejecute a
inocentes.

Es por todos conocido que han existido casos en los que se fabrican pruebas para
incriminar a inocentes o personas incomodas por parte de elementos policíacos de todas las
corporaciones de seguridad en sus diferentes niveles, que muchas veces derivan en condenas
injustas, casos en los cuales una vez ejecutada la sentencia ya no podría enmendarse dicha
equivocación o injusticia.

La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), apoya la postura del sector

político, dejando la sensación ante la sociedad de que a los que se defiende es a los criminales,
haciendo a un lado los derechos de las victimas.

El ejercito mexicano es el único que aplicaba hasta hace algunos años la pena de muerte
a los militares que incurrían en traición a la patria entre otros delitos. La mencionada pena no
se aplica desde 1942, ya que las penas son conmutadas por penas de cárcel de 20 a 60 años.

El gobierno mexicano ha expresado y dejado en claro que no es posible reinstituir la

pena de muerte como castigo, ya que México tiene firmados tratados internacionales vigentes
en los que la observación de los derechos humanos prohíben este tipo de castigos.

Sin embargo, la sociedad esta harta de ser victima de tanta violencia, de tanta
impunidad, de sentir que se burlan de ella con las penas que se les otorga a los criminales por
parte de la justicia; que en muchos casos ha resultado protectora de los malhechores. Tomando
en cuenta que solo se logra castigar un porcentaje muy bajo de los casos denunciados.

La sociedad esta llegando a sus limites, a causa de padecer tantos secuestros llevados a
cabo con tanta maldad; Sin importarles absolutamente nada, los secuestradores son capaces de
mutilar partes del cuerpo de sus rehenes para enviarlas a los familiares de la victima y así
presionar para obtener el rescate lo mas pronto posible. Sin embargo aun cuando se les paga el
secuestrado es asesinado para evitar la posible identificación de sus captores o por simple
equivocación por que se les “paso la mano”.

Desde mi particular punto de vista es importante que los legisladores empiecen a hacer
cambios en las leyes mexicanas para lograr establecer penas realmente fuertes para los delitos
que laceran a toda la sociedad ya que de alguna manera todos somos victimas. Esto, aunado a
la depuración y capacitación de los cuerpos policíacos podrá reducir la incidencia en estos
delitos.

Aun así, si me preguntaran directamente, yo estaría de acuerdo con la pena de muerte

en este mi querido México.

Por Pablo Alejandro Herrera Romero