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ramón 99
ramón
revista de artes visuales
www.ramona.org.ar
buenos aires
abril 2010
10 pesos
ramona
revista de artes visuales
nº 99. abril 2010
10 pesos
Editor fundador
Gustavo Bruzzone
Concepto
Jacoby
Grupo editor
Roberto Amigo, José Fernández Vega,
Graciela Hasper, Roberto Jacoby,
Fernanda Laguna, Ana Longoni,
Guadalupe Maradei, Judi Werthein
Colaboradores permanentes
Xil Buffone, Diana Aisenberg,
Diego Melero, Mario Gradowczyk,
Nicolás Guagnini, Lux Lindner,
Alberto Passolini, Alfredo Prior,
Daniel Link, Mariano Oropeza, El material es responsabilidad de los autores
M777, Melina Berkenwald y no puede ser reproducido sin su autorización
ramonaweb
Coordinación y edición www.ramona.org.ar
Santiago Basso ramona@ramona.org.ar
editorial@ramona.org.ar
Concepto
Editores invitados Jacoby
Fernando Davis
Miguel A. López Producción
Florencia Hipolitti
Rumbo de diseño
Ros Desarrollo web
Leonardo Solaas
Diseño gráfico
Silvia Canosa Fundación START
Tucumán 3758
Publicidad (C1189AAB) Ciudad Autónoma de Bs As
Florencia Hipolitti info@fundacionstart.org.ar
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índice
MICROPOLÍTICAS CUIR: TRANSMARICONIZANDO EL SUR
8 Presentación
Fernando Davis y Miguel A. López
64 Proyecto Heteronorma
Mujeres Públicas
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PRESENTACIÓN
Micropolíticas Cuir:
Transmariconizando
el Sur
Fernando Davis1 (e intensos) períodos de represión dictatorial
Miguel A. López2 y violencia política.
¿
Uno de los primeros detonantes del dossier
Qué gramáticas y formas de lo político fue la pregunta por los procesos de apropia-
ha desplegado la explosión mutante de ción, canibalización e intercambio local de los
sexualidades disidentes en el último discursos post-identitarios desde la emergen-
medio siglo? ¿En qué formas estas subjetivi- cia queer a partir de los años 80. Nos importa
dades están resistiendo a su patologización considerar las influencias y cruces transna-
estigmatizante y discriminación, pero también cionales y las dinámicas de ocupación y con-
a la asimilación domesticadora de lo fronteri- frontación directa, así como sus rabiosas re-
zo, lo marginal y lo minoritario, por los nuevos significaciones locales y las elaboraciones
aparatos de control mercantil? ¿De qué ma- autónomas de una multitud de desobedien-
nera este repertorio de cuerpos insumisos cias de género que, desde el arte y la cultura,
está obligando a replantear las coordenadas vienen perturbando los procesos de normali-
canónicas de la historia del arte, sus episte- zación sexual y sus regímenes disciplinarios
mologías tradicionales y sus ordenamientos heterocentrados.
de saber / poder? La noción de sur no designa aquí un “sur” ge-
Este dossier propone discutir algunos de los ográfico, sino que hace referencia a sus con-
flujos estéticos sexopolíticos más punzantes sideraciones geopolíticas. Se trata de pensar
de América Latina, a fin de re-pensar los mo- cómo aquellas re-definiciones mutantes del
dos a través de los cuales estos han alterado cuerpo están instalando una colisión de sa-
el marco social donde se juegan y redefinen beres y de tiempos que nos permiten hacer
las subjetividades. En sus atrevidas fricciones circular el sentido de maneras que socavan la
y fugas de la norma, las diferentes experien- construcción humanista de la historia como
cias poético-políticas aquí abordadas trastor- destino común. Más allá de la tradicional mi-
nan los métodos de acción, investigación y rada etnográfica lo que proponemos es una
producción del saber en un continente mar- lectura performativa, una contra-cartografía
cado por su herencia colonial, sus procesos transmaricaputa de las perspectivas, que nos
de modernidad interrumpida y sus recientes permita establecer nuevos mapas de perfora-
1> Fernando Davis es investigador, Romero. Cartografías del cuerpo, desde 2003. Ha sido co-curador de
curador independiente y profesor de la asperezas de la palabra" (Fundación diversas exposiciones en Lima y en el
Facultad de Bellas Artes de la UNLP y de OSDE, 2009) y co-curador de “Subversive extranjero y sus textos han sido publicados
la Facultad de Arquitectura, Diseño y Practices. Art under Conditions of Political en revistas como Afterall, Papers d”Art,
Urbanismo de la UBA. Su investigación Repression. 60s – 80s / South America / Papel Alpha, Artecontexto, entre otros. Fue
doctoral se centra en el conceptualismo Europe” (Württembergischer Kunstverein miembro del Espacio La Culpable. Integra
platense de los 60 y 70. Es miembro de la Stuttgart, 2009). la Red Conceptualismos del Sur.
Red Conceptualismos del Sur. Fue 2> Miguel A. López es agitador cultural y
curador de la exposición "Juan Carlos político desde las artes visuales en Perú,
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ción de una historia del arte que ha sido tam- del marxismo ortodoxo que acompañó algu-
bién –qué duda cabe– un aparato de produc- nos de nuestros anhelos “revolucionarios”
ción y sanción disciplinar del género. Muchas continentales desde 1950 en adelante.
de estas relecturas reflexionan desde “espa- Ya en 1984, el poeta, sociólogo y antropólogo
cios y cuerpos raciales / étnicos / sexuales argentino Néstor Perlongher advertía de mane-
subalternizados”3, reconsiderando aspectos ra temprana una “normalización de la homose-
vinculados también a las distintas migracio- xualidad”, en correspondencia con la emer-
nes sociales y sexuales en territorios donde gencia del “modelo gay”, al tiempo que hacía
numerosos conjuntos de cuerpos ha sido un llamado a “soltar todas las sexualidades,
constantemente despojados de su condición abrir todos los devenires”. Así, lejos de subsu-
de humano o ciudadano. mir las singularidades en “una generalidad per-
Asimismo, interesa pensar qué energías polí- sonológica: “el homosexual””, Perlongher
ticas fueron puestas en juego por aquellas apuesta por una sexualidad como “fuga de la
iniciativas visuales, editoriales o performáti- normalidad, que la desafía y la subvierte”: “ha-
cas que disputaron la esfera pública, advir- blar del sexo de las locas es enumerar los sín-
tiendo cómo el cuerpo y ciertas formas de tomas –las penetraciones, las eyaculaciones,
ocupar o incidir en dicho espacio generaron las erecciones, los toques, las insinuaciones–
potentes enclaves de politización, de inven- de una enfermedad fatal: aquella que corroe a
ción arquitectónica y de experimentación la normalidad en todos sus wings”.4
subjetiva. En un momento en el que la seu- Sea este número cuir una excusa para liberar
do-integración de gays y lesbianas en la so- ese potencial político de vida: cuerpos dese-
ciedad heterosexual dominante se realiza a antes, testimonios disidentes y nuevas formas
costa de la aparición de nuevos (y el fortale- de resistencia capaces de devenir laborato-
cimiento de viejos) procesos de estigmatiza- rios sociales (performatividades monstruosas,
ción y exclusión al interior de los grupos mi- pedagogías aberrantes y éticas maricas) de
noritarios, revisar aquellas formas de resis- experimentación sexual. Experiencias que es-
tencia sensible es también un intento por ac- tán, a su vez, trasformando radicalmente el
tivar en el presente el voltaje revulsivo de concepto de democracia, al devolver al espa-
esas sexualidades insurrectas. Ciertamente cio público aquellos cuerpos y voces que ha-
estamos ante modo distintos (y altamente bían sido previamente expulsados y marca-
más peligrosos) de alimentar la imaginación dos como anormales o enfermos: un aspecto
política frente al hundimiento de las grandes que se erige, sin duda alguna, como uno de
ideologías mesiánicas y del modelo tutelar los mayores retos políticos del presente.
3> Grosfoguel, Ramón. “La y colonialidad global”, en Tábula Rasa 4, mayo de 1984. También publicado en
descolonización de la economía política y Bogotá, enero-junio, 2006, pp. 17-48. Prosa plebeya. Ensayos 1980-1992,
los estudios postcoloniales: 4> Perlongher, Néstor. “El sexo de las Buenos Aires, Colihue, 1997.
Transmodernidad, pensamiento fronterizo locas”, El Porteño, n° 28, Buenos Aires,
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Cuirizando la cultura
argentina desde
La Queerencia
Centro criollo de políticas de la diferencia
“
¿Qué van a hacer si alguien se entera?” nidad que las leyes de Punto Final, Obedien-
nos preguntó una amiga ante el desorden cia Debida y los indultos buscaron silenciar.
provocado por una de nuestras activida- Tratábamos de hacer visibles los modos en
des en Filosofía y Letras a fines de 1996; que la discriminación ha sido y sigue siendo
nuestra respuesta fue un cándido balbuceo: denunciada como parte de los mecanismos
“Fotocopiamos cinco mil volantes, ¡ojalá al- institucionales de marginación y represión en
guien se entere!”. Desde 1994 tratábamos de nuestro continente desde el siglo XIX para
vincular nuestras prácticas en distintos movi- historizar las ideologías políticas que hicieron
mientos contra la discriminación y la repre- posible no sólo la planificación de los genoci-
sión con las luchas políticas por los derechos dios sino también su consentimiento por
LGBT en nuestro país. Nuestro primer objeti- acuerdo, omisión o supuesta ignorancia.
vo había sido constituir un espacio crítico co- Desde esta perspectiva, la lucha antidiscrimi-
ordinado por activistas, personas vinculadas natoria se presentaba como una lucha contra
a la producción estética y cultural con inves- la impunidad de los genocidios que se perpe-
tigadores e investigadoras que hicieran visi- túa hoy en la figura de Julio López, desapare-
bles en la universidad los debates públicos cido por testimoniar, y se reactualizaba en la
sobre las crecientes desigualdades sociales del excluido social y político a través de la
desde las luchas de diferentes movimientos pobreza, mientras el neoconservadurismo
políticos contra la discriminación por género, producía reclamos de identidad restrictiva de
identidades de géneros, orientaciones y lo nacional a través de la extrema visibilidad y
prácticas sexuales no normativas, pero tam- fetichización de las diferencias en la industria
bién por edad y etnias, tratando de situar su cultural y a través de la vigilancia y la perse-
especificidad en la lucha contra la exclusión, cución de los colectivos LGBT en la vida pú-
la marginación, la represión policial, judicial y blica cotidiana. Nos considerábamos herede-
política. Hablábamos en ese momento de in- ros y herederas de la lucha antirrepresiva y
terrogar la relación entre desigualdad de cla- antidiscriminatoria como modo de organiza-
ses y la condición crítica de las diferencias ción política de las agrupaciones LGBT de
cuando el neoconservadurismo producía tan- América Latina que en nuestro país se habían
to ajustes estructurales y empobrecimiento articulado con los movimientos revoluciona-
1> Silvia Delfino y Flavio Rapisardi Enrique Péchin. la LADH (Liga Argentina por los Derechos
coordinan el Área Queer de la Facultad de Silvia Delfino es investigadora de la UBA, del Hombre).
Filosofía y Letras de la UBA, junto con la UNLP y la UNER, miembro de la Flavio Rapisardi es investigador de la
Ilona Azcel, Silvia Elizalde, Fabricio FALGBT (Federación Argentina de UBA y la UNLP, miembro de la FALGBT y
Forastelli, Juan Pablo Parchuc y Juan Lesbianas, Gays Bisexuales y Trans) y de de la LADH.
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rios desde principios de los 70. Intentábamos histórica específica de marginación y pros-
retomar su impronta territorial desde lo orga- cripción que requiere la revisión de modos de
nizativo, tanto respecto de su relación con el autoridad y de sus crisis en la medida en que
estado en las luchas contra los edictos poli- las ideologías racistas, sexistas, homofóbi-
ciales y la Ley de Averiguación de Antece- cas, lesbofóbicas, travestofóbicas y transfó-
dentes que criminalizaban la sexualidad, co- bicas constituyen un campo tan material co-
mo desde las prácticas insurreccionales que mo político de prácticas colectivas de silen-
se inscribían en la resistencia a la proscrip- ciamiento y persecución a las formas de or-
ción política y a la criminalización de la movi- ganización colectiva. Muy pronto vimos que
lización colectiva. Tratábamos de inscribirnos la respuesta a nuestras acciones en la esce-
también en las luchas de los movimientos na universitaria no consistía tanto en la discu-
que reclamaban juicio y castigo para los ge- sión respecto de las experiencias con movi-
nocidas mientras trabajaban contra la opre- mientos políticos que tratábamos de propo-
sión en el presente, como la Liga Argentina ner sino que se nos pedía prueba de perti-
por los Derechos del Hombre que, en su arti- nencia académica. Simultáneamente, cuando
culación con los organismos de derechos hu- en el Centro Cultural Ricardo Rojas, depen-
manos, organizó parte de la discusión por la diente de la Universidad de Buenos Aires,
derogación de los edictos y su reformulación presentamos en un ciclo de cine las expe-
en el Código de Convivencia Urbana de 1998 riencias de Jean Genet con las de mujeres
y 2004 en la Ciudad de Buenos Aires. Nues- anarquistas en España, un enojado asistente
tro objetivo era denunciar que los códigos de nos interrumpió: “¿Qué tienen que ver los
faltas, edictos y contravenciones eran usa- gays con esas españolas?”. En el mismo es-
dos en todo el país para perseguir por edad, pacio, un tiempo después, cuando propusi-
color de piel, géneros, orientaciones y prácti- mos una jornada con sindicalistas, asociacio-
cas sexuales no normativas, clase y “porta- nes de desocupados, ex detenidos desapa-
ción de cara” y que, esa abierta criminaliza- recidos, artistas de la calle y mujeres y trans
ción de la sexualidad y de las acciones co- en situación de prostitución, bajo la consigna
lectivas, mostraba hasta qué punto no se ha- “La identidad política como lucha histórica”,
bía desmantelado el aparato represivo del es- alguien resolvió la contradicción: “se entien-
tado genocida. Para tratar de articular nues- de, para ustedes queer es gay sucio”. Empe-
tra inscripción en esas experiencias formula- zamos a percibir que lo queer no desafiaba
mos acciones en tres núcleos: a) la relación tanto por lo que podía designar de un su-
entre desigualdad y diferencias de edad, et- puesto escándalo sexual o de una pretendida
nia, religión, géneros, identidad de género y revisión teórica, sino por las articulaciones
orientación sexual tanto en la extrema visibili- entre luchas históricas que interpelaban tanto
dad de la fetichización de la industria cultural nuestra propia cultura política como la de las
como la invisibilización de la persecución; b) agrupaciones aliadas. Imaginamos entonces
la heteronormalidad obligatoria desde el vín- cambiar nuestra denominación por la de “La
culo entre explotación y opresión en la rela- Queerencia, Centro criollo de políticas de la
ción entre capitalismo y democracia liberal; c) diferencia”, tratando de asumir la “territoriali-
la subalternidad como experiencia cultural e zación” de lo queer en una Buenos Aires en
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dora y, por otro, se eliminaba la reflexión res- chas organizativas e ideológicas respecto de
pecto de las condiciones de exclusión de los los modos de autorización democrática que
modos de organización colectiva. De hecho, articulan reclamos colectivos de justicia con-
cuando la crisis económica de 1997-1998 en tra la represión y contra la discriminación.
la Argentina hizo visible el desempleo y la En los últimos años hemos tratado de propo-
marginación como formas de disciplinamien- ner acciones que especifiquen una puesta a
to económico e ideológico, la problemática distancia tanto de la importación de teorías
de las diferencias no sólo de géneros sino queer como de la utilización acrítica del mo-
etarias, étnicas o religiosas, fue incluida en delo gay-lésbico-trans que en Europa y Esta-
las investigaciones sobre pobreza considera- dos Unidos plantea la aceptación y el reco-
da por los organismos de crédito internacio- nocimiento de una supuesta “naturalidad” no
nales como un factor de conflictividad y ries- política de sus prácticas desde la formula-
go social para la gobernabilidad y el equili- ción de alianzas basadas en la cultura políti-
brio económico. Fue necesario entonces dis- ca de negociación liberal. Propusimos enton-
cutir la institucionalización de centros de pro- ces que historizar el discurso de las luchas
ducción estética y cultural o de investigacio- por las diferencias culturales requería algo
nes financiadas por organismos internaciona- más que un simple cambio de voces, conte-
les o fundaciones que han estado histórica- nidos y marcos, ya que implicaba una revi-
mente vinculadas a agencias de seguridad sión radical de la “temporalidad” social en la
en nuestro continente y hoy estimulan o sos- cual esas historias pueden escribirse. Esa
tienen indagaciones en políticas de derechos temporalidad incluye el testimonio como pro-
humanos, salud, asistencia social, reformas cedimiento privilegiado de la industria cultu-
educativas e incluso campañas por los dere- ral, pero también como material central de la
chos de diversidad de géneros, mientras se configuración de escenas críticas de la justi-
profundiza la desigualdad en las condiciones cia que permiten historizar las diferentes pro-
no sólo de pobreza y exclusión sino también puestas de acción en el campo de la memo-
de represión sistemática a que son someti- ria y el juicio a los genocidas en nuestro con-
dos los movimientos que postulan acciones tinente, así como la persistencia de estas or-
colectivas de transformación histórica. Simul- ganizaciones que han resaltado el vínculo en-
táneamente se hizo evidente que la historiza- tre procesos de perpetuación de la pobreza y
ción de estos problemas ponía en primer pla- mecanismos de criminalización a formas
no la relación que nuestras producciones cul- oposicionales de organización política. La lu-
turales establecen con el vínculo conflictivo cha antidiscriminatoria implica la memoria
entre estado y sociedad civil, ya que estaba como un trabajo material con las condiciones
siendo tratado como un problema de confi- de producción de cultura en términos de len-
guración del perfil técnico de los expertos, guajes, espacios, temporalidades y cuerpos,
asesores o especialistas que operan en el di- en la medida en que se actúa desde lo que
seño de modos de intervención cultural y de se percibe como rastro, trazo y configuración
políticas públicas, muchas veces acallando o de la perpetuación de la opresión en el pre-
negando los conflictos para eludir la condi- sente. Es en este sentido que lo queer postu-
ción represiva de las acciones del estado res- la una transformación de los modos de agru-
pecto de grupos discriminados. Formulamos pamiento y alianzas en la medida en que esa
entonces el argumento de que los reclamos interpelación al vínculo entre estado y socie-
políticos de las agrupaciones LGBT en nues- dad civil actúa por la politización de las con-
tro país y en América Latina constituyen lu- diciones no sólo de producción cultural sino
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Manifiesto
Ecuatoriano del
Octubre Trans
1
E
n el Ecuador cada vez más personas y que ocupam@s “los lugares femeninos” de
colectivos nos nombramos transgéne- la sociedad nos incluye a las mujeres, a l@s
ros, travestis, transexuales, intersex, femenin@s, a l@s feminizad@s, a “los” que
bigéneros, andrógin@s, trans en el cuerpo, osan emascularse, a “las” que osan mascu-
trans en el género y, sobre todo, “trans en la linizarse, a los “mandarinas”, a otros “hom-
cabeza”3. Desde antes de que usáramos es- bres no tan hombres”, a las mujeres-ma-
tas palabras, y en lugares periféricos como chas, a los hombres-hembros, a las perso-
la costa rural, o la calle, también nos había- nas con cuerpos intermedios, o con géne-
mos nombrado, y nos seguimos nombran- ros intermedios, o con actitudes interme-
do, machonas, pirobos, hombradas, karishi- dias; y, en definitiva, a las personas de cual-
nas, machis, y con tantos otros términos quier condición sexo-genérica que con
que –aunque desconocidos por la cultura nuestros tránsitos, ambigüedades y trans-
oficial– hablan de nuestros cuerpos-género gresiones más o menos conscientes, cues-
Quizá en las sociedades del norte en las que tionamos lo estático, lo unívoco y lo jerár-
ha nacido la campaña Stop Trans Pathologi- quico del orden patriarcal.
zation 2012, la transfobia asume expresiones Que la patologización es uno de los modos
más institucionalizadas que en nuestro lado históricos de descalificación de las existen-
del mundo. Pero, institucionalizada o no, ex- cias femeninas y trans, y de afirmación –y
plícita o sutil, por acción o por omisión del recuperación– del orden patriarcal.
Estado, la descalificación y la violencia sobre Que la patologización se articula en espa-
los cuerpos distintos es un común denomi- cios informales y formales y, por lo tanto, se
nador que denunciamos en cuantas ciudades expresa en prácticas en ocasiones ilegales
y países participamos de este Octubre Trans. y en ocasiones revestidas de legalidad y le-
Con estos antecedentes, reunid@s en Atun- gitimidad científica. Arraigada en institucio-
taqui, provincia de Imbabura, en la sierra nes pero también, y tal vez más peligrosa-
norte del Ecuador, personas y colectivos mente, “en el sentido común”4; la patologi-
trans y transfeministas de Azuay, El Oro, Im- zación termina reforzando o justificando
1> El Manifiesto Ecuatoriano del Octubre transgenero.org>. mercantiles para regular la situación
Trans fue lanzado por el PROYECTO 2> Elizabeth Vásquez es una activista que patrimonial de parejas del mismo sexo
TRVNSGÉN3RO - Cuerpos Distintos, se autodefine como “alternativista y (2004), el litigio “Ciudadana Luis Enrique
Derechos Iguales, plataforma política transfeminista”. Abogada de formación, se Salazar contra el Registro Civil del
transfeminista con sede en Quito, Ecuador. ha especializado en el diseño y ejercicio de Ecuador” (2007), y su trabajo actual con la
A él adhirieron, en el marco de la campaña “usos alternativos del derecho” con los puesta en escena de paradojas jurídicas.
internacional Stop Trans Pathologization que propone la “subversión desde dentro” 3>Recogiendo un aporte de Ana Almeida,
2012, colectivos y organizaciones trans de del aparataje jurídico patriarcal, por parte del Proyecto Transgénero.
catorce provincias del Ecuador, agrupadas de las mujeres y de quienes ocupan “el 4> Recogiendo un aporte de Andrea
bajo la Confederación Ecuatoriana de lugar del femenino” en la sociedad. Entre Aguirre, de las Mujeres de Frente, Casa
Comunidades Trans e Intersex. Más sus principales “usos alternativos” cabe Feminista de Rosa.
información en <www.proyecto- mencionar la adaptación de contratos
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otras prácticas transfóbicas, como la vio- Mientras, en otros lugares, el criterio quirúrgi-
lencia y la exclusión. co se inclina hacia la feminización como una
Por eso, DENUNCIAMOS: opción más fácil de “normalización” de “ge-
Que en las calles de Quito en que nos mani- nitales ambiguos”, aquí se prefiere la “equi-
festamos este 17 de Octubre; en la Miche- vocación” hacia el lado masculino. Y, aunque
lena, en la Mariscal, en la Plaza del Teatro o escapar del bisturí constituye tal vez una
en “La Y”, la transfobia se expresa en insul- “ventaja de la desventaja” propia de nuestra
tos, botellazos, balines de goma, huevos y realidad, todavía estamos lejos, en todas par-
crímenes de odio que buscan “borrar lo tes, de escapar de la tiranía de tener que so-
trans”, aniquilando a comunidades cultura- brevivir en un orden binario de cuerpos-gé-
les visibles, como lo son las familias de tra- neros en el que de partida no encajamos.
bajadoras sexuales callejeras. Que en provincias como Guayas y Pichin-
Que la privación histórica en el acceso a la cha, existen clínicas privadas de rehabilita-
vivienda, al empleo, a la educación y a la ción que ofrecen tratamientos psicológicos
salud nos ha confinado a una supervivencia para “curar” la homosexualidad femenina y
en guetos socio-culturales y económicos y la transexualidad8; y que la existencia de es-
que esta existencia paralela o “coexistencia tas clínicas evidencia esa patologización
de espaldas”5 también borra lo trans. grosera y abiertamente ilegal que, no obs-
Que la discriminación en el acceso al espa- tante, encuentra la complicidad de familias
cio público es una de las prácticas más vio- enteras y la negligencia del Estado ecuato-
lentas sobre los cuerpos y estéticas distin- riano; cuando cinco años de denuncias no
tas en la ciudad, y que las batidas policiales han sido suficientes para clausurar definiti-
que limpian las calles de específicos colec- vamente estos establecimientos, o evitar
tivos que las ocupamos “sin objeto plausi- que reabran con facilidad.
ble alguno”6 hacen parte de esa práctica. Que en nuestra cultura blanco-mestiza pre-
Que, en Ecuador, las personas que nace- dominante, heredera de un Derecho occiden-
mos en biologías femeninas, sufrimos de tal, la enfermedad mental ha ido de la mano
cargas laborales más pesadas, una peor de una de las instituciones jurídicas más de-
calidad de vida, peor nutrición en relación terminantes de la vida civil –la “capacidad”–
con los hombres biológicos, y un control que designa la facultad de l@s sujetos de re-
más cerrado por parte de nuestras familias presentar sus “propios y personales dere-
sobre nuestras vidas y decisiones sexuales. chos” o, alternativamente, requerir el tutelaje
En la privación del ocio y, por tanto, del “lu- de tercer@s o el del Estado mismo; y que, en
gar en el que se reinventan las cosas”7, los el saco de l@s “incapaces” hemos estado,
transgéneros masculinos, al igual que las históricamente, las personas que ocupamos
mujeres, nos vemos privad@s de la posibili- los lugares femeninos de la sociedad.
dad de reinventar nuestro propio cuerpo. Que, a treinta años de que en el Ecuador la
Que en Manabí –provincia con cierta preva- mujer casada haya dejado de necesitar la
lencia de nacimientos intersex– a l@s “indefi- ratificación marital de sus actos civiles9 y el
nid@s” se nos obliga a vivir como varones. permiso marital para ejercer su libertad de
5> Como diría Boaventura de Souza trabajadoras sexuales trans y otr@s 8> Como lo han venido documentando
Santos. “sospechos@s” en el espacio público. Tatiana Cordero, Taller de Comunicación
6> Usando el lenguaje textual del Artículo 7> Recogiendo un aporte de Pablo Mujer, y Fundación Causana.
612 del Código Penal ecuatoriano, que Mogrovejo, de la Coalición Ecuatoriana 9> Nos referimos a la reforma en la legis-
todavía se usa para reprimir a para la Diversidad Cultural. lación civil de 1979.
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tránsito, la tutela patriarcal sobre los cuer- construye a est@s hombres y mujeres post-
pos femeninos y trans permanece, en cam- transexuales con base en cánones eurocén-
bio, básicamente incuestionada. tricos de masculinidad y feminidad. A pesar
Que la tutela patriarcal se expresa, en el pe- de todo esto, desde la resistencia corporal,
or de los casos, en un sistema penal que la conciencia transfeminista, y la intención
castiga los actos de disposición sobre el política de “subvertir desde dentro”,
propio cuerpo; y, en el mejor de los casos, CELEBRAMOS:
en un sistema de salud negligente que con- Que sumarnos a esta Campaña Internacio-
dena a las personas a intervenirse corporal- nal de Pare a la Patologización de la Transe-
mente sin asistencia alguna y por propia xualidad nos involucra a tod@s en un diálo-
cuenta y riesgo, desestimando las prácticas go intercultural que matiza nuestras respec-
identitarias como actos caprichosos de es- tivas comprensiones de la causa trans en el
tética. De ahí el fenómeno común de la au- mundo, porque nos permite desenmascarar
to-cirugía, la auto-hormonización, y la utili- formas de transfobia con las que acaso con-
zación de sucedáneos peligrosos del silicón vivimos sin darnos cuenta; y prevenir que
quirúrgico, como la inyección directa de otras podrían introducirse en nuestro entor-
aceite de avión y otras sustancias, que co- no, o hasta “importarse” deliberadamente.
bran cientos de vidas trans cotidianamente. Que la diversidad trans existe a pesar de los
Que, en sociedades del norte que, a diferen- intentos institucionales por borrarla y a pe-
cia de la nuestra, han aprobado legislacio- sar de las marginaciones históricas de nues-
nes y servicios de salud específicos “en be- tra experiencia; y que es una diversidad que
neficio” de la población trans, la tutela pa- se desborda en una multiplicidad de expre-
triarcal también permanece incuestionada, siones culturales, instituciones propias, len-
sólo que se expresa, más sofisticadamente, guajes propios e identidades colectivas que
en el diagnóstico psiquiátrico de “disforia de no dependen del canon civilizatorio oficial,
identidad de género” que re-edita aquella ni del sistema jurídico formal, ni de las insti-
antigua conexión entre enfermedad mental e tuciones oficiales para existir. Por eso tene-
incapacidad que históricamente ha pesado mos nombres culturales, y apellidos cultura-
sobre las mujeres y otr@s femenin@s. les, y familias culturales y géneros reales,
Que el aparataje psiquiátrico y médico que en más allá de los nombres, apellidos, paren-
esas sociedades se pone al servicio de una tescos y sexos legales. Y por eso, ni la an-
reasignación binaria de sexos-géneros tam- droginia de la costa, ni el travestismo de la
bién borra lo trans, pues condena a las perso- sierra, ni el fenómeno extendido de la mater-
nas trans a existir únicamente en dos planos, nidad transmasculina en Ecuador pasan por
a saber: como anhelos fallidos de “mujer” u el bisturí, por la tecnología, por el dictamen
“hombre” en tanto disfóric@s diagnosti- estético o por el diagnóstico psiquiátrico de
cad@s, o, como “hombres” o “mujeres” post- la cultura dominante.
transexuales en tanto disfóric@s tratad@s. Que, gracias a la alianza transfeminista que
Que la reasignación binaria de sexos-géne- sostuvo una “presencia incómoda”10 en la
ros, además de transfóbica, es una práctica Asamblea Nacional Constituyente de Mon-
racista y colonial, que corrige, reasigna y tecristi-2008, tenemos una Constitución
10> Así se denominó a la alianza entre el Aborto, Mujeres de Frente, Casa Asamblea Constituyente.
Proyecto Transgénero, Confetrans, Feminista de Rosa, Causana y otros
Coalición por la Despenalización del colectivos feministas durante la
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La convulsión coliza
1
E
n 1988, Francisco Casas y Pedro Le- atravesaban desde el testimonio político
mebel se montaron sin ropa sobre una hasta performances paródicas del traves-
yegua. A lento galope, entraron a la tismo prostibular.3 Su activismo político tam-
Universidad de Chile para re-fundarla. Bus- poco es legible en términos partidarios, ni en
caban reiterar el gesto fundacional de Pedro los códigos tradicionales de la protesta o el
de Valdivia cuando irrumpió en Santiago y la panfleto clásicamente militante.
decretó capital del Reyno de Chile, trocando Uno de los primeros abordajes del trabajo
el ademán poderoso y viril del conquistador del dúo proponía la categoría de travestismo
en armas, por la vulnerabilidad de la desnu- latinoamericano. Richard (1993) concebía el
dez. Los dos cuerpos acoplados, escenifica- travestismo en términos de simulacro, identi-
ban la montura en el sentido sexual y militar dad residual y ejercicio citacional, en una su-
del término haciendo ingresar desobediente- perposición de las reflexiones de Baudrillard
mente el deseo homosexual al espacio uni- y Derrida, que puede considerarse un “anti-
versitario doblemente disciplinado: regido cipo local de las futuras nociones del género
por la dicotomía razón/sensibilidad omi- como construcción performativa”.4 Sin em-
tiendo el cuerpo y el deseo en sus dominios, bargo, en ese discurso, el travesti era en
a la vez que intervenido y vigilado por el ré- algún punto subordinado, “estetizado” en
gimen militar. términos de un doblaje femenino: de un su-
Con esta acción las Yeguas del Apocalipsis jeto que se calza máscaras y ropajes de
entraban a escena por primera vez. Es difícil mujer y podía así ser concebido estratégica-
hacer calzar bajo una sola categoría el tra- mente, como contrapartida femenina a un
bajo que desarrolló este dúo, escurridizo a poder gay supuestamente masculinizado.5
las etiquetas que les han atribuido tanto el No entraremos aquí en la amplia discusión
discurso artístico y la crítica cultural, como el local sobre la categoría travestismo.6 Sólo
movimiento homosexual, con el cual tuvieron queremos retener que ésta resulta insufi-
una relación continuada pero en tensión. Las ciente para abordar el trabajo de las Yeguas
Yeguas del Apocalipsis inscribieron en el es- del Apocalipsis. Para Casas, la categoría de
pacio público una corporalidad anfibia y una travestismo terminó por desplazar el análisis
praxis que contribuyó a abrir un espacio de crítico del heterogéneo corpus de interven-
inteligibilidad para la diversidad sexual. Sería ciones del dúo y habría invisibilizado el cos-
1> En Chile, “coliza” es un vocablo 3> Sutherland, Juan Pablo. Nación como figura que dislocaba la política
coloquial que se utiliza para referirse a los Marica. Prácticas Culturales y Crítica masculinista y partidista dentro del
homosexuales. Pertenece a un conjunto Activista, Santiago, Ripio Ediciones, 2009. mundo gay (aludiendo al Movimiento de
de palabras del lunfardo local que 4> Rivas, Felipe. “Performatividad y Liberación Homosexual, MOVILH).
comienzan con “col”: cola, colita, coliza, Subversión sexual en la teoría del arte Richard, Nelly. Masculino/Femenino,
colizón, coliguacho, colipato. chileno de los 80’”, Santiago, 2009. Inédito. Santiago, Francisco Zegers Editor, 1993.
2> Fernanda Carvajal es socióloga y 5> Richard menciona el primer Encuentro 6> Ver Rivas, op. cit.
miembro de la Red de Conceptualismos de Homosexuales realizado en
del Sur. Concepción en 1991, situando al travesti
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tado más radical de su trabajo. Acciones enunciado que produce una particular subjeti-
como la lectura del Informe Rettig (1991)7 o vidad, para luego abordar la intervención “La
la performance a Sebastián Acevedo en conquista de América”.
Concepción (1993), entre otras, desborda-
rían el travestismo. Las paradojas del nombre
Por su parte, en un texto reciente Mellado, En su Lenguaje, poder, identidad, Judith Bu-
analiza el trabajo de Carlos Leppe, Juan Dá- tler se pregunta por el poder de herir que
vila y las Yeguas del Apocalipsis, en términos tiene el lenguaje. Por la fuerza que ciertos
de lo que él entiende como obras y discur- nombres ofensivos ejercen sobre los sujetos
sos proto-queer. Esta noción buscaría desig- que apodan, dañándolos. Al mismo tiempo
nar prácticas que según Mellado, no habrían que degradan, paralizan o causan dolor, los
estado articuladas ni con una militancia ho- nombres insultantes pueden ofrecer una po-
mosexual explícita, ni con un discurso teó- sibilidad de existencia social: ser interpelado
rico-conceptual sistematizado y que habrían es que se le otorgue a uno el nombre por el
sostenido “de manera implícita en su dia- cual su propia existencia se vuelve posible.
grama elementos que serán prosteriormente Así, una injuria puede venir a quebrar el si-
reivindicados como teoría queer”.8 Aunque lencio sobre aquellos cuya persona física no
Mellado explica las condiciones de emergen- ha sido aún nombrada, ingresándolos al
cia de la trilogía Leppe-Dávila-Yeguas del campo de lo reconocible.
Apocalipsis en el escenario dictatorial; la ca- La palabra injuriosa existe porque ha sido
tegoría proto-queer termina por establecer reiterada una y otra vez, porque tiene una
una relación a priori entre la teoría queer (y “vida”, una temporalidad abierta que excede
las experiencias que la retroalimentaron) y cada interpelación puntual. Entonces, en la
las prácticas que surgieron en Chile desde medida en que es un enunciado performa-
fines de los años setenta. tivo, sería también una palabra sujeta a re-
La categoría de travestismo y la noción proto- significación, que puede ser reapropiada y
queer son parciales y ponen distintos énfasis citarse contra sus propósitos originales.
que nos parece necesario explicitar y revisar. Los nombres ofensivos tienen una historia
Por otro lado, cabe notar que descontando la implícita que se invoca y se consolida al pro-
fotoperformance “Las dos Fridas”, que ha nunciarlos, portando consigo residuos trau-
sido objeto de diversos textos, poca atención máticos. El nombre “yegua” es una figura de
crítica se ha puesto a otras intervenciones del sometimiento sexual, la yegua es siempre la
dúo. Aquí planteamos hipótesis todavía inicia- “montada” en el sentido sexual y militar del
les, que sostienen que sería necesario volver término. Este es el “residuo traumático” que
a las obras y al discurso de las Yeguas del retorna y opera en los usos latinoamericanos
Apocalipsis, subrayando la singularidad de su del término, donde yegua designa tanto a la
práctica, pues es ahí donde se encuentran mujer exuberante, como a la mujer vulgar o
aquellas zonas indóciles que desafían los re- al homosexual. Casas y Lemebel le disputa-
latos ya asentados. En los siguientes aparta- ban así al discurso machista un insulto de
dos analizaremos el nombre del dúo como un género femenino, al tiempo que se apropia-
7> Informe elaborado en Chile entre 1990 8> Mellado, Justo Pastor. “El verbo hecho el arte, Santiago de Compostela, Centro
y 1991 por la Comisión de Verdad y carne. De la vanguardia genital a la Galego de Arte Contemporáneo, 2009.
Reconciliación sobre las violaciones a los homofobia blanda en la plástica chilena”, Agradezco a Fernando Davis el acceso a
derechos humanos durante la dictadura en Aliaga, Juan Vicente (ed.). En todas este texto.
de Augusto Pinochet. partes. Políticas de la diversidad sexual en
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ban de la figura del Apocalipsis, traducida formativo puede darle una existencia social al
por ellos como una referencia al SIDA, que cuerpo pero de un modo paradójico: “Tal acto
en ese momento carecía de tribuna política. de habla le puede poner a uno en su puesto,
Por otro lado, al revisar las entrevistas al dúo pero ese puesto puede no tener lugar”.11
en la prensa de oposición de la época, se Este lugar social imposible ha quedado ins-
aprecia que la demanda de autodefinición, crito en las tensiones que tuvo el dúo con el
es resuelta por Casas y Lemebel con un dis- mundo de la oposición a la dictadura. Así,
curso donde la identidad de género en térmi- aunque la relación de Casas y Lemebel con
nos binarios parecería estar constantemente emblemáticos miembros del PC como Gladys
desplazada, a la vez que se desmarcaban de Marin era viable y pública, dentro de la estruc-
la figura del gay, que veían como una posi- tura partidaria eran una figura imposible,
ción asociada al mercado y al poder mascu- como lo demostró la irrupción del dúo en el
lino. Así, en una entrevista publicada el 1989, Estadio Santa Laura en un acto masivo del
el periodista interroga: “¿Por qué yeguas?”. partido donde tras la injuria pública, Casas y
El dúo responde: “Yegua, yagua, yagana o Lemebel salieron física y moralmente daña-
piel roja. ¿Tú sabes que las machis eran ma- dos. Aun así, el dúo generó un discurso de
ricas? Nosotros somos chamanas sexuales, permanente identificación y desindentificación
iniciadoras de hombres… Dos maricas”.9 con diversos sectores subalternos, actuali-
Ante la pregunta por la identidad, aparece no zando así la problematización de un sujeto
sólo una declaración pública de homosexuali- político plural, que aunque de otra manera, ya
dad todavía excepcional en el Chile de la estaba presente desde los primeros ochenta,
época, si no a la vez, una respuesta sustitu- en el movimiento popular, en las agrupaciones
tiva. Así lo muestra la serie “yegua, yagua, ya- feministas, de jóvenes y pobladores, cuyos
gana”, que habilita la asociación de “las caminos como alternativa a la dictadura neoli-
yeguas” con etnias que estaban extinguién- beral, fueron descartados en el proceso pac-
dose. Y es que Lemebel y Casas definen la tado de recuperación democrática.
marginalidad de su identidad de género, en
contigüidad con la marginalidad económica y La conquista de América
también racial: “Si eres araucano; homose- El 12 de octubre de 1989, en la Comisión de
xual y mapuche, y además pobre, significa Derechos Humanos, las Yeguas del Apoca-
doble o triple marginalidad”.10 Por otra parte, lipsis realizaron la intervención “La conquista
en la respuesta habían contradicciones en el de América”, también conocida como “La
género gramatical: “nosotros somos chama- cueca del maricón”.
nas”, disolviendo el ensamblaje heteronorma- Para comprender esta acción hay que consi-
tivo entre sexo y género. La respuesta no fija derar algunos antecedentes del baile, que
un referente, sino que produce múltiples iden- aquí sólo mencionamos brevemente. La
tificaciones que no pueden trabarse en una cueca como danza que consuma la “con-
identidad indivisa, a la vez que pone en mar- quista” amorosa de un hombre hacia una
cha una forma de catacresis. Pues los insul- mujer, ha estado orientada hacia criterios de
tos –yegua, marica– son también un modo de performatividad social que reiteran y repro-
catacresis: la ofensa como acto de habla per- ducen la heteronormatividad. En los años
9> Salas, Favio. “Las Yeguas del Apocalipsis en una acción de arte”, en consiste en el uso de una palabra con un
Apocalipsis”, en Revista Cauce, N° 204, Diario La Época, Santiago, 17 octubre de sentido diferente del que le corresponde
Santiago, 1989, p. 27. 1989, p. 27. con el fin de nombrar una cosa que
10> Brescia, Maura. “Las Yeguas del 11> La catacresis es una metáfora que carece de nombre particular.
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las yeguas bailamos la cueca del maricón de aquellos devastados por la enfermedad.
solo en la Comisión de Derechos Humanos y Por último, esta acción, al darle relieve al lazo
gritamos: ‘Compañero Mario, alias La Rucia, entre duelo y deseo, habilitaba una relectura
caído en San Camilo ¡Presente!’”.13 de la cueca sola bailada por mujeres. A pesar
Había aquí una alusión a la criminalización de los conflictos que generó este evento con
de la homosexualidad14 que contribuyó a un sector del feminismo, que acusó al dúo de
dejar impunes diversos crímenes contra ho- copar espacios ganados por las mujeres, o
mosexuales, que no figuraban como sujetos quizá por ello, puede pensarse que lo pertur-
de derecho capaces de reclamar justicia por bador de esta acción es que permitiría ampli-
la violencia así ejercida contra ellos, dificul- ficar la construcción de las identificaciones
tando que esas pérdidas y esos crímenes de la mujer que resiste a la dictadura; no sólo
fueran reconocidos como tales. Así lo apunta como madre, casta viuda, hermana, hija,
Lemebel cuando subraya la complicidad me- todas figuras des-erotizadas, abnegadas,
diática con la violencia: “Recientemente en acordes a la moral militante. Tuvo que venir
esta pactada democracia, el mismo perió- un dúo de maricas a subrayar el deseo eró-
dico populachero enarbolando otro cuerpo tico sedimentado en la coreografía de la
inerte declara: Crimen pasional entre colitas. cueca, para recuperar las filiaciones entre
Este sucio mecanismo de encubrimiento (…) duelo, vulnerabilidad y deseo.
se usó en los primeros años dictatoriales: Las Yeguas del Apocalipsis instalaron en el
Enfrentamiento entre terroristas”.15 escenario social el reclamo civil de derechos
Pero también, la cueca de Lemebel y Casas junto a una corporalidad lúdica y lúcida, que
desorientaba la trayectoria (heterosexual) del rebatía cualquier postura que defendiera la
deseo: dramatizaba un cortejo entre dos homosexualidad como algo homogéneo. Y
hombres que extraviaba los cuerpos y de- lo hicieron desde una subjetividad plural
seos con que el baile criollo ordena y per- capaz de identificaciones inesperadas pero
forma el género según el binomio que resignificaban permanentemente su dis-
masculino/femenino. Y era también, la esce- curso político –así, la identificación colita/te-
nificación del doloroso peligro de ese cortejo, rrorista, impregna una vez más su contienda
custodiado por el contagio del SIDA en la de un discurso antidictatorial y antineolibe-
confusión de los flujos sanguíneos que se fil- ral– a partir de gestos que des-montaban,
tran por las incisiones de la piel cortada por jugaban en y disputaban por los límites que
los vidrios: aparecían así otras pérdidas, las definen el campo de lo inteligible.
13> Butler, Judith. Vida precaria. El poder 15> El entonces vigente artículo 365 atrás”, en Revista Página Abierta, N° 29,
del duelo y la violencia, Buenos Aires, criminalizaba las relaciones entre Santiago, 1990, p. 20.
Paidós, 2006, p. 60. personas adultas del mismo sexo.
14> Salas, op. cit. 16> Lemebel, Pedro. “Los Mataron por
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Transfeminismo y
micropolíticas del
género en la era
farmacopornográfica
1
E
stamos asistiendo a una mutación de postcolonial
los dispositivos biopolíticos de Fordismo / Postfordismo - fármacopornismo
producción y control del cuerpo, el Sujeto / Procesos de subjetivación
sexo, la raza y la sexualidad. La Mujer / Multitudes queer
transformación a gran escala que afecta a la Esencia / Materialización performativa
naturaleza de los procesos de producción de Identidad / Desidentificación
la vida en el capitalismo vendrá a modificar Autonomía / Relacionalidad
también la topografía de la opresión y las Sexo / Sex©
condiciones en las que la lucha y la Género / Tecnogénero
resistencia son posibles. Será necesario Caracteres sexuales secundarios /
crear nuevas formas de combate que Biocódigos de género
escapen al paradigma dialéctico de la Transexualidad / Transgénero
victimización, pero también a las lógicas de Normalización / Desobediencia
la identidad, la representación y la visibilidad Blanco - negro / Multirracial (crítica
que en buena medida ya han sido re- descolonial de la noción de raza)
absorbidas por los aparatos mercantiles, Hetero - homosexualidad / Pansexualidad
mediáticos y de hipervigilancia como nuevas (crítica queer de la noción de diferencia
instancias del control. Parte del reto político sexual)
consistirá en cómo las minorías sexuales y Naturaleza - Cultura -- Esencialismo -
los cuerpos cuyo estatuto de humano o su constructivismo / Arquitecturas vivas
condición de ciudadanía han sido puestos en Disciplinas / Tecnologías blandas
cuestión por los circuitos hegemónicos de la Conocimiento científico / Saber situado
biotanatopolítica puedan tener acceso a las Nacionalismo / Alianzas transnacionales
tecnologías de producción de la subjetividad Local - global / Glocal
para redefinir el horizonte democrático. Dialéctica de la opresión / Bio-tánato
Este diagrama tentativo podría servir para políticas
cartografiar el paso de las gramáticas del Políticas de identidad / Micropolíticas post-
feminismo clásico a las del transfeminismo identitarias
queer y postcolonial: Representación / Experimentación -
Mutación
1> Este texto fue inicialmente escrito para Historia Política del Cuerpo en diferentes Contemporani de Barcelona. Es autora de
la revista Artecontexto, Nº 21, Madrid, universidades, entre ellas, la Universidad numerosos ensayos y de los libros
2009. de París VIII, L’Ecole des Beaux Arts de Manifiesto contra-sexual (Madrid, Ópera
2> Beatriz Preciado es filósofo y activista Bourges y el Programa de Estudios Prima, 2002) y Testo yonqui (Madrid,
queer. Enseña Teoría del Género e Independientes del Museu d’Art Espasa Calpe, 2008).
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Flavio de Carvalho:
el “Laboratorio de
erótica” y su New Look
1
E
n 1930 la vanguardia antropófaga en- nudo busca la resurrección del primitivo, li-
vió al arquitecto Flavio de Carvalho co- bre de tabúes occidentales (…) el salvaje
mo su representante al IV Congreso con todos sus deseos, toda su curiosidad
Pan-Americano de Arquitectura, el cual tuvo intacta y no reprimida (…) como lo había si-
lugar en Río de Janeiro. De Carvalho (1899- do tras la conquista colonial. En busca de
1973), quien había retornado a Brasil en una civilización desnuda”.3
1923, luego de haber estudiado ingeniería y Flavio de Carvalho imaginaba su utopía ur-
pintura en Inglaterra, realizó su ponencia bana como una constelación de centros y
ante el congreso introduciendo el plan ge- laboratorios localizados en círculos concén-
neral para la construcción de una nueva tricos: un “centro de enseñanza”, un “centro
ciudad en los trópicos. Su propuesta, titula- de parto”, un “laboratorio de erótica”, un
da “La ciudad del hombre desnudo” (A ci- “centro religioso” y un inmenso “centro de
dade do homem nu), idealizaba una metró- investigación” (centro de pesquisa) en cuyo
polis para el hombre del futuro, el cual, se- interior el ciudadano podría “descubrir las
gún de Carvalho, no tendría ni Dios, ni pro- maravillas del universo, el placer por la vida,
piedad, ni matrimonio. En otras palabras, se el entusiasmo de producir cosas, el deseo
trataba de un urbanismo pensado para una de cambiar”.4 Estos lugares de la ciudad del
humanidad que se habría despojado (des- futuro eran sustentados como áreas de cre-
nudado) de la construcción cultural de su atividad individual, las cuales para de Car-
cuerpo, o como lo describía De Carvalho, valho permanecían ausentes en las ciudades
un hombre “sin tabús escolásticos”, “libre del presente, y sobre todo negadas a la po-
para razonar y pensar”, para comenzar un blación dentro de la aburguesada división
continuo e imparable proceso de curiosi- de trabajo que limitaba (y aún limita) el gasto
dad, cambio y transformación personal. En de energía de las poblaciones. De esta sin-
su propuesta, De Carvalho enfatizaba a sus gular composición urbana, tal vez era el
colegas arquitectos sobre la naturaleza de “centro de erótica”, el que realmente “que-
1> Este texto fue escrito originalmente en de la Fondazione Sandretto Re homem nu”, ponencia en el IV Congreso
inglés. Una versión más extensa puede Reabaudengo, Turin, 2010 y de Capacete Pan-Americano de Arquitectos, Río de
verse en Afterall 24, verano de 2010. entretenimentos, Río de Janeiro, 2009. Janeiro, 1930. También publicado en
2> Inti Guerrero es un crítico de arte y Curador de exposiciones como A cidade Diario da noite, 1 de julio de 1930,
curador colombiano residente en do homem nu, Museu de Arte Moderna republicado por Luiz Carlos Daher, en
Ámsterdam. Formado en el Programa de São Paulo, 2010; Duet for Cannibals, Flávio de Carvalho: Arquitetura e
Curatorial del De Appel en Holanda, y con Royal Tropical Institute, Ámsterdam, 2010; Expressionismo, San Pablo, Projeto,
estudios de Historia e Historia & Teoría de Light Years: Cristina Lucas, Centro de Arte 1982, y traducido al inglés en Valeska
Arte y Arquitectura en la Universidad de 2 de Mayo, Madrid, 2009, y co-curador de Freitas (ed.). 100 years: Flavio de
los Andes en Bogotá, Colombia, y en la Yo no soy esa, Galería Santa Fe, Bogotá, Carvalho: Revolucionario romántico, cat.
FFLCH y en la ECA de la Universidade de 2005, entre otras. exp., Río de Janeiro, CCBB, 1999, p. 58.
São Paulo, Brasil. Curador-en-residencia 3> Flavio de Carvalho. “A cidade do 4> Ibíd.
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licía quien lo llevó a la comisaría. De Carval- lones y blazer, camisa de cuello alto y cor-
ho finalmente explicó que su acto se debía bata– la cual era vista por de Carvalho como
a un minucioso estudio sobre la psicología inapropiada para las calientes temperaturas
de masas. Meses después, con el objetivo y atmósfera húmeda de una megápolis tro-
de crear un testimonio sobre este evento, pical como San Pablo, especialmente in-
publicó un libro titulado Experiência no. 2: apropiada para ser usada durante el verano.
realizada sobre uma procissão de Corpus- De Carvalho buscaría argumentar que el
Christi, el cual incluía un ensayo que expli- vestido ejecutivo corriente, el cual desde si-
caba lo que había ocurrido durante la pro- glos hasta nuestros tiempos se ha normati-
cesión intervenida, siendo estudiado bajo zado como parte del rol social del hombre
las estructuras analíticas y comparativas de Occidental u occidentalizado, era en los tró-
Freud y Frazer, cuyo pensamiento ayudaría picos un vestido antihigiénico, pues su dise-
al lector a comprender el creccendo emo- ño encerrado y el grueso paño (sobre todo
cional de la masa católica, la cual bajo un el paño inglés) usado en su fabricación atra-
consenso inmediato abandonó la ética civil paba y resguardaba el sudor del cuerpo.
secular por una primitiva violencia contra el La solución que proponía de Carvalho era la
artista ateo. En sus palabras, la Experiência de crear un vestido pensado específicamente
no. 2 buscaba “desplegar el alma de los para las condiciones culturales, económicas
creyentes por medio de cualquier reactor y climáticas para la urbe tropical, un vestido
que permitiese estudiar las reacciones en compuesto por dos piezas principales: una
las fisionomías, en los gestos, en el cami- minifalda blanca con dobleces y una leve ca-
nar, en la mirada, en fin, sentir el pulso del misa de manga corta de colores vivos, con
ambiente, palpar psíquicamente la emoción orificios en el área axilar y una estructura de
tempestuosa del alma colectiva, registrar el metal en su interior que separaría el tejido del
flujo de la emoción, provocar la revuelta pa- cuerpo de la persona que lo usara. El diseño
ra ver alguna cosa de inconsciente”.5 del traje llevaba sólo como adorno un cuello
Fue en la calle donde Flavio de Carvalho de chiffon removible, sandalias de cuero cru-
continuó realizando sus Experiências; “la ca- do y medias veladas pescaderas, que según
lle, el único campo de experiencia válido” al de Carvalho serían usadas para cubrir las ve-
decir de André Breton.6 Pero sólo 25 años nas várice. Apropiándose del guiño propa-
más tarde, en 1956, se llevaría a cabo su se- gandístico de los vestidos de alta costura de
gunda acción. Esta vez De Carvalho juntó Christian Dior, Flavio de Carvalho nombró su
sus estudios como arquitecto e ingeniero traje New Look: traje de verano para el nuevo
funcionalista, su espíritu utópico y su interés hombre de los trópicos, 1956.
en la moda. Titulada como Experiência no.
3, el objetivo en estudiar la psicología de New Look: Moda de verão para o
masas ahora se basaba en confrontar los novo homem
códigos normativos de la vestimenta casual Como lo anuncia su boceto descriptivo, el
del hombre ejecutivo en los trópicos –panta- New Look posibilitará la libre circulación del
5> “[D]esvendar a alma dos crentes por tempestuosa da alma coletiva, registrar o de Flavio de Carvalho pertenecen al autor.
meio de um reagente qualquer que escoamento dessa emoção, provocar a 6> André Breton. Nadja (trad. Richard
permitisse estudar a reação nas revolta para ver alguma coisa do Howard), Nueva York, Grove Press, 1960,
fisionomias, nos gestos, no passo, no inconsciente”. Flavio de Carvalho, p. 113.
olhar, sentir enfim o pulso do ambiente, Experiência no. 2, Río de Janeiro, Nau,
palpar psiquicamente a emoção 2001. Esta y las siguientes traducciones
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5> “[D]esvendar a alma dos crentes por Howard), Nueva York, Grove Press, 1960, convirtieron en los fundamentos que lo
meio de um reagente qualquer que p. 113. llevaron a escribir la serie de artículos
permitisse estudar a reação nas 7> Escritura de Flavio de Carvalho sobre “Casa, Hombre y Paisaje” y uno de sus
fisionomias, nos gestos, no passo, no el boceto del New Look. productos literarios: Los huesos del
olhar, sentir enfim o pulso do ambiente, 8> Ibíd. mundo Os ossos do mundo, Río de
palpar psiquicamente a emoção 9> “Brave New Look”, en Time, 26 de Janeiro, Ariel, 1936; republicado por la
tempestuosa da alma coletiva, registrar o junio de 1956, p. 30. Traducción del autor. Editora Antiqua en San Pablo en 2005. Allí
escoamento dessa emoção, provocar a 10> Entre agosto de 1934 y febrero de narra desde su partida de San Pablo,
revolta para ver alguma coisa do 1935, luego de haber participado como conversaciones con intelectuales y
inconsciente”. Flavio de Carvalho, ponente en el VIII Congreso Internacional artistas en bares de Londres y París, la
Experiência no. 2, Río de Janeiro, Nau, de Psicotécnica que tuvo lugar en Praga, participación de la delegación Nazi en el
2001. Esta y las siguientes traducciones De Carvalho viajó por Europa oriental y Congreso de Psicotécnica en Praga, y su
de Flavio de Carvalho pertenecen al autor. occidental. Sus anotaciones y dibujos objetivo principal en Transilvania, que era
6> André Breton. Nadja (trad. Richard realizados durante ese período se el de entrevistar al Rey de los Gitanos.
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cambios culturales que determinaron el uso precursor de lo que vendrían a abordar años
de curvas o líneas rectas en el diseño de la más tarde los artistas Neo-Concretistas, ta-
moda a lo largo de la Historia. Por ejemplo, les como Lygia Clark o Lygia Pape.11 Sin du-
De Carvalho sustentaba que el número de da, el uso de ropaje en su traje y el aspecto
capas que tenían las faldas de las mujeres performativo de la Experiência no. 3 lo co-
en ciertas épocas, estaba estrictamente re- nectan directamente con las experiencias
lacionado con la exteriorización simbólica corporales del neo-concretismo, y aun más,
de su fecundidad y por lo tanto a la necesi- con los Parangolés (1964) de Hélio Oiticica.
dad de un incremento o disminución de la Sin embargo, es de gran importancia seña-
población de un pueblo; o igualmente aso- lar que la trasgresión cultural del traje de De
ciaba la adopción de la misma línea de la Carvalho fue bastante diferente a la poética
cintura en los trajes masculinos y femeninos sensual, sexual, “transexual” y transgresiva
con períodos históricos donde no había di- de las capas de Oiticica. El New Look se-
visión de trabajo por género, lo cual supon- xualizaba y travestía el cuerpo no de forma
dría que su New Look, al travestir el cuerpo abstracta tras la “estimulación” de su sen-
masculino, buscaba un tipo de equidad en sualidad,12 sino al subvertir los signos cultu-
la división de trabajo. rales de la división de género: al vestir a un
Así, para el momento en que fue presentado hombre no únicamente de mujer, mas de
el New Look al público, éste ya había sido cuerpo feminizado y deseado al exponer lo
legitimado por su creador a través su propia que en la época se podría entender para
argumentación escrita y publicada por los una mujer como la exteriorización de su se-
medios masivos. Es importante remarcar xualidad.13 Pero tal vez la diferencia más ra-
que Flavio de Carvalho no concebía su New dical entre el New Look y los Parangolés, es
Look como el epítome de una genealogía que Hélio Oiticica, aunque altamente in-
occidental del traje, ni mucho menos como fluenciado por los componentes sociales de
su conclusión lógica. Por el contrario, pare- su contexto vernáculo en donde igualmente
cía sustentar que el New Look era justamen- llevó a cabo los performances con su “tra-
te el resultado de una deconstrucción de la je”, a la vez no pretendía modificar directa-
tradición humanista, siendo su diseño un mente ese contexto. En contraste, de Car-
sofisticado proceso de citación, apropiación valho buscaba alterar el comportamiento del
y por lo tanto un canibalismo (antropofágico) hombre de su presente, al introducir en la
de diversos arquetipos de vestimenta del cotidianidad, en la vida, lo que según él, era
pasado, que lo llevaron a pensar en un traje un diseño adecuado para el hombre moder-
tropical transgenéro, transgresivo, primitiva- no de los trópicos. El diseño del New Look,
mente moderno e igualmente funcional. que subvertía radicalmente las convencio-
El objetivo del uso de colores vivos para el nes sociales de su época (y de la nuestra), a
New Look, como forma de transformación la vez sustentaba fundamentalmente su for-
psicológica y socio-cultural, sugiere a la vez ma y función bajo uno de los discursos sub-
que De Carvalho podría entenderse como textuales más complejos y paradigmáticos
11> El “Manifesto neoconcreto” fue conventional signs of either masculinity or Oitica, Rotterdam, 1992, p. 233.
publicado en el periódico Jornal do Brasil femininity (…) Gay sexuality could be 13> En 1956, las mujeres en San Pablo
en marzo de 1959. traced in his work, but all his proposals llevaban el largo de su falda justo debajo
12> “Already Hélio’s earliest Parangolé related to sexuality seem to be non- de las rodillas.
capes, as clothing, are by nature divisive, transexual”. Guy Brett. “The
transsexual. They have no attachment to experimental exercise of liberty”, en Hélio
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que acompañaron la modernidad: la higiene. adopción del International style para la cons-
El mejoramiento de las condiciones higiéni- trucción de Brasilia sentaba una paradoja,
cas, justificaron los fundamentos del diseño, pues intentaba crear un discurso de identi-
la arquitectura y el urbanismo moderno que dad “nacional” bajo la implementación de un
buscaban la regularización y estandariza- lenguaje arquitectónico “internacional” que,
ción del espacio urbano y doméstico; la ho- por más que haya sido sometido a cierto ni-
mogeneización y medicalización de la vida.14 vel de apropiación y afirmación local, sinteti-
Tal vez De Carvalho hacía uso de la palabra zado por la tradición oficialista de Costa-Nie-
“higiene” de forma irónica, para justificar la meyer-Marx, claramente pertenecía a un esti-
eficiencia funcional de su “traje transexual”, lo internacional hegemónico, que se había
que era tanto liberador y emancipativo co- expandido globalmente precisamente porque
mo a la vez normativo, pues el New Look su austera simbiosis de forma y función era
parecía haber sido diseñado como una es- a-contextual. En contraste se podría decir
pecie de uniforme del futuro en los trópicos. que, justo en el año en que la opinión pública
El año que De Carvalho lanzó el New Look es de Brasil se concentraba en la construcción
por lo tanto de gran valor simbólico para la de la nueva ciudad, bajo retóricas moderno-
arquitectura moderna, pues fue justamente el nacionalistas sobre el nuevo hombre, sobre
año en que el recién electo presidente de el nuevo Brasil, el nuevo brasilero, Flavio de
Brasil Juscelino Kubitschek lanzó el proyec- Carvalho decidió crear su Nuevo look, su
to que abanderaría su política tecnocrática New Look, para igualmente modificar la ar-
hacia la modernización y tecnificación del es- quitectura de su presente, pero a través de
tado: la construcción de la nueva capital fe- un cambio radical a la arquitectura de su
deral, Brasilia. Una nueva metrópolis que se cuerpo a través de la moda, a través de un
construiría en los trópicos bajo un lenguaje diseño igualmente moderno, efectivo y fun-
arquitectónico muy diferente al imaginado cional, pero concebido específicamente para
por De Carvalho para su “Ciudad del hombre el realmente nuevo hombre moderno de los
desnudo” (1930). Brasilia, concebida y traza- trópicos. Aunque no habiendo podido realizar
da por el urbanista y arquitecto Lucio Costa, su master plan para la ciudad del hombre
y construida con la colaboración del arquitec- desnudo, tal vez con el New Look y la Expe-
to Oscar Niemeyer y el paisajista Burle Marx, riência no. 3 De Carvalho logró desnudar la
se postulaba como el producto final de una ciudad de su presente, liberando de sus ta-
historia oficialista de la “arquitectura moder- búes escolásticos a todas las personas que
na Brasilera” que ya para 1956 celebraba una lo seguían, abriendo el camino hacia esa civi-
legitimación inclusive internacional.15 La lización desnuda queer y tropical.
14> Por “arquitectura moderna” no me power that allows a whole knowledge of Vargas (1930–1945), los arquitectos Lucio
refiero únicamente a las vanguardias the individual, but through this also a new Costa y Oscar Niemeyer construyeron el
históricas en las que se ubican las utopías form of individuation, to take place. The Pabellón Brasilero para la Feria Mundial
de Flavio de Carvalho, sino que parto forms of architecture have to reflect in the de Nueva York en 1939, con un lenguaje
desde las grandes reformas cívicas que most precise way the new forms of arquitectónico austero y moderno que fue
purificaron el espacio urbano y doméstico techniques for assessing and determining aclamado por la prensa y que demostraba
(por ejemplo, el alcantarillado moderno health (to separate, but also to allow for que Brasil era parte del orden global
del siglo XVIII), utilizando la higiene como circulation, survelliance, classification, occidental, moderno y progresivo. En
discurso progresista, que a su vez crearon etc.)”. Sven-Olov Wallenstein. “Foucault 1943 el Museo de Arte Moderno de
divisiones sociales, raciales y religiosas. and the Geneology of Modern Nueva York dedicó una exposición a la
“What emerges during the last decades of Architecture”, en Essays Lectures, arquitectura moderna en Brasil, titulada
the 18th century is a ‘curing machine Estocolmo, Axl Books, 2007, p. 384. Brazil Builds: Architecture New and Old,
(machine à guériri) (…) a technology of 15> Durante el primer mandato de Getúlio 1652–1942.
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Veladas paquetas
queer georgé
1> Comité de Unidad Internacional de herramientas simbólicas. Intentamos, a en la calle, repartimos y dejamos en
Revolucionario: Somos un grupo feminista través de nuestras acciones, denunciar y diferentes contextos. En nuestra web
de activismo visual que trabaja desnaturalizar prácticas y discursos <www.mujerespublicas.com.ar> se
colectivamente desde el año 2003. sexistas que encontramos profundamente puede acceder y bajar la mayor parte
Nuestra propuesta es el abordaje de lo arraigados en nuestra cultura. Desde un de nuestro trabajo. De este modo
político a partir de la creatividad como principio pensamos el espacio público intentamos producir, también,
alternativa a formas más tradicionales de como el lugar más apropiado para recepciones dispersas y abiertas
militancia. Uno de nuestros objetivos es desplegar y poner en diálogo lo que en contraposición a la tradicional
denunciar y hacer visibles situaciones y producimos. Con la intención de alentar a contemplación artística, así como
lugares de opresión que vivimos las la reapropiación, elegimos utilizar posibilitar múltiples interpretaciones
mujeres como sujetos sociales a través materiales de bajo costo para hacer eludiendo el discurso lineal del
de la producción y puesta en circulación afiches, objetos y acciones que pegamos panfleto político.
STELLA SIDI
SÁBADOS 14 A 16 HS. RADIO CULTURA FM 97.9
IMÁGENES www.arteamundo.com/pinceladas
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Chamanes, Danzantes,
Putas y Misses: el
Travestismo Obseso
de la Memoria
Diálogo sobre el Museo Travesti del Perú
E
n un momento donde el mercado ha de el pragmatismo neoliberal de las economí-
convertido las identidades sexuales en as transnacionales y el marketing corporativo
productos de consumo, y en donde los de las máquinas culturales han establecido
museos parecen apartados de cualquier ya un patrón hegemónico de museo. Montar
agenda de reflexión en torno a las políticas un museo travesti parece decir, por un lado,
sexuales, la aparición del Museo Travesti del que el sujeto político ha cambiado, que las
Perú ha constituido una de las aristas más luchas históricas de las “mujeres” y el femi-
subversivas para redefinir el papel político nismo hoy se quedan cortas al intentar pen-
del museo y responder a una historia del Pe- sar todos nuestros cuerpos insurrectos y mu-
rú erigida sobre los borramientos de la disi- tantes, las putas, lxs intersex, lxs trans… Y
dencia sexual. Frente al modelo edificado de por otro lado, optar por hablar desde el mu-
museo convencional, el MTP se constituye seo es también señalar explícitamente que
como una plataforma portátil, barata y des- no se trata de una técnica neutra de repre-
montable. Esta conversación travesti pene- sentación sino de un dispositivo político. Es
tra en su inmaterial colección de procesos muy significativo cómo esa resignificación
para interrogarse sobre su reelaboración de personal de la microcultura travesti es tam-
las memorias locales y el imaginario de las bién un proceso a través del cual esos cuer-
revoluciones sexuales por venir. pos antes expulsados de lo público adquie-
ren posibilidad de ser sujetos de enuncia-
Perú travesti ción, agentes político de producción de co-
(el arsenal político de la memoria) nocimiento. Me interesa pensar contigo des-
de esas coordenadas, travestirnos recíproca-
Miguel López. El Museo Travesti del Perú mente si es posible.
1> Giuseppe Campuzano traviste y Histories” (2006, en IDS Bulletin 37.5), desde 2003. Ha sido co-curador de
registra su cuerpo, y es además filósofo. Museo Travesti del Perú (2008, Giuseppe diversas exposiciones en Lima y en el
A partir de 2003 procesa el “Museo Campuzano editor), “El Museo Travesti extranjero y sus textos han sido publicados
Travesti”, presentado en ciudades como del Perú” (2008, en Decisio 20 - Museos), en revistas como Afterall, Papers d”Art,
Lima, Brighton, Montreal, La Habana, San y “Andróginos, hombres vestidos de Papel Alpha, Artecontexto, entre otros. Fue
Pablo, Bogotá, Monterrey, Santiago de mujer, maricones… el Museo Travesti del miembro del Espacio La Culpable. Integra
Compostela, Santiago de Chile, Río de Perú” en (2009, en Bagoas 4). la Red Conceptualismos del Sur.
Janeiro, entre otras. Algunas de sus 2> Miguel A. López es agitador cultural y
publicaciones son: “Reclaiming Travesti político desde las artes visuales en Perú,
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El Museo Travesti nace en 2003 ante tu nece- apropia de colecciones y obras para decons-
sidad de elaborar una historia propia del tra- truir sus genealogías y contextos (tan ilustra-
vesti peruano. Había allí una doble urgencia: dos como dogmáticos), que supone el “yo” y
resituar tu propio travestismo y responder crí- la “obra de arte” sólo para trascender sus
ticamente ante esa otra imagen del “travesti” esencialismos fetichistas. Desde el humanis-
producida y fabricada para el consumo. mo caníbal hacia una postidentidad que el
travesti explicita en su hacer cotidiano. Así, el
Giuseppe Campuzano. Aquellos orígenes Museo Travesti es un museo simulado donde
fueron bastante más particulares. Esa doble las falsificaciones pretenden un espacio para
urgencia, la resituación de mi travestismo y otras memorias, inventándose otras tantas.
del travestismo en general, partía de la mis-
ma autorreferencia. En un sistema binario, ML. Hablas de identificaciones estratégicas,
la sola posibilidad de 1 es jugar a ser 0. Sin o incluso de producción de identidades y
embargo, de la “realidad” a la quimera, de memorias transitorias (el andrógino indígena,
la cirugía al photoshop, mi travestismo se por ejemplo) que resisten a la normalización y
haría exponencial hasta el punto que, como que cobran un nuevo valor político al tirar
diría Slavoj Žižek, “cualquier parecido del abajo el edificio intelectual de las identidades
sujeto consigo mismo es pura coinciden- perfectamente definidas. El MTP pone sobre
cia”. Nunca pretendí atravesar el río de lo la mesa un comercio de sentidos que, más
binario y ahora me le atravesaba para ser allá de los objetos, está negociando perma-
río heraclíteo mismo. La autorreferencia nentemente con los regímenes que han legiti-
sería entonces differance derridiana, pero mado y construido históricamente la sexuali-
también el desplazamiento del yo al nos- dad. Está claro que más allá de la represen-
otros. Mi cuerpo como Perú. tación normalizadora, lo que ha existido es
El pintor peruano Fernando de Szyzslo dijo una suma de “silencios”, no como meras au-
alguna vez: “He querido pintar el mismo sencias en el relato sino como lugar en don-
cuadro mil veces y aún no lo consigo”. A di- de las relaciones de saber/poder están siem-
ferencia de su afirmación, la obra como pro- pre en juego, construyendo sexualidades
ceso travesti no es una finalidad en sí misma desde la omisión y el borramiento.
sino la colección constante de su proceso.
No remates sino ensayos. Es aquí donde arti- GC. Sin duda. Creo que un manipulado silen-
culo lo travestido y lo museable en un colec- cio ha despojado a las luchas y revoluciones
cionar transgrediendo: proponer nuevos refe- históricas de su dimensión sexual. El historia-
rentes a partir del hecho de releer la historia dor Víctor Manuel Rodríguez señalaba, anali-
del Perú a partir del andrógino indígena y el zando los discursos de la crítica de arte so-
travesti mestizo. Un proyecto estético que bre la producción del artista colombiano Luis
parte de diversos discursos hacía una histo- Caballero, al “silencio como la operación cul-
ria asimismo paralela y contradictoria, que se tural privilegiada de la crítica y la historia del
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arte en el momento de abordar la relación en- primera aparición del MTP en 2004, en las
tre arte y sexualidad”, siguiendo con el argu- salas del Museo de Sitio de la Batalla de Mi-
mento de Michel Foucault sobre una sexuali- raflores.3 Bajo el título de Certamen: El Otro
dad manifestada no desde la represión freu- Sitio la intervención del MTP sugería una lec-
diana sino a partir de los discursos y prácti- tura ceremonial del combate pero también
cas que disciplinan los placeres. Pero es ur- una especie de “certamen” de belleza. A la
gente contextualizar dicha sexualidad. Es de- presunción de lo marcial le salía al paso una
cir, considerar también el rol de cierta crítica vanidad distinta, de boquitas pintadas, ca-
e historia del arte –cual estética misma– no pas de maquillaje y cuerpos insubordinados.
como ars erotica (que tuvo como fin el placer
del cuerpo), sino como scientia sexualis, des- GC. Ese “otro sitio” aludía a un museo sin
tinada a prohibir los deseos de ese cuerpo. sitio, y a una comunidad sitiada, inventado
En esto consiste una sexualidad y un arte en la sala gemela de un Museo de Sitio. Un
sancionados tanto a partir del Estado como museo de oropel armado a punta de gigan-
de la pseudorrevolución actual: una estética tografías, fotocopias, artesanías y otras re-
de domesticación y no de transformación, producciones en serie, pero también de to-
soslayada en la proliferación de identidades das esas otras facetas del travestismo os-
sociales y soportes artísticos que se nos curecidas por nuestra historia sexual coloni-
ofrecen como falsas libertades. zada y que recolecté en ese primer registro
maníaco del cuerpo performativo indígena
ML. Seguir hablando de “obras de arte” en productor de cultura, que devino subversivo
ese escenario para el MTP resulta obsoleto… a partir de la Colonia, cuya sustancia mu-
tante deconstruye obsesivamente la histo-
GC. Me preguntan habitualmente sobre la ria, que es su historia.
importancia del sustrato en la obra de arte, y Mencionas la ritualidad del combate, Certa-
siempre digo que ese no es el proyecto esté- men era una primera batalla por la ritualidad:
tico ni político del Museo Travesti. Como di- aquella dimensión de lo travesti que coteja a
ría Severo Sarduy, bajo la simulación nada los chamanes andróginos del pasado con
existe, habría además que re-inventariar los danzantes travestidos de la fiesta patro-
aquel jardín de los “sustratos” (echémosle nal y las misses gay contemporáneos. Es
antes un vistazo al Atlas Mnemosyne de Aby decir: reflejo, afeite, sátira, banda, cetro y
Warburg o al trabajo visual de Henrik Ole- corona. Manqu Qhapaq Inka, hombre-mujer
sen). Travistámonos de Museo con la finali- ritualista –como dicen el Inka Garcilaso de la
dad de travestir al museo (la Historia, la En- Vega y la historiadora María Rostworowski–,
ciclopedia). Esa memoria otra, la de un Perú guerrero excéntrico, aquí y ahora.
precolonial y periférico, será nuestro arsenal En otro sentido, pienso también en la imita-
político de transformación. ción compulsiva documentada en el film
Paris is Burning (1990) de Jennie Livingston,
La vedette como soldado donde “familias” pobres, latinas, negras,
gays, travestis y neoyorkinas, compitieron
ML. Tu referencia al arsenal me recuerda a la durante la década de 1980 en desfiles de
3> El Museo de Sitio, ubicado en el los principales museos de la Guerra del desarrollada a fines del siglo XIX.
distrito limeño de Miraflores es uno de Pacífico (Perú, Bolivia y Chile)
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moda que al imitar un gran rango de tópi- para la Trienal de Chile, en el Museo de Arte
cos estéticos exploraron y trastocaron sus Contemporáneo de Santiago. La Carlita ori-
conceptos de raza, clase y género implíci- ginal nunca existió.
tos. En Certamen, cada miss –hambrienta
por la manzana de París– toponímica arras- M useo andrógino, museo falsificado
traba su contexto al cubo blanco.
ML. Poco después te trasladaste al Centro
ML. De esa primera intervención del MTP de Lima convertido en puesto ambulante de
recuerdo particularmente la vitrina que con- reproducciones. En 2004 montaste un pe-
tenía los tacones desgastados de Miss “Se- queño quiosco rosa en el Parque de la Ex-
ñorita Quilca”, presumiblemente perdidos posición, al lado mismo del Museo de Arte
en una persecución policial. Los tacones –y de Lima, quizá hoy por hoy la mayor insignia
toda su alusión artesanal al trabajo sexual– de institucionalidad artística local. La fric-
se ubicaron en medio de las representacio- ción era deliberada. Dos operaciones muse-
nes victimizadas de la mujer y el “heroísmo” ales que proponían dos modos muy distin-
patrio en las paredes de ese Museo de Si- tos de construcción del sujeto político y de
tio, ejecutando una incisión política desco- sus formas de aproximarse –ya sea para
munal en ese tráfico artificial pictóricamente afirmar o resistir– a la construcción de una
magnificado de masculinidades y feminida- historia blanca, colonial y heterosexual del
des de la propia historia. humanismo moderno. Pero ese “devenir
ambulante” parecía aludir también a las múl-
GC. La Carlita, Miss Quilca, era en muchos tiples migraciones: no solo de aquel despla-
sentidos mi amiga Carla haciendo la calle o, zamiento étnico, andino e indígena en ida y
mejor dicho, el jirón Quilca en el Centro de vuelta mutante con la capital (cholos como
Lima. Ella estaba por migrar a Italia mien- nosotros que desvían, fragmentan y multipli-
tras yo armaba mi fantasía, debía deshacer- can nuestra inexistente identidad de Estado-
se entonces de cosas, entre ellas unos za- Nación), sino además de esos otros sujetos
patos viejos que le pedí me regalara. Fue en “abyectos”, oprimidos y muchas veces invi-
Certamen que los mostré por vez primera sibles para las políticas públicas y los regí-
(travestidos ya en objet trouvé). Yo le chis- menes discursivos, que son el símbolo de
meaba a Carla –que para entonces se lla- una migración distinta: los seropositivos, los
maba Fiorela– sobre esos primeros monta- sin-papeles, los transgénero…
jes y ella siempre ofrecía enviarme unos ta-
cos nuevecitos, yo le repetía que me que- GC. Observo esa primera ambulancia del
daba con esos como símil de sus viajes MTP en el Parque de la Exposición y lo
(transgénero, transnacional). A Carlita la pienso como metáfora de la República pe-
asesinó en 2008 un cliente. En 2009 quise ruana, su diseño neoclásico y asimismo sus
embalar los zapatos una vez más, en está Pabellones Bizantino y Morisco y su Fuente
ocasión para mostrarlos en el VII Encuentro China. Sin duda pienso también en el Pala-
del Instituto Hemisférico en Bogotá, pero no cio de la Exposición (hoy Museo de Arte de
los encontré: mi madre los había tirado a la Lima) y sus múltiples travestismos históri-
basura. Luego de un lapsus fetichista y re- cos: hospital, guarnición, cuartel ocupado,
cobrar el sentido (travesti), simplemente ministerio, cámara de diputados, jurado
conseguí otros. Esa Carlita falsificada fue la electoral, municipalidad… ¡Con semejante
que cercené, como símbolo del viaje trunco, currículum no hay oposición que valga!
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Fricción deliberada es otra manera de decir xión necesaria desde la relatividad y la fabu-
coito. Sé que te refieres a las prácticas pero lación constitutivas de cualquier historiogra-
quería aludir también a la historia de los es- fía– se perpetúan en la institución museo,
pacios y a su intervención nada ingenua. una de las promesas occidentales de verdad
Los espacios, públicos o no, inclusive el más perfeccionadas como instrumento polí-
cubo blanco pretendidamente aséptico, es- tico de centralidad y sus consecuentes mar-
tán cruzados por memorias y referentes ginalidades. La propuesta es explorar un
contradictorios, pero no por ello menos po- concepto de museo que parta no de teso-
tentes. El MTP al okupar uno de los estacio- ros-fetiche sino de una serie de actos –agre-
namientos del Parque de la Exposición pe- guemos a los ya citados, Mining the Mu-
netró asimismo su historia, pero no en un ri- seum (1992-1993) de Fred Wilson, que reor-
tual de cofradía populista sino como sepsis dena colecciones al rodear el grillete de un
o crisol para su desmantelamiento, valija esclavo negro con un vajilla de plata o ilumi-
duchampiana o, mejor, neceser necesario nar esclavos en una serie de retratos familia-
contra una dualidad –el consumo de la res, todas piezas de un mismo tiempo-espa-
reivindicación, la reivindicación del con- cio; o las sustracciones de Michael Asher en
sumo– que ni siquiera es tal. los años 70, por ejemplo el hurto de un pa-
nel que borra los límites entre oficina y es-
ML. Esa penetración de musealidades inter- pacio de exhibición. Y así también sus senti-
pela también el papel de la “historia del ar- dos contrarios: el travesti en tanto sujeto y
te” en tanto tecnología de producción se- no mero objeto de la historia, pero también
xual. El MTP como trazado anacrónico de el MTP no como espacio privilegiado para el
fallas, impurezas, remanentes que cierta ilu- travesti sino el lugar de sus pertrechos...
sión de continuidad histórica ha erosionado
para su correcta digestión disciplinar. ML. Como si aquellos pertrechos fueran ca-
paces de dar cuenta de esas distintas
GC. Es curioso que la crítica más constante emergencias microhistóricas, de la colisión
al Museo Travesti del Perú sea sobre su pre- de los saberes, de una multiplicidad de
tensión de “museo” (¿travesti-arribista?), sin tiempos sociales...
tomar en cuenta que bajo ese montaje (más-
cara, maquillaje) se propone una vez más la GC. ¡Eso! Es interesante que el folclorista y
trascendencia de la dualidad: el museo sí-el etnólogo Arturo Jiménez Borja considerara
museo no. Del desmantelamiento de la his- la muerte de una máscara ritual en el acto
toria se procede luego al desmantelamiento de colgarla en un museo, pero podría aquí
de la autorreferencialidad. Así, el museo nie- también significar lo contrario. El MTP al
ga al museo desde el museo. La lesbiana “desvalijar” otras colecciones no sólo obtie-
afroamericana Audre Lorde sostiene que ne una obra falsificada (la “máscara” de la
“las herramientas del amo jamás desmante- máscara, en este caso), sino que además
larán la casa del amo”.4 Soy consciente que marca de forma irreparable aquella colec-
aquellos fundamentos de la historia de Oc- ción asaltada, altera su memoria al intoxi-
cidente impuestos sobre otra –sin una refle- carla de otros sentidos. Y como un retrovi-
4> Lorde, Audre. “The Master’s Tools Outsider: Essays and Speeches, 5> Judith Butler, Gender Trouble:
Will Never Dismantle the Master’s California, The Crossing Feminism and the Subversion of Identity,
House”, en: Lorde, A. (ed.) Sister Press, 1984. Nueva York, Routledge, 1990.
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rus el MTP espera su septicemia. Así, la mí- quier lectura de los procesos que modelan la
mesis deviene acto performativo. Esa es mi sexualidad debe enfrentar el hecho de que
función como curador-curandero. aquella es también una historia de los cuer-
A veces me preguntan por los artistas con pos colonizados.
los que me gusta trabajar pero no me consi-
dero tampoco un curador en ese sentido. El GC. Precisamente el museo desde (y no ha-
travestismo es ritual que desmantela y no cia) las “colonias” se podría constituir como
consagra artistas ni obras; y el “travesti” es su antiproyecto mismo. Partiendo de ese
el sujeto que niega al sujeto, al prefigurar en mundo policéntrico del siglo XVI (en el cual
cada uno de nuestros actos una performati- coexistían varias civilizaciones) que podría
vidad disociada. ¿Es la pena frente a la rei- trazar Walter Mignolo, resulta sugerente
teración de imágenes de travestis persegui- imaginar también al MTP y la posibilidad de
das y asesinadas, una forma de reconcil- converger en un Perú no interconectado por
iación? ¿Paternalismo? ¿Molestia? ¿Y la el capitalismo sino por otras geopolíticas del
curaduría de una pieza intenta provocar con cuerpo que desarticulan ese capitalismo de
sus sentidos? ¿Exotizarla? ¿Acumularla? los cuerpos: los ritualistas andróginos “des-
cubiertos” en Huanuco e Ica por el sacerdo-
Del mulato maricón al posporno mariano te Domingo de Santo Tomás; un cantante
dan de “ópera” china limeño fotografiado
ML. Creo que el MTP fricciona con el reper- por los hermanos Courret; el tapado (versión
torio visual occidental de la teoría queer y su peruana de la vestimenta femenina islámi-
genealogía desde fines de los 80. Por ejem- ca), Francisco Pro juzgado como “sodomita”
plo, creo que la reflexión que propone la filó- por la Real Audiencia; el “mulato” maricón
sofa norteamericana Judith Butler sobre el pintado por Léonce Angrand mientras con-
“travesti” en 1990,5 como una de las princi- versa con un religioso y un filosofo… Mape-
pales coordenadas políticas para pensar la ar aquellos momentos de sexualidad disi-
performatividad y subversión del género, es dentes, que remiten a otros dominantes, no
en cierta medida desbordada por algunas de sólo para complejizar los ejes de una histo-
las operaciones simbólicas, estrategias y re- ria, sino para proponer la historia como pro-
ferentes del Museo Travesti. No estoy pen- ceso a vaciar y rellenar constantemente de
sando únicamente en la apropiación perfor- nuestros procesos singulares. Operaciones
mática del aparato museal (y sus conse- simbólicas como tú dices pero desde el acto
cuencias en lo público y la producción de sexual mismo, desde un cuerpo que traviste
formas de subjetivación y sociabilidad), sino sus pretendidas zonas pervertidas, vedadas
en la esquizofrenia indígena, antropofágica, y repugnadas para convertirlas en hot spots.
tropical y mutante del MTP, que propone una Pero es importante reconocer que la colonia
producción de conocimiento sexual desde en el Perú significó también mestizaje, el
las ramificaciones de la colonialidad, invo- caldo de cultivo de la cultura peruana pre-
cando un saber desde el lado subalterno de sente. Descolonizarnos implica así también
esa diferencia. Ese punto me parece uno de descolonizar nuestro concepto de “colo-
sus bordes más filosos, es decir no solo por- nia”, como sujetos agentes y no bandos ac-
que permite imaginar al museo como lugar tivo y pasivo, asumiéndonos como nuestro
de descolonización del saber, sino además resultado. ¿Colonia moderna? Y pensaría lo
porque descubre cómo esa colonialidad está mismo de nuestro concepto de República,
íntimamente enganchada con lo visual. Cual- su “independencia” y pasivos utópicos.
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¿República colonial? La República Peruana cada tanto por los defensores de una religio-
contemporánea no es la superación moder- sidad autorizada como por los detractores de
na de su colonia sino la radicalidad de una toda ritualidad. Observo este no-espacio de
redención travestida en desarrollo. Creo discusión religioso como análogo al no-espa-
que el MTP propone trascender las oposi- cio social para la travesti y me propongo
ciones binarias –centro-margen, civilizado- trascenderlo partiendo del espacio simbólico
salvaje (señaladas por Homi Bhabha), hom- del andrógino ritual y los danzantes travestis,
bre-mujer, subversivo-domesticado– en di- como divisiones que intercambian. Rastreo
rección a un oxímoron “indígena”: opuestos los paralelos y cruces entre mecanismos tra-
que se complementan, un travesti sintético vestis de poder. De la ritualidad del andrógi-
que se inventa a sí mismo. Una moderni- no indígena a la fiesta patronal y la travesti
dad-colonialidad no alternativa, subalterna mestiza católica, como performatividades,
ni periférica sino transversa. La sexualidad hasta una ritualidad postindustrial como con-
(no marcada como identidad) como lugar si- sumo y acceso social. Transformando los tó-
multáneamente vejado y privilegiado desde picos espiritual (y psiquiátrico) de unicidad –
donde desmantelar la universalidad de todo la multiplicidad de idolatrías indígenas y apa-
concepto en la búsqueda de su placer tan riciones marianas– y pobreza –la Virgen co-
promiscuo como obsesivo y caníbal. mo el travesti por excelencia con su ajuar
magnífico y sus apariciones performativas–.
ML. Volver a leer esas migraciones y geopo- En 2007 buscaba una imagen travesti pode-
líticas del cuerpo, inscritas en esas repre- rosa para suplantar la gastada arista de la
sentaciones del mulato maricón o del “tapa- puta, para un retrato que ilustrara el libro que
do” limeño, parece desplazar la colonialidad publiqué en 2008. Transcurrí entonces de
de la tradicional mirada etnográfica hacia un puta erotizada a Virgen extática, una especie
paradigma de visualidad transversal, una de posporno mariano. Este maricón vestido
suerte de contracartografía escópica traves- de María, como todo, no fue invención mía,
ti. Me resulta muy sugestivo advertir cómo me anteceden siglos de teatro medieval; la
ese acto de apropiación y relectura perfor- imilla que lugareños y extranjeros se dispu-
mativa de la historia, de bifurcación travesti tan en la danza del Qhapaq Qulla en Cusco;
de las perspectivas, está articulando un sis- los exvotos que travestis limeñas depositan
tema semiótico con un tremendo poder en el mausoleo de Sarita Colonia, provistos
epistémico, y me atrevería a decir incluso, de su mejor foto, como ofrenda y pertenen-
ubicado por delante de toda especulación cia al panteón divino; la obra del artista an-
teórica que podamos aquí ensayar. Por po- daluz Ocaña. Estos procesos señalan un
ner un ejemplo, me parece crucial como se proceso pujante entre etnias y clases, una ri-
incorpora la ritualidad y la religiosidad en el tualidad tan cósmica como cosmética.
MTP: no sólo por las múltiples referencias a Una nueva aparición sucedió en el contexto
fiestas folklóricas, santos patronos, carnava- de la filmación de un pseudocumental sobre
les y danzas andinas de cuerpos travestidos el escritor Mario Bellatín –parte de este ma-
(el travestismo como un modo de “saber lo- terial finalmente formó parte de otro: El Niño
cal”), sino en particular por tus apariciones Fidencio y sus hermanos de luz (2008)– don-
como virgen, acciones y rituales donde de- de María falsificaría las memorias de Mario.
vienes santa oficial o estampa popular… Todo esto como pretexto para aparecerme
en la costa limeña con una nueva “inacción”
GC. La dimensión ritual del MT ha sido criti- (serie de “performances” en las que, contra-
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riando las rutinas travestis, no hago nada). era una de las retratadas: candidata favorita
Desde el acantilado, en zigzag, observé ba- a la presidencia que manipulaba el discurso
jar a algunos transeúntes –ellos probable- de género al reclamar el voto por ser mujer
mente avistaban, a lo lejos, una pequeña mientras se oponía, por ejemplo, al aborto.
Virgen refulgiendo contra el mar– quienes al Curiosamente el otro preferido era Ollanta
acercarse lo suficiente batieron en retirada, Humala, entre otras cosas porque su madre
teniendo ya en perspectiva al maricón. Esa había propuesto fusilar homosexuales. En
tarde fui testigo de un peregrinaje trunco, en semejante contexto electoral, reuní un grupo
forma de U, del abismo estético entre la de activistas y amigos el día del cierre de
composición triangulada, sacra y estable del campaña y sacamos a la calle aquellos car-
Renacimiento y la mácula mestiza y “cuir” teles que reproducían treinta años de histo-
que desestabiliza dicho orden. ria travesti mediatizada para cubrir aquellas
Es a través de esta imagen “políticamente vallas y mostrar lo que nadie parecía querer
incorrecta” en el contexto de los activis- ver. Ese día, más allá de la prensa y la poli-
mos, que también propongo deconstruir cía pendientes de los mítines en el centro de
procesos, significados y actitudes. Tu men- la ciudad, las travestis, esas otras mujeres
cionaste las vanidades otras, el MT propone presentes y ausentes, retomamos un espa-
esos otros contrastes y no los ya asumidos cio de trabajo –la avenida Javier Prado ha-
como correctos. bía sido área de trabajo sexual hasta su vir-
tual erradicación– para transformarlo siem-
Revolución travesti pre desde nuestros cuerpos. Después ven-
drían muchas otras intervenciones, enros-
ML. Una de las partes más importantes de trando este mismo archivo en distintas pla-
tu libro Museo Travesti del Perú (2008) ha si- zas, mercados y universidades…
do la construcción de un archivo sobre la
persecución de travestis visto por la prensa ML. Creo que nos enfrentamos al hecho de
peruana entre 1966 y 1996. Archivo que en que al hacer teoría desde lo transgénero
más de una ocasión sacaste a la calle: es- nos toparemos siempre con una carencia
toy pensando en la acción Cubrir para mos- de archivo desde el cual leer retrospectiva-
trar (2006) donde ese conjunto de cuerpos mente, precisamente porque ese sujeto es
que eran objeto de representación subalter- el producto de una historia constituida por
nizante toman el espacio público para exhi- una suma de borramientos. Allí cobra un
bir sobre sus propios cuerpos aquellas imá- nuevo sentido el papel de la ficción y de la
genes de la persecución… producción de ficciones como el “archivo
travesti”: modelos e historias que socaven
GC. 2006 fue año de elecciones generales. cierta idea de la historia como destino co-
A dos cuadras de mi casa, en la avenida Ja- mún, asumiendo que cada uno de los enun-
vier Prado, una de las principales vías de Li- ciados de esa ficción (como los políticos o
ma, yo me topaba continuamente con una literarios) tienen efecto sobre lo real.
gran valla –una estrategia municipal para
cubrir negocios colapsados– que intercala- GC. Considero el “archivo travesti” no sólo
ba algunas “citas célebres” exaltando a la como sinónimo del MTP sino como su sus-
mujer peruana con las imágenes de “céle- trato: la estructura de los montajes realiza-
bres” vecinas del distrito de San Isidro, el dos y el germen de próximas obras. Pienso
“centro financiero” de Lima. Lourdes Flores por otro lado, en los carteles de Guerrilla
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Girls que apuntan al archivo como omisión, acción Cubrir para mostrar distribuíamos
por ejemplo en todos los guakos sin catalo- volantes con nuestra propuesta y ante ello
gar. Me interesa la ficción no como la adi- algunos transeúntes, quizá agobiados por el
ción de datos sino como el desocultamiento circo electoral imperante, nos espetaban:
de dimensiones. Curiosamente, en marzo “pero ¿por quién quieres que vote?” Es evi-
de 2009 recibí una invitación para participar dente que la intervención no estaba plante-
en un encuentro de literatura. Fue fantástico ada en ese sentido de “pastor-rebaño”, co-
porque mi réplica inmediata fue “pero yo no mo tampoco lo está el MTP.
hago literatura”, seguido, no obstante, por Mis relaciones con el activismo local son
“¿y si leyeron mi libro Museo Travesti del complejas ya que mi necesidad de activar
Perú como ficción?”. Esta aparente contra- colectivamente pasa también por resistir to-
dicción derivó en una disquisición sobre las da posición descontextualizada y acrítica –
cuestiones de ficción y realidad –la literatu- en todos los espacios y no solamente en la
ra y la historia, y no respectivamente–, sus lucha sexual– que al asumirse “integradora”
transposiciones corporeizadas en el travesti contribuye a la precariedad de esos espa-
como otra cartografía para el cuerpo y la cios alternativos urbanos, y con ello me re-
nación. Entonces sonreí: había conseguido mito a la ciudad ya que es desde allí que el
por ese instante asir aquel significante equí- activismo opera. Actualmente observo un
voco, “travesti”, para encontrar aquel refe- paralelo entre el trasplante de “nuevas”
rente diferido (aplazado, distinguido, disen- identidades (como supuesta apertura a
tido) hasta el infinito que los mecanismos otros modos de sexualidad) y la erradica-
de la literatura y el travestismo ofrecen a la ción de espacios como antiguos cines, par-
historiografía para trasponer verdades, ques o discotecas que en los años 80 y 90
tiempos, espacios e identidades fijas. bullían y agitaban culturas sexuales bastan-
te más alternativas, proponiendo modos de
ML. Volviendo a Cubrir para mostrar: me in- relación nuevos y hasta cierto punto fuera
teresa pensar cómo esas imágenes extraí- del alcance del análisis intelectual tradicio-
das del archivo retornan a la mirada pública, nal. Actitudes y sociabilidades que se cho-
y cómo incluso permiten empoderar ciertos can hoy por hoy con los actuales bares, dis-
escenarios de emergencia de movimientos cotecas y cuartos oscuros saneados y ho-
sociales. En cierto sentido, creo que el MTP mogeneizados. Así, la idea misma de se-
es el síntoma de una forma de pensar y ha- xualidad desvinculada de los procesos so-
cer política que parece haber escapado al ciales corona hoy un panorama donde se
repertorio tradicional de las izquierdas, o nos dice demagógicamente que “nuestras
quizá hasta cierto punto pueda aún seguir sexualidades son muchas” como fachada
siendo incómodo para un marxismo ortodo- para un trasplante que se nutre de la frag-
xo. ¿Cómo definirías tu relación con el acti- mentación social.
vismo local? Desde mi perspectiva el MTP Asimismo con la justificación de que la
parece poner en evidencia que hoy las mi- “identidad” es el soporte político para una
norías y sus luchas exigen otras gramáticas real transformación se ha pasado de la
y escenarios, reapropiaciones y estrategias identidad como proceso interactivo, a un
divergentes de análisis y producción de co- conjunto de etiquetas que preservan las
nocimiento, herramientas travestis… cuotas de poder arbitrarias entre los seg-
mentos integrantes de la comunidad “diver-
GC. Es inquietante pensar que durante la sa”. La “identidad” ha pasado de grito de li-
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bertad a yugo venerado para todos quienes contextos, sujetos, modas y placeres como
no concordamos con la invariabilidad de desestabilización y propuesta ante la im-
nuestros cuerpos y subjetividades. Parafra- plantación de identidades de largo arraigo
seo a una travesti cubana, respecto del pro- en nuestro contexto históricamente disímil.
grama de “reasignación sexual” del Centro El museo como herramienta para la revolu-
Nacional de Educación Sexual (CENESEX): ción, una revolución travesti como meta-
“no tengo posibilidad de explicarte quien morfosis permanente, una manera directa
soy, por lo tanto soy transexual”. de hacer política desde el cuerpo y la sexu-
El MTP se plantea desde el no espacio- alidad. Un museo que se recicla a sí mismo
tiempo histórico: otras memorias, poderes, como acción para el cambio.
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¡Mi Culo es
Revolucionario!
Sobre el Journal Gay Internacional, Publicación Mensual de la
Liga Eloinista, numero 02, 1980
D
esde la primera vez que visité Brasil en cubiertos por recortes de los símbolos de las
2001 he estado coleccionando revistas barajas: corazones, tréboles, diamantes, es-
homosexuales brasileñas de diferentes padas y triángulos. ¡Esto debido a que aun-
épocas. Revistas con nombres como Macho que la censura ya había liberado la publica-
Sex, Gay Men, Placer Oculto, Top Secret, ción de frontales femeninos, los masculinos
Homo Story, Homo Sex, Nascidos Para todavía eran prohibidos! Los modelos semi-
Amar, Coverboy Internacional, Starmen, Na- desnudos, cubiertos de estas formas geomé-
turismo, Homens, G Magazine y Junior. Ten- tricas, involuntariamente se convierten en el
go de todo, garotos noventeros, lifestyle dos- link perdido entre las esculturas neoconcretas
milero, fotonovelas transexuales, pin-ups se- de Hélio Oiticica y sus posteriores Parangolés
tenteros. De toda mi colección, una de mis y Neyrotikas. El jornal aclara que no da ningu-
favoritas y de las que más resalta sobre el na dirección de contacto de sus modelos y
contenido de las demás es el Journal Gay In- que muchos ellos posan con nombres artísti-
ternacional, una publicación mensual de la cos. Los interesados en escribirles pueden
Liga Eloinista.2 Sólo tengo un número de la hacerlo mandando una carta a la caja postal
revista, el número 02 de 1980, publicado ha- del “Departamento Fotográfico Adonis”. La
ce 30 años. Journal Gay Internacional está publicación no prohíbe ni obliga a los mode-
impresa en offset, en blanco y negro, y mide los a responder a las cartas, ellos responde-
15.5 x 21 cms. El jornal, publicado en plena rán si quisieran, si la propuesta comercial les
dictadura militar (1964-1985) combina fotos conviene o si el ofrecimiento de amistad les
semi-eróticas de modelos brasileños con artí- interesa. ¡La revista también ofrece la oportu-
culos, algunos serios y otros superficiales. nidad al lector de ser modelo del jornal, pi-
Aunque se anuncia como mensual, en la pá- diéndole que envíe sus fotos con negativos
gina 2, el jornal pide disculpas por la irregula- correspondientes, pidiéndole que haga las fo-
ridad de su publicación, debido principal- tos más o menos en el estilo de la revista!
mente a la aclaración de su status legal por la En uno de los artículos el jornal presenta a
Censura Federal de Brasil. El revisar el conte- “Tropicana”, la primera agencia de viajes gay
nido del Journal Gay Internacional nos permi- de Brasil, que organiza una excursión a la
te observar cuáles eran las preocupaciones Caverna del Diablo en un ómnibus de prime-
de los homosexuales brasileños a principios ra para el día 7 de junio de 1980, y otra a los
de los ochenta, la existencia de ciertos temas Campos do Jordão el día 28 de junio. “Es co-
e ideas, muchos de los cuales ya han sido mo si viajara a Europa”, dice el texto. “Y te-
asimilados, y los métodos de networking nemos la certeza de que usted hará amista-
existentes antes del Internet. des interesantes”. En otra página se informa
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una carta a Juan Pablo II en protesta a sus anuncia la “Gay Passport Disco Dance” en
declaraciones hechas en Chicago. Curitiba, “con un ambiente aconchegante,
La publicación anuncia también una nueva sonido de alta calidad, luces y colores que se
columna futura titulada “El Ángel de Ébano” a mezclan en una armoniosa sintonía que no
disposición de los gays negros: entendiendo deja nada que desear”.
que “nuestros hermanos, de maravilloso co- Journal Gay Internacional al igual que Lam-
lor ébano, cargan una doble carga de pre- piao (otra publicación brasileña de la misma
conceptos: el de ser negros y el de ser gays”, época) forman parte de lo que Félix Guattari
invitando así a que escriban y envíen cartas, identificó en su visita a Brasil en 1982 como
poesías, cuentos, dibujos y colaboraciones. el “convertirse homosexual”,3 donde las mi-
“Aun con diferentes colores de piel, tenemos norías homosexuales “trabajan para que su
todos corazones iguales que laten en idénti- proceso, su convertirse (llegar a ser) homose-
co sentido y dirección. Unidos seremos mas xual se introduzca en la sociedad de manera
fuertes” afirma el jornal. integral”. De esta manera, “las singularidades
La sección “Por los Caminos del Afecto” homosexuales pueden romper con las estra-
aconseja a los lectores, en este caso a aque- tificaciones dominantes”. Según Guattari, es-
llos que pecan de promiscuos: “Respetamos ta es la “promesa de las minorías” el repre-
ese tipo de personas inconstantes en el sentar no sólo “polos de resistencia, pero
amor, por eso queremos recordarles que to- también potenciales de proceso en transfor-
do acaba en la vida, principalmente la juven- mación”. En la mesa redonda “Deseo y So-
tud y la belleza, que nos facilitan tantas aven- ciedad” llevada a cabo con Guattari en el IC-
turas amorosas. Con el paso del tiempo, al- BA en Salvador de Bahía el 14 de septiembre
gunas de esas personas se calman y perci- de 1982, el antropólogo y activista homose-
ben que no es en el tumulto de las saunas y xual Luiz Mott afirma: “Por lo que nosotros
antros en el que encontrarán a su príncipe homosexuales estamos luchando es precisa-
encantado, y terminarán por buscar una rela- mente por el derecho a la libertad del deseo.
ción mas estable. No censuramos a los pro- Como Guattari dijo, nuestra lucha no sólo
miscuos… Buscar diariamente por rutas peli- concierne a homosexuales, maricas y lesbia-
grosas en ‘bocas de vicio’ es un riesgo que nas. Nuestra lucha se extiende a la sociedad
amenaza su cuerpo y degrada su alma… Se- en general, en tanto lo que queremos es li-
pa que el amor también es escenario, amar a bertad sexual, sexualidad sin etiquetas. Con-
alguien en un salón chic con recuerdos edifi- cluyo con una cita de un colega francés de
cantes, en vez de relacionarse con margina- Guattari, Guy Hocquenghem, quien declaró:
les entre sacos de basura debajo de los “Mi culo es revolucionario”.
puentes. Además de eso, recuerde los ries- Es en este contexto sexual revolucionario
gos a los que uno se expone: enfermedades desde donde se debe entender una publica-
venéreas, asaltos, crímenes”. ción como Journal Gay Internacional. Hoy,
Entre los anuncios de la revista destacan los treinta años después, en una época de una
de tema “medieval”, entre ellos el de las homosexualidad más aceptada pero domina-
“Thermas do Forte Medieval” en la Av. Ima- da por Internet y el consumo, es quizás a es-
raes 400 en San Pablo, y la “Boate Medieval” ta actitud sexual política a la que debemos
en la Rua Augusta en San Pablo. También se volver a aspirar.
3> Guattari, Félix y Rolnik, Suely. provienen de la edición en inglés, Una traducción en castellano se
Micropolitica: Cartografias do Desejo, Molecular Revolution in Brazil (Semiotext, encuentra en http://caosmosis.acracia.net
1986. Las traducciones al español 2008) y todas fueron hechas por el autor. /textos/micropolitica.pdf>.
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Bordes impropios de
la política
La nueva escena de la Disidencia Sexual en Chile
Felipe Rivas San Martín1 deberán ser entendidas como propias del
proceso de democratización político y cultu-
E
l presente texto pretende contextualizar ral. La importancia de este punto consistirá
el panorama político-sexual chileno ac- en que la Disidencia Sexual emergerá sólo en
tual, a partir de la constatación del sur- el marco de un Chile post-transicional y co-
gimiento de prácticas (políticas, críticas, es- mo efecto de rechazo y distanciamiento de
téticas) específicas y localizadas, que repre- los fenómenos de institucionalización que
sentan un corte y toman distancia de las esa misma política y cultura “LGBT” han ve-
prácticas que venían significando la “política nido evidenciando.
homosexual” chilena desde la fundación de
las primeras organizaciones en los 90, hasta Política sexual de la post-dictadura
ahora. Estas nuevas prácticas, que ubicare- La Concertación es el conglomerado político
mos estratégicamente bajo la nomenclatura que ha gobernado el país desde el término
de la “Disidencia Sexual”, han emergido en de la dictadura militar y la realización de elec-
los contornos críticos de la cultura y la políti- ciones libres, a costa del mantenimiento de
ca –ya sexualmente marginada– de lo gay y los denominados “enclaves autoritarios”, que
lo lésbico, en tanto que esas categorías co- fueron diversos amarres institucionales deja-
mienzan a institucionalizarse en los mecanis- dos por la dictadura, para evitar la realización
mos de producción de subjetividad capitalis- de transformaciones políticas sustanciales.
ta (mercado gay), y en los discursos públicos La Concertación representó la unificación
multiculturalistas de la “integración” y la “no- electoralista de un amplio sector en contra
discriminación” estatal. La Disidencia Sexual de la dictadura de Augusto Pinochet e inte-
se localizará entonces en los bordes del bor- gra al Partido Demócrata Cristiano (DC) y a
de, o más precisamente, en los límites más partidos identificados con la socialdemocra-
radicales de una periferia sexual que juega – cia, como son el PS, el PPD y el PRSD.3
en el Chile de hoy– a acercarse peligrosa- Por una parte, el desplazamiento democráti-
mente al lugar normalizado del centro.2 co de la política de los antagonismos a la
Lo que se vendrá a denominar como “movi- “política de los consensos” entendida como
miento de Minorías Sexuales” surgirá en Chi- el acto de “transacción” y negociación de
le en el marco de la post-dictadura y tendrá acuerdos entre gobierno y oposición de de-
características y trayectorias específicas, que recha, propia del período postdictatorial, se-
1> Felipe Rivas San Martín es activista políticas queer, el ciberactivismo, net. art ha desdibujado los esquemas
queer chileno y estudiante de Artes y la performance. establecidos entre “progresismo” y
Visuales en la Universidad de Chile. Es 2> La ubicación al centro del debate “conservadurismo” en Chile, mostrando a
fundador de la Coordinadora Universitaria público del tema del matrimonio gay ha la derecha –estratégicamente– como un
por la Disidencia Sexual (CUDS). Dirigió el provocado peligrosos desplazamientos sector más cercano al “centro político”.
proyecto Revista Torcida de estudios de reapropiación, propios de las 3> Las siglas identifican al Partido
queer en 2005. Fue editor de la revista demandas políticas que han sido Socialista de Chile (PS), al Partido Por la
digital Disidencia Sexual y actualmente es vaciadas de contenido crítico. La Democracia (PPD), y al Partido Radical
miembro de “EXPASIVA: red de aparición de una pareja homosexual en el Social Demócrata (PRSD).
pensamiento desviado”. Su trabajo spot electoral de Sebastián Piñera,
teórico y visual está orientado a las reciente presidente electo de la derecha,
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4> En Garretón, Manuel Antonio. Cultura, Chile, Santiago, FCE, 1993, pp. 8-9.
Autoritarismo y Re-democratización en
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Sexual articulará su propio discurso crítico bianas, gays y trans a los espacios institucio-
apoyada en las herramientas conceptuales nales heterosexuales, sino de denunciar –co-
posfeministas, lesbianas radicales, subalter- mo nos enseñaría Wittig– que la heterosexua-
nas y queer, a pesar de rechazar el término lidad es en realidad “un régimen político” de
“queer” por considerar que pierde su fuerza dominación que debe ser subvertido.
performativa al ser enunciado en contextos Así, intervenciones como el acto de travestir
no anglo-parlantes. Mientras el movimiento la estatua de Andrés Bello en la Alameda lle-
LGBT justificará su agenda programática en vado a cabo por la CUDS a principios de
el reclamo –político y jurídico– contra las si- 2008, titulada “Andrés Bello más Bella que
tuaciones concretas de homofobia y los ca- nunca”, aprovechó la contingencia de las
sos específicos de “discriminación”, la Disi- movilizaciones estudiantiles –toma de la Uni-
dencia Sexual profundizará el análisis argu- versidad de Chile– para denunciar la hetero-
mentando la existencia de estructuras de po- normalización de la institución universitaria y
der que –lejos de constituirse meramente en de paso, poner en tensión las retóricas tradi-
las formas más reconocibles de la violencia– cionales que desde el movimiento estudiantil
se encuentran (como afirma Butler) en la base y la izquierda, articulan lo que es entendido
misma del sistema que hace emerger sujetos como “demanda social”. Cuatro años antes,
relacionando sexo, género y deseo.6 en 2004, el lienzo de CUDS para la marcha
Dentro de las iniciativas, colectivos y publica- del orgullo, versaba sobre tela negra “La He-
ciones que están conformando el espesor de terosexualidad No es Natural”, marcando un
este discurso crítico y esta irreverencia de punto de gran conflictividad con los discur-
lenguajes, podemos encontrar: la revista vir- sos normalizadores del movimiento LGBT
tual Disidencia Sexual (editada por la CUDS7); chileno, al trastocar los sentidos habituales
el fanzine Planeta Z;8 la Semana de la Disiden- de las proclamas antidiscriminatorias gays.
cia Sexual en Valparaíso;9 el Circuito Disiden- En una línea similar, el grupo chileno de Fa-
cia Sexual organizado por CUDS en Santiago; cebook “Tengo Un Amigo Heterosexual y lo
los talleres permanentes del colectivo EXPA- Apoyo” aprovechará la conformación de co-
SIVA;10 las reflexiones que elabora el Centro munidades virtuales para alterar –irónica-
de las Mujeres de Temuco y las actividades mente, en clave ciberactivista y net.art– el
de la Universidad de Concepción. sentido común que, aparentemente toleran-
La noción de un sistema Heteronormativo te, termina consolidando los lugares de lo
justificará en la Disidencia Sexual el rechazo normal y lo anormal.
de las formas políticas del integracionismo La Disidencia Sexual utiliza los rendimientos
homosexual. No se trata ya de integrar a les- subversivos de las performatividades paró-
5> Me refiero al caso concreto de la CUDS por la Disidencia Sexual) es el colectivo Krampack que mezcla columnas sobre
que, haciéndose parte de demandas pionero en esta experimentación de arte, política y cultura, junto con un trabajo
integracionistas como las de la Ley registros en Chile. Surge en mayo de 2002. de collage y estética punk y vintage.
Antidiscriminatoria, luego del fracaso de Desarrolla intervenciones y performances 9> La Semana de la Disidencia Sexual es
ésta, termina asumiendo derechamente las políticas, ciberactivismo, prácticas drag un encuentro realizado desde 2007 en la
prácticas y discursos más radicales de la king y postporno. Edita la revista virtual ciudad de Valparaíso.
Disidencia Sexual y lo queer. Disidencia Sexual 10> El colectivo “Expasiva: red de
6> Ejemplo de ello es la publicación en (<www.disidenciasexual.cl>) donde se pensamiento desviado” toma su nombre
2005 de la revista Torcida, en cuyo primer visibiliza la nueva producción reflexiva del como cita paródica de “Expansiva”, grupo
número ya aparecía un dossier dedicado al activismo queer chileno. de investigación académico chileno (think
tema de “Lo normal y lo anormal: procesos 8> El fanzine Planeta Z presentó su número tank) de la UDP y que ha tenido gran
de normalización y heteronormatividad”. 10 en diciembre de 2009 y consiste en una influencia en el desarrollo de políticas
7> La CUDS (Coordinadora Universitaria autoedición elaborada por Federico públicas de tendencia liberal-progresista.
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En el post del
Posporno
Epílogo a la historia de una hija desnaturalizada
U
na fregona no pesa mucho. Una frego- Pero empecemos por el principio. Yo llevaba
na empapada en cera, después de ha- casi un año formando parte, junto a David
ber aspirado, fregado y ordenado dos Rodríguez,3 del Pornolab.4 También tenía un
camerinos, desinfectado cuatro baños y aspi- blog más o menos conocido que se llamaba
rado un largo pasillo y un salón; pesa un Hija de Puto. En él exponía impresiones, imá-
montón. Más si te has pasado la tarde ante- genes y convocatorias relacionadas a mis ac-
rior padeciendo la venganza de tu taquicárdi- tividades en el Pornolab. A medida que ese
co ex jefe ante tu dimisión: preparar el infor- año fue transcurriendo, el blog se hizo más
me anual de envíos y pedidos bajo la plena popular, las jornadas del Pornolab más con-
conciencia de que tu computadora lleva me- curridas e intensas y mi relación con el pro-
ses sin recibir ningún tipo de mantenimiento. ductivo colectivo posporno de Barcelona,
Peor si la mañana de esa tarde te levantaste más íntima. Hija de Puto,5 como consecuen-
de la cama a las seis para trasladarte a la otra cia, se convirtió no sólo en mi nombre de ba-
punta de la ciudad, en donde una niña de talla sino también en mi alter ego.
seis años y su hiperactivo hermano de siete Mucho se había hablado de lo que Hija de
preferirían estar haciendo cualquier cosa me- Puto y la Pornoterrorista harían en el escena-
nos aprender inglés. Es lo que tiene recupe- rio aunque, por razones que expondré en se-
rar la autonomía económica después de va- guida, yo había dejado de tener claro el senti-
rios meses de dedicarte a organizar festivales do específico de mi presencia en él. De he-
y viajar de aquí para allá en plan de diva pos- cho pasé varias horas únicamente estimula-
porno. Si te ofrecen de todo, lo tomas todo. da por la ironía fácil –pero reivindicativa a mi
Digamos entonces que, subjetivamente, la entender– de limpiar un teatro de día y “ac-
fregona alcanzaba unos veinte kilos cuando tuar” en otro durante la noche. Sólo confor-
“recordé” (en realidad no lo había olvidado, me fue acercándose la hora del ensayo y fui
simplemente había optado por no tomarlo en adentrándome en la poética que estructuraba
cuenta) que esa noche “performaba” junto a el espectáculo, comprendí que ésta, que en
1> Elisa Fuenzalida. Nací el año de 1978 culturales y con el colectivo La Fiambrera multidisciplinario. Forma parte de la
en Lima, justo a tiempo para vivir mi Obrera, especialmente en el laboratorio de Fambrera Obrera, un grupo de artivistas
infancia entre coches-bomba, apagones, creación e investigación Pornolab. He madrileño y origen del Pornolab, colabora
hiperinflación y fanzines de Indochina. publicado el poemario Fiesta (2004) y me en Un barrio feliz, Bordergames y dirige la
Estudié en el Colegio Los Reyes Rojos, en encuentro en pre-edición de mi primera plataforma de creación Helloworld.
la Escuela Jesuita Antonio Ruíz de colección de relatos. Actualmente trabajo y 4> Pornolab es un proyecto que surge en
Montoya y terminé la carrera de Literatura resido en Madrid. el año 2005 en La Fiambrera Obrera como
Hispanoamericana en la Pontificia 2> Diana Junyent (a) Pornoterrorista es laboratorio de investigación y creación en
Universidad Católica. Me inicié en la crítica una porno-performer madrileña radicada torno a la pornografía, con el objetivo
literaria a los escasos diecinueve años y al en Barcelona. Formó parte del cabaret manifiesto de cuestionar la validez de la
periodismo cultural en lo sucesivo. Trabajé Shock value y colabora habitualmente pornografía mainstream.
principalmente en el diario El Comercio, en con artistas como Post Op, 5> Una especie de súper-heroína
donde me hice redactora hasta el año VideoArmsIdea y Shu Lea Chang. inmigrante y andrógina con poderes
2005, cuando me mudé a Madrid. En 3> David Rodríguez (a) Tina Paterson es metasexuales que daba por culo a los
España he colaborado con publicaciones un artista, creador y promotor cultural machos capitalistas.
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sus formas y efectos se mostraba tan trans- gestionando las actividades del Pornolab en
gresora, era en esencia bastante tradicional y compañía de David, consumí todas y cada
no hubiera admitido más roles que los que una de estas cosas con el entusiasmo exalta-
preveía un show de magia de los de toda la do de una groupie que se acaba de convertir
vida: teníamos a la maga, a la asistente... en en corista de la banda de moda. El festival
fin, que sólo hubiera faltado que Diana se sa- duró dos días, al tercero resucité de entre las
qué un conejito blanco del coño. The show sudamericanas inmigrantes. Y cómo. En Ma-
must go on, pero en mi fuero interno no hacía drid me esperaban dos noticias que tuvieron
más que desear que todo aquello acabase el efecto inmediato de arrancarme del aura
cuánto antes para así desvincularme de una de glamour decadente y supuestamente van-
vez y en definitiva del mundo del posporno. Y guardista que había adquirido mi personaje
eso fue lo que a continuación hice. Cerré el para depositarme en la autoconciencia de
blog, maté a Hija de Puto y tomé distancia aquello que sin más constituye la realidad del
del movimiento de Barcelona, al menos a ni- yo: la memoria. En este caso, mi condición
vel de activismo. Cosa que, como cabía pre- de sudamericana y la revisión de lo que yo
veer, me valió más de un calificativo desagra- creía mi ruptura voluntaria con ciertos rasgos
dable. Desde entonces, he continuado mis que acarreaba esa condición. La primera no-
actividades con el Pornolab, pero más desde ticia me llegó vía Internet y venía acompaña-
su línea habitual, más desde la reflexión. Pero da de fotos a todo color de varias decenas
aquí me estoy adelantando, porque aunque de cuerpos masacrados, abandonados en los
las consecuencias de mi hybris no llegarían linderos de la carretera de Bagua en la ama-
hasta la presentación de Coño Sur en La Re- zonía del Perú, producto de una encarnizada
vuelta Obscena IV,6 el momento de inflexión protesta contra las fuerzas del Estado Perua-
se había dado ya en las postrimerías de otro no en el contexto de la privatización de sus
festival. Era sólo cuestión de días y de datos. tierras. La segunda fue personal y tenía que
El otro festival al que me refiero fue Stonewall ver con la muerte inesperada de una persona
Contraataca (2009) en Barcelona, una con- que había estado directamente ligada a lo
memoración de la represión policial que su- que considero mi formación ética más funda-
friera la comunidad gay y trans en el pub Sto- mental. Fue entonces cuando todo lo que lle-
newall Inn de Nueva York en 1969 y que se vaba varios meses encontrando absoluta-
considera como el hito reconocible de los orí- mente emocionante y gratificante para mi ego
genes del activismo entre estos colectivos. de artista transgresora en ciernes, empezó a
Yo había sido invitada a repetir una presenta- revelarse para mis ojos, insuficiente, prefabri-
ción que había realizado en Madrid pocas se- cado y hasta autocomplaciente. Y aquí cabe
manas antes y a dar un taller. El festival dura- poner una aclaración, porque siempre que re-
ba dos días, en los que se contó con la parti- fiera este tipo de calificaciones –salvo que in-
cipación de teóricos y activistas históricos. dique lo contrario– no estaré aplicándolas al
Hubo debates interesantes, talleres, ponen- movimiento posporno en términos generales,
cias profesionalísimas, sexo en grupo y dro- sino al sesgo irónico de fórmulas que resultan
gas a raudales. Y, aunque yo llevaba un año de la aplicación del paradigma de análisis
6> Coño Sur fue una presentación ideada Chile como productores de ideario participación de Maria Llopis, José María
por Hija de Puto en la que ella y Claudia pospornográfico dentro del festival Ponce, Post Op, Jessica Boston, Jordi
Ossandon (a) Klau Kinki, del colectivo multidisciplinar La Revuelta Obscena Claramonte, entre otros. Hasta el
Ningún Lugar, realizarían una organizado por el Pornolab en Madrid. La momento lleva cinco ediciones.
presentación especial en torno a Perú y Revuelta Obscena ha contado con la
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posmoderno a la sexualidad pasada por el fil- gún el cual lo peor que le podía ocurrir a una
tro de la “acción directa”, y de las que éste mujer me había ocurrido a mí antes de llegar
(rizando más el rizo, si cabe) se vale para de- a serlo en plenitud, que me había convertido
finirse como un anti-paradigma. En otras pa- en “mercancía dañada”, y que a ese pasado
labras: ¿qué pasó? Que en mi opinión ya ha- de niña abusada sólo podía seguir un epílogo
bía llegado al núcleo duro de aquello alrede- de reclusión, luto y autodestrucción. Este in-
dor de lo cual gravitan tantos y tantos discur- genuo intento de reapropiación y reconstruc-
sos contemporáneos y que es también la pie- ción del vínculo entre mi deseo y mi placer no
dra de toque del posporno. Podríamos decir pudo salir más en contra mía. Con menos de
que se trata de la reivindicación de la libertad, veinte años ya me había hecho de una pre-
pero de una libertad entendida a partir de la coz fama de putilla. Ni reniego ni me enorgu-
absoluta inflexibilidad de la autonomía. Y aquí llezco de ello. Como estrategia fue muy
me gustaría hacer un punto aparte. arriesgado, pero desde luego más enriquece-
Soy consciente de que puede resultar des- dor que encerrarme en mi casa a hacer lo
concertante que estos juicios provengan de que sea que estuvieran haciendo otras chicas
alguien que hace no mucho cumplía cabal- de mi edad (salvo leer o escribir más, a esas
mente con todos los requisitos de agitadora las envidio). Pero veo también en esa con-
pospornográfica. Por lo mismo considero ducta una respuesta desesperada ante una
que, antes de ir más lejos en las apreciacio- serie de circunstancias poco recomendables
nes, es justo y necesario explicar quién es para el desarrollo de una personalidad. Pero
ese alguien y en qué contexto debería ser qué estoy diciendo, entonces. ¿Que la felici-
considerado el proceso de su implicación y dad es andar de la manito por un shopping
distanciamiento con y del discurso posporno- como Larcomar con el papá primero y luego
gráfico. Mi experiencia como mujer peruana con el noviecito? Creo que sería una lástima
blanca, de clase media, ha sido de todo me- reducir a esto una reflexión sincera. Lo que
nos grata. Lima fue para mí una ciudad hostil, intento decir es que el posporno es sin duda
tanto dentro de los espacios domésticos co- el discurso para todo aquel que haya asumi-
mo fuera de ellos. En especial hacia lo que do riesgos en su actitud frente al erotismo y
Simone de Beauvoir llamaría mi “condición la intimidad y busque empoderarse en ellos.
femenina”. A partir de esta circunstancia, no Es el espacio donde todo lo que incomoda
es difícil suponer que el desarrollo de un “yo” en la vida social cotidiana, se organiza y se
en el que se integren felizmente deseo, placer transforma en escudo y arma. El problema es
y mundo, es problemática, por no decir casi el de siempre y de hecho alguna amiga con
utópica. Dada mi escasa experiencia, yo opté más años y experiencia que yo (gracias Gra-
por asumir una conducta sexual agresiva en pa) ya me lo había advertido: cuando eres
la que el cuerpo en el que habitaba se torna- abolicionista (en este caso de la normatividad
ba herramienta de exploración de mi propia de género, el binarismo sexual...) y conviertes
libido, de la que con frecuencia tomaba dis- a la tergiversación en tu ley de vida, le pillas
tancia y observaba con perplejidad. Visto de el punto divertido al hecho incontestable de
lejos seguramente asumí esta actitud a modo que todo carece de significado esencial y
de estrategia de empoderamiento y supervi- que todo valor es intercambiable. Luego pa-
vencia frente a lo que se me hacía aprehen- rece que uno es todopoderoso y –lo que más
der desde todas partes. Creo que me rebela- me tira para atrás– moralmente mejor que los
ba contra el guión de un destino trágico, se- demás. En el posporno, es lo que pienso
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ahora, sólo cabe una libertad y esa es la de la porque toda hija en algún momento se con-
particularidad del deseo en todo su frenesí. vierte en persona sin más, del mismo modo
Una especie de anarquía frente a la que todo que la adolescencia en determinado punto
aquello que se encuentre ubicado dentro de acaba y empieza la madurez. Te das cuenta
un orden o normativa se transforma en ene- de qué ocurre cuando la libertad empieza a
migo. Bajo este anti-paradigma (vamos a lla- parecerte algo distinto a ir solo o con tu gru-
marlo así) no existe lugar para el entendi- pito en contra de todo lo que sea distinto a tu
miento con el mundo, ni para la convivencia. idea de lo “auténtico” y se revela como algo
Y esta no es la clase de libertad que ahora mucho más complejo, más arduo, más colec-
me interesa perseguir. tivo y sobretodo más incluyente. Creo que la
Volviendo a Coño Sur. Lo que pasó fue esto. declaración de intenciones de Hija de Puto, la
Que cuando salí a hablar sobre identidad, tra- inmigrante subempleada, la hija abandonada
vestismo y políticas del cuerpo en Perú, me resentida, etc... La de “al diablo con todo”,
di cuenta de que eran temas muy serios y “viva el individuo en el caos” y “yo hago lo
que comprometían una esfera de mi propia que me da la gana”, fue en su momento justa
intimidad. Miré al público, que llevaba horas y catártica. Pero la de Elisa Fuenzalida sólo
bebiendo cerveza, miré a mi alter ego (toda se dio cuando la maté de un sablazo. Porque
ironía, cero complejos) y comprendí que el verdadero sentido de la existencia de ese
aquello no podía continuar. Quizá no lo vi así personaje fue siempre muy personal. Se tra-
desde el comienzo, pero ese personaje era taba de exponer el valor ya caduco que le he
un kamikaze precisamente porque en la con- dado a mi pasado. Uno que, en su momento,
vivencia adulta sí importa lo que creen los de- asocié a lo que por entonces creí que era la
más y sí importa lo que piensan los demás de libertad y al que le corresponde, claro que sí,
uno. Hija de Puto estaba destinada a morir, un lugar de honor en mi biografía.
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Estado Patriarcal y
Estado Proxeneta
La puta no tiene clientes, tiene prostituyentes
D
isculpen pero hay verdades que sólo Y no digo todo esto por ofender a los seño-
puedes escupirlas, mi primer beso y res de ninguna manera, lo hago por las mu-
el segundo y el centésimo están en- jeres como yo, por la ingenuidad y la curio-
terrados bajo un montón de basura. sidad de las vírgenes, lo hago hasta por las
Fui confundida en mis sentimientos y esto modelos que se hacen medir dentadura y
sería muy bueno que todas las vírgenes lo todo como las yeguas.
escucharan, fui confundida en mis senti- No hay afán de ofender, lo que hacen los
mientos y entre el romanticismo con el que hombres con sus cuerpos y todo el semen
se pintarrajea el amor y las ganas de querer que derraman y todo lo que orinan en
y ser querida pasaron muchas muchas co- nuestras calles
sas y muchos impostores. como no es prostitución no ofende a nadie,
y hay que considerarlo bueno y moral y co-
Quiero presentarles a estos hombres que rrecto. No hay nada más que decir.
acompañan mi cama hoy, él es Simón co- quieren saber cuántas putas hay en esta
mo Bolívar, él Evo como el presidente, él se ciudad, qué edades tienen, qué tarifas co-
llama Fernando como el comandante y él bran, a qué se dedican durante el día, no,
Marcos como el otro comandante. eso no es importante.
Ellos no son mis hijos, ni mis hermanos, Lo importante es no ofender a los clientes,
ninguno es mi padre o mi vecino, son sim- ni ofender a los hombres, ni menos ofender
plemente clientes, padres hermanos, mari- a sus familias.
dos o jefes son de ustedes... de “indias, Estos señores prostituyen y eso está bien,
putas y lesbianas juntas, revueltas y herma- yo me prostituyo y eso está mal.
nadas” mí son clientes. Esas son las reglas del juego..........
Que cada cliente de una es un verdugo que (libreto Mamá no me lo dijo, Personaje la
compra el gusto de humillar es cierto. puta capítulo 2)
que cada cliente es un hipócrita que com-
pra una mentira es cierto El pensamiento feminista plantea que vivi-
que cada cliente es un hombre desespera- mos en un Estado patriarcal. Es decir que el
do y excitado es cierto. Estado, de manera intrínseca e indisoluble,
1> Maria Galindo es boliviana, integrante se denominan como “indias, putas y políticas subversivas e interpeladoras.
de Mujeres Creando, organización lesbianas juntas, revueltas y Para comunicarse con las Mujeres
feminista autónoma basada en el hermanadas”. Otra de las ideas fundantes Creando: <www.mujerescreando.org>,
concepto de heterogeneidad como de las Mujeres Creando es el concepto de <www.mujerescreando.com>,
principio organizativo básico. Es decir, creatividad como instrumento de lucha <www.radiodeseo.com>,
una organización que plantea la alianza social. Trabajan en un nivel de Política <mujerescreando@entelnet.bo>. Virgen
insólita de mujeres como base de concreta en Bolivia a través de una casa, de los Deseos, Calle 20 de Octubre 2060,
organización superando la generalidad de “La Virgen de los Deseos”, una Radio, La Paz, Bolivia
la condición de mujeres. Es así que ellas Radio Deseo y una serie de prácticas
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es patriarcal y que no hay inclusión, ni pers- capitalista. Por eso el universo de la prosti-
pectiva de equidad que resuelva ese su ca- tución es un pendiente de todos los siste-
rácter, porque eso es parte de su sentido. mas políticos, de todas las ideologías y de
El Estado patriarcal es una definición muy todas las culturas del mundo de norte a sur
importante para el desarrollo de estrategias y de este a oeste. El “Estado proxeneta” es
políticas y visiones feministas porque nos definitivamente una manera de jerarquizar
permite enfrentar de manera más profunda las relaciones sociales en una determinada
las estrategias liberales de inclusión que no sociedad. Es una mirada que sale desde el
solamente han fracasado en lo que es la mundo de la prostitución pero que nos sir-
mejora de la calidad de vida de las mujeres ve para comprender las relaciones sociales
sino que han creado una serie de filtros de en todos los ámbitos y actores.
confusión en la lucha de las mujeres. Estado proxeneta es un concepto útil y cla-
Lo que sucede con el concepto de Estado rificador para todos los movimientos socia-
patriarcal es que si bien es un concepto les, para todas las mujeres y no sólo para
central para el feminismo, es al mismo las mujeres en situación de prostitución.
tiempo abstracto, amplio y resbaladizo, di- Denuncia esa relación de dependencia, de
fícil de ejemplificar y de aclarar en la prácti- clientelismo y de cooptación donde el Esta-
ca política concreta. do ocupa todo el espacio de la vida social y
En su lugar, el Estado proxeneta, que es política y donde el estado es lo relevante, lo
una conceptualizacion paralela a la de es- importante, lo trascendente, lo histórico. Es
tado patriarcal, nos permite desnudarlo co- como si más allá del Estado no hubiera po-
mo concepto y entrar en un nivel más pro- lítica, ni sueño de transformación, ni objeti-
fundo de análisis. vo, ni horizonte, es como si la relación con
El concepto de estado patriarcal que les el Estado se comiera todo o fuera todo.
propongo es posible desde la mirada de la El estado proxeneta te utiliza. La relación
puta a la sociedad. Sus implicancias teóri- burocrática que tiene como característica la
cas son las siguientes: incapacidad que tiene como aparato de re-
El carácter masculino del Estado: ya no so- solver los problemas, no tiene capacidad
lamente relacionado con su patrón patriar- directa por eso te utiliza como parte del me-
cal que viene de padre, sino con su patrón canismo de resolución. En ese punto y en
proxeneta que viene de explotador y muti- esa relación además de burocrático se ca-
lador del cuerpo de las mujeres. El decir racteriza definitivamente por establecer una
“Estado proxeneta” nos aclara el lugar de relación humillante protagonizada por algún
objetos sexuales de intercambio que ocu- funcionario o funcionaria mediocre que halla
pamos las mujeres en todas las sociedades en el pequeño espacio que ocupa el terreno
y culturas del mundo. Nos aclara también ideal para ejercer, reiterar y subrayar ese
la negación de nuestra condición de suje- espacio de “poder” en el que respecto de ti
tos, por eso las mujeres en un Estado pa- se coloca. Ese funcionario o funcionaria y
triarcal que es un Estado proxeneta, actua- sus mecanismos de postergación, humilla-
mos y existimos por fuera de la historia y ción, arbitrariedad, impunidad y corrupción
de la política y eso no se resuelve con nin- son el rostro del estado frente a vos puta, a
gún concepto de inclusión, ni política de vos desempleado, a vos viejo, a vos vieja, a
derechos porque instala una crítica más vos vendedora ambulante. Es la cara del
profunda e irreconciliable con el Estado, proxeneta que vive de ti con tu dinero.
sea este del norte o del sur, sea socialista o El Estado es tan proxeneta en el momento
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“Eroiticica” o
Los muchachos de
Oro de Babylonests
1
1> 1 Este texto es una edición de un texto en History of Art del Goldsmiths College 3> Citado por Guy Brett en “The
inédito más amplio que aborda la (Londres, RU). Ha sido profesor de las Experimental Exercise of Liberty”, en Guy
producción de Oiticica desde los estudios universidades Javeriana, Nacional, Brett, Catherine David y Chris Dercon
visuales y culturales y la teoría queer. Pedagógica y de los Andes en Colombia. (ed.). Hélio Oiticica, Rotterdam, Witte de
2> Víctor Manuel Rodríguez es Ph.D. en Ha editado libros sobre arte y estudios With, 1992, p. 222. Esta y las siguientes
Visual and Cultural Studies de la culturales y ha escrito para revistas traducciones son del autor.
Universidad de Rochester (EEUU) y M.A. nacionales e internacionales. 4> Brett, op. cit., p. 233.
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“otras” formas de ser sexual que implican Este enfoque, liderado por los estudios vi-
aspectos como el afecto, la pertenencia, las suales y culturales y la teoría queer, ha sido
elecciones profesionales, incluyendo las ar- fructífero ya que más y más académicos se
tísticas. En este piso resbaloso que confun- aproximan a trabajos de artistas queer no
de la sexualidad, el género y el sexo bioló- simplemente como “arte”, es decir como
gico, Sedgwick prefiere definir la sexualidad trabajos que sólo pueden leerse desde en-
como “el conjunto de actos, expectativas, foques formalistas, sino como proyectos re-
placeres, identidades y conocimientos, tan- lacionados con luchas sociales de las co-
to en hombres como mujeres, que tienden a munidades a las cuales pertenecen.7
estar ancladas más densamente en torno a A la luz de este enfoque, sería importante
las sensaciones genitales, pero que no son examinar algunos proyectos realizados por
adecuadamente definidas a partir de ellas”.5 Oiticica en Nueva York, en los que percibo
Cuando Brett comenta acerca de la sexuali- un intento por convertir su obra en una vi-
dad de Oiticica –algo que él rara vez hizo vencia personal y su vida en un asunto públi-
público– parece sacarlo del clóset, por así co. Junto con sus “Cosmococas”, Oiticica
decirlo, para volverlo a meter mediante un realizó “Neyrótika” y “Agrippina é Roma
argumento que desexualiza su trabajo. Aun Manhattan” y produjo algunos guiones para
mejor, cuando se trata de obras que abor- cortos tales como “Brazil Jorge”, “Boys and
dan la sexualidad, la crítica y la historia del Men” y “Babylonests”. Esto conjunto de
arte parecen sacar a los artistas del clóset obras puede inicialmente situarse dentro de
con la única intención de meterlos a la insti- la búsqueda previa de Oiticica por ambien-
tución arte. Una vez hecho esto, es permiti- tes propicios “para demoler prejuicios y ba-
do dar claves sobre la sexualidad del artista, rreras sociales” que facilitaran experiencias
sólo si estas claves ayudan a explicar el tra- de vida.8 El rechazo de Oiticica a la estética
bajo en términos formalistas y desvincular- modernista lo condujo a llevar a cabo pro-
los de contextos culturales más amplios. yectos que calificó como anti-arte y que in-
A partir del trabajo importante que se ha re- tentaban modificar las relación entre el artis-
alizado para redefinir la distinción entre se- ta, las audiencias y el trabajo, a través de la
xo, género y sexualidad, es posible aventu- creación de lo que él llamaba “totales experi-
rar un enfoque más productivo para com- mentales”. En Nueva York, Oiticica continuó
prender la relación entre arte y sexualidad y esta exploración con la producción de sus
abordar la obra de Oiticica sobre estos te- Quasi-cinemas. Sin embargo, la experiencia
mas. Como afirma Sedgwick, dicha redefi- de Oiticica en Nueva York le dio a esta ex-
nición nos permite pensar en la sexualidad ploración un carácter particular. Los trabajos
como “el espectro amplio de posiciones en- que produjo se convirtieron a su vez en parte
tre lo más íntimo y lo más social, lo más de una atmósfera más amplia donde Oiticica
predeterminado y lo más aleatorio, lo más intentó integrar su vida a su trabajo y com-
físico y lo más simbólico, lo más innato y lo partir su condición marginal con inmigrantes,
más aprendido, lo más autónomo y las for- indigentes, amigos y amantes. Oiticica ima-
mas más relacionales de ser”.6 ginaba Nueva York como un espacio propi-
5> Sedgwick, Eve K. The Epistemology 7> El trabajo pionero de Douglas Crimp 8> Citado por David, Catherine. “The
of the Closet, Berkeley y Los Angeles, sobre Andy Warhol es un ejemplo de esta Great Labyrinth”, en Hélio Oiticica, op.
University of California Press, 1990, p. 29. línea de investigación y ha sido una cit., p. 255.
6> Ibíd., p. 29. fuente de inspiración para este proyecto.
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11> Bentes, Ivana. “H.O. and Cinema- 12> Edelman, Lee. Homographesis: 13> Ibíd, p. 7.
World,” en Carlos Basualdo (ed.). Hélio Essays in Gay Literary and Cultural 14> Ibíd., p. 13.
Oiticica Quasi-cinemas, Columbus, Theory, Nueva York y Londres, Routledge, 15> Oiticica, Hélio. “Neyrótika”, en PHO
Wexner Center for the Arts, 2002, p. 149. 1994, p. 9. 0480/73, Nº 1, abril, 1973.
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personal de la vida personal –la capacidad una práctica queer, cuestiona el esencialis-
de realizarse uno mismo deviniendo algo di- mo de la política multicultural de la identi-
ferente de lo que uno es”.16 En lugar de tran- dad y ofrece nuevas formas de significar y
sexualidad o metasexualidad, creo, Eroitici- vivir que desafían la normalización y reivin-
ca promueve una suerte de anti-sexualidad dican un espectro amplio de placeres. Eroi-
que va de la mano con el interés de Oiticica ticica, como un mundo subterráneo, fue
de convertir su obra en anti-arte: decons- concebido como un lugar posible para lo
truye la sexualidad como discurso y com- imprevisto, para experiencias accidentales
parte algunos aspectos de la identidad que como actos de vida nos facilitan perci-
queer que rechaza darle a las identidades birnos como si estuviéramos en estado de
un contenido o un referente utópico. Como transformación violenta y permanente.
Estudio Jurídico
Dr Gerardo Federico Terrel
A B O G A D O P E N A L I S TA ( U . B . A . - R . A . - U S A L )
Master en Mercado de Arte Latinoamericano
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Proyecto Heteronorma
Mujeres Públicas
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muestras
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espacios
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