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ANALISIS DEL LIBRO

ANTIGONA

LENGUA CASTELLANA

MARIA CAMILA RUIZ GUZMAN

COLEGIO DE LA PRESENTACION

IBAGUE

2011
ANALISIS DEL LIBRO

ANTIGONA

LENGUA CASTELLANA

MARIA CAMILA RUIZ GUZMAN

PRESENTADO A: Blanca Cecilia Pava

COLEGIO DE LA PRESENTACION

IBAGUE

2011
TABLA DE CONTENNIDO
INTRODUCCION
Este informe es realizado porque en la primera veintena del año 2011 del 3 de
febrero al 2 de marzo en el área de humanidades como indicador hemos leído
Antígona; Antígona es una obra espectacular; en la cual, se muestra la frustración
por no alcanzar lo esperado. Se abarcan temas como la creencia en la inferioridad
femenina, la locura de los jóvenes, la sabiduría de los ancianos, la democracia, los
sistemas de gobierno, y el sistema de obediencia ejercido por Creonte y el
cumplimiento de sus leyes, entre otros. A lo largo de la obra se puede destacar la
labor que desempeña la protagonista de coraje y valentía: Antígona, lucha por
conseguir un funeral digno para uno de sus hermanos, al que le dejan sin enterrar
por haberse enfrentado a su ciudadanía y en teoría no tiene ningún derecho, a su
otro hermano sí le sepultaron como es debido, Antígona trama un plan para
conseguir sus propósitos y eso es lo que la honra y la hace ser fuerte y valerosa y
tener el suficiente valor para enfrentarse a quién intente impedírselo. Este es el
caso de su tío Creonte, que tampoco le importa nada ni nadie, es un hombre frío,
incorrecto y en nuestra opinión mala persona por intentar querer matar a su
sobrina, porque es aquí donde se demuestra que solo mira por sus intereses
personales y le importa muy poco o casi ni le interesa la felicidad de su propio hijo,
y como serán las cosas y habiéndole advertido, mira por lo suyo y al final se
arrepiente, pero ya es demasiado tarde, porque esta historia acaba con un final
trágico, como se lo advierte un adivino en su momento. Ni las advertencias de
Tiresias, el adivinador, que lo previene por actuar en contra del sentido común y el
bien general, lo detienen. Al final Antígona no espera su muerte: se suicida en una
opción dignidad individual y de libertad y, al lado suyo, Hemón hace lo mismo. En
este acto Antígona asume la categoría de mito por su rebeldía ante la guerra, la
injusticia, y la manipulación de la sociedad, que asiste impaciente y aturdida a la
lamentable tragedia.

Para elaborar este informe, fue necesario seguir una serie de pasos: Prepare un
guión, en el que consten de forma ordenada los puntos que se van a tratar y los
apartados en que se van a organizar. Recopile información sobre la persona o el
asunto objeto del informe. La información se puede obtener mediante la consulta
de libros u otros documentos. Seleccionar la información obtenida y organizarla de
acuerdo con el siguiente esquema: Una introducción, en la que se deja constancia
del objeto del informe. El cuerpo del informe, en el que se exponen los resultados
de la investigación. Un apartado de conclusiones, en el que el autor expresa su
opinión o hace alguna recomendación. Redactar el texto con claridad y concisión,
y de manera objetiva sin incluir valoraciones de tipo personal.
RESEÑA DEL AUTOR

Sófocles (* Colono, hoy parte de Atenas, (Grecia), 496 a. C. - Atenas, 406 a. C.)


fue un poeta trágico de la Antigua Grecia. Autor de obras como Antígona o Edipo
Rey, se sitúa, junto con Esquilo y Eurípides, entre las figuras más destacadas de
la tragedia griega. De toda su producción literaria sólo se conservan siete
tragedias completas, las que son de importancia capital para el género. Hijo de un
rico armero llamado Sófilo, a los quince años fue elegido director del coro de
muchachos para celebrar la victoria de Salamina. En el 468 a.C., se dio a conocer
como autor trágico al vencer a Esquilo en el concurso teatral que se celebraba
anualmente en Atenas durante las fiestas Dionisias, cuyo dominador en los años
precedentes había sido Esquilo. Comenzó así una carrera literaria sin
precedentes: Sófocles llegó a escribir hasta 123 tragedias para los festivales, en
los que se adjudicó, se estima, 24 victorias, frente a las 13 que había logrado
Esquilo. Se convirtió en una figura importante en Atenas, y su larga vida coincidió
con el momento de máximo esplendor de la ciudad.

Amigo de Heródoto y Pericles, no mostró demasiado interés por la política, pese a


lo cual fue elegido dos veces estratego y participó en la expedición ateniense
contra Samos (440 a. C.), acontecimiento que recoge Plutarco en sus Vidas
paralelas. Su muerte coincidió con la guerra con Esparta que habría de significar
el principio del fin del dominio ateniense, y se dice que el ejército atacante
concertó una tregua para que se pudieran celebrar debidamente sus funerales. De
su enorme producción, sin embargo, se conservan en la actualidad, aparte de
algunos fragmentos, tan sólo siete tragedias completas: Antígona, Edipo Rey,
Áyax, Las Traquinias, Filoctetes, Edipo en Colono y Electra.

A Sófocles se deben la introducción de un tercer actor en la escena, lo que daba


mayor juego al diálogo, y el hecho de dotar de complejidad psicológica al héroe de
la obra. En Antígona opone dos leyes: la de la ciudad y la de la sangre; Antígona
quiere dar sepultura a su hermano muerto, que se había levantado contra la
ciudad, ante la oposición del tirano Creonte, quien al negarle sepultura pretende
dar ejemplo a la ciudad. La tensión del enfrentamiento mantiene en todo momento
la complejidad y el equilibrio, y el destino trágico se abate sobre los dos, pues
también a ambos corresponde la «hybris», pecado de soberbia (orgullo excesivo).

Edipo Rey es la más célebre de sus tragedias, y así Aristóteles la consideraba en


su Poética como la más representativa y perfecta de las tragedias griegas, aquella
en que el mecanismo catártico final alcanza su mejor clímax. También es una
inmejorable muestra de la llamada ironía trágica, por la que las expresiones de los
protagonistas adquieren un sentido distinto del que ellos pretenden; así sucede
con Edipo, empeñado en hallar al culpable de su desgracia y la de su ciudad, y
abocado a descubrir que este culpable es él mismo, por haber transgredido, otra
vez, la ley de la naturaleza y de la sangre al matar a su padre y yacer con su
madre, aun a su pesar. El enfrentamiento entre la ley humana y la ley natural es
central en la obra de Sófocles, de la que probablemente sea cierto decir que
representa la más equilibrada formulación de los conflictos culturales de fondo a
los que daba salida la tragedia griega.

SOFOCLES, desde la remota antigüedad griega, ha dejado en herencia al mundo


occidental la profundidad de sus pensamientos volcados en las tragedias que han
llegado hasta nosotros. Edipo Rey, tal vez el más grandioso de sus dramas y el
que se explaya sobre el tabú del incesto y la inevitabilidad del destino que los
dioses deparan a todo ser humano. Muestra, al mismo tiempo, y contradiciendo
las ideas platonianas sobre el conocimiento, que éste no conduce necesariamente
al bienestar y a la belleza, pero el hombre, impulsado por la necesidad de saber,
llega hasta la verdad que muchas veces lo hunde en la desesperación.
En Antígona, reflexiona sobre la rectitud de la conducta y lo difícil y peligroso que
puede llegar a ser tratar de mantenerla en oposición al poder dominante.
Presentamos estos dos dramas, que no por conocidos dejan de suscitar interés,
con la convicción de aportar un resquicio de claridad que facilite el tránsito por el
complicado mundo actual.
ASPECTO RELIGIOSO

Los dos aspectos que podemos demarcar son, lo religioso y lo político, están
presentes en casi toda la tragedia griega. “Antígona” es tal vez la muestra más
clara de ello. La obra gira en torno a una problemática que tiene implicaciones en
estos dos aspectos, Antígona siente la necesidad y el deber de enterrar el cuerpo
de su hermano, claramente movida por razones religiosas y afectivas, aunque esto
implique desobedecer el decreto promulgado por su tío Creonte, que personifica
en la obra el poder humano y las leyes civiles. Recordemos que para los griegos
antiguos una de las humillaciones más duras era la indigna disposición de un
cadáver y esta humillación no recaía sobre el difunto o sobre la integridad de su
cuerpo, sino sobre toda su descendencia; en términos del honor, para los griegos
antiguos no se trataba de individuos sino del nombre de la familia

Como es evidente, en la obra se representan dos tragedias, la de Antígona, que


en ningún momento duda de la preferencia de la ley divina y de la dignidad,
viéndose en una sin salida pues cualquier decisión que tome será devastadora
para ella, condición necesaria para que la tragedia este presente, pues esa es tal
vez la característica esencial de este género: cualquiera que sea la decisión que
tome el protagonista de la tragedia es nefasta. Y, por otra parte, la tragedia de
Creonte, que descubre muy tarde que las leyes humanas no pueden “tener
primacía sobre las leyes no escritas, inmutables de los dioses”, hecho que no
pudo asimilar antes, pues sentía que su decreto era su deber para con la ciudad
de Tebas. Creonte se consolida así como un personaje cuya tragedia está
marcada por la importunidad, Creonte es el hombre que llega tarde a todo: a la
razón, al suicidio de Antígona y al de su hijo.

Ambas tragedias se enmarcan dentro de la dicotomía de las leyes divinas y


naturales frente a las leyes humanas. También la obra nos abre el debate frente a
otras cuestiones no menos importantes, como la dignidad y la entereza de
Antígona, que se convierte en la personificación de esos valores, a través de su
inquebrantable lealtad al nombre de su familia; el orgullo y ciega terquedad de
Creonte, quien frente a la figura de Antígona aparece indigno, irracional,
podríamos suponer que embriagado de poder, y las dudas de Ismene, que es la
hermana temerosa, en cuya situación no caben juicios de valor a partir de la
comparación de su actitud frente a la de Antígona; temas estos últimos que
también están atravesados por los sentimientos religiosos y las circunstancias
políticas, entendiendo lo religioso como el rito y el simbolismo frente al cadáver
(recordemos que Antígona es descubierta precisamente por intentar un entierro
simbólico), pero también entra aquí el significado del honor y la dignidad del
nombre y de la familia en el contexto de la obra; y, por otra parte, el choque es
contra las leyes humanas, representadas en el castigo que impone Creonte y su
cumplimiento de las leyes civiles a cualquier costo.
IDEAS FUNDAMENTALES Y SECUNDARIAS DE ANTÍGONA
a) Oposición entre leyes divinas y humanas.
El dramaturgo ha preferido aquí un tema relacionado de forma indirecta con la
política. Una oposición entre dos personas, hombre y mujer, tío y sobrina, en un
encuentro entre dos maneras de atenerse a las leyes divinas o humanas; un
choque de las viejas normas religiosas y familiares con la innovadora razón del
Estado representada por un tipo de gobernante autocrático y
poseído de sí mismo, alejado de la sensatez y buen juicio que se le debía
suponer.  El individuo se afirma frente a este déspota con otro modo de enfocar la
vida y las relaciones entre humanos; el hijo se yergue frente al padre en ese
conflicto generacional del que mil ecos atruenan hoy en nuestra sociedad;
todo en efecto muy actual hasta el punto de que ningún drama antiguo
se ha erigido como éste en estandarte de tantas doctrinas a lo largo de un siglo.
Son muchos conflictos sociales y morales los que propone la lectura
de Antígona, sin embargo el diálogo de la protagonista con Creonte es la cumbre
máxima la que llega Sófocles en su intento de demostrar que el hombre por
sí solo es más intenso que aquel que es moralista. No se trata de un mero reflejo
del sentimiento del desacato sino conmover, mediante la agonía del ser humano
por esencia, a un espectador pasivo y ciego ante
las súplicas de miles de Antígonas que han dejado este mundo  desde los tiempos
de Sófocles hasta nuestros días. Estos son los fundamentos a la tesis de la doble
razón que propone el libro: Antígona, la razón del ideal y la ley divina; Creonte, la
razón del orden, la razón de Estado. Sin Antígona, no habría poesía ni revolución;
sin Creonte, no habría ley ni orden. De Antígona hacia delante sigue la literatura.
De Creonte hacia delante sigue el derecho político. Pero la verdad más sutil
es que no termina en tablas esta dualidad.  Al final de Antígona, Creonte va
admitiendo su ceguera y sus errores, y en cierto modo se reconoce
como el heredero de aquel destino o ananké, entendido como  una fuerza ciega
que acosa a los descendientes del linaje de Layo, padre de Edipo.
b) Relación entre tiranía y democracia
En la obra se destaca dos formas diferentes de ejercer el poder, el de Creonte y
el de Hemón su hijo. Creonte representa el poder absoluto y no permite
sugerencias a sus órdenes. Él está en poder de la verdad y su verdad debe ser
cumplida y no permite nadie la cambie. Así en la obra se destacan
frases en su conversación con su hijo Hemón que al enterarse de que su
prometida Antígona va a ser ejecutada por haber dado sepultura a su hermano
Polinices, va a pedirle explicaciones a su padre. Creonte cree que
debe hacer matar a Antígona para mantener el principio de autoridad no sólo ante
el pueblo, sino también dentro de su propia familia; así dice “si el desorden
permito en mi propia familia, ¿qué no harán los extraños? ….al que gobierna se
debe obedecer a un en lo más pequeño, sea ello justo o no sea. …..no hay
calamidad alguna mayor que la anarquía; las ciudades deshace, los hogares
destruye, consigue que vencidos huyan los batallones aliados; y, en cambio, la
disciplina es causa de que se salven muchos soldados victoriosos”. Con estas
palabras Creonte expresa su favor por la autoridad absoluta, la tiranía, ya que no
permite que voces le aconsejen en la toma de órdenes aunque sepa que
las mismas sean injustas. No admite consejos de sus conciudadanos “¿me habrá,
pues, de dictar la ciudad cuando mande?”, a lo que Hemón le contesta  “no es
ciudad la que sea propiedad de un solo hombre”, pero él insiste en el poder
absoluto del rey “pero ¿no admiten todos que la ciudad es del jefe?”. La
obra recalca la tiranía de Creonte como el dueño del reino con poder absoluto.
Por su parte Hemón plantea una forma distinta de ejercer el poder. Se presenta
ante su padre ante el clamor del pueblo sobre la injusticia de la pena de muerte
sobre Antígona. Las peticiones del pueblo no llegan al rey, no hay cauces
para ello y Creonte, que según él tiene la verdad absoluta sobre todas
la cosas, no se preocupa de enterarse qué opina el pueblo de su órdenes. Así
en el texto Hemón dice a su padre:  “tu persona al vulgar ciudadano intimida si se
trata de dichos que quizás no te agraden, mientras yo puedo oculto, por ejemplo,
oír como la ciudad se lamenta por esa niña al ver que, aun siendo la mujer que
menos lo merece, va a perecer por causa de la más noble acción”.
Asimismo Hemón intenta razonar sobre las órdenes que no admiten
sugerencias aunque sean injustas “el hombre, aunque sea sabio, no ha de sentir
vergüenza de aprender muchas cosas y no ser inflexible”. Más
adelante ante la insistencia de Creonte de que admitir sugerencia supondría
perder su autoridad, Hemón insiste que se va a convertir en el tirano de un país
despoblado.
c) El papel que desempeña el destino
Es un elemento secundario. El destino queda reflejado en la actitud de las dos
hermanas Antígona e Ismene.
Ismene en su condición de mujer cree que no puede pelear contra los hombres ni
sus leyes  “piensa que hemos nacido mujeres, incapaces de pelear con hombres,
y que en poder estamos de quienes darnos pueden esos mandatos y otros
todavía más duros”. En sus palabras se ve que existe un cierto conformismo por
su parte, que no puede hacer nada contra las leyes de los hombres y que tampoco
piensa rebelarse ante ellas. El destino ha querido que las cosas fueran así,
y no piensa plantear batalla ante las órdenes de Creonte. Por parte de  Antígona,
el destino le ha puesto ante la prueba de defender sus creencias, sus principios, y
ante ello  no va a dudar en desobedecer las órdenes de Creonte, aunque le
cueste la vida.
PERSONAJES

Antígona:
Es la hija de Edipo y Yocasta y hermana de Ismene, de Eteocles y de
Polinices. Es una  persona decidida con las ideas claras que la sirven para
rebelarse contra su tío, el rey de Tebas, que tiene todo el poder. Es consciente del
peligro que corre, al querer darle a su hermano Polinices la sepultura que
se merece, pues Creonte siempre cumplía su palabra, pero es peor, para ella,
pensar que ha fallado a sus antepasados y que ha ido encontrar de lo que
la sangre que corre por sus venas le dicta.
La ley que rige en los principios morales de Antígona, es la ley de las costumbres,
de la religión y de la familia. Ante las órdenes de Creonte de no enterrar a
Polinices ante el supuesto crimen que ha cometido, Antígona decide desobedecer
la orden de su tío aunque ello le suponga su propia vida, ella no puede traicionar a
su hermano y así se lo dice a su hermana Ismene “sí, que es hermano mío y,
aunque no quieras, tuyo. No quiero ser culpable de haberle
traicionado”. Se impone la fidelidad a la familia, a las costumbres y a la moral que
dice que todo cadáver debe ser enterrado debidamente y añade “a Creonte
nada le permite inmiscuirse en lo mío”.

Estas afirmaciones que Antígona hace a su hermana, dan a entenderla


firmeza de sus convicciones religiosas y de fidelidad familiar, ya que desobedecer
la ley que Creonte ha impuesto respecto al cadáver de Polinices, le puede llevar a
su propia muerte, y ella prefiere morir a renegar de sus principios.

Creonte:
Es el Rey de Tebas, descendiente de Meneceo, padre de Hemón y tío
de Antígona, Ismere, Eteocles y Polinices. Cree tener la razón cuando determina
que Polinices tiene que pudrirse sin haberle dado sepultura pero  no piensa
en las consecuencias que puede acarrearle  la decisión de Antígona y
su oposición. Se mantiene firme toda la obra, sin importarle la oposición de su hijo,
y la explicación, con fundamentos, de su sobrina Antígona.
Los dos únicos momentos en los que muestra debilidad son, primero
cuando Tiresias, su adivino, le advierte sobre las consecuencias de la muerte
de Antígona; y segundo cuando ve morir a su hijo y ve a su esposa muerta.
Para Creonte su ley es la ley del poder. Lo primero que manda es que
el cuerpo de Polinices no sea sepultado y que sea pasto de las aves y
alimañas, ya que le considera un traidor y que un traidor, aunque sea su pariente,
no tiene derecho a un entierro digno. Así lo afirma en el texto
“para mí una persona que, en la ciudad mandando, no se atenga al mejor criterio,
sino deje el miedo a tal o cual cosa cierre su boca, me parece el peor hombre que
ha existido jamás; y para el ciudadano que posponga su patria al amigo, ninguna
consideración tengo” y más adelante dice “esta es mi decisión; jamás de parte
mía conseguirán los malos más honor que los justos, mas quien resulte amante
de esta ciudad, será por mí tan estimado muerto ya como en vida”.
El criterio de Creonte es el del poder, el de que no puede anteponer dicho poder a
otras consideraciones, como las religiosas, las de la familia, de las costumbre.
Considera a Polinices un traidor, un malvado y por ello no le puede dar el mismo
honor que a los justos. Pero le desprecia, ya que el entierro que propone
no es ni siquiera digno, ya que el cuerpo quedaría a merced de las alimañas.
Cuando se entera de la desaparición del cadáver, el Corifeo le insinúa que
el suceso puede tener algún componente divino (religioso), pero no lo cree así,
dando a entender que no cree mucho en los dioses, así dice “es intolerable que
digas (al Corifeo) que a los dioses les importa ese muerto ni aun en el grado
mínimo” y más adelante  “¿has visto que algún dios estime a los
malvados?”. Él cree que ha habido algún soborno a los guardias, no cree
en acciones divinas.

Ismene:
Es la hermana de Antígona. En un momento de la obra Antígona la cuenta que
va a ir a enterrar a su hermano y ella se escandaliza y no la ayuda por temor
al Rey de Tebas. Al cabo del tiempo Ismene se da cuenta de que es mejor ayudar
a su hermana, y así lo hace. Cuando Creonte la llama ella dice que ayudó a su
hermana a enterrar el cuerpo. Al principio Ismene tiene una conducta cobarde,
indecisa y temerosa pero al final se arrepiente de su cobardía y rectifica.

Guardián:
Es quien va a darle la noticia a Creonte de que alguien ha cubierto el cuerpo
de Polinices. También es el que encuentra a Antígona cavando una tumba.
En la figura del guardián se ha atenido Sófocles al personaje que relaja la tensión
haciendo sonreír al público. Divierte este personaje tan asustado, pero tan listo
como para hacer gracia al rey saliendo así bien del lance.

Hemón:
Hijo de Creonte y Eurídice y el prometido de Antígona. Se opone a
la decisión de su padre y le amenaza con una espada, después se marcha a
donde está enterrada Antígona y se quita la vida. Hemón se enfrenta a su padre,
Creonte, al principio con palabras amables y protestas
de cariño mutuo; pero terminarán enfurecidos por el odio y la pasión.
Los argumentos del padre son los que ya conocemos: los hijos deben ser meras
prolongaciones de los progenitores en el trato con amigos y enemigos; sería
vergonzoso que Hemón transgrediera esta regla impulsado sólo por
la pasión erótica que le haga esclavo de una simple mujer. Creonte no puede
volverse atrás; la ciudad necesita orden, disciplina y no anarquía. Pero tales
argumentos se lo ponen fácil a Hemón. Como él puede salir y
entrar de casa cuando quiera, posee más datos sobre la opinión pública, favorable
a Antígona, que el déspota aislado en su palacio sin otro interlocutor que los
aduladores del coro. Intenta convencer a su padre que cree saberlo todo y nunca
se doblega.  Ante la irracionalidad de su padre por el amor que siente sobre
Antígona y por los principios que representa se quita la vida cuando descubre
muerta a su amada.
Tiresias:
Es un anciano,  vidente y adivino de Creonte. Es al único que
verdaderamente escucha porque es quien alerta de todo lo malo que le puede
suceder con Antígona y propone a Creonte el entierro de Polinices.
Mensajero:
Es el encargado de decirle a Creonte que su hijo Hemón se ha suicidado y
también de decirle que su esposa, Eurídice, también lo ha hecho Corifeo:
Es el presidente del Coro de ancianos de Tebas. Representa la máxima autoridad
después del Rey.  En todo momento sabe lo que ocurre y es consciente de la
situación de Creonte. Intenta convencerle que la sepultura del cadáver
de Polinices es obra divina así el problema quedaría zanjado,  pero su intento
es inútil.

Coro:
El coro  representa la voz de los que adulan al rey, y lo que hace es dar la opinión
de éste, aunque puede deducir o imaginarse lo que puede pasar. Analiza lo que
hace Creonte y las situaciones que genera. Al principio
de la obra siente angustia, pero no ante la desmesura de Creonte, secundaria
hasta ahora, sino ante el atrevimiento del que ha desobedecido sus órdenes. Más
adelante ante el castigo a Antígona el coro se pone de lado de
Creonte, la desobediencia ha sido la causa del castigo. Los dioses han vuelto a
ofuscar al que cree bueno el mal. Para el coro el mal ha sido Antígona, en cambio
para otros lo es el desatinado Creonte. Sófocles pone al coro frente a
la ambigüedad ya que quiere mostrar lo delicado y difícil del problema, saber
quién tiene la razón y quién no en este conflicto entre leyes.
EPOCA EN SE REALIZA LA TRAGEDIA

En la mitología griega, Antígona es hija de Edipo y Yocasta y es hermana de


Ismene, Eteocles y Polinices. Acompañó a su padre Edipo (rey de Tebas) al exilio
y, a su muerte, regresó a la ciudad. En el mito, los dos hermanos varones de
Antígona se encuentran constantemente luchando por el trono de Tebas, debido a
una maldición que su padre había lanzado contra ellos. Se suponía que Eteocles y
Polinices se iban a turnar el trono periódicamente, pero, en algún momento,
Eteocles decide quedarse en el poder después de cumplido su período, con lo que
se desencadena una guerra, pues, ofendido, Polinices busca ayuda en una ciudad
vecina, arma un ejército y regresa para reclamar lo que es suyo. La guerra
concluye con la muerte de los dos hermanos en batalla, cada uno a manos del
otro, como decía la profecía. Creonte, entonces, se convierte en rey de Tebas y
dictamina que, por haber traicionado a su patria, Polinices no será enterrado
dignamente y se dejará a las afueras de la ciudad al arbitrio de los cuervos y los
perros. (Este mito es contado en la tragedia Los siete contra Tebas de Esquilo.)

Los honores fúnebres eran muy importantes para los griegos, pues el alma de un
cuerpo que no era enterrado estaba condenada a vagar por la tierra eternamente.
Por tal razón, Antígona decide enterrar a su hermano y realizar sobre su cuerpo
los correspondientes ritos, rebelándose así contra Creonte, su tío y suegro (pues
estaba comprometida con Hemón, hijo de aquel). La desobediencia acarrea para
Antígona su propia muerte: condenada a ser enterrada viva, evita el suplicio
ahorcándose. Por otra parte, Hemón, al entrar en la cripta en la que había sido
puesta Antígona, con el objetivo de salvarla, y verla muerta, intenta matar a su
padre clavándole su espada, pero falla y atraviesa la espada en sus propias
entrañas; mientras tanto, Eurídice, esposa de Creonte y madre de Hemón, se
suicida al saber que su hijo ha muerto. Las muertes de Hemón y Eurídice
provocan un profundo sufrimiento en Creonte, quien finalmente se da cuenta de su
error al haber decidido mantener su soberanía por encima de todos los valores
religiosos y familiares, acarreando su propia desdicha. (Este mito es contado en la
tragedia Antígona de Sófocles.).
ESPACIO EN EL QUE SE DESARROLLA LA TRAGEDIA

La escena de Antígona se desarrolla delante del palacio de Tebas, a la mañana


siguiente de ser rechazados los expedicionarios argivos que atacaron la ciudad y
de las muertes fratricidas de Etéocles y Polinices.

Dos de los increíbles méritos de esta tragedia son destacados: El primero sería la
increíble belleza de tres de sus coros, el que celebra con alborozo la liberación de
Tebas, la hermosísima oda sobre el poder de Eros, infatigable en el combate, y el
famoso canto del hombre de sus portentosas empresas. El otro de los méritos
sería la pintura del conflicto entre los dos deberes en que se encuentra Antígona.
Suponer indiscutible el derecho de la heroína y hacer de ella un símbolo de la
libertad u de la oposición a la tiranía, sería convertir la tragedia en un manual para
ignorantes sensibleros. Tampoco Creonte es el villano estúpido e intrínsecamente
perverso del celuloide mudo o de los cuentos populares. Recordemos la
importancia casi ilimitada que tiene el Estado para todos los atenienses. Tanto
Antígona como su oponente tienen razón (su parte de razón), lo que nunca podría
parecer extraño, pues cuando dos razones se enfrentan suele ocurrir que ambas
esgrimen argumentos de peso a favor de sus posiciones respectivas, que ambas
razones son “inocentes” en su planteamiento inicial y que la culpa (si la hay) solo
se va a adquiriendo paulatinamente en el proceso de esa dialéctica, lo cual no se
da en Antígona a nuestro juicio.

En Antígona nos ofrece Sófocles el cumplimiento de la maldición de Edipo contra


sus dos hijos, el martirio de la heroína que desacata el orden del tirano por
obedecer a la ley divina, y da sepultura al cadáver de su hermano Polínices, que
aquél había ordenado que lo dejaran insepulto, y el castigo del tirano.

El pasaje de esta tragedia en que Antígona dice que ha desobedecido la orden del
tirano por tratarse del cadáver de su hermano, cosa que no habría hecho si
hubiera sido el cadáver de su esposo o de un hijo suyo, se cree interpolado; y
parece, en verdad, que se halla en contradicción con las demás partes de la pieza
en que la heroína expone los motivos de su decisión.
Esta tragedia probablemente se representó en el año 442 a.C.

Antígona había vuelto a Tebas después de la muerte de su padre Edipo, a quien


acompañó con su destierro con ejemplar devoción filial. Creonte, era el rey de
Tebas. En un ataque a la ciudad, Etéocles y Polinices, hijos también de Edipo,
militaban en filas contrarias, el primero estaba entre los defensores y el segundo
capitaneaba a los atacantes; y los dos hermanos se mataron mutuamente en la
batalla.

Creonte ordenó que al cadáver de Etéocles se le tributasen todos los honores


fúnebres, pero declaró a Polínices traidor a la patria decretando que quien osease
a rendirle los honores sería sepultado vivo. La piedad fraternal de Antígona le dictó
su conducta sin la menor vacilación. La sorprendieron cuando cumplía con su
hermano los ritos funerarios, y fue sepultada en una bóveda. Hemón, su
prometido, hijo de Creonte, abrió la bóveda y encontrando a su novia ahorcada se
suicidó. Eurídice, su madre y esposa de Creonte se suicidó al conocer la trágica
noticia. Antígona constituye uno de los personajes más ricos y complejos de la
tragedia griega, es una heroína que transgrede las leyes vigentes.

Antígona le valió a Sófocles ser coronado cuando tenía 85 años y recitar un trozo
de ella le valió no ser declarado en interdicción judicial para manejar sus bienes,
acusado por su celoso hijo. En esta fantástica obra nos presenta y desarrolla el
tema del conflicto entre el rey Creonte y la joven Antígona, quien se opone al
poder y las órdenes del rey, pues este ha declarado a Polínices, hermano de ella,
enemigo de la patria, y por esa razón ha decidido que su cadáver sea presa de las
aves de rapiña, impidiendo así que reciba sepultura, en cumplimiento de las
rígidas leyes de la ciudad. La joven atiende a su amor fraternal, que la impulsa a
enterrar a su hermano, por encima de la ley civil. Ella sabe que, al cumplir esta
orden de sus sentimientos y conciencia esta antemano condenada a morir, pero
ejecuta la contravención y se quita la vida antes de caer en manos de Creonte.
Antígona va hacía su destino, lo acepta, sabe que va a morir y, con estoicismo de
potente contenido ético que incluye un desafío a la autoridad absoluta, lo ataca, lo
asume y lo cumple. Por el contrario su hermana teme, va hacia otro lado, lo elude.

Antígona es de carácter inflexible, severo, y así vemos en los versos que dice al
rey “Creonte decidió imponerle la pena capital, obra como te parezca pero yo le
enterraré”. Ismene, su hermana, es débil, dulce, y dice “Piensa que no debes
olvidar que somos mujeres y como tales no podemos luchar contra los hombres”.

Antígona conjuga con modernidad augural el papel que desempeña la libertad


frente al destino. Antígona es la protagonista femenina que desafía a los dioses,
desobedeciendo las órdenes del rey Creonte, y entrega su vida honrando a su
hermano muerto. Ella cumple su destino en el ejercicio de su libertad moral. Toda
la obra se presenta como un tratado político-moral que deja una enseñanza y en
donde Antígona, le heroína, es atravesada por la tragedia y además cuestiona y
revierte el sistema obedeciendo las leyes divinas, contraponiéndose de esta
manera a las leyes humanas, impuestas por los mortales.
SINOPSIS

La tragedia comienza en el amanecer del día siguiente del final de la guerra, el día
en el que los dos hijos de Edipo, Polinices que ha conducido el ejército de los
argivos contra Tebas, y Eteocles que la ha defendido, se han dado muerte
mutuamente. Son las dos hijas de Edipo las que están en escena. Antígona pide a
su hermana Ismene que la ayude a enterrar a Polinices, contraviniendo el
mandato de Creonte, que ha ordenado que, como castigo al traidor, su cadáver
quede insepulto. Pero ésta, alegando que de siempre había sido 
una persona temerosa e indecisa, no le prestó su ayuda y cuando le prometió no
decirle nada a nadie, Antígona insistió en que no se lo callara, que ía su gloria en
la otra vida.

La llegada del Coro, formado por ancianos y nobles tebanos, trae el saludo al
nuevo día, el día de la victoria y, sobre todo, de la paz tras los horrores de la
guerra. Han sido llamados por el nuevo gobernante aunque aún no saben la
razón.
Hace su aparición Creonte y, antes de anunciar su primera disposición, expresa su
confianza en que esos nobles y ancianos tebanos le sirvan a él con la misma
fidelidad que ya mostraron a Layo y Edipo, sus antecesores. Es entonces cuando
anuncia su prohibición de que se cumpla con el sagrado deber de enterrar a
Polinices, el “hermano traidor” y que, en cambio, a Eteocles le rindan homenaje
como defensor de la ciudad. El coro es consciente de la gravedad de esa ley, de lo
que supone de atentado contra las leyes religiosas, pero, a fin de cuentas, están
sujetos también a esa orden y están convencidos de que nadie sacrificaría su
propia vida por contravenirla.
Sin embargo, están equivocados, como muestra la llegada de uno de los soldados
encargados de vigilar el cadáver de Polinices para anunciar que alguien ha
contravenido la ley y ha realizado ritos funerarios en su honor.
Más tarde los guardias traen detenida a Antígona, porque ha sido ella la que ha
violado esas leyes para mantenerse fiel al deber sagrado debido a los muertos.
Creonte le preguntó si era ella quien había cubierto el cuerpo de Polinices y afirmó
q sí, que había sido ella y nadie más; pero Creonte no la creyó y pensó que
Ismere tenía alhgo que ver, pues la había visto muy inquieta y mandó traerla a su
presencia. Ismere había cambiado de idea, y sin haber participado en los hechos
le dijo a su tío Creonte que ella había ayudado a Antígona.
Tras mandar a ambas a una celda, aparce Hemón, hijo de Creonte y prometido de
Antígona. La intransigencia de Creonte se convierte ya en ceguera, porque es
incapaz de percibir que su condena a Antígona alcanzaría también a Hemón, lo
que el Coro señala como algo que podría afectar al futuro del reino a través de su
heredero, ya que son dos ahora las muertes que esa inflexible orden de Creonte
puede causar. Pero nada hace cambiar la opinión de el gobernanteque decide
dejar en libertad a Ismere mientras que a Antígona la iba a dejar abandonada en
una cueva con un poco de comida, la iba a enterrar en vida, para que así “su
muerte no salpicara a la ciudad”.
La entrada de Antígona, camino de su mortal destino, nos la muestra cambiada.
Ha perdido su altivez y la seguridad inicial. Increpada por Creonte y abandonada
por todos, incluso por el Coro, su monólogo de despedida no es un canto de
triunfo, sino de tristeza, nostalgia y desolación. De abandono frente a un deber con
el que ha cargado en soledad y que no emprende ya con la altivez del triunfo.
La llegada del anciano Tiresias anunciando negros presagios llena a Creonte de
inquietud. En un principìo se niega a aceptar su error, pero su seguridad se
desmorona y, atemorizado, intenta evitar que se cumpla la condena de Antígona.
Pero cuando llegó adonde se encontraba ésta, vio como estaba ahorcada y como
agarrado a su cintura estaba su hijo Hemón, que había cargado su espada contra
él, se la había clavado en el pecho, y en consecuencia había muerto. Volviendo a
su palacio, con su hijo en brazos, encuentra que su esposa, Eurídice, no había
podido soportar la muerte de Hemón y también ella decidió quitarse la vida.
Éste es el papel que le queda a Creonte. Por haber castigado a su sobrina, pues
ésta había dado sepultura a Polinices, después de que éste muriera en combate
contra su ciudad natal, Tebas, y de la que es Creonte el máximo representante, su
hijo y heredero, Hemón ,y su esposa, Eurídice, habían muerto. Tuvieron que morir
muchas personas para que al final de la obra y sin remedio, Creonte se diera
cuenta de su gran error, de que una persona, por mucho poder político que tenga,
siempre está por debajo de los dioses y de las leyes “escritas” por ellos.
CONCLUSIONES

Claramente se ve que ANTÍGONA ha sido una gran tragedia que ha marcado la


época del teatro griego, donde TODOS los personajes acaban siendo unos
desgraciados o simplemente son llevados por la muerte.

Antígona está escrita con una serie de ataduras o cadenas, una acción lleva a otra
muchísimo peor a la anterior y cada uno de los hechos que pasan están dictados
por el oráculo.

Antígona muestra la cara religiosa de la escritura griega, la cual nos enseña que
en la época griega la religión era un factor muy importante para la gente del país y
que la gente se guiaba por la religión, más que por la política.

Antígona es una defensora de la libertad y los derechos individuales frente al


poder arbitrario e injusto de los gobernantes. Compararla con otros personajes
ficticios o reales.
Destacar la maestría de Sófocles en la caracterización de los personajes, su
Capacidad para sacar a relucir su humanidad.
Analizar cómo el destino trágico está motivado por unas acciones, no es arbitrario,
y cómo no puede evitarse según las normas de la tragedia. ¿Está vigente esta
idea en nuestros días?
BLIBLIOGRFIA

Libro Antígona
Editorial: UNIVERSITARIA
Categorías: Literatura-Clásicos Universales

http://muchoteatro-lmmr.blogspot.com/2008/03/edipo-rey-sfocles.html

http://es.wikipedia.org/wiki/Ant%C3%ADgona

http://es.wikipedia.org/wiki/Ant%C3%ADgona_(S%C3%B3focles)

http://www.google.com/

http://es.wikipedia.org/wiki/S%C3%B3focles

http://es.wikipedia.org/wiki/Literatura_griega#Tragedia_y_Comedia_antigua

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