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Cali era, a comienzos del siglo XX, una tranquila población de alrededor de
20.000 habitantes y no había luz eléctrica, de manera que los magos y feriantes
que se atrevían a traernos el cine, tenían que traer también el aparato para generar
la electricidad con que proyectaban las imágenes (electrógenos, dínamos, etc.). En
algunos casos “la luz es hidro-oxígena, y se prepara fácilmente, por medios
científicos que están al alcance de los empresarios”3, más adelante aparecen
1
Bazin, André, “El mito del cine total” en Qué es el cine?, Editorial Rialp S.A., Madrid, 1.966.
2
Rojas, Diego, “Cine colombiano. Primeras noticias, primeros años, primeras películas” en
100 AÑOS DEL CINE COLOMBIANO, Revista Credencial Historia, Edición 88, Bogotá, Abril
1.997.
3
El Cascabel, Medellín, Octubre 4 de 1.899, citado por Edda Pilar Duque en La Aventura del
cine en Medellín, Universidad Nacional de Colombia/El Áncora Editores, Bogotá, 1.992, p. 26.
1
noticias del uso de luz oxilita4, lo mismo que del uso del arco voltáico. Los lugares
que se usaron para dar los primeros espectáculos eran teatros donde los había,
salones amplios, solares, terrenos baldíos, patios de casas grandes que se
acondicionaban temporalmente mientras se agotaban las vistas que el viajero traía.
Imágenes nuestras
Paulatinamente durante estos primeros años los viajeros fueron
incorporando cada vez más en sus programas las vistas que seguramente iban
filmando por el camino, paisajes y poblaciones desconocidas o personalidades
4
Carta de T.H. Mc. Allister Manufacturing Optician del 29 de junio de 1.906, en el Archivo
Histórico de Cartago, citada por Carlos Alberto Palau Botero en “Los dueños del
cinematógrafo”, en la Gaceta de El País, Cali, s.f., p. 12.
5
El Cascabel, Medellín, Septiembre 19 de 1.899, citado por Edda Pilar Duque, op. cit. p. 25
6
Duque, Edda Pilar, La Aventura del cine en Medellín, op.cit. p. 32-42.
7
Ibídem, p. 39.
2
oficiales que encontraban a su paso, incluyendo, claro está, vistas de nuestro
propio país. En una fecha tan temprana como 1.909, en un programa de
exhibiciones cinematográficas presentado en el Teatro Municipal de Bogotá,
aparecían las siguientes: Vista del bajo Magdalena en su confluencia con el Cauca,
Subiendo el alto Magdalena, Puerto Cambao, El Cronófono subiendo por los Andes,
La Procesión de Nuestra Señora del Rosario, Parque del Centenario, Carreras en el
Magdalena, Panorama de San Cristobal, Gran corrida de toros, Martinito y Morenito
en competencia, Caídas del Bogotá en su descenso hacia el Charquito, El gran Salto
del Tequendama, El excelentísimo Señor General Reyes en el Polo de Bogotá 8.
Documentos que seguramente fueron también presentados en varias ciudades del
país y de nuestro Valle del Cauca.
El valle prospera
Después de la Guerra de los Mil Días comienza a editarse el Correo del
Cauca, desde el cual partió la campaña para la creación del departamento del
Valle, que se protocolizó en 1.910, por desmembración del Cauca Grande. Ese
mismo año se inaugura la planta eléctrica de Cali y se coloca en funcionamiento el
tranvía entre Puerto Mallarino y el centro de la ciudad. Todo esto confirma la
concentración de la actividad comercial que habría de crear las condiciones de
infraestructura y acumulación de capital necesarios para el posterior desarrollo y
transformación de la agricultura tradicional de la región. En 1.913 la antigua Plaza
de la Constitución de Cali toma el nombre de Plaza de Caicedo y llega el primer
carro traído por Jorge Zawadzky; no hay todavía ni una sola cuadra asfaltada en
Cali. En 1.914, cuando se inaugura el Canal de Panamá, Buenaventura abre nuevas
posibilidades mercantiles para el departamento, y en 1.915 la llegada del ferrocarril
por el norte y el comienzo de la construcción de la Carretera Central bordeando el
río Cauca, integran más a la región, constituyendo alternativas a la navegación a
vapor por el río Cauca. En 1.917 Adolfo Aristizábal trae los primeros carros
desarmados a Cali y en 1.923 se han registrado ya 235 carros en Cali y 4
ómnibuses en el Valle. La población de Cali subió a 50.000 habitantes en 1.924.
Empresarios locales
El prodigio del cinematógrafo debió haber interesado muy rápido a
empresarios locales de nuestro Departamento, a juzgar por el pleito que se
presenta en la ciudad de Cartago en 1.908, por la propiedad de un “kinetoscopio
proyectante con ajuste eléctrico, un telón y 27 películas”, comprados a la compañía
T.H. Mc Allister Manufacturing Optician de New York entre 1.906 y 1.907, por parte
de Jesús María Beltrán y Octavio Ramírez9. Esto probaría varias cosas: primero,
que en esta década tuvimos también exhibiciones de películas norteamericanas;
segundo, que el hecho de contar con proyectores propios seguramente promovió la
adecuación o construcción de locales más apropiados para proyecciones regulares;
y tercero, que era posible un negocio de cine en una población como Cartago, que
en 1.908 contaba con unos 17.000 habitantes.
8
Salcedo Silva, Hernando, Crónicas del cine colombiano 1.897-1.950, Carlos Valencia
Editores, Bogotá, 1.981, p. 20.
9
Palau Botero, Carlos Alberto, Gaceta de El País, Cali, s.f., op. cit. p. 12 y 13.
3
Cinematógrafos, con sede en Bogotá). Cine Universal puede ser una empresa filial
de Kine Universal, nombre que adoptó la Casa Pineda López & Cia. de Barranquilla
para distribuir sus películas en varias ciudades de Colombia, incluyendo Cali y otras
ciudades del Valle. Sus cintas provenían generalmente de la Casa Pasquali de
Italia. Cine Universal daba sus funciones en el Palacio Municipal de Cali, frente a la
Plaza de Caicedo, hasta que también la empresa Cine Olympia se interesó en esa
sala. El Consejo tuvo que realizar una licitación para escoger un postor y se
presentaron, además de las dos primeras, una tercera empresa de cuyo nombre no
hay referencia. Ganó la tercera empresa, pero al siguiente día de la adjudicación se
declaró en quiebra, lo que permitió que Cine Universal se quedara otra vez con la
sala. Cuando el Consejo Municipal advirtió la trampa, no alquiló más el Palacio
Municipal. La empresa Cine Universal tuvo que esperar a que su propio teatro
estuviera construido, y lo logró al año siguiente, 1.914, a juzgar por una
publicación de la época donde se quejan “de los bochinches y guachafitas de circo o
gallera” a consecuencia de la “exhibición de películas vulgarísimas en el Salón
Universal de Cali”10.
Revistas
Las empresas Cine Olympia y Cine Universal editaban en Cali sendas
revistas para promocionar sus películas y dar información general concerniente al
cine. Ellas fueron: El Olympia, órgano del teatro Olympia, editada en Cali a partir
del 19 de noviembre de 1.913 por la Compañía Nacional de Cinematógrafos, que
trae en su primer número una referencia velada al pleito de la licitación y un
planteamiento en favor de la libre competencia; la segunda revista es El Cine
Universal, de la que no quedan ejemplares ni se conocen fechas de publicación,
sólo la reproducción que hace la revista El Kine de Sincelejo, en 1.914, de un
artículo escrito en la revista caleña por Tulio Hermil con el título “¿Qué es el cine?”,
donde plantea que “La misión del cinematógrafo, como la de la prensa, es
esencialmente civilizadora. Hacer obra de verdad, obra de belleza, hacer obra de
progreso: he ahí su fin”12.
Distribución
10
Nieto, Jorge y Diego Rojas, Tiempos del Olympia, Fundación Patrimonio Fílmico, Bogotá,
1.992, p. 63.
11
Moncada Esquivel, Ricardo, “Teatro Municipal”, en Gaceta de El País, Cali, 1.998,p. 15.
12
Martínez Pardo, Hernando, Historia del cine colombiano, Librería y Editorial América
Latina, Bogotá, 1.978, p. 22, 26 y 31.
4
Es muy probable que por esos años (1.913-1.915) Cali y el Valle ya hicieran
parte de la red de distribución y exhibición de Di Doménico Hnos.& Cia., los
italianos que habían llegado a Bogotá en 1.911 y que fueron promotores de la
construcción del Salón Olympia de Bogotá, inaugurado en diciembre de 1.912. Al
año siguiente, Francisco y Vicente, en compañía de sus primos Juan y Donato Di
Doménico y sus cuñados Peppino y Erminio Di Ruggeiro constituyeron la empresa
SICLA (Sociedad Industrial Cinematográfica Latinoamericana Di Domennico Hnos.&
Cia) para distribución y exhibición de películas, siendo Cali y la región del Cauca un
punto más del circuito, al que pertenecían también Panamá y Caracas. En cuanto al
territorio nacional, la empresa se lo dividió enviando a cada provincia importante a
un miembro de su familia. A Juan Di Doménico le encargaron la región del Cauca,
que incluía el Valle. En esa época no sólo distribuían y exhibían, sino que se
encargaban de la producción, como lo deja ver este aviso en la prensa de 1.915:
“La Empresa de Películas Nacionales Di Doménico Hnos. y Cía. pone en
conocimiento de todos los empresarios de Colombia, que ya están listas para la
renta o alquiler, para provincias, las siguientes películas: Procesión del corpus en
Bogotá en 1.915, Procesión cívica del 18 de julio de 1.915, Una notabilidad rural
(cómica), La Hija del Tequendama (cuatro actos-drama), y en ensayo Dos nobles
corazones (drama) y Ricaurte en San Mateo13 . En 1.916 hay avisos de prensa
invitando a la exhibición de estas películas en El Dorado, la sala de cine que tenían
los Di Doménico en Panamá; en ellos dicen que las películas han sido “TOMADAS y
COMPUESTAS en los talleres de Di Doménico Hnos. en Bogotá”14. Si llegaron al
teatro de los Di Doménico en Panamá, es seguro que se vieron en los demás cines
de su circuito, incluidos los cines del Valle. También en 1.915 los Di Doménico
realizaron El Drama del 15 de Octubre, donde reconstruían el asesinato del General
Rafael Uribe Uribe y su entierro en Bogotá, utilizando a los mismos asesinos que
para ese momento se encontraban encarcelados. La película fue criticada en casi
todas las ciudades donde se exhibió a causa de la “complacencia” que demostraban
los asesinos. “Dicha película fue enviada a toda la república, y pocas fueron las
poblaciones que toleraron su explotación sin protestas”15. No hay razón para pensar
que el Valle fue una excepción.
13
Olympia, Bogotá, julio 24 de 1.915, citado por Martínez Pardo, Hernando, La historia del
cine colombiano, op.cit. p.42.
14
El cine gráfico, Cúcuta, enero 11 de 1.916, citado por Martínez Pardo, Hernando, Historia
del cine colombiano, op.cit. p. 42
15
Martínez Pardo Hernando, Historia del cine colombiano, op.cit. p. 40-41.
16
Nieto, Jorge y Diego Rojas, Tiempos del Olympia, op.cit., p. 118.
17
Martínez Pardo, Hernando, Historia del cine colombiano, op.cit., p. 32
5
1.924 Donato se casa en Cali, en segundas nupcias, con la caleña María Velasco y
luego comienza la construcción del Teatro Colombia en la carrera 3ª con calle 10ª,
que se inaugura en diciembre de 1.927 con la película Los últimos días de
Pompeya.
La producción
Donato Di Doménico contribuyó al cine de la región realizando el
mediometraje Tierra Caucana, filmando con una cámara Pathé parte de los
carnavales de Cali de 1.921, a lo que añadió algunas vistas de paisajes del Valle del
Cauca. El material lo reveló el mismo Donato en su casa de Cali y le puso
subtítulos extractados del poema homónimo del poeta Ricardo Nieto. El éxito
comercial de la cinta le hizo planear un noticiero que se iba a llamar Cali al día,
pero antes de empezar, la sociedad Di Doménico lo transladó a Panamá para
hacerse cargo del teatro El Dorado.
María
Entre 1.921 y 1.922 fue realizada la película María, primer largometraje
argumental del que se tiene noticia y adaptación de la novela homónima de Jorge
Isaacs. La idea partió del franciscano Antonio J. Posada que trajo de Panamá a Cali
al fotógrafo español Máximo Calvo para filmar la película, y encargó del guión y de
la dirección escénica al actor cómico español Alfredo del Diestro, temporalmente
radicado en Medellín. Los exteriores de la película se rodaron en la hacienda El
Paraíso donde Máximo Calvo revelaba también la película lavando los positivos en
una represa contigua a la casa. Los interiores se rodaron en Buga, donde Calvo
armó las tres primeras copias y varios juegos de fotografías promocionales. Los
actores principales fueron Hernando Sinisterra (Efraín) y las hermanitas
jamaiquinas Estela (María) y Margarita (Emma) López Pomareda, que en ese
momento vivían en Buga. La película se presentó allí en 1.922 en un teatro que
acababan de construir.
6
de La Ermita se cayó, situación que aprovechó el equipo de filmación para rodar,
con luz natural, algunas escenas dentro de la iglesia.
Garras de Oro
En 1.926, una compañía que tomó el nombre de Cali Films y de la que no se
tienen más datos, encargó la producción de un argumental con el título de Garras
de oro y que en inglés se conoció como The dawn of Justice (Alborada de Justicia).
La historia se refería sin tapujos al “robo hecho por el presidente Roosevelt a
Colombia arrebatándole Panamá. Está hecha de escenas emocionantes como el
escamoteo de la correspondencia del Ministro Americano hecho en Honda por los
detectives yanquis en unión de un colombiano”19. La acción transcurre en 1.914,
año de la inauguración del Canal de Panamá, en torno a un norteamericano que
reside en Colombia y es partidario de Colombia en relación al pleito con Estados
Unidos por Panamá. La película fue perseguida por la diplomacia gringa desde
1.926 por ser “injuriosa para los Estados Unidos”. Fue exhibida en 1.928 en
Medellín y Buenaventura, censurada en Manizáles, y aparte de un comentario en El
Bateo Ilustrado de Medellín, nunca se volvió a saber de ella hasta que el cinéfilo
Rodrigo Vidal encontró algunos rollos en una antigua cabina de proyección de Cali.
Cine Colombia
18
Salcedo Silva, Hernando, Crónicas del cine colombiano 1.897-1.950, op.cit. p. 109-120.
19
El Bateo Ilustrado, Medellín, 27 de marzo de 1.928, citado por Edda Pilar Duque en La
aventura del cine en Medellín, op.cit., p. 2221-2
20
Nieto, Jorge, “Garras de Oro”, Boletín informativo, nº 3, Fundación Patrimonio Fílmico,
Bogotá, marzo de 1.990.
7
La empresa Cine Colombia inicia actividades de exhibición y distribución en
Medellín el 7 de junio de 1.927. En 1.928 adquiere la totalidad de la empresa Di
Doménico, incluidas 2.044 películas que los italianos no entregaron en su totalidad,
debido a que algunas se habían incinerado y otras estaban en sedes de otros
países. La entrega efectiva fue de un poco más de mil películas y los Di Doménico
tuvieron que indemnizar a Cine Colombia por el incumplimiento21. Con esta
transferencia se pierde el interés por la producción de argumentales que la empresa
de los Di Doménico venía realizando.
Situación en el año 30
El Valle contaba con medio millón de habitantes desde Cartago hasta Cali,
incluyendo Buenaventura, que por ferrocarril ya estaba conectada con Cali y la zona
cafetera, sirviendo de salida a las exportaciones de café. La industria azucarera ya
se mostraba promisoria: además del ingenio Manuelita (1.864) de Palmira, se
habían fundado Providencia (1.926) y Rio Paila (1.929), y se fundarían 4 más en los
años treintas.
En 1.930 Cali ya tiene cerca de 100.000 habitantes, con una gran proporción
compuesta por trabajadores de las industrias establecidas en la década pasada.
Además de las trilladoras de café, que para 1.925 “generaban el 40% del total del
empleo en establecimientos fabriles de Cali”23 se habían montado fábricas de
textiles (La Garantía-1.915, Textiles de Colombia-1.920), de cigarrillos, de
gaseosas, de cervezas, de jabones (Varela Hermanos-1.929) y sobre todo del
sector de la construcción, pues Cali ya se expandía hacia sus costados; además de
los barrios coloniales o republicanos (San Nicolás, Belalcázar, San Pascual, El
Calvario y Santa Rosa), estaban creciendo algunos barrios fuera del centro de la
ciudad, como el barrio Obrero (1.920), el barrio Granada (1.925) y el barrio San
Fernando (1.929). “Estas masas trabajadoras van perfilando una nueva clase social
en nuestro medio y habitan en la periferia de la ciudad, y aunque puedan tener una
ascendencia campesina o incluso vínculos relativamente estrechos con el campo,
pronto se caracterizan como masas urbanas, tanto por las nuevas relaciones que se
establecen como por las funciones que la estructura económica les asigna”24. Esto
abrió la posibilidad de contar con cines o teatros para la diversión y la ocupación
del tiempo libre. Para
21
Duque, Edda Pilar, La aventura del cine en Medellín, op.cit., p. 245-50.
22
Duque, Edda Pilar, La aventura del cine en Medellín, op.cit., p. 253
23
Ocampo, José Antonio, “Desarrollo económico de Cali en el siglo XX” en Santiago de Cali:
450 años de Historia, Alcaldía de Cali, 1986, citado por Alejandro Ulloa en La salsa en Cali,
Universidad Pontificia Bolivariana, Medellín, 1.989, p.199.
24
Ulloa, Alejandro, La salsa en Cali, op.cit., p. 199.
8
1.930 Cali contaba con cinco teatros: Teatro Colombia, Teatro Cali (carrera 10ª
entre calles 12 y 13), Teatro Municipal (carrera 5ª con calle 7ª), Salón Rívoli (Calle
11 entre carreras 11 y 12) y Salón Variedades (Carrera 6ª con calle 10ª), además
de la Plaza de Toros al otro lado del Río Cali. Habían desaparecido el Salón
Olympia, el Teatro Borrero, el Salón Moderno y el Nuevo Circo. En 1.932 se
construye el Teatro Jorge Isaacs en el mismo sitio del Salón Moderno y poco
después aparece el Circo Granada, en el barrio del mismo nombre.
Documentales y noticieros
El Valle del Cauca siempre atrajo a fotógrafos y cineastas por sus virtudes
topográficas y climáticas. Estas condiciones naturales de paisaje y luz, unidas al
proceso de industrialización y al crecimiento de sus ciudades, lo convirtieron en una
25
Martínez Pardo, Hernando, Historia del cine colombiano, op.cit., p.86.
26
“Las películas colombianas que siguieron a La María”, entrevista de Hernando Salcedo S. a
Máximo Calvo, El Tiempo, Lecturas Dominicales, Noviembre 13 de 1.960, citado por Hernando
Martínez Pardo, op.cit., p.88.
27
Guillermo Ribón Alba, “La gran obsesión”, entrevista, El Tiempo, Bogotá, enero 9 de 1.955,
citado por Hernando Martínez Pardo, op.cit., p. 199.
9
referencia permanente de documentalistas y reporteros. Para finales de la década
de los 40´s en el Valle ya se estaba invirtiendo capital extranjero, había dieciocho
ingenios azucareros y una población de 613.000 habitantes. En Cali, la industria
textil era la más próspera. Si la industria de argumentales colombianos no fue
posible por la fuerte competencia de las películas foráneas, el cine estuvo presente
siempre como medio para recoger noticias y como vehículo de propaganda de la
industria y el turismo.
Cinefilia temprana
28
Duque, Edda Pilar, La aventura del cine en Medellín, op.cit. p.294.
29
Martínez Pardo, Hernando, Historia del cine colombiano, op.cit.,p.183.
30
Duque, Edda Pilar, op.cit., p. 313-327.
31
Ibídem, p. 341.
32
Martínez Pardo, Hernando, Historia del cine colombiano, op.cit., p.190.
10
En 1.959 se fundó lo que parece ser, hasta ahora, el primer cine-club en
Cali, el de La Tertulia, grupo interesado por la difusión del arte y el debate de las
ideas, comandado por Maritza Uribe de Urdinola desde 1.956. En este cine-club
figuraban también Eduardo Gamba, Miriam de Borrero, Nils Bongue, Ricardo Silva y
Gino Faccio, y en 1.963, fecha de la publicación de su resumen de actividades, ya
había presentado más de cien películas en varios cines de la ciudad, entre ellas
clásicos americanos y del neorealismo italiano, pero también recientes producciones
de la vanguardia europea (Nueva Ola, Antonioni). Algunas personas vinculadas con
ese grupo trajeron a Cali películas de los directores más interesantes del momento
con ocasión de los Festivales de Arte, que se llevaron a cabo durante los años
sesenta. En esos años (1.965-67) el virus del cine ya había entrado en el joven
Carlos Mayolo que organiza cine-clubes universitarios y obreros en 16 mm. y en
compañía de Jaime Vásquez y Enrique Buenaventura organiza el cine-club Cine
Estudio 35.
Esa misma opción es la que tenían en mente Carlos Mayolo y Andrés Caicedo
en 1.972, cuando emprendieron el rodaje de Angelita y Miguel Ángel, mediometraje
argumental con guión del segundo que no se terminó, a pesar haberse rodado casi
todo, debido al desacuerdo de los autores sobre la forma como debía concebirse la
secuencia final. Años después, Luis Ospina realizó una edición con el material
rodado, más fiel a la idea de Caicedo.
11
La cinefilia y la experimentación
La actividad audiovisual del llamado grupo de Cali, a partir de los años
setenta, puede ser dividida en tres grandes etapas, aunque los extremos
temporales de ellas se confundan. Una primera, distinguida por la cinefilia y la
experimentación, y comandada en su mejor momento por Andrés Caicedo. Una
segunda que arranca después de la desaparición de Andrés, del Cine-club de Cali y
de la revista Ojo al cine y que está caracterizada por la producción
cinematográfica, donde son figuras centrales Luis Ospina y Carlos Mayolo. Y una
tercera que comienza con la fundación del canal regional de televisión Telepacífico
en 1.988 y que se caracteriza por la producción de documentales televisivos y la
formación universitaria. Quiero advertir, sin embrago, que esta división no significa
que no haya cinefilia, experimentación y producción en todas las etapas del
proceso.
12
literario, muy en la “tradición de calidad” que criticaba Truffaut; por eso eran
fervientes admiradores de Claude Lelouch. En el cine-club de Caicedo primaba el
cine, sobre todo el de autor, pero también el redescubrimiento del cine americano
con la ayuda de revistas como Cahiers du Cinema y la peruana Hablemos de
Cine. El criterio era sencillo: permitir una visión organizada de un grupo de obras y
recuperar películas importantes despreciadas por la cartelera comercial. El público
era joven, compuesto tanto por intelectuales solitarios como por miembros de
galladas de barrio, inconforme pero ávido de conocimientos para disfrutar mejor el
arte y la vida. El ritual de los sábados en el cine-club comenzaba por el encuentro
con los amigos; a partir de allí se definía la suerte del fin de semanana: la rumba,
los paseos, los grupos de estudio. Antes de la exhibición el público podía oir música
-rock y salsa, sobre todo Rolling Stones y Richie Ray- mientras leía los comentarios
de la película escritos por Caicedo.
13
como el Cine-U-Clu dirigido por Rodrigo Vidal en la Universidad del Valle, el del
Cuarto del Buho del Teatro Imbanaco, que aparece en 1.979 en manos de William
Caicedo, Edgar López, Edward Narváez, Alvaro Herrera y Mauricio Hernández y
alcanza a publicar varios números de su revista durante 1.980; el Cine-club Cine
Ojo en el teatro Calima, cuyo trabajo se extiende durante varios años de la década
de los ochentas, primero en manos de Juan Carlos Velázquez y luego bajo la
dirección José Urbano y Paula Trujillo.
La producción
Luis Ospina había estudiado cine en Los Ángeles y había realizado allá Acto
de Fe (1.970 -Super 8), un cortometraje argumental con un solo personaje y
Autorretrato dormido (1.971- Super 8), un experimento con el tiempo de
exposición y el tiempo de proyección. Mayolo había incursionado en el corto desde
1.968, haciendo sus primeras armas expresivas en Bogotá mientras trabajaba en
publicidad: En Grande, documental de 5 minutos sobre la industria del acero; El
Basuro, trabajo colectivo con Hernando González, Juan José Bejarano y Arturo
Alape; Corrida (1.969) documental sobre poemas de Stuvchenko y Brecht; Quinta
de Bolívar (1.969), donde construye con movimientos de cámara una relación
contrastante entre objetos y frases del Libertador; Iglesia de San Ignacio (1.970) y
Monserrate (1.971), ésta última en compañía de Jorge Silva: comentarios irónicos
sobre el mundo religioso a partir de construir relaciones y establecer
contradicciones entre objetos, personajes, ritos y espacios de culto.
14
los lugares comunes de la contaminación para re-significarlos a partir de la
estructura y el montaje de imágenes y sonidos; Sin Telón (1.975), homenaje al
grupo de teatro La Candelaria con ocasión del montaje sobre el guerrillero
Guadalupe Salcedo; La Hamaca (1.975), adaptación de Patricia Restrepo sobre el
cuento de José Félix Fuenmayor; y Rodillanegra (1.976), adaptación de Mayolo de
un cuento de Umberto Valverde.
Largometrajes
Con la creación de Focine -la Compañía de Fomento Cinematográfico- a
partir del Decreto 1244 de 1.978, se estimuló la producción de largometrajes por
medio del otorgamiento de créditos. Esto hace crecer el número de cineastas en el
país y todos empiezan a pensar en largometrajes, no sólo para cumplir sus propias
necesidades expresivas frente a un público, sino también como contribución a la
formación de una industria.
15
En 1.979 Pascual Guerrero rueda El lado oscuro del nevado, un largometraje
basado en el libro de Eric Leupin -cónsul de Holanda en Cali- donde cuenta la
experiencia del secuestro que sufrió a manos de las FARC. La película condena la
guerrilla pero con un maniquiesmo que contamina la historia, los diálogos y las
interpretaciones. Mientras tanto, Mayolo hace sus primeras armas en el largo:
trabaja como asistente de dirección en La Fuga (1.980), una producción colombiana
para la que se contrata al director italiano Nello Rosatti, y asiste también a Pascual
Guerrero y Clara María Ochoa en Tacones (1.980), un musical inspirado en West
Side Story, donde se opone la salsa a la música disco, destacando la sensualidad
que los caleños tienen para el baile.
Óperas primas
1.982 es un año prolífico. El Valle del Cauca es tema y escenario de tres
óperas primas: La Virgen y el fotógrafo, El Escarabajo y Pura Sangre. El primero es
de Luis Alfredo Sánchez (Palmira), el segundo de Lisandro Duque (Sevilla). Ambos
cineastas habían desarrollado la mayor parte de su carrera en Bogotá y retornan al
Valle buscando, para su primer largometraje, un encuentro con sus raíces
culturales. Luis Ospina, rueda su primer largo después de haber incursionado como
profesor universitario y actuar como corresponsal en París de revistas colombianas.
La historia de Pura Sangre se inspira en una leyenda local que responsabiliza a un
rico magnate local de la industria del azúcar, de los famosos crímenes del
“monstruo de los mangones”, misterioso asesino de niños caleños que actuó en los
años sesenta. Al año siguiente debuta Mayolo con Carne de tu carne, su primer
largo, una historia de horror, incesto y mitos locales, ubicada en el Cali de los años
50. En 1.985 el turno es para Carlos Palau, que con guión de Sandro Romero
realiza su primer largometraje, A la salida nos vemos, historia de adolescentes de
provincia rodada en Tuluá y sus cercanías. En ese mismo año Sergio Dow comienza
El día que me quieras, con guión del venezolano Ignacio Cabrujas. Una historia
situada en los años treintas con la presencia del mito de Gardel en medio de los
dramas de una sencilla familia. Desafortunadamente la postproducción de la
película tardó mucho y su comercialización no fue lo que se merecía.
Mediometrajes
La estructura de comercialización de las películas nacionales no garantizó, en
la mayoría de los casos, la recuperación de la inversión en el mercado colombiano,
pero tampoco existía la forma de colocar las películas en mercados externos, por lo
que los cineastas difícilmente realizaban en esta década más de un largometraje: la
industria no despegaba. A partir de 1985, Focine, buscando una salida, intenta
unir la exitosa industria de la televisión con el cine y lanza entonces un ambicioso
proyecto de mediometrajes rodados en 16 mm. pero destinados al programa “Cine
en Televisión”, que permanece en el aire por más de 18 meses. En ese año Mayolo
realiza, en este nuevo formato de 25 minutos: Aquel 19, un argumental basado en
un cuento de Umberto Valverde y los documentales Cali- cálido calidoscopio, La
leyenda de “El Dorado” y Madremontes, éstas dos últimas en compañía de los
canadienses Nicole Duchene y Raoul Held, respectivamente.
16
Jorge Isaacs en la perspectiva de los directores españoles que la realizaron en
1.922.
Entra también Oscar Campo, cinéfilo y comunicador social que había hecho
sus primeras armas en el Cine-club de Cali. Realiza su primera película utilizando
también el formato de mediometraje: Valeria (1.986), un relato fantástico escrito a
dos manos con Sandra McLean, sobre la relación de una niña con el mundo de los
muertos y ubicada en un microcosmos caleño. Posteriormente realizó en el mismo
formato el argumental, Las andanzas de Juan Máximo Gris (1987), con la actuación
del realizador caleño de televisión William González y del filósofo Jean-Paul Margot.
Es la historia de un soldado errante, ubicada en el contexto histórico de las guerras
civiles de fines del siglo XIX, que enamora mujeres a su paso y las mata de amor
después de abandonarlas. Hay en sus historias una cuota significativa de
referencias a la historia del cine, sobre todo a los géneros del terror, del fantástico
y a los westerns crepusculares. Con Las andanzas de Juan Máximo Gris se cierra la
segunda fase del grupo de Cali, donde predominó la producción cinematográfica.
Varios comunicadores, cineastas, técnicos y actores van a trabajar en televisión a
Bogotá y deja de hacerse cine en Cali.
Telepacífico
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la forma de hablar o de bailar. Pero reconocernos tomó tiempo. El espectador,
después del choque inicial de verse en el espejo del televisor, fue aceptándose,
reconociéndose y tomando conciencia de su complejidad y del tamaño de los
problemas regionales. Pero, tal vez lo que sigue siendo más importante, es que la
televisión regional abre la posibilidad de un diálogo a corta distancia entre los
creadores y su público, y si se maneja democráticamente, permite que muchas
voces se expresen y tengan la posibilidad de ser oídas.
Julio de 1.999
Para Adolfo García, Gino Faccio, José Urbano, Rafael Araujo, Rodrigo Vidal y
Sigifredo Rojas: los sospechosos habituales.
Bibliografía
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- Nieto, Jorge y Diego Rojas, Tiempos del Olympia, Banco de Colombia y
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